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Rusia y Ucrania, ¿quién gana la guerra? II

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HABLANLOSASTROS

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Continúo el análisis iniciado en artículo anterior en el que reiteré lo ya dicho: que la guerra que los medios de Occidente llaman de Rusia y Ucrania es guerra hipócrita de Estados Unidos (EU), que usa a una Ucrania neonazi armada por su poder imperial, a la Otan y a los gobiernos europeos adscritos a esta última, todos indignos siervos suyos, para agredir a una Rusia que solo reclama de EU y la Otan respeto a su derecho a disponer de fronteras seguras y pacíficas como exige cualquier país y con más razón una potencia nuclear que sí respeta los acuerdos que firma, como es Rusia. Y es que, aún bajo el dominio exclusivo de esos medios mentirosos e intolerantes, la mentira sigue teniendo las piernas cortas y hoy, para quien quiera verlo, está ya claro lo que se le chispoteó a la Merkel: que lo de Minsk fue una trampa para engañar a Rusia mientras EU armaba a Ucrania y que Rusia quería la paz y no buscó esa guerra. A ella la arrastró la prepotencia yankee que usando y armando para eso a una Ucrania neonazi sometida a su poder, buscaba y busca como siempre mantener por la fuerza su dominio universal, y que en este caso usa a Ucrania y a la Otan para intentar aplastar a Rusia y poder al fin enfrentar a China, a la que la reciente reunión de la Otan celebrada en Madrid en mayo pasado, declaró enemiga principal de EU, calificando a Rusia y a China de potencias autocráticas que deben ser aplastadas en nombre de la democracia y la libertad que son inseparables de las guerras de EU.

Forzada a responder al ataque de Ucrania contra el rebelde Donbass ruso, Rusia lanzó en febrero pasado el “operativo militar especial” que, sin bombardear y destruir ciudades ni masacrar población civil como hace siempre EU, intentaba desnazificar y pacificar a esa agresiva Ucrania guerrerista y neonazi manejada por el hipócrita poder yankee apoyado en su Otan y su Europa. Al hacerlo, debió prever que los medios mentirosos de Occidente la acusarían de provocar la guerra y cometer horrendos crímenes, y que en su contra se desatarían ataques, calumnias y agresiones. Lo previó, pero se quedó corta porque en realidad no podía imaginar la magnitud y niveles de calumnia y monstruosidad que alcanzarían esos ataques difundidos como verdades por los medios de Occidente mientras bloqueaban prensa y medios rusos que pudieran desmentirlos. Así EU y Europa han desatado desde febrero pasado contra Rusia sanciones, bloqueos y robo de recursos, atribuyéndole crímenes obra de Ucrania, e intentando expulsarla de organismos internacionales alimentando la rusofobia que hoy domina a Europa. A esa rusofobia, de larga historia en Europa, dediqué artículos como este en meses pasados, pero es que hoy produce monstruosidades cotidianas que parecían entonces inimaginables. La rusofobia domina toda Europa y varios países están a la vanguardia de odiar a Rusia y cometer crímenes horrendos. Destacan los minúsculos países bálticos llenos de un odio gigantesco contra Rusia, mas no pasan de calumniar y rechazar lo ruso, derribar estatuas y promover guerras que les quedan grandes. Algo similar ocurre en Polonia, que odia a Rusia no se sabe si por su viejo pasado zarista o por su reciente pasado comunista, pero que en cambio no odia a Alemania, que la masacró en la pasada Guerra mundial. Pero indiscutible líder de esa rusofobia es Ucrania, neonazi desde antes y dispuesta no solo a destruir lo ruso sino a Rusia y a los rusos. Ucrania pretende borrar todo lo ruso, quemó un millón de libros rusos, prohíbe hablar o escribir ruso a su población rusa, masacra soldados rusos prisioneros o rendidos con las manos atadas a la espalda, a otros se les dispara a las piernas para rompérselas, o se los castra y degüella riéndose de sus derechos humanos, celebrando esos crímenes en la TV y llamando a degollarles los hijos. Y el sueño del payaso asesino que gobierna lo que queda de su país es invadir Rusia y destruir Moscú. A esa liliputiense caricatura de Hitler, que destruye su país, EU y Europa la arman, la celebran, y le permiten todo. A un país enorme y poderoso como Rusia, EU solo podía enfrentarlo con sanciones ilegales aprovechando su control de todos los organismos internacionales. Así, impuestas por EU y ejecutadas y celebradas por Europa, a Rusia le fue cayendo una sucesión de sanciones para quebrarla y rendirla que abarcan todos los campos. Ya van 10 paquetes, acompañados de robo descarado de sus reservas internacionales depositadas en bancos yankees. A Rusia se le robó de entrada la mitad de sus reservas, 300 mil millones de dólares que EU se apropió, sin contar otros robos menores. Pero Rusia ha superado esas sanciones y ha sido la imbécil Europa la principal víctima de ellas, mientras su único beneficiario es el gran ladrón y reiterado genocida: EU.

Con la cobarde complicidad alemana, en acto terrorista, EU destruyó el gasoducto ruso Nord Stream 2, que le suministraba a Europa gas limpio y barato.

Rusia fue excluida de casi todos los organismos internacionales que EU domina; y este hasta intentó en vano que se la expulsara de la ONU y de su Consejo de Seguridad. Algo insólito pues la respuesta de Rusia a la agresión de EU y Ucrania es legítima y habría que preguntarse por qué ningún país europeo pidió, esa vez con razón, que se expulsara de la ONU a EU cuando llevaba a cabo los descarados genocidios de Vietnam, Camboya y Laos, o los más recientes de Irak, de Siria o Libia.

Con la cobarde complicidad alemana, en acto terrorista, EU destruyó el gasoducto ruso Nord Stream 2, que le suministraba a Europa gas limpio y barato. Y le impidió a Rusia venderle petróleo barato y otros productos a esa Europa suicida, tratando de imponerle a Rusia precios ridículos y cerrándole caminos al comercio. Rusia fue afectada, pero enfrentó y superó esas políticas que la golpeaban y se orientó a ampliar sus relaciones asiáticas: con China, India, Irán y el mundo árabe, lo que derrotó los planes yankees.

Pero en cuanto a la guerra misma, a esa guerra “patas arriba” que mantiene Rusia contra Ucrania, lo cierto es que ha encontrado violenta respuesta del nazismo ucraniano armado por EU y la Otan y que pese a sus logros territoriales en Donbass y a la destrucción que ha hecho de la mayor parte de las armas y tropas militares ucranianas, la situación ha terminado estancándose y el hecho es que la ofensiva rusa centrada en proteger el este ruso del país o no avanza, lo que ya lleva meses, desde mediados del año pasado, y en octubre debió retroceder por ataques terroristas ucranianos. Ante ese estancamiento, Rusia parece estar reformulando su política militar y estar organizando un nuevo plan de guerra que todavía no se define ni cobra forma, y el hecho es que hasta ahora no se ve salida cercana a la guerra porque el suministro hasta hoy inagotable de dinero, armas y mercenarios que EU y Europa le proporcionan a Ucrania alarga esa guerra pese a los éxitos militares y territoriales rusos, porque el objetivo de EU, amo de Ucrania, es prolongarla al precio que sea, sin importarle ni los muertos ucranianos ni la destrucción y ruina del destrozado país, a objeto de hacer fracasar a Rusia. Esto es algo que Rusia, con su superioridad política y militar, está en condiciones de evitar, pero solo si recupera la iniciativa y emprende pronto el nuevo plan ofensivo del que viene hablando hace meses. Ucrania esta de hecho destruida, el loco criminal que la gobierna a la orden de EU destruyó su país y pide a EU y a Europa más y mejores armas y más y más dinero. No hay clima para negociar. EU insiste en alargar la guerra. Y no se ve con claridad a Rusia como vencedora.

Cabe pues preguntarse ¿quién sería entonces el más probable vencedor en esa guerra? ¿Avanzará Rusia con su nuevo plan militar? ¿Se le adelantará la Otan? ¿O se alarga más la guerra y termina imponiéndose de algún modo Estados Unidos?

Trataré de examinar ese candente tema en próximo artículo.

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