UN- ESPAÑOL May 2025

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Multilingual Global Exclusive

DESTACADOS

Perspectivas del sector

Dra. Mireille Elhajj

Directora general y fundadora, Astraterra, Profesora asociado visitante, Imperial College de Londres, Reino Unido

Liderazgo destacado

Dra. Angie Brooks-Wilson, Decana de Ciencias, Universidad Simon Fraser, Canadá

Perspectivas académicas

Dra. Rahaf Ajaj, Universidad de Abu Dhabi, EAU

T

Enfoque regional Dr. Fares Howari, Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias, Universidad de Ajman, EAU

La voz del estudiante Karam Abuodeh, Universidad de Birmingham Dubai,EAU

Volumen 4

Mayo 2025

Perspectivas preparadas para el futuro Ciencias medioambientales para salvar el mundo:

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Página 27

Lee lo que está haciendo la Universidad Simon Fraser de Canadá para abordar cuestiones medioambientales críticas

Bienvenidos a UniNewsletter

Estos breves resúmenes no pueden hacer justicia a los complejos temas que estos escritores detallan con tanta habilidad y respeto por las cuestiones clave que están en juego.
Nota de la jefa de redacción

El tema de este número especial del UniNewsletter, "Ciencias medioambientales que salvan el mundo: Perspectivas listas para el futuro", es a la vez alarmante y apasionante. Nuestro contexto global son las múltiples formas en que nuestro planeta está amenazado debido al cambio climático: aumento del nivel del mar, condiciones meteorológicas extremas, cambios en los ecosistemas y deterioro de los recursos naturales. Estos fenómenos ya no son proyecciones hipotéticas, sino realidades cotidianas para millones de personas en todo el mundo. La biodiversidad está desapareciendo, la seguridad alimentaria e hídrica está bajo presión y las diversas repercusiones de la degradación medioambiental sobre la salud se hacen más evidentes cada año que pasa. Desde el aumento de las enfermedades respiratorias debidas a la contaminación atmosférica, pasando por la propagación de enfermedades transmitidas por vectores en climas cálidos, hasta el aumento de los problemas de salud mental relacionados con la ansiedad climática y los desplazamientos, el peaje de la salud humana es vasto y polifacético. Las exposiciones medioambientales también se están relacionando con el desarrollo del cáncer, mientras que las olas de calor y la mala calidad del aire afectan desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas de comunidades con bajos ingresos.

Sin embargo, junto a esta crisis también hay esfuerzos innovadores, que literalmente salvan el mundo, para combatir estos problemas: la aparición de una ciencia medioambiental verdaderamente interdisciplinar. En todo el mundo, los investigadores están forjando nuevas asociaciones entre campos: los científicos atmosféricos trabajan con urbanistas, los biólogos marinos colaboran con investigadores políticos y los científicos de la salud

Laura Vasquez Bass

contribuyen a la modelización de la transición energética. Las fronteras entre disciplinas se están difuminando de forma productiva y determinante para el futuro. Como dice brillantemente Karam Abuodeh, de la Universidad de Birmingham (Dubai), autor de “La voz del estudiante” de este número: “Las soluciones que buscamos deben estar tan interconectadas como los propios retos”. Este número arroja luz sobre ese pensamiento interconectado, invitando a reflexionar a aquellos cuyo trabajo ejemplifica el espíritu colaborativo y progresista que exige ahora la investigación medioambiental. Para comenzar el número, estamos encantados de presentar a la Dra. Mireille Elhajj, directora general y fundadora de la empresa Astraterra, con sede en el Reino Unido, y profesora asociada visitante y miembro del Consejo Asesor Industrial del Imperial College de Londres. Como próspera profesional de la industria junto con su trabajo académico, la Dra. Elhajj escribe en nuestra sección “Perspectivas de la industria” sobre telede- tección y Observación de la Tierra (EO en inglés), que como ella escribe, «han surgido como herramientas importantes para abordar el cambio medioambiental y de la biodiversidad, controlar y anticiparse a los desastres naturales y evaluar la preparación de la infraestructura existente». En particular, la Dra. Elhajj llama la atención sobre la necesidad de colaboración internacional para democratizar el acceso a estas herramientas, de modo que los países del Sur Global también puedan hacer uso de sus capacidades para salvar vidas.

La distinguida entrevista de este sobre el liderazgo destaca el trabajo y el perfil de la profesora Angie Brooks-Wilson, decana de Ciencias de la Universidad Simon Fraser (SFU), Canadá, y distinguida científica del Centro de Ciencias del Genoma Michael Smith, también en Canadá. Hablamos con ella sobre el modo en que la SFU defiende las soluciones medioambientales y de sostenibilidad mediante programas educativos, así como otros proyectos especiales. La Dra. Brooks-Wilson destacó el papel que desempeña la colaboración interdisciplinar en el éxito de estos proyectos, que implican a participantes de toda la universidad. También tuvimos la suerte de hablar con ella sobre su propia investigación, en particular la que realiza su sobre el envejecimiento saludable de los "Super Seniors", personas de 85 años o más a las que nunca se ha diagnosticado cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades pulmonares graves o demencia.

La Dra. Rahaf Ajaj, presidenta del Departamento de Salud y Seguridad Medioambientales de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), escribe en nuestra sección Perspectivas Académicas. Su artículo subraya la importancia crítica de la colaboración interdisciplinar para afrontar los retos medioambientales actuales. Destaca cómo cuestiones como la contaminación, el cambio climático y la sostenibilidad no son puramente científicas, sino que están profundamente interconectadas con la salud, el

comportamiento, la política, la tecnología y la equidad. Desde el uso del aprendizaje automático para cartografiar la radiación del suelo, hasta el diseño de ciudades inteligentes centradas en el ser humano y el tratamiento de la eliminación inadecuada de medicamentos y la calidad del aire en interiores, cada ejemplo ilustra la necesidad de soluciones integradas y multidisciplinares. La obra argumenta de forma convincente que la acción medioambiental eficaz debe tender puentes entre sectores, disciplinas y comunidades, basándose tanto en la innovación como en la inclusión. En nuestra sección “Enfoque regional”, tenemos el honor de presentar las opiniones del Dr. Fares Howari, decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Ajman, EAU. Actuando como un magnífico estudio de caso para las cuestiones planteadas por la Dra. Elhajj, el Dr. Fares destaca cómo las tecnologías de observación de la Tierra, mejoradas por la IA y la colaboración interdisciplinar, están transformando el desarrollo sostenible en toda la región de Oriente Medio y Norte de África. Desde la detección de los primeros signos de salinización del suelo hasta el seguimiento de las aguas subterráneas y la dinámica de la vegetación, la OE ofrece una visión vital y de alta resolución de los retos medioambientales de las zonas áridas y semiáridas. Estas herramientas permiten a los responsables políticos pasar de la respuesta a la crisis a la adaptación proactiva, y la IA acelera las capacidades de alerta temprana. Mediante la integración de la ciencia, la tecnología y los conocimientos locales, la región de Oriente Medio y Norte de África está aprovechando la observación de la Tierra no sólo para obtener datos, sino para emprender acciones decisivas impulsadas por la comunidad.

Para cerrar el número de nuestra sección “La voz del estudiante”, Karam Abuodeh, estudiante de Informática e Ingeniería de Software en la Universidad de Birmingham Dubai (EAU), reflexiona sobre cómo la colaboración intersectorial es esencial para abordar la crisis climática. Basándose en experiencias de simulaciones climáticas internacionales, la COP28 y prácticas en tecnología y fintech, Karam subraya que el progreso sostenible depende de la unión de la tecnología, la política, la educación y la justicia social. Ya sea simulando negociaciones globales u organizando conferencias MUN dirigidas por jóvenes, sostiene que capacitar a las diversas voces -especialmente a los jóvenes- es clave para crear sistemas resistentes e inclusivos. Su artículo es una llamada a la acción en favor de enfoques integrados e interdisciplinarios del liderazgo climático.

Estos breves resúmenes simplemente no pueden hacer justicia a los complejos temas que estos escritores detallan con tanta habilidad y reverencia por las cuestiones clave en juego. Espero que te inspiren para pensar en cómo tus propias habilidades pueden contribuir significativamente a las soluciones en estos tiempos de necesidad global.

y Fundadora,

Profesora asociada visitante y miembro del Consejo Asesor Industrial, Imperial College de Londres

Dra.
“Los datos de teledetección ayudan en la preparación ante catástrofes, permitiendo a las autoridades municipales

estimar los riesgos de inundación, localizar infraestructuras susceptibles y optimizar las estrategias

de gestión de emergencias “

El poder de la observación de la Tierra y la teledetección

La OE no se limita a vigilar los cambios, también es importante para los Sistemas de Alerta Precoz y para aumentar la resiliencia. Al aceptar los riesgos y los peligros naturales, podemos comprender el riesgo y estar mejor preparados, así como reconstruir con mayor eficacia, una habilidad que un país como Japón domina dada su peligrosa situación geográfica. La OT está en el centro de la comprensión de estos riesgos y de la mejora de nuestra resiliencia. La gestión de crisis es uno de los usos más comunes de la teledetección. Las catástrofes naturales como terremotos, ciclones tropicales e incendios forestales requieren una respuesta inmediata, en la que las imágenes de satélite proporcionan una visión clara de las zonas afectadas. Por ejemplo, los datos de los satélites MODIS de la NASA y Sentinel-3 de la ESA facilitaron el seguimiento de la propagación de incendios casi en tiempo real, haciendo recomendaciones para evacuaciones favorables y esfuerzos de extinción durante los incendios forestales de Australia en 2019 y 2020. Del mismo modo, los modelos de estimación de inundaciones aprovechan las recreaciones hidrológicas junto con la información de detección remota para predecir las zonas de inundación y facilitar los esfuerzos de evasión.

Del mismo modo, dentro de la división de energía, la termografía se adopta ampliamente para examinar centrales eléctricas y redes eléctricas. Al reconocer anomalías térmicas en transformadores y subestaciones, la teledetección ayuda a detectar componentes sobrecalentados antes de que fallen, garantizando un suministro de energía continuo y eficiente. También los sistemas de tuberías que transportan petróleo y gas se benefician de la teledetección, ya que las imágenes térmicas e hiperespectrales por satélite pueden identificar fugas y anticiparse a la contaminación ambiental.

La belleza de la OE es que también se puede estratificar e integrar con otras aplicaciones diversas, como los Sistemas Globales de Navegación por Satélite o los datos PNT, para crear mapas geoespaciales o, en el ejemplo de las infraestructuras y la planificación urbanas, en Sistemas de

Información Geográfica (SIG). Estas innovaciones se utilizan para analizar los diseños del tráfico en las ciudades, optimizar los sistemas viarios y mejorar la planificación del uso del suelo. Los datos de teledetección ayudan en la preparación ante catástrofes, permitiendo a las autoridades municipales estimar los riesgos de inundación, localizar infraestructuras susceptibles y optimizar las estrategias de gestión de emergencias en el caso de las carreteras, por ejemplo.

Retos y oportunidades:

Por supuesto, esta tecnología debe apoyarse en la accesibilidad de los datos y en modelos sofisticados, además de en soluciones paramétricas, sin las cuales no puede crearse ninguna sombra digital. Existen varias organizaciones internacionales para facilitar el acceso a estos datos, como la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Catástrofes (UNDRR), la Información Espacial para la Gestión de Catástrofes y la Respuesta de Emergencia (UNSPIDER) y la Carta Internacional: El Espacio y las Grandes Catástrofes, un mecanismo internacional que puede activarse en caso de catástrofe. Además, la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas (UNOOS), UN-SPIDER y algunas otras actúan como organismos colaboradores, aparte de los datos proporcionados por las principales agencias espaciales, como la NASA, la ESA y la JAXA.

El norte global muestra grandes capacidades en OE y teledetección a través de programas gubernamentales como el europeo Copérnico o el ecosistema comercial que prolifera. A ellos se unen algunos países asiáticos selectos como Japón y, recientemente, India, pero la situación en los países emergentes del Sur Global es no tan avanzada, ya que muchos de estos países no poseen la infraestructura pertinente, ni la financiación y las capacidades para subir de nivel. Paraguay, por ejemplo, cuando se vio afectado por sus últimas inundaciones, activó su llamada a La Carta Internacional, que le proporcionó un conjunto de datos brutos. Paraguay, sin embargo, no tiene suficientes capacidades internas para procesar los datos. Tras establecer relaciones estratégicas con sus países vecinos y aprovechar sus acuerdos internacionales con organismos como JAXA, ESA, NASA y UNSPIDER, consiguieron que se procesaran los

datos. Los datos estaban entonces listos para ser utilizados y analizados según sus necesidades, además de contar con una misión técnica de apoyo de UNSPIDER. Por el contrario, este privilegio no siempre está garantizado para los países que no se han asegurado las relaciones y acuerdos políticos y estratégicos necesarios.

En un mundo gobernado por peligros naturales y de origen humano, la colaboración transfronteriza, el intercambio de datos y la política de datos abiertos son cruciales. Cuanto más diversificadas estén estas colaboraciones, mejor protegido estará un país con recursos limitados. Por tanto, secreto no reside necesariamente en poseer activos de capital intensivo en el espacio, sino más bien en aprovechar las capacidades ricas y diversificadas existentes ahí fuera y aprovechar el poder de combinar datos comerciales y de código abierto. Los avances que han logrado las empresas han hecho progresar el desarrollo de la resolución de los sensores, los procesadores de información y la aplicación de la IA en el análisis de datos. El crecimiento de las constelaciones de satélites comerciales, operados por empresas como Planet Labs y Maxar Technologies, ha hecho de algún modo económicamente viable la adquisición de imágenes de alta frecuencia y resolución para la Vigilancia Medioambiental casi en tiempo real; sin embargo, no para ciertos países emergentes con financiación limitada.

Combinando los dos tipos de datos en una plataforma específica para la aplicación, se puede aumentar la aptitud y el alcance de lo que ya existe. Esta combinación de datos se ve potenciada por la IA para reevaluar las anomalías y características observadas desde los satélites de radar (para, por ejemplo, en espacios urbanos) con un nivel de granularidad sin precedentes. Una cuestión adicional es la última milla a través de la capacidad de la nube y la liberación de recursos para las comunidades que no tienen acceso a los datos de los conjuntos comerciales.

Sin embargo, existen necesidades fundamentales en el sur global. La primera necesidad es la creación de capacidades y la educación sobre el terreno, y la segunda es la financiación de este valor añadido, ya que los datos comerciales no son

gratuitos y pueden ser muy costosos. A pesar de que muchas agencias espaciales nacionales adquieren estos datos comerciales, los combinan con datos de código abierto y ofrecen la solución a sus usuarios, el acceso independiente a los datos comerciales sigue siendo una auténtica necesidad, dada su valiosa contribución a la resolución y la técnica. Pero varios países emergentes no tienen agencia espacial o no disponen de las capacidades humanas adecuadas. Todo lo anterior se sustenta en gran medida en la educación, el desarrollo de capacidades y la financiación de comunidades internacionales como el Banco Mundial y las Naciones Unidas, que pueden desempeñar un papel fundamental en el fomento del intercambio de datos y de la capacidad de procesar y analizar datos cuando y donde sea necesario, al margen de cualquier resorte político.

A medida que el mundo siga afrontando retos cada vez más acuciantes, los acuerdos bilaterales e internacionales eficaces serán cada vez más importantes para la formulación de políticas, la respuesta a las catástrofes y las comunidades de socorro. Sin embargo, hay muchos retos por delante, como la capacidad de ancho de banda, la falta de energía y electricidad, la capacidad de la nube y la ausencia de una entidad representativa que pueda ocuparse de los datos de OT adquiridos, como una agencia espacial o un equipo especializado. El camino puede ser largo para algunos, pero no hay nada que un esfuerzo conjunto respaldado por organizaciones internacionales no pueda conseguir.

En un mundo gobernado por peligros naturales y de origen humano, la colaboración transfronteriza, el intercambio de datos y la política de datos abiertos son cruciales. Cuanto más diversificadas estén estas colaboraciones, mejor protegido estará un país con recursos limitados

Dra. Angela Brooks-Wilson, Decana de Ciencias, Universidad Simon Fraser, Canadá Científica distinguida, Centro de Ciencias Genómicas Michael Smith, Canadá

10 | Ciencias medioambientales que salvan el mundo: Perspectivas listas para el futuro

Fomentar colaboraciones preparadas para el futuro en la Universidad Simon Fraser (SFU):

Entrevista con la profesora Angie Brooks-Wilson, Decana de Ciencias, SFU, Canadá

Profesora Brooks-Wilson, es un placer tener la oportunidad de hablar con usted hoy en este número especial de UniNewsletter. Como es tradición en nuestras entrevistas en “Liderazgo destacado”, ¿podría presentarse a nuestros lectores y contarnos cómo llegó a ocupar su cargo actual como decana de Ciencias en la

Gracias, es un placer hablar contigo.

Para mí, volver a la SFU fue como cerrar el círculo. Fui a la SFU como estudiante de licenciatura en Bioquímica, y viví lo que yo llamo la aventura académica completa estudiando en distintos lugares, antes de volver a casa de nuevo. Fui a Toronto a cursar un máster, luego estudié genética humana para mi doctorado en la Universidad de Columbia Británica (UBC), seguido de una breve beca posdoctoral en la Universidad de Washington. A continuación, hice algo inusual en aquella época, y me incorporé a una empresa de biotecnología, Sequana Therapeutics, en San Diego, seguida de una empresa en Vancouver, Xenon Pharmaceuticals. Después de trabajar en la industria durante 7 años, tuve la gran suerte de poder incorporarme al famoso Centro de Ciencias del Genoma de BC Cancer, en Vancouver. Venía de una dirección poco habitual -de la industria a un entorno de investigación académica- y fue realmente maravilloso llegar allí y tener plena licencia sobre lo que investigaría en mi laboratorio independiente de investigación genética del cáncer. Aprovechando algunos de los puntos fuertes del BC Cancer en cánceres linfoides, y colaborando con excelentes epidemiólogos del cáncer de allí, empecé a trabajar en la genética de los cánceres linfoides, y poco después añadí la investigación sobre el envejecimiento saludable, estudiando a “súper seniors” excepcionalmente sanos.

Mi puesto inicial en la facultad fue en la UBC,

pero mi nombramiento cambió a la SFU en 2008. Fue en la SFU donde despertó y creció mi interés por el liderazgo. Mi jefe de departamento me preguntó si quería dirigir el programa departamental de postgrado, y dije que sí (¡porque alguien tenía que hacerlo!), pero pronto descubrí que era realmente satisfactorio ayudar a los estudiantes de postgrado y a los supervisores a resolver problemas y encarrilar sus estudios y proyectos. Mi comité de colegas y yo aclaramos los plazos y los procesos, redujimos los requisitos de los cursos y creamos una vía de acceso directo para que los mejores estudiantes de licenciatura pasaran directamente al programa de doctorado. Durante este tiempo, también dirigí el Programa Interdisciplinario de Posgrado en Oncología de BC Cancer, y con mis colegas de allí lo amplié para convertirlo en una Especialización de Posgrado multiinstitucional.

Me invitaron a ser presidenta asociada y luego presidenta del departamento de Fisiología Biomédica y Kinesiología, y me resultó muy satisfactorio agilizar procesos, mejorar los espacios de enseñanza y resolver problemas diversos. He descubierto que cuando asumes la dirección de una cosa pequeña, y no sólo no la rompes, sino que haces que funcione mejor, te invitan a dirigir una cosa más grande, y si no rompes esa cosa más grande, te invitan a dirigir una cosa aún más grande. Durante la pandemia, cuando acababa de guiar al departamento en el aprendizaje de cómo poner nuestros cursos en línea, y cómo ayudarnos mutuamente a gestionar ese importante reto, me invitaron a ser la vicepresidenta asociada de investigación (AVPR) pro tempore. Tras asegurarme de que un excelente colega estaba dispuesto a asumir la Presidencia del depar-

tamento, pasé a desempeñar el papel de AVPR pro tempore. Ese puesto era muy interesante y satisfactorio, con un equipo maravilloso, y consistía en ayudar a que la investigación siguiera financiándose y avanzando durante la pandemia. Fue muy tentador quedarme en ese puesto, pero me ofrecieron el de decana de Ciencias, y lo acepté porque implica la responsabilidad tanto del éxito de las personas y de la investigación, como de la prestación de apoyo a los miembros del profesorado y a nuestros estudiantes de grado y postgrado. Aunque es una función complicada y a menudo desafiante, es muy satisfactorio dirigir la Facultad de Ciencias y ayudar a los estudiantes y científicos de 8 disciplinas diferentes a lograr su mejor aprendizaje e investigación.

La SFU se ha posicionado como líder en investigación interdisciplinaria, especialmente en ciencias ambientales y salud pública. Como decana de Ciencias, ¿cómo cree que este enfoque influirá en el impacto de la universidad en los retos medioambientales globales?

La investigación sobre el clima es la principal prioridad investigadora de la SFU, y la universidad está impulsando esta investigación a través del proyecto unificador del vicepresidente de investigación e innovación, la Innovación Climática Centrada en la Comunidad (C3I). El C3I se basa en asociaciones comunitarias y en el compromiso con las perspectivas y los conocimientos indígenas. Involucra a los investigadores de la SFU y a los miembros de las comunidades, sobre todo de las primeras naciones, en la investigación sobre la resistencia y la adaptación al clima. La investigación en las facultades de toda la universidad está relacionada con la C3I. En la facultad de Ciencias, la investigación sobre pilas de combustible de hidrógeno dirigida por investigadores de renombre en nuestro Departamento de Química, y en la Facultad de Ciencias Aplicadas, ha llevado al compromiso de construir un Centro del Hidrógeno en el campus de Burnaby de la SFU. A ello contribuye el hecho de que la SFU cuente con un excepcional ecosistema de innovación que apoya la invención y el espíritu empresarial; una especialmente inspiradora historia es la de cómo un profesor y un estudiante de posgrado hicieron un descubrimiento y fundaron la galardonada empresa IONOMR Innovations, que desarrolla membranas para pilas de combustible de hidrógeno.

La investigación en ciencias de la vida de la SFU también está muy relacionada con la investigación medioambiental. El departamento de Ciencias Biológicas cuenta con destacados investigadores que trabajan en la conservación del salmón y los tiburones. La Facultad de Ciencias de la Salud tiene un destacado grupo de investigación multidisciplinar sobre salud planetaria, un campo que se nutre de la salud medioambiental y los enfoques ecosistémicos de la salud. El Departamento de Ciencias de la Tierra investiga el efecto del cambio climático en los glaciares y en los riesgos naturales: los graduados de su programa están muy solicitados por los empresarios. En la SFU, la concienciación sobre las cuestiones medioambientales y de sostenibilidad es alta, y quiero dar un reconocimiento especial a nuestros grupos de estudiantes de la SFU que organizaron, comunicaron y fueron influyentes clave en la decisión de la universidad de desinvertir orgullosamente de los combustibles fósiles.

La facultad de Ciencias Ambientales de la SFU se fundó con el objetivo de abordar cuestiones medioambientales complejas desde una perspectiva multidisciplinar. ¿Cómo ha evolucionado esta iniciativa y qué oportunidades ofrece para la investigación, la influencia en las políticas y la participación de los estudiantes?

La SFU tiene la suerte de contar con una Facultad de Medio Ambiente, lo que subraya el claro

Las universidades de investigación como la SFU están a la vanguardia de la búsqueda de soluciones a retos sociales como el cambio climático y de estrategias de mitigación y adaptación para promover la resiliencia climática. En la SFU, en particular, hay una gran fuerza en la investigación basada en la comunidad y estamos verdaderamente comprometidos con nuestras comunidades locales.

dio sobre el envejecimiento saludable de los súper seniors, que definimos como personas de 85 años o más a las que nunca se ha diagnosticado cáncer, enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedad pulmonar grave o demencia. Así pues, el rasgo que estudiamos es la ausencia de 5 enfermedades importantes del envejecimiento, hasta los 85 años. Las 5 enfermedades elegidas son graves para las personas y también muy costosas para los sistemas sanitarios. Nuestros participantes de más edad fueron dos hermanos que vivieron hasta los 109 y 110 años. Es un estudio positivo, ¡porque todo el mundo espera cumplir los requisitos para participar en él! En cuanto al estilo de vida, lo más destacable de los súper seniors es que son físicamente activos, tanto como los adultos de mediana edad. En cuanto a la genética, hemos encontrado variantes que se correlacionan con ser un súper senior (tienen menos probabilidades de ser portadores de la conocida variante de riesgo de la enfermedad de Alzheimer APOE4, y más probabilidades de ser portadores de una variante en el gen HP que produce haptoglobina, una proteína que se une a la hemoglobina libre liberada de los glóbulos rojos dañados).

Hace unos años, observamos los telómeros (secuencias específicas de ADN que tapan los extremos de los cromosomas) de los Super Seniors, preguntándonos si tendrían telómeros largos para su edad. En cambio, descubrimos

que el grupo de Super Seniors mostraba longitudes de telómeros más cercanas a un valor óptimo inferido, que las de un grupo de comparación. Este hallazgo nos motivó a pasar a utilizar conjuntos de datos más amplios, en particular el Estudio Longitudinal Canadiense sobre el Envejecimiento, para preguntarnos si hay otros rasgos para los que las personas sanas estén más cerca de "puntos dulces" no reconocidos previamente. Trabajo con un colaborador increíble, el Dr. Lloyd Elliott de la SFU, y junto con nuestros estudiantes de posgrado hemos encontrado muchas medidas corporales y sanguíneas que muestran puntos dulces, lo que implica que estos rasgos son importantes para un envejecimiento saludable.

La investigación interdisciplinaria a menudo se enfrenta a barreras estructurales, desde limitaciones de financiación hasta departamentos aislados. ¿Qué estrategias ha adoptado la SFU para fomentar la colaboración entre disciplinas y qué más se puede hacer a nivel institucional?

La SFU cuenta con un innovador Programa de Postgrado de Estudios Interdisciplinarios Individualizados (IIS), en el que los estudiantes de postgrado pueden realizar investigaciones interdisciplinarias para su proyecto de tesis, supervisados por profesores de muchas disci-

plinas diferentes. El programa IIS es increíblemente flexible, ya que puedes combinar cualquier disciplina de estudio. El Dr. Lloyd Elliott y yo co-supervisamos a un estudiante de doctorado interdisciplinar, que ha podido aprender de mí sobre biología y genética, y ha trabajado con Lloyd para desarrollar nuevas técnicas estadísticas para encontrar puntos óptimos en los datos biológicos, y luego identificar los loci genéticos que afectan a lo cerca que está un individuo de esos valores óptimos. Este tipo de proyecto es interdisciplinar e innovador, y también fue muy divertido porque todos aprendíamos unos de otros al mismo tiempo.

De cara al futuro, ¿cuáles son sus principales prioridades para impulsar la investigación medioambiental interdisciplinaria en la SFU? ¿Hay alguna iniciativa importante o área de crecimiento que desee promover en los próxi mos años?

Como decana, intento equilibrar la promoción de ideas realmente buenas propuestas por otros, con mis propias ideas para ayudar al éxito de la Facultad de Ciencias y de sus miembros, y de la SFU. Los investigadores indi viduales y los departamentos sienten pasión por su propio trabajo, por lo que fomentar el crecimiento de grupos de colaboración de éxito dentro de los departamentos y entre ellos es uno de mis principales objetivos. Un ejemplo es el entusiasmo por reconstruir la capacidad de nuestro renombrado Programa de Gestión de Plagas, que es más relevante que nunca en la época del cambio climático. Otros incluyen el crecimiento de grupos de excelencia en información cuántica, y física de astropartícu-

las, en el departamento de Física de la SFU, el único departamento de Canadá que tiene dos Cátedras de Investigación de Excelencia de Canadá.

También me entusiasman las estrategias de nuestra Facultad de Ciencias para mejorar las experiencias de los estudiantes universitarios. Esto incluye programas de interés para los estudiantes que aspiran a carreras en investigación sanitaria, incluso en la nueva Facultad de Medicina de la SFU. La SFU es un gran lugar para ser un estudiante los esfuerzos acabarán dando sus frutos.

Como decana, intento equilibrar la promoción de ideas realmente buenas propuestas por otros, con mis propias ideas para ayudar a la Facultad de Ciencias y a sus miembros, y a la SFU, a tener éxito. Los investigadores individuales y los departamentos sienten pasión por su propio trabajo, por lo que fomentar el crecimiento de grupos de colaboración de éxito dentro de los departamentos y entre ellos es uno de mis principales objetivos.

Dra. Rahaf Ajaj

Presidenta del Departamento de Salud y Seguridad Medioambientales

Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos (EAU)

Rompiendo fronteras:

Cómo la investigación interdisciplinaria está impulsando la innovación medioambiental

En una época que lucha contra el peso del cambio climático, la contaminación y el imperativo existencial de ser sostenibles, cada vez está más claro que no hay balas de plata en ninguna disciplina. Tras haber trabajado durante muchos años en la interfaz entre ciencia, política, salud y educación, he llegado a convencerme -profunda e irrevocablemente- del poder de la cooperación interdisciplinar para crear un cambio positivo.

Esta convicción no sólo ha influido en los estudios que realizo. Ha informado mi liderazgo, ha impartido mis clases y ha reforzado mi pasión por abordar cuestiones

medioambientales espinosas que afectan a personas reales en tiempo real.

Un viaje basado en el propósito

Como presidenta del Departamento de Medio Ambiente, Salud y Seguridad de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Abu Dhabi (ADU), en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), he tenido la oportunidad de contribuir al éxito académico de los futuros guardianes del medio ambiente del mundo. Con mis colegas de la facultad, hemos desarrollado programas que no sólo imparten conocimientos, sino que también alimentan la curiosidad, ponen a prueba los supuestos y priorizan la acción.

“Tras haber trabajado durante muchos años en la interfaz entre ciencia, política, salud y educación, he llegado a convencerme -profunda e irrevocablemente- del poder de la cooperación interdisciplinar para crear un cambio positivo. “

Mis clases -sobre temas que van desde la política medioambiental a la vigilancia de la contaminación- no son ejercicios teóricos. Están diseñadas para implicar a la ciencia con las comunidades a las que servimos, animando a los estudiantes a evaluar críticamente el mundo en el que viven y su lugar en él.

Sin embargo, mi trabajo no acaba en la puerta del aula. También he tenido el privilegio de representar a los EAU en la escena mundial en varios frentes, como miembro de la Junta Consultiva de Alto Nivel sobre Sistemas Alimentarios de la ONU, trabajando para abordar la sostenibilidad y la seguridad alimentaria en un clima en constante cambio. Aquí en los EAU, ocupo la dirección de la sección local de Mujeres en Energías Renovables de Canadá (WiRE en inglés), luchando por lograr la paridad de género en la industria energética y promoviendo iniciativas que desarrollen innovaciones sostenibles en todo el país. Además, dirijo el grupo de salud pública y cambio climático del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, donde superviso las iniciativas que tienden puentes entre la intersección crítica de la salud humana y la sostenibilidad medioambiental.

Cuando las disciplinas se encuentran, surge la innovación

Si algo he aprendido una y otra vez, es esto: los mayores avances se encuentran en las encrucijadas. La ciencia interdisciplinar no existe para seguir una tendencia: es una necesidad. Las cuestiones medioambientales nunca son puramente científicas. Son económicos, tecnológicos, sociales y políticos. Resolverlos exige una combinación de experiencia y el deseo de facilitar la colaboración más allá de las fronteras.

Mi propio camino de investigación comenzó con la ciencia de la radiación, en concreto, midiendo las concentraciones de radionucleidos en suelos agrícolas mediante espectrometría de rayos gamma. Este trabajo inicial me informó del valor de conocer los peligros del medio ambiente en términos granulares. También allanó el camino a cuestiones aún mayores y más interdisciplinarias.

los niveles de radiación en los suelos de los EAU. No fue un mero éxito técnico. Fue un éxito multidisciplinar en el que convergieron la ciencia de datos, la geoestadística, la salud pública y la vigilancia medioambiental para crear mapas que puedan ser utilizados por los responsables políticos para tomar medidas.

En la misma línea, nuestro trabajo sobre ciudades inteligentes sostenibles implicó trabajar con expertos en campos como la ingeniería, la planificación urbana y la política para sondear lo que significaría convertir Abu Dhabi en una ciudad preparada para el futuro: resistente, integradora y fundamentalmente centrada en el ser humano.

De los aerogeneradores a las aguas residuales: Una perspectiva más amplia

Un proyecto que me pareció realmente inspirador fue el de las turbinas eólicas sin aspas Vortex, un nuevo tipo de dispositivo de energía renovable con potencial para transformar la forma en que las ciudades se abastecen de energía. Mediante una fusión de diseño experimental y simulación numérica, estudiamos la aerodinámica, la eficacia estructural y las ventajas medioambientales. Una vez más, fue la fusión de disciplinas lo que llevó este trabajo a buen puerto.

“Las cuestiones medioambientales nunca son puramente científicas. Son económicos, tecnológicos, sociales y políticos. Resolverlos exige una confluencia de conocimientos y el deseo de posibilitar colaboraciones más allá de las fronteras.”

Mis funciones de asesoramiento -tanto internacional como local- han puesto de relieve otra verdad importante: la política y la ciencia deben trabajar codo con codo. No basta con saber. Debemos actuar.

Reflexiones y perspectivas

Reflexionando sobre mi trayectoria hasta ahora, algunos principios rectores han informado durante mucho tiempo mi trabajo y mi enfoque del liderazgo. Por encima de todo, he descubierto que la auténtica innovación se basa en la cooperación: cuando diferentes mentes y disciplinas se polinizan mutuamente, el resultado suele ser mayor que la suma de las contribuciones individuales. No menos prioritario es el compromiso con la equidad. La ciencia tiene que servir a todas las poblaciones, especialmente a las tradicionalmente desatendidas o marginadas. La inclusión no es sólo un imperativo moral; es clave para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible. Y, por último, el liderazgo visionario tiene un papel importante en la creación de espacios en los que puedan germinar la curiosidad, el pensamiento crítico y el trabajo impulsado por el impacto.

En la ADU, trabajo para crear un entorno en el que tanto los estudiantes como los académicos estén capacitados para cuestionar, examinar con curiosidad en un espíritu de asombro e indagación e innovar con un propósito. Todas estas reflexiones siguen influyendo no sólo en

mi forma de dirigir, sino también en mi forma de imaginar el futuro de la ciencia medioambiental: un futuro que sea colaborativo, equitativo y activamente comprometido con el mundo en el que vive.

En conclusión

Hoy en día, la excelencia en la investigación no es sólo una cuestión de profundidad en un área, sino de amplitud, conectividad y propósito. La ciencia interdisciplinar es poderosa porque traspasa fronteras: entre disciplinas, entre la práctica y la teoría y, en última instancia, entre las personas y el planeta que todos llamamos hogar.

Desde esta perspectiva, mi trayectoria no ha sido sólo un trabajo, sino una carrera de vocación definida por el trabajo en equipo, alimentada por mentes inquietas y basada en la premisa de que juntos somos mejores.

Sigamos construyendo puentes. Nuestro futuro depende de ello.

“Para mí, la investigación es más fuerte cuando traspasa las paredes del laboratorio y sale al mundo.”

Las regiones áridas y semiáridas, especialmente en Oriente Medio y el Norte de África, son cada vez más vulnerables a los factores climáticos. La escasez de agua, la degradación del suelo, la salinización y la desertificación no son amenazas lejanas: ya están afectando a millones de vidas.

La vigilancia tradicional sobre el terreno tiene dificultades para seguir el ritmo de la escala y la urgencia de estos cambios. Ahí es donde entran en juego las tecnologías espaciales. Los satélites modernos, especialmente los equipados con sensores hiperespectrales, pueden detectar cientos de bandas espectrales, mucho más allá de las capacidades del ojo humano o de las cámaras ópticas estándar.Esta fina resolución espectral permite a los científicos controlar variaciones mínimas en la salud de la vegetación, la química del suelo y la presencia de agua. Por ejemplo, determinados minerales salinos reflejan la luz con patrones únicos en todo el espectro electromagnético. Al cotejar los datos de los satélites con las bibliotecas terrestres de firmas espectrales, los investigadores pueden detectar la salinización del suelo mucho antes de que sea visiblemente evidente.

«Las imágenes hiperespectrales nos permiten detectar suelos afectados por la sal en fases tempranas", explica un geoquímico medioambiental de los EAU. "Ahora podemos localizar los focos de salinidad antes de que afecten al rendimiento de los cultivos o a la calidad de las aguas subterráneas.»

Esto es especialmente crucial en el Golfo y en la región MENA, donde la doble presión de la

“Las regiones áridas y semiáridas, especialmente en Oriente Medio y el Norte de África (MENA), son cada vez más vulnerables a los factores de estrés climático. La escasez de agua, la degradación del suelo, la salinización y la desertificación no son amenazas lejanas: ya están afectando a millones de vidas

intrusión de agua marina y el exceso de riego están degradando valiosas tierras agrícolas.

Más allá de las imágenes bonitas: De los datos a las decisiones

Aunque las imágenes por satélite puedan parecer visualmente atractivas, su verdadero valor reside en la transformación de los datos en perspectivas procesables. En toda la región MENA, equipos interdisciplinarios están disolviendo las barreras tradicionales entre la ciencia espacial, la vigilancia medioambiental y la política pública. Un obstáculo técnico es el “problema del píxel mixto”, en el que píxeles individuales de imágenes de satélite representan más de un tipo de cobertura del suelo: vegetación, agua, suelo desnudo o estructuras urbanas. Para resolverlo, los investigadores utilizan algoritmos para desmezclar estos píxeles y extraer "miembros finales", es decir, firmas espectrales puras que corresponden a materiales o superficies específicos. Esta mayor precisión no es sólo académica. Los gobiernos la utilizan para elaborar mapas medioambientales de alta resolución que informan las decisiones sobre el uso de la tierra, la rehabilitación del suelo y la preparación ante catástrofes. Por ejemplo, los ministerios de agricultura pueden identificar las zonas degradadas y orientar las intervenciones, ahorrando tiempo y recursos.

La seguridad del agua a través del conocimiento espacial

En ningún ámbito es más pronunciado el impacto de la OE que en la gestión de los recursos hídricos. En las zonas áridas, el agua es el eje de la vida, los medios de subsistencia y la geopolítica. Herramientas como el Índice Hídrico de Diferencia Normalizada (NDWI) y la Temperatura de la Superficie Terrestre (LST) permiten a los científicos controlar los cambios del agua superficial, estimar la humedad del suelo e incluso detectar el agotamiento de las aguas subterráneas. En modelos más avanzados, se integran datos térmicos, hiperespectrales y de microondas para estudiar sistemas hidrológicos complejos como los oasis del desierto.

Estos conocimientos alimentan directamente las políticas nacionales. En países como EAU, Omán y Arabia Saudí, la OE informa las decisiones sobre extracción sostenible de aguas subterráneas y gestión de la sequía.

La implantación de estas plataformas de observación facilita la evaluación exhaustiva de parámetros medioambientales críticos en eco-

sistemas con limitaciones hídricas, permitiendo procesos de toma de decisiones basados en pruebas en ámbitos como la asignación de recursos hidrológicos y la optimización de la productividad agrícola. En consecuencia, la gestión medioambiental en las regiones áridas está evolucionando de un modelo de respuesta a las crisis a otro de anticipación proactiva y actuación oportuna, evitando escenarios como el agotamiento de los pozos antes de que se produzca la intervención. Tales avances tecnológicos representan un cambio de paradigma en los marcos de gobernanza medioambiental, pasando de estrategias de intervención reactivas a metodologías de adaptación proactivas que mejoran significativamente las capacidades de resiliencia climática entre las poblaciones vulnerables y las instituciones administrativas de las regiones áridas.

El acelerador con IA

La sinergia entre la OT y la inteligencia artificial (IA) marca la próxima evolución de la vigilancia medioambiental. Mediante el análisis de décadas de datos de satélite, los modelos de IA ayudan a los investigadores a predecir cambios ecológicos con una precisión cada vez mayor.

Los algoritmos de aprendizaje automático pueden ahora predecir los focos de desertificación y salinización detectando señales de alerta temprana invisibles para los analistas humanos. Estos conocimientos permiten a los gobiernos desplegar recursos de conservación antes de que los daños sean irreversibles. En una

...la gestión medioambiental en las regiones áridas está evolucionando de un modelo de respuesta a las crisis a otro de anticipación proactiva y actuación oportuna, evitando escenarios como que los pozos se sequen antes de que se produzca la intervención

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iniciativa reciente, los modelos de IA señalaron zonas de degradación analizando la dinámica cambiante de la vegetación y la reflectancia espectral. Los mapas resultantes ayudaron a dirigir los esfuerzos para rehabilitar las tierras de pastoreo y proteger las zonas de recarga de acuíferos en vastas extensiones desérticas.

Del laboratorio al paisaje: un puente entre ciencia y sociedad

Ni siquiera la tecnología más sofisticada puede impulsar el cambio por sí sola. El paso final -y quizás el más crítico- es convertir los conocimientos científicos en acciones comunitarias y políticas públicas.

En toda la región MENA, universidades, gobiernos y ONG colaboran para formar a planificadores municipales, agricultores y líderes locales en la interpretación y aplicación de los datos obtenidos por satélite. Desde cuadros de mando digitales hasta aplicaciones móviles, se están realizando esfuerzos para democratizar el acceso a la observación de la y garantizar que llegue a quienes están en primera línea de la toma de decisiones

Reconociendo que los problemas medioambientales son intrínsecamente interdisciplinarios, los proyectos de desarrollo sostenible de éxito en las regiones áridas de dan prioridad a la colaboración desde su inicio. Este enfoque integrado, que implica a científicos, ingenieros y responsables políticos desde el primer día,

garantiza que los datos de los satélites no se limiten a los círculos académicos. Por el contrario, informan activamente y dan forma a resultados tangibles, como leyes de zonificación, planes de adaptación climática e incluso el contenido de los programas escolares.

El camino a seguir

A medida que se intensifique el cambio climático, las regiones áridas y semiáridas se enfrentarán a una presión creciente sobre los ecosistemas, la agricultura y las infraestructuras urbanas. Las tecnologías de observación

“En toda la región MENA, equipos interdisciplinares están disolviendo las barreras tradicionales entre la ciencia espacial, la vigilancia medioambiental y las políticas públicas”

A medida que se intensifique el cambio climático, las regiones áridas y semiáridas se enfrentarán a una presión creciente sobre los ecosistemas, la agricultura y las infraestructuras urbanas. Las tecnologías de observación de la Tierra -especialmente cuando se mejora con IA y se basa en el conocimiento localofrecen una hoja de ruta para el desarrollo sostenible en estos frágiles paisajes

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de la Tierra -especialmente cuando se mejoran con IA y se basan en el conocimiento local- ofrecen una hoja de ruta para el desarrollo sostenible en estos frágiles paisajes. El siguiente paso es ampliar el acceso. Esto significa crear plataformas de datos abiertas, invertir en la capacidad de investigación local y crear centros regionales de excelencia que combinen la innovación técnica con el impacto sobre el terreno.

Al final, los satélites no son sólo maravillas flotantes de la ingeniería. Son instrumentos de supervivencia, que trazan un camino hacia la resiliencia en algunos de los entornos más vulnerables del mundo. Al transformar la forma en que vemos nuestro planeta, estamos aprendiendo a protegerlo más sabiamente, incluso en sus rincones más áridos.

Tendiendo puentes

Cómo la colaboración intersectorial está configurando el futuro de la acción climática

| Ciencias medioambientales que salvan el mundo: Perspectivas listas para el futuro

La tecnología no puede abordar el cambio climático por sí sola. Las políticas audaces, la financiación inclusiva y la dedicación a capacitar a las comunidades marginadas deben combinarse con de ella.

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sino también en la voluntad política y los sistemas financieros.

Mi perspectiva sobre el liderazgo climático se ha visto influida por mi experiencia personal en la COP28. Aunque la innovación

crisis", reflejaba exactamente lo que había aprendido de mis experiencias anteriores. Queríamos destacar cómo el desarrollo sostenible, especialmente la acción climática, exige enfrentarse frontalmente a las divisiones políticas, económicas y sociales.

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Ciencias medioambientales que salvan el mundo: Perspectivas listas para el futuro

suministro hasta desarrollar modelos de infraestructura más inteligentes. De forma similar, en Dell Technologies observé cómo las grandes empresas tecnológicas están integrando la sostenibilidad en sus principales procesos empresariales, desde el fomento de ciclos de vida responsables de los productos hasta la optimización del uso energético de los centros de datos. Estos encuentros reforzaron mi convicción de que los sectores de vanguardia de la economía actual son los que reconocen la responsabilidad medioambiental como inspiración para el avance tecnológico. Durante mis prácticas en Mamo Pay y PayNest, en el sector de la tecnología financiera, fui testigo directo de cómo las soluciones digitales están reduciendo la huella medioambiental al racionalizar las operaciones y deshacerse de los sistemas convencionales que consumen muchos recursos. También descubrí cómo la tecnología, concretamente a través de soluciones para la movilidad urbana sostenible, está haciendo que las ciudades sean más inteligentes y sostenibles durante mis prácticas en Hala (RTA Careem).

En todas las experiencias, el hilo conductor era claro: el uso responsable de la tecnología encierra un inmenso potencial para impulsar el cambio sostenible.

Construyendo el futuro: Un llamamiento a la acción intersectorial

Mirando atrás, una lección clave une todas estas experiencias: la colaboración interdisciplinar no

sólo es beneficiosa, sino esencial.

El cambio climático no es sólo un problema medioambiental; está entrelazado con la tecnología, la salud pública, la educación, la economía y la justicia social. Las soluciones que busquemos deben estar tan interconectadas como los propios retos.

Para lograr un cambio duradero, los gobiernos y los innovadores deben colaborar y aunar sus fuerzas. Para promover la resolución de problemas interdisciplinares, las instituciones educativas deben empujar a los estudiantes a pensar más allá de los límites convencionales. Incorporando la sostenibilidad a sus principios básicos, las empresas pueden hacer una contribución significativa y asegurarse de no sea una prioridad de última hora. Las comunidades más afectadas por el cambio climático deberían recibir financiación para el clima, de modo que puedan tomar la iniciativa en iniciativas para aumentar la resiliencia. Además, dado que ellos serán los afectados, los jóvenes deben participar activamente en el desarrollo de soluciones a todos los niveles.

Nuestro objetivo no es sólo proteger los ecosistemas; es construir sistemas que salvaguarden las comunidades, las economías y las generaciones futuras.

El cambio climático no es sólo un problema medioambienta l; está entrelazado con la tecnología, la salud pública, la educación, la economía y la justicia social. Las soluciones que busquemos deben estar tan interconectada s como los propios retos. “ “

Los puentes que decidamos tender hoy entre industrias, campos y naciones determinarán si podemos afrontar el reto climático que tenemos por delante. Para nuestra generación, la oportunidad de liderar este cambio nunca ha sido más urgente ni más necesaria.

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