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LLAMADOS A LA MISIÓN

clases, hasta el estudio nocturno y acompañamiento de enfermos, era un verdadero equipo de trabajo.

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En cuestión de religión había mucho respeto y diferentes credos. Alguna vez los alumnos musulmanes me invitaron a su momento de oración. Los católicos teníamos misa dos veces por semana, y cada 8 días nos reuníamos con el grupo de jóvenes. Algunos participaban de los encuentros vocacionales que organizábamos en la parroquia, retiros que han dado frutos para la vida misionera y diocesana; unos ya son sacerdotes y otros siguen su proceso de formación, como es el caso de Doler, un joven de la comunidad que hoy está en el noviciado comboniano de la ciudad de Nampula.

Si tienes inquietudes por la vida misionera, responde a su llamado y encontrarás alegría al anunciar el Evangelio. No me arrepiento y me siento feliz como LMC, cada día veo retos y sigo el camino que se me va indicando, donde la oración y la formación permanente son los grandes pilares para avanzar hasta que Dios quiera. Me encomiendo a tu oración.

Texto y foto: Luis Alberto CÓRDOVA, postulante

Seguir a Jesús desde el postulantado

Hola, mi nombre es Luis Alberto, soy originario del municipio de Comalcalco, Tabasco. Actualmente soy postulante de segundo año de Filosofía en San Francisco del Rincón, Guanajuato. Mi experiencia como seminarista comboniano ha sido genial, ya que he ido respondiendo cada día a este llamado que el Señor me hace.

Ahora bien, la formación nos prepara para que, en un futuro si Dios quiere, seamos buenos misioneros combonianos. Al principio, fue difícil para mí porque he dejado muchas cosas: familia, amigos, casa, etcétera, y los dejé por seguir a Cristo, así como dice la Escritura: «El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga» (Mc 8,34).

Siento que cuando elegí a Jesús empecé de algún modo la misión que Dios me encomendó, porque me encuentro lejos de casa y con responsabilidades. Cada día me he ido entregando más a este proyecto que Dios me ofrece y estoy mejorando en muchos aspectos.

En este postulantado he encontrado hermanos de diferentes lugares de la República y con misioneros de diferentes nacionalidades. Esta experiencia resulta muy enriquecedora porque aprendo mucho de ellos y la comunidad se fortalece, sabiendo que Dios pone las cosas, pero uno mismo es quien debe estar dispuesto para que se cumplan.

Hoy quiero seguir respondiendo a este llamado que Dios me hace, en compañía de mi familia, formadores y amigos del seminario. Quiero entregarme como san Daniel Comboni, e igual que Él, cargar con la cruz y seguir a Jesús, ya que la recompensa será grande, no según la visión del hombre, sino la de Dios: alcanzar la vida eterna.

MUSEO MEMORIA Y TOLERANCIA, UN RECORDATORIO DE HUMANIDAD

El 7 de abril es el Día internacional de reflexión sobre el genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda, un hecho que pocas personas en el mundo reconocen debido a la indiferencia de los medios de comunicación y los gobiernos de muchos países.

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