Nidore Essentia y la Pluma Mágica

Érase una vez, un bosque mágico en el que vivía un ser muy sabio, llamado Nidore.
Un día vio que el bosque estaba perdiendo su magia y se dio cuenta de que su mensajera, Buhita, estaba triste.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó. - He perdido mi pluma mágica. -
dónde la perdiste?
- No se… solo recuerdo que fué en la montaña hechizada.
- ¡ Sabes que no podemos ir por allí ! Nidore se queda pensando durante un momento y le dice:
- Ya se lo que tenemos que hacer. Entre los búhos ancianos se cuenta la leyenda de que solo un niño con un mechón rojo puede acceder a la montaña.
-
niño?
Buhita
ir a la ciudad, donde viven los humanos y allí le
-
Sin pensarlo más, Nidore y Buhita emprenden el viaje.
Al llegar al limite del bosque, Nidore, dibuja una puerta brillante y luminosa que conecta los dos mundos. Buhita entra volando a la habitación del niño y se posa a los pies de la cama.
- ¡¡¡Holaaaa!!!.
El niño, con los ojos como platos, tapándose con la sabana, responde temblando…
- ¿Quién eres?
- Soy Buhita, necesito tu ayuda.
... El niño no sabe que decir...
- He perdido mi pluma mágica. ¿Me ayudas a buscarla?
... El niño no sale de su asombro...
- ¿Te vienes conmigo al bosque donde vivo? ¡Es mágico!
- ¿Mágico? ¿mágico como en los cuentos? ¿y será divertido?
- Clarooo!! Vivirás muchas aventuras y también conocerás nuevos amigui-tos.
De un salto sale de la cama...
- ¡Te ayudaré a encontrarla!
Los dos cruzan la puerta y ...
… ya del otro lado, Buhita revoloteando grita:
- ¡Ya estamos aquí, ya estamos aquí !
Mientras el niño mira sorprendido a su alrededor, Nidore se le acerca y le pregunta:
- ¿Como te llamas?
- Soy Mateo ¿Y tu?
- Es Nidore el guardián del bosque - contesta Buhita posándose sobre su hombro.
- Mateo - dice Nidore- debemos recuperar la pluma que Buhita ha perdido en la montaña hechizada. Solo tu podrás entrar a ese lugar, por eso te necesitamos.
- ¿Yo solo? - responde asustado Mateo.
- Tranquilo, haremos el camino juntos.
En ese momento aparecen saltando unos seres de colores...
- Y ellos ¿quiénes son? - pregunta Mateo.
- Son mis amigos. Te los presento -dice Buhita.
- Ese es Refresh, quien nos cuida.
Y el es DreamEase, que me da un abrazo cuándo lo necesito.
Este fortachón es TummyGize y el que trepa por ese árbol es KidCare.
Aquel que juega con las letras es Geneyus.
- Vamos, chicos - dijo Nidore- debemos recuperar la pluma, en marcha.
Mateo, mirando a Nidore, pregunta:
- ¿Y cómo llegamos a esa montaña hechizada de la que hablas?
- Vamos a seguir esta ruta -dice Nidore dibujando un mapa en el suelo.
- Parece divertido, ¡¡¡vamos!!!
En el camino, Mateo iba con la boca abierta ante las maravillas que veía en aquel bosque encantado, hasta que llegan a un puente que cruza un precipicio.
Mateo se detiene. y con voz temblorosa dice
- ¿Tenemos que cruzar por aquí?
- Si, es el único camino – dice Nidore-, cierra los ojos e imagina que llegas al otro lado sin dificultad.
- ¿Y si me caigo?
- Respiiiira - le dice Nidore.
En ese momento el atrevido KidCare da un paso hacia adelante y le coge de la mano.
Mateo cruza confiado el puente con la ayuda de sus amigos.
- ¡Lo he conseguido, lo he conseguido! -grita, saltando de alegría.
- ¡Clarooo Mateo! Al ver la solución, el problema se hizo mas pequeñito -le dice Nidore.
En ese momento, a lo lejos se escucha a Buhita gritando:
- ¡Mirad, Mirad! He encontrado un árbol de moras gigantes.
-¡Hay que bien! Es mi fruta favorita -dice Mateo. Todos corrieron hacia las moras y después de disfrutar comiéndoselas, siguieron su largo viaje...
... cuando aparecen en el camino unos grandes cáctus que le cierran el paso. Mateo se vuelve a parar, asustado:
-¿Tenemos que pasar por ahí? ¡Esta lleno de pinchos!
- Son los guardianes del camino - dice Nidore -. Aunque tienen un aspecto siniestro, sienten a los niños de buen corazón
- ¿Y cómo sé que soy un niño de buen corazón?
- ¿Alguna vez has ayudado a algún amiguito cuándo lo ha necesitado? -le pregunta Nidore.
- ¡Si, si claro! Muchas veces - dice Mateo.
- Esa es una de las cosas que hacen los niños de buen corazón - responde Nidore.
- ¡Aaaah! ¡Entonces soy un niño de buen corazón!
En ese momentos los cactus se apartaron mostrando el camino.
Hacia rato que habían dejado los cáctus atrás... - Vamos a descansar un poco – dijo Nidore. Mateo empieza a relajarse y a disfrutar del camino.
Después del descanso, siguieron caminando. Al rato vieron un muro de setos que llegaba hasta dónde se perdía la vista, con una pequeña puerta.
- ¡Parece un laberinto - dice Buhita -, pero sin mi pluma no puedo volar por encima de los setos!
-¿Y qué hacemos? - pregunta Mateo.
Nidore lo mira dulcemente y le dice:
- Tenemos que entrar. Es la única forma de llegar a la montaña encantada.
Juntos avanzan y cruzan la puerta y se encuentran con dos caminos confirmando que es un laberinto.
- ¡Uff! Y ahora, ¿qué camino cogemos? -pregunta Mateo, mientras comienza a notar un nudo en la barriga.
Nidore le coge las manos y le dice:
-Imagina que es un juego en el que tienes que elegir un camino.
- ¿Y si me equivoco?
- No pasa nada, así son los laberintos, hay que seguir insistiendo hasta encontrar la salida.
Mateo respira profundamente, mientras TummyGize salta dandole un abrazo y poco a poco se va calmando, sonríe y decide coger el camino de la izquierda. Con calma, van probando por los diferentes caminos. Algunos no tenían salida, otros tenían muchos cruces… caminando y probando llegan al centro del laberinto en el que había varias puertas… Mateo estaba ya cansado…
- !Uff, Esto no se acaba nunca ! -protesta.
- Ánimo, Mateo, no te rindas - dice Nidore -, ¡ya falta poco! ¿Qué te dice tu cuerpo?
- ¡Ayyy! Pues no lo se
- Vamos, respira, respiiira hooondo. En ese momento aparece TummyGize ayudándole a recobrar su energía. Mateo ya recuperado mira a su alrededor y comienza a moverse
- ¡Esa, es esa! - dice cruzando una de las puertas.
Van probando varios caminos mientras recorren el laberinto. Nidore le va explicando, que confíe en lo que le dice su cuerpo y que imagine con fuerza la salida y así, van insistiendo hasta que logran salir.
Ya fuera, ven cerca el lugar que recordaba Buhita. Es la montaña hechizada, a la que no pueden acceder los habitantes del bosque mágico.
- ¡Es ahí! ¡Ahí está mi pluma! - se puso a gritar Buhita.
- ¿Es esa que está dentro de una burbuja? - dice Mateo.
- ¡Si, si, es esa! - responde Buhita nerviosa.
- ¡Vamos a por ella! - dice Mateo empezando a caminar hacia la burbuja, cuando se da cuenta que nadie le seguía.
- ¡Venga vamos!
Desde donde esta, Nidore le dice:
- A partir de aquí ya no podemos acompañarte, tienes que ir tu, Mateo.
-¿Podré yo solo?
- ¡Claro que siiii! Ya estas preparado. ¡Recuerda todo lo que has aprendido!
Mateo continua avanzando muy despacio hacia la burbuja, pero cada vez que intenta alcanzarla, esta se aleja como si estuviera jugando con él. Empieza a correr para cogerla y recuperar la pluma pero esta se mueve hacia la montaña y desaparece … sigue persiguiéndola, enfadado, y se encuentra con la entrada de una cueva.
Se queda dudando si entra o no, pero recuerda todo lo aprendido y decide dar el paso. Una vez dentro, se queda sorprendido al ver un inmenso espacio lleno de cristales de un rojo brillante. Atraído por el color se acerca y empieza a tocarlos, con lo que ellos empiezan a vibrar generando una bonita melodía.
En ese momento aparece la burbuja frente a él que, con el sonido de la música, se va disolviendo liberando la pluma que cae en sus manos.
- ¡Tengo la pluma, Tengo la pluma! -grita Mateo mientras sale corriendo.
Buhita que estaba en la rama de un árbol, grita:
- ¡Ya viene, ya viene!
Al ver a Mateo con la pluma en la mano, empieza a revolotear emocionada:
- ! Lo ha conseguido¡ !Lo ha conseguidooo!
Mateo con destellos en los ojos se acerca a Nidore y le da la pluma, que con mucho cuidado se la pone a Buhita en el centro de la cola. Contenta comienza a estirarse agitando sus alas y haciendo círculos alrededor de ellos.
- !Mirad, mirad lo alto que vuelo¡ -gritaba Buhita mientras jugaba en el aire.
KidCare, Refresh, DreamEase, TummyGize y Geneyus no paraban de dar saltos de alegría al darse cuenta de que el bosque comenzaba a recuperar su magia, llenándose de color y brillo.
Al mismo tiempo Nidore respira relajado, viendo como Mateo sorprendido no paraba de ir de un sitio a otro mirando y tocándolo todo.
Buhita baja y se posa en el hombro de Nidore diciéndo:
- ¡Se ha abierto un nuevo camino! Venga, vamos, vamooos!.
Juntos emprenden el camino de vuelta disfrutando al ver que los árboles les abrían el paso llenándoles de agradables aromas y suculentos frutos. Al llegar al claro del bosque se encuentran con una gran fiesta que les habían preparado agradecidos todos sus habitantes.
Después de la celebración Buhita, Nidore y Mateo emprenden el camino de regreso hacia la puerta mágica.
- Mateo - dice Buhita - mira como se ha transformado el bosque gracias a tu valentía.
- ¿Mi valentía? ¿Quieres decir que soy valiente?
- ¡Claro que si! ¡Claro que si! Nidore, ¿a que Mateo es un valiente?
- Desde luego. Te atreviste a cruzar el puente, a pasar el camino de cactus, resolviste el laberinto para llegar a la montaña hechizada y conseguiste la pluma mágica. Solo un valiente es capaz de hacer todo eso.
A Mateo se le dibujó una gran sonrisa en la cara.
Al llegar a la puerta mágica estaban todos un poco tristes por la despedida.
- !Mateo te voy a echar mucho de menos¡ -dice Buhita.
- Y yo también - responde Mateo
- Ya formas parte de este mundo - dice Nidore - y seguro que nos volveremos a ver.
Mateo cruza a su habitación, contento por todo lo que había aprendido y vivido.
Este cuento narra las aventuras de Nidore, el mágico ser que tiene la misión de cuidar y guiar a todos los habitantes del bosque. Buhita es muy curiosa. Saltándose las normas, se va a explorar la montaña hechizada.
Un fuerte remolino le hace chocar y pierde su pluma mágica, y con ella sus poderes
Para poderla recuperar, necesitan la energía de un niño. Si acepta el reto que le proponen, va a vivir muchas aventuras que le harán crecer.