Recopilatorio 1º de Marzo

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 3 de marzo de 2021



“Nos roban todo, menos la rabia”. Adelanto del manifiesto feminista de Las Tesis Reproducimos el primer capítulo del libro ‘Quemar el miedo’

La rabia, en el reino animal, puede contagiarse cuando un animal clava sus dientes en el cuerpo de otro. El virus viaja desde donde se produjo la herida hasta el cerebro. Primero, provoca una inflamación y, después, la muerte. Pero a esta inherente capacidad mortal de propagar la enfermedad incurable, podríamos sumar otro tipo de rabia. Una que lleva siglos sin cura. Un sistema atávico y rancio que también ataca el cuerpo. Nuestros cuerpos. Nos hiere, nos inmoviliza y nos mata. Tenemos rabia. Rabia contra la opresión milenaria. Rabia contra la impunidad histórica. Rabia y miedo de ser agredidas, asesinadas, olvidadas. El patriarcado late en las venas de gobiernos y poderosos, de los medios de comunicación, de la policía. Atraviesa los distintos sectores socioeconómicos. Se infiltra en tribunales de justicia. Cruza subterráneamente —y, a veces, tan obviamente— al Estado. Se convierte en la expresión de la furia del narco y las maras centroamericanas que usan a las mujeres como escudo y como botín de venganza, nefasta tradición ancestral que perdura hasta nuestros días. Todo lo que toca el patriarcado lo convierte en rabia. Tenemos rabia. Rabia ante la invisibilización constante de nuestros abusos. ¿Por qué casi todas las mujeres que conoces han sido víctimas de abuso y los hombres no conocen a un solo abusador? Porque no lo ven. Porque en su privilegio nuestra sangre es invisible. Cuando éramos chicas nos tocaron muchas veces en la calle, y vivimos en carne propia el acoso impune. Nos agarraron el culo, nos frotaron el pene en un bus. Nos besaron a la fuerza. Nos denigraron. Nos abusaron de niñas, jóvenes y luego adultas; borrachas y sobrias. Una vez, mientras nosotras caminábamos por 1


Valparaíso, salió un tipo de entre los matorrales y gritó: «Te gusta que te lo metan por el hoyo. ¡Corre, perra!». Y no quedó otra alternativa más que correr. Y ese acoso, que es invisible para muchos, lo vivimos todos los días sin poder denunciar. Nuestro testimonio siempre está en tela de juicio, siempre es cuestionable, dudoso, nunca es suficiente. La presunción de inocencia arrasa con nuestra verdad. La impunidad del abuso, de la violación, está normalizada y la revictimización constante es insoportable. Aun así, nos odian cuando salimos, en masa, a decirles que ya no toleramos su maltrato, violencia y tortura. Cuando creamos un violador en tu camino recibimos muchísimas amenazas por redes sociales digitales. Incomodó, y la primera reacción de muchas personas fue defenderse con un «no todos somos así». Incluso, algunos dijeron: «¿Por qué me dicen violador si yo no lo soy?». Cuando evidentemente se trata de una puesta en escena, una performance que apunta a una condena a la que estamos expuestas. Es una forma artística de decir que no estamos seguras. Pero a ellos les cuesta verlo, verse, deconstruirse. Saben que no se salva nadie, o casi nadie. No se salva tu padre ni tu abuelo ni tu hermano. Ni el novio que dice ser «sororo» y te promete amor eterno. Ni el compañero de marchas que, si hurga en su vida, encontrará más de una historia de maltrato donde fue autor o cómplice de menoscabo. Porque muchos han abusado de alguna u otra forma de una mujer y/o de una disidencia sexual. Han herido, han castigado emocionalmente, han minimizado, le han tratado de explicar situaciones laborales o académicas a alguien como si fuera inferior. Han perpetuado la brecha salarial. Se han burlado y han negado las subjetividades e identidades que no corresponden al binarismo patriarcal; como si el género solo se limitara a hombres y mujeres. Han abusado de sus privilegios. Han violado. El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer. Nacer con vulva o sin ella, nacer disidente en el más y menos amplio de los sentidos, nos enlaza funestamente a la brutalidad. Todo lo que el pa2


triarcado toca lo convierte en brutalidad. Y nosotras sabemos que pueden seguir inventando formas aún más crueles de matarnos. Lo supo Lucía Pérez, una joven argentina de 16 años a la que violaron, empalaron, drogaron y torturaron hasta la muerte. La justicia condenó a los acusados de su asesinato solo por venta de drogas y descartaron cualquier ataque sexual en su contra. Lo supo Jesica Tejeda cuando tenía 34 años. Juan César Augusto Huaripata, su pareja, la asesinó de 30 puñaladas en Rosales, Perú. Pero no solo lo supo Jesica, sino que también todo su barrio, porque cuando acudieron por ayuda a la comisaría, que estaba solo a 200 metros, la policía tardó una hora en llegar. Asesinaron a Jesica y también a su hijo de 15 años. El feminicida incendió la casa para intentar borrar las huellas. Lo supo Brenda Micaela Gordillo, de 24 años, a quien su pareja, Naim Vera, asesinó en Catamarca, Argentina, solo por el hecho de estar embarazada. Para que nadie descubriera el crimen, él cocinó los restos de Brenda en una parrilla. Lo supo Nicole Saavedra, lesbiana, en Limache, Chile. Tenía 23 años cuando Víctor Pulgar la secuestró, violó, torturó y asesinó, viviendo impune por más de 3 años gracias a la desidia y negligencia judicial. Lo supo Ámbar Cornejo, en Villa Alemana, Chile. Tenía 16 años y la pareja de su madre, Hugo Bustamante, la violó, asesinó, descuartizó y enterró debajo de la casa; un hombre que antes había asesinado a otra mujer y a su hijo. Sin embargo, la justicia lo liberó 17 años antes de que cumpliera esa primera condena. Lo sabemos todas las mujeres del mundo, porque no caminamos tranquilas por las calles. Porque si nos violan, nos apuntan como culpables. Porque los sistemas de justicia son inoperantes y las precarias medidas de protección que ofrecen frente a un agresor nunca son suficientes. Porque los candidatos a presidir los go3


biernos se llenan la boca con eslóganes sobre igualdad, pero no plantean soluciones estatales para detener los feminicidios. Porque es mentira que nos protegen. Porque es mentira que nos quieren vivas. Lo vemos cuando rechazan la educación sexual integral. Lo vemos cuando rechazan el cambio sociocultural y político que necesitamos para abolir las opresiones y violencias de género. Nos roban todo, menos la rabia, y nuestra rabia los intranquiliza. Quieren que sigamos en nuestras casas como si nada pasara. Les molesta que salgamos con una venda en los ojos, vestidas con ropa ligera, nocturna y sugerente para cantarles que los violadores son ellos. Pero nosotras no nos cansamos de gritar. Hasta que esa rabia se convierta en revolución. Y les hierve el hoyo, les enfurece, al ver que nos cansamos de esperar cambios desde sus políticas y que nos organizamos de forma independiente y autogestionada. Les hierve el hoyo que confiemos en organizaciones y colectivos feministas antes que en sus instituciones patriarcales y coloniales. Les hierve el hoyo que recurramos a ellas al ser víctimas de violencia, o que abortemos juntas y juntes en nuestras casas; ilegales, clandestinas. Les hierve el hoyo que nos caguemos en sus políticas de Estado, porque no nos cuida la policía, nos cuidan nuestras amigas. Todas las mujeres que mencionamos antes murieron o tuvieron juicios en los últimos dos años y son solo ejemplos de la barbarie que cruza a este sistema; cifras que la sociedad patriarcal se niega a retener, porque no es difícil de leer si solo nos fijamos en el año 2019. México: 916 muertas. Perú: 168 feminicidios. Brasil: 1314. En Honduras, 55 mujeres fueron asesinadas en los primeros seis meses de confinamiento por covid-19. ¿Quieren hablar de un virus que se propaga sin cura? Nos están matando. Lo supo Ingrid Escamilla, una joven mexicana de 25 años a quien su pareja, Érick Robledo, asesinó y desolló. Expusieron su cuerpo mutilado en los medios de comunicación y un video con el relato 4


de su feminicida ayudó a victimizarlo. Los medios aún no aprenden a relatar de qué forma nos asesinan. Las fotos denigraron todavía más su partida y otros hombres se dieron el tiempo de postear bajo las imágenes de su cuerpo mutilado: «Qué hermoso el odio consumado, qué belleza de imágenes, qué delicia de homicidio». ¿Todavía quieren saber por qué tenemos rabia? Las Tesis, el famoso colectivo feminista conformado por cuatro artistas chilenas, publicará el 3 de marzo un manif iesto en todos los países hispanohablantes de América Latina y en España (editorial Planeta). El grupo, que reside en la ciudad costera de Valparaíso, se hizo conocer en 2019 después de que miles de mujeres alrededor del mundo decidieran reproducir su corta performance denunciando la violencia estatal contra ellas, Un violador en tu camino. El PAÍS publica a continuación un extracto del manif iesto, su primer capítulo:

Estallidos o levantamientos

Raúl Zibechi - La Jornada - Viernes 26 de febrero de 2021 Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) revela que las clases dominantes, a las que el organismo sirve, esperan estallidos sociales en todo el mundo como consecuencia de la pandemia. El trabajo Repercusiones sociales de la pandemia, publicado en enero, considera que la historia es una guía que le permite esperar estallidos que ponen de manifiesto “fracturas ya existentes en la sociedad: la falta de protección social, la desconfianza en las instituciones, la percepción de incompetencia o corrupción de los gobiernos” (https://bit.ly/3qVVhAV ). Gracias a sus amplios recursos, el FMI elaboró un “índice de malestar social” con base en un análisis de millones de artículos de prensa publicados desde 1985 en 130 países, que reflejan 11 mil acontecimientos susceptibles de causar estallidos sociales. 5


Lo que le permite adelantar que sobre mediados de 2022 comenzará una oleada de protestas que se busca prevenir y controlar. Lo importante es que el organismo dice a los gobiernos y al gran capital que el periodo que se abre en los 14 meses posteriores al inicio de la pandemia, puede ser peligroso para sus intereses y que deben estar preparados, pero agrega que cinco años después los efectos de los estallidos serán residuales y ya no afectarán a la economía. La ecuación parece clara: las clases dominantes esperan estallidos, se preparan para encararlos y neutralizarlos, porque por un tiempo pueden desestabilizar la dominación. Un detalle: el estudio ni siquiera menciona los resultados de eventuales elecciones como riesgos para el capital, quizá porque más allá de quien gane, saben que los gobiernos surgidos de las urnas nunca han conseguido mellar el poder del capital. Los movimientos anticapitalistas debemos tomar buena nota de las previsiones del sistema, para no repetir errores y prevenirnos de acciones que, a la larga, nos desgastan sin producir cambios. Propongo diferenciar estallidos de levantamientos, para mostrar que aquéllos no son convenientes, pero éstos pueden serlo si son fruto de una sólida organización colectiva. Los estallidos son reacciones casi inmediatas a los agravios, como los crímenes policiales; generan una enorme y furiosa energía social que se desvanece en pocos días. Entre los estallidos, está el sucedido durante tres días de septiembre en Bogotá, ante el asesinato por la policía de un joven abogado con nueve fracturas de cráneo. La represión causó la muerte de más de 10 manifestantes y 500 heridos, alrededor de 70 por bala. La justa rabia se ubicó en los Centros de Atención Inmediata, sedes policiales en las periferias, 50 de las cuales fueron destruidas o incendiadas. Luego de tres días, la protesta se desvaneció y no quedaron colectivos organizados en los barrios más afectados por la violencia estatal. Ejemplos de éstos hay muchos, pero me interesa destacar que los 6


estados aprendieron a lidiar con ellos. Sobrexponen la violencia en los medios, crean grupos de estudio sobre las injusticias sociales, mesas de negociación para simular interés y hasta pueden separar a algunos uniformados de sus tareas, enviándolos a otros sitios. Lo más común es que los gobiernos acepten que hay injusticias, en general, y que atribuyan la violencia de los estallidos a la precariedad del empleo juvenil y otras consecuencias del sistema, sin abordar las causas de fondo. Levantamiento es algo diferente. Un cuerpo organizado decide su comienzo, traza los objetivos y los modos, los puntos de concentración y de repliegue, y en diálogo colectivo decide el momento en que el levantamiento finaliza. El mejor ejemplo es el levantamiento indígena y popular de octubre de 2019 en Ecuador. Duró 11 días, fue decidido por las bases de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador y se plegaron sindicatos y jóvenes de las periferias urbanas. La violencia fue acotada por las guardias de las organizaciones, que impidieron saqueos inducidos por policías infiltrados. Se decidió finalizarlo en enormes asambleas en Quito, luego de que el gobierno de Lenín Moreno anuló el paquete de medidas neoliberales que generó la movilización. El parlamento indígena y de los movimientos sociales creado días después, fue el encargado de darle continuidad al movimiento. Un levantamiento puede reforzar la organización popular. En Chile, donde prefieren decir revuelta y no estallido, se crearon más de 200 asambleas territoriales durante las protestas en casi todos los barrios populares. La acción colectiva masiva y contundente debe reforzar la organización, porque es lo único que puede darle continuidad en el tiempo largo. Las clases dominantes aprendieron hace ya tiempo a capear los estallidos, porque saben que son efímeros. Si nos organizamos, las cosas pueden cambiar, pero nada lograremos si creemos que el sistema caerá con una sola trompada. 7


Sigue impune asesinato de Samir Flores Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo 27 de febrero de 2021

Este 20 de febrero se cumplen dos años de impunidad respecto al asesinato del defensor del territorio nahua Samir Flores Soberanes. El contexto no podría ser más desafortunado, pues no sólo no hay castigo para los responsables materiales e intelectuales, sino que continúan las pruebas en la termoeléctrica de Huexca y la disputa por el agua del río Cuautla que pertenece a los ejidatarios de Ayala. La termoelécrica, el acueducto y el gasoducto, forman parte del Proyecto Integral Morelos al que se opuso Samir hasta el último suspiro. Hace dos años el dolor y la indignación se sumaron a la rebeldía de los pueblos de Morelos, Puebla y Tlaxcala afectados por un proyecto dado a conocer por el panista Felipe Calderón, impuesto por el priísta Enrique Peña Nieto, y que pretende ser consumado por el morenista Andrés Manuel López Obrador. El asesinato de Flores Soberanes, la lucha jurídica y la movilización, postergaron la decisión presidencial de poner en marcha este megaproyecto por el que han sido reprimidos, encarcelados y asesinados los opositores. Hoy, la Guardia Nacional resguarda la termoeléctrica y el acueducto. ¿Por qué, si dicen que tienen el consenso del pueblo, no puede operar sin policías militares? La exigencia de que se cancele el proyecto no puede separarse de la que clama justicia para uno de los más claros y queridos oponentes: Samir Flores, quien simultáneamente a la defensa del territorio, colaboró en la reconstrucción del tejido comunitario de los pueblos de Morelos. Saben los responsables que no mataron a cualquiera, como dijo doña Guadalupe hace dos años en el funeral. “Estamos seguros de que existió una orden de alguien muy poderoso”, aseguraron este viernes sus compañeros en Cuernavaca, al recordar que el fiscal general del estado, Uriel Carmona Gándara, 8


declaró en marzo de 2019 que ya se tenían ubicados a los autores materiales, pero 23 meses después no hay nadie tras las rejas. Samir Flores soberanes se ha convertido en el nuevo símbolo de las luchas indígenas y campesinas. Su nombre ha trascendido las fronteras, por lo que el segundo aniversario de su asesinato es ya una jornada de reivindicación de la organización de los pueblos. desinformémonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx

Bill Gates: el clima de los billonarios

Silvia Ribeiro* - La Jornada - Sábado 27 de febrero de 2021 El 16 de febrero de 2021, Bill Gates, el tercer hombre más rico del planeta, lanzó su libro Cómo evitar un desastre climático. Gates no sabía nada de cambio climático hasta hace pocos años, aunque su “huella climática” personal y empresarial es enorme, miles de veces mayor que la de cada persona de la vasta mayoría de la población mundial. Nada propone para cambiar esa realidad. Su receta es aplicar una mezcla de tecnologías extremas de alto riesgo –energía nuclear, nuevos transgénicos y geoingeniería–, mercados de carbono y fondos de inversión, y que los gobiernos apoyen a las empresas para ello con incentivos económicos, normativas a su favor e infraestructura con dinero público. El libro no agrega nada a sus propuestas ya conocidas. Es más bien un resumen organizado para gobiernos, empresas e investigadores, en formato “como salvar el planeta para dummies” (o tontos, usado en manuales para referirse a principiantes). En una reciente entrevista con el periodista Anderson Cooper, Gates dice que el primer libro que leyó sobre clima hace 10 años, fue Weather for dummies (El tiempo para principiantes) (https://tinyurl.com/47x45b9v). En el libro aclara que además de otras lecturas, expertos como los promotores de la geoingeniería David Keith y Ken Caldeira le han estado informando sobre el tema. La lista de tecnologías propuestas por Gates da vértigo: no duda 9


en manipular desde los átomos a los genomas y el clima. La combinación de su mentalidad de ingeniero que ve al mundo, la naturaleza, el clima y los pueblos como partes de una máquina donde todo se puede mover con tecnología e inteligencia artificial, contrasta con sus rampantes declaraciones de fe de que nada de eso tendrá ningún problema, al menos ninguno que no pueda afrontar con más tecnología. Propone, por ejemplo, desplegar masivamente reactores para energía nuclear –que asegura que ahora no tendrán problemas como los desastres de Chernóbil o Fukushima; nuevas megaplantaciones de agrocombustibles, que al ser con semillas transgénicas y microbios de biología sintética ahora no competirán con la producción de alimentos, al igual que más plantaciones de soya y maíz transgénico para fabricar carne sintética en laboratorio, tambien con microbios manipulados genéticamente. Promueve la geoingeniería tanto para remover carbono como la geoingeniería solar. Financia la tecnología de impulsores genéticos para extinguir especies que, pese a presentarla como combate a la malaria, tiene sobre todo aplicaciones en agricultura industrial y química. Gates afirma que el mayor desafío “para la humanidad” es llegar a reducir las emisiones de dióxido de carbono a cero en 2050. Una meta demasiado distante para no sobrepasar un aumento de temperatura global de más 1.5 grados, según el Panel de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Tanto Gates, como muchas empresas trasnacionales contaminantes y el Foro Económico de Davos, han anunciado compromisos de alcanzar “cero emisiones netas” en unas décadas. Es una trampa: Gates aclara en el libro que se refiere a emisiones cero “netas”, es decir que se puede seguir emitiendo gases, incluso aumentar las emisiones, porque se puede asociar compensaciones ( offset), para que la suma sea cero. Esas compensaciones se harían con mercados de carbono y tecnologías de geoingeniería para remover carbono de la atmósfera una vez emitido. Nada de eso ha funcionado para enfrentar el caos climático, ni va a funcionar. Gates lo sabe, por ello exhorta a apoyar también el desarrollo de la geoingeniería solar para bajar la temperatura, para evitar que parte de los rayos del sol lleguen a la Tierra, como un plan B, aunque reconoce que tiene grandes riesgos. 10


Una de las técnicas de geoingeniería que presenta el libro es la captura directa de aire, en particular la empresa Carbon Engineering, donde Gates es inversor junto a Chevron, Occidental Petroleum y la minera BHP Billiton. La técnica requiere tanta energía para capturar y filtrar carbono de la atmósfera, que aumenta las emisiones totales de CO₂ si se tiene en cuenta todo el ciclo. Salvo con megainstalaciones de energías no fósiles, que de todos modos requerirán materiales, tierra, agua y competirán con mejores usos de tales fuentes de energía. El fundador (e inversor) de Carbon Engineering es David Keith, quien también dirige desde la Universidad de Harvard el programa de geoingeniería solar, financiado por Gates y otros millonarios. En este momento en el ojo de la tormenta por el cuestionamiento a su proyecto ScoPEx para experimentar en territorios indígenas cómo bloquear la luz del sol (https://tinyurl.com/t3wr59r5). Aunque Gates declara que él y la Fundación Gates han retirado sus inversiones en las industrias petroleras, un ilustrativo artículo de Tim Schwab muestra lo contrario (https://tinyurl.com/dkuapxbk). Además, las empresas en las que invierte, como Microsoft y Carbon Engineering, siguen haciendo negocios con ellas. Señala, que aunque Gates promueve sus propias empresas, no es porque necesite más dinero. El punto más importante que comunica no es sobre clima, sino el poder de los milmillonarios sobre los gobiernos, para avanzar en lo que quieran, y qué éstos le pavimenten el camino. * Investigadora del Grupo ETC

Arbitrariedad y necesidad por Giorgio Agamben

La cuestión de si los gobiernos utilizan a sabiendas la pandemia para declarar un estado de excepción que fortalezca sus poderes más allá de todos los límites o si no tienen otra opción que la emergencia está mal situada. Lo que está sucediendo hoy, como en cualquier crisis histórica decisiva, es que las dos cosas 11


son ciertas: el uso del Estado excepcional como artimaña y la imposibilidad de gobernar de otra manera que a través de él coincidan. El soberano, aunque actúa de manera absolutamente arbitraria, se ve obligado al mismo tiempo a tomar una decisión incesante sobre la excepción que, en última instancia, define su naturaleza. La edad en la que vivimos es, es decir, aquella en la que la ilegalidad de los poderes que gobiernan la tierra aparece a plena luz: como han perdido todas las posibilidades de ser configurados en un orden simbólico reconocible, están obligados a suspender la ley y los principios constitucionales que podrían definirla. El estado de excepción se convierte así en el estado normal y los que gobiernan no pueden, bajo ninguna circunstancia, gobernar de otra manera. Tal vez sea posible que el Estado excepcional sea revocado formalmente: pero un gobierno de salvación nacional como el que se está creando, en el que toda oposición cesa, es la perfecta continuación del estado de excepción. Nuestro diagnóstico del fin definitivo de la era de las democracias burguesas está en cualquier caso confirmado. Queda por ver cuánto tiempo puede durar la suspensión de la política y la emergencia como paradigma del gobierno sin adoptar una forma que no sea el terror de salud en el que se han basado hasta ahora.

Una campaña singular y necesaria Jorge Meléndez Preciado

Mientras en los partidos políticos, los suspirantes se truenan los dedos, sudan a más no poder, la depresión o el aparente jolgorio está presente y la cantidad de ansiolíticos que consumen aumenta en grado extremo, en otras agrupaciones, menos grillescas, las cosas se preparan con tiento, pero sin tregua. Podríamos señalar, cuando menos, a dos: el EZLN y la organización Nosotroxs. Ambas no tienen fines estrictamente electora12


les, aunque saben y desean que sus acciones abran cancha a una mejor política, sin dejar de luchar por las reivindicaciones más sentidas y necesarias de la población. La segunda agrupación, cuyo presidente honorario es Cuauhtémoc Cárdenas, y el motor gira en torno a Mauricio Merino, anunció su proyecto para no sólo el 6 de junio de este año, la campaña política más amplia que está teniendo lugar, sino para todo el 2021. Después de tres encuentros nacionales, se plantearon los puntos nodales que se desean alcanzar: medicina general para todos; que se haga realidad sin excepción la ley alcanzada y promovida por ellos en 2019, para las trabajadoras que apoyan decisivamente en los hogares, en las cuales ya están 35 mil inscritas; seguridad para todos los repartidores de mercancías que viven en la precariedad; reconstrucción de los edificios dañados de forma transparente; transporte público amplio y seguro para los discapacitados; que los partidos políticos hagan transparentes sus cuentas; que los millones que sufren y padecerán la pandemia no se queden desamparados; que vaya acortándose la desigualdad y se abata la corrupción y que, en fin, exista un ingreso universal general. Algunas de estas cuestiones, enarboladas apenas hace tres años por Nosotroxs, van caminando, ya que aparte de la legalización del trabajo doméstico que hacen quienes antes no tenían prestaciones, ahora un pequeño número lo ha logrado, y 125 legisladores han aceptado presentar sus declaraciones antes y después, por citar dos ejemplos. Pero falta mucho por hacer. Nosotroxs, donde caben todas las posiciones políticas, sociales y preferencias sexuales, en tres años ya logró conjuntar a centenas de personas, aunque faltamos muchos para echarles la mano. Sobre todo, porque no buscan encumbrarse políticamente. Por eso han denominado a su movimiento actual: #LaCampañaQueFalta, ya que pretenden todo eso (y más) sin buscar una sola 13


posición en el poder legislativo, sino movilizando a la sociedad para que vaya desbrozando el camino que la politiquería ha enredado al máximo. Katia D´Artigues, coordinadora nacional, habló contra la discriminación, la desigualdad (y ella ha vivido esos problemas en carne propia y ha salido adelante) y contra la polarización. Llamó a la reconciliación, la responsabilidad y la revolución pacífica de las conciencias. Dos jóvenes bellas, en todos sentidos: Jessica Corral y Andrea Horcasitas, llamaron a conseguir todo lo planteado en Bola, es decir, una nueva forma de insurrección pero de manera civilizada (por cierto, la doctora Cristina Gómez coordina en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, una publicación que se llama así: La Bola): plantearon una vida digna para todos, mediante el discurso de paz y no el de odio; recordaron los 132 ciudadanos asesinados en la pasada contienda política, de los cuales 42 eran candidatos a puestos de elección; que 8.5 por ciento del PIB mexicano, es de trabajo no pagado regular y constitucionalmente; la necesidad del cuidado a los niños y los ancianos y las 11 mujeres asesinadas diariamente en nuestro país. Para Cuauhtémoc Cárdenas, la lucha política, actualmente, se da entre partidos sin ideología, algo descabellado ya que con las ideas y propuestas se llegan a soluciones de fondo. Ahora, señaló el ingeniero, se unen únicamente el agua y el aceite y ya no se sabe quién es quién. Ahondó el ex candidato a la presidencia de la República (Cárdenas) que estamos ante una pandemia a la que no se le ve fin (Anthony Fauci, el médico anticovid de Estados Unidos dijo que usaremos cubrebocas hasta 2022), aunque en estos momentos ha traído como resultado en nuestro país un millón 750 mil empleos menos y 10 millones que han caído en pobreza. Frente a ello, apuntó Cuauhtémoc, hay campañas políticas hostiles, sin propuestas y no en torno a ideas, sino a personas, por 14


lo que podríamos llegar a la Noche de San Bartolomé o de Los Cuchillos Largos, si continúa esta polarización. Por lo tanto, la tolerancia no es entregar la plaza sino restaurar la salud nacional. Mauricio Merino alertó acerca de los problemas y disputas enconadas en las redes y los medios informativos tradicionales. Dijo que ellos no son ni antipartido ni antigobierno, al contrario: estamos muy firmes por la paz y la defensa de las garantías constitucionales, pero es necesario evitar que esta crisis haga crecer la violencia. Una opción diferente al encono nacional. Nosotroxs y su #LaCampañaQueFalta una opción ciudadana. ¡Búsquela! jamelendez44@gmail.com - @jamelendez44 #DebateTrenMaya

¿Transformación emancipadora o depredadora? Daniela Pastrana - piedepagina.mx - Disecciones - 27 febrero, 2021

Es cierto que es imperativo cambiar el rumbo del abandono en el sureste. Pero un cambio verdadero implicaría apostar a la innovación tecnológica y social desde abajo, con metas de crecimiento graduales y un diálogo franco entre la conciencia popular, la ciencia y la política pública, dice el investigador Noé Mendoza. Con este texto iniciamos un debate abierto de los pros y contras de un proyecto central para los planes del gobierno federal El debate en torno al proyecto denominado Tren Maya tiene dimensiones sociales, económicas y ambientales cuya complejidad no puede ser captada con facilidad por la opinión pública cuando la discusión se polariza y se reduce a una disputa dogmática entre detractores y promotores del proyecto político liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Para quienes creemos en la urgente necesidad de utilizar la política pública 15


como medio para mejorar las condiciones de vida de los sectores más marginados de la sociedad y enfrentar la crisis ambiental global, es imperativo escapar de la polarización apoyándose en el pensamiento crítico y el conocimiento científico como herramientas de discusión. Comencemos con algunos hechos, como que la Península de Yucatán es un territorio que resguarda un patrimonio cultural y ambiental invaluable, que sus ecosistemas son particularmente frágiles, que pueblos indígenas tienen una presencia eminente en su demografía y éstos son un grupo vulnerable asediado por la pobreza. Otro hecho incontrovertible es que esta región del sureste mexicano la atraviesan procesos de cambio propios de la crisis ambiental global como son la deforestación, la contaminación acelerada de cuerpos de agua, pérdida de biodiversidad y degradación de suelos. A menos que se emprenda un cambio de rumbo radical y profundo, la Península de Yucatán seguirá degradando su medio ambiente y su cultura, mientras la pobreza y la desigualdad continuarán definiendo su sociedad. Es cierto, es imperativo cambiar el rumbo. Es bajo este escenario que se nos presenta al Tren Maya como un proyecto prioritario del gobierno federal para promover una transformación del sureste donde se ponga en primer lugar a los grupos marginados y se cuida al medio ambiente. Sin embargo, los elementos que lo constituyen (su origen, legitimidad, objetivos e impactos) lo descubren no como un cambio de rumbo de orientación emancipadora, sino como un proyecto que va a acelerar y profundizar los procesos de deterioro ambiental y social propios de la crisis civilizatoria por la que atraviesa la humanidad en el siglo XXI. El origen La idea de construir una red de vías para tren con estaciones conectadas a puertos marítimos y aéreos que enlacen a la Península de Yucatán con el centro del país y Centroamérica, es una idea más añeja que el mismo nacionalismo revolucionario. El Tren Maya estará conectado con el Canal Interoceánico del Istmo de Tehuante16


pec con el objetivo de consolidar al sur de México como una región que compita con el Canal de Panamá en el trasiego de mercancías entre los océanos Atlántico y Pacífico. Esta aspiración se remonta a inicios del siglo XX, cuando la élite empresarial y política encabezada por Porfirio Díaz, esbozó planes para aprovechar como paso interoceánico los aproximadamente 200 km que separan a Coatzacoalcos de Salina Cruz. Desde entonces múltiples proyectos se han diseñado con el afán de crear el pase interoceánico y construir un corredor entre Centro y Norteamérica, cuyo eslabón débil ha sido la frontera sur de México. A ese deseo responden el Plan Puebla Panamá de Vicente Fox y el Proyecto Integración y Desarrollo Mesoamérica. En el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 de Enrique Peña Nieto se puede encontrar un proyecto similar al Tren Maya bajo el nombre de Tren Transpeninsular. La legitimidad La diferencia más sustancial entre los planes previos y el Tren Maya es que el segundo cuenta con un mayoritario apoyo popular de acuerdo con los resultados de los ejercicios de consulta pública realizados por el gobierno federal y diversos estudios de opinión levantados en 2019 y 2020. La mayoría de la gente en la Península de Yucatán está a favor del tren. Sin embargo, es inevitable analizar cómo se construyó ese apoyo popular. Hay que tomar en cuenta un hecho, en las consultas iniciales realizadas por el gobierno federal, ningún habitante de la Península solicitó o propuso de manera espontánea la construcción de un tren ni la creación de nuevas ciudades. Las demandas sociales clamaron en su mayoría por mejores servicios de salud, agua, educación y oportunidades de empleo digno. La consulta no fue un ejercicio que proveyera información imparcial sopesando beneficios y problemas potenciales, sino una campaña de propaganda que implicó un despliegue notable e inédito de funcionarios federales que sin duda impresionó a propios y extraños. El mensaje implícito fue que el Tren Maya era una condición para que el gobierno federal atendiera todas las demandas de servicios públicos. Es cierto que en la parte final de la consulta, los representantes ejidales ofrecieron gustosamente materias primas y mano de obra barata de sus comunidades para 17


la construcción del tren pero tampoco es muy difícil reconocer que había una actitud de apertura clientelar ante el gobierno federal dada la implementación prioritaria de programas como Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro y Pensiones para Adultos Mayores en las comunidades que serán directamente afectadas por el tren. No en balde, la oficina en México del Alto Comisionado de Nacional Unidas para los Derechos Humanos señaló que el proceso de consulta indígena no cumplió con los estándares internacionales de derechos humanos en la materia. Los objetivos El Tren Maya está planteado explícitamente como un proyecto “detonador de inversión” lo cual significa que se pretenden adaptar las condiciones legales y sociales de la región para atraer capitales privados. No nos pongamos excesivamente normativos. Hay que reconocer que todo proceso de desarrollo requiere de un incremento en la inversión productiva y en ese sentido es casi imposible prescindir de capitales privados. El problema radica en el tipo de capitales privados que el Tren Maya está proyectando como impulsores del desarrollo en la Península. Hoy en día, realizar inversiones productivas en la región no es una opción atractiva, entre otras razones porque los costos de transporte son muy elevados, las telecomunicaciones son precarias, la provisión de energía es muy limitada y la mayor parte de la tierra es propiedad de ejidos. Los polos donde se han concentrado los grandes capitales son Mérida y el corredor Riviera Maya (que abarca de Cancún a Tulum) y las industrias que más han florecido en estos polos son la agroindustria y el turismo masivo de sol y playa. El Tren Maya pretende ampliar el área de influencia de estos dos polos a lo largo del perímetro del Tren, sin embargo, para que las grandes inversiones puedan tener tasas de retorno atractivas en el corto se plazo se necesitan objetivos de crecimiento masivo. El caso más emblemático es la proyección que se tiene para Calakmul – zona de notable riqueza socioambiental y también de un destacable aislamiento en relación con los flujos de capital – cuya población municipal actualmente oscila los 40 mil habitantes y se espera que alcance los 3 millones en menos de 15 años. Científi18


cos mexicanos han señalado que este tipo de metas tienen implicaciones ambientales de gran calado y son más propias de un parque de diversiones que de una zona reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural y natural de la humanidad. Los impactos Uno de los principales argumentos empleados por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo para justificar la falta de medidas de mitigación ambiental, es que la mayor parte de la red ferroviaria del Tren Maya se construirá a lo largo del preexistente Derecho de Vía, es decir que el tren se va a construir primordialmente donde ya existen carreteras y/o vías de tren. Equipos de investigación han señalado que este argumento no toma en cuenta que los Derechos de Vía en la Península de Yucatán se establecieron antes que emergiera la actual legislación ambiental. El que existan Derechos de Vía no implica que se estén cumpliendo las normas ambientales. También se ha demostrado en diversos estudios que la construcción del tren va a magnificar problemas ambientales ya existentes con las carreteras y va a generar un efecto agregado de deterioro en los ecosistemas de la Península. Hay que reconocer que cualquier proyecto de desarrollo tendrá impactos negativos sobre el medio ambiente, sin embargo, el Tren Maya con sus metas de crecimiento económico masivo dependiente de la entrada de grandes capitales turísticos y agroindustriales, no podrá darle prioridad a la mitigación de los impactos sociales y ambientales. Si se priorizara el cuidado al medio ambiente y se le diera protagonismo a los capitales privados locales y pequeños, las metas de crecimiento necesariamente serían más pequeñas y graduales y la legislación ambiental sería draconianamente respetada. Las alternativas Un cambio de rumbo verdadero no implicaría reformular los viejos proyectos de infraestructura ferroviaria. La idea de que hay que atraer muchos y grandes capitales privados para que lideren un proceso de desarrollo en el menor tiempo posible, en sus más brillantes momentos históricos ha mejorado las condiciones generales de vida exacerbando la desigualdad (en regímenes 19


más o menos democráticos) o imponiendo la visión de mundo de una élite autoritaria (en regímenes menos democráticos) a costa siempre del medio ambiente. El problema es que la dimensión ecológica ya es impostergable y tenemos la obligación de pensar en nuevas formas de promover una vida digna sin disponer de la naturaleza. Un cambio de rumbo verdadero implicaría apostar a la innovación tecnológica y social desde abajo, con metas de crecimiento graduales y un diálogo franco entre la conciencia popular, la ciencia y la política pública.

Acción comunicativa para el cambio social (o por qué twitter es el diablo) Lydiette Carrión - piedepagina.mx - La Trama Previa 27 febrero, 2021

La polarización detona la sordera. No hay forma de salir de una discusión en llamas una vez que estás ahí. La trampa es que en la mayoría de los casos nos hacen creer que estamos peleando con el enemigo real, el sujeto o el grupo social responsable de nuestros males. Y es solo un espejismo fantasmagórico. Jürgen Habermas es un pensador de la escuela de Frankfurt que, a partir de los años ochenta, empujó su investigación en torno a la comunicación para transformar la sociedad. Él sabe de lo que habla, también tiene unos ensayos muy buenos que explican cómo el lenguaje científico y elevado son mecanismos para mantener el conocimiento entre pocos. Y es que el conocimiento da agencia a quien lo posee. Y el núcleo del poder es el secreto celosamente guardado. Habermas entonces propone que una sociedad puede avanzar mediante la acción comunicativa.

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Tiene requisitos: el principal es una verdadera intención de comunicarse con el otro, de poner en común, llegar a acuerdos. La forma de comunicarse propuesta por Habermas poco o nada tiene que ver con discursos de cualquier tipo. De hecho el discurso aparece cuando la acción comunicativa ha fallado y cumple la función de tener la “esperanza” de poder tener acuerdos en el futuro. Un México sin comunicación Si lo llevamos a la realidad mexicana actual, podemos decir que discursos políticos, la publicidad de campañas electorales, las estrategias de comunicación y de marketing, publicidad, entre otros, son la antítesis de buscar y hallar soluciones. Están para convencer, no para comunicar. Las mentadas y discursos entre blanco y negro entre partidos políticos sirven para el encono, no para la construcción de la vida pública. Al leer a Habermas y compararlo con lo que leo a diario en redes sociales, en los medios de comunicación; al leer las reseñas de la mañanera, y escuchar la mañanera misma, al ver las perpetuas dicotomías en tw y otras redes sociales queda claro que en México no hay condiciones para realizar una acción comunicativa a nivel nacional. Y nadie lo está intentando. Esto no es un asunto de buena voluntad, sino de herramientas. En el asunto los medios de comunicación tienen la batuta. Desde la prensa, los medios, las redes sociales, se hace todo menos menos acción comunicativa: se hace propaganda, se reproducen discursos, en Tw y Facebook políticos y empresas interesadas desembolsan mucho dinero para generar discusiones polarizadas. Combatiendo molinos de viento en las redes sociales Esa palabra, polarización, tan de moda, con una carga moral, no alcanza a explicar la estrategia de comunicación que implica. La polarización detona la sordera entre grupos. No hay forma de salir de una discusión en llamas una vez que estás ahí. La trampa, 21


sin embargo, es que en la mayoría de los casos nos hacen creer que estamos peleando con el enemigo real, el sujeto o el grupo social responsable de nuestros males. Y no. Peleamos con fantasmas. El resultado final de la polarización es que no construimos conocimiento colectivo. Y menos hallamos o creamos soluciones. El resultado de la polarización es el desasosiego y la pérdida de la esperanza. El empobrecimiento del conocimiento, y la reproducción de los discursos maniqueos. El problema es que la capacidad de comunicarse, discutir, buscar acuerdos, como todo en la vida, requiere de práctica; se crea la cultura de la dicsución. Y a nivel social, requiere también de ciertas estructuras que propicien el ejercicio de la comunicación y su perfeccionamiento. Como todo en la vida, la comunicación horizontal y propositiva necesita práctica. Mientras más se ejercite, mejor sale. Y en la arena pública de México, actualmente, son muy pocos los espacios en los que es posible intentarlo. Es muy probable que esta atrofia en nuestra capacidad de comunicación y discusión pública haya sido fortalecido desde algunas políticas públicas. Finalmente, así ocurrió con el empobrecimiento y el abandono a la educación pública; el ataque al sindicalismo digno, a las cooperativas, a las formas de organización alternativas. Sin herramientas de diálogo, peleados todos contra todos, es más fácil manipularnos, dividirnos. No es posible así construir conocimiento social. En Twitter (red de mi elección, por cierto) el asunto se agrava. Un experto en programación me hizo ver que la misma plataforma (unos pocos caracteres) obliga a las dicotomías, a los contrastes, a la polarización, pues. Es imposible (o muy difícil) discutir en ese formato ideas complejas, con matices. No todo está perdido, sin embargo. Comunidades y pueblos originarios lo hacen. Lo practican. Saben que más importante que imponer una opinión es el bienestar 22


de toda la comunidad. También en algunos colectivos y cooperativas. Y como han contado en sus testimonios: es cansado, es arduo, pero vale la pena. Sin embargo, en términos generales, los habitantes de este país tenemos poca práctica y pocas herramientas para comunicarnos con la verdad, con respeto y buscando la generación de acuerdos. Tenemos pocas o ninguna arena de práctica; se desalienta en espacios públicos. Insisto, no se trata de una condena moral, sino de cuestionarnos, ¿cómo podemos hacernos de estas herramientas? ¿Cómo podemos destrabar la polarización? ¿cómo apagamos el ruido? Incluso en espacios universitarios, en los que se supone los estudiantes pueden hacerse de mejores herramientas de discusión y análisis, prevalece la cultura de la confrontación. Es urgente. Mientras nosotros discutimos y peleamos en tw, o en la cena de Navidad, corporativos, empresas millonarias, políticos corruptos hacen lo que quieren de este país.

Los sobrevivientes de la milenaria lengua Tu’un savi

Kau Sirenio - piedepagina.mx - Voz de Lluvia - Tatyi Savi 25 febrero, 2021 La tarea es enorme, pero es el deber de los hablantes tu’un savi escribir, transcribir y divulgar su literatura, porque de lo contrario solo vivirán en la constante victimización sin aportar nada que ayude a reforzar la construcción de una identidad lingüística En el fondo de la montaña de Puebla, Oaxaca y Guerrero se pinta el arcoíris con la lluvia que sopla el viento del sur. Ahí, entre el colorido de la vestimenta de las mujeres Ñuu Savi (mixteca) y la música tradicional se forma el espiral de la lengua tu’un savi de un pueblo que se niega a morir. A pesar de los años, aún so23


breviven los hablantes de esta lengua milenaria que resisten en todas las trincheras para no desaparecer ni quedarse en el olvido. Durante muchos años, era impensable que las comunidades indígenas usaran su usanza en fiestas o que desfilaran en las calles para celebrar el día internacional de lengua materna, así ha sido siempre, maestros bilingües tratan de recuperar la memoria cultural de sus comunidades, sin embargo, no todos lo hacen, el miedo al rechazo aún es mayor. En 2019, se celebró en San Luis Acatlán el encuentro de hablantes de tu’un savi, ese día, cientos de niños y jóvenes salieron a las calles para gritar que ahí están y que su lengua materna aún vive y que pueden cantar y gritarlo, durante el recorrido los muchachos bailaron al compás de las bandas tradicionales que no pararon en tocar piezas Ñuu Savi. La fiesta era emotiva, sin embargo, algo faltaba en la pachanga Ñuu savi, a pesar de que los directivos permitieron que sus alumnos desfilaran, pero solo fue para los hablantes, mientras que los niños y jóvenes mestizos no tuvieron la oportunidad de convivir con sus compañeros que negaban su identidad en salón de clase. Esta ciudad fundada por el español Pedro de Alvarado en 1522, de inmediato se convirtió en el sexto ayuntamiento de la Nueva España. De ese linaje “español” San Luis Acatlán cargó con sus prejuicios durante años sin reconocer a la población indígenas que la compone: Ñuu Savi, Me´phaa (tlapaneco) y nahua, a los que siempre llamaron como “huanco”, “indio”, “montañeros”, entre otros motes que les ponían a los indígenas que bajaban a mercar cada domingo. La carga racista en este municipio no ha cambiado en lo absoluto, los partidos políticos se opusieron para que los pueblos indígenas eligieran a sus autoridades por usos y costumbres, es más hicieron contra labor a la consulta que el Instituto Electoral y Participación Ciudadana de Guerrero (IEPC-Guerrero), llegaron al grado de usar a los líderes indígenas para desinformar a la población los pros y los contras de la elección por uso y costumbres. 24


A pesar de todo, el IEPC-Guerrero, encontró que hay un 65.2 por ciento de población indígenas y sobreviven las lenguas maternas en barrios y colonias de la cabecera municipal. A pesar de los datos duros que se tienen, el ayuntamiento no cuenta con información en lengua materna y mucho menos espacios culturales que promuevan la identidad cultural lingüística. Los funcionarios de la alcaldía dan por hecho que no necesitan intérpretes o difusión de información en lengua materna porque tienen trabajadores que hablan su lengua madre, sin embargo, nada está resuelto porque en San Luis Acatlán, lo que menos quieren los indígenas es aceptarse como tal para no ser discriminados. Lo que debe de preocuparse que, en diez años, la lengua pierde portadores o los padres de familia prefieren enseñar a sus hijos a hablar el español, lo triste de todo es que de 6.6% hablantes de lenguas indígenas en 2010 bajó a 6.1% en 2020. Así las cosas, a 21 años de que la Unesco declaró el Día Internacional de la Lengua Materna, no ha cambiado nada, no hubo cambio de fondo en el sistema educativo, la educación intercultural bilingüe, en nivel básica continúa con el mismo esquema “castellanizante”, porque solo se enseña la lengua materna en el aula por unas cuantas horas, aún peor, los profesores son analfabetos de su propia lengua. El activismo lingüístico debe continuar desde todas las trincheras, porque es necesario repensar la política pública dirigida a las poblaciones indígenas. Porque no basta con celebrar cada 21 de febrero, para desempolvar la ropa tradicional, pero al día siguiente se guardan y los hablantes se enmudecen para no dar explicaciones si hablan una lengua o un dialecto como se educó durante años para enterrar las lenguas maternas que aún florecen en las comunidades indígenas. Por lo pronto, los maestros Ñuu Savi deben reclamar el espacio para hablar y escribir tu’un savi, y generar condiciones para que la música, la poesía, el teatro, el periodismo, la literatura y el discurso ceremonial se repitan en tu’un savi. 25


La tarea es enorme, pero es el deber de los hablantes escribir, transcribir y divulgar la literatura en tu’un savi, porque de lo contrario solo vivirán en la constante victimización sin aportar nada que ayude a reforzar la construcción de una identidad lingüística.

La catástrofe educativa ante el COVID-19 en México

Ana Paula Ordorica - Washington Post - Feb. 25, 2021 En México, incluso en los estados más afectados por el COVID-19, ya han reabierto restaurantes, tiendas departamentales, centros comerciales y gimnasios. Pero las autoridades han señalado que las escuelas seguirán cerradas hasta que el semáforo epidemiológico esté en verde y, por el momento, solo una de las 32 entidades está en esa situación. Para las escuelas particulares la situación es insostenible y esta semana advirtieron que reabrirán el lunes 1 de marzo. La Secretaría de Educación Pública (SEP) contestó que eso no sucederá. Sin embargo, en estos meses las escuelas han desarrollado formas de poder atender a sus estudiantes y asegurar su supervivencia económica. Lo que está ocurriendo con la educación en México en torno a la pandemia es una tragedia y el gobierno debe actuar en consecuencia. Hay 25 millones de estudiantes que llevan un año sin ir a la escuela, y millones de madres y padres que deben intentar ser profesores, además de sus trabajos dentro y fuera de casa. Gloria es dueña de una escuela privada que suspendió clases presenciales, como todas en México, desde marzo de 2020. Me dijo que la escuela no ha dejado de ofrecer algunas clases presenciales, a pesar de lo dicho por las autoridades, para poder sobrevivir como negocio y atender las necesidades de aprendizaje de las y los alumnos: ha reducido el costo de las colegiaturas y, de manera clandestina, enviado a maestras que aceptaron ir a distintas casas a dar clases en “burbujas” de máximo 10 estudiantes. 26


Madres de alumnos de otras escuelas me confirmaron que también han movido las clases del recinto escolar a casas particulares o salones en edificios. Me dijeron que no se aprende igual en un esquema en donde las y los estudiantes se sientan frente a la computadora o la televisión, que con una maestra en un aula. En otros casos, han sido padres y madres de familia los que han creado sus propios grupos “burbuja”. Un grupo pidió a la escuela Kangaroo Forest, de Texas, Estados Unidos, que acondicionara un salón de clases en el jardín de la casa de uno de ellos, en Ciudad de México. Acuden dos maestras y pocos niños. Estos siguen inscritos a su escuela mexicana, la cual conoce este esquema y, a cambio de seguir recibiendo el pago de la colegiatura, entrega cuentas a la SEP como si los estudiantes estuvieran tomando sus clases vía internet. Esto sucede en ambientes privilegiados, pero la historia para estudiantes de escuelas públicas es diametralmente distinta. Hablé con la profesora Ana —quien me pidió no publicar su nombre completo —, asesora técnica de la SEP con 13 escuelas bajo su cargo (3,515 alumnos). De ellos, solo 30% cuenta con conexión a internet —en el país, 76.6% de la población urbana y 47.7% de zonas rurales tiene acceso— y casi ninguno tiene computadora ni tablet. Quienes aún toman clases, porque muchos las han abandonado —la SEP señaló en agosto que 2.5 millones de estudiantes habían desertado—, lo hacen utilizando los datos de los teléfonos celulares de sus papas; se conectan una vez por semana y reciben tareas por mensajes de WhatsApp o Facebook. Sobre “Aprende en Casa”, el programa presentado con bombo y platillo por la SEP para que las y los alumnos tomen clases por televisión, señala que no lo utilizan. Aunque las cifras oficiales dicen que 90% ha “adquirió nuevos aprendizajes con la estrategia”, Ana dice que el programa tiene cobertura, pero no es funcional: no cumple con el temario y los programas transcurren muy rápido, por lo cual los niños necesitan el apoyo de algún familiar. Lo que en otros países en el mundo han entendido, aquí se prefiere ignorar: las escuelas han demostrado no ser el foco de contagio más preocupante si se implementan medidas sanitarias adecuadas. Por ello han ido regresando paulatinamente a clases en Estados Unidos, España, Portugal, Grecia, Francia y algunas regiones de Alemania. 27


La intención de las autoridades mexicanas de no reabrir hasta estar en semáforo epidemiológico color verde no tiene sentido. El semáforo comenzó a funcionar el 1 de junio y, en ese momento, se dijo que en semáforo rojo solo podrían estar abiertas las actividades esenciales. Conforme han pasado los meses y el país se ha mantenido entre el rojo y el naranja, otras actividades han podido funcionar. Pero sobre el regreso a clases, nada se ha intentado: ni un regreso escalonado, ni con alumnos en las aulas menos días a la semana. Los sindicatos de profesores, que han sido siempre muy activos para manifestarse y pedir mejores salarios y plazas para sus agremiados, en la búsqueda del regreso a clases presenciales se han limitado a decir que regresarán a las aulas hasta ser vacunados. Sería deseable que, tomando en cuenta su seguridad, pero también su fuerza política, aprovecharan la actual crisis para buscar mejores condiciones para las escuelas y que las niñas y niños puedan regresar a clases lo antes posible. El académico Gilberto Guevara Niebla describió en 1992 que lo que ocurre en México en torno a la educación es una catástrofe silenciosa. Hoy, esa catástrofe grita con fuerza. Por eso el gobierno y la sociedad deben replantear un regreso a clases seguro a la brevedad. Esperar a tener semáforo verde, cuando el resto de las actividades funcionan con muy pocas restricciones, es injusto para los niños y jóvenes de México.

Kumä’äy. Mensajes desde un futuro multilingüe Yásnaya Elena A. Gil - elpais.com - 20 febrero 2021

La escuela, que había sido el ariete y el bastión lingüicida del Estado mexicano, se convirtió en el bastión de la resistencia que dio aliento a la diversidad lingüística ¿Cómo fue que logramos revertir la acelerada pérdida de lenguas indígenas? A estas alturas suena extraño pensar que esas lenguas alguna vez estuvieron en serio riesgo de desaparecer y que, de 28


hecho, muchas desaparecieron irremediablemente. Los estudios actuales sobre las lenguas indígenas se han centrado sobre todo en documentar las diversas prácticas pedagógicas asociadas a la enseñanza de estos idiomas y en realizar estudios gramaticales y estudios poéticos, pero hay muy poca investigación que nos puedan dar un esquema general del proceso que culminó en el hecho de que en estas últimas décadas nos parezca natural la existencia pujante y vital de tantas lenguas en este territorio. Este texto pretende ser apenas un brevísimo esbozo histórico de lo sucedido en esos años en los que la diversidad lingüística de México estuvo seriamente amenazada y de la lucha, en gran parte olvidada, que hubo que dar para que ahora algo tan dado y natural como nos parece el multilingüismo tuviera posibilidades reales de futuro, un futuro que es ahora el presente desde el que escribo. A punto de terminar este breve escrito, me he enterado de que el Centro Amuzgo de Estudios Históricos prepara la publicación de un volumen que documentará, a detalle y con rigor (como ya es costumbre en las investigaciones de este prestigioso centro comunal de investigación), el extraño periodo en el que la diversidad lingüística estuvo en riesgo y los procesos y luchas que lograron revertir los efectos de esa época lamentable, tan lamentable que la hemos casi borrado de la memoria colectiva. El tiempo en el que los idiomas estuvieron en serio riesgo de extinción fue breve pero suficientemente brutal como para causar la muerte de muchas lenguas. Repetiré algo que ahora nos parece obvio, la diversidad de lenguas es un rasgo que ha acompañado a la humanidad desde siempre. Imperios, guerras, conquistas, migraciones, desarrollo y caída de múltiples culturas y diferentes civilizaciones, miles de años de historia en muchísimos lugares del planeta, nunca nada de esto puso en riesgo de desaparición la diversidad lingüística del mundo como los aproximadamente 300 años en los que la humanidad optó por un solo modelo sociopolítico para todas las sociedades: el Estado-nación. Este periodo en el que la diversidad lingüística estuvo muy comprometida comprende aproximadamente los dos últimos siglos 29


del primer milenio después de nuestra era y el primer siglo del segundo milenio. Dentro de la ecuación que establecía la idea de que cada uno de los aproximadamente 200 estados era también una nación, germinó la disposición de que cada uno debería entonces tener una sola lengua, a lo más dos, en casos extraños, hasta tres. El mundo con sus aproximadamente 7.000 lenguas en ese momento, se hallaba parcelado en poco más de doscientos estados, en su mayoría obsesionados en imponer una sola lengua en los territorios dentro de sus fronteras. El territorio desde el que ahora escribo en las montañas de la Región Mixe, quedó adscrito dentro del Estado mexicano. En el momento de su creación, a principios del siglo XIX, aproximadamente el 70% de la población encapsulada dentro de ese Estado hablaba una gran variedad de lenguas pero el nuevo modelo optó por imponer el español, la lengua de la minoría con más poder. Para lograrlo, el poder del Estado implementó desde todas sus áreas de administración, sobre todo desde un sistema educativo único y centralizado que fue creando con el tiempo, la imposición del español. Las lenguas indígenas dejaron de llamarse idiomas como en los siglos anteriores y recibieron el nombre de “dialectos” con una fuerte carga despectiva, el español fue elevado a lengua nacional como los libros de texto de la época los evidencian. La posibilidad de que los documentos oficiales pudieran redactarse en lenguas indígenas como sucedió en los siglos pasados se esfumó con el establecimiento del Estado, la rica tradición escrita en caracteres antiguos o en el abecedario latino que había llegado con la colonización española fue desapareciendo y desde los espacios escolares las muy diversas lenguas indígenas fueron proscritas, hablarlas se volvió motivo de castigos, de golpes, de humillaciones, de multas, a tal grado que muchas personas que las hablaban se fueron convenciendo de que era mejor no transmitirlas. La red de intérpretes y traductores para el sistema judicial prácticamente fue desaparecido con el establecimiento del Estado mexicano, las publicaciones de libros en lenguas indígenas se volvieron 30


muy escasas en contraste, por ejemplo, con los más de cien textos publicados para 1580 en la imprenta de México. Las lenguas indígenas dejaron de ser lenguas de instrucción y de estudio en espacios académicos y los estudios gramaticales sobre estas lenguas se volvieron una rareza cuando siglos atrás era posible tomar cátedra en lenguas como el otomí, náhuatl o matlazinca en instituciones como la Real y Pontificia Universidad de México. Poco a poco, entre más se fortalecía el Estado más se redujeron los espacios de uso y vitalidad de la diversidad de lenguas que siempre le había sido natural a la población de estos territorios. Poco a poco el proyecto monolingüe se fue imponiendo con éxito y la diversidad lingüística, como nunca en la historia, comenzó a estar en riesgo de extinción. A finales del Siglo XX, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional provocó que en las siguientes décadas el Estado mexicano hiciera algunas reformas legales para proteger la diversidad lingüística pero nada cambiaba sustancialmente en los hechos, la educación seguía estando centralizada y se impartía sobre todo en español, el sistema de educación bilingüe era un rotundo fracaso y no había logrado frenar la acelerada pérdida de la diversidad lingüística, garantizar intérpretes o traductores en lenguas indígenas era una odisea, hacer uso de lenguas indígenas en documentos oficiales era prácticamente imposible, los funcionarios y agentes del Estado que enviaban a territorios en dónde se hablaban otras lenguas solo hablaban español, intentar registrar a un niño con un nombre en alguna lengua indígena era un calvario, las leyes que regulaban los medios de comunicación privilegiaban el uso de una sola lengua y, en este contexto, a comienzos del siglo XXI, los hablantes de lenguas indígenas habían sido minorizados a tal punto que representaban el 6,1% de la población mexicana. Aún cuando había resistencias y luchas dentro de los pueblos indígenas, el futuro se veía de un gris monolingüe. De pronto, una pequeña chispa provocó un incendio a mediados del siglo XXI. Una mujer tepehua de Pisaflores, Veracruz, llamada Aura Grande, decidió no enviar más a la escuela a su hija mientras no se garantizara que la lengua de instrucción de 31


las diversas materias fuera el tepehua, con una clase de alguna segunda lengua que fuera de la elección de la niña. En lugar de ir a clases, Aura llevaba todos los días a su hija a protestar frente a las instalaciones de la escuela con una cartulina en mano escrita en lengua tepehua. Aquella pacífica pero insistente protesta llegó a los medios de comunicación que estallaron en su contra, la acusaron de estar atentando contra el derecho a la educación de su hija y diversas opiniones indignadas dijeron que incluso debería ser castigada; algunos políticos, en aras de conseguir protagonismo, la denunciaron. Ella se mantuvo firme, explicó cómo el sistema educativo al que tenía acceso la población infantil solo era bilingüe en el nombre pero no lo era en la práctica, explicó que el sistema de educación bilingüe del Estado era, en general, un engaño, a lo más se impartía tepehua solo un par de horas a la semana, explicó también cómo su hija tenía el derecho, como todos los niños y niñas del mundo, a que fuera instruida en su lengua materna, “si una a niña danesa le explican astronomía en danés ¿por qué mi hija no puede recibir educación sobre los astros en su propia lengua? ¿por qué no puede aprender a sumar, dividir o multiplicar en tepehua que es la lengua que ha adquirido a través de su madre? ¿por qué no puede elegir ella misma qué otras lenguas desea aprender?” Contestaba pacientemente las preguntas que le hacía la prensa. La opinión pública se polarizó pero por primera vez se estaba discutiendo ampliamente el tema de la diversidad lingüística y los derechos lingüísticos. El día que llegaron a detenerla por negarle educación a su hija, en un acto a todas luces abusivo, miles de personas que llevaban una vida luchando por la revitalización de las lenguas habían llegado ya hasta Pisaflores para impedirlo. Aquel movimiento se fue haciendo cada vez mayor y se organizó la primera gran Marcha por la Diversidad Lingüística, una caminata desde Pisafores hacia la Ciudad de México. Miles de estudiantes hablantes de lenguas indígenas desertaron de las escuelas del Estado. Este fue el antecedente de los distintos sistemas de educación que existen en la actualidad. 32


Las comunidades del pueblo mixe que llevaba un tiempo desarrollando propuestas de educación alternativa tomaron los edificios escolares en donde el Estado había impartido educación monolingüe y comenzaron ahí un nuevo proyecto en donde, como sucede con los niños alemanes que toman todas sus clases en alemán, la población infantil mixe podían abrevar del conocimiento que su especie había generado en su propia lengua mixe. Además, podían elegir aprender otras lenguas de su elección. La escuela, que había sido el ariete y el bastión lingüicida del Estado mexicano, se convirtió en el bastión de la resistencia que dio aliento a la diversidad lingüística de México. Este movimiento tuvo mucho éxito y se comenzó a replicar. Así surgió el sistema educativo amuzgo, el sistema rarámuri y el cora por mencionar ejemplos muy tempranos. Cada sistema era distinto pero tenían en común el uso de las lenguas indígenas como lenguas de instrucción. Durante mucho tiempo el Gobierno mexicano se negó a soltar el control que tenía sobre el sistema educativo pero con el paso de las décadas tuvo que ceder. Esta pequeña chispa incendió otros campos. El sistema judicial tuvo que responder a la nueva realidad, el sistema de salud tuvo que ponerse a dialogar con otras culturas y terminó por entender que era un atropello no contar con intérpretes capacitados. Los medios de comunicación se multiplicaron en lenguas diferentes, cada comunidad y colectividad de hablantes de lenguas indígenas gestionó imprentas y publicaciones digitales en una gran diversidad de idiomas. El conocimiento volvió a ser multilingüe como lo había sido siempre antes del establecimiento del Estado mexicano y como ahora nos parece lo más natural del mundo. Esa idea irracional de que es necesario imponer una sola lengua llevó a construir un país artificialmente monolingüe, por fortuna esa absurda pretensión fue frenada a tiempo y ahora las sociedades de estos territorios son, mayoritariamente, al menos bilingües. Para los detalles historiográficos más especializados sobre el proceso mediante el cual revertimos la pérdida de la diversidad lingüística, les ruego esperar, queridas lectoras y lectores, la próxima publicación del Centro Amuzgo de Estudios Históricos mencionado al principio de este texto. Estén pendientes. 33


RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 3 de marzo 2021


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