
2 minute read
ACOUSTIC OCEAN , EL REINO INVISIBLE
por Ana Cristina Ortego
La obra de la artista, escritora y videoasta suiza Ursula Biemann parte de la investigación científica y el desarrollo tecnológico para adentrarnos y sensibilizarnos sobre dimensiones profundas de la naturaleza, en las que muchas veces no reparamos.
“Las voces, los ritmos y los latidos van mucho más allá del momentáneo reinado de nuestra especie”. Cuauhtémoc Medina
Lo imperceptible a nuestros sentidos no quiere decir inexistente. Nuestro antropocentrismo nos hace olvidar que hay miles de microcosmos coexistiendo con nosotros y que llevan en el planeta mucho más tiempo.
La artista suiza, Ursula Biemann (Zúrich, 1955) da voz a esos microcosmos que olvidamos que están aquí; lo invisible le sirve para abordar temas como el cambio climático, la migración, la movilidad, la tecnología y la ecología. Entreteje paisajes cinematográficos con imágenes documentales, recurre a videoinstalación, arte, poesía, música e investigación como recursos para narrar las realidades cambiantes de nuestro planeta.
Acoustic Ocean (2017) es un performance que Biemann desarrolló en las frías aguas del Atlántico, en las islas Lofoten al norte de Noruega. En este proyecto colaboró con Sofia Jannok, artista, músico, cantante y activista climática perteneciente a la comunidad indígena Sami, quien coloca en la costa una serie de hidrófonos para posteriormente introducirlos a las profundas aguas del océano con la finalidad de captar los sonidos imperceptibles que emiten las criaturas que habitan el cosmos submarino.
Vemos un paisaje desierto, a simple vista no somos capaces de percibir ningún tipo de vida. Entre las rocas aparece una caja de instrumentos de ingeniería acústica. Como un holograma, al parpadear, surge Sofia vestida con un traje anaranjado diseñado por Biemann, cuyo color contrasta con los azules y grises del paisaje. Alrededor de su cuello lleva una pechera de reno que enfatiza el clima gélido y hace homenaje a dicha criatura, tan importante para la cultura Sami. Esta serie de elementos, en palabras de Ursula, “hacen referencia a formas de conocimiento antiguas y nuevas”.
Jannok abre la caja que tiene frente a ella, los sonidos de la manipulación de sus instrumentos acústicos se mezclan con el choque de las olas en la costa y crean una atmósfera envolvente que nos atrapa para abstraernos de la realidad. Vemos a la acuanauta hacer ajustes en los hidrófonos para interceptar señales acústicas colocando sus instrumentos en las profundidades de la hidrósfera.
Entonces, los sonidos de la vida marina se hacen presentes; se vuelven perceptibles a nuestros sentidos y nos revelan un mundo desconocido, un cosmos poético inalcanzable que va cambiando a medida que los hidrófonos alcanzan mayor profundidad. Los sonidos que van apareciendo son similares a un murmullo en el que emerge todo.
Las criaturas marinas se comunican, generan diálogos, y esa bella semiótica marina, Ursula la saca de las profundidades para mostrárnosla. Nos invita a reflexionar sobre cómo lo no visible no quiere decir inexistente y me hace pensar en cómo la contaminación de los océanos afecta esos ecosistemas “invisibles” y genera un inminente desequilibrio ecológico. Biemann busca visibilizar esto para que hagamos conciencia de nuestra relación con el planeta.



Sofia Jannok no sólo es la persona que activa el performance, también es el enlace entre nosotros como espectadores y un ecosistema invisible que muy a menudo es ignorado. Ella, durante semanas, ha descubierto el paisaje marino, dotándolo de una dimensión auditiva que deja espacio a la réplica.
Acoustic Ocean mezcla imágenes, sonidos, música, poesía, nos entrega diversos niveles de lectura y detona las posibilidades de recepción simbólica de este complejo proyecto que devela un ecosistema hasta hace poco desconocido. Asimismo, da voz a la cultura Sami, nos invita a ver más allá de lo evidente y a replantearnos cómo existimos en un planeta que no sólo es de nosotros.
Ana Cristina Ortego es Licenciada en historia del arte por la Universidad Iberoamericana. Ha trabajado como curadora en galerías de arte y como asistente de investigación. Desde 2012 coordina proyectos culturales y de difusión y promoción de artistas y exposiciones independientes. Actualmente es coordinadora editorial de la artista María José de la Macorra.
