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La Carpeta El Espíritu poético en Gabriel García Márquez

A sus diecisiete años Gabriel García Márquez, pensaba que sería un poeta y nada más que un poeta.

Cuando estaba en la Universidad Nacional en la ciudad de Bogotá, conoció a Pedro Gómez Valderrama, un joven de 23 años, cuyos libros de poemas:“Norma para lo efímero y Biografía de la campana”, despertaron en él una gran admiración hacía este joven poeta, quien fue también decano de la Facultad de Derecho y un gran amigo de Gabriel GarcíaMárquez hasta su muerte prematura.

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En la Universidad Nacional, García Márquez siguió escribiendo secreta y públicamente poesía. Dos condiscípulos suyos, egresados del Liceo Cervantes, Luis Villar Borda y Camilo Torres Restrepo, eran los redactores del suplemento literario del diario “La Razón”. El autor admiraba mucho a estos dos poetas, y a través de ellos conoció a otros grandes poetas y escritores colombianos como Juan Lozano y Lozano, Plinio Apuleyo Mendoza, Gonzalo Mallarino, Álvaro Mutis y Álvaro Castaño Castillo, quienes se reunían en el café Asturias, igualmente con los poetas León de Greiff, Jorge Zalamea y Eduardo Zalamea.

El poeta de Aracataca, como le decían, no tardó en colaborarles poéticamente en el diario “La Razón” y posteriormente en la revista literaria “Sábado” que dirigía el padre de Plinio Apuleyo, periodista y político liberal. En el Diario “La Razón”, en una columna bautizada “Poetas Universitarios”, escribió el poema titulado “Geografía celeste” con el antetítulo de “Elegía a la Marisela” que dice así:

No ha muerto. Ha iniciado

Un viaje atardecido.

De azul en azul claro

—de cielo en cielo— ha ido por la senda del sueño con su arcángel de lino.

A las tres de la tarde

Hallará a San Isidro

Con sus dos bueyes mansos

Arando en cielo límpido

Para sembrar luceros

Y estrellas en racimos.

—Señor, ¿cuál es la senda para ir al Paraíso?

—Sube por la Vía Láctea, ruta de leche y lirio, la menor de las Osas te enseñará el camino.

Cuando sean las cuatro

La Virgen con el Niño

Saldrán a ver los astros

Que en su infancia de siglos

Juegan la Rueda-Rueda

En un bosque de trinos.

Y a las seis de la tarde

El ángel de servicio

Saldrá a colgar la luna

De un clavo vespertino.

Será tarde. Si acaso

No te han guardado sitio

Dile a Gabriel Arcángel

Que te preste su nido

Que está en el más frondoso

Árbol del Paraíso.

Murió la Marisela. Pero aún queda un lirio.

El Espíritu poético en Gabriel García Márquez

Al haber iniciado Gabriel García Márquez el camino literario con el género poético le proporcionó la disciplina rigurosade la creación de estructuras literarias, en donde se vislumbraría el querer contar una historia.

Escribió sonetos de medidas perfectas, publicó en varias revistas y periódicos generalmente con el seudónimo de “Javier Garcés” y en otras ocasiones con su nombre verdadero.

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