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La Universidad recibió a sus nuevos alumnos
Boquin. El Padre hizo énfasis en la importancia de que, el día de mañana, los chicos trabajen de algo que disfruten, que los llene y que los haga feliz.
También les recordó que el ser humano está compuesto por tres grandes dimensiones: la cabeza, el corazón y las manos, que se traducen en el pensar, el sentir y el obrar. “Una persona vive en la alegría cuando logra integrar esas tres dimensiones”, aseguró. Por último, les habló de la importancia que le da la UCA de formar no solo buenos profesionales, sino también buenas personas. “Estamos a disposición para ayudarlos a crecer y desarrollarse como personas”, concluyó.
Luego, Nayar volvió a tomar la palabra, e hizo énfasis en el entusiasmo que notaron en los estudiantes durante el primer día –y también el resto– del curso de ingreso. A continuación, se proyectó un video que recopilaba escenas de ese momento. “Uno de los corazones de la Universidad es el Departamento de Alumnos”, dijo Corona antes de presentar a Pablo Blanco, director de la unidad.
Más de 800 ingresantes se acercaron este 15 de marzo al auditorio Juan Pablo II del edificio San José para participar de la bienvenida de la UCA. Se trató del segundo acto realizado por la Universidad este año para recibir a sus nuevos alumnos.
La primera fue el 27 de febrero, en el mismo lugar. En ambas oportunidades, el aforo del auditorio estuvo completo.
La jornada comenzó con la proyección de un video institucional, que hacía un recorrido por las instalaciones y unidades académicas de la Universidad. Después, los representantes de distintas áreas fueron tomando la palabra y, al final, los ingresantes fueron divididos en grupos según las unidades académicas a las que pertenecen para que pudieran despejar sus dudas.
“Ver el auditorio lleno con ustedes nos emociona, nos llena de orgullo y nos contagia el entusiasmo que tienen por empezar la carrera que eligieron estudiar”, expresó la Lic. Ana Julia Nayar, quien junto con el Dr. Pablo Corona condujo el evento. Ambos son coordinadores de Formación Preuniversitaria.
“Sabemos que hoy muchos rindieron exámenes, entregaron trabajos y terminaron el curso de ingreso”, afirmó Nayar, antes de felicitarlos por ese logro.
Corona, por su parte, explicó a los presentes qué edificios integran la Universidad, dónde quedan y qué pueden encontrar en cada uno. Luego, invitó al Pbro. Gustavo Boquin, vicerrector de Integración, a que dijera unas palabras.
“Bienvenidos a la UCA, el ámbito que quiere colaborar con algo que todos tenemos en común: la búsqueda de la felicidad”, dijo
Blanco explicó cuestiones relacionadas a la sección de Alumnos de la página web. Les comentó sobre el campus, los aranceles, las reducciones y becas, y el estacionamiento, entre otros. Además, se detuvo en los beneficios que tienen los estudiantes por cursar en la UCA: acceso al paquete Office, a la plataforma de idiomas Altissia, descuentos en la Escuela de Idiomas y la posibilidad de practicar algún deporte.
Por último, el Dr. Miguel Ángel Schiavone, rector de la UCA, subió al escenario a decir unas palabras. “Felicitaciones a todos los que han aprobado e ingresado y entrado a la Universidad. Me da una profunda alegría ver la integración de docentes, ingresantes y personal administrativo”, comenzó.
Schiavone continuó su discurso destacando el hecho de que los ingresantes empezarán a cursar en la Universidad el mismo año en que se cumplen, por un lado, 65 años de la fundación de la UCA y, por el otro, una década del Papado de Francisco. El rector utilizó una analogía para hablar del recorrido que los alumnos harían por la Universidad durante los próximos años. En este sentido, les pidió que imaginaran un edificio de seis pisos y una escalera que, al ir subiendo, se irían acercando a la felicidad.
Así, al subir por la escalera, en el primer piso encontrarían los saberes y conocimientos. En el segundo, los valores, que harían brillar el conocimiento. En el tercero se encontrarían “con el otro”, con sus compañeros, que antes no conocían y que podrían transformarse en sus futuros amigos o, quién sabe, marido o mujer.
En el piso número cuatro, con la sociedad –tan particular en la Argentina–, en donde van a ejercer su profesión. En el quinto, con ellos mismos. Y finalmente, en el sexto, con Dios. Y allí, una vez en el último piso, encontrarían la felicidad.
“Muchas gracias por estar con nosotros. Le pido a Dios que pueda llegar a esa última etapa, y que yo pueda acompañarlos”, concluyó Schiavone.
Una vez concluido el acto formal, Nayar y Corona les indicaron a los presentes a qué aula dirigirse según la Facultad o carrera a la que pertenecían.
En esa siguiente instancia, los ingresantes tuvieron la oportunidad de despejar sus dudas, conocer a sus futuros compañeros y tener una experiencia académica junto a los directores de las carreras.