1. La experiencia mística (Isaac Zavaleta Barrales)
Fenomenológicamente es la experiencia de comunión íntima con lo sagrado. Rompe los límites del yo y la realidad se vive como plenificante. Es un misterio, no obstante, de amor, que no genera inquietud, sino paz y confianza en sí mismo y con los demás. Psicoanalíticamente es la vinculación con lo materno, la madre es el cimiento que ayuda al ser humano a desarrollarse y a encontrarse con lo trascendente y a si podemos decir que nuestra primera unión fue con la madre a través del cordón umbilical, de ahí que la persona busca nuevamente esa unión. Los místicos y profetas fueron ambos testigos privilegiados de estos modos de construcción personal y reveladores, cada uno a su manera, de dos dimensiones básicas de la identidad religiosa (Dominguez Morano, 2001). La vertiente de la experiencia religiosa testimonia que vivimos en una realidad que nos excede y nos recuerda que vivimos envueltos en la densidad del misterio, estamos envueltos de un ocultamiento que experimentamos desde los primeros años y vamos haciendo conciencia de nuestra realidad que nos supera y a si nos vamos conociendo y por lo tanto la identidad y la identificación nos posibilita decir y decirnos a nosotros mismos ̋soy yo ̏ Los místicos y profetas fueron ambos testigos privilegiados de estos modos de construcción personal y reveladores, cada uno a su manera y a su estilo de maduración personal para poder después transmitir y sentir su realidad, de dos dimensiones básicas de la identidad religiosa. La identidad profética históricamente, se ha visto ligada preferentemente a un mundo de varones. El místico recibe esa visita como vínculo amoroso, el profeta como exigencia ética. No hay mística sin profetismo, como no es posible la profecía sin una experiencia mística previa y fenomenológicamente es la experiencia de Dios que mueve a la transformación de la historia, psicoanalíticamente es la vinculación con lo paterno y en la práctica se nutre de la mística. En la práctica desemboca en la profecía (Dominguez Morano, 2001).