Recopilatorio 31 de Marzo

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 31 de marzo de 2021



Policías de Veracruz y Quintana Roo matan a una persona con discapacidad y una mujer migrante Miguel Ángel León Carmona - Pié de Página E-consulta Veracruz - 29 marzo, 2021

Victoria, migrante asesinada por policías en Tulum En Tulum, Quintana Roo, una mujer murió a manos de policías que la sometieron en la vía pública el sábado pasado. De acuerdo con imágenes y videos difundidos en redes sociales este domingo, la mujer de nombre Victoria Esperanza quedó inconsciente después de que una mujer policía le colocó una rodilla en el cuello. En otro video se observa que los policías rodean el cuerpo inerte de la víctima en el asfalto y posteriormente, los policías después se llevan cargando a la víctima hacia una patrulla. Vecinos y ciudadanos de Tulum se manifestaron por la tarde en las oficinas de Seguridad Pública para reclamar por el homicidio de la mujer migrante. El presidente municipal de Tulum, Víctor Mas, informó que los elementos policiacos que participaron en la detención y muerte de la mujer fueron presentados ante la Fiscalía General del Estado. En tanto, la Comisión Nacional para Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, Conavim, pidió en un mensaje de Twitter que no quede impune el crimen en contra de Victoria. Funcionario federales como Olga Sánchez Cordero y Alejandro Encinas se sumaron a las condenas del crimen y pidieron que se haga justicia. El gobierno de El Salvador condenó el crimen y pidió justicia y celeridad en el caso. Este domingo, un hombre que padecía de sus facultades mentales murió esposado cuando un policía municipal de Atzacan


le dio balazo. En Tulum, una mujer proveniente de El Salvador murió sometida por cuatro policías municipales Un policía municipal de Atzacan, Veracruz, disparó en el pecho contra un hombre de 38 años a quien previamente habían sometido y esposado. La víctima, Leonardo Manuel Huerta, padecía de sus facultades mentales y falleció minutos después del ataque. Policías de Atzacan habrían acudido a un reporte en calles céntricas de Atzacan, donde Leonardo Manuel -quien hace años sufrió un accidente y se golpeó la cabeza- habría amagado a peatones con un machete. Aunque el hombre presuntamente se resistió a ser detenido, finalmente fue esposado por los oficiales, según se aprecia en fotografías obtenidas por este medio. A pesar de encontrarse sometido en el piso la víctima recibió un disparo en el pecho que lo dejó malherido. Leonardo Manuel fue trasladado al hospital regional de Río Blanco, alrededor de las 13:30 horas de este domingo. Sin embargo, horas más tarde autoridades de esa región confirmaron su deceso. Este hecho provocó indignación entre pobladores del municipio serrano, quienes se manifestaron afuera de la comandancia municipal. Las protestas fueron controladas por elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y de Seguridad Pública de Veracruz. Familiares de la víctima, Eladio Aguirre Chable, privado de la libertad el 21 de abril de 2020, recriminaron este acto y lo calificaron como inhumano y revictimizante. Namiko Matzumoto Benítez, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), confirmó que la dependencia ha iniciado quejas de oficio por los dos hechos recientes en Veracruz, donde se investigarán probables abusos de autoridad y violaciones a víctimas. 2


Otro caso que causó indignación este fin de semana tuvo lugar en el municipio de Las Choapas, Veracruz, donde personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) entregó este fin de semana los restos de un joven en bolsas negras.

El ingrediente ‘desobediencia’

Celia Guerrero - Pié de Página - Igualada - 24 marzo, 2021 Ahora que vienen elecciones intermedias en México, ¿dónde depositar los esfuerzos políticos? Una posible respuesta es continuar exigiendo derechos ganados y señalando cuando hay violaciones, mientras se buscan otros tipos de organización política, con la desobediencia civil como ingrediente que podría posibilitar una oposición Dicen que los derechos que hoy tenemos las mujeres no nos los concedieron, sino que fueron arrebatados por otras que nos precedieron, y dicen bien. Mis tías abuelas y mi abuela paterna aún cuentan emocionadas sus recuerdos sobre la primera vez que votaron. Estamos hablando de que en México las mujeres hemos tenido el derecho al voto y a la elección popular solo durante las últimas dos o tres generaciones. Pensar nuestra ciudadanía en estos términos es un golpe de realidad. [Un dato para reflexionar: antes de las reformas constitucionales de 1953 que formalizaron el voto femenino a nivel federal; en San Luis Potosí, en 1923 el voto de las mujeres fue validado para elecciones municipales. Pero, luego, con el conflicto armado derivado de la oposición a la Ley Calles —mejor conocido como Guerra Cristera—, volvió a invalidarse por el temor del gobierno federal a que no le favoreciera.] Rosalía Romero Pérez, doctora en filosofía, identifica el Sufragismo como el movimiento social de desobediencia civil por excelencia: “consiguió que la mitad de la población excluida acce3


diera al espacio de lo político” mediante “prácticas abiertamente públicas” de “disentimiento básico”, escribe en Desobediencia civil, feminismo y cuerpo. Ahora que se aproximan las elecciones intermedias en México y al movimiento actual de mujeres se les adjudica una supuesta oposición al poder oficialista, no dejo de preguntarme bajo qué fundamentos esta conjetura puede resultar verdad y lo que significaría, ¿qué planteamientos o acciones nacerían de una oposición de las mujeres al gobierno actual? Si bien es evidente la negación del presidente a la atención de los problemas de las mujeres, también están los arribistas que intentan usar las “causas feministas” para su conveniencia. En ese tablero nos quieren vender que las mujeres solo tenemos de a dos: o votamos para castigar al presunto partido de la presunta transformación que postula al presunto violador como candidato, y atendemos a la recomendación de votar por quienes desde sus campañas apoyen propuestas en beneficio de las mujeres; o nos inclinamos por los “compañeros de lucha” y las “feministas obradoristas” que dicen ser diferentes. No quieren que haya imaginación para más. Pienso en las palabras de las mujeres zapatistas en la inauguración del segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan: “Dicen que hay equidad de género porque en los malos gobiernos hay igual de hombres y mujeres mandones y mandonas. Pero nos siguen asesinando […] Dicen que ahora las mujeres tienen más voz. Pero nos siguen asesinando […] Dicen que la mujer ya está en más espacios. Pero nos siguen asesinando”, y sé que nos es urgente imaginar más. Pero también soy consciente de que lo más lejos que se ha llegado hasta el momento es a pedir a un jefe de Estado romper el pacto patriarcal [LOL]. [ Va lectura teórica recomendada para no desviarme de la reflexión: El contrato sexual, de Carole Pateman]. El asunto es ¿dónde depositar los esfuerzos políticos, en la eter4


na apelación al funcionamiento de un sistema a todas luces deficiente pero que ha costado mucho a muchas, o a la construcción de alternativas para posibilitar la vida aquí y ahora? Una posible respuesta es aceptar el reto de continuar exigiendo derechos ganados y señalando cuando hay violaciones, mientras se buscan otros tipos de organización política, con la desobediencia civil como ingrediente que podría posibilitar una oposición. Pensemos en las redes de acompañantes de aborto a la par de las tomas pacíficas de congresos para empujar la despenalización y acciones directas que revelan el aparato violento y de control: exigencia, desobediencia y organización, todo al mismo tiempo.

¡Seguimos hasta la madre!

Jacobo Dayán - Animal Político - Nunca más - 24 de marzo, 2021 Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí. Martin Niemöller Ya son 10 años. El 28 de marzo de 2011 fueron asesinados en Cuernavaca Juan Francisco Sicilia Ortega y seis amigos suyos: Julio, Luis, Gabriel, Jesús, Álvaro y Socorro. Esta brutalidad que ya era una constante en nuestro país marcó el inicio de la primera gran articulación nacional de víctimas de la absurda guerra contra las drogas: el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD). Las víctimas venían ya organizándose regionalmente, pero el MPJD logró articular la indignación y dolor que penetraba todo el país. En su primera declaración, Javier Sicilia afirmó que “lo 5


que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre… desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre”. A los pocos días Javier publicó en Proceso el primer texto de lo que sería el MPJD, ¡Estamos hasta la madre! Carta abierta a políticos y criminales. En este texto quedó plasmado el sentir de buena parte de la población: “Estamos hasta la madre de ustedes, políticos… porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación… estamos hasta la madre porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad… de ustedes, criminales estamos hasta la madre de su violencia… de su crueldad, de su sinsentido”. Le siguieron marchas, protestas, caravanas, textos, discursos, poemas, desgarradores testimonios e incluso propuestas. El resultado: nada, más horror. Se acumulan las víctimas por cientos de miles mientras la clase política, toda ella, permanece en la indolencia y los medios y opinocracia miran solo de reojo el abismo. Diez años y seguimos en las mismas. ¡Seguimos hasta la madre! México solo continúa cavando el hoyo en el que cayó cuando inició la guerra contra el narcotráfico. Se ha sumido más en él por gobiernos federales y estatales que solo mantienen la inercia. Los partidos políticos, de todos los colores, han quedado a deber, han puesto por delante sus intereses. Las redes criminales, de protección política y de corrupción se mantienen sólidas. Se pretende engañar atiendo casos emblemáticos con escasos resultados. Es necesario detenerse y recordar el surgimiento del MPJD que aglutinó a distintos sectores, algunos de ellos hoy en gobierno, para enfrentar al horror desde la ciudadanía y apostó por generar conciencia social apelando a que las instituciones y los funcionarios asumieran el rol que les corresponde. A diez años se logró poco o nada. La gobernabilidad está en riesgo, la democracia y sus instituciones se tambalean mientras los asesinatos, los feminicidios, las desapariciones, las fosas, la tortura y el 6


desplazamiento forzado siguen en aumento. La militarización del país crece a la par de la brutalidad y el horror normalizado. Las víctimas de las violencias han intentado dialogar y construir con gobiernos federales del PAN, PRI y ahora Morena. En lo local con el resto del abanico político. Los resultados son los mismos. AMLO traicionó su compromiso de construir una política de seguridad, justicia, verdad y construcción de paz. Engañó y se atrincheró discursivamente y con ebriedad ideológica ante las víctimas de las violencias, del despojo a pueblos originarios y de manera más burda ante el movimiento feminista. En el olvido y abandono quedó la propuesta de justicia transicional (http://www.cmdpdh.org/publicaciones-pdf/cmdpdh-justicia-transcional-2019.pdf ) construida con el actual gobierno durante la transición junto con diversos sectores de sociedad civil y víctimas convocados por el MPJD. En este momento debe quedar claro que los políticos han renunciado a construir la democracia, paz y unidad nacional; solo queda esperar que la ciudadanía se organice y a partir de una agenda ciudadana trace los acuerdos mínimos que pueden lograr la unidad para reconstruir al país y frenar el desastre. Sólo una gran fuerza social puede conmover al país. Para lograrla tenemos que anteponer los intereses generales a los individuales y, teniendo en cuenta los tiempos del poder, no sujetarnos a sus agendas ni a sus condiciones, sino plantear los propios para obligarles a cumplirlos. Es momento, no quedan muchas oportunidades, para desatar un proceso de articulación entre las comunidades en resistencia, las víctimas de la violencia y sus familiares, los pueblos originarios, el movimiento feminista, las organizaciones populares y comunitarias y las organizaciones de sociedad civil. A la que deben sumarse los medios, la academia, la comunidad artística y cultural, las empresas e iglesias. La nación se desgarra y no hay tiempo para relativizar. 7


La agenda mínima debe abordar la defensa de la democracia y sus instituciones; optar por un modelo de seguridad ciudadana; implementar una agenda seria de verdad, justicia, búsqueda de personas desaparecidas, reparación y construcción de paz; respeto a la autodeterminación y defensa de la tierra y territorios de pueblos originarios; priorizar la agenda de cambio climático; respetar la migración y el refugio; acabar con la impunidad, la corrupción y el modelo económico rapaz. Suena complicado, pero hay mucho avanzado desde la ciudadanía. De lo contrario, seguiremos hasta la madre mientras la clase política y criminal termina por destruir lo poco que queda.

El fiscal en Oaxaca renuncia y deja 510 feminicidios impunes Diana Manzo y Pedro Matías / Página 3* Pié de Página - 9 marzo, 2021

María Elena Ríos, la mujer saxofonista que fue agredida con ácido en 2019, reclama al exfiscal de Oaxaca su incapacidad para atender con perspectiva de género los crímenes contra mujeres. No somos casos, somos vidas, reclamaron las mujeres oaxaqueñas María Elena Ríos Ortiz, la joven saxofonista que sufrió violencia feminicida tras ser agredida con ácido en el 2019, urgió al Congreso local a nombrar a un Fiscal general de Oaxaca -hombre o mujer-, con capacidad de “resolver problemáticas y hacer justicia” en su agresión y en los de cientos de mujeres asesinadas y violentadas en el estado. La joven reprochó y reprobó el actuar de exfiscal del estado, Rubén Vasconcelos, quien renunció el pasado viernes. Le «agradeció» por haberse ido, pues durante su mandato como autoridad de justicia “no resolvió nada” a favor de ella ni de las cientos de oaxaqueñas asesinadas y violentadas, precisó. 8


Según datos de colectivos feministas como GESMujer y Consorcio Oaxaca, en el periodo de Vasconcelos 510 mujeres fueron asesinadas en las ocho regiones del estado. Concentrando las cifras más altas las regiones de los Valles Centrales y el Istmo de Tehuantepec. María Elena Ramírez Ortiz enfatizó que vio al último de sus agresores andar por la calle y le dio aviso al entonces fiscal Rubén Vasconcelos. Sin embargo, hizo caso omiso a este aviso, lo que demuestra que la justicia en Oaxaca hasta hoy no existe. Demuestra que hay impunidad, pues no hay orden de aprehensión en contra de su agresor. Y, lo peor, dijo, es que los presuntos culpables vinculados a proceso aún no reciben sentencia. “Todo va lento, despacio, la justicia a cuentagotas en mi caso, y supongo que el del resto de las oaxaqueñas también. Aquí vemos la justicia solo en letras, porque en hechos no hay nada. Por eso es que debemos alzar la voz, en este 8 de marzo y el resto de los días, estamos esperando la justicia, las oaxaqueñas, la exigimos”. La joven que poco a poco lleva su recuperación tras el ataque feminicida que sufrió, pidió a las oaxaqueñas que: “Alcen la voz juntas para que a la Fiscalía llegue una persona que en verdad represente la voz del pueblo, de las personas y que le dé un valor a la vida”. “Espero que con la nueva o el nuevo fiscal, la justicia llegue, ese valor tan anhelado que hemos visto quebrantado. Rubén solo se dedicó a encubrir a agresores de las víctimas, como en mi caso, donde hay una persona libre sin gozar orden de aprehensión”. Por último, María Elena Ríos Ortiz recalcó que “los resultados están a la vista”, que es la impunidad y la lentitud del acceso a la justicia, es decir “nada”. 9


En su cuenta de twitter María Elena cuestionó al fiscal Rubén Vasconcelos Méndez, quien el 5 de marzo renunció al cargo: “Que bueno que te fuiste @RVasconcelosM no honraste el cargo de la @FGR_Oax y no mereces ocupar ningún otro cargo público. Apoyaste a la corrupción y nos diste la espalda, si alguien te apoyara sería un grave error”. En otro tuit menciona: “@RVasconcelosM por ti el gobernador @ alejandromurat es criticado severamente. Te escondiste del @CongresoOaxLXIV y violaste gravemente nuestros derechos @CNDH”. También cuestiono sus “logros”: “Cuáles avances @RVasconcelosM? Si en todo este tiempo lo que se logró fue gracias a la presión social. Lo único que supiste hacer fue encubrir a nuestros agresores. No ejecutaste la última orden de aprehensión. Que ridículo”. No somos casos, somos vidas Este 8M María Elena Ríos participó en el video #NoSomosCasosSomosVidas donde cuestionan al ineficiente sistema de justicia que prohíja la impunidad en Oaxaca ante casos de secuestro, ataques con ácido, desapariciones y feminicidios. En el video participan la indígena mixe Estela Galván, la saxofonista mixteca María Elena Ríos, la cineasta Ángeles Cruz, las periodistas Diana Manzo y Soledad Jarquín, la escritora Gabriela Jáuregui, la rectora de la Universidad La Salle Oaxaca Rocío Ocádiz y familiares de desaparecidas. El mensaje de denuncia sobre la violencia feminicida es musicalizado con el tema “Mujeres”, que interpreta la cantante Julieta Venegas, acompañada de la Banda Filarmónica Tukyo’m ët xuxp de San Pedro y San Pablo Ayutla: “ Va por Ayutla, va por mi madre, va por mi hermana, va por mi hija, va por mi sombra, va por Rosario, va por Elena, va por mis muertas…” 10


En el video la periodista Soledad Jarquín Edgar reclama que en un sistema de acceso a la justicia ineficiente que da paso a la impunidad, se exige que «las personas encargadas de atender esta problemática estén capacitadas en perspectiva de genero, que conozcan las realidades de Oaxaca y de México y, sobre todo, que permanezcan ajenas a los pactos de impunidad”. La denuncia inicia con la indígena mixe Estela Galván. “El caso de María Elena Ríos rociada con ácido el 9 de septiembre de 2019, uno de sus agresores sigue libre”. María Elena Ríos cita el caso de Estela Galván, una de las cuatro mujeres indígenas secuestradas y torturadas durante el despojo a la comunidad de Ayutla Mixe en junio de 2017. Su caso y el de otras mujeres siguen impunes. “Soy la mamá de Zaira Leticia Morales Loyola, mujer y madre desaparecida desde el 23 de octubre de 2020. Nada se sabe de su paradero”. Y la periodista Diana Manzo citó el caso de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín, víctima de feminicidio el 2 de junio de 2018. En tanto que Heidi Chincoya mencionó el caso de su prima Martha Rosa, estudiante desaparecida junto a su madre el 25 de diciembre de 2018 sin que hasta ahora se conozca su paradero. La escritora Gabriela Jáuregui dijo «exigimos justicia y freno a la violencia en Oaxaca y en el país, es por ellas, es por nosotras”. En tanto que en ese video para exigir no más violencia feminicida, la cineasta Ángeles Cruz destacó: “nuestra voz por las que ya no están, por las que esperamos su regreso y por las que vienen”. En respuesta la lingüista Yásnaya Elena Aguilar en su cuenta de Twitter destacó: “Esto sucede en Oaxaca: secuestradas, rociadas con ácido, desaparecidas, asesinadas. Exigimos justicia en 11


Oaxaca. Nuestra Voz por todas. Estela, María Elena Ríos, secuestradas, rociadas con ácido, desaparecidas…#NoSomosCasosSomosVidas”. De igual forma, la escritora y periodista Lydia Cacho mandó el mensaje desde su cuenta de Twitter. “@lydiacachosi #NoSomosCasosSomosVidas Oaxaca estamos contigo por las mujeres y niñas atacadas, desaparecidas, encarceladas injustamente. Contra el racismo, el clasismo, el machismo y la opresión. #SiTocanAUnaRespondemosTodas”. *Este trabajo fue publicado en PÁGINA 3 que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí y aquí puedes consultar las publicaciones originales.

La vacía realidad del “show”

Javier Sicilia - Revista Proceso - 22 de marzo de 2021 El presidente, día tras día, convence a un gran número de personas de que su fantasía es la realidad. Lo real se disuelve así en el éxtasis de un sueño, de una simulación que lo sustituye... aunque los hechos lo contradigan. Los medios electrónicos, cuya presencia se ha potenciado con la pandemia y el confinamiento, ocupan casi todo el espacio público. En ellos, la realidad pasa de manera tan vertiginosa que, al mismo tiempo que borran las fronteras entre la verdad y la mentira, entre lo importante y lo banal, sustituyen la realidad por el show. Q uien entonces determina lo real no es sólo quien monta el mejor show, sino quien lo hace permanecer más tiempo en medio de la velocidad de los flujos informativos, creando una ilusión. 12


El modelo más acabado de la efectividad del show es la mañanera. En ella el presidente, día tras día, convence a un gran número de personas de que su fantasía –una especie de austera Disneylandia– es la realidad. Lo real se disuelve así en el éxtasis de un sueño, de una simulación que lo sustituye. Aunque los hechos lo contradigan, aunque él mismo se contradiga, la persistencia de su espectáculo es tal que, como un buen vendedor de detergentes en la pantalla televisiva, el sueño que vende se vuelve real en la imaginación de un gran número de espectadores. Un ejemplo de ello es su imagen de la paz. Para este vendedor de desinfectantes de la realidad, la violencia dejó de existir desde que llegó al poder. Si existe es marginal, ilusoria, los remanentes del pasado, de gente que, anclada a él, se niega a aceptar que ya no existe y la genera. No importa que durante los dos años y tres meses de su mandato haya habido, según datos del INEGI, cerca de 100 mil asesinatos, 10 feminicidios diarios, 40 mil 410 desaparecidos y no localizados (de ellos 15 mil 396 mujeres); que de 2006 a 2020 se hayan descubierto 4 mil 190 fosas clandestinas y que cerca de 39 mil cuerpos se encuentren en los semefos sin ser identificados. No importa que, según Causa en Común, hasta julio de 2020 haya habido 429 masacres, 400 casos de tortura y 2 mil 582 hechos atroces. No importa que, como en el pasado, la impunidad sea casi absoluta; que el puñado de corruptos de ayer que persigue –a no ser por venganza, como el caso de Rosario Robles– nunca pisen la cárcel y nunca se les acuse de ser responsable de complicidad en los homicidios y masacres de ayer; que los corruptos de hoy, como Manuel Bartlett, y criminales y violadores, como Salgado Macedonio, estén bien resguardados en su gabinete y en su partido. No importa que el sufrimiento de las mujeres, que transformaron en un inmenso memorial el muro de la ignominia que levantó para resguardarse como un cobarde en el show de la investidura, sea el 13


signo ominoso de su gobierno. No importa que su tren maya arrase con las autonomías indígenas, que su política energética sea cara y contaminante y que la Ley Orgánica de la FGR se deslinde de su responsabilidad en la búsqueda de los desaparecidos. En un mundo dominado por la virtualidad de los medios electrónicos, lo que cuenta es la abstracción del show que en su aparente densidad transforma el sueño en realidad, lo indefinido en evidencia, la mentira en verdad. Así como, a través de gráficas y porcentajes, el show científico pretende dar forma a nociones abstractas como el crecimiento de la población, el número de muertos y enfermos por la pandemia, etcétera, y nos llama a experimentar horror, angustia y regocijo frente a estos vaciados de informaciones abstractas en gráficas, así también el show de AMLO y de los partidos que, inútilmente, intentan competir con él –hay que saber vender­ detergentes– no representa nada de la materialidad sufriente de la realidad, pero finge y simula haberla dominado, cambiado y transformado en paz y bienes­t ar. Arropado por el espectáculo mediático, la persistencia del show crea el acontecimiento y enmascara la realidad bajo el manto protector de lo ilusorio. Sin embargo, ninguna forma de la percepción es monopólica, aun ésta que es producto de un sistema virtual que, al igual que nos absorbe en sus ilusiones, pone muros a la realidad distorsionándola como ninguna ideología ha podido hacerlo. Formas de mantenerse en la realidad sobreviven en muchas personas. El monopolio de la ilusión del show no ha logrado, por ejemplo, cegar la mirada ni ensordecer los oídos de las feministas. Ellas levantaron un memorial donde AMLO levantó un muro travestido de paz. Ellas –no las que intentaron destruirlo y terminaron por alimentar las abstracciones de AMLO– miran y nos hacen mirar la realidad y el sentido que la ilusión simula. Gente como ellas, que conser van en su carne las evidencias de lo real, mantiene vivas la libertad y la dignidad. 14


Contra la lógica del show y su juego de ilusiones podemos hacer actos poéticos de renuncia e irreverencia como el del memorial en el muro. Podemos romper el encanto del show, cortar la conexión, desenchufarnos y desafiar la mentira de la matrix. “Podemos también –escribió Jean Robert– tratar de redescubrir y practicar una ética óptica”, que hoy es también una ética política. “El origen de este concepto es medieval (…) En esa época, la ética óptica consistía en la adquisición de hábitos psíquicos mediante los cuales las apariencias podían filtrarse en el umbral de la memoria”. Hoy se trata de proteger el corazón de la intrusión de imágenes que, como los fascinantes y vacíos ojos de la Gorgona, suplantan la realidad en el vacío del show.

Pactos de impunidad vigentes

Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo - 27 de marzo de 2021 El 23 de marzo de 2013 fue la última vez que se le vio, justo en la semana que tenía que presentarse en la Procuraduría Federal de la República (PGR) para declarar sobre el ataque de la policía que acabó con la vida de su amigo Juan Francisco Kuy Kendall el 1º de diciembre de 2012, en medio de las protestas por la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Teodulfo Torres Soriano El tío, no sólo lo vio todo, también lo filmó. Estaba justo a un lado de su amigo Kuy cuando empezó la represión ordenada por un gobierno que anunciaba así cómo serían los siguientes seis años. Les dieron con todo a los manifestantes, les lanzaron proyectiles de gases lacrimógenos y balas de goma y una de ellas atravesó el ojo del activista y director teatral, quien cayó en coma y falleció 13 meses después. Las imágenes tomadas por Teodulfo no dejan lugar a dudas, pues filmó con claridad el lugar de donde salió el proyectil y, “como pudo, recogió dos cilindros de gas lacrimógeno que son prueba 15


irrefutable de que la policía federal estaba usando ese tipo de armas ilegales para reprimir a los manifestantes”, explica el colectivo Huellas de la Memoria. El Tío fue citado a declarar por la PGR a partir del 21 de marzo. Ahí presentaría las pruebas de la ejecución de su amigo, pero el 23 de marzo no regresó a su casa. Han pasado ocho años desde entonces y lo que no resolvió el gobierno de Peña Nieto (directamente culpable), tampoco se ha solucionado en los dos años de la actual administración. En 2019 la familia fue recibida por el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, quien turnó el caso a funcionarios que literalmente se desentendieron. “Nos preocupan los pactos de impunidad vigentes”, advierte la familia. Teodulfo Torres no estuvo en el lugar equivocado aquel primero de diciembre de 2012. Antes acompañó a los zapatistas en Chiapas, al movimiento magisterial de la APPO, la lucha de Atenco, entre otras causas. No podía no protestar por la llegada al poder del priísta Peña Nieto, igual que su inseparable amigo Kuy Kendall. Una desaparición forzada y una ejecución extrajudicial es lo que debe investigarse. desinformémonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx

Tapar el sol con el dedo

Silvia Ribeiro* - La Jornada - 27 de marzo de 2021 En uno de los confines del mundo, alrededor del círculo polar ártico, se está llevando a cabo una lucha que nos afecta a todos. Pueblos indígenas de la región y organizaciones ambientalistas suecas e internacionales se oponen enérgicamente a un experimento para avanzar la geoingeniería solar, una propuesta tecnológica de alto riesgo. A gran escala, tapar parte de los rayos del sol con nubes artificiales podría causar sequías y otras alteraciones en los trópicos, 16


poniendo en riesgo las fuentes de agua y alimentación de miles de millones de personas. Un proyecto de la Universidad de Harvard, financiado por Bill Gates y otros billonarios, pretende usar el territorio del pueblo indígena Saami en Kiruna, Suecia, para realizar un experimento de esta tecnología (https://tinyurl.com/y5ut32y4). El 24 de febrero, el Consejo Saami, que reúne a los pueblos saami de Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia, manifestó su oposición a dicho proyecto y exigió al gobierno sueco cancelar el experimento (https://tinyurl.com/f4ektwdj) por falta de consulta previa y consentimiento de sus pueblos. También porque el experimento es para desarrollar una tecnología muy peligrosa que afectaría a todo el planeta, por lo que señalan que no es papel de un grupo de Harvard o algunos gobiernos decidir sobre ella. Aunque la geoingeniería todavía aparece para mucha gente como ciencia ficción, el juego geopolítico y las implicaciones del desarrollo de la tecnología son una amenaza muy real y que avanza rápidamente. En ese camino, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, acaba de mover otra pieza en el escenario global. El 25 de marzo publicó el informe Reflecting Sunlight (Reflejar la luz solar) donde recomienda que el gobierno de ese país debe asignar inmediatamente 100 a 200 millones de dólares para avanzar en la investigación y experimentación con geoingeniería solar y cómo se debe gobernar (https://tinyurl.com/yut5patf ). Esa inversión multiplica de cinco a 20 veces la financiación pública para investigación en geoingeniería de gobiernos como la Unión Europea, China, Rusia y Corea. No obstante, la mayor inversión en el desarrollo de geoingeniería es de los supermillonarios, encabezados por Bill Gates, Jeff Bezos, Elon Musk y otros titanes tecnológicos (https://tinyurl.com/32d38zyx). Según Raymond Pierrehumbert, profesor de la Universidad de Oxford y autor principal de reportes globales del IPCC, el nuevo informe no aporta mayor información científica a la que ya 17


existía en otro anterior sobre geoingeniería, publicado por la Academia en 2015. Claramente, el mensaje principal ahora no es científico, sino político. Se trata de un intento de legitimar la experimentación a campo abierto de esta riesgosa tecnología, tal como el que pretenden hacer en territorio saami y desde antes en otros territorios indígenas desde Arizona y Alaska a Canadá y Australia. Al mismo tiempo, asegurar que Estados Unidos (gobierno, empresas, academia) lidere tanto las inversiones en geoingeniería, como la definición de quién decide sobre ella. Que haya subsidos públicos es también una forma de “blanquear” el dinero que invierten los billonarios, haciéndolo parecer pertinente. El informe de la Academia reconoce que la geoingeniería solar es altamente peligrosa e injusta, ya que conlleva impactos desiguales: mientras algunos países se beneficiarían con la disminución de los picos de temperatura, otros sufrirán sequías y más desequilibrios climáticos. Por sus altos riesgos, el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB), estableció en 2010 una moratoria al despliegue de la tecnología y un llamado a extrema precaución y a cumplir con una serie de condiciones previas –como un mecanismo multilateral de gobierno y consulta previa a pueblos indígenas y comunidadeslocales– consulta que aplica también a los experimentos a pequeña escala. Para evadir esta y otras decisiones de Naciones Unidas –Estados Unidos no es parte del CDB, pero la geoingeniería tiene alcance global–, el informe pretende colocar otras reglas de juego: que se establezcan sistemas de gobierno a la investigación y experimentación, por iniciativa de Estados Unidos, pero que serían “internacionales” invitando a otros países (a su antojo) a discutir, para lograr una decorativa muestra de diferentes regiones. Incluyendo también a los actores privados que tienen intereses en geoingeniería. 18


Esta propuesta es un intento de sabotaje a las decisiones multilaterales y por consenso de todos los países, que es como funciona, por ejemplo, el CBD. En el caso de la geoingeniería la decisión por consenso de todos es un requerimiento mínimo, ya que necesariamente habrá países que serían afectados negativamente. Åsa Larsson Blind, del Consejo Saami en Suecia, manifestó: “La geoingeniería solar se opone totalmente a la cosmovisión del pueblo saami y va contra de lo que tenemos que hacer: transformar el planeta a sociedades sin emisiones de carbono y en armonía con la naturaleza. Este informe [de la Academia de EU] plantea avanzar una tecnología que conlleva peligros existenciales, con el falso argumento de que sería un plan B para el cambio climático. Si los gobiernos no son capaces de manejar la crisis climática con soluciones reales ahora, menos aún podrán manejar los enormes riesgos e injusticias de la geoingeniería”. Importante apoyar esta lucha que nos concierne a todas y todos. * Investigadora del Grupo ETC

¿Lawfare vs Ley de la Industria Eléctrica? Carlos Fazio - La Jornada - 22 de marzo de 2021

En esencia, la disputa en torno a la nueva Ley de la Industria Eléctrica no es entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, y menos una batalla por la democracia y el estado de derecho. Pulverizada la oposición política partidista tras las elecciones presidenciales de 2018, menguada en la etapa la subordinación de los poderes Ejecutivo y Legislativo a los intereses de la plutocracia, grandes corporaciones privadas del sector energético, con el apoyo de sus aliados de clase y sus intelectuales orgánicos, intentan una suerte de lawfare en su afán por detener el programa reformista de corte nacionalista, popular, neodesarrollista de Andrés Manuel López Obrador y recapturar el Estado para restaurar, a plenitud, el orden neoliberal. 19


En el último lustro, la lawfare (o guerra jurídica) ha jugado un papel central como mecanismo clave en la manufacturación de consenso (construcción de hegemonía) en favor de los grandes tenedores del capital bajo el disfraz del “libre mercado”, y como herramienta de las guerras asimétricas de recomposición geopolítica impulsadas por Estados Unidos contra varios gobiernos de América Latina. ¿Ejemplos? El encarcelamiento de Lula da Silva como parte de la megacausa conocida como Lava Jato, que fue el marco aparentemente legal mediante el cual se perpetró el golpe de Estado a la ex presidenta Dilma Rousseff en Brasil; la persecución judicial contra Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, y el juicio y prisión preventiva para el ex canciller Héctor Timerman y el ex vicepresidente Armando Boudou; la condena a seis años de prisión del ex vicepresidente Jorge Glas y las causas abiertas contra Rafael Correa en Ecuador; la persecución política contra el ex presidente Evo Morales y otros funcionarios de su gobierno tras el golpe de Estado en Bolivia. Esos casos implicaron el uso de herramientas jurídicas para la persecución política. Pero además, el uso de la ley como arma para destruir al adversario político e infundir miedo en la sociedad por la vía judicial, se inscribió en un proceso de judicialización de la política (desde arriba), donde el aparato judicial se “elevó” por encima del Poder Legislativo y del Ejecutivo, dinámica que como han señalado Silvina Romano y otros especialistas, puede conducir a una “dictadura de los jueces” y una pérdida total de equilibrio entre poderes. Con un agregado: para ser exitosa, esa guerra jurídica requiere articulación con los medios de difusión masiva hegemónicos y las redes sociales, que operan para manufacturar consentimiento en contra o a favor de determinadas personalidades, grupos o sectores políticosy económicos. En el México actual, ante una lluvia de amparos y amenaza de litigios en el extranjero, dos jueces de distrito determinaron medidas cautelares contra la reforma que privilegia a la Comisión Federal de Electricidad sobre los generadores privados, con el fin de evitar 20


dañar la “libre concurrencia” y la “competencia” en un mercado concentrado (la trasnacional española Iberdrola y 10 empresas más) con valor superior a 830 mil millones de pesos anuales. Ante la decisión de los “impartidores de justicia” en favor del interés de grandes corporaciones privadas, mayoritariamente extranjeras, que buscan mantener privilegios obtenidos con la contrarreforma privatizadora de la energía de Enrique Peña y el Pacto por México en 2013 (contratos leoninos vía el influyentismo, obtenidos algunos mediante sobornos o cohecho a funcionarios y legisladores, y/o mediante empresas fantasma; permisos de autogeneración de energía conseguidos por medio de fraude a la ley; precios por debajo del mercado; subsidios millonarios a costa del sector público y de los bolsillos de los consumidores), López Obrador advirtió que si el Poder Judicial frena la nueva Ley de la Industria Eléctrica, enviará una iniciativa de reforma a la Constitución para no ser “cómplice del robo y del atraco” de consorcios particulares contra la “hacienda pública” y la “economía popular”. En junio de 2020, AMLO dijo que litigaría para defender sus políticas energéticas y “los intereses de la nación” ante empresas como las españolas Repsol, OHL (hoy Aleática) e Iberdrola. Agregó que Iberdrola “es un monopolio en México” con una cuota de mercado de 15 por ciento, y criticó que mediante la práctica de la ‘puerta giratoria’ la transnacional incorporara a la ex secretaria de Energía Georgina Kessel y al ex presidente Felipe Calderón. Ahora, según sugirió Miguel Ángel Velázquez en La Jornada, se podría estar ante una “red” colusiva integrada por el despacho de abogados de Javier Mijangos (encargado del amparo contra la reforma eléctrica), el ex ministro de la Corte José Ramón Cossío, el juez Juan Pablo Gómez Fierro (que frenó la ley eléctrica) e Iberdrola, que en nombre de la “libre competencia” encumbra los intereses y la ley de la plutocracia sobre la sociedad. Pero Iberdrola es solo un jugador más. BlackRock, principal fondo de inversión del mundo, es accionista preponderante en Iberdrola, Repsol y Enagás. Ello engarza con que en la “era Obama”, el ver21


dadero objetivo de la contrarreforma de Peña Nieto fue la homologación de las leyes en la materia en función de la seguridad energética y la seguridad nacional de EU. Según reveló ante un subcomité de la Cámara de Representantes el ex embajador en México Carlos Pascual, el encadenamiento energético (hidrocarburífico y eléctrico) de América del Norte, Centro y Sudamérica estaba contemplado en el plan denominado ConnectAmerica 2022, mediante el cual se pretendía homogeneizar las legislaciones y con ello el libre tránsito de las empresas estadunidenses por todo el hemisferio, como parte de un negocio estimado en 1.4 billones de dólares. Más allá del ruido mediático de la comentocracia y los intentos de judicializar la reforma eléctrica a la usanza de la lawfare, la recuperación del papel rector del Estado en el diseño y operación de ese sector estratégico es vital para la soberanía energética y la seguridad nacional de México.

La militarización, fase superior del extractivismo

Raúl Zibechi - La Jornada - 26 de marzo de 2021 La militarización creciente de nuestras sociedades es claro signo otoñal del sistema capitalista patriarcal. El sistema renunció a integrar a las clases populares, ya no aspira siquiera a dialogar con ellas, sino que se limita a vigilarlas y controlarlas. Antes de este periodo militarista, se encerraba a los “descarriados” para corregirlos. Ahora se trata de vigilar a cielo abierto a camadas enteras y mayoritarias de la ­p oblación. Cuando un sistema necesita militarizar la vida cotidiana para controlar a las mayorías, se puede decir que tiene los días contados. Aunque en realidad esos días habría que medirlos en años o décadas. Un buen ejemplo es la herencia del régimen de Pinochet en Chile, respecto del papel central de los militares y de la poli22


cía militarizada, Carabineros, en el control social. Una de esas herencias es el control de las fuerzas armadas de los excedentes de la empresa estatal de cobre, principal exportación de Chile. La Ley Reservada del Cobre fue aprobada en la década de 1950, cuando arreciaban las movilizaciones de trabajadores y pobres de la ciudad y del campo. Durante la dictadura militar, esa ley secreta, como su nombre lo indica, fue modificada en siete oportunidades. Recién en 2016, gracias a una filtración del diario digital El Mostrador, se supo que 10 por ciento de las utilidades de la empresa estatal de cobre se traspasan directamente a las fuerzas armadas (https://bit.ly/3tNDa0S). Recién en 2019 la ley secreta fue derogada (https://bit. ly/2OUAiAJ), cuando las calles de Chile empezaban a arder con una seguidilla de protestas y levantamientos que arrancaron en 2011, con las resistencias estudiantil y del pueblo mapuche, y luego por las feministas. El daño que el régimen militar infligió a la sociedad puede verse en que más de la mitad de los chilenos no votan, cuando antes votaba la inmensa mayoría; en la tremenda deslegitimación de los partidos políticos y de las instituciones estatales. No es el único caso, por supuesto. Los militares brasileños jugaron un papel destacado en la prisión de Lula, la destitución de Dilma Rousseff y la elección de Bolsonaro. En todos los casos, la militarización vulnera el llamado “estado de derecho”, las normas legales que la sociedad ha adoptado, muchas veces sin ser debidamente consultada. En todos los casos, la militarización contribuye a destruir naciones y sociedades, porque supone entregarle porciones significativas del poder y la gestión a una institución no democrática que, de este modo, queda fuera de cualquier control. La militarización viene de la mano de la imposición de un modelo de sociedad que hemos llamado extractivismo, un modo de 23


acumulación de capital por el 1% con base en el robo y el despojo de los pueblos, que implica una verdadera dictadura militar en las áreas y regiones donde opera. El militarismo se subordina a esta lógica de acumulación mediante la violencia, por la sencilla razón de que no se le pueden robar los bienes a los pueblos sin apuntarles con armas. Militarismo se conjuga con violencia, desapariciones forzadas, feminicidios y violaciones. Por lo demás, siempre propicia el nacimiento de grupos paramilitares, que siempre acompañan las grandes obras extractivas y que si bien se los considera ilegales, como lo demuestran Colombia y México, son entrenados y armados por las fuerzas armadas. Ahora sabemos que el gran beneficiario del Tren Maya serán las fuerzas armadas, a las que el gobierno de López Obrador le ha concedido todos los tramos, añadiendo que se trata de “un premio” a esa institución (https://bit.ly/39aURjh). Hay más de una similitud con el caso del cobre en Chile. La primera es la entrega directa de los beneficios, con lo que cualquier gobierno consigue fidelidad de los uniformados a los que, en realidad, se subordina. La segunda es el argumento de la “seguridad nacional” que esgrimen los gobiernos. En Chile era la lucha contra el comunismo. En México la frontera sur, con el argumento de la migración y el tráfico. La tercera es que la militarización es tanto un proyecto como un modo de gobernar. Le siguen los aeropuertos, el orden interno y los más variados aspectos de la vida. Por la fuerza, consiguen trastocar la legalidad a su antojo, como las normativas presupuestales. Observamos procesos de militarización desde Estados Unidos, Rusia y China, hasta en el conjunto de los países latinoameri24


canos. Consiste en el control de geografías rurales y urbanas por hombres armados al servicio del capital, para controlar a los pueblos que resisten el despojo. No se trata de la maldad de un presidente o de un gobierno. Ese extremo no lo pongo en duda, pero no es lo central. Estamos ante un sistema que para estirar su agonía necesita implementar figuras nacidas en el siglo XX, que son los temas de Giorgio Agamben: el estado de excepción como forma de gobierno, la guerra civil legal contra los “no integrables” y el campo de concentración a cielo abierto vigilado por paramilitares.

Una bequita escolar

Lydiette Carrión - Pié de Página - La Trama Previa 28 marzo, 2021 ¿Una bequita escolar me hubiera cambiado la vida? ¿una de esas bequitas que no contemplan la excelencia académica? No lo sé de cierto, pero pienso que sí. Nunca fui alumna de excelencia. Bueno, sí, en la primaria. Iba en una escuela privada, y desde tercero a sexto gocé de beca completa. Sé que no es completamente mi mérito, vengo de una familia de intelectuales, tuve eso que llaman capital cultural. A partir de sexto de primaria, me empecé a “descomponer”. Salí con promedio de 8.5 de la primaria, de 8 y fracción de la secundaria, y cuando entré al CCH Sur (el alma mater que me salvó la vida en tantos aspectos), reprobé mis primeras materias: física y matemáticas. No lo hice a propósito, no era mi intención, sólo me ganó un poco de adolescencia, de libertad y de depresión, todo mezclado a la vez. Para segundo año de CCH, la depresión se impuso, se había colado en mi alma y deserté un año de la escuela. Dejé de ser alumna regular. Terminé el CCH en 4 años (y con un 25


diagnóstico de depresión clínica); el último año me fui de casa. Como muchos que han vivido cosas similares adivinarán, la depresión tenía raíces dentro de casa. Un tío (mi segundo padre) me dio alojamiento y entré a la Universidad. Ya en ese entonces comenzaron otros problemas. Me costaba trabajo vincularme a la escuela. Aunado a la pequeña crisis que suele ser el paso del bachillerato a la universidad estaba el hecho de estar fuera de casa. Aunque tenía un apoyo enorme en mi tío, me sentía en la obligación de trabajar, asi que para segundo semestre inicié con trabajos informales. Y la verdad, la calle me llamaba más que la escuela. ¿Por qué? Estaba tan enojada, tan resentida por todo lo que había vivido, que sentía que la escuela no era mi espacio natural. Vivía una dicotomía: una familia extendida más bien conservadora y estructurada que me decía que mi deber era estudiar y ”sobresalir” (SIC), y un núcleo familiar en completo caos. A pesar de haber hecho un primer semestre impecable en la universidad, el segundo semestre me costó mucho trabajo, un enorme esfuerzo personal. En aquel entonces, a los 19 años, yo veía que a pesar de tener capacidad, me costaba más trabajo que los demás. No tenía conciencia, como la tengo ahora, de que la depresión podía “permitirme” seguir estudiando, pero a costa de un esfuerzo mucho más grande que el de mis demás compañeros, o al menos de aquellos que no tenían contextos económicos o familiares tan complejos como los míos. Para tercer semestre regresé a la casa familiar, pero yo debía seguir trabajando fines de semana. No había dinero. En el fondo sentía culpa y una sensación de que no era digna. No era digna de gozar de la vida de estudiante: la de los estudios y discusiones en clases, la de las fiestas, el deporte, la despreocupación, el hacer amigos nuevos y distintos. Me sentía diferente. ¿Cuántos estudiantes se sentirán así? 26


Esa sensación de no merecer la sobrecompensaba con ego, con un discurso en el que yo afirmaba que la escuela no servía para nada. Que era yo demasiado inteligente para la escuela y –en el próximo punto había algo de verdad– que la escuela estaba muy lejos de la realidad social. Entonces empecé a reprobar. Volví a irme de casa, lo único que no pude dejar de hacer (porque no tenía dinero) fue trabajar. Pero algo me retuvo en la escuela. En mis trabajos de mesera, vendedora ambulante, música callejera, artesana, administradora de librerías, veía la dureza del mundo real. Y le temía muchísimo. Así que una parte de mí, una vocecita de pepe grillo me decía: “no desertes de la escuela, no lo hagas”. Pero no fue nada fácil. Además ese trabajar caótico de sobrevivencia me desvinculaba también. Verán: la escuela también se compone de recreación: fiestas, idas al cine en pandillita, a tomar cafés. Yo no tenía tiempo para eso.Como mesera trabajaba 12 horas sábados y domingos. No había fiestas a las que pudiera asistir; y de alguna manera el no convivir con mis compañeros de la escuela me alejaba aún más; era sentir todo el tiempo no pertenecer. No todo fue malo, ni mucho menos. Como vendedora ambulante las jornadas eran menores: 10 horas sábados y domingos; y esa actividad me gustaba más, porque me permitió conocer gente de todo tipo: población callejera, estudiantes, pandilleritos, burócratas adictos al rock… quizá ahí forjé mi capacidad observadora que luego me sirvió como reportera. Pero también me convencí de que no debía permanecer demasiado tiempo en el mundo de la calle, porque ese mundo es como caminar sobre piedra volcánica sin zapatos: duro, arduo y te va erosionando. Luego vino la muerte del padre, una pausa escolar, terapias, cambio de vida. Y regresar a la escuela. Por supuesto no era yo digna de ningún tipo de beca escolar. Seguía trabajando, seguía sintiéndome mal conmigo misma, pero menos. Tenía la convicción de que era yo mala estudiante, que no tenía capacidad ni 27


talento para la academia. Por supuesto tampoco faltó el profesor que me lo dijo. Recuerdo una vez que verbalicé mi deseo de ser investigadora, el maestro me reviró que al ser yo alumna irregular jamás podría serlo, que me contentara con acabar la carrera. A veces una se cree las malas palabras de los demás, más cuando el mundo entero te grita que no lo mereces. Pero tenía dos ventajas que se resumen en una sola: capital cultural. Insisto en el capital cultural, porque, a pesar de mi historia lacrimógena soy un “caso de éxito”: tengo una trayectoria profesional, un par de premios. Y esto no sólo se debe a mi resiliencia personal; pensarlo sería injusto y soberbio. Primero, fue el capital cultural el que me permitió que, el último año de la carrera, consiguiera un empleo como correctora de estilo; segundo, ese mismo capital cultural me permitió pedir ayuda psicológica oportuna; y que en uno u otro momento, el tío, la tía, el abuelo empujaran una y otra vez: la escuela, la escuela, el conocimiento. Aún así, en gran parte por ese sentimiento de poca valía me acompañó y me impidió tantas cosas… ¿Una bequita escolar me hubiera cambiado la vida? ¿una de esas bequitas que no contemplan la excelencia académica? No lo sé de cierto, pero pienso que sí. Pienso en tantos chavos que conocí cuando trabajaba en la calle… con preparatorias y carreras truncas… siempre platicaban que iban a regresar, a terminar la escuela. ¿Se habrán sentido igual que yo, ¿escupidos por el sistema? El día de hoy leo esta discusión cíclica en redes sociales: becas que los chavos “no merecen”. Se premia “la mediocridad” dicen unos. Otros –cómo me recuerda a Piel negra, máscaras blancas– advierten que ellos sí que se han ganado a pulso sus becas. No lo dudo. No dudo de esos garbanzos de a libra. Una vez Rodrigo Montelongo, seminarista y sociólogo que ha dedicado su vida a trabajar con adolescentes y jóvenes en condiciones precarizadas en el área metropolitana de Saltillo, me decía: 28


“Sí, hay uno o dos, entre miles, que, a costa de enorme sacrificio y privaciones logran escalar socialmente por medio del estudio. Son absolutamente la excepción. La mayoría termina en el crimen organizado o con un trabajo mal pagado”. ¿Esos chavos de Saltillo podrían sostener una beca de excelencia? No creo. ¿Les cambiaría la vida? No lo sé. Quizá sí, aunado además a otras políticas de inclusión y compensación social. Políticas públicas. No esfuerzo personal únicamente. Antes de la pandemia, según datos del INEE, el 97.7 % de las niñas y niños lograron concluir mexicanos lograron concluir la primaria (aunque el ideal es 100%); pero sólo el 85.5 % de los entraron a primero de secundaria lograron concluir el ciclo. Para bachillerato, sólo el 64.4 % terminó. Tras un año de pandemia, por cierto al menos 2.5 millones de estudiantes han desertado desde todos los niveles: de preescolar a universidad. Tanto por hacer. Un primer paso, creo, es una pequeña ancla a la escuela.

Chile: una rebelión que sigue

Oleg Yasinsky - Desinformémonos - 29 marzo 2021 Parecía que en este país nunca iba a pasar nada. La dictadura de Pinochet, lejos la más astuta, calculadora y eficiente de todas, pretendió no sólo combatir a la izquierda y cualquier disidencia, sino también reformatear el alma del Chile, con toda la prolijidad fascista calculada y metódicamente eliminada todo lo humano de la cotidianeidad nacional. Me acuerdo un graffiti de los 90 en Santiago que decía “Chile no piensa, solo produce”. En la misma época, de visita, Jose Saramago concluyo: “Es un país de los muertos vivos y de los vivos muertos”. Era una tierra quemada, que parecía estéril, muerta, insembrable. Pero no era cierto. 29


La vida brotó el 18 de octubre de 2019, cuando millones de chilenos en un inesperado – ni por ellos mismos – fenómeno psicosocial, se volcaron a las calles y las plazas de todo el país para decir su No al neoliberalismo salvaje, que tenia en Chile su dominación de origen y su marca registrada. A lo largo y lo angosto del país, el pueblo resistió en las calles 5 meses de una batalla campal desigual y heroica contra el ejercito y las fuerzas especiales de la policía y cuando vino la pandemia, el mismo pueblo a través de los voceros de la primera línea de su resistencia, notificó su decisión de abandonar por un tiempo las calles para proteger la salud y las vidas, porque la vida es por lo que se lucha. El gobierno de Sebastián Piñera, un empresario oportunista de mayúscula, aprovechó la situación al máximo. Si Piñera tuviera el sentimiento de agradecimiento, debería poner un monumento al coronavirus. Muchos en Chile estamos convencidos que justamente la pandemia lo salvó de una inminente caída. Con la excusa de la crisis sanitaria, el país desde el 18 de marzo del año pasado vive el Estado de Excepción con toque de queda y los militares en las calles, reprimiendo cualquier expresión del desacuerdo ciudadano. Todo este tiempo el rugir de las hélices de los helicópteros en la noche santiaguina y las noticias de las torturas en las comisarias y asesinatos por fuerzas del orden llegan a ser cada vez mas cotidianas, recordando a los chilenos los peores años de su historia. Con las pesadillas del pasado volvió la represión sistemática contra todo lo que huele a la organización popular. Mientras los habitantes de barrios pobres, pasando hambre y todo tipo de necesidades, como en los años de Pinochet, se organizan y hacen las ollas comunes y comedores populares, las fuerzas especiales de policía atacan estos lugares como objetivos militares. Es importantes entender que no son errores o excesos aislados sino una política del estado de un gobierno que apuesta por ate30


morizar al pueblo que por primera vez se contra el modelo capitalista chileno, hace tanto éxito en todo el mundo. Las fuerzas una total impunidad teniendo como aval clase política, que como siempre y a toda cualquier cambio de fondo.

levantó masivamente poco publicitado con represivas actúan con y cómplice a toda la costa pretende evitar

A pesar de que se ven por razones obvias menos manifestantes que antes, el gobierno con todos sus militares y policías claramente no a logrado recuperar las calles. En las calles de Santiago y otras ciudades chilenas se vive un tiempo se vive un tiempo suspendido, en cualquier momento a punta de entrar en movimiento de nuevo. Por eso tanto miedo del poder que genera respuestas cada vez mas violentas e irracionales. Despues del 18 de octubre de 2019, se abrieron 8.581 procesos judiciales por violaciones a los derechos humanos, la mayor parte involucrando a agentes del Estad, por varios tipos de agresiones, incluendo lesiones oculares y violencia sexual. De estas querellas el 46% cerró sin formalizaciones. Solo el primeros 5 meses de protesta cerca de 460 manifestantes tuvieron trunas oculares, producto de una punteria intencional de los carabineros. Tambien decenas de asesinados, cientos de torurados y miles de detenidos. Este gobierno sigue mostrando cada vez mayores desprecio e indiferencia por decenas de denuncias e informes de distintos organismos internacionales y nacionales de derechos humanos. El acuar de los carabineros es cada vez mas delictual y con menos apariencias. La brutalidad de la acción represiva ahora llega sistemáticamente a brigadistas de salud y observadores de derechos humanos que, arriesgando su propia seguridad, acompañan a las víctimas y documentan las agresiones de las que son objeto. Y obviamente el blanco especial de las fuerzas represivas es la prensa independiente, la única y la primera que está con, al lado y dentro del pueblo para contar lo que al pueblo le sucede. Mientas los grandes medios se aplican en este essayo mundial 31


del miedo, nuestros periodistas sin mas cálculo que el que su corazon les dicta, siguen contado esta hermosa historia de un pueblo de pie que sigue caminado hacia otro lugar en la historia. Aquí presenamos la palabra de nuestra querida compañera, la periodista chilena Claudia Andrea Aranda Arellano, corresponsal de la agencia internacional Pressenza y colaboradora de Desinformémonos, que en este último año y medio fue detenida 4 veces, siendo la última vez el 19 de marzo de 2021, cuando fue arrestada en medio de un operativo sin justificación alguna, pasó varias horas secuestrada, torturada y fue amenazada de muerte. Todos esos meses ella dejo al lado todos sus planes laborales y personales para acompañar en las calles de Santiago la rebelión popular chilena que sin y con la pandemia sigue y seguirá, a pesar del silencio de la prensa. Y para ella toda nuestra solidaridad y admiración. Mientras tanto, las calles chilenas una vez recuparadas por el pueblo siguen siendo un territorio en resistencia.

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RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 31 de marzo 2021


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