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ALIMENTOS EN MOVIMIENTO

por Alfredo Narváez Lozano

Debido a la concentración comercial cada vez hay menos abasto de alimentos frescos en las zonas urbanas de Estados Unidos, pero en Chicago está sucediendo algo interesante, quizá un experimento de diseño social que podría reproducirse en nuestro país.

¿Qué y dónde?

Todo empezó en 2017, cuando Laurell Sims y Erika Allen fundaron el Urban Growers Collective (UGC), una organización dedicada a la producción agrícola urbana en la ciudad de Chicago.

Quizá lo más innovador de este proyecto es el Fresh Moves Mobile Market, un mercado literalmente sobre las ruedas de un autobús acondicionado para llevar legumbres frescas a escuelas, centros comunitarios, iglesias… La intención es evitar que la gente vaya lejos en busca de alimentos frescos de calidad y a precios accesibles y que éstos vayan a vecindarios marginales, como los de las comunidades afroamericanas y latinas. Estos son los que menos infraestructura e inversión tienen. Forman parte de lo que la antropología urbana llama “desiertos de la alimentación”, ya que sólo existen tiendas de conveniencia en las que abunda la comida chatarra y muy pocos alimentos frescos como frutas y verduras.

Diario se cosechan espinacas, lechugas, cebollas, rúculas, rábanos… Se meten en bolsas y son cargados en los estantes del autobús. Entonces ya lleno, va a un diferente punto cada día de la semana, de lunes a viernes. Se cosechan hasta dos toneladas de alimento cada semana, y se venden enseguida a personas que de otra forma no tendrían acceso a productos agrícolas de calidad y a un buen precio. Así no sólo se apoya la economía, se promueve que la gente tenga prácticas más saludables y se desarolla una cohesión social.

¿Cómo?

En México lo único semejante es una iniciativa del gobierno de la CDMX, que lleva mercancía de la Central de Abasto a colonias populares. Muchas ciudades mexicanas podrían ir incluso más allá, ya que cerca de éstas todavía se produce mucho. Lo que hace falta fortalecer es una cadena de abasto horizontal entre productores y consumidores de una escala importante. Hay varias iniciativas, como las que impulsa Capeltic y su café de Chiapas, Slow Food Mexico o el Mercado del 100, pero aún falta conectarlas y construir una comunidad integrada de comercio justo y abasto alimentario a buenos precios. Una red más amplia, de mayor escala, seguramente ayudará a llevar alimentos baratos y sanos a más personas y

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