UNDERGROUND GIRLS libro I

Page 15

[UNDERGROUND GIRLS . LIBRO 1.] Neurótika Books 2012 Yo recordé unas vacaciones donde hice mas o menos lo mismo cuando nos fuimos Karina y yo hasta Calama en un camión cargado con cobre que nos recogió en Tongoy. Esa vez el chofer, un sujeto petiso, moreno, con tatuajes en los brazos y una polera Iron Maiden, nos pidió que le habláramos toda la noche para no quedarse dormido al volante. Eso hicimos, pese a que el hombre no volvió a abrir la boca en todo el viaje que duro alrededor de dos días dado a que por la carga el camión debía circular a menos de 60 kilómetros por hora. El, prudente, se fue a 45. Extraño sujeto, cuando nos bajamos en medio de una ancha avenida en Calama se bajo los pantalones y nos mostró el pene. Le dije a A que tenia que hacer un tramite importante el 10 de marzo, lo que en estricto rigor era muy cierto, se trataba de una reunión para acceder a un trabajo muy bien remunerado en una empresa minera. Le dije que luego de esa fecha, le escribiría un e - mail para evaluar la posibilidad de que nos encontráramos en Bolivia unos cinco días durante su estadía que se extendería por cerca de un mes según sus propias palabras y que entonces yo tomaría un avión o me iría directo a La Paz en un bus. Le dije que tendría que ir a buscarme al terminal rodoviario porque yo no conocía La Paz. Todo consistía en evitar pasar la frontera con él. Si yo me iba después y me devolvía antes disipaba todo peligro de verme malamente involucrada en una escena tarantinesca y libraba mi historial policial, ya sucio por delitos menores, del estigma de la cárcel por micrográfico y además no me perdía unas vacaciones en el paraíso. ¡Cielos! Había encontrado la fórmula perfecta. Me sobrecogí de admiración por mi misma, es decir por mi evidente inteligencia y mi capacidad de resolver tensiones polares a partir de una vía novedosa e inexplorada, facultades todas muy bien valoradas en el actual mercado del trabajo. Aun no entiendo por que llevo como cinco años cesante. . En algún momento le pregunté que quien me defendería de todos los peligros que nos esperaban en Bolivia, me dijo que él, “por supuesto”. Yo le creí. Sinceramente le creí En algún momento le dije que yo era huérfana. Se rió. Le regalé uno de mis libros, pero no se lo dediqué, me dio vergüenza hacerlo delante de él, le preste una revista de cultura cannábica que traje de Argentina que se llama THC, donde escribe un amigo mío, Orge, un músico activista por la legalización con quien he tenido el privilegio de compartir escenario un par de veces. Le explique todo esto y le dije que la revista era para el viaje, que tenia para mi un valor sentimental mas que informativo, así que la cuidara, la disfrutara y luego me la devolviera. 8 Hoy hable con él, luego de tres angustiantes semanas sin saber nada. Estaba en Cochabamba (Nunca fue a Copacabana…) y me dijo que se quedaría en Bolivia, no

15


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.