Acceso de las mujeres a la Tenencia, Uso y Aprovechamiento de la Tierra y Territorio

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Sra. Ministra Nemecia Achacollo Tola Ministra de Desarrollo Rural y Tierras

Dr. JosĂŠ Manuel Pinto Claure Vice ministro de Tierras


Autoría MINISTERIO DE DESARROLLO RURAL Y TIERRAS VICEMINISTERIO DE TIERRAS Jefatura de Saneamiento de TCO en Tierras Bajas - VT BOLIVIA – 2010 Primera Edición junio de 2010 Versión Nº 1 Investigación: Verónica Patricia Navia Tejada - Consultora Coordinadora de la investigación Acceso de las mujeres a la Tenencia, Uso y Aprovechamiento de la Tierra y Territorio: Ceferina Rina Zeballos Nina - Responsable de Género – Viceministerio de Tierras, VT Coordinación: Dionisio Gutiérrez Cubo, Jefe de Unidad de SAN-TCO en Tierras Bajas-VT Sra. Elida Hurapuca Presidenta COPNAG del Municipio Asunción de Guarayos Sra. Julia Ramos y Sra. Adriana Flores Federación Departamental de Mujeres Indigenas Originarias Campesinas de Bartolina Sisa de Tarija y movimiento sin Tierras Mariano Flores Choque - Coordinador Componente SAN-TCO - VT Sr. Juanito Roca Herbas - Jefe de Jefatura de Saneamiento de Tierras Bajas Revisión: Mónica Mendizábal UNIFEM María Eugenia Choque UNIFEM Rosario Aquim Chávez ENLACE Revisión Externa Alejandro Carvajal Guzmán Ceferina Rina Zeballos Nina Diseño y diagramación: Israel Orozco Castro Impresión: Tower Editorial & Artes Gráficas 2488329-79115929 Agradecimientos: A las autoridades y las y los participantes en las reuniones y entrevistas en profundidad por permitirnos acceder a sus comunidades en TCO Gwarayú (Guarayos – Santa Cruz) y Comunidades Campesinas y del Movimiento Sin Tierra (Yacuiba-Tarija) y ayudarnos a conocer sus estrategias con relación al acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra y territorio.

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Esta investigación se realizó gracias al apoyo técnico y financiero de UNIFEM – Bolivia


INDICE

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Resumen Ejecutivo Capítulo I. Introducción 1.1 1.2 1.3 1.4 1.5

.................................................................................... 11

.......................................................................................... 17 Importancia del estudio ....................................................... Estructura del documento .................................................... Preguntas orientadoras . ...................................................... Conceptos utilizados . .......................................................... Revisión bibliográfica y documental ......................................

Capítulo II. Diseño Metodológico

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................................................................................. 39

1. Objetivos .......................................................................................... 39 1.1 1.2

Objetivo General ................................................................. 39 Objetivos Específicos ........................................................... 39

2. Enfoque metodológico ....................................................................... 40 3. Estrategia metodológica .................................................................... 41 4. Técnicas para la recolección de información ................................... 42

PARTE I PUEBLO INDIGENA GUARAYO

.............................................................. 45

1. Contexto .......................................................................................... 46 1.1

Guarayos: entre la tierra y el territorio .................................. 46

2. Identidad cultural y de género .......................................................... 49 2.1 2.2 2.3

Origen del Pueblo ................................................................ 49 Qué es ser mujer . ............................................................... 53 Qué es ser hombre .............................................................. 55

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3. Procesos de participación y ejercicio de derechos ........................... 56 4. Los planes del manejo de recursos: madera y cacao ...................... 59

PARTICIPACION EN LOS ESPACIOS DE DECISIÓN 5. La participación en el saneamiento de tierras 5.1 5.2 5.3

El proceso de saneamiento de la TCO Gwuarayú . .................. 61 Actores involucrados ............................................................ 61 Acceso, manejo y control de la tierra territorio: División sexual del trabajo (roles) ........................................ 64

6. Formas de tenencia y acceso a la tierra territorio ............................ 56 6.1 6.2 6.3

Mujer tierra y territorio ........................................................ Decisión sobre recursos comunales y familiares ..................... Normativa desde el Estado ................................................... 6.3.1 Constitución Política del Estado ............................. 6.3.2 Ley 1715 del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) ................................... 6.3.3 Ley 3545 de Reconducción comunitaria .................

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74 76

7. Participación en los espacios de decisión 7.1 7.2

Sistema de organización del Pueblo Gwarayú ........................ 77 Espacios de participación de las mujeres ............................... 79

8. Toma de decisiones ........................................................................... 81 Conclusiones .......................................................................................... 81

PARTE II COMUNIDADES CAMPESINAS Y MOVIMIENTO SIN TIERRA EN YACUIBA -TARIJA ......................................................

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1. Contexto .......................................................................................... 85 2. Género y actuación de la mujer en los ámbitos privados y públicos 2.1 2.2 2.3

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División sexual del trabajo (roles) ......................................... 87 Las mujeres en las comunidades campesinas ........................ 87 Los hombres en las comunidades campesinas ....................... 89


3. Formas de acceso, tenencia y uso de la tierra territorio .................. 60 3.1 3.2 3.3 3.4

Alquiler de tierras ................................................................ Decisión sobre el alquiler de la tierra y la comercialización de los productos ......................................... Mujeres solas y el acceso a la tierra ...................................... Aspiraciones en torno a la tierra ...........................................

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4. Formas de participación en espacios de decisión 4.1 4.2

Organizaciones comunales ................................................... 98 Organizaciones de mujeres en las comunidades . ................. 101

5. Percepciones sobre la normativa agraria Estatal Conclusiones ........................................................................................ 106 Bibliografía ........................................................................................ 114

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Presentación El Plan Nacional de Desarrollo, en su diagnóstico, constata que la estructura socioeconómica y sociocultural imperante en Bolivia es inequitativa y excluyente generando alta desigualdad en la distribución de los ingresos y en la calidad de vida. Los más afectados de estas asimetrías estructurales son los pueblos indígenas originarios campesinos y dentro de éstos las mujeres. La Reforma Agraria de 1953, si bien acaba con el sistema de la hacienda y la servidumbre en la región andina, generó un proceso de minifundización y por otra parte favoreció la entrega de las tierras a la empresa agropecuaria y forestal en el oriente, dando pie a una nueva forma de latifundio donde un reducido número de familias posee grandes extensiones de tierras sin trabajarlas. Después de más de 50 años de Reforma Agraria, las desigualdades y asimetrías en la distribución de la propiedad agraria y el acceso a los recursos naturales persiste y en muchos casos se han acentuado, por lo que uno de los retos fundamentales del gobierno boliviano es modificar la estructura de tenencia de tierra para hacerla más equitativa y accesible, en particular respecto al derecho de las mujeres. En esta línea, es prioridad del Gobierno Nacional garantizar el derecho de acceso a la tierra, de mujeres y hombres que efectivamente la trabajan, haciendo hincapié en el principio de establecer el equilibrio en el acceso y tenencia de la tierra y al derecho que tienen mujeres y hombres cuya vida y bienestar dependen de la agricultura, la pesca, la ganadería y de los bosques. La distribución equitativa de la tierra es fundamental para lograr el cambio de las estructuras políticas sociales y económicas en el Estado. En este sentido, el gobierno boliviano ha promovido la modificación de la normativa agraria con la promulgación de la Ley Nº 3545 de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria y su reglamento, D.S. Nº 29215, donde se reconoce y garantiza el derecho de la mujer a la propiedad agraria y en propiedades colectivas de conformidad a los usos y costumbres de cada pueblo indígena originario campesino. Estos aspectos también se han incorporado en el texto constitucional. En este contexto, el Viceministerio de Tierras en coordinación con el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer y organizaciones de pueblos indígenas originarios y campesinas, plantearon la necesidad de ampliar y profundizar el conocimiento sobre la cuestión de género y acceso a la tierra. Como una primera instancia, se acordó iniciar con estudios exploratorios sobre la temática, desde una mirada descriptiva que permita conocer las formas de uso, aprovechamiento y tenencia de la tierra por parte de las mujeres en Tierras Comunitarias de Origen y Comunidades Campesinas, con el objetivo de que la misma contribuya a lograr mayor equidad en la participación de mujeres y

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hombres en la gestión territorial de propiedades colectivas, de conformidad a sus usos, costumbres y su propio contexto sociocultural. En el abordaje de la temática de género y tierra, se han establecido cifras sobre el acceso de la mujer a la tierra si bien como un avance significativo en el proceso de saneamiento de tierras a nivel individual y familiar, resulta limitado para establecer generalizaciones, particularmente cuando se trata de propiedades colectivas. Para este último caso, se ha realizado la investigación con el aporte del método descriptivo que ha permitido recopilar información de primera fuente a partir de la aplicación de diversas técnicas, recuperando testimonio de las y los actores sociales, sus vivencias, criterios, y percepciones sobre equidad, género y como se interrelacionan estas variables con la temática de tierra y territorio, fomentando la participación, el involucramiento y compromiso de las organizaciones sociales hacia la construcción de la equidad entre hombre y mujer. El trabajo en Tierras Bajas aún se encuentra en una fase inicial, en la cual se ha recabado información en comunidades y regiones indígenas y campesinas sobre el ejercicio de los derechos de las mujeres a la tierra. Esta información requiere ser ampliada y profundizada, razón por la cual los resultados obtenidos se publican aquí en forma de un cuaderno de trabajo que debe servir de instrumento para que la cuestión de la igualdad de derechos de las mujeres para acceder a la tierra sea discutida y socializada en eventos a realizarse con pueblos indígenas y comunidades campesinas de las Tierras Bajas. De esta forma no sólo se llegará a enriquecer la información, sino también a despertar un mayor grado de compromiso de estas poblaciones con la igualdad de derechos de las mujeres.

Dr. José Manuel Pinto Claure Vice ministro de Tierras Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras

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RESUMEN EJECUTIVO El documento trata del acceso, tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra por la mujer en tierras bajas de Santa Cruz, Beni y Tarija, reporta los hallazgos y resultados del trabajo de campo, realizado en las comunidades y del Movimiento Sin Tierra de Yacuiba – Tarija. Se había planteado un desafío académico al diseñar la investigación: producir conocimientos sobre realidades culturales, desde su sistema de conocimientos. Abordar las realidades étnicas de sociedades llenas de cultura, pero vacías de Estado, debería implicar un “quiebre epistemológico”, tanto respecto a la forma de usar sistemas teóricos como la forma de conocer esas realidades. Partiendo de esta perspectiva, consideramos pertinente el enfoque metodológico de la “teoría fundamentada” como herramienta de conocimiento alternativo, que corresponde a los métodos cualitativos de investigación, porque aspira o propone hacer investigación recogiendo datos y construyendo conceptos al mismo tiempo. La investigación desde una problemática de la descolonización aborda el tema de la mujer ligada a la tierra. Aplicando al tema en cuestión este enfoque, logramos conocer que en el área rural de las tierras bajas se valora bastante a las mujeres, que además del trabajo doméstico, realizan trabajos, aunque livianos, en el potrero, reciben los calificativos de “voluntarias” y “guapas”. Los hombres de las comunidades admiten que las mujeres trabajan más que ellos. El trabajo agrícola no está determinado por la tenencia o no de tierra, recurren a estrategias como el alquiler de parcelas de 1 ó 2 has de algunos terceros que colindan con los lugares de asentamientos comunales.

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En todas las comunidades intervenidas por la investigación, los comunarios no tienen tierras o las tienen de manera insuficiente, lo que dificulta aún más el acceso de las mujeres a ese recurso. Las demandas principales, tanto de hombres como de mujeres de las comunidades campesinas, giran en torno al acceso a la tierra en calidad de propiedad colectiva. El acceso a beneficios, ya sea de parte de la Alcaldía como del Fondo Indígena, es el aliciente suficiente para el surgimiento de organizaciones de mujeres productoras; pero en la medida en que el apoyo no llega, las organizaciones pierden funcionalidad.

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CAPITULO I

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Autoridades Indigenas de tierras Bajas Taller de Validaci贸n del texto La Paz-Bolivia

Dr. Jose Manuel Pinto Claure Vice Ministro de Tierras y Hno. Segundino Alvares Autoridad Originaria de URUS

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1. INTRODUCCION La Ley 1715 del Instituto Nacional de Reforma Agraria, conocida también como Ley INRA, que fue promulgada en octubre de 1996 y bajo mucha resistencia de las organizaciones campesinas -principalmente del occidente-, tiene como objeto establecer el régimen de distribución de tierras y regular el saneamiento de la propiedad agraria en nuestro país. A diez años de su promulgación, esta Ley fue levemente modificada y corregida, además que se le aumentó el componente de género como una manera de garantizar el acceso de las mujeres a la tenencia de tierra. En Bolivia, principalmente en tierras bajas como Santa Cruz, Beni y Tarija, la tenencia de tierra significa la tenencia de poder. Esto ha generado enfrentamientos entre la forma de manejar instrumentos y herramientas que permitan el acaparamiento de tierras confrontados con los que permitan una redistribución más equitativa. En esta lucha -entre los que tienen más y desean mantener su derecho propietario y los que no tienen o tienen tierras insuficientes, las mujeres, como género, estaban invisibilizadas. Es así que, bajo el gobierno de Evo Morales, se promulgó la Ley 3545 de Reconducción Comunitaria, que tiene por objeto “…modificar e incorporar nuevas disposiciones a la Ley Nº 1715 de 18 de octubre de 1996 –Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria…” (Ley 3545 de Reconducción Comunitaria: Artículo 1: OBJETO) Entre las nuevas disposiciones incorporadas, se encuentra un aporte a favor de las mujeres que, además de garantizar la participación de las mujeres en los procesos de saneamiento, busca garantizar el derecho de las mujeres a la distribución de tierras. Aquello mediante la incorporación del nombre de la mujer en los títulos ejecutoriales, “consignando el nombre

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de la mujer en primer lugar” (Ley 3545 de Reconducción Comunitaria: Disposición Final Octava). Sin embargo, en Tierras Comunitarias de Origen o Territorios Indígenas –TCO-, se mantiene la titulación colectiva con el fin de proteger la tierra y el territorio, pero la distribución interna se hará de acuerdo a usos y costumbres (Ley 1715 del Servicio Nacional de Reforma Agraria: Art. 3, parágrafo III). Estos usos y costumbres sobre la distribución de tierras en Territorios Indígenas, son el objeto del presente estudio con el objetivo de analizar si es que la mujer indígena tiene derecho a la tenencia de tierra para su cultivo, pero además, nos interesa conocer si las mujeres acceden al aprovechamiento de otros recursos naturales que se encontraran dentro del territorio. De ahí que el interés es el acceso de las mujeres a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra territorio, título de la presente investigación. Dentro de esta misma línea de titulación colectiva de la tierra, se pretende exponer los hallazgos sobre el acceso de las mujeres a la tierra en comunidades campesinas conformadas por migrantes en Yacuiba, departamento de Tarija. El estudio se centra su mirada; principalmente, en aquellas comunidades donde existe demanda de ampliación, porque la tierra con la que cuentan es insuficiente. Además, y como parte de la demanda de participación en la investigación, se ha trabajado con comunidades del Movimiento Sin Tierra, también en la localidad de Yacuiba. El interés por incorporar a esta población parte de la modalidad que ellos utilizan para acceder a la tierra: “alquiler” de pequeñas parcelas a propietarios individuales circundantes a los lugares de residencia temporal de los campesinos migrantes.

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1.1 Importancia del estudio La presente Investigación surge por iniciativa del Viceministerio de Tierras debido a la necesidad de contar con información actual sobre el rol y la participación de la mujer indígena originaria campesina de las tierras bajas en los procesos de saneamiento, así como la distribución y redistribución de la tierra al interior de los territorios indígenas y las comunidades campesinas, ambas tituladas bajo la modalidad de Titulación Colectiva. Por ello, los resultados de la investigación coadyuvarán a la ejecución de políticas y estrategias sobre gestión de la tierra con criterios de equidad e igualdad de género. Asimismo, la investigación efectuada tiene una relevancia social porque, además de reflexionar a partir de la información recogida, propone alternativas que favorezcan al ejercicio de los derechos de las mujeres indígenas originarias campesinas y un encuentro entre las lógicas comunales y la ley agraria estatal. 1.2 Estructura del documento El trabajo está dividido en dos partes centrales, cada una cuenta con capítulos que contienen puntualizaciones de acuerdo a las regiones de intervención de la investigación. La primera parte del documento contiene información referida a la TCO del Pueblo Guarayo, en el departamento de Santa Cruz: • El primer subtítulo está dedicado al contexto y permite ubicar a la región y el tipo de población con la que se trabajó, además de algunas caracterizaciones de su forma de asentamiento, organización, participación social y en planes de manejo. Contiene, además, un aporte sobre la forma en que el pueblo construye su identidad indígena, pero, principalmente, cómo se construye, a

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través de roles, la definición de los géneros hombre y mujer. • El segundo y tercer subtítulos versan sobre la distribución interna de la tierra dentro del territorio, según usos y costumbres. Además de la participación de la mujer en los espacios de decisión, vinculados a la distribución de tierras, también se considera el acceso a la distribución de los beneficios de los Planes de Manejo comunitarios. • Por último, tenemos un cuarto subtítulo de conclusiones, donde se resaltan los temas más relevantes para poder considerar el diseño de políticas públicas futuras. La segunda parte del documento recoge los hallazgos trabajados en las comunidades campesinas y del Movimiento Sin Tierra de Yacuiba – Tarija. Ésta contiene, en su estructura interna, seis subtítulos que desarrollan la siguiente información: • El primer subtítulo es de contexto general y está destinado a ubicar al lector; el segundo subtítulo describe la actuación de la mujer y la construcción de género en los espacios público y privado. • El subtítulo tercero está referido a las formas de acceso, tenencia y uso de la tierra territorio, tema central de la investigación. El cuarto se refiere a las formas que las mujeres de las comunidades se utilizan en los espacios de decisión. En el título quinto, hacemos una breve referencia a las percepciones que tienen los actores de la investigación sobre la normativa agraria estatal. • Por último, presentamos un sexto título de conclusiones. 1.3

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Preguntas orientadoras

Algunas preguntas con énfasis de quiebre epistemológico fueron:


• ¿Cómo poder conocer esas realidades desde sus propios conceptos? • ¿Cómo podemos conocer desde una perspectiva diferente la desigualdad y la realidad de las mujeres indigenas y campesinas? No se trata solamente de ver si se cumplen o ejercen los derechos (en forma de deberes y obligaciones), sino de ver las acciones de los actores para que se cumplan o no. Tenemos una serie de preguntas que guían la investigación, las cuales pretendieron introducir, además de los objetivos formales de la Convocatoria para la investigación, perspectivas y formas de abordar la temática que enriquecieron el resultado final: • ¿Cuál el estado de situación de los derechos de las mujeres, individuales y colectivos, desde la visión cultural Guaraya? • ¿Cómo está incidiendo la legislación estatal que otorga derechos, sobre la estructura cultural, social y económica a los guarayos? • ¿Cómo perciben la legislación estatal y cómo la están resignificando? (en caso de que se diera) • ¿Cómo ejercen sus derechos las mujeres Guarayas y de comunidades campesinas? • ¿Qué hace el Estado para garantizar el ejercicio de los derechos de las mujeres? • ¿Qué alternativas encuentran las mujeres y autoridades indígenas y de comunidades campesinas para garantizar el derecho de la mujer a la tierra?

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• ¿Qué entendemos por tenencia o acceso a la tierra? • ¿Qué entendemos por uso y aprovechamiento de recursos naturales? • ¿Cómo influyen otros actores clave de saneamiento y titulación de tierras? 1.4 Conceptos utilizados Acceso, tenencia y uso de la tierra son conceptos amplios, interrelacionados entre sí y con diversas definiciones conceptuales que pueden ser interpretadas de varias maneras. Para fines de la investigación se ha definido operativamente estos términos de acuerdo a las siguientes características: Acceso: Para observar el acceso a la tierra se pueden combinar algunos parámetros cuantitativos como la cantidad de derechos, así como cualitativos referidos a la calidad de los mismos (Nichols, S y otros 1999). Por ejemplo ver en qué forma el derecho formal (legislación) o informal (normas tradicionales o comunitarias) facilitan el ejercicio de los derechos a: • Utilizar la tierra para el pastoreo, la producción de cultivos de subsistencia, la recolección de pequeños productos forestales, etc. • Controlar o tomar decisiones sobre la forma de utilizar la tierra (qué plantar) y beneficiarse de la venta.

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• Transferir, vender o hipotecar la tierra, traspasarla a otros mediante


reasignaciones intracomunitarias, herencia y/o reasignación los derechos de uso y de control. Asimismo, en la práctica están los derechos: Al alojamiento; al acceso al agua, leña, frutas, caza de animales silvestres u otros en el territorio; a recibir una parte de la herencia a la muerte de un miembro de la familia; a una parte de la tierra a la muerte o ausencia de un miembro en las parejas de hecho o de derecho; a utilizar el interés para garantizar el acceso a insumos financieros; a los beneficios derivados del uso o la venta del recurso; a la condición social en la comunidad derivado del acceso a tierra; a que no le incauten la tierra a la mujer a la muerte del marido. El acceso a la tierra tiene lugar a través de los sistemas de tenencia, por ello es necesario delimitar el uso de este concepto. Tenencia: Considerando que las comunidades a ser visitadas cuentan o están en proceso de titulación comunitaria (sean Tierras Comunitarias de Origen –TCO- o Comunidades Campesinas –CC-), la tenencia de la tierra en esta investigación equivaldrá al verbo “tener”. Tomará en cuenta únicamente, si las mujeres “tienen o no” la tierra desde su percepción, sin involucrar el tema legal. En esta definición no se incluye la concepción jurídica de titularidad de la tierra. Uso: El uso de la tierra incluye el uso del agua cerca de la superficie y se caracteriza por los acuerdos, las actividades y los insumos que las personas inician en un terreno para satisfacer sus objetivos y propósitos (Cfr. FAO/ PNUMA, 1999).

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El uso actual de la tierra se puede observar por: • Aquello que hacen en ella como sembrar y cosechar. • El lugar y el tamaño donde está ubicado el terreno. • El momento cuando realizan las actividades, con qué frecuencia plantan o deshierban. • La forma cómo trabajan, tradicionalmente o con tecnología, con fertilizantes y componentes químicos o productos orgánicos, riego, etc. • Cuánto producen. • Las razones que subyacen al uso actual de la tierra, por ejemplo, la tenencia de la tierra, los costes de la mano de obra, las condiciones del mercado, etc. 1.5 Revisión bibliográfica y documental Acciones del movimiento indígena

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1. Con la Marcha por el Territorio y la Dignidad de 1990, surge el movimiento étnico cultural de las Tierras Bajas que luego se articula en una serie de acciones colectivas que se orientan a interpelar al gobierno nacional y también a la sociedad civil. Principalmente, en la primera etapa de emergencia de este movimiento, tuvo dos alcances visibles (Cfr. Molina, 1997). Por una parte, introduce nuevas formas de organización política y liderazgo al interior de las sociedades indígenas, lo cual articula las organizaciones comunales. Por otra, intenta incidir en el ámbito de la cultura política, dando a su acción colectiva una función de circulación de valores y sentidos alternativos sobre temas y objetos políticos.


Emerge como una lucha simbólica para desplazar o cuestionar a otros valores dominantes a partir de los cuales se organizan las posiciones, visiones e intereses de los miembros de la sociedad respecto a ellos. Es un movimiento social que lucha por imponer definiciones de valores y creencias y no exclusivamente como búsqueda de resultados tangibles, ni metas materiales. 2. Con las investigaciones exploratorias que se vienen realizando, se justifica la hipótesis de que los sistemas normativos en algunos pueblos amazónicos del oriente boliviano operan desde el sistema cultural, antes que desde mecanismos procedimentales al estilo del derecho ordinario y sus conceptos. Se puede agregar que conceptos como derechos, jurisdicción, competencia territorial y otros se relativizan y quedan como instrumentos transgredidos por las formas de articulación territorial y los nexos de socialización y control social, los cuales operan mas bien sobre otros criterios como ser las redes familiares y el idioma. Así la noción de jurisdicción comunal o territorial se relativiza o no sirve en los casos en los que se piensa la dotación de servicios básicos o ejercer el derecho de “justicia comunitaria” que se define desde el derecho positivo. 3. Otro aporte de la Marcha del ´90 fue la introducción del concepto de “territorio” al lenguaje político, como una forma de buscar el respeto a todo el espacio ocupado por las culturas de tierras bajas, principalmente recolectoras y con un marcado relacionamiento con los elementos de la naturaleza. Cultura política y presencia estatal 4. Guillermo O’Donnell, científico argentino de la política, reflexiona sobre los casos americanos desde la perspectiva de los Estados con “huecos”, refiriéndose a aquellos donde no existe la llegada continua del Estado (de su maquinaria jurídica y burocrática) y proliferan las reglas propias

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basadas en el particularismo, formas clientelares y patrimoniales, cacicazgos de índole familiar. En estos huecos no se opera bajo las reglas del “Estado de Derecho”, que es el estado de las Leyes del Estado. Sin embargo, George Gray dice que esta perspectiva aplicada al caso de Bolivia, demuestra que los huecos “a estatales” pueden ser más bien espacios donde funcionan instituciones y mecanismos que responden a criterios colectivos, al bien común, y no implican la ley del mas fuerte. Esta idea es la que podemos tomar como hipótesis para áreas indígenas y culturas de tierras bajas, donde se da un vacío estatal estructural, pero quien sabe favorable, porque justamente es en los lugares “llenos de Estado”, donde mas bien se producen y reproducen reglas particulares, familistas, patrimonialistas y menos neutrales respecto al bien publico. Pensemos en la llegada del Estado vía la forma municipio (como discurso jurídico, por ejemplo la Ley de Participación Popular y como burocracia: alcaldes, Organizaciones Territoriales de Base, etc) a los pueblos, momento a partir del cual el espacio local llena su hueco estatal, pero con prácticas de apropiación particular, manipulación, corrupción, etc.

Derechos

5. Will Kimlika se refiere a una sociedad como una cultura societal, porque proporciona a sus miembros unas formas de vida significativas a través de todo el abanico de actividades humanas, incluyendo la vida social, educativa, religiosa, recreativa y económica, abarcando las esferas pública y privada. Estas culturas tienden a concentrarse territorialmente y se basan en una lengua compartida, denominándolas culturas societales para resaltar que no sólo comprenden memorias o valores compartidos, sino también instituciones y prácticas comunes, nosotros agregaríamos: saberes, teorías de conocimiento e interpretación del mundo.

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El multiculturalismo, como cultura política, supone que en una sociedad


se tome conciencia de la presencia de culturas, se practique e incentive desde el Estado el respeto frente a las identidades presentes y se promueva formas de intercomunicación entre los grupos culturales, bajo el fundamento de una comunidad política que alimenta la identidad ciudadana y la igualdad jurídica de los miembros dentro la sociedad nacional (Kymlyka, 1997). En resumen significa el ideal de una sociedad de iguales pero diferentes (Albó, 1994), igualdad en tanto miembros ciudadanos de una misma comunidad política y diferenciados por la pertenencia a culturas específicas. La sociedad moderna con el atributo de la multiculturalidad es aquella que funciona sobre los cimientos de la igualdad y la diversidad (Touraine, 1998).

El tomar conciencia de esa condición multicultural, en el caso de un Estado y de una sociedad, abre retos y derechos que implican efectos en los diseños político.-institucionales, ya que no se quedan sólo en reconocimientos de las identidades o el mantenimiento de las culturas, se extienden hacia formas de autogobierno, reconocimiento de sistemas jurídicos alternativos y representación política en los ámbitos políticos más amplios. En otras palabras, lo que actualmente se está viviendo el rediseño del Estado hacia un Estado Plurinacional.

6. Los derechos indígenas, que una Constitución Estatal y los Convenios Internacionales describen o reconocen, corresponden al campo de los derechos colectivos porque se refieren a un sujeto colectivo que es el pueblo indígena o la comunidad indígena (conformado por miembros que se adhieren voluntariamente a una de estas formas). A partir de este reconocimiento, se habla de que una Constitución trata de derechos individuales generales -referidos o a favor de cada uno de los miembros de las sociedades- y de derechos colectivos -relativos específicamente a los pueblos indígenas o grupos étnicos-. La concepción clásica de los derechos humanos define como destinataria de sus preceptos a la persona. Lo podemos constatar en la Declaración

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Universal de Derechos Humanos, en los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y en el de los Derechos Económicos y Sociales. Esta situación se refleja también en la Declaración Americana y en el Pacto de San José. Existen, así, derechos humanos básicos para toda persona, independientemente de su género, raza, lengua, religión, siendo, por lo tanto, derechos universales e iguales. Esta concepción ha sido ampliada desde el plano de los derechos civiles y políticos hasta los económicos y sociales, es decir, al contexto necesario para que se respeten y ejerzan los derechos inherentes a todo ser humano.

Territorio y territorialidad

7. Considerando el territorio como un escenario donde se establecen relaciones sociales y espacios de poder (Quiroga, 2009: 59), una de las reivindicaciones centrales planteadas por los indígenas de tierras bajas desde la Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad de 1990, es importante conocer el valor que le otorga el Estado boliviano y los convenios internacionales. Uno de los derechos de las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos está referido precisamente al territorio, derecho plasmado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; siguiendo este lineamiento y las demandas de un conjunto de la sociedad boliviana, el territorio se ha elevado a rango de Ley de la República en concordancia con la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.

Artículo 26

1. Los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o adquirido. (Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, 2006: 32)

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La declaración de las Naciones Unidas, conmina además a los Estados


a garantizar el ejercicio de derechos al interior de cada territorio.

Artículo 27

Los Estados establecerán y aplicarán, conjuntamente con los pueblos indígenas interesados, un proceso equitativo, independiente, imparcial abierto y transparente, en el que se reconozcan debidamente las leyes, tradiciones, costumbres y sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, para reconocer y adjudicar los derechos de los pueblos indígenas en relación con sus tierras, territorios y recursos, comprendidos aquellos que tradicionalmente han poseido u ocupado o utilizado de otra forma. Los pueblos indígenas tendrán derecho a participar en este proceso (Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, 2006: 33)

Artículo 32

1. Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo o la utilización de sus tierras o territorios y otros recursos. (Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, 2006: 37)

En la Constitución Política del Estado, no sólo que se ratifica este derecho, sino que además se lo prioriza en la parte dogmática de derechos junto con los derechos fundamentales de los y las ciudadanos y ciudadanas.

Artículo 30

II. En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con esta Constitución las naciones y pueblos indígena originario campesinos gozan de los siguientes derechos:

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1

A la libre determinación y territorialidad.

6.

A la titulación colectiva de tierras y territorios.

17.

A la gestión territorial indígena autónoma, y al uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables existentes en su territorio sin perjuicio de los derechos legítimamente adquiridos por terceros.

Efectos de políticas legislativas y convenios

8. Las demandas de derechos de los pueblos indígenas en Bolivia han sido abundantemente abordadas por variados investigadores e historiadores nacionales y extranjeros, sobre todo tratándose de los pueblos indígenas andinos. En el caso de los pueblos indígenas amazónicos, su incidencia se marca a partir de la marcha por el Territorio y la Dignidad de agosto de 1990, donde por primera vez emergen nuevas formas de organización indígena. Por ejemplo, el Departamento de Santa Cruz reconoce a cinco pueblos indígenas enlistados en los catálogos étnicos, lo cual se difunde desde instancias del Estado Boliviano. Aunque las poblaciones que conforman cada uno de estos pueblos varían en tamaño, es indudable que ahora buscan mecanismos para hacer visible su existencia y tener algún tipo de representación política en niveles de decisión externos a ellos, aparte de sus aspiraciones de autogobierno.

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La ampliación de los derechos de participación política no se acompaña de una democratización en el acceso efectivo a la representación política, en el caso del oriente boliviano. En el caso de Santa Cruz, los concejos y gobiernos municipales, en todas las elecciones bajo el marco de la participación popular, son conformados por ciudadanos de origen urbano, vecinos de las capitales, agroindustriales, ganaderos o madereros en la mayoría de los casos, mientras no tienen ninguna opción de acceder vecinos de cantones, distritos municipales,


localidades menores y comunidades. Es decir no opera una lógica de representación territorial que tome en cuenta la inserción de otros actores residentes mas allá del radio urbano del municipio, lo que incide en no tener una composición mas plural, en términos de origen territorial, lo cual desde nuestro punto de vista afecta a la construcción de una comunidad política bajo los principios de la inclusión, equidad y mayor participación en la gestión del sistema político municipal, tal como lo planteaban la Ley de Participación Popular y la Ley de Municipalidades. 9. Se toma al Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas de la Organización Internacional del Trabajo –OIT-, unidad especializada de la ONU, como el principal instrumento jurídico que compromete a los Gobiernos de los países signatarios a respetar los derechos de los pueblos indígenas y sus sistemas jurídicos vigentes, de acuerdo a su cultura. Las recomendaciones hacia los Estados suscritos al convenio abarcan una diversidad de aspectos, siendo uno de estos el tratamiento de la justicia comunitaria. En efecto, la Ley 1771 se convierte en el primer instrumento jurídico de la legislación nacional que se utiliza como marco legal para el reconocimiento de las instituciones propias de los pueblos indígenas. Desde septiembre del 2007 se agrega como otro dispositivo importante, la Declaración Universal de los Derechos humanos de los Pueblos Indígenas es ley en nuestro país.

Sobre derechos de las mujeres, se utilizan las mismas referencias, y el Estado boliviano está un paso más adelante con el reconocimiento del derecho a de la mujer a formar parte del título de Derecho Propietario sobre la propiedad agraria, plasmado en la Ley 3545 de Reconducción Comunitaria. Sin embargo, esta norma no influye cuando se trata de propiedades agrarias colectivas, como son las Tierras Comunitarias de Origen y las Comunidades Campesinas.

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Mujeres indígenas y Género 10. La historia del movimiento indígena está fundada en la defensa del territorio. A partir de finales de la década del ´80, nacen las organizaciones matrices de los pueblos de tierras bajas, como parte de un proceso reivindicativo de los derechos de pueblos indígenas de esta región. “La creación de la organización de mujeres tiene un objetivo muy necesario y muy creativo para nosotras las mujeres, ya que en aquellos tiempos éramos objeto solamente de presentación no de participación. Asimismo, la mujer indígena era siempre denegada, no podíamos nosotras tener ningún acercamiento con ninguna institución ni ningún municipio, y al mismo tiempo nuestra temática era desconocida, como la violación a los derechos de las mujeres por parte de nuestras autoridades naturales, la participación de la mujer era escasa dentro de los cabildos regionales…” (Justiniano, 2004: 147)

Pese a la valoración de la creación de las organizaciones de mujeres como espacios de participación, no se entiende claramente el concepto de derecho al interior de las organizaciones de mujeres. “No existe la palabra derecho en Gwarayú…” (Ana Pibondi)

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Mientras que el concepto de género, solamente es asociado con la palabra equidad, pero es vacía en su contenido significativo cuando se la pregunta sola. Estos son conceptos que se tratarán de construir con las mujeres de las comunidades indígenas y campesinas.


Autoridades de Central de Organizaciones de Pueblos Nativos Guarayos-COPNAG

Autoridades de Central de Organizaciones de Pueblos Nativos Guarayos-COPNAG

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CAPITULO II

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Ni帽os Indigenas de Tierras Bajas

Municipio de Asunci贸n de Guarayos

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1. DISEÑO METODOLOGICO 1.1 Objetivos 1.1.1 Objetivo General

Investigar el acceso de las mujeres al uso y aprovechamiento de los recursos naturales del territorio, así como al acceso a la tierra dentro de la mirada de usos y costumbres y aplicación de la normativa agraria estatal en el marco del poder en la gestión del derecho comunitario e individual del territorio.

1.2.2 Objetivos específicos -

Identificar el rol de la mujer dentro de la cultura, desde una mirada mitológica1 , para determinar el ejercicio de derechos sobre aprovechamiento del territorio.

-

Investigar el acceso de las mujeres a derechos sobre el uso y aprovechamiento de los recursos naturales del territorio, y el acceso a la tierra.

-

Investigar la aplicabilidad de las normas (desde el Estado) sobre el

1 Entenderemos por mirada mitológica a la construcción de prácticas construida desde las creencias propias de la cultura en base a su relación con la naturaleza y al lugar que ocupan hombres y mujeres en esa relación.

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uso y aprovechamiento de los recursos naturales que garantizan el ejercicio de derechos de las mujeres. -

Determinar los factores favorables y limitantes para el ejercicio de los derechos de las mujeres en el acceso de los recursos naturales y la tierra del territorio. Plantear temas para el empoderamiento de derechos de las mujeres sobre el uso y aprovechamiento de los recursos naturales, así como del uso y tenencia de la tierra, y que podrán ser ejecutados en una segunda etapa del programa.

2. Enfoque metodológico La investigación se realizó en el marco del enfoque de la gestión comunal territorial, desde la mirada de las articulaciones culturales en el uso y aprovechamiento de los recursos naturales del territorio y de la tierra. En este enfoque intervinieron, fundamentalmente, tres categorías: el lugar que ocupa la mujer dentro de la visión cultural, como factor constitutivo y normativo (generadores de prácticas culturales) en las relaciones de poder; el comportamiento de género (una visión desde los hombres y desde las mujeres) sobre el uso y aprovechamiento de los recursos naturales y el acceso a la tierra; y, la relación entre la normativa estatal con las prácticas normativas de la cultura guarayo.

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La investigación se enmarcó en el enfoque de la descolonización del conocimiento y se utilizaron propuestas metodológicas alternativas adecuadas como la teoría fundamentada, ya que lo que se trató fue plantear un desafío académico para conocer y producir conocimientos sobre realidades culturales, desde su sistema de conocimientos.


3. Estrategia metodológica

Abordar las realidades étnicas de sociedades llenas de cultura, pero vacías de Estado, debería implicar un “quiebre epistemológico”, tanto respecto a la forma de usar sistemas teóricos como la forma de conocer esas realidades. De principio propusimos que no era pertinente ya entrar con conceptos y variables, ni siquiera con hipótesis bien trabajadas, porque de lo que se trataba era de encontrar y aprehender una realidad con sus propios nombres, con sus propios conceptos, con su propia historia, desde sus propias raíces epistémicas.

Ahora bien, aunque estas ideas son básicas, preliminarmente apuntamos a llevar la investigación desde una problemática de la descolonización del conocimiento. Como señala Zavaleta Mercado, el entendimiento de las sociedades semicoloniales y dependientes (como Bolivia) demanda considerar la dependencia epistémica: “Si postcolonialidad tiene un significado para mi ahora, la cuestión de la dependencia epistémica es principal y central. De otro modo los estudios postcoloniales serán simplemente un nuevo campo de indagación, con un contenido diferente, pero bajo la misma lógica epistémica basada en la modernidad eurocentrada” (Zavaleta Mercado, en Mignolo, 2005).

Partiendo de esta perspectiva, consideramos pertinente el enfoque metodológico de la “teoría fundamentada” como herramienta de conocimiento alternativo (Cfr. Yapu, 2007), que corresponde a los métodos cualitativos de investigación, porque aspira o propone hacer investigación recogiendo datos y construyendo conceptos al mismo tiempo, así se podría liberar –en parte- de los condicionantes discursivos del léxico jurídico, para nada neutral. Lo jurídico es un discurso generado y reproducido en torno al poder

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del Estado; por el contrario, en sociedades no estatales (como las indígenas) lo jurídico es un discurso ligado a la sociedad y/o a la cultura ( prácticas culturales), no es conocimiento escindido ni especializado.

Lo que presentamos en este documento, es fruto de un esfuerzo colectivo por mostrar realidades del ejerció del derecho al acceso a la tierra territorio por parte de las mujeres, desde un punto de vista descriptivo analítico, dentro de una enfoque cuantitativo de investigación.

4. Técnicas para la recolección de información

1. Hemos aplicado una estrategia que combina formas tradicionales de conocer con procedimientos más innovadores, tanto en los enfoques metodológicos como en los marcos teóricos. Por un lado, conocer los fenómenos desde la perspectiva tradicional de los derechos, para lo cual hemos aplicado entrevistas a actores del entorno. Para conocer lo que se define como derechos de los pueblos indígenas, sus formas de acceso y cómo conocen y definen estos derechos y, también, para conocer cómo se organizan y definen lo que conocen como derechos, hemos construido indicadores referidos al ejercicio y acceso de derechos que permitieron conocer las características de su realización.

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Hemos utilizado como método, de conocimiento y construcción de conocimiento local, la teoría fundamentada, a partir de trabajo con entrevistas personales y grupales con diversos grupos de la cultura guarayo (principalmente de mujeres).


2. Hemos integrado a miembros del pueblo guarayo (principalmente mujeres), acreditadas por la organización, como parte del equipo de investigadoras de campo. 3.

En el trabajo de campo, hemos seleccionado comunidades que representen al conjunto del Pueblo Guarayo, en dichas comunidades hemos realizado entrevistas, tanto a mujeres adultas, dirigentes y de base, como a hombres.

Comunidad

Cururú

Urubichá Momené

San Pablo

Nombre y Apellido

Cargo

Raquel Cuti

Presidenta CMIG

Marysabel Yamba

Base

Ines Abaeti

Base

Martha Urandura

Base

Reyes Macue

Cacique

Ovidio Yubanore

Presidente Central

Flora Viveros

Stria. Central

Merilú Pérez Irayira

Presidenta CMIG

María Iraori Ariminí

Base

Pedro Chemandoarasi

Base

Ana Pibondi

Stria. CMIG

Gabriel Guari

Base

Las entrevistas realizadas en las comunidades Guarayas fueron: 4. En el caso de comunidades campesinas, y de comunidades del Movimiento Sin Tierra, por ser éstas de mayor tamaño, en cuanto a sus habitantes, hemos trabajado con la técnica de entrevistas

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grupales, ya que para la conformaci贸n de Grupos Focales, no se cont贸 con el tiempo suficiente. Para las entrevistas grupales hemos tomado en cuenta a grupos de mujeres y grupos de hombres, en general.

Las entrevistas grupales realizadas fueron: Comunidad

Grupo

Sotos la Vertiente (campesinos)

Mujeres

El Duraznal (Predio El Azul del Mov. Sin Tierra) Las Abras (campesinos) Caiza (campesinas)

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Hombres Mujeres Hombres Mujeres Mujeres


PARTE I

PUEBLO INDIGENA GUARAYO

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1. CONTEXTO 1.1 Guarayos: entre la tierra y el territorio Los Guarayos son un Pueblo Indígena -PI- cuyo territorio se encuentra ubicado al norte del departamento de Santa Cruz, a una distancia de 350 Km. de la ciudad capital y ocupa la extensión comprendida entre los paralelos 15º 30’ y 16º 07’ latitud sur y los meridianos 62º 53’ y 63º 26’ longitud occidental. (Melgar, 2002: 19). Más propiamente en las provincias de Guarayos y Ñuflo de Chávez en el departamento de Santa Cruz. Este territorio es el mismo ocupado por los Franciscanos durante el siglo XIX, en el ámbito de las Misiones Guarayas. “Está situada la provincia de Guarayos entre los 14 y 16 grados longitud poco más o menos del meridiano de París, en una extensión de terreno de más de 50 leguas de sur a norte y de 30 leguas de este a oeste, entre el departamento del Beni y la Vice prefectura de Chiquitos. Dista al pueblo de Ascensión; de San Javier de Chiquitos como 30 leguas, de los pueblos Loreto y Carmen del Beni como 60 leguas, y de la ciudad de Santa Cruz por el camino de Bibosi como 56 leguas” (Cors, en Melgar, 2002: 19)

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En el año 1996, el pueblo Gwarayú presentó su demanda territorial para obtener la titulación respectiva; ya se ha avanzado en la Caracterización Preliminar de su Tierra Comunitaria de Origen, además de la georeferenciación e inmovilización del área demandada, que suma un total de 2.205.537 has. Actualmente se cuenta con algunos polígonos del territorio Gwarayú ya titulados.


Datos históricos cuentan que los intentos de reducción de la gente guaraya fueron dirigidos por los gobernadores coloniales y ejecutados por curas seculares, principalmente de las misiones de Chiquitos. “En 1793, al mando del P. Gregorio Salvatierra, se crea la Misión de San Pablo, con un grupo de guarayos escapados de la misión de San Javier de Chiquitos. Sin embargo, esta primer misión, dos años más tarde, fue trasladada y sistemáticamente abandonada: una primer huida acontece 8 años más tarde de su creación, hacia el monte llamado Irapitá y al cerro llamado Uruguyitagua, por el río San Miguel, donde se refugiaban” (CORS, en Melgar, 2002: 34) La resistencia Guarayo a la reducción estuvo basada en diversas huidas lideradas por caciques de clanes familiares. Estas huidas se realizaban en busca de la tierra sin mal. De manera que una característica de este período histórico, de conformación del Territorio Guarayo, es que las familias guarayas se encontraban, en su mayoría, fuera de las misiones y las pocas familias reducidas no permanecieron mucho tiempo en ellas. Aquello dificulta conocer la cifra aproximada de la población total guaraya de la época. Desde el nuevo estado oligarca y conservador, nacido en 1825 con la Independencia de Bolivia, existe el interés de controlar el territorio y domesticar la mano de obra indígena; encontrando que las misiones podían cumplir esta labor, por ello mantiene el régimen reduccional, pese a las presiones locales por la apertura a la libre contratación de mano de obra y acceso a los recursos naturales. (García Jordán, 1998: 28) Las relaciones de los Guarayos con otros grupos indígenas ha

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estado basada en las relaciones de las Misiones Franciscanas, antes de ellas no se conoce que tuvieran mecanismos de autoridades formales o algún tipo de organización jerárquica (de Pueblo), los asentamientos, como todos los pueblos de Tierras Bajas (antes de las Misiones) eran caracterizados por ser asentamientos de familias extensas o ampliadas. Mientras que las relaciones con los grupos no indígenas, principalmente de Santa Cruz, estaban basadas en la oferta y utilización de mano de obra indígena para la extracción de madera. En las dos poblaciones más importantes, esta tendencia se mantiene: TRABAJOS PARTICULARES (%)

TRABAJOS PARA OTROS (%)

Urubichá

28.0

82.0

Ascención

13.7

86.3

POBLACION

Fuente: Elaboración propia en base a datos de COICA: 1993

Entre los Guarayos, el idioma es un elemento importante de relación étnica. Sin embargo, su lengua no es utilizada como componente de inclusión o exclusión respecto a la pertenencia al grupo étnico, ya que se conoce la facilidad con que los miembros de esta cultura se relacionan con otros grupos indígenas y no indígenas. Por ejemplo entre los requisitos para que un nuevo miembro se relacione con mayor facilidad se tiene el establecimiento de lazos de compadrazgo o que participe en los sistemas de trabajo comunitario: cooperación familiar, minga, pesca grupal, cooperación (4 x 1), día prestado, a medias. (Cfr. Melgar. 2002: 64) En la localidad de Ascensión de Guarayos, donde se conoce nace el Territorio Indígena Gwarayú, las relaciones con los no indígenas del lugar es permanente, ya que los Guarayos se abastecen de el mercado local, por lo tanto mantienen relaciones comerciales con esta población. Sin embargo, y pese a las relaciones mantenidas

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con los pobladores no indígenas, las relaciones intra étnicas son fuertes, el término general que incluye tanto a la etnia como al parentesco, es el término de “pariente” o “Chemú” (en Gwarayú). (Melgar, 2002: 61) La actividad principal de los Guarayos, dentro de su territorio, es la utilización de los recursos naturales forestales, además de la recolección de recursos naturales para el autoconsumo; en menor proporción se encuentran las parcelas o chacos familiares donde se cultivan intercalando o “callejoneando” varios productos: maíz, yuca, plátano, joco, sandía e incluso caña, en las partes más bajas se han detectado también, plantaciones de arroz. (Melgar, 2002: 72) La agricultura, de uso familiar para el autoconsumo, se realiza bajo el sistema de roza, tumba, quema y se utilizan instrumentos de tarea unipersonal: hacha, punzón, machete y pala. 2. Identidad cultural y de género 2.1 Origen del Pueblo “En un principio reinaba una profunda quietud sobre una inmensidad de agua. De ésta sobresalía una cañuela donde se cobijaba un gusano. Este gusano por su propia voluntad se convierte en el primer hombre, llamado Mbiracucha.” (‘Guarayos’ de Ernesto Arauz y William Cortez). Así comienza la descripción de la creación del mundo en la mitología guaraya. Aquí se aprecia claramente la autodeterminación del pueblo guarayo a no regirse a un ente superior, reduciendo incluso el eslabón perdido a una mera decisión anárquica sobre la existencia de la humanidad.

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La primera versión que se conoce sobre el origen de este pueblo, apunta a Paraguay, como región de origen. La familia etno lingüística Tupí-Guaraní se habría difundido desde el Paraguay, llegando hasta el Orinoco y las Antillas; en algunos casos adoptando diferentes nombres al cambiar de lugar o de jefe, de acuerdo a las travesías realizadas (D’ Orbigny, en Melgar, 2002: 15). Las migraciones guaraníes fueron bien marcadas a través de tres grupos separados; el tercer y último grupo, el de los Itatines, salieron de Ieruquisaba y Carayaza y al asentarse, conformaron el grupo que hoy se conoce como Gwarayú. Se cree que antes y durante la conquista, migraron hacia el norte en busca de la “tierra sin mal”. “Guarayo” (gwarayú) significa “guerrero de parcialidad blanca” por la naturaleza bélica del pueblo y el color amarillento de su piel, causado probablemente por el mestizaje forzoso con los europeos en los primeros años de la conquista. Los guarayos se rebelaron a los españoles y se constituyeron, junto a los ‘chiriguanos’, como uno de los grupos étnicos más difíciles de dominar en la Colonia, tanto es así que estos pueblos guaraníes fueron la única etnia nativa del nuevo mundo en recibir una declaración formal de guerra por parte del Imperio Español. Fue recién en época republicana que aceptaron ser parte de las misiones franciscanas, de las cuales heredaron la música barroca, aprovechada gracias a las innatas cualidades musicales de la línea guaraní.

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De manera general, todas las teorías coinciden en el origen guaraní de la cultura Guaraya, especialmente si se toman en cuenta ciertas similitudes físicas y lingüísticas que son apreciables claramente en


la actualidad. Durante la colonia, la gran mayoría del pueblo Gwarayú vivió refugiada en el monte, en pequeños grupos sociales surgidos esencialmente de relaciones de parentesco, donde se aceptaba el concubinato y la poligamia. El sustento de estos núcleos estaba basado en actividades de caza, pesca y recolección. A finales del siglo dieciocho se tienen las primeras noticias de pequeños grupos de familias guarayas que llegaron hasta la misión de San Javier, solicitando ser cristianizados por los Jesuitas. Sin embargo, recién en 1822 y gracias al esfuerzo del párroco cruceño Gregorio Salvatierra es que la orden Franciscana inicia la verdadera evangelización y conversión de esta comunidad. Así, cuatro años más tarde y en pleno nacimiento de Bolivia a su vida republicana, el padre Salvatierra funda la Misión de Ascensión de Guarayos. Para los Guarayos, como pueblo misionado, todo en la naturaleza es creación de Dios, ninguno de los entrevistados recuerda una leyenda o mito del pueblo que hable sobre la creación de su cultura. El mito cristiano sobre el primer hombre y la primera mujer, desde Adán y Eva, explica el origen de todos los hombres y mujeres. Vemos claramente, cómo se va configurando, desde el ingreso de las misiones, una “cultura misional” que se empieza a percibir con mayor claridad, a partir de la expulsión de los Jesuitas en 1767. En la actualidad, la creencia se fundamenta en la creación divina, y la participación de un Dios creador; el pueblo Guarayo, que fue misionado por sacerdotes franciscanos, conserva la ritualidad y la fe cristiana como rasgos de identidad. Pero al mismo tiempo que rezan y cantan en latín, mantienen un gran respeto por sus espacios sagrados, como la Chapacura, lugar al límite norte del

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territorio Guarayo, o Cerro Grande. También conservan las creencias animistas sobre los “dueños” del bosque, de las aguas, de ríos, lagunas y de los animales. (Cfr. Teijeiro; Laime; Ajacopa y Santalla, s. f.) De manera predominante sí, se encuentra la fe cristiana, así lo reflejaba el Cacique de la comunidad de Cururú, en sus palabras de mensaje a la comunidad en la Misa realizada en la comunidad por el “Responsable de Misas” del Cabildo de la comunidad:“Dios es el creador y padre de todo” (Reyes Macue, Cuaderno de campo) Lo que se percibe es que la justicia divina aparece controlando el orden social, incluso respecto a la vida y cultura indígena, a la vez que castiga a todos los que infringen los mandatos bíblicos: a los niños y niñas que se revelan ante sus padres, a las mujeres que no cumplen con su responsabilidad de ser madres, a los hombres y mujeres que no asisten a la misa de los domingos. Pese a que el pueblo guarayo tiene su origen en los primeros asentamientos guaraníes del siglo XVI. Hoy, sus 20.000 integrantes conservan sus costumbres y modo de vida, sincretizados con las enseñanzas religiosas adquiridas desde tiempos de las misiones; dedicados a la pesca, caza y recolección de frutos, además del cultivo de arroz, piña, girasol, arroz, plátanos y otras especies agrícolas. Además, cuentan , en varias de sus comunidades, con planes de manejo forestal; esta actividad la realizan en la primera etapa, es decir, la de tumba de troncas de especies forestales que luego son comercializadas con empresas madereras ubicadas en la zona. :

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“Según el Censo nacional de Población y Vivienda del año 2001, la provincia Guarayos, lugar de asentamiento del Pueblo Gwarayú, registraba una población de 31.577 habitantes; por Municipio


se presenta la siguiente información: Municipio de Ascención de Guarayos, 16.984 habitantes; el municipio de Urubichá, 5.960; y el Municipio de El Puente, 8.633. Es importante considerar la población no indígena que vive en el lugar y que no se tienen datos precisos” (Guzmán et al, 2007: 139) 2.2 Qué es ser mujer En el Pueblo Guarayú, los condicionamientos religiosos definen la función de la reproducción biológica y atención a la familia como puntos centrales en la construcción de la identidad del ser mujer, así como también la relación de subordinación de la mujer hacia el hombre. “Ser mujer es algo muy importante para toda la sociedad, incluso en la Biblia, cuando Dios le dice, “mujer aquí está tu hijo”, entonces es una cosa muy grande” (Flora Viveros) “Las mujeres desde que nos levantamos, hacemos el desayuno, para el marido y nuestros hijos, eso es obligación de la mujer, después aseamos la casa y lavamos también; después a cocinar otra vez, para que almuercen los chicos” (Marta Urandura) “Como mujer yo atiendo a mis hijos y a mi marido” (Marysabel Yamba) “Ser mujer es atender a todos sus hijos…” (Inés Abaeti) La valoración de las mujeres por parte de los hombres, depende de la edad de los entrevistados, los más ancianos valoran menos a las mujeres que los más jóvenes, eso debido a la influencia más cercana de las Misiones como orden normativo de conducta. Un

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ejemplo claro de esto es la entrevista al anciano de la comunidad de Cururú, don Gabriel Guari, ante la pregunta de que si las mujeres tienen Chaco, él respondió: “No, las mujeres son todingas putas, todas son así, tenía yo cuatro allá (en Yaguarú) y todas me dejaron” (Gabriel Guari) Luego de realizada la entrevista se le preguntó por qué lo habían dejado, y él afirmó que por flojas, porque no lo querían atender “como Dios manda” (Cuaderno de campo). Mientras que la opinión por parte de los hombres más jóvenes es de más alta valoración: “La mujer Guaraya tiene que ser la que nace en Guarayos, la que es nativa de ahí y sus padres y sus abuelos son nativos Guarayos. La mujer Guaraya, la costumbre que ellas tienen, cuando se levantan, buscan leña, hacen fuego, hacen chicha y mantiene a sus hijos, después de eso también trabajan van con el marido al chaco y trabajan, vuelven y dan de comer a sus hijos y a su marido también. En la tarde los asea a sus hijos y también da ejemplo a los hijos, cómo se van a portar, qué educación van a llevar, cómo van a ir a sus clases, qué respeto deben tener a sus profesores y qué es lo que van a hacer por la calle. Esto lo hacen con el padre también, padre y madre juntos… la mujer es importante porque es todo en la familia… no existe una familia sin mujer… porque con pareja siempre uno está tranquilo, sin pareja no es igual, si estoy solito con quien planifico el trabajo, quien atiende la casa, eso todo, yo solito no lo puedo hacer…” (Reyes Macue).

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“Ser mujer para mí, es un centro de la familia porque, la verdad, no solamente ser mujer sería, no sólo estar en la casa, sino que tiene que conocer de la vida no solamente en el hogar, sino de la parte social… ahora las mujeres tienen que participar más en las


reuniones y en las capacitaciones…” (Ovidio Yubanore) 2.3 Qué es ser hombre Por otro lado, los hombres se dedican a las actividades fuera de la casa, pero con la carga de “mantener” a la familia; se advierte, sin embargo, una predeterminación a los roles ya que éstos son asignados por preceptos también religiosos. “El hombre cuando se levanta, se lava la cara, desayuna y se va al chaco, ahí trabaja todo el día, llega recién a las seis de la tarde…” (Marysabel Yamba) “Los hombres, mientras espera a que su mujer le prepare el desayuno, se pone a carpir por afuera, si falta carne, se va a pescar” (Marta Urandura) “El hombre trabaja para mantener a sus hijos y también a su mujer…” (Marysabel Yamba) “Los hombres trabajan para mantener a su mujer y sus hijos, buscan trabajo donde ir a trabajar para que coman sus hijos y su mujer” (Raquel Cuti) “El hombre se levanta, espera que esté el desayuno y si tiene trabajo, va a trabajar en el chaco, si hay que hacer en la casa también lo hace como carpir, y si falta para la comida él va y busca por allá por el monte o se va a pescar, eso hace el hombre” (Raquel Cuti) “Ser hombre es el que trabaja el chaco, busca para que coman sus hijos, eso es ser hombre… Su marido se levanta a lavar su

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cara, de ahí desayuna y se va a trabajar en el chaco todo el día” (Inés Abaeti) Muchas de las mujeres admiten que el trabajo es compartido con sus maridos, pero que están condicionados a la fuerza física y a las habilidades propias del género. “Las mujeres trabajan junto son sus maridos…” Urandura)

(Marta

“Antes las mujeres trabajaban en el chaco, ahora también lo hacen para ayudar al marido” (Marysabel Yamba) La valoración del hombre, por parte de las mujeres, está asociada a lo aprendido por la Iglesia; sin embargo, todas dependen de ellos para poder mantener a sus familias. “Ser hombre es el que da la vida, no podemos discriminarlo, gracias al hombre es que está la mujer. Tanto hombres como mujeres somos iguales” (Flora Viveros) 3. Procesos de participación y ejercicio de derechos El ejercicio de los derechos colectivos reconocidos en la actual Constitución, constituye un desafío para cada uno de los pueblos, particularmente para el pueblo Gwarayú, con una población de aproximadamente 8.0002 personas, aunque: “según el Censo nacional de Población y Vivienda del año 2001, la provincia Guarayos, lugar de asentamiento del Pueblo Gwarayú, registraba una población de 31.577 habitantes; por Municipio

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2 Dato de población utilizado por la COPNAG


se presenta la siguiente información: Municipio de Ascención de Guarayos, 16.984 habitantes; el municipio de Urubichá, 5.960; y el Municipio de El Puente, 8.633. Es importante considerar la población no indígena que vive en el lugar y que no se tienen datos precisos” (Guzmán et al, 2007: 139). Es importante señalar que la representante que ha sido elegida por todas las comunidades del Territorio, es una mujer. Por la necesidad de participar en espacios de decisión externos, y la necesidad de acceder a la “legalidad” de una personería jurídica que, según la Ley de Participación Popular era necesaria para cada comunidad, incluso dentro de los Territorios Indígenas; es que las formas de organización natural e histórica de cada comunidad han sufrido un proceso de desplazamiento desde lo que originariamente son los cabildos (forma de organización planteada desde las Misiones, pero asumida por la cultura Guarayo como instancia normativa y de organización colectiva), hacia la OTB e incluso las Juntas Escolares (Ley 1565 de Reforma Educativa) La nueva Constitución Política del Estado plantea diversas opciones de ejercicio del derecho a gobiernos autónomos, sobre los cuales cada pueblo y territorio indígena tiene que decidir, o por lo menos, estar informados, este planteamiento también incluye a los recursos no renovables que se encuentren en su territorio. Por otra parte, la constitución de gobiernos indígenas, y el acceso a la participación política municipal, implica la existencia de un Estatuto Autonómico y Cartas Orgánicas Municipales, ajustadas a la nueva Constitución, de manera que incluyan los derechos indígenas. Dentro de la TCO Gwarayú, existen dos niveles de participación: la organización que ejerce ordenamiento sobre todo el territorio -Central Oriental del Pueblo Nativo Guarayo COPNAG- y las Centrales Indígenas en cada comunidad. Además está la Central de Mujeres

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Indígenas Guarayas CMIG que también cuenta con extensión organizativa en cada comunidad. Como dirigenta máxima de la COPNAG está una mujer, elegida en Congreso del Pueblo. Sin embargo, tanto la CMIG del Pueblo como las CEMIG de cada comunidad se han constituido como espacios de dirigencia exclusiva de las mujeres. La construcción de derechos para las mujeres, obedece a un trabajo desde afuera de las organizaciones, ya sea en procesos de capacitación sobre derechos de los Pueblos Indígenas, como en procesos de capacitación específica de derechos de las mujeres. Un dato importante, es que “No existe la palabra derecho en Gwarayú” (Ana Pibondi); sin embargo, para las mujeres ha sido el mecanismo por el cual han podido ampliar su participación. Por otro lado, a través de los procesos de capacitación han logrado garantizar, al menos en algunas comunidades, que no se repitan actos de violencia contra las mujeres. La mujer tiene derecho de opinar, todos los derechos los tiene la mujer… uno misma tiene que saber sus derechos… a veces las mujeres no saben cuáles son sus derechos, porque yo, a veces tanto talleres y tantas capacitaciones que yo he asistido y ahí supe que las mujeres tienen sus derechos y aquí, a veces las mujeres tienen sus maridos y les pegan todavía es que no sabe defenderse, porque a veces, todavía, no sabemos qué derechos tenemos… Tenemos derechos, tienen que respetar a nosotros a querernos como hermanas… Derechos es lo mismo que respeto y amar como hermanos, no maltratarlo a uno… (Raquel Cuti)

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La “capacitación” sobre derechos de las Mujeres, se presenta como demanda de las propias mujeres en las comunidades, ellas sienten que todavía falta mucho por aprender.


“Nos falta orientarnos a nosotros sobre derechos de las mujeres… Derecho es hacer todas las cosas, participar en las reuniones, aunque el hombre no quiera que vayamos. Tenemos que hacer las mismas cosas…” (Raquel Cuti) “La mujer tiene derecho porque ella es madre de todo, los cría a sus hijos… tenemos derechos porque somos de nuestro pueblo” (Ana Pibondi) “…asiste, las cosas que entiende ella responde…” (Marta Urandura) 4. Los Planes de manejo de recursos: madera y cacao La Gestión Forestal Indígena en la TCO Guarayos es un proceso productivo, impulsado estratégicamente por la Comisión Intercomunal y ratificado en la séptima Gran Asamblea de la Central Oriental el Pueblo Nativo Guarayo - COPNAG (1.998) a través del Plan de Acciones Estratégicas (Pàñemoñetasaguasu). Su propósito es “Consolidar la propiedad de la Tierra Comunitaria de Origen, a partir de la ocupación del territorio, para mejorar las condiciones de vida del pueblo guarayo“ (Elida Urapuca) El directorio de COPNAG, aprovechando la legislación forestal favorable, con el apoyo interinstitucional conformado por el proyecto BOLFOR, la cooperación holandesa SNV y la ONG CEADES, viabiliza la implementación de las unidades productivas forestales comunales a través de la inversión productiva (inventario - PGMF, censo - POAF), capacitación y asistencia técnica (aprovechamiento, comercialización, organización y administración). Las comunidades participan en sus Planes de Manejo (en adelante PdeM), solamente en la parte de la extracción de la madera, la

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venta de la madera a barracas o aserraderos asentados, incluso dentro de la TCO, es el medio que tienen para la comercialización del producto. Sin embargo, al interior de las comunidades, están empezando a buscar alternativas a la madera, como principal fuente de adquisición de beneficios. Es así que en la comunidad de Cururú, por ejemplo, única comunidad que cuenta con un Plan de Manejo de la madera Certificado según la Ley Forestal, ya han empezado con talleres, gracias a la ayuda de técnicos externos, para la elaboración de planes de manejo de otros productos, el potencial analizado es el cacao que se encuentra de manera natural dentro del territorio de la comunidad. La participación de hombres y mujeres en el trabajo del Pdem, está definida también por los roles culturalmente asignados. Mientras que los hombres son los encargados de realizar el trabajo más pesado, correspondiente al cuartoneo de las troncas, las mujeres se encargan de la actividad de la cocina:“Las mujeres en el Plan de Manejo trabajan solamente en la cocina…” (Raquel Cuti); por lo que ellas afirman formar parte de las actividades y ganancias del Plan de Manejo, manifestando obtener algunos ingresos que les permite ayudar en la economía familiar. Las mujeres de las comunidades, donde se trabaja con PdeM, emplean lo obtenido de su salario como cocinera, así como las ganancias que les llegan de dicho Plan para cada socio, en gastos de la cocina o, en el mejor de los casos, para necesidades familiares. “…con las ganancias que recibo del PdeM compro las cosas que faltan en la casa, cocinando 15 días recibo 600.- Bs. Les compro a mis hijos lo que necesiten, pero ese dinero no alcanza…” (Marta Urandura)

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“…2 años agarró 200.- ella y 200.- su marido y con ese dinero sacaron certificados de nacimiento para sus hijos, pero no alcanzó para todos…” (Marta Urandura) 5. La participación en el saneamiento de tierras 5.1 El proceso de saneamiento de la TCO Guarayo La demanda de saneamiento inicial, presentada por los dirigentes del Pueblo Gwarayú data desde 1997, el 8 de octubre del mismo año, el INRA nacional dictó la resolución determinativa de área de saneamiento, con una superficie de 2.205.370 hectáreas de la TCO Guarayos (INRA 2007). Para facilitar el saneamiento, la superficie de la TCO fue dividida en cinco polígonos o áreas operativas de trabajo. (Guzmán, 2007: 142) Sin embargo, la Secretaría de Asuntos Étnicos, a través de su informe de EINE, sugiere que la superficie necesaria es de 1.350.000 hectáreas para la dotación y titulación a favor del Pueblo Indígena Gwarayú, de las cuales ya se titularon 988.308 hectáreas como TCO y sólo restan 361.692 hectáreas por titular para cumplir con el establecido según las necesidades espaciales, que están lejos de la demanda inicial del Pueblo. (Guzmán, 2007: 142) 5.2 Actores involucrados a) Instituciones públicas • El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), como órgano técnico-ejecutivo encargado de dirigir, coordinar y ejecutar las políticas establecidas por el Servicio Nacional de Reforma Agraria.

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• El Viceministerio de Asuntos Indígenas y Pueblos Originarios (VAIPO), entidad estatal encargada de la emisión de la certificación étnica y elaboración del Estudio de de Identificación de Necesidades Especiales (AINE) durante el proceso de saneamiento de la TCO. • La Superintendencia Agraria (SIA), una entidad pública autárquica, con jurisdicción nacional, integrada al Sistema de Regulación de Recursos Naturales Renovables (SIRENARE), cuya autoridad máxima es el Superintendente Agrario. Durante el saneamiento es responsable de fijar los precios de adjudicación de tierras y certificación de la vocación de uso mayor de la tierra. • La Superintendencia Forestal (SIF), entidad pública autárquica, con jurisdicción nacional, integrada al Sistema de Regulación de Recursos Naturales Renovables (SIRENARE), cuya autoridad máxima es el superintendente forestal. Otorga concesiones forestales y emite autorizaciones para la realización de desmontes. • La Judicatura Agraria, órgano de administración de justicia agraria, tiene jurisdicción y competencia para la resolución de los conflictos emergentes de la posesión, derecho de propiedad y actividad agraria, así como de la actividad forestal y de uso y aprovechamiento de aguas y otros que le señala la ley. b) Organizaciones indígenas y campesinas

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• La Central de Organizaciones de Pueblos Nativos Guarayos – COPNAG-, organización indígena representativa del Pueblo Indígena Gwarayú, conformada por siete centrales indígenas comunales. Esta entidad es una organización regional de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia –CIDOB-. La


COPNAG es la organización indígena titular de la demanda de la TCO Guarayos. • La Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de la nación Guaraya –CSUTC NG-, organización de campesinos de la Provincia Guarayos, afiliada a la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Santa Cruz –FSUTC SC- y a la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia –CSUTCB-. • La Central de Mujeres Campesinas de la Provincia Guarayos, organización de mujeres campesinas de la provincia Guarayos, afiliada a la Federación Departamental de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” de Santa Cruz –FDMC BS SC- y a la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas Originarias Campesinas “Bartolina Sisa” de Bolivia –CNMIOC BS-. • La Federación Especial de Campesinos de Ascención de Guarayos, organización paralela a la CSUTC NG, entre sus afiliados/as están algunos terceros de la TCO Guarayos. Vemos que entre las instituciones citadas no se encuentra la organización de Mujeres Indígenas del Pueblo Gwarayú ya que consideran que la COPNAG es la máxima representación del Pueblo, que aglutina tanto a hombres como a mujeres. Además que la CMIG no cuenta con la Personería Jurídica necesaria para figurar en los papeles tramitación del derecho propietario. Por otro lado, la estrategia utilizada por la COPNAG sólo permitió la participación de dirigentes de la organización matriz y no así de los dirigentes de las organizaciones de base, ni, mucho menos, de las bases; quienes asumieron cumplir con el rol, casi exclusivo, de seguimiento y control al proceso. Por lo que, fueron el Presidente y el Secretario

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de Tierra y Territorio de la COPNAG, además del Asesor Jurídico de la Organización, quienes terminaron firmando, únicamente, las fichas catastrales, fichas de la FGES y actas de conformidad de linderos que, en muchos casos, se lo hacía en las oficinas y no así después de una inspección del terreno. c) Empresarios forestales y agropecuarios • La Cámara Forestal de Bolivia (CFB), organización empresarial que aglutina a concesionarios forestales del país. Tiene se sede principal en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Varios de sus afiliados tienen concesiones forestales dentro de la demanda de la TCO Guarayos. • La Federación de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ), organización sectorial que aglutina a los productores ganaderos del departamento de Santa Cruz, afiliada a la Cámara Agropecuaria del Oriente y a la Confederación de Agrupecuarios de Bolivia (CONFEAGRO). En Ascención de Guarayos tiene una asociación de ganaderos. • La Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (ANAPO), organización sectorial que aglutina a los productores de oleaginosas de Bolivia, está afiliada a la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y a la confederación de Agropecuarios de Bolivia (CONFEAGRO). Varios de sus afiliados son productores soyeros en la Provincia Guarayos. (Extractado del libro: Saneamiento de la tierra en seis regiones de Bolivia. Guzmán, et al, 2007: 139) 5.3 Acceso, manejo y control de la tierra territorio: División sexual del trabajo (roles)

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La definición de roles nos muestra que el espacio de mayor acción


de las mujeres es, precisamente, el espacio doméstico, mientras que los hombres son los que se dedican más a actividades fuera de lo doméstico. “Lo primero que hago al levantarme es asearme, y hacer desayuno para mis hijos y mi marido, después lavo la ropa, busco leña, pelo arroz en el tacú, hago chicha” (Marysabel Yamba) “Ella como mujer quiere trabajar y no puede buscar otro trabajo…” (Martha Urandura) “Ser mujer es ser madre de la casa, en la casa nomás. Tenemos derechos para trabajar como en el Plan de Manejo, tenemos derechos en la casa también, tenemos que hacer respetar. No porque somos mujeres, los hombres nos van rechazar, tenemos derechos para todo” (Raquel Cuti) “Se levanta, lava su cara, hace desayuno para sus hijos y su marido para que vaya a trabajar; después busca su ropa sucia para ir a lavar. En la tarde lo mismo, se vuelve a cocinar para el almuerzo, y la cena, después hay que acomodar a los hijos para dormir” (Inés Abaeti) “Las mujeres en las mañanitas nos levantamos, según nuestra costumbre a hacer fuego para preparar el desayuno para nuestros hijos, asear la casa y si hay ropa sucia también tenemos que ir al río a lavar y volver otra vez a hacer el almuerzo, y hacer otras cositas como lavar el servicio, y según nuestra costumbre, tenemos que ir a buscar leña, ir al chaco a traer nuestros productos para la casa, la mujer hace eso…” (Raquel Cuti) “…las mujeres a veces queremos ir a la reunión, y el hombre dice que no, no vaya…” (Raquel Cuti)

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“…tienen que atender a los hijos, para que vayan a la escuela. También van al chaco a traer sus productos que tengan en el chaco…” (Ovidio Yubanore) Aunque las mujeres también se dedican a actividades del chaco, éstas están determinadas por la fuerza física, es decir, que no pueden realizar trabajos donde se requiera mucha fuerza, esas actividades son exclusivas de los hombres. “Las mujeres en el chaco podemos carpir, rozar, sembrar verduras” (Raquel Cuti) “Las mujeres no deben tumbar palos grandes” (Marysabel Yamba). “…como mujer no puedo ir al chaco a tumbar árbol con hacha porque es un trabajo muy pesado… no es que está prohibido, lo que pasa es que nosotras las mujeres no tenemos fuerza para tumbar con hacha…” (Marta Urandura) La actividad de la caza, principal fuente de carne de monte, se considera una actividad exclusiva del hombre, esto por razones de temor por parte del hombre, no a que se les quite el privilegio de mantener a la familia, sino, más que todo a que la mujer pueda contar con armas para defenderse. “Las mujeres podemos entrar el monte, pescar, pero no podemos cazar porque no sabemos usar armas porque los maridos no quieren enseñarnos a usar las armas…” (Marysabel Yamba)

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“…las mujeres al monte, a recoger animalitos, eso no, sólo el hombre. Pero al monte con el Plan de Manejo, ahí sí, la mujer puede entrar…porque la mujer no sabe de la escopeta,


el armamento. El marido no quiere enseñarle porque dice que cuando se enoja la mujer, lo primero que hace es agarrar la escopeta y darle al marido…” (Raquel Cuti) “… no puedo entrar a cazar animal al monte, porque no puede disparar escopeta, pero sí puedo pescar, pescados pequeños… la mujer a veces cuando se enoja, grave, ya nomás agarra el arma y le apunta a su marido, por eso no quiere su marido que agarre…” (Marta Urandura) “…no, eso sí no, porque la mujer no es para el monte, porque para entrar a cazar al monte es otro porque las mujeres solamente trabajan en casa, pero otras cosas, como andar tan lejos eso es sólo para el hombre” (Reyes Macue) 6. Formas de tenencia y acceso a la tierra territorio El título de derecho propietario del Territorio Indígena Gwarayú, como en toda TCO, es colectivo, y la forma de distribución interna se la realiza de acuerdo a usos y costumbres de cada pueblo. La Central de Organizaciones de Pueblos Nativos Guarayos -COPNAGtiene un reglamento interno que rige a todas las comunidades del territorio, en dicho Reglamento se señalan ciertos pasos a seguir para la dotación de tierras al interior de las comunidades: “Las tierras deben ser distribuidas sólo entre los comunarios de origen. Los responsables de la dotación de tierra son los dirigentes de las Centrales de Indígenas de cada comunidad. La decisión sobre la dotación de tierras a las familias se hace en

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asamblea con la participación de todos los comunarios.” (Reyes Macue) Estas reglas se han planteado con la finalidad de proteger al territorio, ya que varias de las mujeres Guarayas de diferentes comunidades, en algún momento de sus vidas, han salido de la comunidad y se han casado con hombres de otras culturas, principalmente de otro departamento y, al volver, han solicitado las tierras que les corresponde. Las autoridades locales les han dotado de tierras a nombre de ellas, no así de los maridos por no ser originarios de la comunidad, ni siquiera ser guarayos. Las mujeres que tienen marido, adultas con familia, acceden a tierras destinadas a chaco a través de sus maridos, es decir que se entrega tierra a la familia, pero en las actas figura sólo el nombre del marido. “…la central es la que reparte la tierra… sobre la repartición de la parcela lo decide la comunidad entera, pero es el de la Central el que designa… ” (Marta Urandura) “…cuando tenemos problemas de tierras, hombres y mujeres tomamos las decisiones, juntos decidimos cómo vamos a solucionar el problema… el dirigente de la Central es el que da tierras a las familias de la comunidad…” (Raquel Cuti) 6.1 Mujer tierra y territorio

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El acceso de la mujer a los recursos tierra territorio está sujeto a los “usos y costumbres” de cada pueblo, para eso tenemos que entender lo que describíamos en el acápite anterior -los espacios de acción de las mujeres guarayas son, precisamente, los espacios privados o domésticos-. La mujer tiene limitado su accionar y su


decisión a los aspectos familiares, principalmente de los hijos. “Si bien se reconoce la importancia y validez de las normas en vigencia, todavía encontramos madres solteras o viudas a quienes se les quiere sacar de sus tierras porque supuestamente no las trabajan, o se les niega en los hechos participar en las decisiones que hacen al control del territorio y la administración de los recursos naturales. Ambas situaciones recurriendo, equivocadamente, a los usos y costumbres; con una comprensión distorsionada de lo que ello significa” (INRA, 2006: 8) En las comunidades guarayas, si bien las mujeres gozan de una alta valoración por parte de los hombres, siguen estando en segundo lugar, no acceden a los beneficios como tener parcela propia, sino a través del marido. “La mujer no tiene parcela propia, sólo con el marido, y está a nombre del marido en las actas de la Central… es el responsable de Tierra y Territorio el que se encarga de otorgar tierras a las familias, junto con la Central… las mujeres solteras no tienen parcela, dependen de su padre…” (Reyes Macue) En caso de mujeres solas, principalmente viudas, ellas recurren a estrategias culturalmente aceptadas como la minga, para poder producir sus parcelas, ya que si no lo hacen, estas tierras son revertidas a la comunidad. “…las mujeres también puede tener su propia parcela, principalmente cuando es sola o viuda, con los trabajo del chaco hace minga que consiste en hacer chicha e invita a personas a trabajar a su parcela y ella invita la chicha y la comida que ella prepara…” (Reyes Macue)

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“… las mujeres solas pueden tener parcela… cuando tiene hijos grandes, ellos le ayudan… y si no tiene hijos grandes, busca pa` su ayudante…” (Raquel Cuti) Aunque hay algunas experiencias de mujeres que enviudaron jóvenes, teniendo hijos pequeños, las autoridades de la Central les han revertido la tierra, por no tener un hombre que haga el trabajo pesado. “La mujer hace trabajo de carpir, ayudar a su marido… puede salir sola a carpir pero llevando a sus hijos para su compañía… los trabajos pesados lo hacen los hombres nomás… cuando está sola hay que pagar a un ayudante para los trabajo pesados… la mujer necesita de parcela si es sola, porque de ahí saca para sus hijos… mi cuñada que es viuda, primero sufría mucho, andaba de chaco en chaco a trabajar para sus hijos, ahora que sus hijos son jóvenes ya tiene su chaco para ella y para sus hijos” (Marta Urandura) “…las mujeres solteras no acceden a las parcelas… ellas dependen de sus padres…” (Raquel Cuti) 6.2 Decisión sobre recursos comunales y familiares Los Planes de Manejos Forestales en las comunidades han significado fuentes de ingresos importantes, al menos en años anteriores, lo que ha significado la generación de procesos de planificación de inversión en las comunidades, así como también la generación de ingresos a las familias que son socias de dichos planes.

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La decisión sobre cómo y en qué invertir los ingresos considerados de la comunidad se la toma en asamblea de socios del PdeM. Los beneficios son directos a las familias socias, aunque también, de


acuerdo al Plan, existen beneficios para la comunidad, principalmente en lo que se refiere a salud y educación. “Los comunarios deciden sobre los ingresos del PdeM, en asamblea…” (Reyes Macue) Uno de los beneficios del PdeM es el aporte, en dinero, a quienes se encargan de realizar los trabajos comunales. “…el plan de manejo le paga a ella por hacer la limpieza, arreglar el caminito de la escuela y otras cositas necesarias en la comunidad… antes no era así, todingos salían a trabajar, a limpiar su pueblo y ahora ya no, ya está el Plan de Manejo y esperan que les paguen…” (Marta Urandura) “… las ganancias que nos llegan del PM yo me las guardo para cuando se necesite… aquí a veces necesitamos jabón, aceite, sal, eso necesitamos, entonces yo guardo para eso y para cualquier emergencia… yo cubro las necesidades de la casa, principalmente de la cocina…” (Raquel Cuti) Las decisiones sobre la comercialización de los productos obtenidos del trabajo agrícola familiar, las realizan, de manera conjunta, el marido y la mujer. Sólo cuando se trata de salir a vender fuera de la comunidad es que el hombre realiza esta tarea. “…algunos sacan en su bici o en su moto a vender… como le dije a veces falta jabón o aceite… el hombre se encarga de vender las cosas…” (Raquel Cuti) “Cuando mi marido termina de basurear (limpiar) el chaco, charla conmigo para decidir juntos lo que se va a sembrar… para

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la venta lo hacemos juntos, pero a veces su marido saca en bici a vender sus productos a Urubichá” (Marta Urandura) “…los dos lo decidimos lo que se va a plantar en el chaco… aquí casi nadie vende su producto, lo único que nosotros vendemos es yuca y mi marido se encarga de vender en Urubichá…” (Marysabel Yamba) Lo que nos confirma que las mujeres tienen definido como espacio de acción solamente lo privado o doméstico, que, algunas veces, se extiende hacia la comunidad. Pero cuando se trata de salir de la comunidad, es el hombre que se encarga de hacerlo. 6.3 Normativa desde el Estado A nivel del Estado nacional existe un glosario de leyes y decretos que garantizan el acceso de los Pueblos Indígenas a la propiedad de sus territorios. Empezando por la Constitución Política del Estado que en su elaboración contó con un protagonismo importante de las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos. 6.3.1 Constitución Política del Estado Desde el artículo 1, este documento reconoce los derechos de los pueblos indígena originario campesinos, poniendo énfasis en el modelo de Estado como Plurinacional Comunitario, reconociendo que el Estado boliviano está formado por más de una nación y tomando como base de la organización social a la comunidad -modelo tradicional de asentamiento y convivencia-.

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Artículo 1 “Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país.” Artículo 2 “Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución a la ley” (CPE, Primera Parte, Título I) En la parte de derechos se reconocen, en un Capítulo entero, los Derechos de las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos, entre todos los derechos enumerados, resalta: Artículo 30 II.6. “A la titulación colectiva de tierras y territorios· (CPE, Primera Parte, Título II) En la parte económica, de la Carta Magna del Estado Plurinacional, se reconoce el modelo de comunidad para la organización económica del Estado. Esto quiere decir, que reivindica los valores de solidaridad, complementariedad, reciprocidad, y otros valores

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característicos del modelo comunitario (CPE, CUARTA PARTE, TITULO I, Art. 306, parág. III) En el caso de la propiedad de la tierra, sea ésta colectiva o individual, el Estado está obligado a protegerla, con el único requisito de que la tierra cumpla una función social o función económico social, según corresponda (CPE, CUARTA PARTE, TITULO II, Art. 393), aspecto que es recogido siguiendo los criterios establecidos en las Leyes 1715 del Instituto Nacional de Reforma Agraria y 3545 de Reconducción Comunitaria. 6.3.2 Ley 1715 del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) Esta Ley tiene por objeto garantizar el derecho propietario sobre la tierra, además crea las instituciones encargadas para el proceso de legalización de tierras. Sin embargo, garantiza de manera específica los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y originarias sobre sus tierras comunitarias de origen. Artículo 3º (Garantías Constitucionales) III. Se garantizan los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y originarias sobre sus tierras comunitarias de origen, tomando en cuenta sus implicaciones económicas, sociales y culturales y el uso y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales renovables,… La denominación de tierras comunitarias de origen comprende el concepto de territorio indígena, de conformidad a la definición establecida e la parte II del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado mediante Ley 1257 de 11 de julio de 1991 (Ley INRA, pág. 10)

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A partir de la Marcha Indígena por el Territorio y la Dignidad, es que el término de territorio significó una demanda, principalmente de los pueblos indígenas de tierras bajas. El convenio 169 de la OIT, ratifica este derecho, lo que llevó a un reconocimiento, por parte del Estado boliviano, ´para que los pueblos indígenas no sólo deberían gozar de derechos sobre las tierras necesarias para su subsistencia, sino además, del territorio que garantice su reproducción de manera integral.

Tierras Artículo 13 6.4 La utilización del término tierras en los artículos 15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera. (Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes) La Ley INRA, además de garantizar la tenencia de territorio a los Pueblos Indígenas, propone que la distribución interna del mismo se hará de acuerdo a los usos y costumbres ARTICULO 3º (Garantías Constitucionales) … La distribución y redistribución para el uso y aprovechamiento individual y familiar al interior de las tierras comunitarias de origen y comunales tituladas colectivamente se regirá por las reglas de la comunidad, de acuerdo a sus normas y costumbres. (Ley INRA, pág. 10) Esto ha llevado a que el acceso de las mujeres guarayas a la tierra

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territorio quede normado de acuerdo a los usos y costumbres de su pueblo. Esto ocasiona una discriminación contra las mujeres que no tienen marido, ya que a través de ellos, y la conformación de una familia, las mujeres acceden a la tierra, pero no lo hacen a nombre de ellas, sino a nombre de los maridos. Debido a una masiva movilización de los Pueblos Indígena Originario Campesinos, que planteaba como demanda la modificación de la Ley INRA, por considerar que defiende más lo derechos de los propietarios privados empresariales, es que, en el gobierno de Evo Morales, se aprueba le Ley 3545 de Reconducción Comunitaria. 6.3.3 Ley 3545 de Reconducción Comunitaria Esta Ley, aporta al proceso de saneamiento dos aspectos fundamentales: Registra avances sustanciales respecto a nuevas y rápidas formas de saneamiento y titulación de pequeñas propiedades, solar campesino y comunidades campesinas e indígenas; establece además un procedimiento especial de saneamiento sin más trámite para las propiedades tituladas, en trámite y posesiones legales, cuya superficie sea igual o menor a la pequeña propiedad agrícola, así como para comunidades indígenas o campesinas -siempre que no vulneren derechos legítimos de terceros ni exista conflicto-. (Guzmán, 2007: 295) Por otro lado, aporta el componente de equidad de género en la distribución de tierras. La Ley INRA fue considerada como 3 En la comunidad de Urubichá, hemos podido constatar la adquisición, por parte de terceros llamados “paisanos” (oriundos del occidente del país) de tierras, en calidad de compra-venta dentro de la tierra consolidada como TCO.

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insuficiente, por lo que la Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa logró hacer incidencia para que se profundizara en este tema, ya que la Ley 1715 -consolidación de la propiedad agraria a favor de las mujeres- no había llegado ni al 3% (Guzmán , 2007: 294) DISPOSICIÓN FINAL OCTAVA.- (EQUIDAD DE GÉNERO). Se garantiza y prioriza la participación de la mujer en los procesos de saneamiento y distribución de tierras. En caso de matrimonios y uniones conyugales libres o de hecho, los títulos ejecutoriales serán emitidos a favor de ambos cónyuges o convivientes que se encuentren trabajando la tierra, consignando el nombre de la mujer en primer lugar. Igual tratamiento se otorgará en los demás casos de copropietarios mujeres y hombres que se encuentren trabajando la tierra, independientemente de su estado civil. Pese a esta nueva norma, la distribución de tierra o el acceso a la misma en los Territorios Indígenas, sigue siendo de acuerdo a los usos y costumbres, los cuales, como vimos, no favorecen al derecho de las mujeres, principalmente de aquellas que no tienen maridos, pero sí hijos. Este hecho radica en que esta disposición sólo se aplicaría a tierras cuya titulación es individual. 7. PARTICIPACION EN LOS ESPACIOS DE DECISION 7.1

Sistema de organización del Pueblo Gwarayú

Después de la Revolución de 1952, liderizada por el MNR, se introdujo a la zona la organización de los sindicatos agrarios. Posteriormente, a comienzos de la década de 1980, específicamente en octubre de 1982 -con el nacimiento de la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), ampliada más tarde al Chaco y la Amazonía-, aparecen

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nuevos interlocutores del pueblo Guarayo. Surgieron algunos problemas entre el Cabildo Indigenal (la organización tradicional de los caciques), los modernos sindicatos agrarios y la más reciente Central de Organizaciones de Pueblos Nativos Guarayos (COPNAG) -organización afiliada al CIDOB-. Finalmente, se llegó a una solución dada en el marco de una interrelación de mutua coordinación entre estas organizaciones. Este hecho muestra una positiva tendencia actual en la organización política de los Guarayos. La COPNAG, desde su fundación y hasta 2006, se había mantenido sin fracturas de tipo orgánico. Sin embargo, hoy todos estos hechos irregulares -relacionados con el proceso de saneamiento, como ser los actos de conciliación, las certificaciones; además de la venta ilegal de tierras , las ocupaciones de hecho, los avasallamientos de terceros, entre otros-, en los cuales estuvieron involucrados algunos dirigentes en complicidad con funcionarios del INRA, otras instituciones públicas y terceros, han ocasionado una profunda crisis al interior de la COPNAG y sus siete centrales comunales, hasta el extremo se sufrir fracturas internas, división orgánica y enfrentamientos violentos entre sectores indígenas y de una parte de ellos con campesinos inmigrantes. La división de la COPNAG se reflejó en la existencia de dos cabezas visibles, una de ellas dirigida por la señora Élida Urapuca, reconocida por la CIDOB y por la mayoría de las centrales comunales, y la otra parte liderizada por Wilfredo Torrico, respaldado, principalmente, por terceros y ex dirigentes guarayos. En la actualidad, esta división ya no existe, se ha consolidado el liderazgo de la señora Élida Urapuca como máxima dirigente de la organización matriz. “Primera vez que una mujer ocupa ese cargo tan importante” (Ana Pibondi)

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La realidad de las mujeres en las comunidades es diferente. No hay mujeres ocupando cargos en las Centrales Indígenas comunales, tampoco en los Cabildos Indigenales, aunque han logrado conformar, en cada comunidad, una directiva de representación exclusiva como Central de Mujeres Indígenas Guarayas. 7.2 Espacios de participación de las mujeres La apertura en la participación de las mujeres, o por lo menos su asistencia a las reuniones y asambleas de las comunidades, es nueva, antes las mujeres sólo podían desenvolverse en el espacio exclusivamente privado. “No sabemos que hacían las mujeres de antes, cuando mi papá me decía que más antes no sabíamos los derechos de las mujeres, los hombres no las dejaban salir de su casa, antes era así, antes no era como ahora que las mujeres ocupan las dirigenciales, antes nada, más bien los hombres las pegaban a las mujeres que no atendían bien a sus maridos. Ahora hay mujeres que todavía no saben defenderse, pero las mujeres de la comunidad ya intervenimos” (Raquel Cuti) “Ahora no, pero antes no dejaban que participen, no dejaban que hable, que opinen las mujeres, todos los hombres eran los que decidían. Pero ahora, con lo que han llegado instituciones a capacitar a las mujeres ya hay ese interés de poder dar su criterio, dar su opinión, ya no tener vergüenza en las reuniones, ya se pueden tomar decisiones compartidas con los varones” (Ovidio Yubanore) Si bien la presidenta de la COPNAG, máxima organización del Pueblo, es una mujer, las mujeres en general han buscado sus propias

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formas de organización. Es así que el año 2006 nace la Central de Mujeres Indígenas Guarayas – CMIG, instancia de participación exclusiva de las mujeres y que, incluso, tiene sus representaciones en cada comunidad. Las comunidades tienen su organización central que es la Central de Indígenas de cada comunidad, sin embargo, las mujeres no ocupan cargos dentro de ella. A las mujeres se les deja la CMIG para participar, aunque también, a través de su organización, son parte de la Central. … las mujeres no se sientes capaces de ocupar cargos en la central… las mujeres reclamamos, queremos que entren un hombre y una mujeres, pero las mujeres no quieren asumir porque hay que viajar y dicen que los hombres no las dejan salir de la comunidad…” (Raquel Cuti) “…aquí hay requisitos para que las mujeres sean dirigentes, tienen que estar casadas, tienen que vivir aquí, tiene que tener su casa aquí… dicen que las mujeres solteras es para problemas, va a ir a otros lugares y es para problemas, los hombres dicen eso, pero hay alguna mujeres que también lo dicen…” (Raquel Cuti) Aunque el idioma no es considerado uno de los elementos más fuertes de la identidad originaria, al menos no para todos los entrevistados, es considerado como la forma más cómoda de participación de las mujeres. Por lo que se ha constatado que la mayoría de las mujeres utiliza su propio idioma para participar en las reuniones de la comunidad, al afirmar que el idioma castellano no es de dominio de ellas y no pueden expresar todo lo que quieren decir.

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“Participa, hay mujeres que participan, hay solamente las que asisten, no todas hablan, en Gwarayú sí hablan, principalmente cuando vienen los técnicos de afuera, ellas entienden pero sólo hablan en nuestro idioma… Cuando es reunión de la comunidad, ellas participan y toman decisiones por ejemplo sobre, ellas también quieren trabajo, por decir, crianza de pollos o de puerco o algo de otro tipo de trabajo…” (Reyes Macue) 7.3

Toma de decisiones

Ya dijimos que los espacios de acción de las mujeres guarayas son, precisamente, los espacios privados o domésticos, en los espacios públicos se confunde la asistencia con la participación que, en efecto, no es muy efectiva. La toma de decisiones en el espacio privado, cuando se trata de la comercialización o trueque de algunos productos excedentes de la parcela familiar, se hace de manera conjunta, el marido y la mujer “se ponen de acuerdo” para definir el producto a ser sembrado y vendido. Cuando se trata de las reuniones o asambleas de la comunidad, las mujeres no se atreven a tomas decisiones, muchas de ellas dicen estar limitadas por no saber leer ni escribir, pero además, por no entender los temas que se están tratando. “Las mujeres no tienen idea, no se animan a participar porque no entienden de los temas que se están tratando…” (Reyes Macue) CONCLUSIONES •

Los roles de hombres y mujeres de las comunidades indígenas

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del Pueblo Gwarayú están determinados por un sincretismo cultural ocasionado por los procesos de cristianización protagonizados por las Misiones Franciscanas del siglo XVIII.

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Esta definición de roles, desde el punto de vista cristiano, ha subsumido a las mujeres guarayas al espacio privado o doméstico como espacio exclusivo de acción.

Si bien las mujeres guarayas han empezado a participar en las organizaciones de mujeres comunales, son las principales reproductoras de la cultura patriarcal de las Misiones Franciscanas. Lo que nos lleva a suponer, que las nuevas generaciones de mujeres van a seguir presas de los espacios domésticos como espacios exclusivos de las mujeres.

Pese a ser reproductoras del modelo patriarcal, las mujeres presentan demandas de capacitación sobre derechos y su ejercicio. Sin embargo, se advierte que el entendimiento sobre los derechos de las mujeres está relacionado más con temas de violencia doméstica que el acceso de beneficios de la comunidad como la tierra y otros obtenidos por los Planes de Manejo.

El acceso a la tierra territorio está, pues, determinado por el lugar que ocupa la mujer en la cultura. Ninguna de las parcelas familiares, dotadas de manera interna en las comunidades indígenas guarayas y de acuerdo a sus propios usos y costumbres, está a nombre de las mujeres. Incluso en casos de mujeres viudas mayores, la parcela está a nombre del o los hijos hombres que tenga a su cargo.

El trabajo de producción en los Planes de Manejo, también está determinado por los roles asignados culturalmente, las mujeres


tienen espacios en los mismos, pero de cocineras. Organizadas de manera rigurosa, cumplen turnos de 15 días cada una, en la cocina del campamento donde se ubique la extracción de madera. •

Tanto lo ganado por el trabajo de cocinera, como las ganancias obtenidas del Plan de Manejo, es utilizado por las mujeres como complemento de la economía familiar; la documentación y la educación de sus hijos es el destino más frecuente de estas dos formas de ingresos económicos.

Los hombres de las comunidades guarayas valoran más a las mujeres que no salen de su comunidad, por lo tanto el ejercicio de la dirigencia está reservado a parientes de las autoridades y dirigentes hombres de las mismas comunidades.

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PARTE III

COMUNIDADES CAMPESINAS Y MOVIMIENTO SIN TIERRA EN

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YACUIBA-TARIJA 1. CONTEXTO Yacuíba es una ciudad del sur de Bolivia, en el departamento de Tarija. Es capital de la provincia Gran Chaco y está ubicada a unos 3 kilómetros de la frontera con la Argentina y orillas de la Serranía Del Aguarague. Cuenta con una población de unos 90.000 habitantes, lo que la convierte en la segunda ciudad más importante del departamento, después de la ciudad de Tarija. Se encuentra en la zona geográfica de las Serranías y la Llanura Chaqueña, a una altura entre los 620 y 680 msnm. Es un gran centro de comercio por ser una ciudad fronteriza. Al otro lado de la frontera se encuentra Profesor Salvador Mazza, con la que forma conurbación. El topónimo Yacuiba es de origen guaraní y significa: yacú= “pava”, ibá= “aguada”; es decir, “aguada de las pavas.” Por el tratado Quirno Costa-Vaca Guzmán del 10 de mayo de 1889, puesto en vigencia el 10 de marzo de 1893, Argentina y Bolivia fijaron como línea fronteriza el paralelo 22° S. Pero durante la demarcación de la frontera, se descubrió que el pueblo boliviano de Yacuiba se hallaba al sur del paralelo 22° S y no al norte, como lo situaban los mapas, por lo que se el 28 de enero de 1904 ambos países firmaron un convenio que modificó el trazo de la línea de

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frontera, a fin de que este pueblo y su zona adyacente quedasen dentro de territorio boliviano. Se estableció para ello una suerte de triángulo, o cuña, que se interna un kilómetro al sur del paralelo 22º S, y que en su interior contiene a la localidad. Durante la década de los 1990 creció demográficamente y económicamente debido al comercio existente en la frontera. Hoy es la segunda ciudad más grande del chaco boliviano (después de Camiri), con aproximadamente 35.000 habitantes, es un importante punto fronterizo entre Bolivia y Argentina. Las comunidades campesinas, al menos las intervenidas por la investigación, tienen habitantes considerados migrantes que no están afiliados a la Federación de Colonizadores, sino más bien a la Central de Campesinos de Yacuiba, porque al venir del Chaco Chuquisaqueño no se consideran colonos, sino “migrantes” de un departamento a otro, pero en la misma región chaqueña. En Yacuiba también se encuentran comunidades del Movimiento Sin Tierras, tal es el caso de Los Duraznales, una comunidad intervenida por la investigación y de la cual hemos podido obtener información relevante sobre la situación de acceso a la tierra, no sólo por parte de las mujeres, sino a nivel de las familias. Los habitantes de esta comunidad se encuentran asentados en viviendas de la comunidad el Barrial, alquilando casas para poder vivir, esta situación no les permite tener un pedazo de tierra para hacer una parcela de producción agrícola. Por ahora, principalmente los hombres, viven de otras actividades que no son, precisamente, agrícolas, por ejemplo: albañiles ocasionales, chóferes de taxis o de minibuses, y, en algunos casos, prestan sus servicios a los propietarios privados

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de tierras para poder trabajar como peones. 2. GÉNERO Y ACTUACIÓN DE LA MUJER EN LOS ÁMBITOS PRIVADOS Y PÚBLICOS 2.1 División sexual del trabajo (roles) Las comunidades campesinas, al igual que las comunidades indígenas, son espacios de reproducción cultural, principalmente cuando el origen de las personas que conforman esa comunidad es de una sola cultura. Las comunidades intervenidas por la investigación, a pesar de ser comunidades conformadas por migrantes de otras tierras, tienen un origen cultural similar. Así tenemos, por ejemplo, a las comunidades campesinas de Sotos La Vertiente, Las Abras, así como la comunidad conformada por gente del Movimiento Sin Tierra El Duraznal, que tienen como origen territorial a Chuquisaca. La mayoría de los habitantes de esas comunidades afirman venir de ese departamento, y tienen, también, un origen quechua en común. Por esto es importante definir los roles de cada uno de los géneros, para saber los lugares que cada uno ocupa al momento de desempeñar actividades referidas a la tierra. 2.2 Las mujeres en las comunidades campesinas En las comunidades campesinas, al igual que las comunidades indígenas guarayas analizadas en la Parte I, las mujeres afirman que el espacio principal de su acción es el doméstico.

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“… lo primero que hacemos es barrer, hacer el desayuno… dar de comer a los chanchos…” (Mujeres comunidad Sotos La Vertiente) Sin embargo, también es una actividad de la mujer el ayudar al marido en el trabajo agrícola. “…algunas trabajamos en el potrero (chaco)… en el potrero hacemos el trabajo de sembrar… cosas más livianas que los hombres…” (Mujeres comunidad Sotos La Vertiente) “…yo me levanto generalmente a las cuatro de la mañana para hacer el desayuno y mandar a mis hijos al colegio, después a pastear a mis ovejas, después vuelvo a cocinar el almuerzo, darles de comer a los chanchos, otra vez a cocinar para la cena…los domingos lavo la ropa…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) “…las mujeres nos hacen el desayuno y el almuerzo, porque es lejos y llevamos nuestro almuerzo…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…hay mujeres más voluntarias y guapas, hacen trabajo en el potrero, el hombre hace los pozos y la mujer hace el trabajo de semillar…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…en vacaciones, todos vamos trabajar, hasta los hijos, las mujeres hasta cocinan en el potrero…” (Hombres comunidad Los Duraznales)

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“…todas trabajamos en el potrero con el machete, limpiamos, sembramos, carpimos, cosechamos… en la casa limpiamos la casa, barremos, lavamos… nos levantamos a las 3 ó 4, cocinamos para que se lleve el marido su comida al potrero… las mujeres


trabajamos más, hacemos 4 trabajos, atendemos la casa, atendemos los animales, cocinamos para que se lleve nuestro marido su comida al potrero, atendemos a los hijos cuando van al colegio…trabajamos más que los hombres… algunas tenemos animalitos que cuidar…” (Mujeres comunidad Las Abras) La valoración que los hombres dan al trabajo de las mujeres es diferente, de acuerdo a la comunidad donde se realizó la entrevista. Algunos hombres consideran que las mujeres trabajan más por el hecho de dedicarse, además del trabajo en la parcela, a la actividad doméstica, cuidado de los hijos y de los animales que crían para su subsistencia. Sin embargo, para otros, según las mujeres, el trabajo sólo de la casa no es trabajo. “…nuestra hora es grave, principalmente las mujeres son las que más sufren… se levantan más temprano…” (Hombres comunidad Las Abras) “…las mujeres se dedican a trabajar en la agricultura, principalmente, algunas sólo a las labores de casa… lo que pueden…” (Hombres comunidad Las Abras) “…algunos hombres no se conforman con nuestro trabajo en la casa, quieren que sigamos trabajando más en el potrero, carpimos, arrancamos maní, pero además cuidamos a los animales… para los hombres el trabajo de casa no es trabajo…” (Mujeres comunidad Sotos La Vertiente) “…las mujeres ayudan a los hombres a lo que puedan, carpir, lo que pueda, algunas nomás hacen eso…” (Hombres comunidad Las Abras)

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2.3 Los hombres en las comunidades campesinas Los hombres de comunidades campesinas, afirman dedicarse al agro como principal actividad. Pese a no tener tierras o tenerla de manera insuficiente, las iniciativas para adquirir un pedazo de parcela giran en torno al alquiler de tierras, lo que no garantiza una dedicación exclusiva a la actividad agrícola. “… los hombres hacen el trabajo más pesado… algunas ayudamos también con el trabajo pesado porque si no se pasa la época…” (Mujeres comunidad Sotos La Vertiente) “…nuestro trabajo en el potrero depende de la tierra que nos alquilamos, a veces tenemos que limpiarlo primero, después quemar, después surcar, después sembrar…” (Hombres comunidad Las Abras) Sólo en el caso de las comunidad Los Duraznales, perteneciente al Movimiento Sin Tierra, afirman dedicarse a otro tipo de actividades que les permita llevar el sustento a sus familias, al no contar con su propia tierra; las actividades ocasionales a las que se dedican estos comunarios son: albañiles ocasionales, chóferes de taxis y de minibases, peones jornaleros de propietarios privados de tierras, los que ellos llaman “terceros”. “… mi marido que es chófer, se levanta a las 3 o 4 y se va a Yacuiba a trabajar, vuelve a las 8 ó 9 de la noche… por suerte ahora el auto que maneja ya es propio de nosotros…” (Mujeres comunidad Los Duraznales)

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“…a veces nos levantamos a las 5 ó a las 6 y nos dedicamos al trabajo, ir al potrero, ir a jornalear… en las mañanas nos levantamos y después de desayunar, vamos a jornalear… cuando alquilamos tierra tenemos que caminar, por lo menos


3 horas para llegar a la tierra donde alquilamos…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…mi marido también se levanta a las 4 de la mañana, desayuna y se va al potrero a trabajar, pero ya no puede hacer mucho porque es viejo, vuelve del potrero a las 6 ó 7 de la noche directo a cenar y dormir…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) “Del potrero volvemos junto con el sol, cenamos y nos vamos a dormir…” (Hombres comunidad Los Duraznales) La valoración de las mujeres al trabajo del hombre se da en la medida en que éste se queda a trabajar en el potrero todo el día. Sin embargo, consideran que los maridos no aportan al trabajo de la casa, por lo que afirman trabajar más que los hombres. “Los maridos trabajan todo el día en el potrero, no hacen nada en la casa…” (Mujeres comunidad Las Abras) 3. FORMAS DE ACCESO, TENENCIA Y USO DE LA TIERRA TERRITORIO A partir de la Revolución del 52, con el proceso de Reforma Agraria, se dio un proceso de parcelación de las tierras, con la intención de terminar con el modelo feudal, repartiendo tierras a miembros de comunidades originarias en occidente, mientras que en oriente sucedió lo contrario (García Linera, 2004: 543) En las tierras bajas de Bolivia, entre las que se encuentran el Chaco Tarijeño, se dio una acumulación de tierras en pocas manos, bajo el proyecto de industrialización del agro, dejando fuera a quienes realmente vivían de las tierras.

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En los últimos años, principalmente a partir de la aplicación de la Ley 1715 del Instituto Nacional de Reforma Agraria, los grupos históricamente excluidos del recurso tierra han consolidado su demanda por tierras. En las comunidades entrevistadas, el acceso a la tierra es un problema que vienen arrastrando desde hace mucho tiempo. En las comunidades donde sí tienen tierras, la misma es insuficiente; por ejemplo, la comunidad Sotos La Vertiente está integrada por 30 familias y la tierra comunitaria con la que cuentan es sólo de 104 ha, los que les deja solamente aproximadamente a 3 ha por familia. A esa extensión hay que descontar el asentamiento de viviendas, ya que es una comunidad de asentamiento concentrado; además está la escuela que también ocupa un terreno, aunque no es grande, lo que deja a las familias la posibilidad de terreno rural, para producción agrícola, de un poco más de 2 ha. En todas las otras comunidades intervenidas, la situación es peor. Sólo algunos de los miembros pueden acceder a la tierra, para producción agrícola, a través del alquiler a terceros. En las comunidades de Las Abras y Caiza, cuentan con título comunal pero sólo en los terrenos donde tienen sus viviendas, por lo que, para la producción agrícola, también alquilan a terceros. Caiza tiene una situación particular: hay quienes afirman tener tierras pero con títulos individuales, esto debido a la compra de tierras a otros propietarios individuales. La dramática situación se refleja en que la tierra comunitaria sólo es de 6 ha, siendo una comunidad conformada por más de 300 familias.

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“…y tenemos potrero, pero el título de esa tierra está a nombre de otra persona… no tenemos problemas de sacar nuestros productos, pero queremos que esa tierra sea a nuestro


nombre…” (Hombres comunidad Las Abras) “…yo también vengo de Chuquisaca… no tengo ni un pedazo de tierra…alquilamos tierra 1 ó 2 hectáreas, pagamos con producción, la mitad es para nosotros, la otra mitad es para el dueño de la tierra…” (Hombres comunidad Las Abras) “… nuestro nacimiento es de Chuquisaca, yo vengo desde hacen 10 años, en lo que estoy tranquilo, desgraciadamente tenemos tierras a nombre de otras persona, es de un propietario, mitad es de uno y mitad es de otro…nosotros queremos que salga un título a nombre de la comunidad…nuestra tierra no está como tierra comunitaria, está como individual…” (Hombres comunidad Las Abras) “…Hay un predio que estamos solicitando más de 3 años y el INRA no da solución, el predio se llamaba… ahora se llama lagunillas, queremos que nos den esa tierra-… si bien somos una comunidad de agricultores, no tenemos tierras para sembrar, tenemos que alquilar…” (Hombres comunidad Las Abras) “…en esta comunidad algunos tienen tierras, otros hemos comprado, sólo tenemos los terrenos en la comunidad, ya son terrenos urbanos… para sembrar no tenemos tierras… las personas que tienen tierras son pocos, la mayoría de la gente que vive aquí alquila tierras, por eso no llegan los proyectos agrícolas… hay terreno comunal una 6 ha, pero el INRA lo quiere urbanizar, lo malo de urbanizar es que no se puede ni criar animales… ya no es una comunidad rural, pero tampoco tenemos tierra para sembrar…” (Mujeres comunidad Caiza) El caso más extremo, como se sabe, es el de la comunidad Los

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Duraznales, perteneciente al Movimiento Sin Tierra, cuyos miembros no cuentas ni siquiera con terreno para vivienda. Por lo que, al igual que las comunidades mencionadas, acceden a tierras de uso agrícola a través de alquiler a terceros. “…yo vivo en un lotecito del suegro de mi mamá… yo vivo en un lote de mi abuela… mi casa es propia, pero el lote me ha dado mi papá porque soy la única hija… (Mujeres comunidad Los Duraznales) “…queremos tener tierras, ahora estamos queriendo tener las tierra del predio azul que es una comunidad abandonada… accedemos a la tierra alquilando la tierra de terceros… la modalidad de alquiler es, generalmente, dando la mitad de la producción al dueño de la tierra, en otros casos pagamos 100 $US por hectárea…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) “…ya hacen 20 años que yo vivo aquí y hasta ahora no tengo tierra, alquilo y alquilo cada año…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) 3.1 El alquiler de tierras Como ya mencionamos, la forma más frecuente de acceso a la tierra es a través del alquiler de pequeñas parcelas, que no pasan de 2 has, a propietarios privados individuales o a “terceros”, nombre dado por los campesinos. La modalidad de pago más frecuente es en dinero. También se encuentran casos, donde la modalidad de pago se da a través del traspaso de la mitad de la producción al propietario.

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“…las tierras alquiladas las pagamos con plata, pero


generalmente con trabajo, el dueño de la tierra se lleva la mitad de nuestros productos…” (Mujeres comunidad Las Abras) El negocio del alquiler puede disolverse cuando el propietario así lo desee. Por otro lado, los comunarios afirman haber tenido malas experiencias, ya que por razones de sequía han perdido la cosecha y no han tenido dinero para poder cubrir con el pago del alquiler; también se dan casos a la inversa, cuando hay buen pronóstico de tiempo, los terceros no quieren alquilar sus tierras y, más bien, contratan a peones de comunidades cercanas para producirlas. “…hay veces que los dueños de las tierras, cuando hay buen tiempo para la cosecha ya no quiere alquilarnos…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…alquilamos y sembramos para nosotros, cuando eso se termina, peoneamos para otros, para tener para la olla…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…yo vengo de Potosí, vivíamos de la tierra pero no alcanzaba la tierra de mi padre para que yo trabaje, hacen 3 años que me vine y tampoco tengo tierra… a veces sembramos, pero viene tiempo seco y perdemos lo sembrado y después no tenemos para pagar el alquiler de las tierras...” (Hombres comunidad Los Duraznales) 3.2 Decisión sobre el alquiler de comercialización de los productos

la

tierra

y

la

Como la actividad agrícola es desarrollada, principalmente, por los hombres de las comunidades, se deja a ellos las decisiones en los procesos de negociación. “…es el marido el que hace el trato con el dueño de las tierras…

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algunas mujeres opinamos pero generalmente es el marido…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) Tanto hombres como mujeres afirman que la decisión sobre la venta de los productos corresponde a la pareja. Quienes, al final de cuentas, ponen los precios a los productos son los comerciantes rescatistas o intermediarios, que llegan desde Yacuiba en sus propias movilidades y después se encargan de “acomodar” los productos en el mercado local. “…aquí no comemos el 100% de lo que producimos, sólo producimos maní, maíz y ají, entonces no podemos comer sólo eso, lo que no consumimos lo vendemos a los intermediarios… ese es un negocio de ambos, marido y mujer…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…nosotros vendemos a los rescatistas… somos los hombres que nos encargamos de vender…” (Hombres comunidad Las Abras) “…cuando vienen los intermediarios, los dos nos ponemos de acuerdo para vender… los que ponen el precio son los intermediarios, nosotros somos obreros del campo nomás, estamos a disposición de los intermediarios…” (Hombres comunidad Las Abras)

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“… la decisión sobre el dinero, generalmente es del marido, ellos guardan la plata… lo que ganamos con los productos sólo alcanza para comer… una vez a la semana compramos la carne en Yacuiba… los niños no consumen leche, la mayoría no tenemos animales para sacar leche, cuando están en la escuela, con su desayuno escolar toman leche… los niños generalmente comen mote nomás…” (Mujeres comunidad Las Abras)


3.3 Mujeres solas y el acceso a la tierra El tener o no pareja, en las comunidades campesinas, no es un requisito para acceder a la tierra, como lo fuera en comunidades indígenas. Sin embargo, difícilmente una mujer sola puede ser considerada suficiente para el trabajo agrícola. El término “trabaja como hombre” descalifica a las mujeres a hacer trabajos pesados, exclusivamente reservados para los hombres; los casos en que las mujeres, por estar solas, tienen que hacer el trabajo agrícola completo -sin permitirse, por la falta de recursos, la contratación de ayudantes- causa admiración por parte de otras mujeres y la respectiva comparación con los hombres. “…las mujeres que no tienen marido trabajan como hombre, solitas, hay veces que sus hijos les ayudan… los que tienen plata consiguen su ayudante…” (Mujeres comunidad Las Abras) 3.4 Aspiraciones en torno a la tierra Uno de los derechos que la Constitución Política del Estado declara, para las naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos, es, precisamente el acceso a la tierra. Sin embargo, por ahora, ese derecho depende de los procesos de saneamiento que son largos, burocráticos y conflictivos, tanto para las instituciones encargadas del mismo, como para las personas, individuales y colectivas que pretenden acceder a ella. El acceso a la tierra es, sin embargo, una de las aspiraciones principales entre los hombres y mujeres de las comunidades intervenidas por la investigación.

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“…como mujeres deseamos tener nuestro potrero propio, sería mejor sólo de nosotras, porque no falta que los hombres dejan a sus mujeres y después quedamos en la calle…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) “…lo que deseo es conseguir una tierra para mis hijos, pero que sea propia, sería un sueño tener y que se cumpla…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) “…si habría posibilidades de tener ese terreno, nos vemos trabajando en el futuro… trabajar en lote ajeno, el trabajo no es tan seguro… ya no pagaríamos alquiler y, más bien, invertiríamos ese dinero en cosas más necesarias para nuestros hijos…” (Hombres comunidad Los Duraznales) “…lo que esperamos del futuro es que de aquí a unos 5 ó 10 años yo tenga tierra cultivando con tractor, no como ahora rompiéndome el lomo… hay que traer maquinaria, tecnología… hace calor para el trabajo con azadón, la platita, contadito nos alcanza para mantener a nuestras familias… primer lugar nos falta terreno, obligatoriamente tenemos que alquilar, si hay más terreno cosechamos más, mi visión de futuro es tener mi propio terreno…” (Hombres comunidad Las Abras) “…para el futuro deseamos tener tierras… trabajar… primero necesitamos tierras para sembrar, también queremos que nuestros hijos terminen su educación… si no trabajamos no agarramos nada, nuestros hijos no salen adelante…” (Mujeres comunidad Las Abras)

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4. FORMAS DE DECISIÓN

PARTICIPACIÓN

EN

ESPACIOS

DE

4.1 Organizaciones comunales Al inicio del proceso de asentamientos como comunidades campesinas, la única forma de organización con la que se contaba era, precisamente, la de comunidad. Por lo que se hicieron relevamiento de listas de “beneficiarios” de la comunidad, esto con la idea de que en algún momento accederían a tierras comunitarias. Esta primera forma de organización obedeció a la demanda de tierras, hecho que los obligó a tramitar una personería jurídica, la cual es una primera exigencia del INRA.. “…ahorita no tenemos organización de la comunidad, primero nos hemos organizado en comunidad… tenemos directiva en la comunidad donde no participan las mujeres, recién estamos organizados hace un año, esta directiva la organizamos solamente para obtener tierras… hemos hecho estatutos y reglamentos y en estos documentos sí están las mujeres…en la nómina de beneficiarios de la comunidad están las mujeres formando parte…” (Hombres comunidad Los Duraznales) Como paso siguiente, y considerando que son comunidades relativamente nuevas, procedieron a elegir representantes de las OTBs y su directiva. “…los hombres no están organizados en una propia organización, sólo está la OTB conformada por cinco hombres… las mujeres no podemos estar ahí porque ellos tienen que caminar lejos y las mujeres tenemos que cuidar a nuestros hijos…” (Mujeres comunidad Los Duraznales)

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“…cada año elegimos al representante de la OTB, recién que hemos elegido a nuestro representante para poder hacer los trámites de ese predio que queremos ocupar…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) La Asamblea General de la comunidad, con participación de hombres y mujeres, tiene la tarea de elegir a sus representantes, en este ámbito se debe mencionar que hasta el momento no ha habido una mujer es los puestos de representación de las OTBs de las comunidades. Las mujeres manifiestan dos razones para no asumir la dirigencia: primero, que por ser mujeres sus demandas no son escuchadas por las autoridades; y, segundo, admiten no tener el mismo tiempo que los hombres para dedicarse a la actividad dirigencial. Al igual que en comunidades indígenas Guarayas, argumentan que como dirigentes tienen que viajar mucho fuera de la comunidad, actividad imposible de realizar porque son las que se encargan del cuidado de los hijos e incluso de los animales. “…al dirigente de la OTB se lo eligen en Asamblea General, hombres y mujeres, por voto directo, se pone una terna, lo tres primeros ocupan cargos de acuerdo a los votos que tienen…” (Hombres comunidad Las Abras) “…las mujeres participamos de las reuniones de la comunidad… tomamos decisiones… no participamos de las organizaciones porque cuando vamos las mujeres a pedir algo a las autoridades no nos hacen caso…nos falta capacitación…” (Mujeres comunidad Los Duraznales)

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“…las mujeres queremos ser dirigentes, pero nos da tiempo porque más nos dedicamos al trabajo de la casa…” (Mujeres


comunidad Los Duraznales) Al mismo tiempo, algunas mujeres argumentan que los maridos nos las dejan ocupar cargos de dirigencia, porque no existe quién la pueda reemplazar en el trabajo doméstico. “…las mujeres no aspiramos a ser coordinadoras de la OTB, cuando deseamos los maridos no nos dejan, quién va a atender a las wawas en la casa, el marido no atiende como la mamá… el marido se va a trabajar, quién se va a quedar en la casa…” (Mujeres comunidad Las Abras) “… hay organización ASOPRALA Asociación de Productores de Las Abras, puede ser de ganadito o de producción agrícola… también está la OTB, somos 7 personas en la directiva, también hay Junta Escolar… en ASOPRALA no ponen mujeres porque hay que caminar arto, aunque pueden estar en la directiva pero no las eligen, hay maridos que nos las dejan también…” (Hombres comunidad Las Abras) 4.2 Organizaciones de mujeres en las comunidades Todas las mujeres entrevistadas han mostrado interés por formar parte de la organización de la Central de Mujeres Indígenas Originarias Campesinas de Yacuiba, por lo que, actualmente, se encuentran en etapa de organización. En la comunidad Sotos La Vertiente es la segunda vez que intentan agruparse, debido a que por los problemas identificados anteriormente -cuidado de los hijos y de los animales bajo su cargolas elegidas en la directiva fueron, paulatinamente, abandonando sus cargos, dejando a la presidenta de la Central comunal totalmente sola.

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En otras comunidades existen otro tipo de organizaciones de mujeres, las cuales también pretenden afiliarse a la Central para poder fortalecer su organización, pero, principalmente, para poder acceder a fondos destinados a proyectos productivos por parte del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas Originario Campesinos e Interculturales. Este fondo es de de reciente formación y cuenta con recursos equivalentes al 5% del 32% del IDH recibido por el Estado. “…hay organización de mujeres Central de Mujeres Productoras Bartolina Sisa, no estamos afiliadas todavía pero queremos trabajar con ellas…a la directiva se elige en Reunión por votos, hombres y mujeres… las mujeres participamos también en las reuniones de la comunidad, sólo escuchamos, no hablamos porque no tenemos pensamiento… somos cobardes, tenemos miedo, recién estamos desarrollando aquí, somos de campo… por eso no hablamos en las reuniones… nos falta capacitación para perder el miedo, recién estamos aprendiendo… la mayoría de las mujeres de esta comunidad no sabemos leer ni escribir, aunque sólo el nombre, pero estamos aprendiendo con el Programa de Alfabetización…” (Mujeres comunidad Las Abras) IDH recibido por el Estado.

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“…hay organización de mujeres Central de Mujeres Productoras Bartolina Sisa, no estamos afiliadas todavía pero queremos trabajar con ellas…a la directiva se elige en Reunión por votos, hombres y mujeres… las mujeres participamos también en las reuniones de la comunidad, sólo escuchamos, no hablamos porque no tenemos pensamiento… somos cobardes, tenemos miedo, recién estamos desarrollando aquí, somos de campo… por eso no hablamos en las reuniones… nos falta capacitación para perder el miedo, recién estamos aprendiendo… la mayoría


de las mujeres de esta comunidad no sabemos leer ni escribir, aunque sólo el nombre, pero estamos aprendiendo con el Programa de Alfabetización…” (Mujeres comunidad Las Abras) Al mismo tiempo, existen organizaciones que se han formado para poder acceder a beneficios otorgados por las autoridades municipales, mediante proyectos productivos “…en esta comunidad hay la asociación de mujeres productoras agropecuarias, es de las mujeres de esta comunidad, pero nosotros también, algunas, formamos parte… la producción es para el consumo nomás, como no tenemos tierra lo hacemos en nuestros patios, la Alcaldía nos da la semilla… la Alcaldía también nos ha dado animales como ovejas de pelo, teníamos un proyecto avícola pero como no teníamos tierra, no pudimos plantar maíz para alimentar a los pollos…” (Mujeres comunidad Los Duraznales) Finalmente, existen organizaciones de mujeres que acceden a tierras, a través de alquiler, para poder trabajar de manera colectiva, este tipo de producción es destinada al autoconsumo.

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Mujer Indigena de TCO-Guarayos

TCO-Guarayos

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CONCLUSIONES •

Los roles de hombres y mujeres están determinados socialmente. Así, el trabajo en el potrero (parcela) lo realiza el hombre, mientras que las mujeres son las responsables del trabajo doméstico.

Se valora bastante a las mujeres que además del trabajo doméstico, realizan trabajos, aunque livianos, en el potrero, recibiendo los calificativos de “voluntarias” y “guapas”.

Los hombres de las comunidades admiten que las mujeres trabajan más que ellos.

El trabajo agrícola no está determinado por la tenencia o no de tierra, los comunarios recurren a estrategias como el alquiler de parcelas de 1 ó 2 has de algunos terceros que colindan con los lugares de asentamientos comunales.

En todas las comunidades intervenidas por la investigación, los comunarios no tienen tierras o las tienen de manera insuficiente, lo que dificulta aún más el acceso de las mujeres a ese recurso.

Las demandas principales, tanto de hombres como de mujeres de las comunidades campesinas, giran en torno al acceso a la tierra en calidad de propiedad colectiva.

El acceso a beneficios, ya sea de parte de la Alcaldía como del Fondo Indígena, es el aliciente suficiente para el surgimiento de organizaciones de mujeres productoras; pero, en la medida en que el apoyo no llega, las organizaciones pierden funcionalidad.

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Recomendaciones:

Después de analizar los hallazgos y haber arribado a una serie de conclusiones presentamos a continuación una suerte de recomendaciones para acciones que debiera asumir el Viceministerio:

Aspectos a tomar en cuenta en las próximas intervenciones de la institucionalidad Estatal:

El Pueblo Gwarayú, por ser éste tempranamente misionado, ha asignado roles a hombres y mujeres, que se diferencian claramente entre lo público y lo privado respectivamente. Por lo tanto, es importante que al momento de diseñar políticas de intervención, se analice la participación de ambos géneros considerando estas características culturales.

En las comunidades campesinas, la situación no es diferente. Aunque en estos casos los roles son asignados socialmente, por lo que más que prácticas culturales, funcionan como un orden normativo, controlado por la propia comunidad, hombres y mujeres. Este hecho hace necesario que al trabajar con estas comunidades se consideren los espacios de acción de cada uno de los géneros.

La demanda de capacitación, que está reflejada en los diferentes testimonios presentados en este documento, nos plantea la necesidad de llevar adelante un Plan de Información y Capacitación. Éste deberá promover la Movilización Social dirigida al ejercicio de derechos, pero también a la ejecución de las garantías (productivas, sociales y culturales) que la institucionalidad estatal ofrece a estas poblaciones.

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Planes de información

Los planes de información deberán estar diseñados de tal manera que la población indígena, principalmente las mujeres, esté informada sobre las políticas estatales que pudieran beneficiarles. Sin embargo, como decíamos en nuestro primer punto, es necesario llegar a ellas y no esperar que asistan a eventos fuera de sus comunidades.

Los principales temas demandados son: Equidad de Género, Derechos de las Mujeres y Alternativas Productivas para las mujeres.

Planes de Capacitación

Los planes de capacitación deberían estar acompañados por Planes de Abogacía y Empoderamiento, de manera tal que, más allá de la información recibida, los y las comunarias, indígenas y campesinas, puedan gestionar alternativas de desarrollo local-comunal. Aquello les permitan garantizar la seguridad alimentaria para las familias.

Actividades generadoras de Movilización Social

La creación del Fondo Indígena con regalías del IDH, fue una buena política del Estado; sin embargo, no se ha logrado, aún, llegar a las comunidades rurales, pese a que la iniciativa se convierte en una oportunidad de organización de las mujeres, principalmente campesinas. Sugerimos que se planteen políticas de alcance local-comunal, de manera que permitan la sostenibilidad de estas organizaciones y así generar movilización social, productiva y constructiva. Dichas políticas también deben perseguir y garantizar la participación equitativa en el desarrollo, lo que propiciaría el camino a la Seguridad Alimentaria.

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CONCLUSIONES DE VALIDACION TIERRAS BAJAS

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Los resultados del taller de validación, y acuerdo a los hallazgos encontrados en la investigación, las y los participantes plantearon, según sus vivencias las debilidades en la tenencia y acceso de la tierra, que se presentan tanto en las comunidades, ayllus, tentas, los cuales no son contemplados en las leyes nacionales, en forma integral, desde la vivencia y el sentir de las mujeres.

La Subordinación y exclusión son prácticas socioculturales que vinieron con la colonia, las mujeres indígenas, actualmente sufren esta discriminación por parte de los hombres porque practican el machismo y el patriarcado. En los Pueblos indígenas son los hombres gozan de derechos sobre la posesión de la tierra y de otros privilegios.

Por ello en términos de toma de conciencia así como dentro el concepto de cumbay cuña (hombre-mujer en termino Guarayos), y la “equidad de género”, no son las mujeres las que deben capacitarse sobre sus derechos sino se hace necesario la sensibilización y información a los hombres.

Creemos, que es necesario re-direccionar nuestros talleres de capacitación hacia los objetivos de la Confederación Indígena de Bolivia (CIDOB), de las comunidades, indígenas, puesto que son la mayoría de los hombres los que dirigen estas organizaciones. Descolonizar los pensamientos de hermanos dirigentes señalando, que no son los únicos poseedores de la tierra, sino también las mujeres.

Encaminar la tenencia y acceso a la tierra, bajo los principios de reciprocidad y complementariedad, esto con objeto de consolidar sus tierras y territorios.


Al interior de las comunidades, se identifican casos de violación de los derechos de las mujeres a la tierra, sea por sexo, estado civil, conflictos familiares, o por la falta de instrucción escolarizada, que perjudica el rol efectivo de las mujeres.

La tierra nos permite vivir en la naturaleza, la danza es como un agradecimiento a la naturaleza. En la danza se emiten sonidos de la naturaleza y de los animales. “Antes se bailaba desnudo, ahora hacemos la danza con trajes, plumas y flechas. Tenemos una importante comunicación con la naturaleza, es para alegrar a la madre tierra, que es una forma de entrar en relación estrecha con la Naturaleza”.

Ceferina Rina Zeballos Nina RESPONSABLE DE GENERO VICEMINISTERIO DE TIERRAS

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