UNDERGROUND GIRLS libro I

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[UNDERGROUND GIRLS . LIBRO 1.] Neurótika Books 2012 una noche fría en Los Andes, una noche perfecta donde me haría ver a Dios en ceremonias largas, bacanales sagradas, embriagados bailando danzas a los dioses de la fertilidad, mejor que un ácido, y ¿Por qué no?, con un ácido desdoblando mis sentidos, multiplicándome en un coito con el universo y gritando desnuda por los cerros (con él detrás): ¡I Goona be shakty!, ¡I gonna be Shiva! “Bolivia, Bolivia, Bolivia” La palabra Bolivia escrita en el cielo a partir de miles de estrellas, brillaba en mi imaginación más que HOLLYWOOD en las colinas de California “Por sólo 50 lucas, el paraíso con este angelito” pensé para mis profundidades ya húmedas. 3 Apenas salimos del bar buscamos una farmacia abierta donde comprar condones. Excitados como estábamos después de una noche de sincera y dinámica seducción mutua, fue un verdadero vía crucis. No había farmacia abierta en lo que me pareció una eternidad. Recordé que alguna vez compré forros en una bomba de bencina cerca de mi casa. Tomamos el taxi y bajamos raudos por la Avenida Vicuña Mackenna que a esa hora, cerca de la una de la madrugada, dirección Puente Alto, se ve tan desolada. ¿Era en la Copec? ¿O en la YPF de más allá donde los compré aquella vez? Duda mortal que se traducía de manera creciente en minutos de angustia. Sí, porque ante la expectativa de algo grande y lindo, yo me angustio y ese día tenía ese presentimiento, de que algo grande y lindo me pasaría en las próximas horas si es que encontrábamos un puto lugar donde comprar los benditos condones en Santiago de Chile, la capital mas mojigata del mundo. Odié a la Iglesia Católica por mi espera. Dije que todo era culpa de los curas que en este país intervienen como les da la gana en asuntos tan gravitantes como lo son los de salud pública. Sí, porque déjenme decirles que la salud sexual es un asunto de políticas de salud pública. El Sida es una pandemia a nivel mundial (dije). ¡Es criminal exponernos a la muerte de esta manera! (dije o mas bien grité en medio de la calle). Luego siguió una larga lista de anatemas contra del Estado de Chile, órgano timorato y perro fiel de los poderes fácticos, es decir los podridos dueños (siempre los mismos) de nuestro país. Dije que la culpa era de la derecha cuyos diputados gustan de celebrar orgías con niños pobres y luego comerse su caca, si no matarlos y los domingos van a misa. ¡Yo solo quería coger con el encantador desconocido que corría a mi lado en busca de preservativos en esta ciudad de mierda, hipócrita, miserable y castigadora con los gozadores. “¡Milicos!, eso es lo que somos, TODOS, y esta ciudad no es una ciudad es un cuartel militar con toque de queda y prohibición de reunión y de reunión íntima” Todo eso dije enardecida. La vida es demasiado corta y demasiado dura para sufrir así.

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