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La Carpeta
Soneto matinal a una colegiala ingrávida
Al pasar me saluda y tras el viento que da al aliento de su voz temprana en la cuadrada luz de una ventana se empaña, no el cristal, sino el aliento.
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Es tempranera como una campana cabe en lo inverosímil, como un cuento y cuando corta el hilo del momento vierte su sangre blanca la mañana.
Si se viste de azul y va a la escuela no se distingue si camina o vuela porque es como la brisa, tan liviana.
Que en la mañana azul no se precisa cuál de las tres que pasan es la brisa, cuál es la niña y cuál es la mañana
El Espíritu poético en Gabriel García Márquez
En las memorias de Gabriel García Márquez escribía: “Es difícil imaginar hasta qué punto se vivía entonces a la sombra de la poesía. Era una pasión frenética, otro modo de ser, una bola de candela que andaba de su cuenta por todas partes Abríamos el periódico, aún en la sección económica o en la página judicial, o leíamos el asiento del café en el fondo de la taza, y allí estaba esperándonos la poesía para hacerse cargo de nuestros sueños”.
Antes de publicar su primer texto narrativo “La Tercera Resignación” publicó sus últimos poemas, un soneto titulado “Sin título” y otro titulado “Soneto matinal a una colegiala ingrávida”. “Sin título” dice así:
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía, y algo en tu sangre late y no reposa y en tu tallo de agua, temblorosa, la fuente es una líquida de armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía te sobra tiempo para ser hermosa y cabe todo abril en una rosa y por la rosa desangra el día.
Si alguien llama a tu puerta una mañana sonora de palomas y campanas y aún crees en el dolor y en la poesía
Si aún la vida es verdad y el verso existe. Si alguien llama a tu puerta y estás triste, abre, que es el amor, amiga mía