S11 bio espiritualidad y focusing, capítulo 14 (juan b prado flores)

Page 109

SÁNATE A TI MISMO Y SANA TU MUNDO

109

nosotros tiene el potencial de desarrollar un patrón adictivo mediante esas rígidas estructuras que llegan a hacer de nuestra vida algo que con Gendlin podemos llamar, “rutina en conserva”, y frecuentemente, ni eso siquiera. C) CÓMO SE FORMAN NUESTRAS ESTRUCTURAS-DE-EVASIÓN-DE-PROCESO a) Una sociedad represivo-adictiva La estructura de nuestra sociedad es represiva y se fundamenta en el control de los individuos. Está encaminada a impedirnos sentir, tocar y atender lo que nos atemoriza, confunde o avergüenza. Ella nos ofrece mil sustitutos del proceso que comienza con el atender lo que en nosotros es real, alejándonos así de lo que nos integra y pacifica desde adentro. Aun las prácticas religiosas y espirituales más comunes actualmente aceptadas, cuando se dan en un contexto que deja fuera al cuerpo, se transforman en estructuras potencialmente adictivas. Una sociedad como la nuestra que ha estado por siglos fuera del proceso de integración, es una sociedad que induce y fomenta el controlar a la gente mediante procesos adictivos que la mantienen atada a sus propios mecanismos-de-evasión-de-proceso. b) Nuestro dolor emocional no resuelto De niños, cuando experimentábamos abandono, rechazo o negligencia de parte de los adultos, o simplemente cuando había algo que no nos gustaba, nos asustaba o nos lastimaba, inmediatamente queríamos cambiarlo, olvidarlo o simplemente alejarlo. Lo más probable es que nadie nos enseñara a atender nuestros sentimientos de temor, abandono, impotencia, enojo, culpa, vergüenza, que surgían tanto en situaciones traumáticas como en la vida cotidiana. Probablemente ningún adulto cercano se acercó a ti cuando estabas viviendo esos sentimientos difíciles para invitarte a atenderlos diciéndote algo como: “Parece que estuvieras sintiendo algo que te…. (molesta, irrita, confunde). ¿Estaría bien tomarnos unos momentos juntos tú y yo atendiendo cómo llevas estos sentimientos en tu cuerpo ahora?” Así que al no haber sido escuchados esos sentimientos, esas experiencias han quedado irresueltas y sin esperanza de llegar a cambiar. Lo que nos decían generalmente era que no pasaba nada, que no teníamos por qué sentir eso, etcétera. Y aunque nosotros mismos nos hayamos dicho mil veces que eso ya lo superamos o que se trataba sólo de “miedos infantiles”, en realidad de allí parten los comportamientos que, como adultos, tenemos ante situaciones actuales que aun lejanamente, nos ponen en contacto con ese dolor irresuelto, no atendido, no escuchado. Si fui agredido de niño, temeré serlo nuevamente y buscaré la manera de evitarlo siempre que esté en una situación que tenga que ver con la original no procesada; entonces voy a huir o voy a reaccionar agresiva o violentamente ante aquello. Si para evitar un castigo que me lastimaba o avergonzaba


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.