Recopilatorio 2 de junio

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 2 de junio de 2021



Recuperar el piso

Gustavo Esteva - La Jornada - 31 de mayo 2021 No será fácil abandonar prejuicios, fantasmas e ilusiones que aún guían nuestro comportamiento. Pero quizá no hay más remedio que intentarlo. No fue fácil construirlos. El estado-nación, como forma política del capitalismo, se creó sustituyendo creencias y convicciones basadas en tradiciones ancestrales y experiencias cotidianas con nuevas construcciones abstractas. Aunque hubo resistencia en todas partes, se logró crear, a menudo por la fuerza, a individuos homogéneos sin género –el ciudadano, el homo economicus- que quedaron subordinados a las nuevas estructuras. La gente adquirió un compromiso personal profundo con el individuo en que se convertía a cada quien y se inyectó en él algo más que mero sometimiento: se generó un amor apasionado a la llamada “patria”, en cuyo nombre podía hacerse cualquier sacrificio, incluso el de la vida. El diseño adquirió con el tiempo el adjetivo “democrático”, lo cual significaba dos cosas. Que la “democracia” fuera más aparente que real, es decir, que los ciudadanos, el pueblo, tuvieran la ilusión de que gobernaban a la sociedad, mediante sus representantes, aunque en realidad el gobierno estuviera siempre en manos de una élite política y económica que lo mantenía bajo su control. Además, incluso esa apariencia democrática podía sacrificarse, si era preciso hacerlo para mantener la dominación de esa élite y por ende el funcionamiento del capitalismo. Parece hoy asombroso que buena parte de la población haya asumido plenamente todo eso. Mucha gente defiende aún con firmeza su condición individual y los “derechos” que se le asocian. Creen en la llamada “patria”, a pesar de su diseño patriarcal; siguen dispuestos a defenderla y a luchar por ella. Es difícil, hasta hoy, cuestionar su existencia, mostrar que carece de realidad. Y creen también en el régimen de representación, como la forma más adecuada del “gobierno del pueblo”.


Influyó en todo esto la convicción general de que “el poder” está allá arriba. Que lo importante es conquistarlo. “Tomar el poder” fue consigna de reformistas o revolucionarios de todo el espectro ideológico. Usarían violencia guerrillera o medios pacíficos, lucha partidaria o golpes de mano, para controlar el aparato en que se concentraría el poder. Poca gente se da cuenta de que el poder no es algo que unos tengan y otros no, algo que se pueda “tomar”, “conquistar” o “distribuir”. El poder es una relación. Quienes “tienen” poder lo reciben de aquellos sobre quienes lo ejercen…que pueden retirárselo en cualquier momento. Gobernar no es mandar, como hacen quienes han perdido el poder, que usan entonces la policía y el ejército. Así se puede destruir a un pueblo pero no gobernarlo. A estas alturas, cuando todos los aparatos de gobierno, la operación capitalista misma y los dispositivos “democráticos” se encuentran en abierta decadencia; cuando cae a pedazos a nuestro alrededor el mundo en que todo eso parecía funcionar –aunque siempre fuera para beneficio de los pocos y a costa de los muchos-; cuando un autoritarismo avasallador, a veces disfrazado de populismo, se impone en el mundo entero, resulta muy difícil seguir apuntalando los prejuicios, ilusiones y fantasmas que hicieron posible la expansión del capitalismo, y que incluso se aplicaron a los experimentos llamados “socialistas”. Un impedimento para abandonar todo eso y empezar a guiarse por la realidad, por las exigencias cotidianas, es la sensación de que hacerlo es un salto al abismo. Nos han moldeado de tal manera que la afirmación de que los llamados estados-nación han sido desmantelados y que sus gobiernos ya no gobiernan parece una provocación sin sustento, aunque se acumulen todo género de pruebas lógicas y empíricas para demostrarlo. Sería pura locura darse cuenta que no están ahí. Es igualmente difícil que fluya en la conciencia general la convicción de que se ha vuelto especialmente urgente construir modalidades de organización social y política que pongan en relación a los grupos, entramados y organizaciones, en barrios urbanos o en comunidades rurales, que definen las condiciones reales de existencia. 2


De eso se trata hoy, cuando sólo quedan cenizas de los pilares que sostenían las creencias y convicciones con las que hemos orientado comportamientos y decisiones. En vez del intento inútil de resucitar muertos, necesitamos hoy apelar a la imaginación y a la creatividad popular para transitar por la nueva realidad, conscientes de que se han desvanecido también las mojoneras que acotaban el camino, los caminos. Afortunadamente, al atreverse a abrir los ojos de esa manera se descubren por todas partes iniciativas a ras de tierra de quienes hace tiempo se dieron cuenta de esta perspectiva. Están sobre todo en comunidades que nunca cayeron por completo en las ilusiones dominantes, que no se dejaron gobernar por sus fantasmas y que no compartieron sus prejuicios. No pretenden irse a la Luna o a Marte. Enfrentan cotidianamente los acosos del mercado y el Estado y agresiones cada vez más violentas. Pero aún así hacen con alegría y coraje lo que hace falta hacer: enterrar lo que muere y abrirse a la nueva era. Ahora. gustavoesteva@gmail.com

Xëëmo’oy. Los otros 500 años

Yásnaya Elena A. Gil - El País - 30 Mayo 2021 Las voces que discuten en la arena pública lo sucedido hace cinco siglos en el altiplano central de México deben ser diversas para acercarnos a las complejidades históricas de 1521 y, por lo tanto, de 2021 La discusión actual de lo sucedido hace años 500 transcurre detrás de los lentes que la historia oficial nos ha colocado. Estas distorsiones parecen guiar gran parte del debate y explican las reacciones que, desde ambos lados del Atlántico se alcanzan a atisbar. De entrada, muchas de nuestras ideas están viciadas por presupuestos de base que impiden, frecuentemente, detallar la discusión y, sobre todo, relacionar lo sucedido hace cinco siglos con problemas actuales. 3


Hace unas semanas comencé con el proceso de revisar la discusión que se dio en 1992 sobre otros quinientos años, los del quinto centenario del arribo de Cristóbal Colón a un continente que se llamó después América en las actuales lenguas hegemónicas. He tenido mucho cuidado en elegir el verbo “arribar” porque quiero poner de manifiesto que incluso el nombre de lo que sucedió en 1492 estuvo y está sujeto a una disputa que evidencia una gran complejidad en su lectura. Me resulta muy interesante indagar sobre las discusiones, las disputas semánticas y discursivas que tuvieron lugar en 1992 y las semejanzas y diferencias que se pueden hallar con respecto de las discusiones y disputas que, desde distintas posiciones y contextos, están teniendo lugar durante este año en el que se cumplen 500 años de la caída de la ciudad de Tenochtitlan. Desde la década de 1980, las instituciones españolas anticiparon que 1992 sería el año del quinto centenario de algo que llamaban, y habían llamado históricamente, “el descubrimiento de América”. Desde 1983, se creó en España la Comisión Nacional del Quinto Centenario adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, existía además un alto patronato encabezado por el mismo Rey Juan Carlos. Esta comisión formó parte de la primera reunión de comisiones nacionales sobre el tema realizada en 1984. La representación mexicana tuvo en Miguel León Portilla un coordinador que sería parte fundamental de las discusiones que se dieron en diferentes medios y espacios. Habría que apuntar que la comisión de México no estuvo encabezada por integrantes de pueblos indígenas o afrodescendientes lo que dice mucho del contexto, un momento en dónde la política oficial había tenido en el indigenismo integracionista su principal respuesta a lo que los gobiernos postrevoculucionarios habían denominado, en muchas ocasiones, como “el problema indígena”. De la historia de los pueblos afrodescendientes se hablaba mucho menos que ahora. En la reunión de 1984, la delegación mexicana planteó de entrada una objeción sobre el nombre. Más que festejar el “descubrimiento de América”, proponían para 1992 una conmemoración de algo 4


que debía llamarse “el encuentro de dos mundos”; alegaban que una conmemoración, más que un festejo, podía dar cabida a una reflexión más compleja sobre los sucedido en 1492. De acuerdo con estas ideas, en 1985, Miguel de la Madrid, creó la Comisión Nacional Conmemorativa del Encuentro de Dos Mundos con Miguel León Portilla a la cabeza además de Guillermo Bonfil Batalla y Roberto Moreno de los Arcos, entre varios más. Las discusiones sobre el nombre y el verbo que habría que usar evidenciaron que cualquier elección implicaba de entrada un posicionamiento: festejar o conmemorar, descubrir o encontrarse, América o dos mundos. Las reacciones desde distintos contextos no se hicieron esperar: ni encuentro ni descubrimiento, lo que comenzó en 1492 fue una invasión, fue el comienzo de un genocidio y de la esclavitud masiva de la población afrodescendiente, replicaron otras voces. Si bien la postura de la delegación oficial mexicana matizaba tímidamente los festejos de un descubrimiento al hablar del encuentro de dos mundos, pronto, voces desde los pueblos indígenas ignoradas por el oficialismo, se hicieron escuchar para poner de relieve posturas que insistían que aquello no fue nunca el encuentro neutral entre únicamente dos mundos. El resto de los países de este continente fijaron posturas oficiales que evidenciaban el hecho de que la creación de estos estados fue en la mayoría de los casos un proyecto de las élites criollas. En sus posicionamientos, hablaron de la unión de los pueblos, de una epopeya histórica, de la celebración de la herencia ibérica e incluso, de un hecho necesario, para lograr la existencia de las naciones actuales. En extremos lejos de los matices, por ejemplo, Carlos Menem, presidente de Argentina en esos años, aceptó incluso el nombre de “descubrimiento de América” y otros mandatarios del continente matizaron apenas la propuesta que se planteaba desde España que, después de las reuniones, terminó por incluir aquello del encuentro en el nombre que quedó de la siguiente manera: Quinto Centenario del Descubrimiento de América y Encuentro de Dos Mundos. Discursivamente hablando, las posturas oficiales de la mayoría de los países muestran que se comportaron como si fueran aún colonias de la metrópoli. 5


En México, ante la postura oficial del encuentro de dos mundos propuesta por León Portilla, se desató una interesante polémica cuando el historiador Edmundo O’Gorman publicó un texto titulado “Ni descubrimiento ni encuentro” que dio cuenta de los problemas de la elección de ambos nombres. A pesar de esta interesante discusión entre Leon Portilla y O’Gorman, es importante notar la ausencia en los espacios oficiales y en los grandes medios, de voces desde los pueblos que habían sufrido históricamente las consecuencias de los hechos acaecidos quinientos años antes. Sin embargo, lejos de de las delegaciones oficiales que no incluyeron la voz de los pueblos indígenas de este continente ni de las poblaciones afrodescendientes, se comenzaron a gestar movimientos alternativos que tendrían diferentes manifestaciones en 1992 en varios países. Estos movimientos leyeron 1492 en otra clave que ponía de manifiesto la vigencia de los efectos del colonialismo y que ponía en crisis las posturas oficiales de los comisiones oficiales. Lo sucedido en torno de 1992, nos recuerda, para estos otros 500 años, la importancia de la elección de las palabras y la elección de las voces que entran en el debate. Necesitamos que el concierto de las voces que discutan en la arena pública en torno de lo sucedido hace cinco siglos en el altiplano central de México sea diversa para lograr un caleidoscopio que nos pueda acercar a las complejidades históricas de 1521 y por lo tanto, de 2021. ¿La conquista de México? ¿la caída de Tenochtitlan? ¿el establecimiento del orden colonial? ¿quiénes y cómo están nombrando?

¿Nunca más, qué?

Jacobo Dayán - Nunca más - 27 de mayo, 2021 Después de la Segunda Guerra Mundial la comunidad internacional se comprometió a un nuevo paradigma civilizatorio. Los horrores vividos obligaban a un cambio. Solo después de episodios muy violentos es que la humanidad logra acuerdos trascendentes. 6


El nuevo pacto, que hoy se encuentra en crisis, contempló como eje a la Organización de las Naciones Unidas cuyo objetivo central es buscar la paz y seguridad internacionales. El nuevo paradigma se centró en dos documentos firmados el 9 y 10 de diciembre de 1948: la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El compromiso internacional se centró en buscar prevenir y sancionar los crímenes más graves y en el reconocimiento de la “dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Durante 5 décadas el proyecto quedó congelado bajo la Guerra Fría. Fue hasta 1998 en que se retomó con el Estatuto de Roma que dio pie a la creación de la Corte Penal Internacional y años después la conformación de la doctrina de Responsabilidad de Proteger. Con esto se buscaba prevenir y sancionar los mayores crímenes, los crímenes internacionales: genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y el crimen de agresión. A pesar de ello, el siglo XXI ha presenciado pasivamente los genocidios en Darfur contra los yazidíes, rohingya y uigures. Las guerras en Siria y Yemen y los enfrentamientos entre Israel y Hamas, entre muchos otros. La comunidad internacional ha privilegiado los intereses políticos, como siempre, antes que la protección de población civil. Es evidente que a sociedades y gobiernos actuales les queda muy lejos el horror de ambas guerras como para abrazar este proyecto. Desde hace tiempo defender derechos humanos en México y el mundo es complicado, casi imposible. Incluso defender el concepto es a contra pelo de gobiernos y buena parte de la sociedad. Levantar la voz contra agresiones que alcanzan umbrales de crímenes internacionales genera rechazo. Hablar de crímenes contra la humanidad en México produce rechazo y descalificación por parte de las autoridades. La sociedad prefiere no hablar de eso. Los miembros permanentes del Consejo 7


de Seguridad bloquean cualquier intento por aplicar la Responsabilidad de Proteger o las investigaciones de la Corte Penal Internacional. Todos niegan su responsabilidad ante crímenes internacionales. Se difumina la diferencia entre Estado, gobierno y pueblo. Las evidencias se acumulan y los síntomas son cada vez más claros. El proyecto civilizatorio nacido de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial muere poco a poco. El discurso de odio ya no alerta a las democracias ni sociedades que, día a día, conviven más de cerca con él. La frase que capturó la esperanza de un mundo en paz fue creada después del Holocausto: “Nunca más”. Es pertinente y obligado preguntarse nunca más ¿qué? Lo repetimos, y al repetirlo, ¿pensamos que se trata solo de nunca más un genocidio como el Holocausto? ¿Nunca más crímenes internacionales contra cualquier colectivo? ¿Nunca más los ataques generalizados o sistemáticos contra población civil? ¿Nunca más violencia desenfrenada? Y sobre todo, ¿qué estamos dispuestos a hacer para materializar el nunca más? La polarización ha llevado a escalar el discurso de odio y solo preocuparse por la primera persona del plural. El desinterés ha llevado a mirarse el ombligo y justificar a esa primera persona del plural y dejar de ver la otredad. Intentar preguntarse y preocuparse por la tercera persona del plural es visto como traición y genera ataques contra quienes pensamos en el nunca más de manera universal. La descalificación ad hóminem sin argumentos concretos es la norma. Silenciar es la estrategia. Son tiempos del nativismo, fanatismo y ultranacionalismo. Son tiempos de las primeras personas del singular y plural. Las y los otros, sus realidades y sufrimientos deben ser invisibilizados. Como bien dice Javier Sicilia, son los signos de este tiempo, tiempos miserables. Insultos, descalificaciones y violencia. Nunca más ¿qué? Tomar partido por las víctimas, todas ellas, o dejar la retórica a un lado. Basta de hipocresía. La realidad nacional y global exige compromiso. Los distintos liderazgos son cómplices por acción u omisión. 8


Los fundamentos del paradigma civilizatorio dejaron de importar. Los límites de lo intolerable se difuminan. El diálogo, la diplomacia y la transformación paulatina de los órganos multilaterales empiezan a dejar de ser el camino. No son buenos tiempos. De no retomar con firmeza el paradigma civilizatorio se vendrán tiempos violentos. Aun más violentos. Allí está la historia.

Mactumactzá: el renacer del cerro de las once estrellas

Luis Hernández Navarro - La Jornada - 25 de mayo de 2021 Cuatro veces las autoridades han cerrado la Escuela Normal Rural de Mactumactzá (en Chiapas) y cuatro veces ha renacido. Así sucedió en 1935, 1942, 1946 y 2003. La tenacidad y la lucha de sus alumnos y egresados, y de las comunidades de las que provienen, la hicieron retoñar. Lo que hoy es Mactumactzá (el cerro de las once estrellas, en lengua zoque), comenzó a funcionar con el nombre de Escuela Normal Rural de Cerro Hueco, el 24 febrero de 1931, en un terreno donado por el gobierno de Raymundo E. Enríquez. Carente de infraestructura y mobiliario, con aulas de adobe y palma, se equipó con el trabajo voluntario de los estudiantes y las donaciones en especie de los campesinos. Funcionó hasta 1935. En 1936, las autoridades la cerraron y, en su lugar, en la finca La Chacona, instalaron una Escuela Regional Campesina, que funcionó muy precariamente. No les duró mucho el gusto. En 1941, la SEP la transformó en Escuela Práctica de Agricultura. Sus alumnos emigraron a otras instituciones. Durante seis años impartió enseñanza técnica a los campesinos, quienes, al egresar, podían ejercer como maestros y titularse en otra normal. 9


Como a las autoridades les incomodaba profundamente el compromiso social de los alumnos, en 1945 se suprimió el primer año, con el argumento de que no había presupuesto. Un año más tarde, su suerte estaba echada. Los estudiantes fueron trasladados a otras instituciones. El gobierno anunció que, en su lugar, se instalaría un laboratorio de inseminación artificial para mejora del ganado. El edificio quedó abandonado. Diez años más tarde, se impuso la imperiosa necesidad de formar maestros en una entidad que carecía de ellos, y la escuela renació como Escuela Normal Rural Mactumactzá (ENRM). En abril de 1956, abrió sus puertas como internado para hombres, con grandes limitaciones financieras y materiales. En 1970, muchos egresados de la normal participaron activamente en las luchas campesinas e indígenas (y hasta en las obreras) que irrumpieron en Chiapas en esa década. Se convirtieron en intelectuales orgánicos del mundo rural. Su participación en tomas de tierras, organización de cooperativas de producción y consumo, protestas por servicios y para incrementar precios de garantía, fue fundamental. En 1979, los maestros del estado organizaron grandes paros para aumentar su salario y democratizar el SNTE. El equipo dirigente de ese movimiento se había formado políticamente en Mactumactzá, y en las Escuelas Técnicas Agropecuarias. En diciembre de ese año, fundaron, junto a las disidencias democráticas de todo el país, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Esa centralidad organizativa de los egresados de la normal en las luchas populares en Chiapas ha disminuido conforme las organizaciones campesinas e indígenas han forjado liderazgos no vinculados al magisterio. Sin embargo, sigue siendo relevante. En el comité ejecutivo de la sección 7, integrado por 155 maestros, 34 son egresados de ­M actumactzá. Un momento clave en la historia de la normal fue su confrontación con el gobierno de Pablo Salazar. Su administración recibió 10


un préstamo del Banco Mundial por 40 millones de dólares. Entre las “sugerencias” que el organismo multilateral hizo estaba el cancelar las plazas automáticas a los egresados de la ENRM. El conflicto se intensificó. Las autoridades reprimieron salvajemente a estudiantes y trabajadores y los encarcelaron. Pablo Salazar se propuso cerrar la escuela y crear en su lugar un instituto politécnico. “Sin esa normal, miles de campesinos ya no tendrán siquiera la aspiración de llegar a ser maestros profesionales”, le expresó a Blanche Pietrich, el dirigente de la sección 7, Fortino Vázquez (https://bit.ly/3fa2Q3f ). El desenlace representó un golpe muy duro para el normalismo. Se cerró el sistema de internado; más de la mitad de las 560 matrículas que tenían se redujeron. La persecución política en su contra fue inclemente. Pese a ello, Mactumactzá sobrevivió y poco a poco comenzó a recuperarse del descalabro. La matrícula fue creciendo, se construyeron dormitorios y el equipamiento mejoró. Sin embargo, el fantasma de su desaparición ronda la escuela. Durante la administración del morenista Rutilio Escandón se ha utilizado, una y otra vez, de manera bestial la fuerza pública contra los normalistas. La detención de casi 100 estudiantes, la mayoría muchachas, y la agresión sexual de la que fueron víctimas apenas la semana pasada muestra cuánto incomoda la normal al gobernador. La magnitud de la represión contrasta con las demandas estudiantiles. Los jóvenes exigen que se haga pública la convocatoria para nuevos ingresos a la escuela y que el examen de admisión sea presencial y escrito en un cuadernillo. Las autoridades, en cambio, están empecinadas en que sea en línea. La ENRM es una escuela de pobres para pobres. Obligar a presentar un examen de admisión en computadora a un hijo de campesinos que no ha tenido acceso a una y que en su comunidad no hay servicio de Internet significa dejarlo fuera de la escuela. Nunca podrá competir así por un lugar para estudiar, 11


con quienes, por vivir en las ciudades o tener más recursos económicos, están familiarizados con el uso de medios digitales. La sospecha de que el gobierno quiere clausurar la escuela o, al menos, modificar la composición social de sus estudiantes, tiene bases firmes. Pero quienes acarician la fantasía de golpear a Mactumactzá olvidan que, las cuatro veces que han querido cerrarla, el cerro de las once estrellas ha renacido. Ésta, no será la excepción. Los jóvenes sueñan con ser maestros de los pobres. No van a renunciar a ello. De paso, han advertido que serán la pesadilla de quienes quieran arrebatarles sus sueños. Twitter: @lhan55

¿No somos iguales?

Magdalena Gómez - La Jornada - 25 de mayo de 2021 La llamada 4T cada día acumula un memorial de agravios a sectores que se suponía serían respetados, como el normalismo y los pueblos indígenas, por citar dos de los más destacados. El más reciente contra 93 estudiantes, 74 mujeres, de la Escuela Normal Rural Mactumactzá, en Chiapas, remitidos al penal El Amate el pasado 18 de mayo, cuando realizaban una protesta en torno a la pretensión de aplicar de manera virtual el examen de admisión. Exigían que fuera presencial, pues la mayoría de aspirantes no cuenta con herramientas digitales y se ubican en regiones sin acceso a Internet. Las estudiantes fueron además víctimas de abuso sexual, por los policías, durante su detención e ingreso al penal. La indignación y exigencia de que se les libere crece y se extiende en el normalismo nacional, los organismos de derechos humanos, el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, entre muchas otras instancias. En ese contexto, parece victoria pírrica que el pasado domingo, bajo sigilo, liberaran sólo a las 74 mujeres, dejándolas sujetas a proceso, sin que se informe acerca de investigación y sanciones sobre el abuso policiaco. No es menor que la represión proviene de las 12


fuerzas del estado gobernado con autoritarismo por un integrante de Morena. Resulta inevitable volver a la reiterada declaración presidencial de que “no somos iguales” y al propio tiempo evocar Atenco y Ayotzinapa, sin encontrar la diferencia. Por otra parte y siguiendo con el memorial de agravios hay terrenos de continuidad, como los de los megaproyectos que en nombre del llamado “progreso” se están imponiendo a contrapelo de los derechos de los pueblos indígenas. Y ya se ha insistido suficiente en que la inclusión de las personas indígenas en los programas sociales de apoyos económicos no guarda relación con el cumplimiento de los derechos colectivos. En los hechos, esos apoyos están operando como factor de divisionismo comunitario. En ello destaca el programa Sembrando Vida. Uno de los derechos abiertamente manipulados en clave de simulación y cooptación es el de la consulta, que debería ejercerse en la lógica de su libre determinación. Perdón, pero la estrategia de protocolos oficiales se diseñó en el gobierno anterior y se estrenó con los proyectos eólico en Juchitán, Oaxaca, y el gasoducto en Loma de Bácum, con los yaquis, en Sonora. También se impuso el Acueducto Independencia. En el actual ya está muy documentada la consulta en torno al llamado Tren Maya, incluso por espacios de la ONU. En días recientes se realizó una especie de segunda vuelta en la consulta. Esta vez sobre los polos de desarrollo para el bienestar (Podebis) previstos en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) que consisten en parques industriales donde se brindarán beneficios fiscales a empresas que lleguen a instalarse, con el objetivo de impulsar el desarrollo del sur de Oaxaca, dice el gobierno, pero la dimensión de ese proyecto favorecerá al capital trasnacional. No en vano el gobierno estadunidense promueve la inversión. A diferencia del Tren Maya, que también requiere de tierras ejidales para sus polos turísticos y agroindustriales, al descartar sus fideicomisos, las está negociando por abajo del agua, con la mira de la expropiación en caso necesario. El CIIT y su operador el INPI promovieron asambleas consultivas, para la autorización de los polos con el compromiso de ofrecer los polígonos de 500 hectáreas en cada uno. 13


Asistieron observadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México. Se consignó que las autoridades comunitarias, agrarias y municipales demandaron medidas para garantizar el cuidado del agua, medio ambiente y los recursos naturales. En la lógica oficial, fue un éxito pues se logró la aprobación de tres de los cinco parques industriales que tiene contemplados desarrollar en Oaxaca. No somos iguales, no tenemos licenciatura y tenemos otros datos, parecen decir en un comunicado firmado, entre otras agrupaciones, por la Asamblea Permanente de Puente Madera, habitantes en resistencia de Santa María Mixtequilla y Ciudad Oaxtepec, así como la Campaña Global El Istmo es Nuestro. Denunciaron la imposición de los Podebis, la simulación de una consulta que no fue previa, libre e informada y señalaron que en Ciudad Ixtepec, el pasado 15 de mayo se realizó la supuesta asamblea de consulta, asistieron poco más de 350 personas de la comunidad y 17 representantes de autoridades municipales, comunales, estatales y federales. El número de asistentes, no alcanza ni 5 por ciento de la población. En Santa María Mixtequilla el 16 de mayo de 2021 se realizó una supuesta asamblea de consulta, con menos de 500 personas, la mayoría trabajadores y familiares del ayuntamiento municipal que simpatizan con el candidato de Morena y actual presidente municipal que busca la relección. El encuentro no representó un porcentaje aceptable para tomar decisiones de una población de 4 mil 500 habitantes. Bien haría el gobierno de la llamada 4T en detenerse a mirar sus políticas, para no ser peores, antes de sembrar perdones futuros.

La inmoralidad del Estado colombiano

Marcos Roitman Rosenmann - La Jornada - 29 de mayo de 2021 Mientras asesinan a dirigentes sindicales, defensores de los derechos humanos, líderes campesinos y de pueblos originarios, el Estado colombiano se entrega por completo a la estrategia contrainsurgente diseñada por Estados Unidos para la región. 14


No hay tregua. Ni los acuerdos de paz han sido respetados ni las comisiones de seguimientos han podido desarrollar su labor. Las amenazas y la impunidad con la cual actúan los grupos paramilitares, amén de la violencia implementada por las fuerzas armadas y la policía, han dejado un reguero de muerte. Según Indepaz (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz), tan sólo en 2021 han sido asesinados 66 líderes sociales, defensores de los derechos humanos y firmantes del acuerdo de paz. Y en el marco del Paro Nacional, desde el 28 de abril al 23 de mayo, se cuentan 61 víctimas mortales. Según la misma institución, se han perpetrado 40 masacres con 149 víctimas entre niños, hombres y mujeres. El objetivo: desarticular, descabezar los movimientos sociales y las organizaciones populares. Bajo el manto de la seguridad democrática, se niegan derechos políticos, suspenden las garantías del habeas corpus y se generalizan las detenciones ilegales. Los falsos positivos, aquello que se suponía formaba parte del pasado, emerge con mayor intensidad. No es únicamente Iván Duque o su mentor Álvaro Uribe quienes definen las estrategias y apoyan las acciones genocidas. Ellos son hombres de paja, sus decisiones no les pertenecen. Colombia ha renunciado a ejercer la soberanía sobre su territorio, sea en los aspectos de seguridad, justicia o relaciones internacionales. Las líneas maestras las diseña el Pentágono, la Casa Blanca, las trasnacionales, las agencias de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), la Central de Inteligencia (CIA) el embajador de Estados Unidos y el lobby armamentista. En las recientes dos décadas, 107 mil 573 militares colombianos han sido entrenados en territorio estadunidense. Sus fuerzas armadas hablan el lenguaje de la muerte y la guerra sucia. Dependientes tecnológica e ideológicamente del imperialismo del país del norte, juegan, además, un rol activo en la política desestabilizadora en Venezuela. Baste recordar el fiasco del llamado concierto Venezuela aid live, celebrado en febrero de 2019, 15


con el fin de apoyar el paso de camiones con supuesta ayuda humanitaria desde Cúcuta, bajo la mirada del grupo de Lima, la presencia de Juan Guaidó, los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, el paraguayo Mario Abdó e Iván Duque, que cumplía las órdenes de Elliot Abrams y Mike Pompeo. En este panorama, el presidente de turno se ve relegado a ser una figura de segundo orden. Su rol se reduce a impedir que tenga éxito cualquier proceso democrático y participativo que altere su papel como gendarme en la región. Washington tiene en Colombia su colonia más preciada. Aunque formalmente no existen instalaciones militares de su propiedad, la presencia de contratistas y enclaves con personal estadunidense se realiza mediante la utilización de bases aéreas: Palanquero, Apiay y Malambo, los fuertes Tres Esquinas y Tolemaica, entre otras y las navales de Cartagena y Bahía Málaga, todo, eso sí, bajo un acuerdo de cooperación etiquetado como lucha contra los cárteles de la droga y el narcotráfico. En Colombia, no hablamos de militarismo, sino de necropolítica y militarización del Estado. Las fuerzas armadas han incrementado sus tropas 100 por ciento en lo que va de siglo XXI, situándose por encima de los 480 mil efectivos, con un gasto militar equivalente a 16 por ciento del total del presupuesto, sólo por detrás de Estados Unidos para todo el continente. Asimismo, en 2020 la ayuda militar de Washington alcanzó la cifra de 244,4 millones de dólares. Colombia se ha convertido en un país en el que la represión se ejerce bajo la fórmula de violencia extrema, siendo el terrorismo de Estado la manera que tiene el poder para frenar los movimientos populares, y las luchas democráticas. Nunca en América Latina hubo un Estado sin control judicial ni límites políticos para acometer la represión de sus clases populares, la juventud, los pueblos originarios, si no fuese bajo la fórmula de un golpe de Estado. Pero Colombia realiza dicho genocidio amparándose en una fachada democrática. En Brasil, Chile, Argentina, Uruguay o Paraguay, las políticas de exterminio y el asesinato político se llevaron a cabo bajo la 16


doctrina de la seguridad nacional, con dictaduras y al margen del estado de derecho. En el punto más álgido de la guerra fría, lograron una coordinación regional gracias al apoyo del entonces secretario de Estado estadunidense, Henry Kissinger. Así se gestó la Operación cóndor. Sus acciones, detención ilegal, tortura y la desaparición forzada se llevaron a cabo de forma clandestina. Pero en Colombia no hace falta una dictadura formal, lo es de hecho. Bajo una Constitución dizque democrática se avalan, permiten, defienden y fomentan el asesinato político, criminalizando la protesta social, negando a su pueblo el derecho de vivir en paz. La tragedia de ver cómo en Colombia su juventud, sus mejores hijos e hijas son acribillados, torturados y violadas, deja al descubierto el desprecio por la vida de los otros, los valores democráticos y la indignidad de una élite que ha decidido vender su país a cambio de unas migajas. Sólo merecen el desprecio. La dignidad está donde siempre: en la gente de los pueblos y ciudades de Colombia que salen a las calles y luchan por recuperar su independencia y soberanía, secuestradas por una plutocracia al servicio de fuerzas extranjeras.

La guerra del sionismo israelí contra Palestina

Gilberto López y Rivas - La Jornada - 28 de mayo de 2021

El sionismo –aun en sus versiones proletarias que se originan en la lucha revolucionaria contra la Rusia zarista de principios del siglo XX, con el Partido Social Demócrata Judío Poalei Zion, con Ber Borojov como ideólogo y dirigente– constituye, en esencia, una ideología nacionalista que se propone la conquista y colonización de un territorio, en su caso, Palestina, imponiendo sobre su pueblo, un régimen racista, etnocida y genocida basado en la desposesión de tierras, recursos y propiedades, el desplazamiento forzado de población, la segregación y la represión permanente 17


contra del pueblo palestino, que se constata en esta nueva escalada de violencia en los territorios ocupados y la franja de Gaza. Precisamente, Ber Borojov, que hacía notar la importancia del territorio en la llamada cuestión nacional, como el espacio de trabajo y lucha de las clases trabajadoras, y base estratégica de su existencia, paradójicamente, proponía que el proletariado judío creara las condiciones necesarias para una colonización en territorios de países de “economía semiagrícola”, donde pudieran constituirse como grupo dominante, idea básica que exhibe la naturaleza colonialista del sionismo. En todo caso, no fue precisamente el proletariado el que llevó a cabo esa singular tarea de conquista y colonización de Palestina, sino los grupos oligárquicos y los poderes imperialistas que imponen el Estado de Israel, en 1948, y “olvidan” las múltiples resoluciones que mandatan la creación del Estado palestino. El sionismo, como otras ideologías nacionalistas, mantiene un carácter expansionista como uno de sus rasgos distintivos. La historia de México, como nación independiente, está marcada traumáticamente por el expansionismo estadunidense de Estados Unidos en el siglo XIX. Las clases dirigentes de este país crearon, como lo harían los ideólogos sionistas un siglo después, el mito del “pueblo escogido” con un destino manifiesto, señalado por la Providencia. Con esta cobertura ideológica, las clases dirigentes estadunidenses se lanzaron a la conquista de los territorios mexicanos. Es extraordinaria la similitud que se da en el proceso expropiatorio sionista con los métodos seguidos por Estados Unidos en el robo de tierras pertenecientes a la población mexicana conquistada después de la llamada guerra del 47. Leyes y ordenamientos pasaron por encima del Tratado de Guadalupe Hidalgo y fueron impuestos para lograr el despojo de los mexicanos, quienes tenían que demostrar la propiedad de sus tierras ante tribunales que sistemáticamente dictaminaban contra sus legítimos dueños. Se obligó a una buena parte de la población de los territorios ocupados a abandonar sus posesiones con variados procedimientos de intimidación que provocaron, por cierto, no pocos movimientos 18


de rebelión y resistencia, de tal forma que, en unas cuantas décadas, la mayor parte de las tierras estaban en manos de los “anglos” (https://cutt.ly/7niUShl). La naturaleza capitalista del sionismo determina ese carácter expansionista. Éste es inherente al propio sistema y el ropaje ideológico es el que cambia y se transforma según necesidades. Lo mismo habría que señalar del racismo y la discriminación nacional del sionismo contra el pueblo palestino, e, incluso, contra sectores judíos de procedencia no europea o estadunidense. No ha habido históricamente fenómenos de formación de naciones capitalistas y procesos imperialistas de dominación que no conlleven violencia, racismo y discriminación, acompañando el despojo territorial, del mismo modo que mantienen invariable su esencia de explotación y de segregación social y nacional, que puede llegar, incluso, a políticas de exterminio. El sionismo que se instala como política de Estado en Israel; sin embargo, se desarrolla en una etapa de mayor declive y decadencia del sistema capitalista, por lo que habría que destacar la especial virulencia en sus métodos y en sus procedimientos de colonización y ocupación de territorios de lo que fue Palestina. El sionismo, en su alianza estratégica con el terrorismo global de Estado, encabezado por Estados Unidos, resume de manera agresiva, las políticas genocidas del capitalismo y el imperialismo en el ámbito planetario. Es el discípulo ejemplar y avanzado de Estados Unidos en Medio Oriente y en numerosos países en los que Israel presta sus ser vicios en la asesoría de la represión y la lucha contra las aspiraciones progresistas y revolucionarias de los pueblos. Es por estas razones que, justamente, resulta más heroica y digna de admiración la lucha del pueblo palestino, y es por ello que se hace más necesaria y urgente la solidaridad más amplia y profunda con los derechos inalienables de autodeterminación de Palestina, que debe ponerse en práctica con la formación de un Estado, y el cese de la agresión sionista de Israel. 19


Los olvidados

Abelardo Carro Nava* - La Jornada - 30 de mayo de 2021 Gases lacrimógenos, toletes, escudos, persecuciones, golpes, amenazas, vejaciones, ultrajes. Todo en un instante. Todo un significado lacerante. Las escenas de aquel no tan lejano 2014 se repiten y un frío estremecedor recorre el cuerpo. Los recuerdos por los trágicos sucesos ocurridos la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, golpean la mente. La desaparición forzada de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa sigue tan presente que un dejo de impotencia, frustración, molestia e indignación surgen cuando las imágenes llegan a raudales a través de las redes sociales: unos cuantos policías pateando a tres o cuatro mujeres y hombres mientras se hincan en el suelo. No hay distingo en ello. Jalan parejo. La vileza aparece vestida de gala, ahora en Chiapas y luego en Oaxaca. La violencia contra los normalistas se recrudece. ¿Qué gobierno golpea y encarcela en una prisión de máxima seguridad a sus estudiantes por el simple hecho de exigir la aplicación de un examen de manera presencial y no en línea, debido a la precariedad y pobreza de las comunidades en las que viven? ¿Por qué el lujo de violencia en las detenciones cuando la autoridad tiene como prioridad salvaguardar la vida de los sujetos? Y luego, el enjuiciamiento mediático y social que no acaba de comprender que la lucha estudiantil forma parte de un movimiento cuyas demandas se fundamentan en las formas de vida, que es su vida, y no la de aquellos que juzgan desde la comodidad sin pleno conocimiento de ello y del derecho. 20


Las normales rurales existen porque hay seres humanos que tienen un propósito en la vida: enseñar a pensar sobre lo ya pensado, a actuar sobre lo ya actuado y a valorar sobre lo ya valorado. Pensar, actuar y valorar, ¿son motivos suficientes para desaparecer, agredir o enjuiciar a unos estudiantes? ¿No acaso la escuela tiene este propósito? ¿No acaso la razón produce una toma de decisiones y acciones con base en el conocimiento y sus circunstancias? ¿No se educa para vivir libremente en un país que, a través de sus leyes, otorga esta posibilidad a los seres humanos? La sombra de Ayotzinapa ronda Palacio Nacional; los alumnos de Mactumactzá son presa de un ataque sin miramientos. La Escuela Normal Rural “Carmen Serdán” de Teteles está de luto. Las movilizaciones normalistas se reactivan. Las consignas son ignoradas. La lucha retoma su cauce ante un claro ataque neoliberal que no se ha ido, sigue aquí como si fuera aquel año tan fatídico para los normalistas: 2014. ¿Por qué la sociedad y los gobiernos han olvidado a sus estudiantes? ¡Ayotzinapa vive! ¡Mactumactzá vive! ¡Teteles vive! ¡La lucha sigue! * Docente de educación normal

Qué se juegan los estudiantes en Mactumactzá

Lydiette Carrión - Pie de Página - La Trama Previa - 30 mayo, 2021 Los estudiantes que se juegan, literal, el pellejo defendiendo Mactumactzá saben que de su organización y de las decisiones que tomen depende que esa escuela siga abierta: esa única oportunidad para los estudiantes más pobres del país. Hace poco edité unas memorias para exalumnos de la normal rural de Ayotzinapa. Es un libro que está en proceso de edición 21


y pronta publicación. Se trata de un documento único en su tipo, porque no se sabe mucho de la vida cotidiana en estas escuelas. Esa secrecía tiene razón de ser. Las normales rurales fueron un producto del México posrevolucionario. En ese entonces el gobierno apostó a un modelo de internado para formar a futuros maestros que darían educación a sus comunidades, las más remotas y marginadas de México. Ese origen de los jóvenes que se forman ahí sigue siendo el mismo: son hijos de campesinos, o de los sectores más pobres del país, cuyas familias no podrían solventar el costo de mandarlos o mantenerlos durante la universidad. De ahí la importancia y el valor que tienen. Las normales rurales –en su mayoría– ofrecen el servicio de internado y alimentación. Mientras editaba el libro que comentaba párrafos arriba, los testimonios se repetían: la posibilidad de comer tres veces al día y estudiar era algo para muchos, un lujo que no habían conocido nunca. En 1935, y ya en esta efervescencia socialista cercana a la época cardenista, los propios normalistas, crearon su Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, (la la FECSM), porque determinaron que era necesario defender sus derechos y sus escuelas de posibles embates del gobierno. No se equivocaron. A los pocos años, de estas escuelas–internado surgieron luchadores sociales de enorme importancia: Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, por nombrar a los más conocidos. El primero, a partir de lecturas marxistas, y sobre todo de su propia realidad, concluyó que había apostar por la transformación social mediante la guerrilla; pero también previó la necesidad de formar cuadros políticos. Él dejó una semilla de organización, círculos de lectura, procesos autogestivos de politización popular con el objeto de asegurar la supervivencia de la normal. 22


Es quizá el legado más importante de Cabañas, y el menos conocido. Desde entonces, las normales rurales funcionan como ningún otro centro estudiantil en el país. Mediante organización, coordinación entre escuelas y movilizaciones, la FECSM ha alcanzado su principal objetivo: que las autoridades no desaparezcan sus instituciones. Repito, dada las condiciones de marginación de los hijos de campesinos, jornaleros y trabajadores pobres del país, el sistema de internado y garantizar que esos espacios sean ocupados por quienes más lo necesitan es, para miles, el único modo de acceder a la educación superior, de salir de los círculos de pobreza más duros del país. Y vaya que los han querido cerrar. Cada año deben marchar, hacer plantones, huelgas: las peticiones son las mismas: no reducir la matrícula, asegurar un trabajo al salir, aumentar gasto destinado a alimentación. Por ejemplo, recuerdo que en algunos de los testimonios de Ayotzinapa, cada día el gobierno del estado designaba 22 pesos para la alimentación de cada estudiante. Para mantener esas condiciones, los estudiantes casi cada año sufren muertes. Cada año los estudiantes ponen sangre contra el cierre de sus escuelas. Represión, enfrentamientos con la policía. Una y otra vez los testimonios se agolpan: protestar, para lo más pobres en este país, protestar para las hijas y los hijos de campesinos, es jugarse la vida. Ellos saben que se juegan su futuro y el de las generaciones que vienen. La normal chiapaneca En este libro que pronto saldrá a la luz, varios de los exalumnos narran los golpes que a inicios de la década de los 2000 sufrieron dos normales: la de Mactumactzá y la del Mexe. En 2003, la mayoría de las normales rurales habían tenido movimientos exitosos. En Mactumactzá estaban en su movimiento anual para asegurar las plazas magisteriales. 23


La FECSM estaba confiada, los jóvenes, tranquilos, ya habían ganado en otras escuelas. Pero de pronto, algo cambió. Hubo una traición; de pronto la narrativa del gobierno estatal cambió y lo que parecía ya una negociación acordada, se rompió. Después de eso las protestas aumentaron, y lo siguiente fue una represión brutal contra mujeres, hombres, madres de familia e incluso niños pequeños que se encontraban en Mactumactzá apoyando la movilización. La lucha se perdió. El gobierno del estado cerró por varios años el sistema de internado. Y mientras, a nivel federal se movía otro ataque contra las normales: bajo la misma dinámica sería cerrada la normal de El Mexe en Hidalgo. Por eso, ahora las y los estudiantes que se juegan literal, el pellejo defendiendo Mactumactzá saben que de su organización y de las decisiones que tomen depende que esa escuela siga abierta: esa única oportunidad para los estudiantes más pobres del país. Desde aquí todo mi respeto y admiración a los normalistas rurales de México.

Melanina

María Teresa Juárez - Pie de Página - 28 mayo, 2021 No existen las razas. Somos una misma especie. Hay variantes fenotípicas y grupos culturales diversos, con más o menos melanina. Punto. #PoderPrieto es n intento por hablar de lo que, durante décadas ha marcado el cotidiano de quienes hemos crecido con etiquetas racistas acerca de nuestra apariencia Varios diccionarios definen la melanina como el pigmento que da mayor o menor color a las células. Durante la evolución de la especie humana, la cantidad de la melanina estaba determinada 24


por una mayor o menor exposición al sol y a las condiciones climáticas. En este punto el grosor de la piel y la textura del pelo también eran datos relevantes para entender la adaptación de los distintos grupos humanos en el planeta. Otro ejemplo donde se involucra la melanina es una condición genética llamada albinismo. La palabra albino proviene del latín: albus, que quiere decir: blanco. En este caso las personas carecen de melanina, lo cual implica un elevado riesgo ante los rayos ultravioleta, que en algunos casos puede llevar a desarrollar melanoma, es decir, cáncer de piel. La melanina es, pues, la sustancia que da color a nuestra apariencia corporal. Por increíble que parezca, aún seguimos poniendo etiquetas a este proceso de adaptación de los seres humanos al medio ambiente. Parece increíble que en pleno siglo XXI se excluya a las personas por su color de piel. En esta sociedad estratificada y piramidal donde la cantidad de melanina en la piel y ciertas características físicas determinan nuestro acceso a educación, trabajo y calidad de vida, hay que agregar la escasa representación de seres humanos diversos en los medios de comunicación. De una vez por todas: ¡¡las razas no existen!! Hoy sabemos que la “raza” no existe, pertenecemos a la especie humana. Con el descubrimiento del ADN la ciencia pudo demostrar que los seres humanos somos 99.9 por ciento idénticos, lo único que varía es nuestro exterior, a eso le llaman: fenotipo. No existen las razas. Somos una misma especie. Hay variantes fenotípicas y grupos culturales diversos, con más o menos melanina. Punto. No podemos, sin embargo, seguir negando que la apariencia física, el color de piel y determinadas características corporales determinan nuestro acceso a un sinnúmero de derechos. No sólo por nuestra tonalidad de piel, también hablamos de lengua, géne25


ro, apariencia física, orientación sexual, condición social, económica, cultural, procedencia geográfica, etcétera. Diversos estudios sobre la desigualdad se preguntan en qué medida características como el nivel socioeconómico de la familia de origen, el género, la escolaridad de los padres, y las condiciones de las comunidades de origen, influyen nuestros logros educativos y económicos. Estos efectos son importantes porque contravienen el principio del “premio al mérito y al esfuerzo”, mejor conocido como meritocracia. Es decir, por más que me esfuerce, hay factores históricos, económicos, étnicos o lingüísticos, que limitan o hacen posible el acceso a educación, empleo, bienes y servicios, etcétera. Los estudios sobre la desigualdad nos permiten dimensionar el grado de movilidad social que puede alcanzar una persona y entender sus efectos a lo largo de varias generaciones. Un estudio sobre Discriminación Étnico Racial en México del Colegio de México demostró que existe una relación entre la posición social de origen y de destino de las personas en las siguientes dimensiones: educación, ocupación laboral y riqueza material. Hablar una lengua indígena, así como identificarse como parte de comunidad indígena o afrodescendiente, redunda en menores probabilidades de avanzar en el sistema educativo, o tener menos oportunidades en el ámbito laboral. Instituciones como el Colegio de México, Oxfam y el Colectivo para Eliminar el Racismo en México (Copera) han realizado diversas investigaciones y acciones para explicar de todas las formas posibles por qué seguimos viviendo en una sociedad racista, y por qué, es un tema estructural. No se trata de “echarle ganas” y de esforzarse harto para salir adelante. Poder prieto y las narrativas de la blanquitud 26


Este 25 de mayo, activistas, actores, influencers y otras personas del ámbito cultural, lanzaron la Campaña #PoderPrieto y #DondeHayPrieturaHaySabrosura. El objetivo de esta campaña es hablar del racismo y reivindicar el tema de la belleza de la piel morena. Esta campaña ha provocado diversas reacciones, entre las cuales predominan al menos dos: una que reivindica esta causa como parte de la agenda antirracista y otra que la critica por ser, según esta postura, superficial e incluso “promover el racismo a la inversa”. No es que ahora los prietos vayamos a tomar el poder y convertirnos en los nuevos supremacistas. No existe el racismo al revés, ¿por qué? Porque quienes detentan el poder económico en México y el mundo son una minoría. Además, lanzar una campaña reivindicando el ser moreno no restringe derechos ni promueve discursos de odio contra otros grupos sociales. Voces expertas lo han mencionado en innumerables ocasiones: “el racismo a la inversa” no existe. Hay muchas definiciones académicas y cotidianas sobre el racismo. Una de las más completas es la idea de que el racismo es una práctica sistemática de exclusión de determinados grupos sociales por su color de piel, su procedencia étnica, sus características físicas, etcétera, y es estructural porque niega derechos. Es decir, es económico, histórico y sistémico. Es decir, esta campaña lejos está de atentar con estructuras históricas ancladas en la desigualdad. Hay una narrativa dominante, donde el eje del poder, la belleza y la validación social están en los cuerpos blancos, jóvenes y delgados. Esta narrativa dominante también se expresa en la academia, el periodismo y los medios masivos. #PoderPrieto es un esfuerzo por posicionar el tema desde los medios de comunicación. Un intento por hablar de lo que, du27


rante décadas ha marcado el cotidiano de quienes hemos crecido con etiquetas racistas acerca de nuestra apariencia. En su investigación: “Linda morenita”: El color de la piel, la belleza y la política del mestizaje en México, Mónica Moreno Figueroa -doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Cambridge- analiza el tema de la identidad nacional, el color de la piel y el racismo en México. En este ensayo describe la relación entre el color de la piel y la percepción de la belleza como uno de los ejes del racismo en México. Y como muchas voces expertas, cuestiona la construcción del mestizaje como discurso dominante durante el periodo posrevolucionario. Bajo el argumento de que la mayoría de las personas “somos mestizas”, se construyó un relato en el que no tenían cabida quienes no se identifican en esta autoadscripción étnico-racial. El mestizaje como ideología nacionalista del Estado Mexicano postrevolucionario, definió que es lo mexicano, determinó quién o quiénes tenían cabida en esta identidad nacional y quiénes quedaban fuera. Es entonces cuando se consolida la exclusión hacia distintas comunidades: chinos, afrodescendientes, pueblos originarios, etcétera. Entonces quedamos fragmentados, incomunicados, algunos gravemente excluidos. Adiós a la Raza Cósmica No existen las razas. Somos una misma especie y hay variantes fenotípicas y grupos culturales diversos. La Raza Cósmica escrita por José Vasconcelos forma parte de una narrativa, que poco a poco… comienza a cuestionarse. Más allá de las encuestas, está lo que hemos vivido cotidianamente: la manera en la que nos etiquetamos o etiquetamos a otras personas por su color de la piel. Hablamos de cómo nos tratan en un restaurante, en el espacio público, o, cuando pedimos trabajo. 28


El primer paso es reconocer que se trata de un tema estructural e histórico. Y saber que, afortunadamente, es posible transformar estas prácticas arraigadas durante siglos. No se trata, sin embargo, de un tema de “buena voluntad”, se requieren políticas públicas, cambios estructurales en el ámbito económico, social y cultural. Era urgente reconocernos como un país racista, para entonces mover estructuras, ideas y prácticas cotidianas. Y sí, yo también sueño con un mundo en el que el color de nuestra piel no sea relevante, no determine nuestro acceso a derechos básicos y fundamentales como educación, vivienda o trabajo. Como diría Toni Morrison: “La función, la muy seria función del racismo, es la distracción. Evita que hagas tu trabajo. Te mantiene explicando, una y otra vez, tu razón de existir. Alguien dice que no tienes lenguaje, así que pasas 20 años demostrando que sí lo tienes. Alguien dice que tu cabeza no tiene la forma correcta, así que ahí tienes a los científicos demostrando que sí. Alguien dice que no tienes arte, así que lo excavas. Nada de eso es necesario”.

Dos días de la Cruz: el barco y el perdón Daliri Oropeza - Pie de Página - 25 mayo, 2021

Estos son los entretelones de un día marcado por dos hechos que apelan a los pueblos mayas peninsulares en el día de la Cruz: el arranque de la travesía zapatista por la vida y la petición de perdón del presidente AMLO por los agravios de la colonización y la llamada “Guerra de Castas” Yo digo que los zapatistas son los insomnes que toda historia necesita. -Don Durito de la Lacandona en su posdata sobre la libertad 29


La incursión marítima de la Montaña, el navío que desafía la historia, provocó una significativa ebullición social. La travesía comenzó antes de que el barco zarpara. El Escuadrón 421 recibió una encomienda de las autoridades zapatistas. Para llevarla a cabo, primero recorrió el sur peninsular hasta el templo de Ixchel, en Isla Mujeres, para después atravesar el mar. Por tierra, la delegación marítima zapatista recorrió la ruta del megaproyecto de urbanización llamado “Tren Maya”. El Escuadrón y la caravana que les acompañó se encontraron a lo largo del camino con abundantes plantaciones de palma de aceite, el transporte masivo de cerdos, tránsito de migrantes, la renovación de puertos, carreteras, vías férreas y la construcción de las plataformas, durmientes y estaciones del megaproyecto urbanizador. Se llevan consigo todas estas impresiones. También cargan con la emoción de quienes les despidieron en sus pueblos con bailes o carteles y, les dojeron adiós en el muelle entre cantos, coros de consignas como “Zapata vive, la lucha sigue”, un caracol y el sonido de una gaita, proveniente de Galicia, donde está el puerto de Vigo, al que se dirigen. Fue una alegre despedida, acompañada de una discreta nostalgia y de miradas a los nuevos horizontes. ¿Qué tuvo que pasar para ver al subcomante Moises en el timón de un barco, 27 años después de liberar al exgobernador y general Absalón Castellanos Domínguez? Ahora el lenguaje de la navegación y las millas náuticas están a la orden del día. En un comunicado, el EZLN informó que saldría el 3 de mayo, día de Chan Santa Cruz. Sin embargo, la delegación marítima adelantó su salida al 2 de mayo. Una anunciada tormenta se sumó al agitado viaje de la caravana. No había sido fácil llegar hasta Isla Mujeres después de varios retenes y acercamientos de policías o marinos. Pero el Escuadrón 421 agita sus manos y se despide del bullicio, que súbitamente se transforma en silencio, ante la incredulidad del momento histórico que estábamos viviendo. 30


Cuando el gran Velero La Montaña iza velas en altamar es de madrugada en el horario de Europa. Ya es 3 de mayo en el V iejo Continente. El Escuadrón 421 lleva una bandera que la delegación maya peninsular del Congreso Nacional Indígena le dio. Quienes entregaron esta bandera son mayas provenientes de los montes orientales de la península, donde se fundó Chan Santa Cruz, epicentro de los mayas rebeldes que lucharon por su autonomía, por su territorio y por separarse de los abusos del estado de Yucatán y de sus impuestos. Su salida, un día antes del 3 de mayo, recuerda lo sucedido en 1901, entre el Ejército y estos mayas autonomistas, que llevaban más de 50 años viviendo su propio gobierno. El Ejército Mexicano de Porfirio Díaz llegó en ese año a acabar con la rebelión, pero ya no había nadie. Los mayas se habían trasladado a la profunda selva, evitando una masacre. Es una paradoja que sea en esta región maya donde el Ejército tiene la concesión del tramo del megaproyecto urbanizador del sur peninsular. La ebullición de la travesía no ha parado desde la salida del Escuadrón 421. Trascendió que navegaron pasaron a Cuba y, parece ser que estuvieron en donde yace la tumba del Che, para rendirle homenaje. A raíz de esta iniciativa del EZLN, los eventos digitales en México y más de 30 países no han parado. Las actividades creativas en torno al viaje zapatista se suceden multiplicadas, una tras otra, en muros, cafés, o edificios tomados en distintas geografías europeas. Don Durito, el escarabajo de la Lacandona anunció en 1996 su pretensión de iniciar la conquista de Europa. Esta intención quedó plasmada en un libro de cuentos llamado Don Durito de la Lacandona. Ahí, este escarabajo, que ahora es un pasajero clandestino de La Montaña, dio una ponencia donde aseguró que la “sabiduría no consiste en conocer el mundo, sino en intuir los caminos que habrá de andar para ser mejor”. 31


Llegar a pedir perdón a aquellas tierras resultó muy atropellado. El camino estaba bloqueado por ejidatarios de Quintana Roo que piden se les pague una indemnización por la expropiación de sus tierras, utilizadas para construir la carretera, pendiente desde hace años. Según los medios, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a pagarla. Esa no fue la única protesta en este Día de la Cruz. Colectivos feministas, estudiantes, campesinos, personas mayas, aguardaron a que llegara el presidente para expresar su descontento y sus exigencias. Una manta con el rostro de Samir Flores ondea colgada de un árbol en el fondo con la palabra “dignidad”. Los manifestantes reclaman el robo de piezas del museo, restitución de tierras, un hospital, escuelas, agua, reportó PiedePágina. El evento fue en el Museo de la Guerra de Castas. “Le están pidiendo perdón a caciques”, le grita un joven maya manifestante en el evento de Tihosuco. “Hoy tenemos una guerra de conciencia”, grabó en video la periodista Dalia Escobar. Aunque sea nombrada Guerra de Castas (por occidentales), historiadores mayas como José Koyok explican que fue una guerra de independencia donde mestizos participaron en la rebelión, y mayas se unieron al ejército mexicano o a los caciques que reprimieron a los alzados. Duró más de 50 años, y durante todo este tiempo los mayas lucharon por su autonomía y gobierno propio. El presidente pidió perdón por los agravios de esta Guerra y por los abusos cometidos por el gobierno mexicano durante la Colonia. Todo el evento tuvo de fondo los reclamos de la población, a disgusto con la ceremonia. De inmediato salieron los comunicados de la Campaña U Jeets’el le ki’ki’ kuxtal, Territorio Maya en Resistencia y Rebeldía “Contra el falso perdón y por las Autonomías”: “Hoy, 3 de mayo, aun escuchamos el llamado de la Cruz Parlante, el llamado de la libertad el llamado de las autonomías. Hoy hon32


ramos a nuestros abuelos y abuelas que como en 1847 se levantaron en armas en la mal llamada Guerra de Castas, para defender su territorio. El mismo territorio que hoy amamos y nos toca defender. Hoy es un gran día para nuestra memoria como pueblos, un gran día para nuestra ritualidad, en nuestra espiritualidad, la de los pueblos en lucha”, dijeron. El Cronista Carlos Chablé Mendoza de Noj Kaaj Santa Cruz Xbáalam Naj (Felipe Carrillo Puerto) advirtió: “La construcción del tren en territorio maya, y otros megaproyectos similares impuestos en otras regiones del país como Oaxaca, van en el mismo sentido de invadir, despojar y destruir recursos naturales de los territorios indígenas. (…) no basta con hacer una ceremonia para pedir perdón por lo ocurrido si se deja sin respuestas y solución los problemas señalados, se trataría de un evento demagógico más y de una nueva afrenta al pueblo maya masewal”. El Chuunt’aan maya de Yucatán envió una carta a AMLO sobre la petición de perdón: “Te decimos que la guerra no sólo afectó a los mayas de oriente, nosotros también sufrimos durante más de un siglo todas las consecuencias de que los gobiernos no hayan querido hacer caso al llamado de crear un lugar más justo para todos en donde vivir. Quizá tu petición de perdón pueda ser la oportunidad para sentarnos a conversar sobre lo que te venimos pidiendo desde hace varias cartas ya: que se respete nuestro derecho a la libre determinación ¿No fue por eso que también se levantaron nuestros abuelos?”. Fue un Día de la Cruz muy accidentado. Un día que quedó sepultado por el trágico accidente de la Línea 12 del Metro.

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RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 2 junio 2021


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