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william castillo

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HABLANLOSASTROS

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los venezolanos.

Si las Naciones Unidas condena las sanciones y se supone que son violatorias del derecho internacional, ¿qué hace el sistema multilateral para frenar esas acciones unilaterales?

—Fundamentalmente analizarlo y denunciarlo. Pero se trata de medidas coercitivas unilaterales que son dictadas por un Estado o grupos de Estados sin atención a las decisiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que sólo las acepta si son aprobadas por el Consejo de Seguridad y Venezuela no tiene ninguna medida en esa instancia, porque no se considera que este caso amerite unas sanciones. Entonces, son ilegales porque se cometen indiscriminadamente contra la población civil, de manera planificada y consciente. Y exactamente eso es lo que ha hecho Estados Unidos, la Unión Europea y otros países contra Venezuela en los últimos años.

¿Cuál es el perfil de estos 30 estados sancionados?

—Salvo China que es la primera economía del mundo o Rusia que tiene un desarrollo muy importante, son países en desarrollo ubicados en América Latina, África y el sudeste asiático, países que están buscando la independencia o que tienen una política exterior propia, que no se alinean con los Estados Unidos. Por ejemplo, Angola está sancionada desde 1976 por declarar la independencia. Mozambique por declarar la independencia, Argelia por tener una política hacia el mundo árabe propia y autónoma, Venezuela por tener una política exterior y un modelo político propio en América Latina, Cuba por haber hecho una revolución. Es decir, pareciera que en ese mundo de las sanciones, cualquier país que no se alinee a la alianza atlántica, Estados Unidos

—Europa, inmediatamente es agredido, su población sufre para buscar allí un cambio de régimen y de modelo político.

¿Por las sanciones se puede decir que la autodeterminación de los pueblos es un delito, sancionable además?

— Desde el punto de la vista de Estados Unidos sí. Y hay una larga tradición de análisis de estas medidas justificándolas. Richard Nephew, en su libro El arte de las sanciones, dice que “las sanciones deben ir a donde más duelan, donde más dolor causen a la población del Estado objetivo”. En el caso Venezuela, las sanciones se han dedicado a destruir el sector público, las finanzas públicas, la industria petrolera, porque de ahí se generan los recursos que el Estado invierte en seguridad social, salarios, en protección, en beneficios sociales.

¿Cómo impactan las sanciones contra Venezuela en la vida cotidiana?

—En el caso de Venezuela las sanciones van contra las instituciones que permiten manejar el comercio exterior para traer alimentos, medicinas y materias primas, lo que hace que esas sanciones se trasladen a la población. Como efecto los ingresos del país en divisas cayeron 99% entre 2014 y 2020. Pasamos de ingresar 56.000 millones de dólares anuales a 743 millones en 2020.

La presión por el bloqueo es abrumadora, por ejemplo, las empresas que brindaban software al Hospital Cardiológico Infantil, por equipos de alta tecnología que requieren de mantenimiento anual, eliminaron los contratos por las sanciones, fueron presionadas por los EEUU y el Cardiológico pasó de realizar 1.200 operaciones gratuitas en 2013 a menos de 200 en 2020. ¿Cuántos niños fallecieron por eso? ¿Cuántas enfermedades ha habido por la débil calidad del agua?, porque hasta los reactivos para potabilizar el vital líquido nos fue negado comprarlos fuera del país.

Entonces, vemos que los efectos cotidianos de las sanciones son sobre la gente, y es una farsa decir que las medidas son contra un presidente, o contra un grupo políticos o funcionarios militares.

—¿Con tan evidente violación de los derechos humanos no hay alternativa desde la ONU para enfrentar a los que promueven estas medidas? —No la hay. En este momento no existe manera de evitarla porque son unilaterales, dictadas por un Estado sin atención a la norma internacional.

Estados Unidos y Europa controlan el sistema financiero a través del Swift, que es el sistema de mensajería interbancaria. Cuando un país es excluido del Swift ningún banco quiere trabajar con él y los recursos son bloqueados.

Fue lo que le pasó a Venezuela desde el 2017, cuando Estados Unidos emitió una alerta sobre las transacciones del gobierno de Venezuela, incluyendo alimentos y medicinas. Entonces es un poco desesperante la respuesta pero no

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