Acceso de las mujeres a la Tenencia, Uso y Aprovechamiento de la Tierra y Territorio

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Sra. Ministra Nemecia Achacollo Tola Ministra de Desarrollo Rural y Tierras

Dr. JosĂŠ Manuel Pinto Claure Vice ministro de Tierras


Autoría MINISTERIO DE DESARROLLO RURAL Y TIERRAS VICEMINISTERIO DE TIERRAS Jefatura de Saneamiento de Tierras Altas BOLIVIA – 2010 Primera Edición junio de 2010 Versión Nº 1 Investigación: Ana Sánchez Quisbert - Consultora Coordinadora de la investigación Acceso de las mujeres a la Tenencia, Uso y Aprovechamiento de la Tierra y Territorio: Ceferina Rina Zeballos Nina - Responsable de Género – Viceministerio de Tierras, VT Coordinación: Moisés Torres - Jefe de Unidad de Saneamiento de TCO en Tierras Altas - VT Mariano Flores Choque - Coordinador Componente TCO - VT Pascual Vargas, Severo Rosales Autoridades Originarias Canton Calchani Municipo de Independencia Antonio Santos Autoridad Sullcuta Colchani Sr. Ramiro Choque Ticona - Jefe de Jefatura de Saneamiento de Tierras Altas Revisión: Mónica Mendizábal María Eugenia Choque Rosario Aquim Chávez

UNIFEM UNIFEM ENLACE

Revisión Externa Alejandro Carvajal Guzmán Ceferina Rina Zeballos Nina Diseño y diagramación: Israel Orozco Castro Impresión: Tower Editorial & Artes Gráficas 2488329-79115929 Agradecimientos: A las autoridades y las y los participantes en los grupos focales, entrevistas en profundidad y reuniones por permitirnos acceder a sus comunidades en Sullcuta Colchani (Patacamaya-La Paz) y Calchani (Independencia-Cochabamba) y ayudarnos a conocer lo que hacen, piensan y sienten con relación al acceso de la mujer a la tenencia y uso de la tierra.

Esta investigación se realizó gracias al apoyo técnico y financiero de UNIFEM – Bolivia

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INDICE Pág. Resumen Ejecutivo . .................................................................................. 9 Capítulo I. Introducción .......................................................................... 15 1.1 Importancia del estudio . .............................................................. 17 1.2 Preguntas orientadoras ................................................................ 17 1.3 Marco teórico conceptual ............................................................. 18

Capítulo II. Diseño Metodológico de la Investigación ........................... 33 2.1 Objetivos .................................................................................... 33 2.1.1 Objetivo General ........................................................... 33 2.1.2 Objetivos Específicos ..................................................... 33 2.2 2.3 2.4 2.5

Enfoque de la investigación .......................................................... Delimitación de la población ......................................................... Técnicas e instrumentos empleados ............................................. Recolección de la información .......................................................

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Capítulo III. Resultados de la investigación . ......................................... 49 3.1 Municipio de Patacamaya, comunidades originarias del cantón Sullcuta Colchani ......................................... 49 3.1.1 Contexto de la Investigación . ............................................. 49 3.1.2 Hallazgos y resultados . ...................................................... 51 3.1.2.1 3.1.2.2. 3.1.2.3

Género y actuación de la mujer en los ámbitos privado y público ............................... 51 Haceres, pensares y sentires sobre las formas de acceso, tenencia y uso de la tierra para la mujer, establecidas en la comunidad (lógica comunal) ................................................. 59 Ejercicio de derechos de la mujer originaria en las formas de acceso, uso y tenencia de la tierra .......................................................... 67

3.1.3 Conclusiones Municipio Patacamaya .................................... 69

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3.2 Municipio de Independencia, comunidades originarias del cantón Calchani ..................................................... 70 3.2.1 Contexto de la Investigación . ............................................. 70 3.2.2 Hallazgos y resultados . ...................................................... 73 3.2.2.1 Género y actuación de la mujer en los ámbitos privado y público ............................... 73 3.2.2.2 Haceres, pensares y sentires sobre las formas de acceso, tenencia y uso de la tierra para la mujer, establecidas en la comunidad (lógica comunal) . .......................................................... 78 3.2.2.3 Ejercicio de derechos de la mujer originaria en las formas de acceso, uso y tenencia de la tierra ......................................................... 79 3.2.3 Conclusiones Municipio Independencia . .............................. 81 3.3 Conclusiones y recomendaciones .................................................. 82

Bibliografía . ............................................................................................ 100

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Presentación El Plan Nacional de Desarrollo, en su diagnóstico, constata que la estructura socioeconómica y sociocultural imperante en Bolivia es inequitativa y excluyente generando alta desigualdad en la distribución de los ingresos y en la calidad de vida. Los más afectados de estas asimetrías estructurales son los pueblos indígenas originarios campesinos y dentro de éstos las mujeres. La Reforma Agraria de 1953, si bien acaba con el sistema de la hacienda y la servidumbre en la región andina, generó un proceso de minifundización y por otra parte favoreció la entrega de las tierras a la empresa agropecuaria y forestal en el oriente, dando pie a una nueva forma de latifundio donde un reducido número de familias posee grandes extensiones de tierras sin trabajarlas. Después de más de 50 años de Reforma Agraria, las desigualdades y asimetrías en la distribución de la propiedad agraria y el acceso a los recursos naturales persiste y en muchos casos se han acentuado, por lo que uno de los retos fundamentales del gobierno boliviano es modificar la estructura de tenencia de tierra para hacerla más equitativa y accesible, en particular respecto al derecho de las mujeres. En esta línea, es prioridad del Gobierno Nacional garantizar el derecho de acceso a la tierra, de mujeres y hombres que efectivamente la trabajan, haciendo hincapié en el principio de establecer el equilibrio en el acceso y tenencia de la tierra y al derecho que tienen mujeres y hombres cuya vida y bienestar dependen de la agricultura, la pesca, la ganadería y de los bosques. La distribución equitativa de la tierra es fundamental para lograr el cambio de las estructuras políticas sociales y económicas en el Estado. En este sentido, el gobierno boliviano ha promovido la modificación de la normativa agraria con la promulgación de la Ley Nº 3545 de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria y su reglamento, D.S. Nº 29215, donde se reconoce y garantiza el derecho de la mujer a la propiedad agraria y en propiedades colectivas de conformidad a los usos y costumbres de cada pueblo indígena originario campesino. Estos aspectos también se han incorporado en el texto constitucional. En este contexto, el Viceministerio de Tierras en coordinación con el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer y organizaciones de pueblos indígenas originarios y campesinas, platearon la necesidad de ampliar y profundizar el conocimiento sobre la cuestión de género y acceso a la tierra. Como una primera instancia, se acordó iniciar con estudios exploratorios sobre la temática, desde una mirada descriptiva que permita conocer las formas de uso, aprovechamiento y tenencia de la tierra por parte de las mujeres en Tierras Comunitarias de Origen y Comunidades Campesinas, con el objetivo de que la misma contribuya a lograr mayor equidad en la participación de mujeres y hombres en la gestión territorial

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de propiedades colectivas, de conformidad a sus usos, costumbres y su propio contexto sociocultural. En el abordaje de la temática de género y tierra, se han establecido cifras sobre el acceso de la mujer a la tierra si bien como un avance significativo en el proceso de saneamiento de tierras a nivel individual y familiar, resulta limitado para establecer generalizaciones, particularmente cuando se trata de propiedades colectivas. Para este último caso, se ha realizado la investigación con el aporte del método descriptivo que ha permitido recopilar información de primera fuente a partir de la aplicación de diversas técnicas, recuperando testimonio de las y los actores sociales, sus vivencias, criterios, y percepciones sobre equidad, género y como se interrelacionan estas variables con la temática de tierra y territorio, fomentando la participación, el involucramiento y compromiso de las organizaciones sociales hacia la construcción de la equidad entre hombre y mujer. Los resultados del trabajo desarrollado en Tierras Altas nos muestra el entramado cultural que se establece alrededor de las relaciones sociales que rigen la vida de hombres y mujeres, permitiendo visualizar cómo ambos géneros se organizan y participan de manera diferenciada y complementaria en el acceso, manejo y gestión territorial y de los recursos naturales, además de establecer conclusiones y recomendaciones extraídas de los resultados, con una lectura desde adentro, desde la comunidad. Estos hallazgos se constituyen en un importante insumo que contribuirá de manera relevante al enfoque conceptual y analítico del tema, así como al enriquecimiento de las acciones y políticas de las organizaciones de pueblos indígenas originarios y campesinos, y particularmente del Viceministerio de Tierras. Sin embargo, queda pendiente profundizar y diversificar las áreas de estudio con la finalidad de contar con un panorama completo de la realidad a nivel nacional, así como la construcción de una política pública que incorpore el caudal de información obtenido y la reflexión sobre las formas locales consuetudinarias de distribución y acceso a la tierra en las comunidades indígenas originarias y campesinas del país.

Dr. José Manuel Pinto Claure Vice ministro de Tierras Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras

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RESUMEN EJECUTIVO El acceso de las mujeres a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra, es el tema de esta investigación propiciada por el Viceministerio de Tierras con el apoyo de UNIFEM – Bolivia, a fin de contar con insumos actuales que coadyuven la ejecución de políticas y estrategias sobre gestión de la tierra con criterios de equidad e igualdad de género. La investigación eligió dos ámbitos: uno en el Municipio de Patacamaya, comunidad originaria del cantón Sullcuta Colchani de La Paz y el segundo, el municipio de Independencia comunidades originarias del cantón Calchani de Cochabamba. El objetivo general fue conocer la forma en que se da actualmente el acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra territorio en las comunidades rurales. Averiguar sobre las percepciones que tienen de la normativa agraria estatal, indagar entre mujeres, hombres y autoridades, sobre el rol de la mujer originaria campesina en los espacios familiares y laborales. Se aprovechó el enfoque de “Haceres, Pensares y Sentires, HPS”, que permite conocer los comportamientos de los y las participantes en torno al tema y comprender los motivos emocionales de las personas al prestar atención al universo de los sentimientos que motivan o impiden una determinada acción. En el desarrollo de la investigación in situ el trabajo de campo se realizó del 29 de noviembre al 19 de diciembre de 2009. Se procedió con la siguiente metodología: En cada comunidad elegida participaron dos segmentos espacio-poblacionales, uno de interlocutores principales y otro de secundarios Entre los principales se incluyó a mujeres ancianas, mujeres solteras, mujeres casadas y autoridades originarias y campesinas. Los secundarios estuvieron integrados por hombres ancianos, hombres jóvenes y hombres casados. Grupos focales o mini grupos: Con mujeres casadas, hombres casados y jóvenes solteros y solteras. Entrevistas en profundidad: Con informantes claves de los diferentes segmentos 9


abordados. Reuniones: Para conversar con las autoridades y líderes. A lo largo de la investigación se desarrollaron 27 grupos focales, 19 entrevistas en profundidad y 6 reuniones en un total de 14 comunidades visitadas. Entre los resultados obtenidos respecto a la problemática planteada se puede sostener que mujeres y hombres no hablan del acceso y uso individual de la tierra, siempre se refieren a la familia porque ese es su principio y su fin. Las mujeres desconocen sus derechos fundamentales y más aún los relacionados al acceso, tenencia y uso de la tierra. Hay una percepción casi general de que los derechos de las mujeres “están vigentes” desde el gobierno de Evo Morales, porque, según ellos y ellas, la autoridad incluye a las mujeres en sus discursos y promueve la igualdad entre hombres y mujeres. Tanto mujeres como hombres ven como un paso justo la normativa agraria estatal con equidad de género. No se oponen a esta visión. Pero desean saber, qué acciones exactamente se quiere con esa normativa. Piensan que es importante que el Estado se retroalimente con las percepciones de las zonas rurales.

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CAPITULO I

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Taller de validaci贸n de Tierras Altas

Federaci贸n Departamental de Mujeres indigenas campesinas Bartolina Sisa

Canton Sullcuta Colchani (Patacamaya)

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Introducción Esta investigación diagnóstica de carácter cualitativo, que aporta información descriptiva acerca de las formas en que se da el acceso de la mujer a la tenencia, el uso y el aprovechamiento de la tierra, ha sido realizada por el Viceministerio de Tierras con el apoyo de UNIFEM – Bolivia, a fin de contar con insumos actuales que coadyuven la ejecución de políticas y estrategias sobre gestión de la tierra con criterios de equidad e igualdad de género. El trabajo de campo con los interlocutores seleccionados se desarrolló entre el 29 de noviembre y el 19 de diciembre de 2009, en los Departamentos de La Paz y Cochabamba. Las comunidades investigadas pertenecen en el caso de La Paz al Municipio de Patacamaya, cantón Sullcuta Colchan, y las comunidades del departamento de Cochabamba son del municipio de Independencia cantón Calchani. Participaron dos segmentos espacio-poblacionales, uno de interlocutores principales y otro de secundarios. Entre los principales se incluyó a mujeres ancianas, mujeres solteras, mujeres casadas y autoridades originarias y campesinas. Los secundarios estuvieron integrados por hombres ancianos, hombres jóvenes y hombres casados. El ámbito de la investigación fue en Tierras Comunitarias de Origen (TCO) y Comunidades Campesinas de Tierras Altas de Bolivia, sugeridas por las organizaciones sociales del país. A lo largo de la investigación se desarrollaron 27 grupos focales, 19 entrevistas en profundidad y 6 reuniones en un total de 14 comunidades visitadas. 15


Esta investigación fue de carácter cualitativo, diagnóstico y descriptivo. Se enmarcó en la investigación acción, ya que los hallazgos encontrados sugieren las bases de futuras acciones y planes que el Viceministerio de Tierras puede desarrollar dentro de su perspectiva de género, en el marco de su mandato. Asimismo, se aprovechó el enfoque de “Haceres, Pensares y Sentires, HPS”, que permite conocer los comportamientos de las personas participantes en torno al tema y comprender los motivos de aquello que se encontró, profundizando sobre los aspectos contextuales y emocionales de las personas al prestar atención al universo de los sentimientos que motivan o impiden una determinada acción. En este documento se presentan los principales resultados obtenidos en las arduas labores de investigación de campo y el encuentro con los pobladores de las comunidades de los municipios de Patacamaya y Calchani, a quienes agradecemos por su apoyo y hospitalidad en su espacio de vida cotidiana.

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1.1

Importancia del estudio

La presente Investigación surge principalmente por la necesidad del Viceministerio de Tierras de contar con información actual sobre el rol y la participación de la mujer originaria campesina de las tierras altas en los procesos de saneamiento, así como en la distribución y redistribución de la tierra al interior de las comunidades, con título colectivo, a fin de coadyuvar la ejecución de políticas y estrategias sobre gestión de la tierra con criterios de equidad e igualdad de género. Asimismo, la investigación efectuada tiene una relevancia social porque además de reflexionar a partir de la información recogida propone alternativas para favorecer el ejercicio de los derechos de las mujeres originarias y un encuentro entre las lógicas comunales y la ley agraria estatal. 1.2 Preguntas orientadoras El acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra en las tierras altas es un tema que cuenta con una serie de estudios, que desde diferentes perspectivas han aportado a la comprensión y/o a generar nuevas interrogantes respecto a la cosmovisión andina que se articula con la cuestión de género y tierra. Sin desestimar ninguno de los hallazgos que se conoce con relación al estudio realizado, el Viceministerio de Tierras ha visto conveniente, en esta oportunidad, partir de interrogantes más que de problemáticas, las cuales dirigieron el desarrollo de la Investigación “Acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra territorio” en comunidades de Independencia - Ayopaya (Cochabamba) y Patacamaya - Aroma (La Paz). Pregunta Principal: ¿Cómo es el acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra-territorio en las comunidades de Calchani (Independencia17


Cochabamba) y Sullcuta Colchani (Patacamaya). La Paz)? Otras preguntas: • ¿Cuál es la forma de acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra-territorio? • ¿Qué hacen, piensan y sienten las mujeres, las autoridades locales de Sullcuta Colchani de (Patacamaya) - tierras altas y comunidad campesina Calchani de Independencia y sobre la forma de acceso, uso y tenencia de la tierra que se establece para la mujer en la comunidad? • ¿Cuál es el rol que desarrolla la mujer en los espacios privado y público con relación al acceso, tenencia y uso de la tierra? • ¿Qué hacen, piensan y sienten las mujeres originarias y las autoridades locales de Independencia y Patacamaya - tierras altas de Bolivia- sobre la forma de acceso y uso de la tierra que se establece para la mujer, en la comunidad? • ¿Cómo ejerce sus derechos la mujer originaria de Independencia y Patacamaya, en el acceso y uso de la tierra? 1.3 Marco Teórico conceptual Acceso, tenencia y uso de la tierra son conceptos amplios, interrelacionados entre sí y con diversas definiciones conceptuales que pueden ser interpretadas de varias maneras. Para fines de la investigación se ha definido operativamente estos términos de acuerdo a las siguientes características: Acceso: Para observar el acceso a la tierra se pueden combinar algunos parámetros cuantitativos como la cantidad de derechos, así como cualitativos referidos a la calidad de los mismos (Nichols, S y otros 1999). Por ejemplo ver en qué forma el derecho formal (legislación) o informal

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(normas tradicionales o comunitarias) facilitan el ejercicio de los derechos a: • Utilizar la tierra para el pastoreo, la producción de cultivos de subsistencia, la recolección de pequeños productos forestales, etc. • Controlar o tomar decisiones sobre la forma de utilizar la tierra (qué plantar) y beneficiarse de la venta. • Transferir, vender o hipotecar la tierra, traspasarla a otros mediante reasignaciones intracomunitarias, o a los herederos y reasignar los derechos de uso y de control. Asimismo, en la práctica están los derechos: De alojamiento, acceso al agua, leña, frutas u otros; a recibir una parte de la herencia a la muerte de un miembro de la familia; a una parte de la tierra y de las mejoras a la muerte o ausencia de un miembro en las parejas de hecho o de derecho; a utilizar el interés para garantizar el acceso a insumos financieros; a los beneficios derivados del uso o la venta del recurso; a la condición social en la comunidad derivado del acceso a tierra; a que no le incauten la tierra a la mujer a la muerte del marido. El acceso a la tierra tiene lugar a través de los sistemas de tenencia. Tenencia: Considerando que las comunidades visitadas cuentan o están en proceso de titulación comunitaria (sean TCO o CC) la tenencia de la tierra, en esta investigación equivaldrá al verbo “tener”. Tomará en cuenta únicamente si las mujeres “tienen o no” la tierra desde su percepción, sin involucrar el tema legal. En esta definición no se incluye la concepción de titularidad de la tierra. Uso: El uso de la tierra incluye el uso del agua cerca de la superficie y se

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caracteriza por los acuerdos, las actividades y los insumos que las personas intercambian en un terreno para satisfacer sus objetivos y propósitos (FAO/PNUMA, 1999). El uso actual de la tierra se puede observar por: • Aquello que hacen en ella como sembrar y cosechar • El lugar y el tamaño donde está ubicado el terreno • El momento cuando realizan las actividades, con qué secuencia plantan o deshierban • La forma cómo trabajan, tradicionalmente o con tecnología, con fertilizantes, riego, naturalmente • Cuánto producen • Las razones que subyacen al uso actual de la tierra, por ejemplo, la tenencia de la tierra, los costes de la mano de obra, las condiciones del mercado, etc. Relacionar estos conceptos de acceso, tenencia y uso de la tierra con el tema de género es el meollo de esta investigación. El tema género con énfasis en el rol de la mujer sigue distintos lineamientos, se hace estudios muchas veces compensatorios como afirma Kelly (1992), donde ellas tienen un protagonismo total, pero también están los estudios donde se pone énfasis en la participación de las mujeres en las luchas sociales y en su rol como gestoras del desarrollo. Cuando se ve a las mujeres como luchadoras sociales, que forman parte de organizaciones de masas obreras, artesanas, vivanderas, comerciantes, indígenas, campesinas y, por qué no, mujeres políticas, se estudia a las mujeres bajo nuevos paradigmas de interpretación de la organización social. Estos nuevos paradigmas, según Gioconda Herrera, consideran tres aspectos principales: restaurar a las mujeres como sujetos históricos; mirar el género, mujeres y hombres (Chacha Warmi) en determinadas situaciones que permitan ver desigualdades y dominación; combinar el 20


análisis de género, clase, etnia y raza. (Herrera, 1996: 200). En esta perspectiva compensatoria teórica apoyamos esta investigación sobre la relación de la mujer y la gestión de recursos naturales. Esta temática, sin duda, ha sido abordada en los últimos años por los organismos internacionales, tanto así que la FAO1 entre 1996-2001 ha desarrollado un Plan de acción de la mujer en el Desarrollo, cuya premisa central era: “El progreso de la mujer es el pivote para lograr un desarrollo sostenible”, refrendada en la Conferencia de la FAO en 1995 definiendo un marco esencial para convertir las cuestiones de género en un componente vital de sus programas, intentando superar las siguientes debilidades identificadas: “Escaso acceso y control de los recursos productivos y servicios. Sub y sobre ocupación, desigualdad en las oportunidades de empleo y retribuciones. Exclusión de la toma de decisiones de las mujeres en los procesos productivos” (Plan de Acción de la FAO). En el presente estudio nos concentraremos en la primera y tercera problemática identificada por la FAO: Escaso acceso y control de los recursos productivos y de servicios y Exclusión de la toma de decisiones de las mujeres en los procesos productivos. Es evidente que esta problemática en el área rural es muy fuerte a tal grado que Miguel Urioste, conocido especialista en esta temática, en un balance sobre la Reforma Agraria en Bolivia sostiene que: “las mujeres se encuentran -en el área rural- en el último eslabón de la 1 El Plan de Acción de la FAO para la Mujer en el Desarrollo (1996-2001) constituye una respuesta continua de la Organización a los acontecimientos mundiales de los años ‘90, así como a las recomendaciones de los recientes foros internacionales, en particular la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, la Conferencia Internacional sobre Nutrición, la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social y la Cumbre Mundial de la Alimentación. También representa el marco de la FAO para asistir a los Estados Miembros en la aplicación de la Plataforma de Acción, que constituye el esquema global de acciones para promover el avance de la mujer, resultado principal de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en septiembre de 1995.

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pobreza” (Urioste, 2003: 3). El diagnóstico de la FAO, confirma esa situación y sostiene de manera genérica que en Bolivia: “Para todos es sabido que la mujer es un factor central de las sociedades en los procesos de producción, reproducción, distribución y consumo. A pesar de esto, en vista del muy limitado conocimiento y reconocimiento del papel de la mujer en la producción de semillas; aprovechamiento de cultivos; mejoramiento, protección, conservación y uso sostenible de los recursos genéticos vegetales, las mujeres con frecuencia quedan relegadas en cuanto participantes y beneficiarias de las actividades de desarrollo de producción y protección vegetal” (2004)2 Según Spedding (2007) en el marco del nexo género-Estado, quizá la demanda más exigente de los pueblos indígenas originarios de las tierras altas es el reconocimiento de la práctica del Chacha warmi en

2 Las investigaciones sobre el rol de la mujer en la sociedad en las diversas ramas de las ciencias sociales (historia, sociología, antropología, economía y otros), durante las últimas décadas, han demostrado que existe una fuerte polémica en el momento de la contextualización del tema, pues se parte de distintas premisas teóricas. Por una parte, varios autores (Murra 1975; Platt 1982; Golte 1980; Barragan 1982; Saignes 1985; Esterman 2006; Romero 1980;Choque 1986,Temple 1987) han demostrado que las sociedades andinas desde la época prehispánica en su proceso de organización social se han desarrollado bajo una lógica distinta a la de las sociedades europeas y la han denominado, para conceptualizarla, la lógica Andina, lógica que estuvo presente en la cosmovisión o en la manera de ver el mundo que tuvieron las culturas andinas y amazónicas. Por otro lado, están los planteamientos de desarrollo y modernización que de una u otra manera desconocen este tipo de planteamientos y más bien, abordan temas como la inserción al mercado de las economías rurales, de la presencia de una lógica capitalista que influye de manera determinante en la economía moderna quedando rezagada como rémora del pasado aquella economía comunal (tradicional y lo moderno). El paradigma teórico que se apoya en la cosmovisión Andino/amazónica, menciona que estas sociedades tiene una lógica diferente con la que dieron orden al mundo del cosmos en relación con la naturaleza y los hombres. La ocupación del espacio, la relación con el ecosistema, las aguas, las montañas, los bosques, los animales y los dioses tutelares. Tres categorías fundamentales se han ido descubriendo en los distintos estudios: la categoría de dualidad, reciprocidad y complementariedad. Ésta racionalidad andina (Golte 1980) con una visión holística, alcanza a todos los órdenes de la vida social. Para esta ocasión y en busca de comprender la gestión de tierras y el rol de la mujer en estas sociedades exploraremos las principales problemáticas que se van estudiando multidisciplinariamente sobre el tema del Chachawarmi y su vigencia actual.

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la representación política y elección de autoridades en jurisdicciones mucho más amplias que la comunidad o ayllu. Esta práctica tiene una larga trayectoria histórica y últimamente es retomada en el nombramiento de autoridades, es el caso de MACOJA (Markas, ayllus y comunidades originarias de Jesús de Machaca) retomada por el CONAMQ, en busca de darle un nuevo sentido a la organización histórica de los ayllus y Markas del Qollasuyu, enfrentando a los sindicatos con raíces occidentales. En el ámbito académico se abordo la temática desde la antropología en los años 70s y 80s, analizando el status de la mujeres en diferentes culturas (véase Harris, 1986 y Billie Jean Isbell, 1976) cuyo enfoque se centra en la complementariedad de sexos a nivel conceptual, sin penetrar en la vida cotidiana. En los años ochenta la producción sobre la temática se hizo más rica, porque se asumió que esta temática toca las fibras más intimas de la ideología del tema de género, vinculado no sólo a la cuestión doméstica y relación de pareja, sino también a relación del género con la política, el Estado, la participación en la economía y, desde luego, el ámbito laboral y jurídico donde se establecen las relaciones de propiedad, dotes, herencias, tierras y animales y otros. (Harris). En torno a estas problemáticas, a nivel académico surgieron debates diversos, miradas diferentes que abordan el tema poniendo énfasis en problemáticas domésticas, las cuales van desde la básica relación de pareja en la familia hasta la relación dual con el poder del estado y sus instituciones3. Antes de introducirnos en el tema se hace necesaria una aclaración, según

3 A propósito de estas preocupaciones surge un interesante debate sobre esta temática, el investigador Milton Eyzaguirre (2008) sostiene que el Chachawarmi es una invención colonial y no tiene nada que ver con lo andino. Para demostrar su hipótesis se embarcó en una búsqueda bibliográfica para rastrear esa concepción de la “dualidad” en la época del periodo incaico y de la colonia, las fuentes que usó fueron las crónicas de Guaman Poma de Ayala, Cristóbal de Molina, Pedro Cieza de León y otros, así como diccionarios de aymara y quechua de Ludovico Bertonio y Diego Gonzáles de Olguín. Con base en ellos, Eyzaguirre concluye que el concepto del chachawarmi no tiene raíces andinas, sino que más bien ha sido

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Alison Spidding, en la concepción andina sobre el ciclo de la vida varones y mujeres son niños y adolescentes, ellos no son considerados personas y no se los diferencia por género. Cuando ellos se convierten en jaqí, es decir cuando son adultos y llegan a la etapa de asumir responsabilidades, recién entonces son considerados, el varón, chacha y la mujer, warmi, no antes. Por tanto, para abordar este tema debemos partir de este primer elemento. una imposición de los colonizadores. “aparentemente el chacha/warmi fue una construcción colonial basada en ordenanzas reales del Virrey Toledo”. Esta investigación contrapone la monogamia y la poligamia o polisogenia, el matrimonio monogámico traído por los españoles frente a la unión con varios mujeres de los Inkas, bajo este argumento, sostiene que no podía haber habido Chachawarmi en una relación polígámica.(p. 231). Por su parte Peter Gose (1997), sostiene que esta visión esta influenciada por Irene Silverblatt (1990) que tiene una noción romántica de las reciprocidades ideales que plantea Dominique Temple, dándole a la mujer total protagonismo a nivel de la relación mujer-Estado idealizando los modelos rurales de Chachawarmi y de la reciprocidad andina o “sistema comunal”. Una visión crítica como ésta, permite percibir claras nociones sobre la aceptación sin retorno de la colonialidad y la penetración de la modernidad, acentuada desde el proceso colonial y el republicano, esto referido a la relación del individuo con la comunidad, el mercado y el Estado. Desde luego que la posición de Eugenia Choque será diferente, apoyándose en autores reconocidos (Patzi 2004, 2009, Choque 1986, Esterman 2006, Montes 2006) sostiene que el Chachawarmi, es una institución andina, propia de los ayllus que se organizaron de acuerdo a la dualidad, que controlan el espacio, urq’usuyu o arriba, Umasuyu o abajo, alasaya-masaya, Urinsaya y Aransaya, Masaya-Alasaya, en permanente dualidad y complementariedad. En este contexto es que se da la relación entre varón y mujer, en los trabajos colectivos, en cuanto a la posesión de los bienes y las mismas relaciones espirituales. Este tipo de relación dual ya se halla relatada por los cronistas españoles, si damos certidumbre a ello, pues debemos sostener que evidentemente esta lógica existía en las sociedades prehispánicas. El Inka Garcilazo del Vega en su crónica Comentarios Reales de los Inkas, a propósito del Chacha/warmi expresa claramente en el mito de origen que: “El Cuzco de esta manera se principió a poblar nuestro imperio ciudad. Divididos en dos medios que llamaron Hanan Cozco,, que como sabes , quiere decir Cozco alto. y Hurin Cozco que es el Cozco de abajo. Los que atrajo el rey quizo que poblasen el Hanan Cosco y por eso le llamaron el alto y los que convocó la reina (Coya) que poblasen el Hurin cosco, por eso le llaman el bajo” (p.28).No se nota una visión que absolutice el dato, claramente se menciona que existe una relación asimétrica de complementación, el rol de la mujer es el mismo que el del varón, pero existe una clara diferenciación entre el Inka y la Koya, en cuanto a importancia. Según Fernando Montes “en tiempos prehispánicos regía en los andes un sistema de descendencia paralela y cruzada. Apellidos, títulos y propiedades se heredaban por dos líneas opuestas y complementarias: una masculina, que iba del abuelo paterno al padre y de éste al hijo, y otra femenina, que iba de la abuela materna a la madre y a la hija. Este sistema habilitaba a las mujeres para heredar bienes, dignidades, títulos nobiliarios y ministerios religiosos de sus antepasados por línea femenina, lo que dio un lugar a liderazgo, político, religioso, y aristocrático femenino, paralelo al masculino e independiente de él. (Montes 2006: 22)

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• Roles: liderazgo y gestión en la comunidad De principio debemos manifestar que existe una visión crítica sobre la vigencia y práctica del Chacha warmi4 y una visión más bien de defensa de esta práctica social por parte de intelectuales indígenas y no indígenas. En cuanto al uso de la tierra y el acceso a la tenencia de la tierra se refiere tenemos varios estudios que abordaremos a continuación y que contextualizan nuestra investigación. • Uso de la Tierra En la época preinkaica, la tierra pertenecía al ayllu y en el Tawantinsuyu al Estado, según algunos cronistas no había propiedad privada. Según Baudin, la tierra estaba distribuida en tierra para el sol, o el culto, tierra para el Inka y tierras para el pueblo, las comunidades tenían derecho al usufructuó de la parcela que se les asignaba. Murra nos permitió conocer el control vertical de pisos ecológicos donde las culturas de altura tenían sus archipielagos o tierras donde producían diversos productos (Murra 1987: 29). Las unidades sobre las que se basó este sistema fueron: el tupu, la sayaña y la aynoka sobre las que se pudo sistematizar los cultivos organizar el agro y extender las superficies laborales. (Pérez 1961: 43). En la actividad colectiva que permitía, al interior de los ayllus o de las familias, determinar ciertos roles, la mujer siempre tuvo amplia participación en la agricultura. Sin embargo como lo describe Simón Yampara, en el altiplano, en los valles y los yungas, con algunas variantes, estos roles siempre estuvieron marcados por relaciones asimétricas donde la supremacía del varón dejaba a la mujer en un rol secundario y de complemento. Las sayañas y qallpas son de propiedad y usufructúo familiar pertenecen al

4 Los principales estudios antropológicos e históricos sobre el tema (Carter, Mamani 1970; Eizaguirre 2008; Arnold 2007; Spidding 2007, Choque 2005, Montes 2005, Barragan 2006), tienen como preocupación esclarecer el rol de la mujer en los procesos sociales, económicos, políticos, culturales y reflexionar sobre las relaciones verticales u horizontales con los varones, relaciones simétricas ó asimétricas.

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ayllu o las comunidades colectivas, sean estas de Haransaya o Hurinsaya o de urqu-uma, son las formas de trabajo- entre chacha warmi (hombre y mujer) y gozan de ellas colectivamente (Yampara 1992: 229 ). • Tenencia y Acceso de la mujer a la Tierra Según Alison Spedding a diferencia de algunas regiones del altiplano, en la agricultura de los yungas las mujeres heredan tierras al igual que los hombres. Esto acarreará una frecuencia elevada de matrimonios uxirolocal –es decir, que la residencia de los cónyuges se establece en proximidad del grupo familiar de la esposa- (quizá en una tercera parte de la totalidad de matrimonios), mayormente entre mujeres yungueñas y hombres migrantes, pero también entre yungueños. Sin embargo, aunque la mujer realice su matrimonio virilocal –es decir, que la regla residencia de los cónyuges se establece con proximidad del grupo del esposo- y se traslade a otra comunidad, ella retiene derechos a su terreno y vuelve con su marido a trabajarlo. La contribución de la mujer en la agricultura -sobre todo en la cosecha en la cosecha de coca, pero también en las demás etapas de la producción de cultivos de mercado y de autoconsumo- proporciona una independencia económica a la mujer yungueña; esta independencia puede ser parte de las diferencias en las representaciones de género, (p. 326), el género en sí solo aparece en ciertas etapas del ciclo vital, en el contexto de las relaciones donde él género tiene más importancia es el matrimonio. Olivia Harris ha señalado la centralidad de la pareja, del marido y la mujer (chachawarmi/warmichacha) en las ideas de género en el norte de Potosí. La pareja casada, y por extensión la unidad doméstica fundada por ella, es la base de la división del trabajo por género. (Cfr. Harris 1978, 1980) Cuando hay mucha tierra y la densidad de la población es relativamente baja, el matrimonio uxorilocal es más frecuente. Denise Arnold (2007) menciona cómo en Qaqachaka el matrimonio uxriolocal fue bastante común en el pasado, había poca gente, e incluso se buscaba activamente 26


a hombres foráneos para atraerlos como yernos (tullqa) residentes. En los Yungas hay tierras, pero hay escasez de mano de obra, entonces es frecuente que un hombre vaya a vivir donde su mujer si ella tiene más tierra que él aunque estos matrimonios no son la mayoría. (Spedding 332). Un estudio sobre el rol de la mujer en cualquiera de los ordenes sociales enfrenta hoy este debate, visto muchas veces entre un enfrentamiento de concepciones, unos privilegian la temática de lo tradicional y lo moderno y otros, buscan comprender las sociedades andino amazónicas rompiendo con esa visión euro céntrica del desarrollo rural y recurriendo a paradigmas que buscan explorar un ámbito más local, una construcción teórica apoyada en la realidad, en lo que hacen, piensan y sienten y en la memoria larga de las sociedades indígenas andino- amazónicas. Bajo este contexto es que se enmarca nuestra investigación de campo en las comunidades de las tierras altas.

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CAPITULO II

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Kullacas del Municipio de Independencia de calchani

Sra. Petrona Cruz Autoridad Sub Central de Sullcata Colchani (Independencia)

Kullacas del Municipio de Independencia de calchani

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Diseño Metodológico de la Investigación 2.1 Objetivos de la investigación 2.1.1

General

Conocer las formas de acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra-territorio en las comunidades originarias Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz) y comunidad campesina Calchani (Independencia, Cochabamba). 2.1.2

Específicos

• ¿Indagar entre mujeres, hombres y autoridades de las comunidades definidas de Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz) , y comunidad campesina Calchani (Independencia, Cochabamba) sobre el rol de la mujer originaria campesina en los espacios privados y públicos con relación al acceso, tenencia y uso de la tierra. • Identificar los haceres, pensares y sentires de las mujeres originarias y autoridades locales de Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz) , y comunidad campesina Calchani (Independencia, Cochabamba) sobre las formas de acceso, tenencia y uso de la tierra para la mujer, establecidas en la comunidad. • Explorar el ejercicio de derechos de la mujer en cuanto a acceso ya la tenencia y uso de la tierra en las comunidades Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz) y comunidad campesina Calchani (Independencia, 33


Cochabamba) 2.2 Enfoque de la investigación La investigación efectuada es cualitativa, diagnóstica y descriptiva. Se enmarca en la investigación aplicada, ya que los hallazgos encontrados sugieren las bases de futuras acciones y planes que el Viceministerio de Tierras desarrollará dentro de su perspectiva de género, en el marco de su mandato. Se trabajó con el enfoque de “Haceres, Pensares y Sentires, HPS”. Una forma de tipo cualitativa, que a su vez es diagnóstica y formativa. Diagnóstica porque permite conocer las prácticas actuales de las mujeres, hombres, dirigentes y líderes comunitarios, entre otros, desde su propio contexto, su punto de vista y fundamentada en su realidad, con relación a la equidad de género en el acceso y uso de la tierra. Formativa porque, a partir de sus resultados, se podrá construir (formar) propuestas de políticas, programas, planes o acciones. “Por su propia naturaleza, la investigación de HPS trata sobre los aspectos emocionales y contextuales de los comportamientos de la persona o del grupo. Indaga sobre los por qués, añade información, profundiza la comprensión y contextualiza los comportamientos. Es interpretativa porque ayuda a comprender cada respuesta en su dimensión humana y cultural” (Kúncar, 2002). Este enfoque promueve el contacto directo con las personas, es dúctil y principalmente otorga datos “ricos” y “profundos”, porque se escucha a las personas, conoce y aprende de sus prácticas, conocimientos y emociones, desde su dimensión humana. 2.3 Delimitación de la población Representada por la tipicidad de las personas participantes, se trabajó con dos grupos o fuentes:

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Principal: Mujeres originarias de las comunidades del cantón Sullcuta Colchan (Patacamaya – La Paz) y del cantón Calchani (Independencia– Cochabamaba): • Ancianas, viudas o casadas que viven en el lugar, con hijos e hijas • Con esposo o pareja en convivencia, del lugar o emigrante de otra comunidad • Jóvenes solteras, que sepan leer y escribir y que vivan todavía con sus padres Autoridades originarias locales: • Hombres y mujeres que definen, implementan y supervisan las normas de la comunidad. Secundario: Hombres originarios de las comunidade del catón Sullcuta Colchan (Patacamaya – La Paz) y del cantón Calchani (Independencia – Cochabamaba): • Ancianos, viudos o casados, que viven en el lugar, con hijos e hijas • Marido o parejas en convivencia de mujeres originarias del lugar o emigrante de otra comunidad • Jóvenes solteros, que sepan leer y escribir y que vivan todavía con sus padres 2.4 Técnicas e instrumentos empleados La investigación cualitativa ofrece métodos y herramientas viables y confiables para saber: ¿qué piensan realmente los grupos seleccionados?, ¿cómo vive o experimenta un cambio en sus hábitos y costumbres?, ¿cuál es el vocabulario que utilizan para referirse al tema?, ¿cómo se sienten ante la situación?, ¿cómo sería o fue su participación en el proceso a investigarse?, Es decir, permite rescatar de la persona sus prácticas, su sentir o emociones y su opinión. En esta investigación sobre el acceso y uso de la tierra territorio con enfoque de género, las técnicas más apropiadas que se aplicaron fueron:

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• Grupos Focales o Mini grupos: con la participación de ocho a doce personas y en el caso de los minigrupos hasta seis personas asistentes. A partir de la interacción del grupo se indagó sobre los tópicos seleccionados que son aptos para ser discutidos en grupo. Entrevistas personales en Profundidad: se aprovechó los pasos de la comunicación interpersonal para entablar una interacción auténtica y lograr los objetivos. Esta técnica se utilizó para profundizar la información obtenida en los grupos focales y en otros casos para conversar con las personas que difícilmente podrían asistir a las reuniones programadas – ancianas y ancianos, por ejemplo-. • Reuniones Informales: realizadas con las autoridades, donde se trabajó de forma similar a los grupos focales. 2.5 Recolección de la información Se siguieron tres pasos para el desarrollo de la investigación: • Coordinación: en un marco de respeto, el Viceministerio de Tierras estableció conjuntamente las comunidades que participaron en la investigación las fechas y los lugares a ser visitados para el trabajo de campo. Fueron las autoridades locales de turno quienes se ocuparon de la convocatoria a los diferentes grupos de personas para que participasen de los grupos focales, entrevistas o reuniones. • Validación: los instrumentos de investigación fueron probados y ajustados antes de su plena aplicación con los diferentes segmentos. En las guías semi-estructuradas se testeó los tópicos: roles, gestión y liderazgo; acceso de la mujer a la tierra; uso y aprovechamiento de la tierra territorio por parte de la mujer; tenencia; ejercicio de derechos y percepciones sobre la normativa agraria. Se aprovechó también la oportunidad para conocer forma y medios de comunicación preferidas, las principales fuentes de comunicación, cuáles son las temáticas que quisieran conocer, qué medios de comunicación hay disponibles en la 36


localidad y cómo les gustaría recibir información. •

Trabajo de campo:

la investigación fue desarrollada en Tierras Comunitarias de Origen (TCO) de Sullcuta Colchani, del Municipio de Patacamaya, provincia Aroma del departamento de La Paz y en la comunidad originaria de la Central Regional Calchani de Independencia, primera sección municipal de la provincia Ayopaya del departamento de Cochabamba. Estos dos investigaciones concentradas uno el altiplano y otro en los valles cochabambinos nos debían permitir comparar procesos comunales y formas de acceso, uso y tenencia de la tierra de las mujeres. En el caso del Cantón Sullcuta Colchani ubicado en el municipio de Patacamaya; se trabajó en las siguientes comunidades y se aplicó las técnicas tal como se describe en el cuadro: Chiarumani, Muruchapi, Tiracoma, Machacuyo, Quiswarani, Huañahuira, Chacoma, Colchani, Japuma CUADRO I Participación en grupos focales y entrevistas Sullcuta Colchani – Patacamaya – La Paz No.

Segmento

Técnicas GF

1.

Mujeres originarias ancianas

2.

Mujeres originarias con esposos o parejas en convivencia

8

3.

Mujeres jóvenes solteras

2

4.

Autoridades originarias locales

5.

Marido o parejas en convivencia de mujeres originarias.

EP

Reuniones

2 2

2 Mama Talla y Secretaria Femenina 8

4 (comunidades)

2

6.

Solteros jóvenes

3

7.

Hombres ancianos

2

Fuente: Elaboración propia en base a insumos de las reuniones de grupos focales

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Ya en el Municipio de Independencia: Cantón Calchani y Las comunidades fueron: Calchani, Chamacoma Chaupisuyo, Vilacota, Kotani. CUADRO II Participación en grupos focales y entrevistas Calchani – Independencia – Cochabamba No.

Técnicas

Segmento

GF

8.

Mujeres originarias ancianas

9.

Mujeres originarias con esposos o parejas en convivencia

10.

Mujeres jóvenes solteras

11.

Autoridades originarias locales

12.

Marido o parejas en convivencia de mujeres originarias.

5

13.

Solteros jóvenes

1

14.

Hombres ancianos

EP

Reuniones

1 3 Minigrupos 3 Mujeres

2 (comunidades)

1 1

Fuente: Elaboración propia en base a insumos de las reuniones de grupos focales

En ambos casos se decidió la participación de los informantes según género, estado civil y generación, considerando a informantes principales y secundarios como veremos a continuación: •

Perfil del segmento principal Se trabajó con tres grupos de mujeres con características diferentes: Mujeres originarias campesinas

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• Ancianas: Entre viudas y casadas, todas tenían hijos y/o hijas. Participaron pocas. Sus edades oscilaban entre 65 y 80 años. Se les visitó en sus casas donde conversaron sobre los diferentes temas que se les puso a consideración. Tanto en Patacamaya como en Independencia hablaron únicamente en


su idioma materno (aymará y en el segundo caso quechua) por lo que se necesito de una persona para que interpretara y facilitara la comunicación. Ninguna dijo saber leer. A pesar de sus edades continúan trabajando en la chacra. Casi todas viven aun con sus familias hijas o hijos y nietos o nietas. Expresaron estar limitadas en sus acciones cotidianas por su edad y sentirse solitarias. En los lugares donde hay centros de salud, las señoras de la tercera edad asisten a reuniones que llaman los y las “doctoritas”, pero solamente la señora que era viuda mencionó asistir a la reuniones del sindicato. Mujeres originarias campesinas

Casadas o con pareja en convivencia:

Casi todas eran del lugar, solo una minoría había nacido en otra comunidad y fue a vivir con su esposo al lugar donde se realizó la investigación. Todas son madres de familia y con edades entre los 26 y 40 años. Poco más de la mitad dijo haber estudiado la primaria sabiendo leer y escribir, algunas contaron haber aprendido con el Programa “Yo si Puedo”. Tienen entre dos y siete hijos como promedio. Al menos la mitad comprendía castellano, de modo que el trabajo se efectuó alternando castellano (principalmente en Patacamaya) y sus idiomas originarios, con apoyo de un intérprete. Todas se ocupan de la atención de la familia, incluyendo el cuidado de los animales y la chacra.

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Las señoras de Patacamaya fueron las que asistieron en mayor cantidad a los grupos focales y también las más decididas a conversar, tal vez por la proximidad con centros poblados como Patacamaya, de donde se abastecen con productos para la alimentación como azúcar, fideos, aceite y otros. Asimismo, son mujeres que suelen asistir a capacitaciones que los centros de salud organizan y a reuniones realizadas en las escuelas. Expresan que les gusta reunirse porque es el momento en que pueden contarse todo y aprender cosas nuevas. Mujeres originarias campesinas

En Independencia, las mujeres que participaron son más tímidas, sin embargo, se integraron a las discusiones de los grupos sin problemas, estimuladas además por los intérpretes que fueron auxiliares de salud. La asistencia fue menor que en Patacamaya pues las señoras se encontraban en sus actividades diarias (época de cosecha de papa) y no acostumbrar salir al final de la tarde porque casi en todas las comunidades visitadas no existe energía eléctrica, por lo que evitan caminar de noche. Cuentan que las reuniones de mujeres no son muy frecuentes porque no tienen tiempo. • Jóvenes solteras: cuyas edades se encuentran entre 16 y 23 años de edad. La mayoría asistió a la escuela hasta 8vo. de primaria y por la ausencia de centros educativos en el lugar donde viven no

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acabaron la secundaria. Muy pocas salieron bachilleres y son las que principalmente desean salir a la ciudad para progresar continuando con sus estudios en alguna carrera corta que les brinde posibilidades de un sustento. Todas viven con sus padres y se dedican junto con la madre al cuidado de la familia, animales y chacra. En Independencia, no se pudo conversar con ninguna joven soltera puesto que ya no se encontraban en las comunidades. Las jóvenes que participaron son expresivas y con ellas se trabajó solamente en castellano porque dijeron no tener problemas. Al concluir las sesiones, mostraron mucho interés en diferentes temáticas relacionadas a la mujer. • En su mayoría las autoridades fueron hombres de las diferentes comunidades quienes participaron de las reuniones. Entre ellos estuvieron el Corregidor, Secretario General, OTB y jilacata, entre otros. Las mujeres fueron pocas y sus cargos eran principalmente, Secretaria femenina o Mama Talla. Todos dijeron que anualmente se ejerce el cargo y que su turno estaba por caducar. Fueron bastante receptivos y responsables con sus compromisos de facilitar la participación de las comunidades en la investigación. Todos saben leer y escribir y también, en el caso de los hombres, todos hablan castellano y fueron activos durante los diálogos. 41


Para conversar con las autoridades mujeres, se vio conveniente hacerlo por medio de los intérpretes. Las señoras fueron más reservadas. •

Perfil del segmento secundario • Ancianos: Se encontró casados y viudos con hijos e hijas. Ninguno vive solo, están rodeados por su familia directa o ampliada. Aseguran que ya no quieren cumplir los cargos que se asumen por turno en la comunidad porque dicen estar cansados. Se sienten obligados ha hacerlo, piensan que no hay consideración con ellos. La mayoría participó de las entrevistas en su propio idioma (aymará o quechua). Sus edades oscilaban entre los 70 y 85 años. Dijeron haber aprendido a leer pero que ya no recuerdan.

Hombres originarios campesinos

• Maridos: Asistieron esposos o parejas en convivencia de mujeres originarias del lugar y en algún caso particular emigrante de otra comunidad. Al igual que con las mujeres, se trabajó en castellano y aymará o quechua. Sus edades entre 20 y 55 años. Todos dijeron saber leer y escribir ya que asistieron a la escuela. También se encontró hombres que asistieron a los cursos de “Yo si Puedo”. Al inicio de los grupos focales participaron cautelosamente,

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luego se involucraron con facilidad. Todos son agricultores, una minoría dijo que eventualmente busca trabajo en los centros más poblados para ayudar a la economía del hogar. • Jóvenes solteros: Todos reportaron haber asistido al colegio hasta concluir primaria. Algunos de ellos eran bachilleres con muchos sueños de salir a la ciudad a continuar con una carrera profesional. Las edades de los participantes estaban entre 16 y 20 años. Todos viven con sus familias (mamá y/o papá y hermanos/as) y hablan sin problemas el castellano. Trabajan en la chacra, algunos asisten a los trabajos comunales en suplencia del padre ausente o porque son hijos mayores huérfanos de padre. Especialmente en Independencia, cuentan que después de cumplir con sus deberes, no tienen muchas cosas para hacer y reconocen que desde muy temprana edad llegan a consumir alcohol. Hacen notar las limitaciones en los servicios básicos como falta de energía eléctrica, duchas y/o computadoras. Desean salir a la ciudad; sin embargo, evalúan los esfuerzos que esto requerirá como contar con un lugar para vivir y dinero para mantenerse y aquellos que no tienen un pariente cercano ya establecido en la ciudad, dicen que su futuro es quedarse en la comunidad y seguir la vida que llevaron sus 43


padres, aunque hubieran querido mejorar. Los j贸venes no son muy espont谩neos, entre chistes y sonrisas se llevaron adelante los grupos focales en los que poco a poco fueron participando con sus respuestas y testimonios.

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CAPITULO III

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Originarias del canton Sullcuta Colchani Patacamaya

Papa de Tierras Altas

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Resultados de la Investigación 3.1 Municipio de Patacamaya, comunidades originarias del cantón Sullcuta Colchani 3.1.1 Contexto de la investigación Datos Generales: El Cantón Sullcuta Colchani está ubicado en el Municipio de Patacamaya, provincia Aroma del departamento de La Paz. La población de Patacamaya está situada a 109 km de la ciudad de La Paz, sede de gobierno. Es la quinta sección municipal de la provincia Aroma. Está ubicada sobre la red troncal del camino La Paz – Oruro. Este hecho constituye una ventaja, porque posibilita el crecimiento socioeconómico de la población. El clima de la población es cambiante, en épocas de verano suele haber un calor seco y en invierno el frío es indolente. El Municipio está dividido en 11 cantones y 37 comunidades. El origen de la población es aymara y se hablan los idiomas castellano y aymara. La comunidad está organizada en sindicatos y juntas vecinales. • La actividad económica principal que se realiza en el Municipio de Patacamaya es la agricultura, con cultivos de papa, cebada y quinua, destinados a su comercialización en las ferias locales, mientras que los cultivos de trigo, cañahua, haba, arveja, cebada y grano son para el consumo familiar

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Mapa de Patacamaya

Asimismo, la población se dedica a la crianza de ganado camélido, ovino y vacuno, productos que en gran medida son destinados al comercio. Los productos y subproductos del ganado vacuno son los más rentables, los cuales son comercializados en la feria semanal de Patacamaya. Cuadro III División política, elaboración propia Sección Municipal

Capital de la Sección

Cantones Chiarumani Colchani Viscachani Iquiaca Umala Culta Arajllanga

Quinta Sección

Patacamaya

Pusuta Chacoma Chiaraque Villa Concepción de Belén Villa Patarani San Martin de Iquiaca

Fuente: Elaboración propia, en base a datos del INE, 2001.

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En el Cantón Sullcuta Colchani: y sus comunidades Chiarumani, Muruchapi, Tiracoma, Machacuyo, Quiswarani, Huañahuira, Chacoma, Colchani, Japuma se trabajó con la gente en talleres y grupos focales como describimos más adelante y arribamos a resultados muy interesantes en su vida comunitaria, el rol de la mujer y del varón en la familia, pero además, una manera de ver el mundo respecto de la propiedad y la tenencia de la tierra como veremos a continuación 3.1.2.

Hallazgos y resultados

3.1.2.1 Género y actuación de la mujer en los ámbitos privado y público Objetivo Indagar entre mujeres, hombres y autoridades, de las comunidades definidas del cantón Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz), sobre el rol de la mujer originaria campesina en los espacios privados y públicos con relación al acceso, tenencia y uso de la tierra. Indagar sobre el rol de la mujer en los espacios privados y públicos con relación al acceso, tenencia y uso de la tierra, es entrar de lleno en la vida familiar y en participación en la comunidad o más allá de ella en relación con autoridades locales o nacionales. El primer tema que nos interesó conocer fue su criterio sobre el concepto género, al respecto muy pocas mujeres originarias casadas recuerdan haber escuchado hablar la palabra género, sin embargo, no explican su significado. Creen que es una palabra “alta” (difícil) para ellas y más bien hablan de lo que es ser mujer u hombre. Por mala suerte he nacido mujer” (EP-Chiarumani - Patacamaya), esta declaración de una de las participantes en la investigación parecería ser el sentimiento de la mayoría, pues la condición de ser mujer, para ellas, es sinónimo de sufrimiento. Estos argumentos nos permitieron conocer como el hombre y la mujer viven su rol en el ámbito de lo privado y lo público.

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Actuación de la mujer en espacio privado

Así como indica la literatura (Albó y Mamani 1976:4), las mujeres dicen que no son gente mientras no estén casadas, cuando lo hacen, junto con su pareja, forman el chacha-warmi6. Describen su vida privada como “algo normal, de costumbre” donde la mujer trabaja desde que amanece hasta que duerme. Se dedica a los quehaceres de la casa, cuida y alimenta de los hijos, pero también trabaja en la tierra junto con el marido y los y las hijas, para la siembra o la cosecha de sus productos. Durante el año, la mujer es la que generalmente se ocupa del pastoreo de sus animales y, cuando no está el marido, del cuidado de la chacra. La mayoría indica que las decisiones en la casa, por ejemplo sobre lo que se sembrará y cuánto se venderá de la producción, se toman entre ambos, marido y mujer. Algunas cuentan que por el carácter del marido se suele hacer lo que él dice, para no ser reprochadas después, en caso de que algo salga mal.

6 En la cultura aymara- según Choque- “nadie, ni hombre ni mujer, adquiere el estatus de persona adulta y plena socialmente, si es que no ha sido reunido por la sociedad con su pareja, completando la unidad de la persona social jaq’i” (THOA,1986: 28). Para el caso qhichwa tiene el mismo significado qhariwarmi. En las dos culturas, tanto aymara como qhichwa, se proyecta al universo simbólico y organizativo más amplio, reflejado en el dualismo en la organización de CHACHAWARMI: los ayllus, según mitades complementarias y jerarquizadas (arriba_ abajo, ala_saya_manqhasaya, aransaya_urinsaya), asociadas con lo masculino y femenino. En el proceso social, esa relación intrínseca de pareja se materializa en taqi_kunas panipuniw akapachanxa (en este mundo todo es par). Xavier Albó y Mauricio Mamani refieren que “sólo son jaq’i_persona_chachawarmi, cuando ya se han casado y tienen su propio terreno. Antes de ello, apenas tienen voz y voto en la comunidad” (1976: 4). Las y los jóvenes (tawaqu y wayna), antes del matrimonio, son considerados parte del mundo natural salvaje, no pertenecen a la sociedad. En la época prematrimonial gozan de cierta permisibilidad sexual, siendo que es el sexo socialmente no aceptado, tampoco confiere identidad jaq’i, no los convierte en chacha ni warmi, sino son apenas qachu y urqu (macho y hembra). Para Vicenta Mamani (1999), la pareja es la base fundamental en la cultura aymara, porque la reciprocidad, dualidad y complementariedad son principios fundamentales en la cosmovisión andina. Se manifiesta en las prácticas económicas, sociales, políticas y culturales. Así en las

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La economía de la casa es llevada por la mujer, según la mayoría de las y los participantes por cuestiones de seguridad, ya que ella se ajusta bien al gasto y evita que el hombre “se lo tome” y haga perder todo lo que ganaron de la venta de la producción u otro ingreso. Ellas también son las que deciden con relación a la salud de los hijos e hijas pequeños, si le llevan al centro de salud o darles alguna medicina tradicional para que se alivien. Las mujeres enfatizan que hacen todo en la casa, inclusive más que el hombre porque además se ocupan del ganado y la chacra. Al parecer ya no hay una clara división del trabajo tradicionalmente asignado al hombre, porque la mujer se ha incorporado al trabajo en la tierra, lo que no se da con frecuencia con relación a las labores de la casa y el cuidado de los hijos donde la mujer mantiene un papel protagónico, siendo que el hombre asume esas responsabilidades sólo cuando la mujer no está presente. Los hombres indican que en la comunidad tanto hombres como mujeres tienen que trabajar en la tierra y que ambos sufren por igual. Sienten tristeza porque afirman que no pueden mejorar y que aún viven de manera precaria, pues hasta ahora continúan trasladándose y llevando sus productos a otras comunidades a pié o en burro porque no hay caminos y mucho menos transporte. Las inclemencias del tiempo también son factores reportados como problemas que les hacen sentir tristeza e impotencia. Sin embargo, reconocen que en la vida cotidiana la mujer es quien hace el mayor esfuerzo porque, además de dedicarse a la producción

de género humano tenemos: hombre_mujer, tío_tía, tata_mama, achachila_awicha. En el género animal: macho hembra. En el espacio de las deidades: achachila_pachamama, urqu qala_qachu qala (piedra macho piedra hembra), Intitata_paxsimama, kunturmamani (abuelo protector del hogar) uywiri (abuela protectora del hogar). Esterman, comentando sobre la racionalidad del mundo andino, sostiene que esta lógica lo envuelve todo, no sólo la relación entre pareja, sino su relación con la naturaleza y desde luego con la tierra.

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y al ganado, se dedica a la familia. “la mujer trabaja más que el hombre…no es que le obligamos, de por si la mujer hace…nosotros los varones después de la chacra directo a la cama nos vamos… ella no, cocina todavía…” (GF Chiarumani, Patacamayai) Comprenden que en las parejas hay complemento pero no igualdad, saben eso, se dan cuenta y piensan que no está bien. Pero, tampoco creen que se logre esa “equidad” algún día, porque siempre hay uno que es débil y otro que es fuerte. “así no más es… hay familias donde la mujer domina, si la mujer es más viva domina…” (EP, Chacoma, Patacamaya) •

Actuación de la mujer en espacio público

Durante la visita a las comunidades se observó que de todos los cargos que se asignan en la comunidad (Corregidor, Secretario General, Alcalde Comunal, Hilacata, OTB, Junta de Vecinos) una cuarta parte es ocupada por mujeres, quienes asumen en reemplazo de sus esposos (ausentes o viudas, sin hijo mayor en el lugar que puedan asumir un cargo). En algunos casos, son escogidas en votación por las mujeres como Secretarias Femeninas, accediendo a perteneces a la organización social Bartolina Sisa, no obstante, este cargo no existe en todos los lugares. A continuación se hace referencia a hechos relacionados con el rol asumido u otorgado a las mujeres en las comunidades investigadas:7 •

En las listas de uso del agua (riego) solo están los nombres de los

7 La redacción de este punteo a intentado respetar la forma de hablar de las participantes.

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hombres y viudas, “no hay chacha-warmi” y como los cargos rotan entre ellos por turno, nunca le tocará a una mujer que no aparece en la lista. Los hombres asumen las responsabilidades tradicionales relacionadas con la tierra, porque son titulares del terreno en la lista de la comunidad. Las mujeres piensan que los hombres no aceptarían colocar el nombre de la mujer a lado del nombre del hombre, que eso es imposible. •

Hacer cargo es difícil porque hay que andar a todo lado y no hay quien haga sus cosas y cuide a sus animalitos, no conviene.

Las mujeres no tienen el mismo “pensamiento” que los hombres (estudio) y son tímidas para hablar en reuniones, quedan mal y se hacen silbar, porque no pueden escribir ni responder. Creen que necesitan capacitación para poder ser autoridades.

Las mujeres son mal vistas porque andan con hombres (otras autoridades) a las reuniones, talleres y cursillos.

Los maridos no dejan, se molestan y dicen “a qué vas ha ir, quién va ha cocinar”

Poco más de la mitad de las mujeres en la investigación explica que no desean ser dirigentes. La participación de las mujeres en las actividades de la comunidad se da cuando hay trabajos comunales como limpieza de caminos, cuando cocinan para alguna fiesta o reunión y cuando asisten a las reuniones de la escuela. Aclaran que desde hace unos tres años, especialmente las mujeres viudas y esposas de maridos ausentes, participan de las reuniones del sindicato agrario donde prefieren sentarse en la parte de atrás y no decir nada porque sienten vergüenza, en varios casos porque se sienten inseguras sobre lo que puedan opinar y, en otros, para comprender mejor lo que se habla al interactuar con sus compañeras. Creen que esa forma de “participar” es un avance, aunque aún no son 55


incluidas en la toma de decisiones. Sienten que antes “eran bien oprimidas” porque no permitían que entren a las reuniones, pero que ahora las cosas están mejorando. Inclusive hablan de las mujeres que “les tocó hacer cargo” en reemplazo del marido. Para ellas, el camino que permitirá una mayor equidad es la educación sistemática de las niñas y la capacitación a las mujeres. Aquellas que actualmente son autoridades o dirigentes asumen que están en “etapa de preparación” por lo que se dedican, más que todo, a respetar los usos y costumbres del lugar. Entre éstos, mencionan principalmente las fiestas de la comunidad, las actividades de los niños en la escuela y el carnaval, donde participan como organizadoras. Otras van más allá, explican que asisten a reuniones donde deben organizar a las compañeras para pedir proyectos. Todas coinciden al decir que se sienten inseguras y solas ante el reto de representar a las mujeres, hablan de sus miedos y declaran que no tuvieron otra opción que aceptar el cargo y que no se sienten cómodas porque no saben cómo deben participar. Tampoco sienten el apoyo de los compañeros varones, quienes más bien se comportan duramente con ellas, lo que las desanima continuar adelante. Creen que no valoran a la mujer y que se debería capacitar para que tengan una actitud como la del presiden Evo, que “primero se dirige a las mujeres cuando habla”. De acuerdo a lo que ven donde viven, las jóvenes cuentan que las señoras (casadas) casi no participan en reuniones del sindicato agrario o de la comunidad, mucho menos ellas que son solteras, no se imaginan qué podrían decir. Además su condición de “no gente” no les permite asistir a reuniones. Reiteran que quien asiste es el padre porque él es el jefe de la casa, ese es el reglamento de la comunidad, mientras los padres vivan ni las mujeres ni los hombres jóvenes pueden participar.

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Varias piensan que se debe cambiar y que debería haber igualdad en el cargo, porque ahora las mujeres también van a la escuela y tienen el mismo pensamiento que los hombres. Las solteras se sienten discriminadas especialmente por los hombres, porque no les dejan participar en ningún tipo de reuniones debido a su calidad de “jóvenes”. “cuando tenemos más palabra no nos escuchan, esas imillas que saben, nos dicen” (EP, Chacoma) Hacen notar que las pocas señoras que participan en reuniones lo hacen en suplencia a los maridos, para que no les quiten el turno del agua. Sin embargo, algunas reconocen que se necesita tiempo para asumir un cargo, creen que por eso lo hombres son elegidos para los cargos. En cambio la mujer se ocupa de todo, no tiene tiempo y tendría que quedarse en la comunidad y trabajar, ya no podría ir a la ciudad. Otras dicen que es bueno que la mujer sobresalga siendo autoridad y que es mejor que quedarse en la casa cocinando. Piensan que ahora la mujer es quien trabaja más en las chacras, porque los hombres salen a la ciudad para buscar trabajo. Se encontró una señora de la tercera edad que había cumplido el papel de Mama T’alla y después que su marido falleció asumió el cargo de Alcaldesa Comunal (Patacamaya). Ella dice que cuando acompañaba a su esposo por las comunidades, tenían doble trabajo al retornar a su casa porque ambos abandonaban sus quehaceres y que no les convenía, además ella cuenta que solamente acompañaba y a veces, conjuntamente con las otras mujeres de las comunidades, preparaban alguna comida. Las otras entrevistadas de edad complementan esa versión indicando que las mujeres, desde antes, no hacen mucho porque no saben escribir y que

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es el varón el que atiende a las comunidades. Es más, comentan haberse sentido como una “wawa” al asistir a reuniones del sindicato donde les decían que opinen y ellas no lo podían hacer por falta de “ideas”. Los hombres, por su lado, justifican la elección de autoridades alegando que es un uso y costumbre elegir por turno (o terna) a sus autoridades o dirigentes mediante la lista del Sindicato, como es el caso de los que representan la Junta Escolar y la Sub Central. Al revés, el Alcalde comunal no se escoge, más bien se aceptan postulaciones personales de las personas que desean ejercer ese cargo. Sobre el chacha-warmi los hombres de Patacamaya dicen que saben que en el lado de Omasuyos (La Paz) esta figura se da porque tanto hombres como mujeres aportan en el Sindicato y ejercen cargos, lo que no ocurre en sus comunidades. Identifican la falta de educación en la escuela como limitante para la participación de las mujeres, lo que hace que las esposas de quienes son elegidos autoridades sólo se conviertan en acompañantes y no orienten ni trabajen juntos

“las mujeres quieren ser dirigentes… ni saben escribir…en las reuniones los hombres les silban y las compañeras ya no quieren hablar, por eso cuando hay votación nadie las elige” (GF, hombres, Chiarumani, Patacamaya) Pocos mencionan que se han dado casos en que la Mama T’alla (Patacamaya) está preparada, hablando y opinando sin problemas. Empero, más de la mitad de los hombres reconoce que no valoran a la mujer como sujeto actor en la comunidad porque piensa que ellas sólo pueden pastorear el ganado. Reflexionan y dicen estar “concientes” de ese sentimiento de exclusión y que están abiertos a cambiar esa realidad, concediendo que en los estatutos de la comunidad se incluya los nombres 58


de las mujeres en la lista del Sindicato, para que tengan oportunidad de ser elegidas al igual que los hombres. En contraposición, hay quienes dicen que el hombre es el jefe de la familia y que los nombres de las mujeres no pueden ir por encima de ellos en las listas. Recalcan que la mujer no ha llegado a prepararse y que necesita tener conocimiento para asumir un cargo. En general, los hombres aseguran que desde hace algunos años (unos 3) las mujeres participan de las reuniones y que opinan sin ser discriminadas. 3.1.2.2 Haceres, pensares y sentires sobre las formas de acceso, tenencia y uso de la tierra para la mujer Objetivo: Identificar los haceres, pensares y sentires de las mujeres originarias y autoridades locales, respecto de las formas de acceso a la tenencia y uso de la tierra para la mujer establecidas en la comunidad. Al tratarse de un objetivo de investigación no me animo a corregir el texto. • Acceso Propiedad y producción Durante la investigación, mujeres, autoridades y hombres de familia coincidieron en concebir la tierra o terreno como fuente de su sustento. Reflejan la dependencia familiar y comunitaria hacia la tierra, pues para ellos y ellas la tierra tiene un significado principalmente económico, porque les sirve para sembrar, alimentar a sus familias, vender sus productos y alimentar a sus ganados, brindándoles seguridad. Esta dependencia al parecer es mayor en la mujer, ya que el hombre, en algún caso dado, puede salir a la ciudad a trabajar de albañil, chofer u otro oficio, mientras la mujer permanece con los hijos en el lugar. Casi todas dicen que el marido no “se ataja” de su terreno porque, siendo

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pareja, ambos trabajan para sus hijos e hijas. Hacen notar que el problema está cuando el hombre muere, les abandona o divorcia, porque ahí es cuando los hermanos (cuñados) del marido reclaman, se aprovechan y les botan del terreno –incluyendo a los hijos e hijas– y nadie en la comunidad puede hacer nada para evitarlo, “peor cuando los hijos varones son pequeños, hay que esperar que crezcan para que reclamen”. Todas las mujeres trabajan en la tierra igual que los hombres; la única limitación que encuentran es física, cuando se trata de manejar la yunta, pero dicen que hay mujeres que si lo hacen. La tierra no se vende porque las parcelas que tienen para dejar en herencia a sus hijos es pequeña, más bien tendrían que comprar para que les alcance en su distribución, otro factor que influye a esto es que no tienen todos los papeles legales. Los aspectos ecológicos, aunque en menor grado, fueron incorporados de manera implícita en las respuestas de los hombres sobre el significado que le dan al terreno. Para ellos la tierra ha perdido su fertilidad por la forma en que se ha tratado el suelo (productos químicos) y por las fumigaciones realizadas para alejar a las plagas. Al igual que los hombres, las mujeres también mencionan los cambios climáticos que provocan falta de lluvias o inundaciones que acaban con la producción agrícola. Una probable explicación, para que los hombres y las autoridades mencionen esos aspectos ecológicos, puede ser que tuvieron mayor acceso a información gracias a su movimiento hacia la ciudad, su relación con otros grupos y a eventuales capacitaciones. •

Tenencia ¿Las mujeres tienen terreno? Ante esta pregunta, casi todas las mujeres casadas respondieron tener terreno donde viven y/o siembran sus productos. Al profundizar la pregunta, poco a poco fueron aclarando que el terreno “legalmente” es del marido porque la tierra “solo para el varón alcanza”, pero varias enfatizan que también es de ellas porque viven con el marido y trabajan junto a él.

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Quienes definitivamente no tienen terreno son los y las jóvenes solteras, porque no necesitan, están bajo la tutela de los padres y de las madres. Esta forma de repartir el terreno ha sido siempre así, dicen las mujeres; mientras que las autoridades y los hombres mencionan: “desde nuestras abuelas y sus abuelas de las abuelas, son cosas que no se cambian porque son costumbres de la comunidad” (GF, Colchani, Patacamaya). Algunas mujeres y otros hombres, creen que los padres les dan terreno a los hijos preferentemente, porque ellos tienen mayor fuerza y no pierden el apellido o porque creen que las mujeres no van a poder cuidar con las “wawas más”. Otras, alegan comprender los motivos de los padres. “la tierra no crece, solo la familia y ya no alcanza…de todos modos la mujer se va con el marido y ahí tiene la tierra del hombre, ahí trabaja, ayudaría económicamente tener de herencia también, pero en ambos lados habría que trabajar, se puede, pero un poco fuerte puede ser…” (GF, Chacoma, Patacamaya ) Sobre el tema, pocas señoras aseguraron haber escuchado en la radio Patria Nueva que “la mujer tiene derecho, hay igualdad y no tiene que ser discriminada, hay una ley…”. Algunas mencionaron el caso de Pando, donde afirman que tanto hombres como mujeres tienen título de tierras, lo que causó curiosidad entre las participantes de los diferentes grupos donde se suscitó este hecho. Al respecto, expresaron que, de ser así, podría haber problemas ya que las mujeres les pedirán a sus padres y el terreno no alcanzaría. Otras pocas, sugirieron más bien que se reparta por igual a hijos e hijas y que cada mujer “sabrá qué hacer con su parte”. Comentaron que en el caso de las viudas, son ellas las que se quedan con el terreno, pero suele ocurrir que los cuñados les quitan, reclamando que era del hermano fallecido y no de la mujer. En realidad, afirman que ése es el mayor problema con relación a los terrenos, “cuando se le arrebata a la 61


mujer su parcela”, también se han dado caso en que son los tíos quienes reclaman el terreno cuando son hijas únicas. Algunas mujeres mencionaron que sus autoridades harán sanear las tierras de la comunidad y sacarán un título para todos. Sin embargo, aclararon no saber ni comprender bien del saneamiento de tierras. En algunos casos dijeron que es la pareja (madres y padres) la que reparte sus terrenos entre los hijos. A las mujeres que expresaron esto, se les preguntó cuántos hijos e hijas tenían y se hizo el ejercicio de cómo repartirían sus terrenos. La mayoría de ellas, asignó un pequeño pedazo a las mujeres. Las jóvenes solteras saben que las mujeres no reciben terreno y por eso no lo obtienen por sí mismas, sino cuando se casan. Creen que aunque la mujer deje el hogar de los padres debe recibir de todos modos herencia igual que sus hermanos, pero aseguran que “si estudiaran no necesitarían terreno porque se irían a la ciudad y trabajarían para subsistir”. Sienten la esperanza de contar con oportunidades para salir adelante por sí mismas, habiendo muchas que desean ir a la ciudad. Por su lado las ancianas enfatizan que antes se respetaban los terrenos de las personas y que ahora no es así, que inclusive ya no se puede ni siquiera viajar porque quieren entrarse y quitarle la parcela. La mayoría de los participantes varones en Patacamaya se reconocen como Tierra Comunitaria de Origen –TCO-. Sus autoridades dicen que hace al menos 5 años ya hicieron la solicitud y que sus papeles están en trámites. Tanto los hombres como sus dirigentes, con sinceridad, expresan que aún no conocen los beneficios y las implicancias de una TCO y esperan saber los alcances de esta denominación, una vez que el título llegue a la comunidad. Aseguran que no saben cómo deben comportarse o que acciones deben tomar siendo TCO, porque actualmente cada quien 62


siembra y cosecha por su cuenta. De manera diferente, en Independencia ningún participante ni autoridad se conceptúa a su comunidad como una TCO y explican que los títulos de sus parcelas están a nombre de sus abuelos. En concordancia con lo ya dicho por las mujeres, los hombres que participaron en la investigación, herederos de parcelas de sus padres, explican que la familia es la responsable de repartir el terreno entre los hijos. En la mayoría de los casos, aceptan que sus hermanas no recibieron una parte igual (o nada) a la de ellos. Piensan que es un uso y costumbre que se mantiene en las comunidades para no llegar al surcofundio y que tiene que ver con mantener el apellido, porque la tierra significa eso: apellido. Aseguran que saben que debe haber equidad en la distribución de los terrenos pero en los hechos no se da el caso, ya todos están acostumbrados a eso. Sin embargo, piensan que las mujeres aprovechan los beneficios del terreno igual que los hombres y varios no se sienten injustos, porque ambos viven en el mismo tamaño de terreno y comen lo mismo que el terreno les da. “las mujeres dicen que no tienen terreno, pero tienen porque están casadas y es de ambos, acaso el hombre solito se lo agarra…”(GF, Chiarumani). Los jóvenes, saben que sus padres les darán, como herencia, un pedazo de terreno y que sus hermanas no recibirán igual o será muy poco, porque se casarán y se irán. Ante la pregunta de cómo ellos repartirán su terreno cuando sean padres de familia, algunos dijeron “tal como se hace actualmente en la comunidad, como es costumbre”, otros les darían tanto al hombre como a la mujer por igual, porque escucharon que hay una ley que dice eso y que están de acuerdo, porque todos son hijos e hijas por igual.

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Uso y aprovechamiento

Las mujeres utilizan y aprovechan la tierra de acuerdo a sus necesidades, recalcan que “nadie se ataja” del terreno porque es de la familia y todo lo que se siembra y cosecha va en beneficio de los hijos y las hijas. Este aspecto es reiterado con énfasis por los hombres que participaron en la investigación. Casi la totalidad de los y las entrevistadas respondieron que utilizan el terreno, principalmente, para el autoconsumo de la siguiente manera: Son la mujer y el hombre quienes deciden la proporción que se quedará para consumo, lo que será para semilla y cuánto venderán. En todos los casos, la mujer agarra el dinero de la venta, por seguridad, para que sea “si…la mujer es la cajera, ella agarra porque nosotros los hombre sabemos tomárnoslo…, mayor seguridad es con ella” (GF, Hombres, Chacoma, Patacamaya) invertido en las necesidades de los hijos e hijas. Con relación al lugar y tamaño donde están ubicadas sus parcelas la mayoría de hombres y mujeres dice que son pequeñas, no alcanza para repartir entre los hijos y desean emigrar a tierras donde haya grandes extensiones para asentarse con sus familias y progresar. Varios ponen énfasis en la falta de agua y de pozos, motivo por el cuál son estrictos con los turnos de riego que son respetados, valorados y peleados. En algunos lugares, por ejemplo, no se da riego a los yernos y cuando mueren el papá y la mamá, esa familia no recibe turno de agua para evitar que los hermanos se peleen por los beneficios. Para aprovechar mejor el terreno las autoridades desean contar con el apoyo del gobierno ya sea en maquinaria y/o préstamos a mediano y largo plazo. Tampoco piensan en vender sus terrenos, eso “es como prohibido porque no tendrían dónde ir”. Entre las dificultades para la distribución de la 64


tierra se puede mencionar que las parcelas que posee cada familia son pequeñas en relación a la cantidad de hijos que la heredarían, en otros muchos casos (Independencia) los títulos están a nombre de los abuelos (son de la época de la Reforma Agraria) o bisabuelos. Otros y otras participantes dicen que la tierra ya no es fértil por los problemas climáticos y que cada año se produce menor cantidad y de menor calidad. Por ejemplo, la papa que se cosecha una sola vez al año sale pequeña y la cantidad no es la misma, lo que les hace reducir su consumo, venta y cupo para la semilla del próximo año. Existen diferencias con relación al tiempo que se hace descansar la tierra, algunas mujeres dicen que son 3 años, otros hombres hablan de 6; sin embargo, todos coinciden en decir que antes la tierra descansaba más tiempo -entre 10 y 20 años-. Dicen que el cuidado del terreno es constante, especialmente en época de siembra y cosecha. Aunque la mayoría reportó mantener el sistema tradicional de trabajo con yuntas y abono orgánico, ninguno se excluyó de utilizar, alguna vez, productos químicos, sean fertilizantes o fumigadores. Unos cuantos hablaron sobre el uso de tractor para abrir la tierra. Todos y todas dicen utilizar la tierra, de una manera u otra. Nadie prohíbe o limita el uso, y en ello, al parecer, no hay la determinación en función al género. En las comunidades se consideran a las tierras de pastoreo como algo importante, en algunos lugares (Patacamaya) mencionan que la decisión temporal y espacial para el pastoreo es tomada entre los miembros de la comunidad durante las reuniones de sindicato, donde hay una predominancia de varones en cuanto a la asistencia, quienes se ponen de acuerdo sobre esos aspectos. Asimismo, definen qué lado de las parcelas descansará y cuál será el que se utilizará para la producción. La tierra adquiere una relevancia cultural al referirse a ella como la “Madre tierra, la Pachamama” que les dota de todo lo que necesitan para vivir. Casi reflexionando, expresan que en la actualidad se han perdido muchas 65


tradiciones, tal vez por ingratitud, por ejemplo, “ahora ya no se hacen muchos rituales para la siembra ni la cosecha”. Algunas dicen que las autoridades tienen la obligación de hacer el ritual (wilancha8) una vez al año “para que llegue el aguacero”, sin embargo, no ocurre así. Explican que para Carnavales se ch’alla a la Pachamama y se hace una fiesta en la comunidad. Otras dicen que para agosto se ch’alla y quema una “mesa” y si revienta es que va ha llover, caso contrario no. En estos rituales piden a los “Achachilas”, a la Pachamama y a Dios, con mucho cariño, “que vaya bien con la cosecha”, “para que llueva hacen ritos”., Unos cuantos participantes, varones, son más escépticos y dicen que el almanaque Bristol indica cuando va ha llover y que las personas que hacen los rituales creen que son ellas las que consiguen ese hecho natural. Algunas autoridades, al igual que las ancianas y los hombres, dicen que el mecanismo y la tecnología son los que acabaron con los ritos (por el uso de tractores, fertilizantes químicos). La mayoría explica que esto ocurre además, porque “ahora la gente prefiere creer solamente en Dios, sea cristiana o católica”.Las jóvenes reportan que ya no hay tradiciones, pocos en la comunidad ch’allan en el carnaval, “ya no se hace nada, ni para sembrar ni para cosechar”. Saben que antes se hacía willancha. Las solteras, reforzando lo expresado por las mujeres casadas, dicen que, a nivel familiar, todos los miembros participan de la siembra y la cosecha y “lo que se produce son los padres y las madres quienes deciden cómo administrar, cuánto y dónde venderán”. Ya en la comunidad, dicen que todas las familias pueden hacer pastar a sus animales en los lugares donde la tierra está descansando. Aseguran que todas las familias que tienen terreno tienen acceso al agua, tanto para riego (por turno con día 8 De acuerdo a la explicación de las y los comunarios de Patacamaya, la Willancha consiste en un ritual destinado a llamar “al aguacero o lluvia”, para lo cual se elige a un grupo de jóvenes quienes deben trasladarse corriendo con unas banderitas, por turno, trecho por trecho, hasta una laguna, a veces llevando un gallo o conejo “para dejar a cambio del agua que recibirán”. El agua que recogieron es llevada al lugar de siembra y suelen dejar durante 8 días, luego festejan. Este tipo de práctica cultural se realiza de diversas formas y ellas varían de comunidad a comunidad.

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y hora) como para el consumo. Recalcan que sólo las mujeres y hombres casados tienen derecho al terreno y al agua. 3.1.2.3 Ejercicio de derechos de la mujer originaria en las formas Objetivo: Explorar sobre el ejercicio de derechos de la mujer en cuanto a acceso ya la tenencia y uso de la tierra en las comunidades Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz) de acceso, uso y tenencia de la tierra Casi la totalidad de las mujeres casada más que afirmar que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, lo dicen en un tono de pregunta “¿las mujeres tenemos los mismos derechos, no?” Sin embargo, fueron muy pocas las que describieron los derechos que conocen: al estudio, a opinar y a la salud. Piensan que estos derechos no se cumplen porque las mujeres están acostumbradas a vivir sin reclamar, ni siquiera dentro de sus casas. Sienten que esta situación no está bien, que ellas deberían conocer sus derechos y ejercitarlos. Empero, ante la idea de cambiar, varias expresaron con preocupación que primero tendrían que reclamar ante los maridos y que esto provocaría el abandono. Al mismo tiempo, algunas hacen notar que, en los lugares donde la mujer estudia en el colegio y se casa, la pareja llega a un acuerdo sobre las cosas que deciden. Hubo quien piensa que hay derechos de las mujeres desde que hubo una mujer presidenta de Bolivia (Lidia Geyler Tejada). Asimismo, más de la mitad de las mujeres tiene la percepción de que desde que Evo Morales está en el gobierno, las mujeres tienen derechos.

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Por lo general, en Patacamaya, no conocen la normativa relacionada con el acceso, tenencia y uso de la tierra. Asimismo, ignoran la Ley INRA y desconocen sobre los derechos de la mujer, únicamente se refieren al derecho de no ser agredidas (pegadas) y a recibir respeto en cualquier espacio público. Se encontró un caso donde la señora dijo saber que las mujeres tienen derecho a ejercer cargos de autoridades en la comunidad y a participar en las reuniones del Sindicato, “pero no se cumple como debería”. Solicitan capacitaciones “tanto a mujeres como a varones sobre estos temas”. Las jóvenes solteras dicen que el derecho que más conocen es “no ser maltratadas”, es decir la no violencia. Explican que es lo que más se escucha por donde viven, pero piensan que no se cumple y que la mayoría maltrata a la mujer. Inclusive, aseguran que las autoridades son las que fallan porque creen que cuando se acude a la Defensoría, los agresores “pagan” y ya no les defienden a las mujeres. También se refirieron al derecho de no ser discriminadas. Las entrevistadas se sienten optimistas porque piensan que a medida que pasa el tiempo las personas, y en especial los hombres, están cambiando con relación a los derechos de las mujeres. En el plano de los derechos sobre el terreno nadie dijo conocer algún derecho, o ley, “solo de nombre como la ley INRA”. Algunas mujeres ancianas se refirieron al Bono Dignidad, como la única Ley que conocen y que les beneficia en su sustento. En los grupos de hombres, dicen que todo ser humano tiene derechos, pero que no todos los conocen. Éste, es el caso de las mujeres a quienes “les falta ejercer porque todavía no saben bien cuáles son sus derechos y necesitan estudiar, aprender”. Varios jóvenes expresan con optimismo que hay un avance, mirando los tiempos anteriores -la época de sus padres-,

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“ahora las hijas van a la escuela igualito que los chicos, eso está bien, porque necesitan estudio, ya no como antes que no se dejaba…pero lo que falla es la escuela… aquí no hay para que terminen, salgan bachilleres, solo hasta una parte, entonces las chicas lo dejan y se hacen de pareja…” (GF, S. Colchani, Patacamayai) pero también reconocen que aún hay limitantes. Al final, todos, los y las participantes, concuerdan en que las mujeres al igual que los hombres tienen derechos y deben ejercerlos. Para esto, ven necesario la socialización de esos derechos entre las y los diferentes actores de la comunidad, porque el desconocimiento de los mismos se convierte en una gran debilidad que coarta su aplicación. Nadie sabe qué derechos tiene, más allá de los ya conocidos como derecho a la salud, educación y a la vida. 3.1.3 Conclusiones Municipio de Patacamaya En el aspecto de participación en el ámbito privado y público, se llegó a las siguientes conclusiones: • La mujer del área rural aun se halla en dependencia del marido en la familia y tiene el rol más fuerte porque se hace cargo de la mayoría de las responsabilidades del hogar. • En el espacio público, aunque se va incrementando su participación, aún no ha logrado igualdad al de los varones, pues no la reconocen efectivamente como su igual en opinión y decisión en las organizaciones, sindicatos u otros.

En el aspecto de Acceso, tenencia y aprovechamiento de tierras se llegó a las siguientes conclusiones:

• Según usos y costumbres de los pueblos indigenas originarios la mujer 69


no tiene propiedad de la tierra de forma efectiva, la que tiene es la de su marido. En caso de la viuda, la tiene momentáneamente, porque retornará a la familia del marido. Y en caso de la soltera, simplemente no la tiene. • La mujer accede a la tierra y hace uso y aprovechamiento de la tierra, en muchos casos, cuando el marido sale a trabajar en otros oficios, ella está más ligada a “la pachamama” , porque se cargo de los trabajos culturales, el pastoreo y de los mismos ritos.

En el aspecto de derechos sobre la tierra se llegó a la siguiente conclusión:

• La mujer, en la mayoría de los casos, desconoce aspectos de legislación, menos conoce sus derechos como esposa, mujer y propietaria. 3.2 Municipio de Independencia comunidades originarias del cantón Calchani 3.2. 1

Contexto de la investigación

La provincia Ayopaya, está ubicada en el noroeste del departamento. El municipio de Independencia es la primera sección municipal de la provincia Ayopaya, ubicada en el noroeste del Departamento. El municipio tiene una superficie de 1743 km2 y cuenta con 26.825 habitantes (Censo 2001), lo que resulta en una relativa alta densidad promedia de 15,4 habitantes por km2. Su capital, Independencia, cuenta con 2.014 habitantes. El resto de la población esta dispersada sobre unas 135 localidades y comunidades campesinas dispersas. Comparado con el anterior censo de población (1992), el municipio perdió 6% de sus habitantes, lo que es explicado por el cierre de minas en el distrito de Kami. De 1804 habitantes en 1992 este centro minero bajó a solamente 581 habitantes en 2001, una perdida de 68% Por el contrario, la capital incrementó su número de habitantes con 26,5%, pasando de categoría “rural” a “urbana”. 70


Mapa de Independencia

Información extraída del documento de levantamiento de datos efectuado por FH/ Bolivia y facilitado por Julio Aramayo, Director Regional de Cochabamba. 2009.

La población es mayormente de descendencia Quechua, con una minoría de Aymará hablantes (8%). El municipio tiene una topografía bastante variada y se puede dividir en 3 pisos ecológicos. Al norte de la ciudad de Independencia se sitúa la parte subtropical, entre 1700 y 2000 metros de altura, con un clima cálido y húmedo (promedio de 1200 mm de lluvia por año). El resto del territorio se divide entre Valles templados (2000-2700 metros) y Valles altos y puna (entre 2700 y 3800 metros), con precipitación anual que varía entre los 400 y 700 mm. Existen, particularmente en los límites del sureste, picos de hasta 4600 metros de altura (Cordillera Mazo Cruz). En la zona de Keraya al norte de Independencia queda todavía parte de un bosque de neblina con características únicas, lo que podría incentivar el ecoturismo en la región. La variación en el paisaje y clima permiten la producción de una gran variedad de productos agropecuarios. 71


En las alturas predominan los tubérculos (papa, oca) y avena, mientras que en los valles se cultiva cereales y frutas como durazno, chirimoya y cítricos. Aproximadamente el 15% de la superficie es apta para cultivos, de lo cuál una mínima parte (5%) cuenta con sistemas de riego. El tamaño promedio de las explotaciones es de 3,3 has; la producción es básicamente para autoconsumo. Luego de las privatizaciones ha caído drásticamente la actividad minera, concentrado en la zona de Kami, donde se explotaba estaño y wólfram. Hoy en día, quedan unas cuantas cooperativistas que bajo circunstancias precarias sacan algo de mineral. El índice de pobreza es muy alto (97,5%). Es por esas razones que existe una fuerte migración hacía la ciudad de Cochabamba y el Chapare, para suplementar los magros ingresos. Existe alguna tradición artesanal en el área de la producción de textiles de lana -cobijas (phullus), ponchos, chompas y chuspas-. La ciudad de Independencia queda a 220 km. de Cochabamba; es un centro regional con servicios administrativos, de salud y educación superior para todo el municipio. Su día de fiesta anual está dedicada al la Virgen del Carmen, el 16 de Julio. Desde Cochabamba la ciudad es accesible vía la carretera asfaltada hacía Oruro, y luego doblando en Pongo (km. 100) hacía el norte, siguiendo un camino ripiado de altura que conduce por un espectacular paisaje con amplias vistas hacía ambos lados del camino. La conexión más corta es vía Morochata, doblando en Vinto en dirección noroeste subiendo al Cerro Tunari, pero este camino se encuentra actualmente cortado en un tramo que pasa por Morochata. En general existen muchos problemas en la comunicación vial hacía la mayoría de las comunidades, sobretodo en la época de lluvias: mucha de su mercancía únicamente puede ser transportada en loma de mulas y caballos.

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Cuadro IV Población por organización sindical Central Regional Calchani

Sub-central Chamacoma Vilacota Vilayaque Directamente Central Regional Chaupisuyo Kotani Loquena “A“

N° Comunidades

N° de Familias Sub-central

9 4 2

357 245 102

6 4 3 4

267 225 89 148

Fuente: INDICEP PDM Municipio de Independencia (2003-2007)

3.2.2. Hallazgos y resultados A diferencia de Patacamaya, en las comunidades de Calchani la asistencia fue mayoritariamente de hombres, pues convocaron principalmente a los participantes de los sindicatos agrarios y fue evidente la ausencia de las mujeres, asistiendo sólo algunas señoras. En el caso de las mujeres solteras no se pudo trabajar con ninguna, porque en los lugares visitados ya habían emigrado a la ciudad (acabaron las clases) y en otros casos estaban en la fiesta de la promoción que duró dos días. Con relación a los jóvenes solteros, se logró realizar un grupo focal y entrevistas en profundidad gracias al trabajo comunal (vaciado de una cancha de un colegio) que estaban realizando. Con los y las ancianas tampoco se tuvo mucha suerte, pues se encontró con dificultad muy pocos (as). 3.2.2.1 Género y actuación de la mujer en los ámbitos privado y público Objetivo: Indagar entre mujeres, hombres y autoridades de las comunidades definidas del cantón Calchani, independencia Cochabamba, sobre el rol de la mujer originaria campesina en los espacios privados y públicos con relación al acceso, tenencia y uso de la tierra. 73


En las comunidades del cantón Calchani, cuando se preguntó sobre el rol de la mujer en los espacios privados y públicos, de la familia y la comunidad, tuvieron diversas respuestas que llaman la atención. Cuando se les solicitó, a los entrevistados varones, definir lo que es ser hombre o ser mujer, respondieron, al igual que las mujeres, considerando el rol de cada uno de acuerdo a su ocupación o lo que hacen, sin distinguirles por su naturaleza. Es así que describen a la mujer como la persona que se dedica a los cuidados y labores dentro de la casa -en el espacio privadoy al hombre como el que se desenvuelve fuera del hogar -en el espacio público-. Esto lo veremos a continuación. • El rol de la mujer en el espacio privado Las mujeres entrevistadas aseguran que “ser hombre es mejor” porque “es como visita llega de la chacra directo a descansar y a comer”. Piensan que ellos no sufren por los hijos de igual manera que las madres. Varias indican que ahora los hombres ya no trabajan mucho en la siembra y cosecha como antes, porque salen a la ciudad, para trabajar como chóferes. Aseguran que los hombres trabajan y sufren menos que las mujeres. La mujer esta de pie desde las 4 de la mañana porque, antes de ir al campo, tiene que cocinar y cuando vuelve, nuevamente se dedica a preparar los alimentos. Trabaja junto con el hombre pero ella carga a la wawa, cuida el ganado, teje y es responsable de los hijos e hijas. Expresan que para la mujer no hay descanso, incluso no puede comer tranquila, muchas veces tienen que alimentarse mientras siembran o cosechan. Casi ninguna de las entrevistadas se siente conforme con ser mujer, porque no ven “beneficios”. Al contrario, no se sienten valoradas, aseguran que la mujer ocupa “un lugar bajo” en todo, no puede ser igual al hombre y algunas dicen “nos humillan”. Al referirse al trato de los hombres, especialmente cuando hay discusiones, momento en que ellos aprovechan para recordarles: “mujer nomás eres”, como se decía con mayor frecuencia hace años. 74


Sin embargo, varias señoras piensan que, poco a poco, se está avanzando en la igualdad con relación al hombre, a pesar de las diferencias tan marcadas que ellas encuentran: el estudio con que cuentan los hombres, lo que les permite “pensar” y la fuerza con la que trabajan en la tierra -cualidades que para la mayoría de las mujeres es imposible de igualar-. De acuerdo a la vida que llevan las jóvenes solteras en sus casas, se comparan con sus hermanos y dicen que ser hombre es mejor, porque ellos pueden salir a jugar o pasear, la familia les tiene mayor preferencia y confían más en ellos que en las mujeres. La mayoría piensa que existen “diferencias” entre los hombres y las mujeres, por ejemplo, se refieren a la asistencia a la escuela (la mayoría de las participantes en la investigación no terminó el colegio), la posibilidad de trabajar en la ciudad y la fuerza física que los hombres tienen especialmente cuando se trata de trabajar en la tierra. Empero, indican que en la actualidad las diferencias ya no son muchas como antes, como en la época de sus mamás o abuelas porque creen que las cosas están cambiando. En menor proporción, algunas hacen notar que al presente existen papás que “por lo menos cocinan cuando la mamá no está en casa” y aseguran que ese es un gran cambio positivo. Para las jóvenes solteras ser mujer es sinónimo de trabajar y sufrir, por lo que dicen no estar conformes. Ser hombre es “tener todo alcanzado y preferencias”. Creen que “no conviene” ser mujer, aunque no son tan tácitas como las madres de familia al calificar el “ser mujer”. Las mujeres ancianas no saben ni escucharon hablar sobre género. La palabra tampoco les es familiar. La explicación de las señoras de la tercera edad, sobre lo que es ser mujer u hombre, está vinculada exclusivamente a los roles que se les asigna generación tras generación y que ellas mismas en calidad de abuelas aconsejan a sus nietas que contraen matrimonio. “Mujer es cuidar a los hijos, hombre es el que lleva comida, el jefe de la familia”. No expresan mucho su conformidad o disconformidad con 75


ser mujeres, más bien enfatizan que “así siempre es” y que ya están acostumbradas a la forma de vida que llevan. En las comunidades más próximas a los centros poblados, las ancianas notan que las jóvenes de ahora piensan de diferente manera porque ya no quieren quedarse en la comunidad, desean salir a la ciudad para superarse e inclusive las que se casan tienen mayor “libertad” en la casa, “no sólo se quedan atendiendo a la familia también trabajan fuera” (comerciantes). La mayoría cree que antes “había mucho machismo” y que la mujer era más discriminada. Sostienen que en la actualidad esto está cambiando porque ahora las mujeres tienen derechos, como la educación. Los jóvenes varones, comparten esta percepción y añaden que están de acuerdo con esta nueva mirada, inclusive hablan que en otros lugares es normal que el hombre comparta las tareas del hogar con la mujer. • El rol de la mujer en el espacio público La participación de la mujer en espacios públicos en la zona del valle es menor. En el caso de Cotani (Independencia), por ejemplo, no hay autoridades o dirigentes femeninas y según la información tampoco hubo antes. Las razones para esa diferencia de cargos ocupados por hombres y mujeres, de acuerdo a las señoras casadas son, en orden de importancia, las siguientes: Se sienten desestimuladas, como indican en Chamacoma (Independencia), donde se observó que algunos hombres aíslan sistemáticamente a las mujeres de las reuniones que se convocan, aunque sean autoridades (secretaria femenina). Aludiendo lo ya mencionado, las mujeres no “tienen ideas ni capacitación para participar autoridades, porque no les conviene, les provoca peleas en casa y no quieren caminar largas extensiones, además de alegar que están sin tiempo. Esta posición es más notoria entre las participantes de Independencia, pues resaltan la importancia de tener estudio y estar capacitadas para asumir cualquier nominación como autoridad, requisito que las mujeres del lugar 76


no tienen. Concluyen comentando que, por esa razón, el hombre es siempre elegido como autoridad de la comunidad, apoyado, principalmente, por las mujeres. Expresan estar conformes y/o acostumbradas con la forma en que viven en la comunidad. Otra razón expresada en Cotani (Independencia), para la limitada participación de las mujeres, es el horario, pues se convoca a reunión por la noche, cuando es peligroso caminar en medio de la oscuridad -“peor sin linterna”-, provocando que las señoras no asistan y acaben pagando la multa en especie, sea oveja o llama. Con relación a la actuación de las esposas de las autoridades originarias, las señoras explican que mayormente se ve al hombre ejerciendo sus funciones.

“Aquí en la comunidad, no siempre andan juntos las autoridades (hombre y mujer)… a veces cuando van los dos, la mujer hace la comida, así nomás es… no participan, no hace nada… los dos igual debería ser, opinar igual…” (GF, mujeres, Muruchapi, Independencia) Las mujeres autoridades, en las comunidades de Calchani Independencia, sostienen que si pudieran elegir serían hombres. Sin embargo, varias recalcan que ya están acostumbradas a su condición. Piensan que no se podría invertir los papeles, que no podría haber igualdad con relación a los roles que tienen hombres y mujeres. “siempre la mujer está abajo, no está bien, siempre la mujer hace demás…no se puede ser igual…el hombre sobre sale en todo…nosotras mismas damos consejo de que se tiene que aguantar al hombre (se tapa la boca como riéndose de sí misma) es encargo de las abuelas, hay que respetar al hombre, hacer caso al marido…los hombres no nos dejan ni opinar…(GF, Chaypisuyo, Independencia) ”

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3.2.2.2 Haceres, pensares y sentires sobre las formas de acceso, tenencia y uso de la tierra para la mujer Objetivo: Identificar los haceres, pensares y sentires de las mujeres originarias y autoridades locales de Calchani Independencia (Cochabamba) sobre las formas de acceso a la tenencia y uso de la tierra para la mujer, establecidas en la comunidad. • Acceso y Tenencia Las mujeres tienen terreno?, como en caso de Patacamaya, las respuestas son claras, casi todas las mujeres casadas tienen terreno donde viven y siembran sus productos, el terreno “legalmente” es del marido, que al ser su pareja también les pertenece. Las que no tienen terreno son los y las jóvenes solteras, porque no necesitan, están bajo la tutela de los padres y de las madres La mujer cuando es viuda se queda con el terreno pero suele ocurrir que la familia del marido reclamará propiedad sobre ella. Este es un problema frecuente como lo es el problema de los jóvenes sin tierras. En las comunidades de los valles se observa mucha escasez de tierras. En algunos casos dijeron que es la pareja (madres y padres) la que reparte sus terrenos entre los hijos. A las mujeres que expresaron esto, se les preguntó cuántos hijos e hijas tenían y se hizo el ejercicio de cómo repartirían sus terrenos. La mayoría de ellas, asignó un pequeño pedazo a las mujeres. El minifundio y el surcofundio es cada vez agudo, a consecuencia de la distribución de tierras al interior de las familias de las comunidades del cantón Colchani, si los jóvenes varones no tienen terrenos, es lógico sostener que la mujeres tienen menor acceso a la tierra que ellos. Además que esto responde no solo a un deseo, sino a una tradición en la vida rural, pero además a legislación sobre tierras desde antes de la reforma agraria y hasta la actual ley INRA, que no apoya a la mujer como propietaria de terrenos. 78


En las entrevistas las mujeres en su gran mayoría, confirman esta situación, mencionan que ellas no tienen tierra, que sus familias distribuyeron a sus hermanos varones las tierras, y que ellas solo al casarse se hacen “propietarias de tierra”, porque se hacen esposas, pero en los hechos, legalmente ellas no figuran en los títulos ejecutoriales como propietarias. •

Uso y aprovechamiento

En la zona de estudio en las alturas predominan los tubérculos (papa, oca) y avena, mientras que en los valles se cultiva cereales y frutas como durazno, chirimoya y cítricos. Aproximadamente el 15% de la superficie es apta para cultivos, de lo cuál una mínima parte (5%) cuenta con sistemas de riego. Sembrar y cosechar: choclo, papa, trigo, Sacar agua / sacar leña, Criar ganado Cultivar: trigo, haba, maíz, papa, liza, oca, avena, cebada y arbeja, Criar animales es el rol de hombres y mujeres. Las mujeres utilizan las tierras de la comunidad o el área destinada para el pastoreo al igual que los hombres, en realidad, son las familias, independientemente del hombre o la mujer, las que llevan a sus animales al pastoreo, en Independencia, una de las mayores preocupaciones de las mujeres en tiempo de lluvia es la falta de leña, temen que no poder conseguir y como consecuencia no contar con fuego para cocinar. También mencionaron que hacen ayunos. En Independencia explican que durante el día del ayuno, se come sin sal, se matan ovejas y se queman sus huesos junto con lo que van a “k’hoar” pidiéndole a la Pachamama que proteja la siembra y la cosecha sea productiva 3.2.2.3 Ejercicio de derechos de la mujer originaria en las formas de acceso, uso y tenencia de la tierra Objetivo: Explorar sobre el ejercicio de derechos de la mujer en cuanto a acceso ya latenencia y uso de la tierra en las comunidades Sullcuta Colchani (Patacamaya, La Paz) 79


En Independencia, los hombres reconocen que la mujer lleva una vida más dura que el hombre en el campo, debido a las ocupaciones que tiene. Dicen que aunque la mujer en la agricultura trabaja menos, aunque lleva mayor carga porque es responsable del cuidado de los hijos y de atender a toda la familia. Saben que el hombre siempre ha sido más valorado que la mujer, en la casa y en la comunidad, siempre estuvo primero y miran ahora con aceptación que las mujeres estén siendo reconocidas, principalmente por el presidente de la República, Evo Morales, quien siempre habla de ellas y les da su lugar. Ya en Independencia, los jóvenes bachilleres comparten que en el colegio se habla de equidad de género y de acuerdo a lo que perciben en su comunidad, creen que solo se ha avanzado un 20 % en cuanto a igualdad. Notan que aún hay grandes diferencias entre hombres y mujeres. Sienten que las mujeres sufren, porque su misión es mantener a sus hijos a como de lugar, además de ocuparse de los animales, la casa y la producción. Piensan que conseguir equidad de género es cuestión de tiempo, al menos unos diez años para que las personas cambien, incluyan a las mujeres y les den mayores oportunidades, así como para que ellas adopten seguridad y se atrevan a participar sin temor ni vergüenza. Las jóvenes están seguras del valor que tienen dentro del hogar, dicen que una familia sin mamá estaría perdida. Hacen notar que los maridos, todavía no les dan toda la importancia que ellas merecen, porque la relación de hombre - mujer en la casa está subordinada al carácter y a la autoridad que ellas mismas le otorgan al marido como jefe de la familia, quien está llamado a corregir los “errores” que se cometen, incluyendo los de la esposa. “cuando no hago bien me pega, cuando es mi pecado, tengo que aguantarme, si no, no…” (GF, Cotani, Independencia)

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De todos modos, existe consenso al observar que, en comparación a la época de sus mamás, los maridos ahora tienen una actitud más positiva y las comprenden mejor. Las participantes de Chamacoma – Chaypisuyo (Independencia) añaden como un elemento positivo la conversión de esposos y esposas al evangelismo, hecho que para ellos ha provocado la disminución de “peleas en casa” y está promoviendo el respeto a las mujeres. En el ámbito ritual, mencionan que cada familia, alguna vez, hace su “k’hoa”. “Ahora gran parte de la población es cristiana – evangelista y por eso ya no se conoce a la Pachamama”, especialmente en el caso de los jóvenes que ya no creen, no participan, ni le tienen mucho cariño. En Independencia, este significado cultural parecería ser menor al escuchar las declaraciones de hombres y mujeres quienes dicen que ya no es costumbre, ya no hacen rituales, por lo menos no de manera conjunta. 3.2.3 Conclusiones Municipio de Independencia En el aspecto de participación en el ámbito privado y público, se llegó a las siguientes conclusiones: •

La mujerdel área rural aún se halla en dependencia del marido y tiene el rol más fuerte porque se hace cargo de la mayoría de las responsabilidades del hogar.

En el espacio público, la mujer aún no ha logrado igualdad al de los varones, pues no la reconocen efectivamente como su igual en opinión y decisión en las organizaciones, sindicatos u otros son ignoradas.

En el aspecto de acceso, tenencia y aprovechamiento de tierras se llegó a las siguientes conclusiones:

La mujer no tiene propiedad de la tierra de forma efectiva, la que

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tiene es la de su marido, en caso de la casada; mientras que las viudas la tiene momentáneamente, porque retornará a la familia del marido; en tanto que las solteras simplemente no la tienen. •

La mujer accede a la tierra y hace uso y aprovechamiento de tierra, y en muchos casos ella está más ligada a ella cuando el marido sale a trabajar en otros oficios, ella se cargo de los trabajos culturales, el pastoreo y de los mismos ritos a la Pachamama.

En el aspecto de derechos sobre la tierra se llegó a la conclusión:

La mujer en la mayoría de los casos desconoce aspectos de legislación, menos conoce sus derechos como esposa, mujer y propietaria.

3.3 Conclusiones y recomendaciones •

Análisis comparativo de los dos abordajes en la investigación

Sería de esperar que las cosas fueran diferentes en el valle y en el altiplano, pero no es así, las conclusiones son las mismas, sólo se puedo observar que las mujeres del altiplano van ganando mayor participación en el ámbito público, porque participan más en los sindicatos y otros, mientras que en las comunidades de Calchani, independencia de Cochabamba, la mujeres hacen notar su rezago en cuanto a su participación, por lo demás se nota muchas similitudes, como veremos a continuación en nuestros cuadros comparativos, sobre el rol que desempeñan en las labores del campo.

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Mujeres

Hombres En orden de prioridad

Patacamaya • Sembrar y cosechar: principalmente papa y cebolla, • Sacar agua • Criar animales (espacio) • Obtener leña

Independencia

Patacamaya

Independencia

• Sembrar y cosechar: choclo, papa, trigo • Sacar agua / sacar leña • Criar ganado

• Cultivar: papa, quinua, cebolla • Hacer casas para vivir • Caminar

• Cultivar: trigo, haba, maíz, papa, liza, oca, avena, cebada y arbeja • Criar animales (espacio)

Lo propio veremos en cuanto a acceso, tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra. A manera de resumen y a partir de lo que se encontró en las comunidades seleccionadas de Patacamaya comunidades del catón Sullcuta Colchani, y también en las comunidades del cantón Calchani de Independencia, a continuación presentamos en cuadros comparativos aquello que piensan o conocen, hacen o practican y sienten en torno al acceso de la mujer a la tenencia y uso de la tierra:

Grupo o segmento

Mujeres

Hacen

Piensan

Sienten

• Viven, trabajan y se benefician del terreno

• Que la tierra es su sustento

• Seguridad al acceder a los terrenos • Dependencia al terreno para subsistir • Preocupación y temor de perder el terreno en caso de muerte del marido

• Willanchas, ch’allas y ayunos (en menor proporción) para la buena producción

• Que la tierra es importante porque se trata de la Pachamama

Menos fe que las mujeres de antes

• No venden la parcela donde viven

• Que es lo único que tienen

Disconformidad, por lo que la tierra no alcanza

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Grupo o segmento

• Que la única diferencia con el hombre es que no tienen su fuerza física

• No participan de las reuniones ni decisiones del Sindicato Agrario

• Que no tienen capacidad para opinar

• No ejercen como autoridades

• Que quita tiempo y no están preparadas

Hacen

Piensan

• Comparten el terreno con la mujer y la familia para sembrar y cosechar

• Que la tierra es el sustento de la familia

• No se atajan del terreno

• Que la mujer tiene acceso a la tierra sin limitaciones

• No eligen a las mujeres autoridades

• Que las mujeres no tienen estudio y no están preparadas

Acceso

Hombres

• Trabajan igual que el hombre en la tierra

Autoridades

• Deciden los lugares donde las familias llevarán a sus animales para el pastoreo

• Que las mujeres tienen un lugar para vivir, producir y cuidar a sus animales al igual que el hombre • Las mujeres utilizan las tierras de la comunidad o el área destinada para el pastoreo al igual que los hombres • Que acceso significa derecho a un pedacito

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Infelicidad por la carga de trabajo que conllevan

• • •

Desestimuladas Desvalorizadas Avergonzadas

• Desinterés • Inseguridad

Sienten

• Tranquilidad porque la familia entera accede al terreno

• Tranquilidad

• Poco arrepentimiento por discriminarlas

• Tranquilidad • Seguridad que todos acceden a la tierra


Acceso Uso

Mujeres

Hombres

Autoridades

• No incluyen a las mujeres en las listas del Sindicato

• Que la mujer no “tiene pensamiento”, no sabe hablar, no es capaz

• No toman medidas cuando una mujer es expropiada del terreno donde vive, a partir de la muerte de su marido

• Que no les corresponde actuar • Que es un problema exclusivamente familiar

• S i e m b r a n , cosechan • E x t r a e n leña, agua, otros

• Que el terreno es pequeño y no alcanza

• Deciden con sus esposos qué producir y qué vender

• Que la tierra ya no es fértil

• Trabaja conjuntamente la mujer en la tierra

• Que los beneficios del terreno son para la familia

• Decide con la mujer cómo se destinará su producción

• Que la mujer sabe “hacerse alcanzar” lo obtenido de la producción para las necesidades de la casa

• Confianza • Valoración

• No venden el terreno

• Que no tendrían dónde ir

• Reconocimiento • Cariño al lugar

• No prohíben ni limitan el uso de la tierra a nadie

• Que todos tienen derecho a utilizar

• Satisfacción

• Desvalorizan • discriminación

• Aceptación y conformidad

• Temor a los cambios climáticos

• Deseos de emigrar a la ciudad a mejorar su vida

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Tenencia

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• No reciben herencia o reciben menos que los hermanos

• Que tienen terreno (verbo tener) • Que el terreno solamente alcanza para el varón • Que ocuparía mayor tiempo de la mujer si tuviera un terreno de herencia con el padre y otro con el marido (pocas)

• Confusión sobre los motivos de la distribución que hacen los padres • Preocupación ante una distribución equitativa en tierras que no alcanzan para todos • Pertenencia y apropiación de las parcelas donde viven y producen • Conformidad • Inquietud por la posibilidad de recibir al igual que el hermano, terreno como herencia

• No heredan terrenos mientras son jóvenes y solteras

• Que no necesitan porque viven con los padres

• Aceptación

• Escucharon sobre una ley de equidad en la distribución de la tierra

• Que podrían haber peleas en las familias por los terrenos que no alcanzan

• Curiosidad

• Pierden el terreno del marido cuando fallece

• Que es injusto que les quiten el terreno donde viven y trabajan

• Temor • Preocupación • Inseguridad

• Se van a la ciudad (jóvenes)

• Que no saldrán adelante con el terreno que les toca

• Deseos de superación • Esperanza

• Apoyan la forma de distribuir los terrenos entre la familia (no le dan a la mujer o le dan poco)

• Que las mujeres tienen terreno porque al casarse es de ambos • Que es la única manera de evitar el surcofundio

• Conformidad


• Que no hay discriminación • Que se mantiene el apellido al ser el hombre el que hereda el terreno Autoridades • Respetan la decisión de cada familia

• Que la mujer no recibe herencia porque es un problema de falta de tierra y no así de equidad

• Preocupación por la falta de tierra

En los diferentes discursos y desde la mirada planteada de mujeres originarias campesinas, hombres y las autoridades de las comunidades seleccionadas en Patacamaya e Independencia, el acceso de la mujer a la tenencia, uso y aprovechamiento de la tierra se da en el marco exclusivo de sus usos y costumbres, exentas de las normativas estatales, principalmente por desconocimiento. Esta dinámica, como muestran los resultados, pone en manifiesto una suerte de concepciones entre los diferentes grupos participantes en la investigación, en torno a lo que es acceso, uso y tenencia, a veces compartidas y otras no, que tal como son aplicadas en su realidad son aceptadas sin profundos cuestionamientos y como alternativa de sobrevivencia de las propias comunidades. A continuación se presentan las conclusiones extraídas de los resultados de los casos estudiados, con una lectura desde adentro, que pretenden ser, principalmente, un insumo para articular sugerencias de actuación en torno a la temática. 1 Existe un reconocimiento de que, en general, existe desigualdad entre los roles asumidos por la mujer y por el hombre, tanto en el espacio privado como público (actuación en la comunidad), pero no necesariamente ligada al acceso, uso y tenencia de la tierra.

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Para las y los participantes, como dice Canessa (1997), las diferencias se basan menos en lo que hombre y la mujer son y más en lo que hacen. Esta percepción provoca que las mujeres no se sientan cómodas o satisfechas con “ser mujer” por las múltiples tareas que realizan y se conceptúen como sinónimo de sufrimiento, además de visibilizar una desigualdad con relación a las funciones de sus maridos. Los hombres, por su lado, concuerdan y reconocen también esas desigualdades en el plano familiar, que vinculan más con los asuntos de “la cocina y la atención a los hijos”. Cuando se habla exclusivamente del acceso y uso de la tierra, esas diferencias parecen disiparse pues dicen que tanto las mujeres como los hombres trabajan la tierra, viven en ella y se benefician de sus productos en igual dimensión. Sobre la tenencia, dicen que es evidente la “diferencia” (posesión de título, acceso por la línea patriarcal); sin embargo, en la práctica, las mujeres se apropian virtualmente del terreno que los maridos heredaron y la conciben no sólo como suyas, sino principalmente como de la familia. En el plano público, es sabido que a la mujer no se le brinda oportunidades de participación activa y decisiva en la comunidad. No se las escucha cuando quieren opinar y se las devaloriza por no tener estudios. Este hecho, que ocurre en cualquier plano de discusión, repercute con relación al acceso, uso y tenencia de la tierra, pues se les excluye de las listas del sindicato agrario, sobre el cual creen no tener la capacidad para asumir los cargos que todos están llamados a asumir en determinado momento. Por su lado, y en consecuencia, las mujeres se sienten desestimuladas, avergonzadas y sin interés en participar y asumir cargos de autoridad o dirigencia en la comunidad. 2 La forma de acceso y uso de la tierra que se establece para la mujer en la comunidad es asumida históricamente por todos, incluyéndola a la mujer, como la única alternativa para no generar el surcofundio y mantener a las nuevas generaciones en las comunidades, mas allá de una desigualdad de género.

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De acuerdo a sus usos y costumbres de la comunidad la mujer no tiene derecho a heredar la tierra de sus padres solo lo tiene el hijo varon. Este es el motivo que se ha ido transmitiendo a través de generación en generación como la causa principal de la forma de heredar la tierra. Al margen de aprobar o no, hombres y mujeres piensan que es la única forma de no fragmentar la tierra en parcelas que no beneficien a nadie por la dimensión y calidad. Desde la postura de las mujeres, existe igualdad en cuanto al acceso y uso de la tierra porque ellas viven con el marido en el mismo espacio, trabajan conjuntamente los hombres, deciden entre ambos, la producción y la forma en que será aprovechada, viven de los beneficios que derivan del terreno y sienten que “tienen” la tierra. Sin embargo, ven la desigualdad plasmada en tres elementos: la participación activa en las reuniones de los Sindicatos Agrarios, la posibilidad de ser autoridades de sus comunidades (aunque dicen que no tienen interés) y el tamaño de la parcela (material) que reciben como herencia (o que no reciben). Mujeres y hombres no hablan del acceso y uso individual de la tierra, siempre se refieren a la familia porque ese es su principio y su fin. 3 Existe una apertura a la aplicación de la normativa agraria que promueve equidad de género en cuanto al acceso, tenencia y uso de la tierra. Sin embargo, mujeres y hombres se preguntan sobre la forma de implementarla sin que afecte la lógica comunal que evita el surcofundio y la migración. Tanto mujeres como hombres ven como un paso justo esta premisa. Los hombres reconocen que durante décadas, en el plano general, las mujeres han sido relegadas y discriminadas en sus propias esferas y en otras, por ser mujeres, campesinas y no contar con estudios. Reconocen que uno de los protagonistas de esta exclusión han sido los hombres, los propios compañeros. Reconocen también que los tiempos están cambiando y que la propia coyuntura está generando una mayor visibilización y valoración de la 89


mujer. Piensan que el Gobierno actual de Evo Morales, es el principal propulsor de los derechos de las mujeres. Con todo, basándose en lo poco que conocen al respecto (“la tierra debe ser distribuida en forma equitativa para la mujer y el hombre”) requieren mayor amplitud sobre la dimensión de las normativas relacionadas con la tierra y la mujer. Desean saber, qué acciones exactamente se quiere con esa normativa. Piensan que es importante que el Estado se retroalimente con la vivencia de las comunidades, sus usos y costumbres y se lleguen a consensos que deriven en el bienestar de mujeres y hombres y, ante todo, de la comunidad. A la par de esa demanda, es importante revisar y definir operativamente como se trabajará con la normativa agraria con enfoque de género, en cada contexto de acuerdo a sus características. Por ejemplo, la promoción de la titulación de tierras para la mujer no tiene cabida en las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) ni en las Comunidades Campesinas, donde se otorga una titularidad colectiva. 4 Las mujeres no conocen sus derechos fundamentales ni aquellos que se relaciona con el acceso, tenencia y uso de la tierra, por tanto no hay un ejercicio de los mismos. Desde la perspectiva de las mujeres y los hombres, los derechos de la mujer se reducen a la posibilidad de no ser agredidas. Una condición para que exista desarrollo humano y por ende del país, es el reconocimiento de los derechos y las responsabilidades individuales, así como la promoción, aplicación y defensa de los mismos. Por tanto, es ineludible la necesidad de promover entre los ámbitos investigados los derechos de las mujeres de manera genérica, así como aquellos que se vinculan con el acceso, tenencia y uso de la tierra y desmitificar a la vez, que el único derecho de las mujeres es a la no violencia.

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• Recomendaciones: A la luz de los resultados y las conclusiones se sugiere tomar en cuenta las siguientes recomendaciones: Diseñar y poner en práctica una Estrategia Integral de Información, Abogacía, Comunicación y Movilización Social que vaya más allá de la simple difusión pública o de acciones aisladas dirigidas a beneficiarios y se convierta en un componente estratégico y programático clave del Viceministerio de Tierras. La presente coyuntura política social abre una oportunidad para desarrollar, de manera consistente, una estrategia de comunicación integral para el desarrollo con una doble función: por un lado, de pleno fortalecimiento y apoyo a la abogacía y alianzas por políticas públicas, en los planos nacional y local en beneficio al acceso, tenencia y uso de la tierra con equidad de género; y, por otro, como un instrumento de concertación del cambio social en apoyo a la temática, con énfasis en el desarrollo de estrategias y acciones de comunicación de nivel municipal, comunitario y familiar. La comunicación es crucial para el desarrollo humano y, de manera particular, para impulsar las bases de una cultura de equidad de género. Es importante asumir la comunicación desde varias dimensiones: como un componente estructural y estratégico del Viceministerio de Tierras; como una herramienta; como un proceso social capaz de aportar al mejoramiento o cambio de las condiciones de vida de las mujeres y las poblaciones; y, más que todo, como uno de los derechos inalienables. Información Pública: Se propone esta línea, entre las otras, para generar, intercambios de información, conocimientos y experiencias -por distintos medios y canales- que retroalimenten procesos destinados a la toma de decisiones de las autoridades, líderes, aliados, comunidades y 91


familias. No sólo se refiere a la transmisión de datos. Abogacía: Para fortalecer, adecuar y mejorar la normativa actual en torno al acceso, tenencia y uso de la tierra con equidad de género, tomándose decisiones con una visión de sostenibilidad. Asimismo, con esta línea de trabajo, se puede movilizar recursos técnicos y financieros, entre grupos de decisión, para sostener las acciones que se requieran en el marco del Viceministerio de Tierras. Movilización Social: A fin de facilitar y fortalecer la participación protagónica de líderes, autoridades, organizaciones y agrupaciones sociales, principalmente comunitarias, en la toma de decisiones acordes a sus necesidades y en las acciones encaminadas al acceso, tenencia y uso de la tierra con equidad de género. Comunicación, con una mirada de Desarrollo: La Comunicación para el Desarrollo debe entenderse como una visión que va más allá de la producción de materiales o la aplicación de campañas eventuales; pues implica un trabajo de largo plazo con contrapartes y aliados; que incluye las necesidades y las voces de las mujeres y también de los hombres. Esta línea debe aprovechar diagnósticos efectuados en las comunidades sobre el acceso, tenencia y uso de la tierra, como el presente documento, para promover acciones y comportamientos individuales y colectivos positivos, que contribuyan a la equidad de género. Requiere la combinación de distintas formas de comunicación, interpersonal, grupal y masiva por múltiples vías y medios. Es importante señalar que a pesar del enorme potencial de la comunicación no es suficiente por sí misma, es necesario que se integre y complemente con las diferentes áreas de trabajo del Viceministerio de Tierras.

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Originarias de Patacamaya

Taller de Validaci贸n

Autoridades originarias del canton Sullcuta Colchani

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CONCLUSIONES DE VALIDACION TIERRAS ALTAS

Se identificó una escasa participación de las mujeres, refiriéndonos específicamente al poco involucramiento y empoderamiento de sus derechos de las mujeres indígenas originarias y campesinas, en la toma de decisiones. Realizar encuentros con otras organizaciones de Oriente y Occidente, para intercambiar las experiencias en la tenencia de la tierra territorio uso y aprovechamiento de recursos tierra y recursos naturales. Necesidad de información de las leyes y capacitación, conocimiento en la construcción del acceso y tenencia de tierra territorio, bajo los principios de reciprocidad y complementariedad entre mujeres y hombres. Realizar talleres de información socialización de las leyes y la Constitución Política del Estado, implementando la difusión de los derechos de las mujeres y hombres sobre la equidad en la tenencia y acceso la tierra, a nivel nacional y departamental, en las provincias centrales y sub. centrales cantonales, en comunidades campesinas, ayllus, markas, suyus, tentas y capitanías, con las mujeres y hombres desde las bases. Es importante el acceso a la tierra territorio para las mujeres en nuestros país, para encarar un desarrollo propio de los pueblos indígenas originarias, la mujer es la principal productora de alimentos es la encargada de la seguridad alimentaría en el hogar y la comunidad. Por ello, es fundamental el respeto a los derechos de la mujer sobre la tenencia de la tierra territorio, así como su acceso a recursos naturales. Pese a esta situación, las mujeres aún sufren una fuerte discriminación y una constante violación de sus derechos. 95


La discriminación se da por la aplicación desigual de leyes y sistemas jurídicos, insuficiente información, que resultan desfavorables para las mujeres. La mayoría de las mujeres indígenas originarias y campesinas, no disponen de sus derechos garantizados sobre la tierra y los recursos naturales, a pesar de su rol fundamental.

Ceferina Rina Zeballos Nina RESPONSABLE DE GENERO VICEMINISTERIO DE TIERRAS

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