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EN CLAVE DE MUJER Contactando

Crear contenido es uno de los aspectos más cruciales al incursionar en el mundo de las TIC. Planificar la estrategia de creación es vital, así como elegir la plataforma ideal, tener un mensaje claro, cómo lo queremos hacer y a quién va dirigido dicho mensaje. En general, evangelizadores de tiempo completo tenemos poca práctica en el mundo cibernético, somos consumidores, repetidores, hay poco tiempo para ejercitarnos y aprender. Con frecuencia se trabaja sin estrategia, disipando energías y esfuerzos. Y es que crear contenido, no es fácil. ¿Cuál es nuestro producto competitivo como Iglesia hoy? ¿Cuáles son las tendencias? ¿De qué van conversando las nuevas generaciones en el mundo cibernético? ¿Cómo podemos aportar una clave de lectura a los acontecimientos sobre los que está hablando la gente?

Como muchos otros espacios, el mundo de las tecnologías ha estado dominado por los hombres, y la mujer sigue siendo receptora; su voz aún está ausente en muchos espacios de la Iglesia. Por eso, adentrarse en las TIC posibilita a niñas y jóvenes a capacitarse, sugerir nuevas imágenes, y expresarse de manera más auténtica. Para esto, se deben crear las condiciones y abrir espacios que posibiliten contemplar el presente y rediseñar el futuro.

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Reivindicar la belleza que hay en la vida ordinaria es otro aspecto crucial para las TIC. En un curso sobre medios de comunicación, Kike Delgado, maestro en diseño y mercadotecnia, nos provocaba a evangelizar desde la belleza y a proponerla como elemento sanador. «Que cada página, comentario, post, sea una pieza de arte», decía. Como maestro de creatividad, Kike soñaba con proponer la belleza como un valor divino, lamentando que le fue robada a la humanidad y se le devuelve como algo banal y efímero. En tantos espacios los estándares de belleza han sido rebajados y considerados exclusivos,

decía. Creando contendido a través de diversas plataformas digitales, Delgado nos invitaba a despertar la nostalgia por lo divino; que lo divino nos vuelva a cautivar. Las niñas y jóvenes pueden, a través de las TIC, aportar y proponer la belleza y fortalecer el sentido estético, para que todo lo bello apunte al Creador. Adentrarse a las TIC, puede ser una oportunidad para conjugar la comunicación social con la compasión. Ante tanta muerte, guerras, despojos, abusos e injusticias, hace falta la imaginación profética. Para una evangelización más amorosa, hace falta contemplar el presente con creatividad compasiva. Adquiriendo una responsabilidad y compromiso históricos, niñas y adolescentes se sentirán impulsadas a visualizar otros futuros posibles a fin de proyectar otros horizontes, construir realidades y encontrar matices para vivir valores evangélicos y sugerirlos. Y tú, ¿qué redes sociales utilizas? ¿cómo lo haces? ¿Con qué frecuencia? ¿Sólo eres consumidora? ¿Qué subes a tus redes? ¿Qué calidad tiene tu mensaje? Como seguidoras de

Jesús, discípulas misioneras, adentrarse en el mundo de las

TIC es un reclamo a crear contenido, proponer la belleza sanadora y contar la historia desde los valores de la compasión, misticismo y verdad, con profundidad. Esteban Azofeifa decía, «La belleza transforma, es una vía privilegiada para la evangelización». Hoy, niñas y jóvenes tienen un espacio que Ana Frank no tuvo. En las TIC ellas pueden incursionar con valentía para que las historias de lucha y resiliencia de cada una se vuelvan relevantes y aporten posibilidades para resignificar y transformar. El mundo de las tecnologías y el continente cibernético con sus escenarios cambiantes y situaciones que reclaman nuevos posicionamientos y respuestas, son un campo abierto para que la mujeres puedan incursionar, encontrar energía, imaginar futuros y construir realidades para una evangelización que refleje la creatividad, ternura, belleza y compasión divinas.

Por: P. Fernando MAL GATKUOTH, mccj Roma, Italia

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