Seminario "La Psicopatía", Lección 3

PSICOPATÍA

Dr. Joaquin Ortega Escobar Profesor Titular Jubilado de la Universidad Autónoma de Madrid

LECCION 3 Búsqueda de recompensa. Empatía.

BÚSQUEDA DE RECOMPENSA  Característica 3 de la PCL-R de R. Hare: Necesidad de estimulación y tendencia al aburrimiento. Corresponde al factor 2, estilo de vida/antisocial.  La conducta antisocial puede responder a un bajo nivel de activación cerebral (Alcazar-Córcoles et al., 2019) que se compensa por la búsqueda de sensaciones que conduzcan a una recompensa.

• La búsqueda de sensaciones es un carácter de la personalidad que aumenta de la infancia a la adolescencia, y este aumento contribuye a la emergencia y escalada de las conductas de riesgo en la adolescencia. Preferencia por “sensaciones y experiencias variadas, nuevas, complejas e intensas y el deseo de adoptar riesgos físicos, sociales, legales y financieros para obtenerlas” (Zuckerman, 1994, p.

27). Se mide mediante auto-informe.

• La búsqueda de recompensa se centra, generalmente, en cuánto le gusta y quiere una persona una recompensa. Medida fisiológica • Conceptos distintos: Una recompensa no tiene porque ser arriesgada (v.g.: sentarte a ver tu serie favorita en TV) o sí (v.g.: correr los encierros de San Fermín o S. Sebastián de los Reyes).

• En general, se presume que cuanto más sensible se sea a la recompensa más se buscarán sensaciones.

Diferentes niveles socioeconómicos

Conducta antisocial (marco familiar BEE) + Alta impulsividad

Deseo de recompensa inmediata en un marco delincuencial (v.g.: robo, timo)

Conducta controlada (marco familiar AEE) + Alta impulsividad

Deseo de recompensa inmediata en un marco de actividad de ocio (v.g.: deportes extremos, viajes, conductas prosociales)

Ambos resultados conducen a asunción de riesgos que se incrementan de la niñez a la adolescencia para disminuir en la edad adulta. Ello parece ser debido a la maduración de las conexiones entre CPF y sistema límbico.

Circuitos nerviosos de la sensibilidad a la recompensa.

• Para desear una recompensa tenemos que tener en cuenta la motivación hacia ella que es impulsada por el estado fisiológico y lo que se ha aprendido previamente acerca de las señales relacionadas con la recompensa.

• Sistema mesolimbico dopaminérgico. Activado por comida, sexo, amor y drogas. Como indica su nombre es un conjunto de áreas cerebrales en el que interviene el neurotransmisor dopamina (DA).

El sistema mesolímbico tiene su origen en el ATV (neuronas con DA) y conecta con el NAc; el ATV también conecta con la amígdala y el hipocampo, que median asociaciones emocionales y de memoria, así como con la CPF, a través de la vía mesocortical, (jerarquía de valores, toma de decisiones y auto-regulación).

El NAc y las regiones asociadas con él están crucialmente implicadas en los procesos de adicción a las recompensas naturales (agua, comida, sexo) y habrían sido "pirateadas" por diversas drogas (cocaína, heroína, alcohol) para ejercer sus propiedades reforzantes. Tanto el consumo de recompensas naturales como el de drogas inician procesos de aprendizaje en relación a las señales que predicen su disponibilidad y también a las acciones que conducen a su consumo. La DA señalaría la presencia de la recompensa, los estímulos asociados con ella y su ausencia a pesar de los estímulos que la señalaban.

La investigación en animales y humanos ha encontrado, de forma consistente, que la búsqueda de sensaciones está asociada con diferencias en los sistemas DAminérgicos relevantes para la recompensa (Harden et al. 2018).

Algunos estudios con seres humanos han mostrado que los buscadores de sensaciones pueden experimentar la novedad o la incertidumbre como gratificantes en sí mismas.

Harden et al. (2018). Journal of Personality and Social Psychology, 115, 161-178.

Pero no sólo la búsqueda de sensaciones está asociada con diferencias individuales en ganar recompensas, también lo está con aquellas en evitar castigos. Algunos estudios han encontrado que sujetos con altos niveles de búsqueda de sensaciones muestran niveles más bajos de ansiedad e informan sentir menos miedo y también muestran menos respuestas del SNA simpático a los estímulos desagradables. ¿Existen diferencias a nivel neurobiológico que puedan explicar las diferencias individuales en búsqueda de sensaciones?

Polimorfismos en la clase del receptor D2 (DR2, DR3 y DR4) de la dopamina. Estos receptores están en el NAc. Casi todos los datos que relacionan la búsqueda de sensaciones con neurotransmisores lo hacen con la DA. Individuos con niveles más altos en búsqueda de sensaciones pueden: -exhibir niveles más altos de DA endógena, -mayores respuestas dopaminérgicas a señales de que habrá una recompensa próxima, -tienen formas de la enzima que degrada la DA, llamada monoamino-oxidasa, con menor actividad, -tienen mayor actividad de la enzima que fabrica la DA, llamada dopa-descarboxilasa, -sin respuesta si se le ha suministrado un antagonista de la DA, como el haloperidol.

Las diferencias individuales en la eficacia de la transmisión dopaminérgica en esta vía [mesolímbica] podrían contribuir por lo tanto a la variación interindividual en la respuesta a esta clase de estímulos destacados, constituyendo un carácter cuantitativo de preferencia por la novedad o la intensidad. (Norbury y Husain, 2015, p. 85).

A. Norbury y M. Husain (2015). Behavioural Brain Research, 288, 79-93.

Tanto los psicópatas primarios como los secundarios muestran un comportamiento de búsqueda de recompensas, que puede ser muy variable, por ejemplo, una meta profesional, dinero, etc.

Psicópatas primarios: muchos de estos sujetos no son desinhibidos o violentos, sino bien controlados, organizados, calculadores y previsores, aunque muestren deficiencias emocionales como característica nuclear de su personalidad (“psicópatas primarios controlados” de Yildirim y Derksen (2015)). Piensan y reflexionan de manera racional, son astutos y manipuladores y pueden tener fuertes impulsos internos en busca de recompensas codiciadas, pero son capaces de controlarse, aunque tengan fantasías violentas en relación con aquellas.

“Psicópatas primarios desinhibidos” (Yildirim y Derksen (2015)) son irresponsables, buscan riesgos de forma impetuosa, son antisociales de forma continuada y muchos de ellos son abiertamente agresivos. Estos psicópatas pueden tener una hipersensibilidad a la recompensa que puede ser la base de su búsqueda de novedades y también muestran una falta de previsión de sucesos desagradables.

Ambos tipos de psicópatas primarios, controlados y desinhibidos, muestran una personalidad caracterizada por la búsqueda de recompensas, pero en el caso de los primeros son capaces de controlarse y obtenerlas a más largo plazo que los segundos que, además, aprenden poco de los errores, riesgos y castigos.

Los estudios de neuroimagen en psicópatas ya habían encontrado alteraciones en diversas regiones corticales –CCA, CPFvm, CPFof, ínsula, amígdala, hipocampo y ATV- en relación con la búsqueda de recompensa. También se encontró que la alta sensibilidad a la recompensa estaba ligada a un aumento de volumen en el núcleo estriado, donde se encuentra el núcleo Acumbens que, en algún estudio, se ha encontrado poco desarrollado.

CCA/ CPFvm

CPFof

Ínsula

Hipocampo y Amígdala Tomado de R. Nieuwenhuys et al. (2009). El Sistema Nervioso Central Humano. Ed. Médica Panamericana

EMPATÍA La empatía es definida como “el proceso mediante el cual los individuos son capaces de reconocer, comprender y compartir o reaccionar a los estados emocionales de otros” (Frick y Kemp, 2021, p. 397). El desarrollo normal de la empatía hacia los demás se considera que es importante para el desarrollo de la autorregulación emocional y conductual.

Parece surgir más claramente en el segundo año de vida.

La falta de empatía aparece en los criterios de H. Cleckley, en la “Máscara de la Cordura” como insensibilidad interpersonal y en los de R. Hare en su PCL-R como insensibilidad afectiva y ausencia de empatía (criterio 8).

Frick, P. J. y Kemp, E. C. (2021). Annual Review of Clinical Psychology, 17, 391-416.

Hay niños que desde la infancia temprana empiezan a mostrar conducta antisocial y agresiva, elevada reactividad emocional y pobre control de impulsos; Moffit (1993) los llama personas antisociales “a lo largo de la vida”; muestran problemas de regulación debido a su temperamento y a problemas durante su crianza. Estos niños muestran altos niveles de ansiedad porque se afligen cuando observan lo que les han hecho a otros; por lo que no podemos decir que sus alteraciones de conducta sean debidas a falta de empatía. Hay otros niños con desordenes que comienzan durante la infancia pero que no muestran el malestar por el daño que sus actos puedan producir en otros; por lo tanto, les falta empatía (son los que muestran caracteres insensibles emocionales, CU).

Los caracteres CU se potenciarán si van asociados a problemas de crianza, como pueden ser pobre supervisión parental, que los padres sean poco cariñosos o que la escuela sea de baja calidad. Todo ello puede conducir a problemas con la socialización del niño, justo lo contrario de lo que pretenden los padres y profesores al transmitirles valores morales como es el comprender que, cuando otro niño o niña muestre angustia o miedo, sea capaz de acercarse a él y mostrarse afectuoso.

Para estudiar los correlatos neurobiológicos de la empatía en los sujetos psicópatas se ha utilizado sobre todo estudios de neuroimagen (RMNf) con imágenes que muestran dolor físico (v.g.: pillarse un dedo con la puerta) y el sujeto que está viendo las imágenes debe imaginarse que lo que ve le está ocurriendo a otra persona o a él.

Psicópatas con puntuaciones bajas (L), medias (M) y altas (H) en la PCL-R cuando se imaginan que un estímulo doloroso les ocurre a ellos (histograma verde) o a otro (histograma magenta).

La respuesta cuando la perspectiva era la de uno era activación de la red cerebral implicada en dolor. Cuando la perspectiva era del Tomado de J. Decety et al. (2013). Frontiers in Human Neuroscience, 7, 489.

otro, el patrón de activación cortical era diferente (Ia, Am, CPFof, CPFvm).