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23-4-2020 Miguel de Cervantes ¿Quién dejará del verde prado umbroso

Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles. Felices las aves, el estiércol, las piedras. Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños, las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos que sus padres y más delincuentes que sus hijos y más devorados por amores calcinantes. Que les dejen su sitio en el infierno, y basta. Roberto Fernández Retamar

Para oir el poema en la voz de su autor, pulsar aquí

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Jueves, 23 de abril de 2020

Miguel de Cervantes: ¿Quién dejará del verde prado umbroso...

Cervantes no fue un gran poeta. El mismo se lamentaba de ello: "Yo, que siempre me afano y me desvelo, por parecer que tengo, de poeta, los dones que no quiso darme el cielo" No obstante, en algunos casos, tiene grandes aciertos poéticos, como en este soneto, incluido en La Galatea. En él recrea el mito de La Arcadia Feliz. Opone la felicidad de la vida campesina, disfrutando del verde prado, las yerbas, las fuentes, la caza, la música campesina, la siesta en el campo ..., a las desgracias y sobresaltos que causa el amor: incendios, temores, celos, iras, rabias, muertes, penas. El terceto final es fantástico: Del campo son y han sido mis amores; rosas son y jazmines mis cadenas; Libre nascí, y en libertad me fundo. Hay que añadir que estas palabras las pronuncia una mujer, Gelasia, que reivindica su derecho a no enamorarse para ser más libre. La pastora Marcela en El Quijote proclamará esta misma idea.

¿Quién dejará del verde prado umbroso...

¿Quién dejará del verde prado umbroso las frescas yerbas y las frescas fuentes? ¿Quién de seguir con pasos diligentes

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