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Guillermo Nicolás Lamenza y Mirtha Alfonso Monges

BIBLIB: 0378-9896 (2020), 43-76

Branislava Susnik y su contribución a la arqueología paraguaya

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Branislava Susnik and her contribution to Paraguayan archeology

Enviado: 26/02/2020 Aceptado: 19/06/2020

Guillermo Nicolás Lamenza1 y Mirtha Alfonso Monges2

Resumen

Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en Sudamérica presentan un desarrollo diferencial en estrecha vinculación con la historia de la disciplina de cada uno de los países que la componen. En particular, destaca la escasa o dispersa información referente al Paraguay prehispánico. Las primeras comunicaciones dan a conocer hallazgos fortuitos, observaciones de campo, prospecciones y, en menor medida, excavaciones sistemáticas. Entre ellas, se destaca la figura de la Dra. Susnik, reconocida principalmente por sus aportes a la lingüística, etnohistoria e historia social paraguaya. En el marco de las actividades conmemorativas del centenario de su nacimiento, el objetivo de este artículo es analizar y poner en valor sus aportes en el ámbito de la arqueología. Como conclusión proponemos que su obra sienta las bases para pensar una arqueología paraguaya y la necesidad de su formalización institucionalizada a fin de asegurar su continuidad y desarrollo.

1 División Antropología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP. CONICET. Paseo del Bosque s/n. La Plata, Buenos Aires, (Argentina), guillermolamenza@gmail.com 2 MUSEO de ITAIPU Tierra Guaraní. Supercarretera ITAIPU. Centro Ambiental. Hernandarias, Paraguay, alfonsomirtha@gmail.com

Palabras clave

Susnik, Arqueología, Paraguay.

Abstract

The archaeological investigations carried out in South America present a differential development closely linked to the history of the discipline of each of the countries that compose it. In particular, the scant or scattered information regarding pre-Hispanic Paraguay stands out. The first communications reveal fortuitous finds, field observations, surveys and, to a lesser extent, systematic excavations. Among them, the figure of Dr. Susnik is highlighted, recognized mainly for her contributions to Paraguayan linguistics, ethnohistory and social history. As part of the commemorative activities of the centenary of her birth, the objective of this article is to analyze and value her contributions in the field of archaeology. In conclusion, we propose that her work lays the foundations for Paraguayan archeology and the need for its institutionalization and formalization to ensure its continuity and development.

Key words

Susnik, Archaeology, Paraguay.

Introducción

El año 2020 trajo consigo el centenario del nacimiento de Branislava Susnik. Homenajes, exposiciones y publicaciones estaban listos para ser realizados, hasta que la pandemia de COVID-19 produjo un cambio significativo en los planes. Esto, sin embargo, no implicó que su centenario haya pasado desapercibido, ya que la mayoría de las conmemoraciones fueron volcadas al plano virtual, tanto en Paraguay como en Eslovenia.

Para aquellos que estudian su trabajo, ha significado también una oportunidad para volver sobre sus aportes, revisar sus textos y analizar el impacto que estos han tenido para las ciencias sociales y humanas en la región. En este sentido, la arqueología no es la excepción.

Para situarse en el trabajo arqueológico de Susnik, es importante volver mentalmente al Paraguay con el que ella se encontró en 1951 y con la información existente hasta el momento en la materia. Sin embargo, no es posible aislar sus interpretaciones en el campo de la arqueología, de la etnología o la antropología, pues sin duda consideró que en el desarrollo de todo este grupo de ciencias estaba la clave para comprender principalmente el pasado prehispánico del Paraguay. Jorge Eremites de Oliveira (2007), en su análisis sobre el aporte de Susnik a la arqueología del Pantanal específicamente, da un puntapié inicial a la necesidad de realizar un análisis exhaustivo de su obra y los aspectos que tendrían que ser tomados en cuenta al hacerlo:

Finalmente, quero dizer novamente e repetidas vezes que uma análise exaustiva sobre a obra completa de Branka Susnik ainda está por ser feita. De todo modo, suas idéias precisam ser avaliadas dentro de uma perspectiva histórica e historiográfica, sempre às percebendo no contexto de sua época e no âmbito do desenvolvimento das ciências sociais no Paraguai (Oliveira, 2007: 103).

La arqueología de Paraguay presenta un desarrollo diferencial en desventaja en relación con otros países sudamericanos. Las primeras referencias sobre hallazgos arqueológicos en Paraguay se remontan a relatos de viajeros y cronistas de los siglos XVII al XIX. A partir del siglo XX

se encuentran esporádicas comunicaciones sobre hallazgos fortuitos y/o excavaciones sistemáticas excepcionales. Estos son los antecedentes que conocía y tenía presente Susnik al iniciar sus investigaciones en estas tierras (para una síntesis de los antecedentes arqueológicos de Paraguay ver Alfonso Monges y Lamenza, 2021).

Un factor común que tienen la mayoría de estas comunicaciones es que gran parte de los referentes empíricos están a resguardo en el Museo Etnográfico Andrés Barbero. El trabajo de formar y organizar dichas colecciones fue iniciado por el Dr. Max Schmidt desde la creación del museo, y fue acrecentado y ampliado por Branislava Susnik, principalmente como resultado de sus investigaciones de campo. A Susnik también se debe la actual organización de las colecciones, mediante la elaboración de catálogos y fichas, organizando los datos y los materiales registrados por Schmidt. La variedad del material y el hecho de que las colecciones provienen de casi todo el territorio paraguayo, reflejando así la diversidad cultural pasada y presente, pone al museo en situación de ser el principal repositorio del patrimonio arqueológico del país. ¿Podríamos decir hoy, a la luz de los conocimientos actuales y al grado de desarrollo de la arqueología en Paraguay y en la región, que el trabajo de Susnik ha sentado bases conceptuales fundamentales para pensar en una arqueología paraguaya? Para contestar esa pregunta, es necesario analizar su línea de pensamiento y reflexión, tarea no siempre fácil, debido no solo a su estilo de escritura, sino a que además muchas veces es necesario leer entre líneas, analizando los datos que aporta, la redes que va creando a través de lo que “descubre” en sus investigaciones y que vierte en sus escritos para explicar patrones de movilidad, adaptabilidad, relacionamiento, procesos de etnogénesis y estrategias económicas de los pueblos del pasado.

Jorge Eremites de Oliveira (2007), en el trabajo citado anteriormente, destaca su intuición de investigadora, al igual que su amplio conocimiento de las fuentes históricas. Sin embargo, también hace hincapié en otros aspectos relacionados a su interpretación, los cuales debatiremos y analizaremos en este artículo.

É preciso reconhecer que as interpretações de Susnik demonstram uma extraordinária capacidade de erudição teórica, marcada por um raciocínio dedutivo e por um profundo conhecimento das fontes textuais. Entretanto, muitas de suas idéias difusionistas, inclusive as interpretações psicoculturais, carecem de dados arqueológicos; elas podem ser consideradas modelos hipotéticos que, na mais pessimista das avaliações, comprovam a existência de uma rica e complexa diversidade sociocultural no Chaco, no Pantanal e em áreas adjacentes, cujas origens recuam ao passado pré-histórico, quer dizer, que não se trata de mero saldo da Conquista Ibérica (Oliveira, 2007: 101).

Sus aportes de primera mano en materia arqueológica tienen en cuenta a casi todo el Paraguay, desde Puerto 14 de Mayo, en el Chaco paraguayo, Paraguarí o Alto Paraná en la región oriental, combinando investigaciones de campo sistemáticas con análisis de antecedentes empíricos y estudio del material obrante en el Museo Etnográfico Andrés Barbero. Asumió un rol multifacético de investigadora, autora, directora de museo y hasta docente, por lo cual hoy en día, para contestar la pregunta planteada anteriormente debemos analizar todos estos aspectos en su individualidad y en su conjunto. Partimos de la hipótesis que existe una clave fundamental para comprender mejor a Susnik, la arqueóloga, y ese lugar es el Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero, depositario de sus aportes bibliográficos, documentos personales y de la colección arqueológica que formó, clasificó y organizó; por ahí empezamos el camino para ensayar una mirada a través de sus ojos.

La piedra Rosetta de Susnik: el Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero

El Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero (MEAB) fue fundado bajo la denominación de Museo de Historia y Etnografía en el año 1929 por el Dr. Andrés Barbero (presidente de la Sociedad Científica del Paraguay). Actualmente pertenece y es administrado por la Fundación La Piedad. La primera sede del museo fue el local de la Cruz Roja Paraguaya y desde el año 1956 se localiza en su ubicación actual, edificio Museum Dr. Andrés Barbero. A lo largo de su historia ha contado con la dirección de los más notables investigadores de la región. Entre los años 1933 y 1946, a cargo

del Dr. Max Schmidt, el MEAB ha gestionado exploraciones en el Mato Grosso y los primeros estudios arqueológicos en el Paraguay. A la muerte del Dr. Schmidt (1950) y del Dr. Barbero (1951), ya bajo la administración de la Fundación La Piedad, asume la dirección la Dra. Branislava Susnik, cargo que ocupó entre los años 1951 y 1996. En este periodo se incrementan notablemente las colecciones, se organizan campañas arqueológicas y etnográficas, exposiciones permanentes y una biblioteca especializada de consulta obligada para todos los estudios regionales. Desde la muerte de la Dra. Susnik hasta la actualidad, el MEAB se encuentra bajo la dirección de la Lic. Adelina Pusineri y la codirección de la Mgtr. Raquel Zalazar (desde el año 2011), profundizando la sistematización de las colecciones, exposiciones, eventos y estimulando la visita de investigadores del país y extranjeros.

Desde sus comienzos el MEAB ha estado vinculado con la producción de contenidos. De esta manera se encuentra la serie etnográfica de la Revista de la Sociedad Científica del Paraguay, el Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico y las Guías del Museo, a cargo de la Dra. Susnik desde el año 1968-1969 y la Guía Ilustrada del Museo por Adelina Pusineri desde el año 1989. Estas guías cuentan con el valor agregado de interesante material inédito producto de sus trabajos de campo. La producción del MEAB continúa con la reedición de obras de Susnik así como también producciones como el Catálogo de Textiles del Chaco, realizado por Alfonsina Elías y Ariel Mencia en el año 2012 o el libro Cantando a la Madre de Wilma Mancuello González del año 2013.

En las guías del museo mencionadas anteriormente (Susnik 19681969; Pusineri, 1989) se organiza una introducción donde se realiza una síntesis de la historia del museo y enumeran las colecciones. Las arqueológicas están diferenciadas en dos apartados, paleolítico y etno-arqueología guaraní, mbayá, caduveo y payaguá. Las etnográficas se refieren a las culturas guaraní, guayakí y chaqueñas (guaycurú, maskoy, mataco, zamuco y tapieté). Asimismo, se describen las colecciones de fotografías, grabaciones, diapositivas, de motivos decorativos en tejidos, cestería, pirograbados, folklore tradicional del Paraguay y la biblioteca del Museo. En otro capítulo se cuenta con una caracterización biológica y cultural

de los pueblos indígenas del Paraguay, ordenado según criterio tipológico racial, donde además se hace una síntesis de la etnohistoria guaraní y chaqueña. En otro capítulo se aborda el tema de la manufactura indígena a través de la descripción de algunos objetos de las colecciones del museo. En particular la guía en la edición de Pusineri (1989) está acompañada con láminas que muestran el acervo material del museo.

De las 31 láminas que acompañan la guía, una sola lámina presenta materiales arqueológicos, líticos de la región del Alto Paraná, hachas, puntas de flecha y los denominados “bastones de mando”. También se describen los materiales líticos recuperados en el sitio Puerto 14 de Mayo. Aunque no sean estrictamente arqueológicas, son importantes las piezas de cerámica que aparecen ilustradas en este material que son de utilidad para conocer el repertorio ergológico de los distintos pueblos del Paraguay. Por ejemplo, las primeras cuatro láminas muestran piezas enteras guaraní y chiriguano-chané. La lámina 5 muestra los típicos botijos chaqueños. La lámina 6 dos piezas enteras payaguá. La lámina 7 piezas mbayá. Las láminas 8 a 11 muestran cestos guaranís (mbyá, chiripa y pa´tavyterá) y guayakí. Las láminas 12 y 13 bolsas tejidas chaqueñas. También se muestran hamacas, mantas tejidas, esteras, fajas, tembetás, máscaras de madera, recipientes, figurinas, pipas, calabazas grabadas, instrumentos musicales y adornos corporales.

Sin embargo, podemos afirmar que no todas las conclusiones de Susnik se encuentran publicadas y disponibles al público. Adelina Pusineri, quien fuera su secretaria en sus últimos años de vida, relata el recelo que demostraba la doctora en cuanto a sus apuntes y documentos:

…un año antes de su fallecimiento me decía lo que debía hacer con sus manuscritos: tenía que romper, tirar o quemar, porque sus investigaciones jamás serán interpretadas por otro como ella las había tomado…creo que ella, los fines de semana, cuando limpiaba su habitación, iba tirando lo que no quería que se encuentre… (Pusineri, 2015:135).

Si bien Pusineri no accedió a ello, indica que es muy posible que la propia Susnik se haya deshecho de muchos documentos. Ante esta posi-

bilidad, las colecciones y la organización general del MEAB, adquieren aún mayor relevancia, por ser las “pistas” que nos quedan para comprender su obra.

Un aspecto que nos interesa destacar es que la Dra. Susnik tenía un programa, un abordaje antropológico sistemático e integral donde la arqueología formaba parte. Es notable la participación de Susnik en la “Primera Mesa Redonda” de museos del Paraguay, desarrollada bajo el patrocinio de la UNESCO en 1958. Junto con otros notables gestores culturales, historiadores e investigadores, Susnik participó en representación del Museo Etnológico y Antropológico del Paraguay, hoy MEAB, presentando los trabajos de investigación y difusión realizados por el museo hasta ese entonces. Estas reuniones, que se realizaron de noviembre de 1957 a febrero de 1958, y cuya memoria se registra en el Boletín de Educación Paraguaya de los años 1958 y 1959, relata las decisiones tomadas por los integrantes y un dato no menor, la creación de cuatro comisiones especializadas de estudios, entre ellas una dedicada a temas de etnología y arqueología, integrada por Branka Susnik, José Boggino y Guillermo Tell Bertoni (Ministerio de Educación y Culto, 1958) En esta memoria no se recogen las impresiones o las opiniones individuales de los participantes, fuera de las presentaciones específicas realizadas por cada uno de ellos sobre su área de trabajo, pero siendo esta mesa redonda un hito histórico para la museología paraguaya, se destaca la participación de la Dra. Susnik y del MEAB como referencia científica en el tema.

Las colecciones del MEAB nos permiten acceder a sus datos de primera mano, muchos inéditos. A través de su archivo y material fotográfico podemos aproximarnos al proceso de excavación y las técnicas empleadas. Asimismo, pueden revisarse los referentes empíricos revisados por ella y comprender mejor la base material de sus interpretaciones.

La primera arqueóloga de Paraguay

En el año 1952 cuando asume la Dirección del Museo Etnográfico, lo hace con un concepto claro: investigar el pasado prehispánico era clave para entender la conformación socioantropológica del Paraguay y la región, además de complementar e incrementar el acervo del Museo.

Cuatro años después de iniciar su trabajo como directora, en 1956, viaja al Chaco Boreal para el que sería su primer viaje de investigación, con el auspicio de la Sociedad Científica de Paraguay y el apoyo financiero de la Fundación La Piedad. La logística previa y durante la campaña incluyó gestiones con el Ministerio de Defensa; Ministerio de Agricultura y Ganadería; Armada Nacional; Nuncio Apostólico a fin de contar con el apoyo de las Misiones del norte; Relaciones exteriores, Embajada de Bolivia, no siempre con las mejores respuestas y acompañamiento a las gestiones. Una descripción del contexto general de esta primera expedición al Chaco boreal fue realizada por la Dra. Rehnfeldt (2020). En función de los objetivos de este trabajo y de nuestra consulta a los archivos de la expedición destacamos problemas logísticos en relación con la disposición de animales de transporte y la idoneidad de los acompañantes, como lo expresa Guillermo Tell Bertoni a la Fundación La Piedad mientras la Dra. Susnik se encontraba en Puerto Guaraní.

Los animales de transporte son la “conditio sine qua non” de la expedición. Ruego trámites inmediatos en este sentido para poder en el mes de Octubre algo resolver al respecto, ya que en Noviembre tenemos que internarnos… (Archivo MEAB: Nota N°66/56).

Se reproducen aquí algunos puntos que resalta el Dr. Bertoni en torno a los requerimientos de la campaña. Para entender esto, tenemos que imaginarnos la hazaña que implicaba llegar al Chaco, en ese entonces una expedición peligrosa en donde contar con ciertos recursos podía significar la diferencia entre la vida o la muerte, lo cual queda patente en los puntos detallados en la nota:

II Acompañamiento Militar: -También este problema no es muy fácil, ya que los acompañantes determinan nuestra trayectoria.

a) En Bahía Negra son marinos que desconocen completamente el Chaco. De manera que los acompañantes deberían ser destinados de algún destacamento de Mcal. Estigarribia. Y si es posible algún idóneo del lugar.

b) Al respecto doy la copia de la carta del Gral. Samaniego para el Gral. Britos

de Mcal. Estigarribia y oficialmente debería pedirse allá que nos envíen por lo menos 3 soldados a Bahía Negra para los primeros días de Noviembre/ Si Uds. en Asunción no hacen este trámite, la expedición fracasará porque el conocimiento de aguadas es vital para nuestra vida. Pero hay que inculcar a esta gente que nosotros debemos penetrar por Bahía Negra adentro hasta Fortín Madrejón: Fortín Madrejoncito a Ingavi. Y que no podemos seguir otro camino. Resulta que los militares siempre buscan caminos más fáciles ya que no entienden porque nosotros queremos seguir una ruta determinada (Archivo MEAB; Nota N°66/56).

Lamentablemente no obtuvo la totalidad del apoyo necesario, debió enfrentarse a varias dificultades y no pudo realizar la segunda etapa de la expedición que consistía en atravesar el Chaco a través de territorio ayoreo. De todos modos, el viaje hasta Bahía Negra produjo pioneros y significativos resultados para la antropología paraguaya en general. En función de los objetivos planteados nos vamos a detener en la excavación realizada en Puerto 14 de Mayo cuya importancia es apreciada desde comienzos de las investigaciones, tal como lo expresa el presidente de la Sociedad Científica de Paraguay, Guillermo Tell Bertoni al Ministro de Defensa Nacional una vez finalizada la expedición, “...parecemos de extraordinaria conveniencia que la Dra. Susnik vuelva a hacer excavaciones en los ricos yacimientos arqueológicos que ha descubierto y con una simple exploración que pudo efectuar recogió piezas de altísimo valor científico” (Archivo MEAB: Nota N°76/56).

Este sitio es el primero en ser excavado de manera sistemática y es la clave para integrar los registros del Pantanal brasilero con el Chaco argentino a lo largo del Río Paraguay y sus afluentes en el denominado agrupamiento Pantanal - Chaco (Lamenza et al. 2019 y bibliografía allí citada). Durante ese mismo viaje realiza colectas superficiales y algunos sondeos en las localidades de Puerto Guaraní, Punta Valinotti y en Isla Victoria, encontrado bastante material mbayá-caduveo.

En el año 1957 comunica un avance preliminar de los resultados de la expedición en la revista Runa de la Universidad de Buenos Aires y en el año 1959 publica los resultados del viaje anteriormente mencio-

nado y presenta con mucho más detalle los materiales arqueológicos del área altoparaguayense. Describe unos fragmentos de cerámica caduveo encontrados en Punta Valinotti y Puerto Guaraní y los analiza en comparación con otros mencionados por Boggiani a fin de siglo XIX. Relata, además, que los chamacoco residentes en ese momento en el área, informan el hallazgo de material idéntico esparcido por la margen derecha del Río Paraguay desde Bahía Negra hasta Corumbá. Menciona una posible influencia tereno-arawak en la técnica de manufactura de esta cerámica, que compartiría algunos rasgos con la cerámica layana (arawak) de Belén y están generalizados por el área mbayá y sarigué (payaguá septentrionales).

En la decoración de las piezas caduveo, remarca la diferencia entre el patrón escalonado (caduveo mbayá arawakizado) y el romboide por simple incisión lineal (wettiadau-mbayá). Otro dato interesante es que recupera la información de que los caduveo utilizan hueso quemado como antiplástico. Este dato no es menor, dado que, por el momento, cuando en los sitios arqueológicos de la región chaqueña encontramos cerámica con inclusiones intencionales de hueso, nos permite aproximarnos a una cronología tardía, incluso histórica y contemporánea. También cabe mencionar que en la mayoría de los sitios arqueológicos del Chaco las inclusiones preferenciales, desde las primeras ocupaciones, han sido de tiesto molido.

Asimismo, menciona una figura de barro cocido (ídolo) hallada junto con una vasija funeraria. Este tipo de figuras presentan alta significación entre los caduveo y consideramos que han prestado a confusión en algunas descripciones posteriores donde los interpretan como apéndices modelados. Las figuras representan al lobo de agua y la Dra. Susnik da una interpretación simbólica que los vincula con el poder shamánico y agrega “…un vestigio del complejo mitológico acuático bastante difusionado en el área alto paraguayense” (Susnik, 1959). Finalmente, reconoce que los patrones decorativos de la cerámica de Punta Valinotti manifiestan elementos heterogéneos, principalmente, vinculados con el Mato Grosso, la región andina (arawak) y chaqueña (guaycurú).

En cuanto a las características del sitio Puerto 14 de Mayo, lo divide

en dos sectores diferenciados: el primero con características de una elevación conchífera y el segundo como un alto térreo. Para los chamacoco, este sería el sitio identificado como el lugar de la matanza de los Anabsoro, quizás interpretado de esta manera debido a la presencia de ceniza y restos óseos humanos fragmentados que se encuentran en una parte del sitio. Susnik menciona una correlación estrecha del módulo subsistencial con los ocupantes del conchal de Nabileque, destacando diferencias en la decoración de la cerámica.

Otro aspecto interesante por destacar para comprender que la Dra. Susnik tenía en cuenta la multiplicidad de sentidos de la cultura material y no se guiaba por el pensamiento tipológico tradicional de la época. En sus palabras, la cerámica más evolucionada tenía una interpretación sistémico-funcional dentro del conjunto y la adscribe al carácter ceremonial del mismo.

De esta primera campaña menciona un total de 367 fragmentos cerámicos y 7 hachas líticas posiblemente chamacoco. Su descripción además está atravesada por referencias etnohistóricas y, desde el punto de vista del análisis de los restos, sus interpretaciones incorporan la visión tradicional indígena así como también perspectivas funcionales, estilísticas y simbólicas.

En el informe del año 1959, publicado en el Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico también menciona que en Puerto Guaraní se recuperaron gran cantidad de piezas que fueron sacadas del país. Asimismo, menciona fragmentos cerámicos en la confluencia del Río Ypané y Paraguay en la zona de la antigua misión de Belén. Posiblemente estos últimos materiales pueden asociarse con mezcla de alfarería payaguá, mbayá y guaraní.

En Paraguarí, entre los años 1965 a 1968, realizó exploraciones arqueológicas, para las que contó eventualmente con la colaboración de dos alumnos y auxiliares del museo, Tito Rojas Cardozo y Stella Maris Macchi. Mediante esta campaña, se agregaron varias vasijas guaraníes, entre ellas algunas urnas funerarias, al acervo del Museo.

Susnik vuelve al Chaco paraguayo en el año 1966 como resultado de

un hallazgo fortuito de fragmentos de cerámica en la Estancia Riacho Alegre, alertada por el propietario de dicho lugar. La acompañó el Lic. Tito Rojas Cardozo. En esta oportunidad recupera restos óseos humanos y 118 fragmentos cerámicos. En 1990 retorna al sitio Puerto 14 de Mayo en donde, con la ayuda de la Lic. Adelina Pusineri, actual directora del Museo Etnográfico Andrés Barbero, excava otro sector, esta vez utilizando el método de trincheras según la información que obra en los archivos del Museo. Recupera 1282 fragmentos de cerámica, 303 cuentas de valvas y restos óseos humanos. Estos materiales inéditos, forman parte de la colección arqueológica del Museo, y al redescubrirlos aportan un caudal importante de información sobre los primeros pueblos ceramistas de Paraguay. Análisis preliminares de estos materiales fueron realizados por Eremites de Oliveira (2002) y Lamenza et al. (2009). Posteriormente, se establecieron correlaciones regionales a través de la aplicación de técnicas numéricas multivariadas sobre el material cerámico (Lamenza, 2015); se realizaron dataciones radiocarbónicas para conocer la antigüedad de los restos (Lamenza et al., 2015), se pudo conocer un poco más sobre estos pobladores a través de estudios bioantropológicos de los restos humanos (Lamenza y Plischuk, 2015) y, actualmente se encuentran en proceso análisis de ADN que auguran interesantes resultados sobre la filiación y ancestría de los individuos exhumados. Otro texto inédito es el de la colecta de materiales arqueológicos en el Sitio San Pedro durante una visita al Río Jejuí en 1992.

Al analizar material procedente de la zona de Alto Paraná, Susnik elabora una interpretación de lo que denomina complejos culturales, entre ellos lo que llama el paleolítico altoparanaense. Para ello, utiliza material lítico proveniente de los sitios de Yaguarazapá, Kuñapiru, Tacurú Pucú y otras localidades ribereñas del Paraná (Susnik, 1968-1969). La principal materia prima utilizada para la fabricación de estos artefactos sería el itá pororó, del cual se obtenían una diversidad de útiles líticos de tamaños y tipología diversa como raspadores, raederas, hachas, puntas de proyectil y unos pilones pulidos que ella identificaba como bastones de mando.

Siguiendo los modelos de la época, Susnik diferencia los materiales y los adscribe por lo menos a tres horizontes cronológicos: el primero,

fabricantes de útiles líticos de gran tamaño como hachas, raspadores y pilones, corresponden a grupos pre-guaraníes tales como los guayanákaingangue; el segundo, que utilizaba herramientas pequeñas tales como las puntas de proyectil, vinculado al complejo lítico sur-brasileño; y el tercero, en el que predomina la presencia de alfarería guaraní y que ella identifica en Tacurú Pucú. Estos tres horizontes darían cuenta de ocupaciones superpuestas y consecutivas, representando el material lítico a la fase de ocupación más temprana, y la cerámica guaraní a la más tardía. Si bien esta interpretación se encuentra con algunos problemas ante los datos aportados por los estudios sistemáticos de este tipo de sitios en la región, este trabajo de Susnik es el primero de su tipo en cuanto a la caracterización de la ocupación humana con relación al río Paraná.

Para entender su forma de pensar la arqueología seguramente no solo debemos conocer su contexto de formación sino también la complejidad del nuevo objeto de estudio al que se enfrentaba. En las próximas líneas intentaremos recuperar algunos aspectos teórico-metodológicos y cómo la realidad antropológica de Paraguay la llevó a tener que diseñar nuevos conceptos.

Algunos aspectos conceptuales y teórico-metodológicos en la arqueología de la Dra. Susnik

Personalmente me denomino “científica neopositivista” ya que rechazo todo lo que no pueda ser documentado; mis libros contienen sólo datos concentrados. (Susnik, 2016), cita del prólogo de Federico Bossert y Diego Villar de Una visión socioantropológica del Paraguay.

Susnik realizó sus estudios universitarios en Eslovenia, en la Universidad de Ljubljana, donde se formó en Arqueología de Emona, Etnografía Bosniaco Turca y en Prehistoria de Europa y Asia, finalmente realizando el Doctorado en Prehistoria e Historia, entre 1937 a 1941. Entre los años 1942 y 1943, esta vez en la Universidad de Roma, se graduó en Historia y Arqueología Sumerio Babilonesa, además de realizar cursos de arqueología romana y cristiana antigua (Peris, 2014) Su formación en la escuela europea y en una rama de la arqueología orientada hacia lo clásico y con

base en la historia, puede notarse en sus textos y en el uso de terminología y conceptos europeos para la descripción de contextos americanos, especialmente en sus textos tempranos, lo cual también es común en sus contemporáneos. Por supuesto que su formación académica engloba otras ciencias como la etnografía y la antropología, pero para los propósitos de este artículo nos enfocaremos en la parte arqueológica, aunque sin duda sus estudios en el amplio espectro de las ciencias antropológicas influenciaron su forma de pensar y hacer arqueología.

En relación con la vasta producción lingüística, etnográfica y etnohistórica, es poca la producción estrictamente arqueológica de la Dra. Susnik. Sin embargo, su visión sobre el pasado prehispánico, sus trabajos de campo y las colecciones del MEAB siempre están presentes en sus obras. La arqueología siempre fue parte de su antropología. En gran parte de sus trabajos, las interpretaciones del campo arqueológico aparecen de forma intrusiva en el desarrollo de ideas no necesariamente enfocadas a la arqueología. Susnik no se para a explicar conceptos o en la mayoría de los casos a citar bibliografía; da por sentado que el lector ya las conoce. Su estilo de escritura parece combinar la divulgación de nuevas informaciones, la comparación de la evidencia y la elaboración de hipótesis propias, todo al mismo tiempo. Estos factores representan un desafío para aquellos que estudian su obra, como lo manifiesta Isabelle Combès:

Hay que reconocerlo: de difícil lectura o francamente incomprensible, el peculiar estilo de Susnik desespera a veces aún más que la profusión de los etnónimos coloniales. Su obra es, sin embargo, la que más y mejor logró acercarse a la complejidad del paisaje étnico de la Chiquitania. Abstrusos o poco afortunados, sus inimitables neologismos -“dependencia socio-periférica”, “ramal de proto-pobladores” y demás “chiquitización”- ponen el dedo en la llaga y se forjaron precisamente porque las herramientas de la antropología que tenía mano servían de poco o nada para entender un panorama siempre cambiante y rebelde a los afanes de clasificación sociolingüística (Combès, 2012: 202).

La Dra. Combès manifiesta aquí una realidad palpable en el trabajo de Susnik; su preparación académica, al igual que su amplio conocimiento

de las fuentes históricas y de los antecedentes etnográficos que dominaba, no eran suficientes para armar el rompecabezas que se encontraba frente a ella. Su experiencia en el campo le iba mostrando que necesitaba adaptar metodología y también abrir su mente a nuevas posibilidades que su formación teórica no incluía. Esta libertad que se le presentaba de crear, por llamarlo de alguna manera, en una mente menos intuitiva y análitica que Susnik, hubiera sido quizás una fórmula para el caos. Sin embargo, en medio de esta dualidad y de las dificultades en el análisis de su obra, ya mencionados anteriormente, es imposible descartar los datos que aporta. Por ejemplo, para el caso de la chiquitanía boliviana, es ilustradora la reflexión de Combès, “Definitivamente, a la desesperación o a la simplificación son preferibles los neologismos de Susnik: por más oscuros que parezcan, son los que más luces arrojan sobre el paisaje étnico de la Babilonia chiquitana” (Combès, 2012:216).

En Apuntes de Etnografía Paraguaya. Parte 1ra (1961), un texto utilizado para la enseñanza universitaria de la cátedra de Arqueología y Etnología Americana, de la que Susnik fue docente, puede notarse un lenguaje un poco diferente al menos al inicio, quizás pensando en el público estudiantil. El libro inicia con una descripción de los pueblos del Chaco, explicando que la presentación de los mismos en el material se daría de acuerdo a las familias lingüísticas:

La clasificación de las poblaciones del área chaqueña se basa en el término lingüístico, índice más fácil para identificar la multitud de las tribus componentes. Una familia lingüística, generalmente representa también el elemento étnico predominante y una cierta homogeneidad de patrón cultural fundamental, aunque los diferentes contactos culturales, precolombinos -arawak, subandinos, mattogrossenses- y postcolombinos, circunstanciaron algunas manifestaciones peculiares de varios grupos tribales, permitiendo estas hablar de un complejo cultural chaqueño (Susnik, 1961: 1).

Más adelante, en el mismo material y en una sección refiriéndose específicamente a los guaraníes, describe los procesos de contacto entre los grupos humanos durante las sucesivas oleadas migratorias en la región, de la cual los guaraníes son también protagonistas. La utilización de la

terminología europea aquí nuevamente es una adaptación del vocabulario conocido y manejado por ella gracias a su formación académica y en un intento de aplicarlo al escenario local. Si analizamos los modelos de dispersión guaraní actuales, podemos entrever varias similitudes en sus interpretaciones y los datos aportados por la evidencia arqueológica actualmente, que para el momento en el que ella pone en el papel estas ideas, eran escasos o simplemente inexistentes:

Los proto-neolíticos sudamericanos tenían muchos elementos culturales en común, al dispersarse por el área continental, varios factores diferenciales intervenían: el movimiento se realizaba en olas migratorias pequeñas y múltiples, con asentamientos frecuentemente discontinuos; el acondicionamiento del nuevo conjunto culturo-ambiental era diversificado, y el mismo cultivo incipiente manifestaba dos formas (monticular y por roza); los contactos con los proto-pobladores eran diferentes por intensidad de absorción, grado de integración y potencialidad productiva, aunque siempre son patentes algunos elementos propios de la “aculturación neolítica”, acompañada generalmente por una difusión lingüística; varios y diferentes grupos de las olas migratorias venían en contacto por vecindad o por fusión, plasmándose nuevos conjuntos culturales (Susnik, 1961: 97).

En el artículo Dimensiones migratorias y pautas culturales de los pueblos del Gran Chaco y su periférica del año 1972 presenta una visión compleja, dinámica, de síntesis de gran caudal de información atravesados con propuestas novedosas. Habla de tres núcleos periféricos (subandino, chiquitano y altoparaguayense) que presionaban a las poblaciones del Gran Chaco. El núcleo subandino presenta dos grandes eventos históricos, la expansión incaica y la chiriguana. Según este modelo, los pueblos chaqueños occidentales quedaron definitivamente arrinconados hacia el interior del Chaco y estos presionando sobre otras tribus como los lule-vilela dando una de las efervescencias migratorias occidentales al momento de la conquista española. El núcleo chiquitano, de influencia arawak y guaraní, presionando a los pueblos maskoy. El núcleo del Alto Paraguay al litoral del Río Paraná lo entendía en tres fases. El altoparaguayense propiamente dicho, se caracterizó por la presión de los paressis arawak y los itatines guaraníes sobre los

cultivadores xarayes y monticulares mataráes. Estos últimos, parte de un movimiento migratorio del Río Guaporé emparentados con poblaciones del Río Madeira. También se agregan tribus canoero-pescadoras quienes serían la “rama más norteña de los antiguos pámpidos” (Susnik, 1972: 87).

De todas estas consideraciones sólo establece relaciones con materiales arqueológicos concretos para los que ella denomina monticulares matará cuya cerámica sería simple, incisa, surcada y corrugada, fácilmente diferenciable de la guaraní. El curso del Río Paraguay y el Paraná medio dominaban canoeros pescadores guaycurú que hostigaban a los guaraníes que se encontraban en la ribera oriental. El núcleo cultural litoralense recibía influencia pampeana, guaraní, matará y desde el Río Salado mediada, tal vez, por los sanavirones (Susnik, 1972).

Desde el punto de vista del lector, muchos puntos oscuros, confusos y por momentos contradictorios comienzan a iluminarse y tomar forma recién en el año 1978 cuando publica Los aborígenes del Paraguay I. Etnología del Chaco Boreal y su periferia (siglos XVI y XVII) donde es mucho más explícita sobre sus materiales de referencia. Comienza con un breve resumen de los hallazgos arqueológicos en el Alto Paraguay. Describe los materiales cerámicos y líticos analizados por Max Schmidt y establece vinculaciones étnicas en función de las crónicas. En esta oportunidad continúa y amplía algunos aspectos de las oleadas migratorias altoparaguayenses. Respecto a una de ellas resume:

…el área del Alto Paraguay fue poblada por los protoneolíticos con tendencia al cultivo monticular y asientos alrededor de las lagunas, viviendo aún en los comienzos de la conquista hispana algunas poblaciones del tipo “Matsubehe” 3 ó “Matará”; es indudable su influencia cultural sobre los paleolíticos canoeros-pescadores, incluyendo a los mismos Guató, desarrollando

3 Esta referencia remite a Schmidt (1905) quien escribe que los ancianos guató reconocen que en esa área antiguamente vivía otra tribu llamada Matšubehe, que fueron expulsados y posiblemente fueran los constructores de los concheros artificiales donde había plantaciones de bananas que hoy día usan los guató (Schmidt, 1905: 174). Susnik en varias oportunidades retoma esta idea refiriéndose a los monticulares Matsubehe y vinculándolos con los matará. Jorge Eremites de Oliveira (1995) aporta datos etnográficos de primera mano y propone que este grupo se corresponde con los Tchubé o Matchubé que son mencionados en los mitos guató. Este grupo mítico es el responsable de enseñarle a los guató la técnica de construcción de montículos.

éstos un cultivo primitivo, transitorio, sin necesidad de construir montículos o recurrir a la práctica del rozado. (Susnik, 1978: 13-14).

También desarrolla con más detalle sobre la alfarería con improntas de cordelería que vincula con los cementerios mbayá y atribuye su origen a los chané-arawak. Esto merece una aclaración. Ella atribuye la decoración por impronta de cordelería como un rasgo neolítico haciendo referencia al origen subandino chané-arawak. A su vez, reconoce que esta decoración se encuentra presente en la zona del Bermejo y Pilcomayo chaqueño (Pozo de Maza, Laguna Brava4, El Naranjo y Lomas de Olmedo) y lo relaciona con una influencia arawak subandina meridional. Según su interpretación, esta cerámica es tardía, de momentos muy cercanos a la conquista. Hoy en día sabemos que los materiales de Pozo de Maza tienen una antigüedad mínima de ca. 1100 años AP, sitios similares a Laguna Brava ca. 900 años AP y otros sitios chaqueños del agrupamiento Pantanal-Chaco con antigüedades desde ca. 1700 años AP (Lamenza et al. 2019).

En este sentido vale volver brevemente a Dimensiones migratorias y pautas culturales de los pueblos del Gran Chaco y su periférica (1972) ya que ahí atribuye el protohábitat mbayá al ámbito del Pilcomayo medio cuando en términos históricos todavía no habían entrado en contacto con los chané-arawak. Al mismo tiempo reconoce una influencia subandina arawak en esta región refiriéndose a los materiales con impronta de cordelería mencionados. Esto que podría verse como una contradicción en realidad es un notable esfuerzo por integrar los pocos datos arqueológicos disponibles en un marco regional y dinámico que contempla la continuidad arqueológica etnográfica, los procesos de etnogénesis y las complejas relaciones de interacción desde tiempos prehispánicos. También es interesante cuando habla de la migración por la presión enimagá quienes mantenían una amistad periférica con los cultivadores guentusé. Del mismo modo establece una ruta de migración prehispánica de los maskoy con influencia de los neolíticos campá-arawak estableciéndose en la región

4 Laguna Brava se encuentra en el ámbito de la llanura aluvial del río Paraná. Sobre este sitio ver Lamenza et al., 2018 y bibliografía allí citada. También puede ser que se esté refiriendo al sitio Pozo Bravo que, como Naranjo y Lomas de Olmedo, se encuentran vinculados con el antiguo cauce del río Bermejo (Fock, 1962).

de San Miguel y Parapetí y de allí al Chaco. En la misma línea plantea un origen subandino de los wichí con rumbo al Pilcomayo presionados por la migración chiriguana, lo que ocasionó la lucha con los protopobladores huárpidos haciendo referencia a los lules, caracterizados como antiguos inmigrantes y destructores de la cultura arqueológica de La Candelaria (Susnik, 1972) cuyo origen atribuye a una migración subandina de pueblos probablemente proto-arawak (Susnik, 1994).

Hoy en día, más allá del interés por encontrar centros de origen, nucleamientos o protohábitats y su relación con los hallazgos arqueológicos podemos pensar estos conceptos de amistad y dependencia periféricas como disparadores para formular un modelo de interacción que complementa recursos en poblaciones con distintas estrategias. Las evidencias arqueológicas actuales discuten la historicidad de estas relaciones, pero la dinámica de complementariedad podría resultar de mucha utilidad para futuros marcos interpretativos.

Este modelo puede profundizarse gracias a los análisis de Combès (2008), Richard (2008), Richard y Combés (2015) quienes en relación con esta idea de dependencia socioperiférica proponen, para los arawak, un sistema de colonias a través de las cuales ejercían su influencia sobre el interior del Chaco. El análisis de las fuentes que realizan los autores rompe con la visión tradicional de la dominación mbayá sobre las parcialidades chané, enriquece la visión de Susnik y su aplicación para tiempos prehispánicos.

Siguiendo en esta línea, este sistema por establecimientos de colonias y tributación tal vez pueda tener antecedentes prehispánicos no sólo para entender las relaciones Chaco-periferia sino también al interior del Chaco. Vale mencionar que las últimas investigaciones arqueológicas proponen que grupos prehispánicos que hoy podrían vincularse con los chané, u otros de filiación arawak, ocuparon efectivamente el interior del Chaco a mediados del primer milenio de la Era cristiana (Alfonso Monges y Lamenza, 2021).

A nuestro criterio, otra ventana para acercarnos al pensamiento arqueológico de Susnik es el seminario que fuera editado como el libro El

Rol del Indígena en la formación y en la vivencia del Paraguay (1981) donde a primera vista presenta una lectura evolucionista clásica de la arqueología de las tierras bajas sudamericanas. La terminología europea a la que estábamos acostumbrados es anecdótica en este caso, responde a su formación y tienen funcionalidad expositiva. El modelo que presenta es de cazadores recolectores (paleolíticos) al oeste del Río Paraguay y agricultores (neolíticos) en el Paraguay oriental. Curiosamente puede entreverse una comprensión atemporal de la diversidad cultural como estática e inmanente a lo largo del tiempo. Por un lado, habla de los tipos raciales del Paraguay prehistórico y por otro incorpora una perspectiva ecológica que nunca había utilizado de manera tan explícita en sus escritos anteriores ni aplicada en las interpretaciones arqueológicas del país.

Cuando no hay ningún contacto periférico, las culturas quedan estáticas, así como hemos descripto hasta ahora a las culturas paleolíticas y neolíticas. En esas condiciones ya existían en el Paraguay los paleolíticos unos 6.000 años a. de C. y los neolíticos 3.000 años a. de C. Y así los encontraron los españoles al llegar, con el mismo tipo cultural, sin ninguna evolución. Al no existir contactos periféricos, al hallarse presentes siempre las mismas tendencias culturales, las culturas se estancan, no hay progreso ni evolución; por ende, la conquista española encontró a los guaraníes en las mismas condiciones a como ellos se habían desarrollado en su tipo cultural de 3.000 años a. de C. (Susnik, 1981: 3).

Sin embargo, pueden vislumbrarse otras ideas en torno al cambio cultural, más adelante dice:

...a través del río Paraguay, llegó una primera corriente de arawak que llamamos paleoamazónides aproximadamente hacia los 500 años a. de C.; estos grupos se desplazaban por el río Paraguay y también por sus afluentes, llegando incluso hasta el río Paraná, hasta el río Uruguay y hasta la propia costa atlántica. Este fue el primer contingente de los paleo-amazónides y también los primeros neolíticos que llegaron al Paraguay oriental (Susnik, 1981: 6).

Este pasaje no es más que uno de los tantos esfuerzos para integrar y sintetizar los pocos datos arqueológicos que se tenían hasta el momento.

El desplazamiento arawak por el Río Paraguay hacia el sur y afluentes es lo que en otras oportunidades correlaciona con los monticulares matará. En esta oportunidad, en cambio, no establece esta relación entre los paleoamazonides-arawak-matará y los chané que encuentran los chiriguanos cuando llegan al Chaco sudandino en el siglo XVI. Además, utiliza esta última dinámica de interacción para explicar por analogía como fue la primera expansión guaraní por sobre los pueblos preexistentes del Paraguay Oriental (Susnik, 1981).

Entre la simplificación y la síntesis, puede reconocerse el carácter de divulgación que toma este escrito y que no representa cabalmente como ella entendía la dinámica del proceso cultural. Tal vez por ello pueden encontrarse posturas encontradas entre apartados dentro del mismo seminario y, a su vez, con sus propios datos de primera mano de sus campañas arqueológicas y las colecciones del MEAB. Cobran especial significación las palabras de Adelina Pusineri cuando explica que la Dra. Susnik consideraba la información de este seminario como de “simple difusión” y “no científico” y no era valorada por ella (Pusineri, 2015).

En el extremo opuesto nos encontramos con la rigurosidad analítica de los tres tomos de Una visión socio-antropológica del Paraguay (19911993), los cuales son el aporte fundamental a la historia social paraguaya y considerada su obra cumbre en esta rama. En el primer tomo, que abarca del Siglo XVI hasta mediados del XVII, Susnik inicia sentando las bases del escenario social y geopolítico imperante en la primera época de la conquista, motivada por la búsqueda del mítico “El Dorado” por parte de los españoles. Una vez más establece la importancia de las migraciones y el dinamismo de los pueblos, rechazando la idea de un territorio y una población estática. Presenta la idea del contacto con los pueblos andinos y la importancia de los relatos de los resultados de estas interacciones, a la hora de marcar las rutas de los españoles en su ingreso al territorio.

Los conquistadores españoles no fueron los primeros que remontaban el río Paraguay y cruzaban las tierras del Chaco y de los Chiquitos en busca de la Sierra de la Plata; los precedían los guaraníes, los migrantes guerreros Itatines y los agresivos y dominantes Mbyá-Chiriguanos. Estos últimos ocuparon ya

en la época pre-colonial el área cordillerana entre los ríos Guapay y Alto Pilcomayo, no solo posesionándose de ella como migrantes-cultivadores, sino “conquistándola”: subyugaron a los protopobladores Chanés, reduciéndoles al status discriminatorio de “tapií-siervos étnicos”, e impusieron violentamente su victoria como dominadores “iyára’y-hombres sin dueño”. Los españoles se atenían a la tradición guaraní de la Sierra del Plata; tomaban numerosas declaraciones de los testigos guaraníes de las anteriores migraciones y seguían el rumbo de poniente según se hallaban dispersas algunas comunidades rezagadas de las “entradas” antiguas (Susnik, 2016; 17-18).

En Interpretación etnocultural de la complejidad sudamericana antigua I - Formación y dispersión étnica (1994) incorpora consideraciones metodológicas, describe y analiza lo que ella denomina tendencias psicosociales de los grupos étnicos haciendo referencia al proceso de socialización y reproducción social, la organización social y aspectos socio religiosos. También define según su criterio lo que hoy entenderíamos como etnogénesis, “paulatinamente iban formándose por segmentaciones del gentío o integraciones interétnicas, nuevos grupos tribales, cada uno con la conciencia de su propia unidad definida por lengua-vivenciacreencia” (Susnik, 1994: 6).

También es la primera vez que explicita su criterio ordenador de la exposición,

Para clasificar las heterogéneas culturas sudamericanas recurrióse al método de áreas culturales, lo que implica cierto concepto de “culturas geográficas”, con un enfoque esencialmente horizontal; Bennet (1, p. 54) critica la falta de la visión histórico-cultural y considera estático también el patrón sociocultural empleado por Julian Steward en su clasificación de los pueblos sudamericanos (Steward, 1). El análisis distributivo de elementos culturales -según Nordenskiöld- puede esclarecer la difusión de elementos culturales individuales, por préstamo directo o periférico, pero fuera del conjunto cultural (Susnik, 1994: 33).

y continúa,

Para correlacionar las tendencias poblacionales “arqueológicas”, las poblaciones prehistóricamente dependiendo por largo tiempo de una tecnología lítica simple, las poblaciones cultivadoras-ceramistas que manifestaron un ethos migratorio, expansivo y ocupacional, y la formación sociopolítica de los subandinos, se dispone solamente del método deductivo y de la comparación de los elementos culturales, sociales y lingüísticos (Susnik, 1994: 34).

En el tomo II de Interpretación etnocultural de la complejidad sudamericana antigua, El hombre, persona y agente ergológico (1995)5 y su obra póstuma Poblados, viviendas, manufactura utilitaria (ámbito sudamericano) (1996) presenta una excelente sistematización de la cultura material. En todos los descriptores es recurrente la diferenciación entre cazadores recolectores y agricultores, referencias a los orígenes migratorios y las transformaciones postconquista. Para ello integra numerosa bibliografía arqueológica y etnohistórica, colecciones de museos e información de primera mano de sus trabajos de campo. Este libro es de consulta fundamental para todos los interesados en la cultura material general de los pueblos de las tierras bajas sudamericanas.

Susnik y la enseñanza de la arqueología

Otro aspecto importante de la carrera de Susnik en la arqueología, tiene que ver con su rol de profesora de la cátedra de Arqueología y Etnología americana en la Universidad Nacional de Asunción. La cátedra fue creada en 1948, siendo el primer profesor, el Dr. Max Schmidt, asumiendo ella la docencia en 1961. Para poder entender sus apuntes de clase y el contenido de la malla curricular, es importante resaltar que esta materia forma parte del currículum de la carrera de Historia, por lo que podríamos pensar en una “arqueología para historiadores”. Al analizar los contenidos de los apuntes de clase que obran en los archivos del MEAB (Susnik, 1964), un temario del año 1984 del segundo curso de la carrera, del archivo personal de los autores, y los cambios en el plan de estudios de la carrera de historia durante las décadas en las que Susnik fue profesora, puede notarse claramente el enfoque etnográfico predominante. Si bien en la época en la que Susnik fue docente, la cátedra tenía

5 Manuscrito original del año 1990 (prólogo de Adelina Pusineri a la obra del año 1996).

la denominación de Arqueología y Etnología americana, en el plan de estudios del año 1995, ya aparecen como materias separadas (Monte de López Moreira, 2012). Consultando los temarios y los apuntes de clase, sorprende que en ninguna parte del programa se haga referencia a cuestiones metodológicas o teóricas propias de la arqueología, especialmente considerando que en la década de 1980 la arqueología procesual se encontraba en pleno desarrollo.

Los cuatro textos de referencia mencionados en el temario de 1984, Apuntes de Arqueología y Etnografía Americana, Los Aborígenes del Paraguay Tomo IV, Manual de Etnografía Paraguaya y la Guía del Museo Etnográfico, son materiales escritos por ella y editados por el MEAB, en los cuales se abordan aspectos generales en torno al poblamiento americano, una descripción de los pueblos del continente, hasta finalmente enfocarse en el territorio paraguayo.

Este involucramiento de Susnik en la academia, si bien nunca llegó a ser nombrada profesora titular de la cátedra, según relata la antropóloga Marilín Rehnfeldt (2019), sumado a sus trabajos arqueológicos tanto en campo como en el análisis y la organización de las colecciones del museo, llevan a hacerse la pregunta de por qué no fue impulsada o apoyada la creación de carreras de grado de arqueología y antropología. Quizás parte de la razón pueda deberse al mismo motivo por el cual recién en 1984 fue reconocida como miembro de la Academia Paraguaya de la Historia, luego de 33 años de intensa labor en el campo de la etnohistoria (Rehnfeldt, 2019).

Mi nombramiento fue un poco imprevisto y mucha gente me ha preguntado cómo es que habiendo trabajado tantos años en etnohistoria esto no haya interesado a la Academia. En realidad, habría que preguntárselo a ellos, pero mi opinión es que hasta ahora la historia en este país ha tenido un matiz político...y la visión etnohistórica quedaba un poco desintegrada en este contexto. Ahora pareciera que los miembros de la Academia han pensado que la historia es más amplia y entonces pueden integrarse mis trabajos (Rehnfeldt, 2019:60).

Quizás podría hacerse un paralelismo entre esta opinión suya, de la etnohistoria como desintegrada de los intereses históricos tradicionales en esas décadas, marcadas por el nacionalismo, y las posibilidades de la creación de carreras universitarias de antropología o arqueología. Si pensamos que una de las líneas históricas imperantes era la Guerra de la Triple Alianza y sus participantes, vemos que sí hubo tareas que requerían un enfoque arqueológico, como por ejemplo la búsqueda de los restos del Mcal. Francisco Solano López en la década de 1930 durante el gobierno de Rafael Franco, o la extracción de buques de guerra hundidos en el río Yhaguy en la década de 1970 y que hoy forman parte del acervo del parque Vapor Cué; ninguno de estos dos proyectos contó con acompañamiento arqueológico.

Esto podría llevar a plantear la hipótesis de que no se veía la necesidad de incluir a la arqueología porque tanto esta ciencia, al igual que la etnografía y la antropología estaban vistas como ciencias “para estudiar a los indígenas”, y por consiguiente no tenían lugar en la labor histórica oficial, porque los pueblos indígenas propiamente no eran vistos como sujetos históricos relevantes. La inclusión de Susnik a la Academia Paraguaya de la Historia en 1984, podría interpretarse como un cambio en esta visión, como ella misma lo manifiesta. Sin embargo, pensando en este periodo de 1980 e inicios de la década de 1990, como períodos sumamente productivos para la arqueología paraguaya, tal como se ve también en los trabajos de José Antonio Perasso entre los años 1977 a 1989, es llamativo que estos avances en el ámbito de la investigación no hayan sido acompañados por procesos institucionales en materia legislativa y formativos a nivel académico.

En el caso de la antropología, la situación es similar, con la diferencia de que sí se han creado postgrados con distintos enfoques. Por lo demás, ambas disciplinas continúan siendo abordadas dentro de la malla curricular de la carrera de Historia (Rehnfeldt, 2019).

Discusión y consideraciones finales

Entre la producción bibliográfica de su autoría, se destacan aquellas que son estrictamente arqueológicas, como el informe del año 1959,

Material arqueológico del área alto-paraguayense, publicado en el Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico y el libro Dispersión Tupí-Guaraní prehistórica. Ensayo analítico del año 1975. Es notable, sin embargo, que en los demás escritos de carácter etnográfico, histórico y socioantropológico, siempre menciona datos sobre el periodo prehispánico. Esto nos da la pauta que ella consideraba a este periodo como fundamental para visualizar y entender la continuidad arqueológica-etnográfica de la región. La comparación del material chaqueño con el procedente de la región oriental del Paraguay, las similitudes y diferencias entre ellos, la llevó a crear la primera sistematización de la arqueología de Paraguay a través de dos “complejos culturales” de referencia: el altoparaguayense y el altoparanaense.

Como arqueóloga, su principal motivación era reconstruir las trayectorias históricas de los pueblos de Paraguay. Su arqueología era parte integral y necesaria de su antropología. A nivel metodológico hay que reconocer que no se encuentra en su agenda estudiar los procesos de formación de sitios, tafonomía ni desarrollar análisis específicos sobre los materiales. Seguramente por su foco puesto en los procesos históricos, y en la región chaqueña en especial, encontraba mejores interlocutores en las fuentes documentales y etnográficas antes que con otros arqueólogos, aunque pocos, del país. Recordemos que durante la década del 80 se desarrollaron las investigaciones de José Antonio Perasso y Luciana Pallestrini en el marco del Proyecto Leroi-Gourhan, con notorias investigaciones sistemáticas especialmente en la región Oriental y en la producción de material de corte metodológico acotado al contexto paraguayo. Es curioso que entre investigadores no haya existido ningún trabajo en conjunto, pero esto puede deberse principalmente y como ya hemos mencionado anteriormente, a las diferentes visiones e intereses de estudio. En Estudios Arqueológicos en el Paraguay, Análisis Interpretativo, Perasso (1977) en lo que podemos denominar el primer compendio de arqueología paraguaya, cita a Susnik como una de sus fuentes principales, utilizando los términos acuñados por ella referente a los complejos altoparaguayense y altoparanaense para describir las diferencias regionales en la materialidad de los grupos humanos de estas regiones.

La excavación del sitio Puerto 14 de Mayo representó para Susnik una de las claves fundamentales para entender el poblamiento del Chaco paraguayo y el trabajo con el material de este sitio en comparación con los ya existentes en la colección del MEAB, posibilitó el inicio de una visión de lo que habría sido el Paraguay precolombino. Desde su primera interpretación del sitio, choca con el modelo tradicional de cazadores recolectores sin cerámica móviles vs. agricultores sedentarios con cerámica. Desde lo arqueológico ya empezaban los primeros conflictos entre su marco conceptual y la realidad que le imponía el registro chaqueño.

Cuando recorremos la obra de Susnik en busca de sus bases conceptuales podemos ver que a primera vista aparecen opiniones encontradas o contradictorias. Sin embargo, consideramos que pueden entenderse como las pruebas mismas del conflicto entre su formación europea y la complejidad antropológica que buscaba comprender. En el camino fueron perdiendo funcionalidad las primeras herramientas conceptuales y la realidad ante sus ojos la obligó a romper algunos esquemas y encontrar nuevas maneras de formalización. Sus escritos intentaron escapar de los esencialismos y para ello tuvo que diseñar conceptos que le permitieran integrar de manera dinámica la continuidad arqueológica etnográfica y comprender la complejidad antropológica paraguaya.

Sus propuestas pueden parecer intuiciones o conjeturas infundadas por no estar desarrolladas de manera explícita en algunos de sus escritos. Cuando se analiza la obra completa, sale a la luz que su pensamiento arqueológico está atravesado por aportes de primera mano y un análisis riguroso de los datos, revisados reiteradas veces a lo largo del tiempo. La evolución de su síntesis interpretativa así lo demuestra. Como sería esperable y saludable que suceda con el conocimiento científico en general, algunas de sus ideas hoy día son validadas, ampliadas o corregidas a la luz de las investigaciones actuales. Otras se configuran como líneas de investigación o hipótesis a explorar. Además, en su sistematización del conocimiento etnográfico, aportó las ideas fundamentales para desarrollar modelos interpretativos, que son sumamente inspiradores y guiarán futuras investigaciones arqueológicas.

No puede pensarse la arqueología de Paraguay sin la obra de Susnik y

ella es, sin duda, mejor entendida a través del prisma del Museo Etnográfico Andrés Barbero. Sus colecciones arqueológicas no sólo tienen el valor en tanto bien patrimonial sino también que es de pocos repositorios formales empíricos para reconstruir la historia del Paraguay prehispánico. Para ella, además, era el camino para formalizar un abordaje antropológico integral donde la arqueología formaba parte de un plan mayor. Vale destacar que sus investigaciones arqueológicas fueron las primeras con un abordaje sistemático, realizadas por un investigador radicado en el país y que sus colecciones se conservan en él. Es fundamental tener presente, como lo hiciera saber entre sus pares, que la Dra. Susnik tenía un programa de investigación y la motivación para crear un centro de estudios antropológicos, “El Museo Etnográfico de la Sociedad Científica del Paraguay ocupó el año pasado su nuevo edificio Museum Dr. Andrés Barbero, reiniciando sus actividades con miras a un Centro de Estudios Antropológicos” (Susnik, 1956-1957: 310).

En el marco del programa de investigaciones entre las poblaciones indígenas del Paraguay organizó la Misión de Estudios del Alto Paraguay, el cual incluyó la primera investigación arqueológica sistemática del país. A su vez, proyectaba continuar excavaciones sistemáticas en áreas altoparanaense e ypacaraiense (Susnik, 1956-1957).

Sus planes también incluyeron realizar cursos y seminarios “a fin de encauzar los estudios antropológicos aislados hacia un método científico y darles por ende un ritmo más intensivo y organizado” (Susnik, 19561957: 311).

Como mencionamos oportunamente, al cumplirse el centenario de su nacimiento se realizaron sentidos homenajes por parte de distintos actores sociales involucrados con ella y su obra. En esta oportunidad, y desde el campo que nos convoca, analizamos sus aportes a la arqueología de Paraguay, de la región chaqueña y de las tierras bajas sudamericanas en general. En este sentido y, respondiendo la pregunta introductoria que nos planteamos al inicio, podemos decir que los aportes de Susnik han servido de base teórica a la arqueología paraguaya y también a la región. Sobre esta base se han ido construyendo a lo largo de los años investigaciones sistemáticas que han corroborado o refutado las hipótesis plantea-

das por ella. Su trabajo muestra que el territorio actualmente conocido como Paraguay, no fue ni es un páramo aislado de los acontecimientos regionales. A su vez, consideramos que el mejor reconocimiento que podemos hacer es mantener vigente su motivación inicial. Para ello es necesario unir esfuerzos y concretar la formalización de grado en Arqueología y así dar continuidad y dinamismo a la investigación e iniciar la formación de recursos humanos en el país.

Agradecimientos

A Adelina Pusineri y Raquel Zalazar por la constante ayuda y la invitación a participar de este número especial. A todo el personal del Museo Etnográfico Andrés Barbero por la constante disposición y colaboración. A Alejandra Peña Gill por la información y el material sobre la primera mesa redonda de museos y a Herib Caballero por lo relacionado al plan de estudios de la carrera de Historia. A la Fundación La Piedad por posibilitar las investigaciones dentro del Museo Etnográfico Andrés Barbero. Estas investigaciones son financiadas por la Universidad Nacional de La Plata y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina) a través de proyectos acreditados.

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BIBLIB: 0378-9896 (2020), 77-106

El mestizaje en Paraguay como categoría analítica en la obra de Branislava Susnik1

Mestizaje in Paraguay as an analytical category in the work of Branislava Susnik

Enviado: 15/12/2019 Aceptado: 13/03/2020

Ignacio Telesca2

Resumen

Branislava Susnik -una antropóloga eslovena quien desde 1952 estuvo a cargo del Museo Etnográfico “Andrés Barbero”- acuñó un nuevo concepto de mestizaje en Paraguay. Hasta su investigación, los académicos habían asumido una concepción nacionalista del mestizaje. Sin embargo, siendo mujer, extranjera y antropóloga, su investigación no fue tenida en cuenta por la historiografía nacional. El presente artículo, después de describir los momentos clave de la vida de Susnik, se centra en cómo Susnik construyó y demostró sus ideas y en cómo el ámbito intelectual paraguayo ha ignorado sus conclusiones.

Palabras clave

Susnik, Paraguay, mestizaje.

1 Artículo original, publicado en Res Gesta 46, Instituto de Historia - Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario, Argentina, 2008, pp. 219-247. Agradezco a Adelina Pusineri, directora del Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, por facilitarme todo lo referente a la vida de Branislava Susnik, sin su ayuda hubiese sido imposible este trabajo. El presente artículo fue corregido y aumentado. 2 Investigador del CONICET y Profesor en la Universidad Nacional de Formosa. Al momento de escribir este artículo se desempeñaba como profesor en la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”, Asunción-Paraguay.

Abstract

Branislava Susnik -a Slovenian anthropologist who since 1952 was in charge of the Ethnographic Museum "Andrés Barbero"- raised a new concept of mestizaje in Paraguay. Until her research, scholars had assumed a nationalistic conception of mestizaje. However, being female, foreign and anthropologist, her research was not taken into account by the national historiography. This article, after describing the key moments of Susnik’s life, focus on how Susnik has constructed and showed her ideas and on how the Paraguayan intellectual environment has ignored her conclusions.

Key words

Susnik, Paraguay, mestizaje.

Es muy raro encontrar dentro de las disciplinas académicas una persona que pueda moverse tan fácilmente, y casi sin esfuerzo, de la historia a la lingüística y de ésta a la etnografía. Tal persona es Branislava Susnik, una intelectual paraguaya quien casi sin ayuda ha hecho suya la causa de la historia, la lengua y la cultura de los indígenas paraguayos. Los que trabajamos en estas áreas tenemos con ella una deuda de gratitud3 .

La cita que introduce este trabajo, escrita en 1978, nos pone en alerta sobre lo complicado que puede resultar encasillar a Branislava Susnik dentro de una categoría académica. Si uno analiza su producción puede distinguir que se fue moviendo desde la lingüística y antropología, a la etnohistoria para concluir con la historia social del Paraguay, pero no en fases sucesivas sino acumulativas. Fueron cuarenta y cinco años de dedicación misionera a la comprensión del Paraguay.

Reseña biográfica

Branislava Susnik4 nació en Medvode, Eslovenia, el 28 de marzo de 1920. Realizó sus estudios secundarios en Ljubljana y en la universidad de la misma ciudad hizo sus estudios de historia y pre-historia. No es fácil ubicarse en la vivencia de esos años en un lugar que sufrió grandemente las consecuencias del Primera Guerra Mundial. En 1918, después de la disolución del imperio austro-húngaro Eslovenia pasa a formar parte del Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos. Este reino cambia de nombre en 1929 por el de Reino de Yugoslavia, el cual a su vez se ve tremendamente afectado por la Segunda Guerra Mundial al punto que en 1945 cambia ahora de organización política, convirtiéndose en una república.

Todo esto lo vivió Susnik en su adolescencia y juventud, incluido el asesinato de su padre, quien era jefe de gendarmería, a manos de tropas comunistas5. Una vez concluidos sus estudios, obteniendo el doctorado

3 KLEIN, Harriet E. Manelis. 1978. “A Susnik Mélange. Culture, History, Linguistics and Ethnography of Speaking”, International Journal of American Linguistics, Vol. 44, Nº 4, p. 345. 4 En Paraguay ella adoptó el nombre de Branka Susnik, y utilizaba ambos nombres indistintamente; el apellido se escribe Sušnik, aunque en los textos siempre aparece Susnik. 5 Según Tine Debeljak, lo asesinaron “delante de sus ojos en el patio de casa”. Cfr. DEBELJAK, Tine. 19731975. “Dra. Branislava Sušnik. Investigadora de las culturas indígenas”, Zbornik Svobodna Slovenija, Anuario del periódico Eslovenia Libre, traducido por Irene Mislej.

en Ljubljana y realizando cursos de posgrado en lenguas antiguas en Viena se trasladó a Roma, donde prosiguió con el estudio de lenguas orientales y cuneiformes obteniendo un segundo doctorado en Historia y Arqueología Sumero-Babilonesa6 .

En Roma Susnik se preparaba para partir como “misionera laica a investigar el patrimonio espiritual de los pueblos primitivos en Asia”7, sin embargo el 26 de marzo de 1947 se embarcará en Génova rumbo a Buenos Aires, donde desembarcará un mes más tarde, el 27 de abril. Su estadía en Roma no solo estaba dedicada al estudio, sino que por los datos que aporta Tine Debeljak, estaba comprometida con la causa eslovena. Trabajaba juntamente con Miha Krek, quien desde el exilio procuraba crear una Eslovenia democrática e independiente8. No tenemos más información sobre esta cuestión, pero no dejaría de ser interesante ver a Susnik dentro del colectivo esloveno que llegó a Buenos Aires.

Sus primeros años en Buenos Aires aún quedan en la nebulosa, sabemos, siguiendo el trabajo de Adelina Pusineri, que José Imbelloni le había ofrecido a Susnik un puesto en el Museo de La Plata, pero que ella rechazó al no querer estar inserta en una institución estatal en el gobierno de Juan Domingo Perón. Es recién a fines de 1949 que a través de las Obras Misionales Pontificias consigue una recomendación para el obispo de Resistencia9, Monseñor Nicolás de Carlo. Éste la puso en contacto

6 Para estos primeros años confrontar el anterior artículo, y también la entrevista de Tine Debeljak, 1958. “Encuentro con la investigadora de culturas indígenas, la Dra. Branka Sušnik”, Meddobje IV, Nº 4, pp. 319-323, traducido por Irene Mislej (esta revista era publicada en Buenos Aires por la comunidad eslovena). Además, PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita; MALINOWSKI, Maria Isabel. 2004. A antropologia no Paraguai: uma redução às avessas? Dissertação de Mestrado, Universidade Federal do Paraná. Curitiba. Agradezco a Adelina Pusineri quien me facilitó todos estos trabajos. CHASE-SARDI, Miguel. 1996. “Branislava Súsnik y sus obras”, Suplemento Antropológico, Vol. XXXI, Nº 1-2, pp. 443-468; OLIVEIRA, Jorge Eremites de. 2003. “Los primeros pasos en dirección de una arqueología pantanera: de Max Schmidt y Branka Susnik hacia otras interpretaciones sobre los pueblos indígenas en las tierras bajas del Pantanal”, Suplemento Antropológico, Vol. XXXVIII, Nº 2, pp. 9-72. 7 DEBELJAK, Tine. 1973-1975. “Dra. Branislava Sušnik. Investigadora de las culturas indígenas”, Zbornik Svobodna Slovenija, Anuario del periódico Eslovenia Libre, traducido por Irene Mislej. 8 Cfr. KLMENČIČ, Matjaž. 1998. “Immigrant Communities and the Establishment of New States in East Central Europe. The Case of the Slovenians in North America”, Društvena Istraživanja. Zagreb, pp. 43-73. 9 La diócesis fue creada en 1940 e incluía dentro de su territorio a las actuales provincias del Chaco y Formosa. Monseñor de Carlo, el primer obispo, falleció el 19 de octubre de 1951.

con los responsables de la Misión Laishi, franciscanos, quienes atendían a una población toba. Esta misión se encontraba en la actual provincia de Formosa y muy cercana (65 kilómetros) de la capital, Formosa, en donde existía una casa de las Hermanas Religiosas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey, quienes en su gran mayoría eran yugoslavas, algunas eslovenas. Según Pusineri “en la Misión Laishi comenzó su ‘revivir’ intelectual, estudiando la lengua de los Tobas, que como manuscrito lo conservó hasta usarlo en sus trabajos lingüísticos en Paraguay con los Emok-Tobas, citándolo en 1962 y 1972, como La lengua de los Toba de Laishi (Prov. Formosa)”. Este manuscrito fue el fruto de un año de trabajo en dicha misión. El que vuelva a vivir intelectualmente, nos alerta que sus casi tres años previos los pasó realizando actividades no intelectuales10 .

La congregación religiosa en donde se alojaba Branislava Susnik, poseía también casas en Asunción, trabajando entre otros lugares en la Cruz Roja del Paraguay. Es a través de estas religiosas que el Dr. Andrés Barbero, fundador de la Cruz Roja en Paraguay en 1919, se entera de las actividades de Branislava Susnik en Formosa.

Andrés Barbero es una de esas personalidades paradigmáticas en la historia del Paraguay, sobre la cual poco aún se ha escrito. Hijo de un matrimonio de inmigrantes llegados al país después de la guerra de la triple alianza, nació en Asunción en 1877. En 1904 egresó de la facultad de medicina formando parte de la primera promoción de la misma. Cumplió un sinnúmero de funciones tanto en el ámbito público (desde decano de la facultad hasta ministro de economía pasando por el de intendente de Asunción, entre otros cargos) como intelectual. Entre estas últimas se ha de destacar su participación en la fundación de la Sociedad Científica del Paraguay, en 1921, la Academia Paraguaya de la Historia, en 1937, y el Museo de Historia Natural y Etnografía (hoy Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, www.museobarbero.org.py), en 1929. Lo importante de estas fundaciones, no sólo era su presencia, sino que las financiaba. De hecho, estas tres últimas obras funcionan bajo el amparo de la Fundación La Piedad, una entidad que es la administradora del patrimonio de la fa-

10 Pusineri me expresó en una comunicación personal que tiene informaciones, aún no plenamente confirmadas, que entre 1947 y 1949 Susnik se desempeñaba como ama de llaves en la provincia de Tucumán.

milia Barbero y continuadora de sus propósitos filantrópicos.

Director del Museo había sido, entre 1933 y 1946, Max Schmidt. Este sabio alemán, quien fuera director de la sección sudamericana del Museo Etnográfico de Berlín, se había instalado en las proximidades de Cuiabá entre 1929 y 1930, sin mucha fortuna. Barbero lo invita a tomar posesión del museo, lo que acepta de forma inmediata. Mientras tanto se dedica a la arqueología y etnografía del Paraguay y en 1948 comienza a dictar la cátedra de Etnología, en la recientemente creada Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional. Fallece en octubre de 1950.

Antes mismo del fallecimiento de Schmidt, Andrés Barbero tiene un derrame y es ahí cuando preocupado por la continuidad del Museo llama a Branislava Susnik. Sin embargo, él también fallece en febrero de 1951, un mes y medio antes que Susnik llegara al Paraguay.

Fueron las hermanas de Andrés Barbero las que decidieron darle continuidad a los trabajos de su hermano, y con la creación de la Fundación La Piedad la doctora Susnik comienza los primeros trabajos de puesta en orden del museo. Mientras tanto, los primeros cinco años, hasta la inauguración del actual edificio del Museo, ella vivió con las hermanas de la Cruz Roja y por las mañanas trabaja en esa misma institución como recepcionista11 .

Esto no fue impedimento para que entre 1951 y 1952 realizara su primer viaje de campo a la comunidad de los maká, “Colonia Fray Bartolomé de las Casas”. Fruto de este viaje fue su obra Principios morfológicos de la Lengua Maká del año 1955.

Finalmente, en 1956 se inaugura la actual sede del Museo, y Susnik termina de acomodar todas las piezas y el material recogido tanto por Barbero como, y fundamentalmente, por Schmidt, además de ir incorporando el fruto de su trabajo. Ciertamente ella estaba orgullosa de su trabajo. En una entrevista concedida en 1958 lo deja de manifiesto:

11 “Los primeros tiempos en Paraguay tuve que aprender algunos ‘sustantivos amargos’, los de la vida cotidiana y no tuve el tiempo necesario para asimilar otros ‘adjetivos sociales’. Empecé con los verbos, es decir, con el trabajo mismo de relacionarme con los indígenas.” En DEBELJAK, Tine. 1973-1975. “Dra. Branislava Sušnik. Investigadora de las culturas indígenas”, Zbornik Svobodna Slovenija, Anuario del periódico Eslovenia Libre, traducido por Irene Mislej.

Comencé con una reorganización que duró todo un año y así fue que el Museo Etnográfico se inauguró el 20 de marzo de 1956. En el Paraguay no hay especialistas museólogos, así que estuve sola para todo. En estos países americanos, pequeños, la labor depende siempre de una sola persona y es por ello que las instituciones llevan el sello individual de sus creadores. Si bien la organización no es perfecta aún, puedo citarle las opiniones de dos críticos internacionales en la materia, el profesor Metraux de París y el profesor Steward de Washington que coinciden en que el Museo Etnográfico de Asunción es, en virtud de su organización técnica y la documentación que posee, uno de los mejores en Sudamérica12 .

Sin lugar a duda, las actividades del Museo eran múltiples, la recopilación no se restringía sólo a los elementos hallados, sino también al registro fotográfico y fonográfico de las comunidades indígenas. Todo esto se complementaba con las clases en la cátedra de Etnología que heredara de Schmidt.

La década del 50 no presentaba el mejor ambiente para un trabajo de esta naturaleza. La guerra civil de 1947 había enviado al exilio a un buen número de intelectuales y a mediados del 54 se iniciaba la dictadura de Alfredo Stroessner.

En la rica entrevista concedida en 1958 Susnik deja en claro que:

…los comienzos fueron más bien de tipo privado, ya que ninguna institución oficial se interesaba realmente por el tema. La razón de mi perseverancia, a pesar del desinterés y hasta, a veces, la oposición del entorno paraguayo reside en mi rebeldía innata ante todo lo que ‘debemos’ y ‘no debemos’ hacer.

Necesitaríamos de una investigación más profunda en los medios escritos de la época para comprender cómo este ‘entorno paraguayo’ recibió a la Dra. Susnik. Lo que sí tenemos es su sensación de cómo fue acogida, como un “bicho raro”.

En una conferencia que dictó en el Ateneo Paraguayo en donde planteaba que sus intereses eran:

12 DEBELJAK, Tine. 1973-1975. “Dra. Branislava Sušnik. Investigadora de las culturas indígenas”, Zbornik Svobodna Slovenija, Anuario del periódico Eslovenia Libre, traducido por Irene Mislej.

… a) si las tradiciones mitológicas esclavizaron a los indígenas por mil años, ¿por qué tenían tanto poder?, b) el hombre primitivo, ¿necesita la explicación mitológica y el orden de todo lo que hace y lo que hará? Y ¿por qué? ¿Por el miedo o bien el instinto, que le dice que todo lo ‘humano’ carece de fuerza vital y necesita del perro mitológico o del tapir? ...13

Susnik comenta, no sin ironía, que “los asistentes me entendieron tan bien, que me clasificaron enseguida como ‘bicho raro’ y este nuevo título fue la garantía de mi capacidad científica”14 .

Esta capacidad se vio mayormente respetada cuando emprendió la serie de viajes a las comunidades indígenas, “lo cual en el ambiente intelectual exclusivamente masculino que predomina en Paraguay valió tanto como un segundo diploma”.

Tampoco le resultó sencillo el trabajo en la Universidad, en la cátedra Arqueología Americana y Etnografía Paraguaya. Ante un programa puesto al día (con temas como la “Historia del fuego y del agua entre las tribus americanas, uno de los contenidos culturales más vitales”) el rector le pidió a Susnik que tuviera en cuenta el nivel cultural del alumnado, a lo que ella acota “como a mí me interesan más las cumbres que las llanuras, no hubo ninguna posibilidad de llegar a un acuerdo”15 .

Su situación de cara al ‘entorno paraguayo’ se afianzó cuando fue elegida como miembro de la Sociedad Científica del Paraguay (no olvidemos que tanto la Sociedad Científica como el Museo, hasta hoy, están subvencionados por la Fundación La Piedad). Esto fue importante para ella:

…ya que solamente de esta manera se puede avanzar en estos pequeños países americanos, se necesita una ‘plataforma’. Desde entonces mi labor científica se hizo más fácil, si bien debo seguir imitando a San Juan Bautista y levantar la voz para que me escuchen…16

13 Puede ser que esta conferencia sea la que dictó el 30 de enero de 1957 al regresar de la expedición al Alto Paraguay, compartiendo sus investigaciones sobre los Chamacocos. Cfr. PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita. 14 Ídem. 15 Desde 1956, el rector de la Universidad Nacional era Crispín Insaurralde. 16 Las citas se encuentran en la entrevista de 1958, DEBELJAK, Tine. 1958. “Encuentro con la investigadora de culturas indígenas, la Dra. Branka Sušnik”, Meddobje IV, Nº 4, pp. 319-323, traducido por Irene Mislej.

La expedición a la que hace referencia en la entrevista se realizó en agosto de 195617 hacia el Alto Paraguay y estuvo acompañada por el naturalista italiano Lucio Tarsia. Fruto de estos viajes fueron sus tres tomos sobre el pueblo Chamacoco18 .

Sus actividades continuaron, y dos años más tarde realizó una misión al Alto Paraná planificada en dos etapas. En un principio estaba previsto realizarla juntamente con León Cadogan, pero al no poderse poner de acuerdo, la relación se cortó.

Sin embargo, Susnik siguió adelante con lo establecido y de su expedición “recogió objetos de la cultura material, ceremoniales shamánicos, 600 fotos de los Chiripá - Guaraní y grabaciones de las principales leyendas y mitos en su grabadora a hilo de metal”19 .

A diferencia de lo ocurrido con los Chamacocos, acerca de los Chiripá no publicó ninguna obra. Mucho se especula sobre las razones de esta ausencia; puede ser el diferendo que tuvo con Cadogan, toda una autoridad en la materia, o quizá lo que Pusineri pudo entresacar de las pocas cartas que quedaron. Hablar de los chiripá era referirse también al hombre paraguayo, del cual “no quería opinar para ‘no herir susceptibilidades’” (citando a la propia Susnik)20 .

De la misma idea es Miguel Chase-Sardi, quien en su trabajo sobre Susnik afirma que:

…su palabra escrita, requiere mucha erudición previa. Creo que, como sabe de la exagerada susceptibilidad paraguaya, no desea mentir; pero, tampoco herirla. Escribe, de propósito, para que solo la comprendan los doctos… Prueba de esta suposición es el hecho de que a medida que en nuestro país

17 Para poder realizar estos viajes tuvo que nacionalizarse paraguaya, lo que hizo en julio de 1956, con el nombre de Branka Susnik. 18 Para una lista de las publicaciones de Branislava Susnik ver CHASE-SARDI, Miguel. 1996. “Branislava Súsnik y sus obras”, Suplemento Antropológico, Vol. XXXI, Nº 1-2, pp. 443-468 19 Cfr. PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita. 20 Cfr. PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita. Igualmente sabemos por la bibliografía que Susnik publicó un artículo sobre el tema en esloveno, “Družbene organizacija med Chiripa - Guaranijci”, en Vrednote, Vol. XV, Buenos Aires, 1960, aunque dicho material no se ha encontrado hasta la fecha.

se va respetando el disenso, en estos días de cambio, sus libros se vuelven más amenos, más comprensibles, y su estilo se hace más legible.21

Sin lugar a duda el estilo escrito de Susnik no es el más sencillo para la lectura, pero no creo que se deba al no querer herir susceptibilidades sino al hecho que ella era una eslovena que escribía en castellano, y que nadie revisaba sus escritos antes de ser publicados, los cuales, al principio eran mimeografiados por ella misma. Ciertamente no disminuye la dificultad entre las obras escritas en 1960 y 1990, salvo los treinta años que pasaron de estadía en el país. Sin embargo, los trabajos que reproducen sus conferencias son muchos más claros, y obras como El rol de los indígenas22 de 1982-3 son perfectamente legibles por cualquier persona.

Creo importante aclarar que, si bien es cierto que Susnik no escribe con la poesía de Bartomeu Melià, muchas veces se crea como un mito sobre lo poco legible de sus obras, lo cual no es cierto. Que no sea de lectura agradable no implica en absoluto que no se pueda leer ni mucho menos. Incluso se llega a dudar de la seriedad de su sistema de notas y lo confuso de sus citas. Sin lugar a duda no es un sistema estándar, como el que se utiliza en esta revista, por ejemplo, pero es muy lógico y claro. Es totalmente infundada la acusación, con mucha carga de ironía, que le hiciera María Cristina dos Santos.

Creadora, probablemente involuntaria, de la Asociación Guaraní de Normas Técnicas de la Susnik - AGNTS, persiste a lo largo de sus publicaciones un texto en que las referencias bibliográficas y/o documentales son un mero apéndice, no habiendo ninguna necesidad de relación entre dato/información/nota/referencia documental o bibliográfica. Aquel más distraído que intente la peripecia de confrontar, tendrá la dimensión de lo que se afirma arriba.23

21 CHASE-SARDI, Miguel. 1996. “Branislava Súsnik y sus obras”, Suplemento Antropológico, Vol. XXXI, Nº 1-2, pp. 443-444. 22 SUSNIK, Branislava. 1982. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. Asunción, Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales, Tomo I: SUSNIK, Branislava. 1983. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. Asunción, Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales, Tomo II. 23 DOS SANTOS, Maria Cristina. 1999. “Clastres e Susnik: uma tradução do ‘guarani de papel’”, en Regina A. F. Gadelha (ed.), Missões Guarani. Impacto na sociedade contemporânea. São Paulo. p. 209, traducción del autor.

Lo interesante es que pone como ejemplo una referencia de la obra de Susnik Una visión socio-antropológica del Paraguay del siglo XVIII24 de la página 108 en que dice “no faltaban las ventas de ‘puestos de estancias’ de más de 2.500 hectáreas de dimensión (488)”. Esta nota 488 se busca al final, en la sección ‘índice de citas’, y especifica: “488) H - 127, nº 2”. Si uno ve las referencias bibliográficas sabe que significa Archivo Nacional de Asunción, Sección Historia, volumen número 127, carpeta número 2. Sin embargo, dos Santos señala que “encontrar algún dato con estas referencias es mero golpe de suerte”. Ciertamente que quien lea el documento citado tendrá que leerlo todo para ubicar el dato preciso, pero no es culpa de Susnik que el Archivo no esté mejor organizado. No hay que hacer ningún curso para entender a Susnik, ni menos crear una Asociación particular; será cuestión, a veces, que los investigadores utilicemos más el sentido común.

Retomando la vida de Susnik, los viajes de trabajo a las distintas comunidades indígenas se sucedieron. En 1960 trabajó con un grupo de indígenas aché que habían sido sacados de los montes y repartidos cual esclavos entre diversos pobladores. En el informe presentado a la Fundación La Piedad relata su modo de trabajo:

…3 guayakíes cada uno con turno de cuatro horas..., mi trabajo fue desde 7 hs. de mañana hasta las 8 hs. de la noche… el material recogido es abundante, pero tiene un inconveniente...se basa en la información de unos cuantos individuos…, mi trabajo se publicará, no obstante del primitivo medio de mimeografiado acá en el Museo...”25 .

Ciertamente su publicaron a principios de los ’60, tres obras con esta temática26 .

24 SUSNIK, Branislava. 1990-1991. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XVIII. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. 25 Citado por PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita. 26 León Cadogan relata que este viaje de trabajo iría a ser realizado por Susnik, Shaden y él mismo. Sin embargo, no se pudo realizar mancomunadamente por “la imposibilidad de entenderme con la Dra. Susnik”. CADOGAN, León. 1998. León Cadogan. Extranjero, campesino y científico. Memorias. Asunción, Fundación León Cadogan, CEADUC, CEPAG, p. 26.

Es en esta misma década que la investigación de Branislava Susnik se mueve en dirección de la etnohistoria. De 1965 y 1966 son las dos primeras obras de la serie “El indio colonial del Paraguay”27 .

Complementa ya la investigación de campo con la de archivo, y el Archivo Nacional de Asunción se convierte en su principal repositorio. En El guaraní colonial, Susnik analiza por un lado el tema de la encomienda, tanto yanacona como mitaria, y por el otro hace hincapié y profundiza en el ‘pueblo de indios’ colonial. En Los trece pueblos ya estudia como se fueron desintegrando los pueblos jesuíticos después de la expulsión intentando comprender que pasó con los que se fueron y que ocurrió con los que se quedaron. Para este tomo también incorpora documentación proveniente del Archivo General de la Nación.

Susnik hace propia la concepción que reinaba a fines del siglo XVIII que consideraba a las comunidades, a los pueblos de indios, como las culpables de la situación de discriminación del indígena, “el opresivo sistema de comunidad” en palabras de la autora. De hecho, las citas que introducen las dos obras, de Aguirre, Doblás, Amancio González y del corregidor guaraní de Atyra, reafirman esta concepción.

La trilogía de El indio Colonial concluye con el referente a los pueblos chaqueños, que fue publicado recién en 197128 .

Durante estos años no dejó de realizar al mismo tiempo trabajos de campo e incluso en 1967 fue hasta Bolivia en donde además de revisar los archivos tomó contacto con el pueblo chiriguano. Se debe añadir diversos viajes al Chaco para estudiar y compartir con los pueblos Tobas y Sanapaná en 1962, con los Ayoreos en 1963, nuevamente con los Chamacocos en 1968 realizando una valiosa comparación con sus estudios de previos de 1956. Su última misión la realizó en 1976 entre los Enlhet de

27 SUSNIK, Branislava. 1965. El indio colonial del Paraguay I. El guaraní colonial. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. SUSNIK, Branislava. 1966; El indio colonial del Paraguay II. Los trece Pueblos Guaraníes de las Misiones (1767 - 1803). Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. Un primer artículo sobre el tema apareció en el primer número de la Revista Paraguaya de Sociología, SUSNIK, Branislava. 1964. “El guaraní en la vida socio-económica colonial”, Revista Paraguaya de Sociología, Vol. I, pp. 30-48 28 SUSNIK, Branislava. 1971. El indio colonial del Paraguay III. El chaqueño: guaycurúes y chanés-arawak. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”.

la misión inglesa, tenía ya 56 años29 .

En los siguientes veinte años no dejará de investigar en los archivos históricos de la región y continuará con la publicación anual de al menos un libro. En 1978 inicia la serie Los aborígenes del Paraguay en la que aparecerán siete obras siendo la última de la serie publicada en 1987.

Mientras tanto no dejarán de aparecer artículos científicos suyos en las revistas más importantes del medio; en las de la Universidad Católica, Suplemento Antropológico y Estudios Paraguayos, en el Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, de la cual fue nombrada miembro de número en 1984, y en la Revista Paraguaya de Sociología.

Es importante notar que los artículos siempre están escritos en un lenguaje más sencillo y representan muchas veces una adaptación de lo ya trabajado en sus libros. Es decir, al contrario de lo que ocurre generalmente, sus investigaciones aparecían primeramente en forma de libro, luego se divulgaba a través de los artículos.

Ocurría también, que los artículos eran previamente conferencias que Susnik dictaba. Fruto de un seminario que dictara entre mayo y julio de 1981 en el Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales (IPEN) son los dos tomos de El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. La obra es la transcripción de sus charlas y se mantiene el lenguaje claro y sencillo de la clase. Interesante es notar que la autora agrega a modo de anexo una lista de catorce temas a seguir investigando en orden de concretar una “aproximación histórico-antropológica al estudio de la población rural paraguaya” desde el siglo XVI hasta el 1900. A su vez, cada uno de los temas estaba subdividido en diversos ítems. Tomemos un ejemplo:

5.- Tendencias socioculturales: a) Orientación y pautas de conducta en la subcultura rural. b) El proceso de la homogeneización criollo-mestiza (colonial, francista y post ‘1870’). c) Las pautas de la auto-exaltación del campesinado.

29 Para un detalle de estos viajes cfr. PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita.

d) La conciencia del mestizaje biológico y la pauta de la discriminación de ‘indios’. e) Conceptos sobre el ‘gobierno-Paraguay’ y las pautas de conducta. f) Aptitudes e inclinaciones artesanales y artísticas. g) La formación de la conciencia de ‘paraguayidad’30 .

Este esquema será el hilo conductor de lo que desarrolle en sus tres tomos de Una visión socio-antropológica del Paraguay. Si había comenzado con la lingüística y la antropología, pasando luego a la etnohistoria, con esta serie completa su ciclo con un abordaje de la historia social del Paraguay hasta la guerra contra la triple alianza. Sin lugar a dudas, es un punto de llegada en su búsqueda de comprender el proceso de formación social y cultural del Paraguay y de la formación del ser nacional, como ya se dejaba constancia en el epílogo de El rol31 .

Si las anteriores obras de Susnik partían siempre del pueblo indígena, comprendiendo su particularidad, en Una visión socio-antropológica, 32 el sujeto es ya la sociedad que vivía en la provincia, luego república, del Paraguay. Por supuesto que no es una sociedad sin indígenas, sino que intenta incluir a todos los habitantes del lugar, incluso los pueblos indígenas aún no sometidos por el gobierno de turno. Al mismo tiempo, no es una sociedad compartimentada, sino que lo más importante de la obra es comprender la inter-relación de todos los miembros de esta sociedad.

Podemos decir que es imposible comprender la historia del Paraguay, y de la sociedad paraguaya hoy, sin tener en cuenta esta obra de Branislava Susnik. Al mismo tiempo, si tenemos en cuenta que la historia social no ha sido la disciplina historiográfica más desarrollada en nuestro medio, Una visión socio-antropológica se convierte en puntal

30 SUSNIK, Branislava. 1983. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. Asunción, Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales, Tomo II, pp. 185-186. 31 SUSNIK, Branislava. 1983. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. Asunción, Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales, Tomo II, p. 179. 32 SUSNIK, Branislava. 1990-1991. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XVIII. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava. 1992. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XIX. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”.

desde el cual levantarse33 .

Aunque situada su vida en el Museo Etnográfico Andrés Barbero, en donde no sólo investigaba y escribía, sino en donde también vivía, la obra de Branislava Susnik comenzaba a ser reconocida. En 1992 el Congreso Nacional le otorga el recién establecido Premio Nacional de Ciencias. Adelina Pusineri recoge en su artículo las palabras de agradecimiento que pronunció Susnik al recibir el premio:

...Señor Presidente, permítame agregar mi agradecimiento personal; vine al Paraguay hace 42 años, después de las violencias de la Segunda Guerra Mundial, gracias a la colaboración del Patrimonio familiar del filantrópico intelectual paraguayo, Dr. Andrés Barbero, fundador de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico, pude dedicarme íntegramente a las investigaciones antropológicas y con mis trabajos agradecer al Paraguay que me acogió tan generosamente34 .

Sin embargo, su producción intelectual no se detuvo. En 1995 publica conjuntamente con Miguel Chase-Sardi Los indios del Paraguay, dentro de la colección “Indios de América” de la editorial MAPFRE. Finalmente, casi como para finalizar como se comenzó, publica dos tomos de una Interpretación etnocultural de la complejidad sudamericana antigua. Con una última obra que tenía ya finalizada, y que se publicó en 1998, volvía a cerrarse el círculo y regresaba a su primer amor de las lenguas35. Ella no la vio publicada, sino que falleció antes, el domingo 28 de abril de 199636 . Los campos abordados por Susnik en los cuarenta y cinco años que vivió en Paraguay fueron muchos y a los de lingüística, antropología,

33 “Pero es en la serie de Una visión socio-antropológica del Paraguay, que abarca desde la segunda mitad del siglo XVI hasta el XIX, donde acomete con ánimo la historia nunca antes escrita de las vicisitudes y transformaciones étnicas operadas en ese Paraguay que hoy se dice mestizo”, MELIÀ, Bartomeu. 2004. “La novedad guaraní (viejas cuestiones y nuevas preguntas) Revista bibliográfica (1987-2002)”, Revista de Indias, Vol. LXIV, Nº 230, p. 180. 34 Citado por PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita. 35 SUSNIK, Branislava. 1998. Tendencias Psicosociales y verbomentales Guaycurú-Maskoy-Zamuco. Ensayo Analítico. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. 36 Dos semanas más tardes fue condecorada por el gobierno paraguayo, en forma póstuma, con la Orden Nacional al Mérito en el Grado de "Gran Oficial".

etnohistoria e historia social habría que agregar también el de la arqueología. Tomando en cuenta quienes hacen uso de su obra podemos afirmar que su legado fue más aprovechado por los antropólogos que por los historiadores. La concepción de la historia colonial según la versión de Efraím Cardozo goza de mayor prestigio y aceptación que la presentada por Branislava Susnik. Rafael Eladio Velázquez, de los pocos que citan la obra de Susnik, sólo se centra en lo referente a la cultura indígena37 .

En cierta medida esta situación representa el ambiente intelectual reinante durante la dictadura stronista (1954-1989). El debate académico estaba virtualmente vedado y el régimen dictatorial tenía su historiador oficial, Juan E. O’Leary y su historia oficial. Vemos que cada investigador seguía su propio derrotero y nunca se estableció en la historiografía paraguaya pos-1950 un debate académico.

Para concluir con este apartado creo importante mencionar un aspecto poco tenido en cuenta en la biografía de Susnik, el religioso. En sus primeros tiempos siempre estuvo relacionada con miembros de la iglesia católica. De hecho, en un acontecimiento aún no del todo claro, Susnik estuvo presa en un campo de concentración en Eslovenia del cual pudo escapar con otras cuatro personas, de las cuales dos fallecieron en la huída y los tres restantes pudieron llegar a destino, seguramente Roma. Entre los que escaparon estaba también un sacerdote. En Roma también contó con la ayuda de los jesuitas de la Universidad Gregoriana, y la iglesia ocupaba un lugar central en la lucha por una Eslovenia libre. Sabemos que Susnik se estaba preparando para ir como misionera laica a oriente, antes de embarcarse para América. Ya en Argentina logró llegar al Chaco de la mano de las Misiones Pontificias y tanto en Formosa como en los primeros años de Paraguay vivió con las hermanas franciscanas.

De la mano de Adelina Pusineri conocemos de la profunda devoción de Susnik a Friederig Baraga, un misionero esloveno de mediados del siglo XIX entre los indígenas Ottawa, primer obispo de Marquette. Pero fundamentalmente Baraga fue un lingüista y escribió gramáticas, diccionarios y catecismos en lenguas indígenas. Susnik solía escribir en su

37 Ver VELÁZQUEZ, Rafael Eladio. 1999. Breve historia de la cultura en Paraguay. Asunción, edición del autor. Sólo cita a Susnik en el capítulo II, “Los guaraníes”.

agenda y en sus escritos, entre otras invocaciones religiosas, “Hvala, ‘B’”, Gracias Baraga38 .

Esta devoción no implica tanto que se pueda descubrir una mirada religiosa, o católica, en la aproximación de Susnik a los pueblos indígenas sino más bien que uno puede intuir que su dedicación exclusiva a la comprensión de la sociedad paraguaya se ve fundamentada en una comprensión misionera de su labor intelectual.

Concepto de mestizaje en la obra de Susnik

En la historiografía paraguaya el concepto de mestizaje es un término clave a la hora de comprender la identidad del Paraguay. Sin embargo, es un concepto poco problematizado. Es parte de una visión casi idílica de las primeras relaciones interétnicas y se toma al nuevo fruto como una ‘raza nueva’ que después de ese primer contacto se mantuvo casi al margen de otro pasible relacionamiento, ya sea con grupos indígenas o afrodescendientes.

Esta posición tradicional se ve reflejada en uno de los historiadores paraguayos más importantes del siglo veinte, Efraím Cardozo, cuando en su obra El Paraguay colonial enfatiza que:

…el entrecruzamiento produjo un fruto distinto que en otras regiones de América, si no por las calidades de la ascendencia, por los factores culturales y ambientales que presidieron el mestizaje. La mezcla racial no se practicó en la clandestinidad, soslayando sanciones penales y aún morales, sino libre, generosa y aún honradamente39 .

Branislava Susnik, por su lado, desde una primera aproximación con ojos etnográficos puede vislumbrar que la situación es más compleja. Ya en 1953, cuando realiza uno de sus primeros viajes al Chaco entre el pueblo ‘lengua’ percibe que todavía seguía viva la disyuntiva mestiza de

38 PUSINERI, Adelina. 1997. “Dra. Branka Susnik, vida y obra”. Conferencia pronunciada en el Museo Etnográfico de Ljubljana, inédita. 39 CARDOZO, Efraím. 1996. El Paraguay colonial. Asunción, El Lector. (original de 1959), pp. 74-75. ver también SÁNCHEZ QUELL, Hipólito. 1995. Estructura y función del Paraguay colonial. 7º ed. Asunción, Comuneros.

cómo mirar a sus dos raíces. En un artículo publicado en esloveno en la revista Misiones Católicas brinda sus primeras impresiones.

Todos los viejos lengua ven en los paraguayos a sus enemigos, … Por supuesto que es verdad que todos los colonos explotaron a los indígenas, pero los paraguayos fueron los peores, ya que se trata de mestizos, que tratan de renegar de su sangre indígena. Los lengua jóvenes tienen opiniones diferentes. Ellos se acercaron a los paraguayos y comprobaron que las chozas, la suciedad, la pobreza, la superstición y la bebida de los mestizos paraguayos no se diferencian mucho del actual modo de vivir de los indígenas. En lugar del odio hay una especie de competición y hasta denigración de los paraguayos40 .

Pocos años más tarde Susnik viajó a Buenos Aires para ofrecer una conferencia en la Acción Cultural Eslovena. Allí ya no va a señalar la repulsa entre los indígenas y los mestizos, sino en este caso hace hincapié en las similitudes entre ambos. En un inicio de la conferencia lleno de poesía, Susnik va directo al punto:

El año pasado recorrí la selva del norte paraguayo, de vez en cuando se hallan zonas separadas entre sí, donde los paraguayos explotan la madera. Tanto los mestizos como los indígenas guaraníes usan el hacha, algunos trapos como vestido, el sudor y los mosquitos, una gran cantidad de insectos, la malaria, la leishmaniasis y la infaltable mandioca paraguaya y guaraní como pan cotidiano. Una naturaleza muerta moderna, los ojos inexpresivos de los mestizos paraguayos y los extraños triángulos oculares de los indígenas, el triángulo mágico de los guaraníes es la forma de la tierra vital, donde se oye la voz del pájaro que anuncia desgracia, el silbido de los demonios del bosque, la voz del zorro que busca las almas ‘débiles’ de los enfermos, el zumbido de los insectos que buscan su hogar en los huesos humanos. Pero una vez al mes, la vida de los trabajadores es diferente: los mestizos paraguayos se preparan el aguardiente, una hora más tarde se oye por todo el bosque: ‘che kuimba’e’, soy un hombre, y te voy a demostrar que soy mejor y más hombre que tú, y comienza el rito de los cuchillos, para demostrar su ‘humanidad’; la gran

40 SUSNIK, Branislava. 1953. “Entre los indígenas lengua”, Misiones Católicas, pp. 143-152, traducción de Irene Mislej.

rebeldía del hombre frente a la igualdad, que quiere demostrar su yo, si bien en forma cruel y dionisíaca41 .

Sin embargo, será a partir de los años sesenta que Susnik comenzará a publicar sus investigaciones etnohistóricas. Como vimos, hay un proceso que se inició con El guaraní colonial en 1965, continúa con Etnohistoria de los guaraníes a fines de los setenta y que concluye con Una visión socio-antropológica del Paraguay en los primeros años de los noventa. A esta trilogía podemos añadir obras-resúmenes, como son el El rol de los indígenas en 1982 y Los indios del Paraguay en 1995, además de los artículos que fueron apareciendo en estas tres décadas42 . Más que nuevos desarrollos en los conceptos podemos apreciar un uso más certero de los términos. Entre las ideas fuertes que utiliza Susnik se destaca el uso de la violencia en los primeros contactos entre europeos y americanos. Si bien hoy parece una idea aceptada en el ambiente académico internacional, no lo era en el Paraguay de los ’60 (y en cierta medida aún hoy es en parte resistido)43. De la mano de esta relación vio-

41 SUSNIK, Branislava1959. “El primitivo como hombre”. Conferencia en SKA (Acción Cultural Eslovena), Buenos Aires. 10 de noviembre de 1959. Traducción de Irene Mislej. 42 SUSNIK, Branislava 1964. “El guaraní en la vida socio-económica colonial”, Revista Paraguaya de Sociología, Vol. I, pp. 30-48; SUSNIK, Branislava. 1965. El indio colonial del Paraguay I. El guaraní colonial. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”. SUSNIK, Branislava. 1966; El indio colonial del Paraguay II. Los trece Pueblos Guaraníes de las Misiones (1767-1803). Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava. 1971. El indio colonial del Paraguay III. El chaqueño: guaycurúes y chanésarawak. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava. 1975. “El rol de la Iglesia en la educación indígena colonial”, Estudios Paraguayos, Vol. III, Nº 2, pp. 147-156; SUSNIK, Branislava. 1975. “Aproximación a la realidad vivencial y al ethos existencial en el Paraguay colonial. Ambiente rural”, Estudios Paraguayos, Vol. III, Nº 2, pp. 157-175; SUSNIK, Branislava. 1979-1980. Los Aborígenes del Paraguay II. Etnohistoria de los guaraníes. Época colonial. Asunción. Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava. 1981. Los Aborígenes del Paraguay III. Etnohistoria de los chaqueños. 1650-1910. Asunción. Museo Etnográfico “Andrés Barbero” SUSNIK, Branislava 1981. “Las relaciones interétnicas en la época colonial (Paraguay)”, Suplemento Antropológico, Vol. XVI, Nº 2, pp. 19-27; SUSNIK, Branislava. 1982. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. Asunción, Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales, Tomo I. SUSNIK, Branislava1983. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay. Asunción, Instituto Paraguayo de Estudios; SUSNIK, Branislava. 1990-1991. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XVIII. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava. 1992. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XIX. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”; SUSNIK, Branislava y Miguel Chase-Sardi. 1995. Los indios del Paraguay. Madrid, MAPFRE. 43 El caso de Rafael Eladio Velázquez es un término medio, si bien reconoce la existencia de conflictos y de

lenta se encuentra la resistencia de parte de los indígenas, una resistencia que ya se inicia en 1539, dos años después de la fundación de Asunción. De hecho, cuando Susnik utiliza la tan trillada idea de ‘amistad’ siempre pone el concepto entre comillas44 .

De la mano de la conquista se produce el mestizaje. Susnik deja en claro que el mancebo de la tierra, el mestizo, no hace una opción por su madre indígena sino por su padre español e introduce el concepto de lo psico-social. Es decir, optar por uno y no por otro implica un proceso particular que va a afectar no solo lo social sino también lo psicológico del nuevo vástago de la tierra.

Para Susnik, entonces, el mestizaje no surge de la complementariedad sino de la violencia y la preeminencia mestiza que se dio en Asunción, no es fruto de una opción humanitaria de los conquistadores españoles, sino una necesidad ante la no llegada de nuevos peninsulares.

Al inicio de la historia de la conquista no estaban ‘la cruz y la espada’, sino un soldado “con una abierta ideología del botín”, imbuido de una “religiosidad inmoral” que no respetaba ni la vida ni el honor de los vencidos. Incluso esta conquista no consistía sino en “violentas y desaforadas ‘rancheadas’ en el área de unas 50 leguas en torno a la ciudad, siempre en busca del ‘botín-servicio de indios e indias’”45 .

Susnik ya en su obra sobre el siglo XVI incluye dentro de esta “conquista interétnica” no solo a los españoles, sino también a los criollos y a los mestizos; estos últimos insertos en el grupo de los que dominaban. Nuestra autora no plantea una visión maniquea entre los malos españoles y los buenos indígenas. No asume que este último grupo adquiera una posición homogénea sino por el contrario aclara que las respuestas

resistencia indígena, da por supuesto que “el contacto inicial entre españoles y guaraníes es amistoso”. Cfr. VELÁZQUEZ, Rafael Eladio. 1981. “Indígenas y españoles en la formación social del pueblo paraguayo”, Suplemento Antropológico, Vol. XVI, Nº 2, p. 32. 44 Cfr. el subtítulo “Conquista por ‘amistad’ y rancheadas; convivencia y situación conflictiva”, en SUSNIK, Branislava. 1979-1980. Los Aborígenes del Paraguay II. Etnohistoria de los guaraníes. Época colonial. Asunción. Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 46. 45 SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, pp. 7 y 16.

de los indígenas “fluctuaban entre aspiraciones, recelos e indiferencia”46 .

No ignora Susnik la tradicional versión de la alianza por parentesco, la cual el famoso escrito de un jesuita anónimo de 1620 hizo ya famosa. Sin embargo, también llama la atención que prontamente se dieron cuenta los carios que dicha relación significaba “su fracaso etnosocial”47 .

Este fracaso se tornó claro cuando los indígenas comprendieron que antes que las pautas tradicionales de parentesco, se imponían los intereses económicos: “para los españoles, la india nunca salió de su status de ‘kuñá’, ‘mujer-pieza de servicio’ y aún teniendo hijos mestizos, nunca fue aceptada como ‘hembirekó’”48. De hecho, un español pobre era aquel que no tenía el servicio de mujeres.

Si la relación por parentesco pronto se vio resquebrajada, lo que se inició entonces fue lo que Susnik denomina ‘la fase botinera de la conquista’, caracterizada fundamentalmente por las numerosas rancheadas de españoles y mestizos en las tierras de los guaraníes.

En la lengua guaraní hay dos palabras para designar al ‘nosotros’: ore y ñande. El primero es un nosotros excluyente, nosotros que no incluye a ustedes, mientras que el segundo es incluyente. El mestizaje implicaba exactamente abandonar el oréva de la aldea, para incluir a todos en el ñandéva incluyente; el ñandéva español, claro está.

46 SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 18. 47 “La fundación de esta ciudad fue más por vía de cuñadazgo que de conquista… respondieron los indios que no pasasen adelante porque les parecían buena gente y así les darían sus hijas y serían parientes. Pareció bien este recaudo, quedaron aquí, recibieron las hijas de los indios y cada español tenía buena cantidad… llamáronme luego los indios y españoles de cuñados y como cada español tenía muchas mancebas, toda la parentela acudía a servir a su cuñado honrándose con el nuevo pariente”. Citado en VELÁZQUEZ, Rafael Eladio. 1981. “Indígenas y españoles en la formación social del pueblo paraguayo”, Suplemento Antropológico, Vol. XVI, Nº 2, pp. 30-31. Extraído de Manuscritos da Colecção de Angelis. 1951. Jesuítas e bandeirantes no Guairá (1549-1640). Tomo I. Ed. Jaime Cortesão. Rio de Janeiro, Biblioteca Nacional, “Informe de un jesuita anónimo sobre las ciudades del Paraguay y Guairá” diciembre de 1620. 48 SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 19. Kuñá significa en guaraní mujer, pero en este caso implica una carga peyorativa; hembirekó significa esposa.

La rebelión guaraní generalizada que se dio a mediados del siglo XVI se produjo exactamente contra esta nueva realidad del “ñandéva sociobiológico”49 .

Los guaraníes eran conscientes que en los mestizos se definía su futuro. Si la descendencia se sumaba al mundo español, esto significaba no sólo su caída demográfica sino su inverso, el crecimiento de los que dominaban50 .

Con la institucionalización del sistema de encomiendas en 1556 y la consiguiente agrupación de las aldeas indígenas en ‘pueblos de indios’ la disputa ya quedaba zanjada.

La originalidad de Susnik respecto a este tema se encuentra en que sienta las bases para comprender cómo va a surgir no solo el pueblo que dará continuidad a la colonia sino fundamentalmente la identidad provincial caracterizada específicamente en los primeros años por la “decepción socioeconómica y el desánimo psicosocial”51 .

El reemplazo de la primera generación de españoles conquistadores por la de los nuevos mancebos de la tierra no se dio sin dificultades. Sin embargo, al no llegar más contingentes de europeos a tierras paraguayas a partir de 1575, para los nuevos pobladores era solo cuestión de esperar su tiempo. Por estos años los nacidos en tierra americana representaban cuatro quintas partes del total de la población.

La situación de la provincia estaba marcada por la pobreza de recursos, y cuya casi única fuente de riquezas era la mano de obra indígena, para aquellos que tuviesen encomiendas. Los mancebos que pudieron heredaron las encomiendas de su padre español, otros salieron en las expediciones fundadoras, en su afán de afianzarse un nuevo porvenir con nuevas tierras y más mano de obra indígena. El resto quedó en la ciudad

49 SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 27. 50 Los mestizos, señala Susnik, estaban “siempre hostilmente predispuestos contra sus ‘parientes avá’”, en SUSNIK, Branislava. 1981. “Las relaciones interétnicas en la época colonial (Paraguay)”, Suplemento Antropológico, Vol. XVI, Nº 2, p. 23. 51 SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 35.

y sus alrededores procurando desarrollar un nuevo ítem económico, la estancia ganadera, o dando origen al pobrerío ‘español’ sin tierra que se fue ubicando en las cercanías de los pueblos de indios. Susnik no deja de señalar también la situación de la mujer dentro de este nuevo grupo, quien “trabajando el campo para su sustento…se adaptaba a la vida de la primera ‘kuña guaraní’”52 .

Susnik va a seguir profundizando en la caracterización de la población mestiza, sin embargo, el utilizar esta terminología, esta categoría de ‘mestizo’ ya es una opción intelectual de ella para poder rendir cuenta de la realidad. En la documentación de la época, si bien aparece esta palabra -‘mestizo’- no es la más utilizada, salvo en casos puntuales53. De hecho, en el informe del jesuita de 1620 se especifica bien que “los españoles de esta tierra, como casi tocan en indio, salen en muchas cosas a sus abuelos y son así enemigos del trabajo, inconstantes…” y aclara a Susnik, “a los mestizos se atribuían ‘bajos pensamientos’”54. En otras palabras, donde Susnik ve mestizos los informes distinguen a ‘españoles de esta tierra’.

La distinción no es gratuita ni inocente, utilizar uno u otro término va a modificar la comprensión del proceso, lo mismo que abrir las posibilidades para que este mismo mestizaje siga actuando y produciéndose en el seno de la sociedad paraguaya, especialmente con los afincados en los límites de los pueblos de indios.

Para la mayoría de los historiadores nacionales, sin dejar de reconocer el mestizaje, éste se acaba en el siglo XVI dando origen a una nueva

52 SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 59. 53 Un caso paradigmático sobre el paso de indígena a mestizo para concluir por ser considerado español es el de Andrés Benítez, que fue analizado tanto por Juan Carlos Garavaglia como por Rafael Eladio Velázquez, sacando ambos investigadores distintas conclusiones, ya que cada uno abordaba una parte del proceso. Garavaglia el paso de indio a mestizo, Velázquez de mestizo a español. Ver, GARAVAGLIA, Juan Carlos.1984. “La demografía paraguaya: aspectos sociales y cuantitativos (siglos XVI-XVIII)”, Suplemento Antropológico, Vol. XIX, Nº 2, pp. 57-69 y VELÁZQUEZ, Rafael Eladio. 1966. El Paraguay en 1811, Asunción, edición del autor, pp. 30-34. Para un análisis y contextualización del caso ver TELESCA, Ignacio. 2008. “Estrategias opuestas, realidades comunes: pardos y españoles en Paraguay a fines de la colonia”, en Enrique Cruz y Carlos Paz (Comp.), Resistencia y rebelión: de la Puna Argentina al Atlántico, Jujuy, Purmamarka ediciones, pp. 253-279. 54 La cita del informe como la de Susnik en SUSNIK, Branislava. 1993. Una visión socio-antropológica del Paraguay. XVI- ½ XVII, Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 68.

“raza paraguaya”, al decir de Efraím Cardozo, que luego se desarrolla y permanece sin relación con los otros grupos étnicos, sean éstos indígenas o afrodescendientes.

Branislava Susnik hará hincapié que, debido a esta situación de pobreza económica, de no entrada de otros europeos, no existían diferencias culturales entre los indígenas que vivían en los pueblos de indios y los ‘mestizos campestres’ que cada vez en mayor número se concentraban alrededor de dichos pueblos.

Es decir, un indígena fugado del pueblo no se iba con los indígenas monteses, que vivían libres en la selva, aún no bajo el control español, sino que pasaban a engrosar el campesinado mestizo. La autora insiste en la figura que el censo de 1782, por ejemplo, utiliza, la de ‘indio libre’, sin embargo, estos no representaban sino el 2% de la población total y el 7% de la población considerada indígena. Es decir, el indígena fugado de los pueblos, en especial de los pueblos que habían estado bajo el control jesuítico, no eran considerados ya como indios libres sino bajo la categoría de español55. Igualmente, sean considerados de una manera u otra esta realidad reafirma la proposición de la autora respecto a la no diferenciación cultural, ni socio-económica, entre el campesino y el indio fugado.

Sin embargo, Susnik continúa utilizando la categoría de mestizo para referirse al campesinado, categoría que no aparece en la mayoría de los censos. El único censo que utiliza la categoría de mestizo es el que se realizó en 1799, pero solo porque el modelo de la boleta censal vino de Buenos Aires. Sin embargo, el número de mestizos levantado por este censo no superó el 1%. En otras palabras, ni los censistas ni los mismos campesinos hacían suya dicha categoría.

Es más, si uno analiza cuidadosamente los datos de los censos, en especial comparando el de 1761 con el de 1782, más que de un ‘mestizamiento’ se debería hablar de una ‘guaranización’. Sin embargo, lo que en los papeles se dio, y también en la conciencia de las personas, fue más bien una españolización. Es acá una vez más, cuando el uso que hace Susnik

55 Para un análisis más profundo de esta problemática ver, TELESCA, Ignacio. 2008. “Estrategias opuestas, realidades comunes: pardos y españoles en Paraguay a fines de la colonia”, en Enrique Cruz y Carlos Paz (Comp.), Resistencia y rebelión: de la Puna Argentina al Atlántico, Jujuy, Purmamarka ediciones, pp. 253-279.

de lo psicosocial se vuelve una categoría clave para interpretar la realidad paraguaya.

De hecho, para nuestra autora, este nuevo segmento poblacional se caracterizaba por un “conservadurismo económico, tradicionalismo de costumbres y también una ‘identificación provincial’, la que, basada en la comunicación en la lengua guaraní, implicaba ya una ‘conciencia nacional’”56. Una conciencia que Susnik va identificar como distintivo respecto a las otras provincias criollas57 .

Branislava Susnik de esta manera va a distinguir dos procesos importantes de mestizamientos (o de españolización), el que se dio a fines del siglo XVI y el otro a fines del silgo XVIII. El primero producido en forma violenta, el segundo por la descomposición de los pueblos de indios y la ocupación de la tierra que se iba ganando.

Ambos procesos sirvieron para conformar una identidad particular a la provincia del Paraguay de la cual los viajeros y demarcadores de la época como Félix de Azara y Francisco de Aguirre no dejaban de reconocer.

Para concluir

La producción historiográfica de Susnik no ha sido suficientemente aprovechada en el ámbito local. Se da por sentado y asumido que el mestizaje se produjo pero muy pocas veces se analiza cómo se produjo el proceso de mestización.

Cada vez que se utiliza la obra de Susnik se lo hace para insertar lo trabajado por dicha autora respecto al mundo indígena. La afirmación de Melià sobre la importancia de Susnik para la redacción de una historia social del Paraguay es hasta ahora más una expresión de deseos que una realidad.

El ambiente socio-político en el que le tocó vivir a Branislava Susnik, los 35 años de dictadura stronista, no permitieron el debate académico,

56 SUSNIK, Branislava. 1990-1991. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XVIII. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 111. 57 SUSNIK, Branislava. 1992. Una visión socio-antropológica del Paraguay del Siglo XIX. Asunción, Museo Etnográfico “Andrés Barbero”, p. 7.

como ningún otro tipo de debate. Nunca Susnik ni otro historiador dialogan entre sí, ni siquiera se hacen referencia más allá de las citas en las bibliografías.

El campo historiográfico durante la dictadura es aún un tema pendiente de investigación, al igual que el uso de un historiador oficial por parte del régimen stronista. Los manuales escolares y textos de secundaria han formado a generaciones paraguayas, y lo siguen haciendo hasta hoy día por falta de actualización en esta área de estudio, en la comprensión de la raza paraguaya, fruto del noble español y del guerrero guaraní.

Si bien en estos últimos treinta años pos dictatoriales poco se ha producido a nivel historiográfico en el ámbito local, se vislumbra que las nuevas investigaciones hacen un uso cada vez más importante del material socio-histórico producido por Susnik. Hasta el presente se hace una cita de autoridad, ‘Susnik dixit’; aún no se han discutido ni sus investigaciones ni sus categorías58 .

Una nueva historia social del Paraguay no se pude edificar sino es sobre la base de lo ya investigado por Branislava Susnik59. Es experiencia compartida por muchos investigadores el comprobar que muchos de los temas posibles sobre historia social del Paraguay fueron de una manera u otra ya abordados o intuidos por Susnik.

58 Podemos citar el libro de PAVETTI, Ricardo.2008. La integración nacional del Paraguay (1780.1850). Asunción, CEADUC; en que utiliza más El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay que la trilogía de Una visión socio-antropológica del Paraguay. Ver también, entre otros TELESCA, Ignacio. 2008. “Estrategias opuestas, realidades comunes: pardos y españoles en Paraguay a fines de la colonia”, en Enrique Cruz y Carlos Paz (Comp.), Resistencia y rebelión: de la Puna Argentina al Atlántico, Jujuy, Purmamarka ediciones, pp. 253-279. 59 Lo mismo ha de insistirse respecto a la redacción de los nuevos manuales escolares.

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Los viajes de campo de la Dra. Branislava Susnik a los “Chiripá-Guaraní” (Avá-Guaraní) y a los Aché-Guayakí (Aché) de la Región Oriental del Paraguay (1958-1960)

The field trips of Dra. Branislava Susnik to the "Chiripá-Guaraní" (Avá-Guaraní) and the Aché-Guayakí (Aché) of the Eastern Región of Paraguay (1958-1960)

Enviado: 23/11/2019 Aceptado: 18/02/2020

Adelina Pusineri1 y Raquel Zalazar2

Resumen

Entre 1957 y 1960, la Dra Branislava Susnik, directora del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero de Asunción, organizó y realizó varios viajes de campo entre los “Chiripá-Guaraní” (Avá-Guaraní) y los “Aché-Guayakí” (Aché). El primer viaje tuvo dos etapas durante el año 1958. En la expedición recogió objetos de la cultura material, chamánicos ceremoniales, 600 fotos de los Avá-Guaraní y grabaciones de los mitos. Los apuntes o trabajos de campo de esta investigación son pocos, no se encuentran entre sus múltiples papeles, y solo se ha publicado sobre los Ava-Guaraní una reseña del material recolectado en la “Guía del Museo”. En el año 1960, hizo un trabajo preliminar entre los Aché, recién salidos del monte, entre algunos hombres cautivos o trabajadores de establecimientos de la zona del Guairá. Luego realizó un estudio etnolingüístico de los mismos. En Noviembre de

1 Directora del Museo Etnográfico “Dr. Andrés Barbero”. Asunción-Paraguay. Lic. en Historia. 2 Vicedirectora del Museo Etnográfico “Dr. Andrés Barbero”. Asunción-Paraguay. Magister en Antropología Social. Lic. en Historia.

1960 detalló su último viaje a un campamento Aché en Arroyo Morotí, donde recogió gran cantidad de objetos, foto-documental, grabaciones y completó el vocabulario y análisis de la lengua Aché. Los trabajos de campo de una mujer entre los pueblos indígenas del Paraguay fueron pioneros, tanto en el Chaco como en la Región Oriental, en tiempos muy difíciles de la historia de la antropología en el Paraguay. Una revisión exhaustiva de sus planes y programas nos muestran sus dificultades y su organización y resultados, aunque quedan incógnitas en cuanto a lo publicado sobre los Avá-Guaraní. Este trabajo pretende mostrar la organización y realización de estos viajes de campo.

Palabras clave

Antropología del Paraguay, Avá-Guaraní, Aché, Branislava Susnik.

Abstract

Between 1957 and 1960 Dr. Branislava Susnik, the director of the Ethnographic Museum Dr. Andrés Barbero in Asunción, organized and conducted several field trips among the “Chiripá-Guaraní” (Avá-Guaraní) and the “Aché-Guayakí” (Aché). The expedition to the first group was done in two phases during 1958. During that trip she collected material objects, shamanic ceremonial items, 600 pictures from the Avá-Guaraní and recordings of myths. The notes she left from this field research are few and they are not traceable among her multiple papers; only a short description of the material culture of the Ava Guarani was printed in the publication “Guía del Museo.” In the 1960s, she conducted preliminary research among the Aché who were recently contacted at the time, some were captive individuals, while others were already working in ranches in the region of Guairá. Later she did an ethnolinguistic study among them. In November 1960, she described her last trip to an Ache camp in Arroyo Morotí where she collected multiple objects, photo-documents and recordings. She also completed a vocabulary and linguistic analysis of the Ache language. As a woman, she was a pioneer conducting field research among the indigenous peoples of Paraguay in the eastern and western regions of the country during difficult times in the history of Paraguay’s anthropological endeavors. A comprehensive revision of her plans and programs reveal her challenges, organization and results; although questions remain about her unpublished work on the Ava Guarani. This article shows her organization and how her field trips were conducted.

Key words

Anthropology on Paraguay, Avá-Guaraní, Aché, Branislava Susnik.

La Dra. Susnik en Paraguay

La Dra. Branislava Susnik3, llegó al Paraguay en 1951, invitada por el doctor Andrés Barbero, fundador del Museo Etnográfico para ocupar la dirección del mismo. Los primeros años los dedicó a reordenar la colección del Museo pero al mismo tiempo realizó viajes de investigación entre los Maká, los Chupulí (Nivaclés) y los Eenlhit-Lengua del Chaco. En 1956 se embarcó en su primera gran expedición de estudios entre los Chamacoco de la zona del Alto Paraguay, le siguieron, más adelante, otras expediciones como las que tratamos en este artículo.

Misión de Estudios entre los Avá-Guaraní (1957-1958)

Debido al éxito de la Primera Misión de Estudios al Alto Paraguay entre los Chamacoco en 1956-1957; en diciembre de 1957, la Dra. Susnik elaboró un plan para una Segunda Misión de Estudios, esta vez a la zona del Alto Paraná, entre los Chiripá-Guaraní (Avá-Guaraní), solicitó apoyo a la Sociedad Científica del Paraguay, que a su vez pidió auspicios a la Fundación La Piedad, continuadora de la obra de la familia Barbero.

Según su carta: “Esta Misión se propone asimismo iniciar el planteamiento científico de la cultura guaraní, lo que sin duda contribuirá a las posteriores investigaciones más detalladas”4 .

Una vez obtenida la aprobación correspondiente de la Fundación La Piedad, se iniciaron los preparativos para dicha expedición, la Sociedad Científica envió cartas a las instituciones públicas para solicitar apoyo. Se remitieron tanto al Ministro de Defensa Marcial Samaniego como

3 La Dra. Branislava Susnik (Branka) nació en Medvode, Eslovenia, el 28 de marzo de 1920. Realizó sus estudios superiores en Europa, obteniendo el Doctorado en Prehistoria e Historia de la Facultad de Filosofía de Ljubljana y varios postgrados. Universidad de Viena, Austria: Doctorado en Etnohistoria y Lingüística Uralo-Altáica; Universidad de Roma: con lauros en Historia y Arqueología sumero-babilonesa y cursos de postgrado de Culturas y Lenguas de Asia Menor y Lenguas Altáicas y otras más. 4 Archivo del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero (En adelante Archivo MEAB). Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Carta al Presidente de la Sociedad Científica del Paraguay. Asunción, 9 de diciembre de 1957.

al Ministro de Educación Raúl Peña y al del Interior Edgar L. Ynsfrán. Al Ministro de Defensa se le solicitó el transporte para los expedicionarios y se adjuntó un mapa de la expedición; a los otros dos, credenciales: “Teniendo la Misión que recorrer regiones muy apartadas y carentes de recursos. Rogamos a V.E. quiera tener a bien facilitar a la Dra. Sušnik una credencial a fin de las autoridades locales faciliten el cumplimiento del cometido.”5, adjunto iba el plan de estudios de la expedición.

El Ministro del Interior le expidió un certificado que le garantizaba la libre movilidad por los lugares donde debía realizar su expedición científica “hacia las apartadas regiones del Nordeste paraguayo, Departamentos de Alto Paraná y Amambay donde subsisten los restos de las parcialidades guaraníes autóctonas, más adelantadas (Chiripá, Mby’á etc.) así como también de las más atrasada como la guayakí”6 .

El “Plan de la Misión de Estudio al Alto Paraná (Área Guarani-Paranense)” redactado el 9 de diciembre de 1957 detallaba minuciosamente cada punto, desde los proponentes, fines, trayecto, participantes, fecha y duración hasta, y muy importante, el compromiso de la expedición: 1. Entregar las colecciones al Museo Etnográfico y Arqueológico que pasarían a formar parte de su acervo. 2. Publicar las primeras relaciones sobre el fruto de investigaciones en el Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Dr. Andrés Barbero7 .

En los “Fines” detallaba como punto principal la formación de colecciones del Museo que incluía la colección etnográfica, la de cerámica altoparanaense, las colecciones de grabaciones de mitos y leyendas, las colecciones fotográficas y fílmicas, entre otras8. Las grabaciones de las tradiciones antiguas, las que logró mediante la compra de una “MINIFON”, una pequeña grabadora -depositada en su “dormitorio-museo”- que grababa en hilo de metal, hoy se conservan en el Museo9. Otros fines

5 Archivo MEAB. Cartas de Guillermo Tell Bertoni, presidente de la Sociedad Científica del Paraguay al Ministro de Educación Raúl. Peña. Nº122/58 y al Ministro del Interior Edgar L. Insfrán. Nº121/58, Asunción, 21 de febrero de 1958. 6 Ídem. 7 Archivo MEAB. Archivo privado Dra. B. Susnik. 8 Ídem. 9 Las grabaciones en hilo de metal primeramente fueron recuperadas en casetes y luego en el año 2011 en

fueron las investigaciones etnográficas para detectar el “Estado actual de las parcialidades guaraní sobrevivientes en la zona al Norte del Río Mondaï (Chiripá, Pañ, Ñandéva); el grupo guaranizado de los Guayaná (cerca de Pírapïtá)”10, el reconocimiento arqueológico, la antropología social y el indigenismo. Estos dos últimos eran su inquietud pues proponía estudiar: “El hombre de los yerbales (Guaraní y Paraguayo)” y el “Estudio de la aculturación de los Guaraní desde el punto de vista de los problemas que atañen al indigenismo”11 .

Como participantes, primero iba la Dra. Susnik y el “Sr. León Cadogan tiene propósitos a participar en las investigaciones entre los Chiripá (en la 2da.zona), dentro de lo que le permitirá su precario estado de salud”12. Otros colaboradores para esta misión fueron el jefe de la Gendarmería Aquilino Servián, y los informantes guaraní el Capitán Juan Pablo Vera, conocido líder chiripá de la época, el chamán Zenón y Seberiano Benítez.

Esta primera etapa de la segunda Misión de estudios inició a mediados del mes de marzo de 1958 hasta mediados de mayo del mismo año, se movió por los puntos que ella denominó los 3 centros: Curuguaty, Laurel e Itakyry. Desde Paso Cadena hasta Curuguaty, visitó Zanja Morotĩ, (Paso Cadena), Laguna Pytã (Pto. Roberti), Arroyo Palomares, Bella Vista, Curuguaty, Ñaumy, Paĩ’ũ, Tacuarí, Campo Agua’é13. La misión fue interrumpida en mayo, preparándose una nueva etapa para los meses posteriores. Llegó a Curuguaty por avión, su llegada impactó tanto a la comunidad chiripá, que la recuerdan en sus historias: “Ouva’ekue peteĩ kuñakarai ha’eño, ojekípo porã ha oguereko ejehe peteĩ pitóla. Che nan-

Cd por los antropólogos Warren Thompson, University of New Mexico y Jan David Hauck. University of California Los Angeles, en el marco del Proyecto de Documentación Aché presentado al Museo y realizado por el Instituto Max Planc de la ciudad de Nijmegen, Reino de Holanda. Proyecto dirigido por su profesor el Dr. Jost Gippert. Los carretes de hilos de metal y la recuperación de las grabaciones en CD obran hoy en el archivo del Museo. 10 Archivo MEAB. Archivo privado Dra. Susnik. Plan de la Misión de Estudio al Alto Paraná (Área GuaraniParanense). 11 Ídem. 12 Ídem. 13 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Informe general. 2da. Misión de Estudios (área chiripá-guaraní).

tendéi, akyhyje voi ichugui… Kuñakarai ha’eño ouva’ekue. Herava’ekue kuñataĩ Esúnika mba’enimbo”14, en otro pasaje la recuerdan: “Dra Esúnika oguahẽ ramo guare Lagúna Pytãme. Ha oipota oñemoĩ chupe héra ka’aguyrã”15 y otro “1954pe ouva’ekue doytóra Esúnika, Paraguaýgui ouva’ekue aviõme”16 .

Durante su estadía estuvo en comunidades Chiripá (Avá-Guaraní) y Apyteré (Mbya). Las anotaciones en sus cuadernos de campo son bastantes precisas e interesantes, abarcando todos los temas posibles que se había propuesto investigar en su plan de estudios, así observó sobre las luchas políticas internas y entre indígenas y paraguayos, las relaciones sociales, los mitos, la naturaleza, la tierra, la producción, la distribución territorial, la alimentación, la caza, el cultivo, los colores, el chamanismo, entre otros. Su labor no se detenía y muchas de sus anotaciones las hacía luego de escuchar las grabaciones de las entrevistas a sus informantes indígenas.

Mientras estuvo de viaje se comunicaba por carta con sus amigos personales y con el presidente de la Sociedad Científica del Paraguay, Guillermo Tell Bertoni, quien se preocupaba por su bienestar y que no le faltasen provisiones ni medicamentos. En una de sus cartas Bertoni cuenta que había hablado con el ministro de Salud sobre los medicamentos a ser enviados para los indígenas: “En ellas le hablaba acerca de las gestiones realizadas en el Ministerio de Salud Pública por los remedios. El ministro se manifestó muy interesado por los estudios que Ud. está realizando, pero no quiere entregar los remedios así nomás pero tiene interés en hablar con Ud. si Ud. quiere venir aquí para el efecto la va a mandar un

14 “Vino una señora sola, con equipo lindo y tenía con ella una pistola. Yo no entendía, le tenía miedo… vino la señora sola. Su nombre era Señorita Esúnika (Susnik) o algo a así”. Entrevista a Seberiano Benítez Fleitas. Noviembre 1993. Universidad Evangélica del Paraguay. 2000. Ava Guarani Ayvu. Narraciones de los Ava Guarani de los departamentos de Ka’aguasu y Alto Paraná. Tomo 1. Asunción, Proyecto kuatiañe’ẽ, Universidad Evangélica del Paraguay, p. 17. 15 “La Dra. Esúnika llegó a Laguna Pytã. Quería que se le ponga un nombre del monte”. Entrevista a Estefana Martínez de Benítez. Agosto 1999. Universidad Evangélica del Paraguay. 2000. Ava Guarani Ayvu. Narraciones de los Ava Guarani de los departamentos de Ka’aguasu y Alto Paraná. Tomo 1. Asunción, Proyecto kuatiañe’ẽ, Universidad Evangélica del Paraguay, p. 33. 16 “En 1954 vino la Doctora Esúnika, vino de Asunción en avión”. Entrevista a Gabino Vera. Sin fecha. Universidad Evangélica del Paraguay. 2000. Ava Guarani Ayvu. Narraciones de los Ava Guarani de los departamentos de Ka’aguasu y Alto Paraná. Tomo 1. Asunción, Proyecto kuatiañe’ẽ, Universidad Evangélica del Paraguay, p. 37. Posiblemente llegó en avión militar.

avión para traerle y llevarle otra vez17 .

Susnik dejó constancia que todos los informantes y ayudantes de la misión recibieron su pago en efectivo o en especias como lo señala en su informe:

Constancia: a) fue de regla uniforme que cada informante indígena recibía el pago de Grs.100.-- por cada medio día que estaba a mi disposición, y además de vez en cuando cortes de tela nacional para él o su familia.

b) se pagaban extra grabaciones de las leyendas.

c) se pagaban extra todos los objetos, y en particular, de carácter shamánico que se destinara al Museo; el pago fue o en tela o en efectivo.

d) Al baqueano indígena, Capitán Ceferino Vargas que me acompaño a Curuguaty, recibió para un mes Grs. 2.500.--, telas para vestir su familia y provisiones ocasionales.

e) es notorio en toda la zona recorrida y reconocido por la población paraguaya que fue “la primera vez que uno no aprovecha del indígena” (expresión del lugar)18 .

La segunda etapa de esta Misión de estudios se desarrolló desde el 30 de agosto hasta septiembre de 1958; la Dra. Susnik escribió al presidente de la Fundación La Piedad: “que el Museo proyecta reanudar la Misión de Estudio, interrumpida hace un mes; se proseguirá el itinerario preestablecido al iniciarse la Misión con la única diferencia de que se seguirá primeramente el área de la ribera del R. Paraná (desde Capt. Meza hasta Pto Eirene), con la tarea de exploración arqueológica”19. Sobre esta segunda etapa no tenemos mayor información.

Sobre los resultados de esta misión de estudios se conserva en el Archivo del Museo el informe de la primera etapa, donde consta detalla-

17 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Carta de Guillermo Tell Bertoni, Presidente de la Sociedad Científica del Paraguay a la Dra. Susnik. Nº 118/58. Asunción, 11 de abril de 1958. 18 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Informe general. 2da. Misión de Estudios (área chiripá-guaraní). 19 Archivo MEAB. Carta de la Dra. B. Susnik al Presidente de la Fundación la Piedad, Dr. Juan Boggino. Asunción, 8 de julio de 1958.

damente todo lo recogido por Susnik corroborado en sus cuadernos de campo. En el informe podemos encontrar:

Colección etnográfica: Se recogió en total 427 objetos, entre los cuales se destacan 123 objetos de carácter shamánico a los que se dio la mayor importancia por ser la primera vez que se pudo obtener sobre cada objeto shamánico recogido su correspondiente leyenda; el “ïvïrape” [yvyrape] está hecho por los chiripá en forma de miniatura por la imposibilidad de transportarlo en su tamaño natural.- de esta colección de 427 objetos hay que separar 14 objetos que pertenecen a los Guayakí, destacándose la muestra de su tejido de fibras textiles”20 .

Además trajo grabaciones, sobre las principales leyendas y mitos, 218 en total, unas 600 fotografías, dibujos de animales míticos y objetos sagrados hechos por los indígenas Chiripá, y estudios detallados, intensos y completos, según su propias palabras, de diferentes aspectos de la vida de los Chiripá.

En cuanto a las publicaciones realizadas con los datos de esta misión, solo se conocen unas pocas como el Informe sobre las Actividades del Museo (1956-1958), en el Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. III. Misc. 1. Asunción. 1959, pp. 1-11, donde constan los objetos recogidos en la segunda etapa de la misión: 38 objetos de la cultura material, 62 objetos de la cultura shamánica y ceremonial, 18 objetos de la cultura societaria y 20 objetos varios21. Otra publicación es el Catálogo de los objetos recogidos entre los Guayakíes y los Chiripas, en el Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. VI. Misc. 3. Asunción. 1962, pp. 69-104. Con 18 láminas.

En sus obras Etnografía Paraguaya. Parte 1ra. Manuales del Museo Andrés Barbero. Vol. II. 1961; en la Guía del Museo Etnográfico Andrés Barbero. Etnografía Paraguaya; en sus libros de la colección Los Aborígenes del Paraguay: Cultura Material. T. IV. 1982.; Ciclo Vital y Estructura Social. T. V. 1983; Apro-

20 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Informe general. 2da. Misión de Estudios (área chiripá-guaraní). 21 Susnik, B. 1959. “Informe sobre las Actividades del Museo (1956- 1958)”. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. III, Misc. 1, Asunción, pp. 4-5.

ximación a las Creencias de los Indígenas. T. VI. 1984/85, utilizó también datos de su trabajo de campo entre los Chiripá.

Sin embargo, Susnik tuvo que haber dejado escritos sobre estas investigaciones, pues por su documentación personal y en la entrevista de 1958 otorgada a su compatriota, Tine Debeljak, ella afirmó que preparó un “libro”(original) sobre los Chiripá-guaraní del Paraguay que debía ser publicado en la Argentina, pues una amiga le expresaba en una carta: “y salir triunfante con tu libro sobre los guaraníes y con tus amigos eslovenos”22, ya que en noviembre de 1959 dio una conferencia en la Acción Cultural Eslovena en Buenos Aires y se presume que habría llevado el original para que dicha institución lo publicase. Otro dato sobre tal obra fue encontrado en una lista de sus publicaciones, elaborada por ella misma, donde figura un artículo sobre los Chiripá en idioma esloveno: “Druzbena organizacija med Chiripá-Guaranijci”, en Vrednote, XV, 1960, pero dicho número nunca fue encontrado. Aún en el año 1960 en una carta, la Dra. Susnik le escribió al Dr. Debeljak referente a que el “libro sobre los Guaranies tenga más sello personal es comprensible. Pero me atrevo añadir que sería muy difícil describir con la fría claridad científica”23 .

Misión de Estudios entre los Aché Guayakí (1960)

En 1960, la Dra. Susnik se embarcó en una nueva misión de estudios, esta vez entre los grupos Guayakí (Aché) como eran conocidos en ese entonces; ya en 1958, por sus planes e informes se pudo constatar que tenía intenciones de visitar a los grupos Guayakí que merodeaban la zona donde se encontraban los Chiripá.

Realizó tres viajes ese año, el primero de febrero a marzo en Tavaí, el segundo durante el mes de abril en Villarrica y el tercero entre octubre y noviembre en Arroyo Morotĩ24. En los tres casos, en el Archivo del

22 Archivo MEAB. Carpeta del Archivo privado de la Dra. Susnik. Carta de la Srta. Elvira Montero a la Dra. Susnik, Asunción, 4 de noviembre de 1959. 23 Archivo MEAB.Carta de la Dra. Susnik a Tine Debeljak, Asunción, 24 de abril de 1960. Traducción del esloveno por la Hna. Tadeja Mozetic. 24 Archivo MEAB. Carpeta Planes de Trabajo y Memorias Anuales del Museo Etnográfico Andrés Barbero. 1956-1980. Informe sintético de las actividades desarrolladas por el Museo Etnográfico durante el año

Museo se encuentran los informes correspondientes, no se han encontrado sus planes pero si una referencia en la memoria del año 1959 de la Fundación la Piedad: “y preparó otra expedición a los Guayakíes o a los Moros que fue postergándose por circunstancias del dominio público”25 -en referencia a la gran huelga de 1959.

Para el primer viaje, le acompañó hasta Avaí el joven Vicente González, auxiliar del Museo, quien le ayudó con el transporte del equipaje, de ahí partió hasta Tavaí, donde trabajó con tres informantes “varones, de 16 a 20 años apr., cautivos de hace recién 3 años, es decir pasando su adolescencia en el monte; 1 de ellos habla exclusivamente su propia lengua”26 para mediados de marzo llegó a Enramadita donde trabajó con “4 varones de 18 años apr., 1 hombre de 25 años, con 4 años de cautiverio; todos muy aislados del ambiente… Todos los citados Guayakíes pertenecen a la parcialidad Chiría, parientes de los Guayakíes aparecidos en Avaí, pero distintos de la parcialidad que merodea por Yvyturusú27 .

En el mismo informe detallaba minuciosamente el modo de trabajo28:

a) 3 guayakíes diariamente, cada uno con un turno de 4 horas.

b) Para tal efecto se abonaba al patrón del Guayakí la suma de Grs. 100.-- por cada turno de 4 horas, y al indígena Grs. 50.--, además de regalos en vestimenta. De las sumas abonadas para tal fin se posee comprobantes.

c) En varias ocasiones tuve que recurrir al interprete, un Guayakí relativamente guaranizado, del mismo grupo que los informantes.

En esta ocasión no pudo entrevistar a ninguna mujer guayakí por lo que debió volver unas semanas después a Villarrica, pues el Sr. L. Cadogan le prometió que llevaría un grupo de 5 mujeres a esa ciudad para el día 10 de abril. Susnik consideraba “indispensable que me entreviste con estas mujeres a fin de completar el esbozo del pequeño diccionario con

1960. 18 de febrero de 1960. 25 Archivo MEAB. Fundación La Piedad. Memoria. Presidente Prof. Dr. Juan Boggino. Febrero de 1960. 26 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Informe sobre un breve estudio preliminar de los Guayakíes. 24/II/60 -22/III/60. 27 Ídem. 28 Ídem.

las frases propias de las actividades de la mujer guayakí”29 .

Como resultado de este viaje logró recoger un “pequeño diccionario etnolingüístico consistiendo de frases que se refieren a la vida de los Guayakíes”30 abarcando animales, árboles, recolección de la miel, fuego y agua, fenómenos naturales, alimentación, enfermedades, vida sexual, ciclo vital, parentesco, entre otros. Además de 69 fotografías, grabaciones de cantos, arcos y flechas y un “tembetá” (bodoque labial), hecho del hueso del mono.

En el segundo viaje, el estudio etnolingüístico se “efectuó en Villarrica, donde se hallaban dos informantes Guayakíes, traídos de Enramadita por el Sr. León Cadogan por una orden de la Delegación del Gobierno de Villarrica”31, quien al final no trajo a ninguna mujer para ser entrevistada, justificándose Cadogan que “aquellas mujeres no servirían a mis propósitos científicos”32 .

Susnik trabajó con dichos informantes durante dos semanas; no obstante las dificultades, logró recoger abundante material, pero con un inconveniente:

…todo se basa a la información de unos cuantos individuos; en tales circunstancias, según mi modesta opinión, sólo el aspecto etnolingüístico podrá tener un valor relativamente sólido, siendo otros datos puramente etnográficos o mitológicos simplemente “recuerdos” o “casos particulares” de los informantes, pués hasta la fecha nadie convivía con los Guayakíes en su hábitat montés, y los mismos Guayakíes, salidos del monte y asentados en la casa del Sr. Perrera (Pereira), disimulaban prudentemente su realidad montesina33 .

En el informe también se destallan las horas de trabajo y la financiación:

Los gastos de estas dos semanas corrieron íntegramente por cuenta del Mu-

29 Ídem. 30 Ídem. 31 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Carta/informe de la segunda etapa de la Dra. Susnik al Presidente de la Fundación La Piedad, Prof. Dr. Juan Boggino. 25 de abril de 1960. 32 Ídem. 33 Ídem.

seo; mi trabajo fue desde el 7 hrs de mañana hasta las 8 hrs de la noche… Se abonó como sueldo para los patrones de los Guayakíes y los indígenas mismos, incluyendo Grs. 1.000.- (UN MIL) para la comida, la suma de Grs. 5.000.- (CINCO MIL), recibo firmado por el Sr. Cadogan como representante de “los patrones y de los indígenas”. Los gastos en cinta magnética para las grabaciones, regalos para los indígenas y mi alojamiento (no incluyendo la comida), viajes, etc. suman 6.000.- (SEIS MIL) Guaraníes, de modo que del fondo total de Grs. 15.000.- recibido por mi, resta la suma de Grs. 4.000.- (GRS. CUATRO MIL) que van acá adjuntos34 .

Para el tercer viaje solo se tiene la fecha de vuelta, 12 de noviembre, y una fecha en uno de sus cuadernos, 21 de octubre, no encontramos noticias del día de la partida por tanto no se sabe cuánto tiempo pudo estar de viaje. En esta ocasión logró investigar los grupos Aché-Guayakí salidos del monte un año atrás en el Campamento Arroyo Morotĩ (San Juan Nepomuceno), estuvo nuevamente acompañada por León Cadogan y el Sr. Manuel de Jesús Pereira35 .

En su informe de este viaje, elevado al Presidente de la Fundación La Piedad, Susnik detalló que recolectó objetos de la cultura material de los Aché-katú (Guayakí de la parcialidad de Yñaró), un amplio foto-documental de la vida diaria de los Guayakíes, algunas grabaciones de diferentes cantos según las circunstancias específicas del ciclo vital, además de los “datos etnográficos; formación de un bastante completo Vocabulario; elementos gramaticales y su función en 3 distintos estilos del hablar; estudio de la mentalidad primitiva a través de la lengua y, particularmente, a través de las charlas diarias en el toldo.”36

34 Ídem. 35 Manuel de Jesús Pereira fue un campesino de la zona de San Juan Nepomuceno, conocido por dar “refugio” a los Aché que huían de las persecuciones y matanzas. Fue nombrado suboficial por el Ministerio de Defensa y al asentamiento de los Aché le nombraron “Campamento Beato Roque González de Santacruz”; en realidad se trataba de un “viejo esclavista” que utilizaba a los Aché salidos para contactar con otros que todavía se encontraban en el monte. Cfr. Susnik, B. y Miguel Chase-Sardi. 1995. Los indios del Paraguay. Madrid, MAPFRE, pp 277-278; Melià, B, L. Miraglia, M y C. Münzel. 1973. La agonía de los Aché-Guayakís: historia y cantos. Asunción, CEADUC, pp. 42-44. 36 Archivo MEAB. Carpeta “Misiones de Estudios del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero”. Carta/informe de la gira al Campamento de Arroyo Morotĩ de la Dra. Susnik al Presidente de la Fundación La Piedad, Prof. Dr. Juan Boggino. 15 de noviembre de 1960.

Las distintas publicaciones, resultado de estos viajes son varias, la primera fue Estudios Guayaki. Parte 1ª. Fraseario. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. IV. El. 5. Asunción. 1960, pagada “de su propio peculio”37, en el cual hace una introducción general, donde explica la forma como trabajó con sus informantes Aché de Tavaí y Enramadita:

…de este modo se compiló el presente Fraseario que tiene el simple carácter de un trabajo preliminar. Indudablemente tal Fraseario implica, en condiciones indicadas, ciertos factores negativos: es la retro-inspección de la realidad comunal, pues los informantes son desambientalizados, hecho este que circunstancia que el mismo “parlante guayakí” llegue a pasar por “intérprete” de su propia “vida de antes”, de la “vida de nosotros los Ače38 .

Otras dos obras se publicaron como resultados de sus estudios entre los Aché de Arroyo Morotĩ. Estudios Guayaki. Parte 2ª. Gramática y Vocabulario "A-J". Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. V. El. 6. Asunción. 1961, reimpreso como Estudios Guayakí. Sistema Fonético y Temático y como Vocabulario Aĉe en 1974, y Vocabulario Ače - Guayakí. Continuación. Parte 3ra. (Letras K - T). Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. VI. Misc. 3. Asunción. 1962, reimpreso también como Vocabulario Aĉe en 1974. En la introducción del primero afirmaba:

Las ocasionales diferencias que se constatan al comparar el presente estudio con el simple Fraseario…, se deben a las causas y circunstancias ya indicadas en la Introducción en el mismo Fraseario (basado en el hablar de unos pocos Guayakíes adaptados); un grupo más compacto (35 Ačé-kàtú), viviendo en comunidad, y el escaso margen de la influencia nuevo-ambiental sobre los recién aparecidos facilitaban una investigación más homogénea y, por ende, más substancial39 .

37 Archivo MEAB. Memorias y presupuesto anuales de la Fundación La Piedad. 1957 - 1981. Fundación La Piedad. Memoria de año 1961. Presidente Prof. Dr. Juan Boggino. Febrero de 1962. 38 Susnik, B. 1960. “Estudios Guayaki. Parte 1ª. Fraseario”. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. IV, El. 5, p. II. 39 Susnik, B. 1961. “Estudios Guayaki. Parte 2ª. Gramática y Vocabulario ‘A-J’”. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. V, El. 6, Asunción, p. I.

El Catálogo de los objetos recogidos entre los Guayakíes y los Chiripas. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Vol. VI. Misc. 3. Asunción. 1962. Es un detallado trabajo sobre todo lo recolectado en sus trabajos de campo entre los Aché; realiza una minuciosa descripción de los objetos etnográficos, con su descripción de usos, formas, etc. Están además, enumeradas las grabaciones y las fotografías recogidas en dicho viaje. En la Guía del Museo Etnográfico Andrés Barbero. Etnografía Paraguaya. 1a Ed. 1968/69. Asunción. 11ª. ed. 1989, se describen los objetos recolectados de estos viajes de estudio. Así como en la Colección Los Aborígenes del Paraguay. Cultura Material. T. IV. Asunción. 1982, Ciclo Vital y Estructura Social. T. V. Asunción. 1983, y Aproximación a las Creencias de los Indígenas. T. VI. Asunción. 1984/85, utilizó los datos etnográficos recogidos en estos viajes entre los Aché.

Conclusiones

Ambas misiones de estudio manifiestan que la Dra. Susnik planeaba hasta el último detalle sus viajes y se proponía estudiar múltiples aspectos de la vida de los grupos indígenas, trabajos pioneros para la antropología en el Paraguay, sin desmerecer los trabajos que sirvieron de base para la realización de estas investigaciones.

A 60 años de estas expediciones científicas a lugares inhóspitos, sin caminos ni comunicación, se aventuró una mujer sola que tenía como empeño y preocupación a la ciencia en primer lugar, para registrar lo que el Dr. Juan Boggino decía: “son los últimos tiempos para reunir información sobre el Paraguay indígena y esta oportunidad se conjuga felizmente con la presencia en nuestro medio de esta notable investigadora que es la Prof. Branka Susnik”40 .

Como corolario de esta síntesis de sus trabajos de campo entre los Chiripá y los Aché, tomamos sus palabras de la entrevista otorgada a su compatriota Dr. Tine Debeljak sobre su vivencia con los indígenas:

40 Archivo MEAB. Memorias y presupuesto anuales de la Fundación La Piedad. 1957-1981. Fundación La Piedad. Memoria de año 1961. Presidente Prof. Dr. Juan Boggino. Febrero de 1962.

Ganarse la confianza de los chamanes no es fácil, por ejemplo, durante mi último trabajo de campo tuve que unirme al ayuno del chaman y estuve dos días sin comida ni agua y probé luego su bebida narcótica. Se trataba de una prueba para constatar si tenía intenciones serias. Después, cuando los chamanes me explicaron la ceremonia del hombre-pájaro, me fue difícil seguirlos, ya que me zumbaba en la cabeza. Aún más extenuante fue el rito de nombramiento de los niños recién nacidos. El chaman debe, con la ayuda de un rito mágico, adivinar cuál de las almas de los antepasados muertos se ha instalado en el recién nacido. Pude asistir a esta ceremonia solo después de que me impusieran a mí también un nuevo nombre. El nombre que me dieron significa en guaraní Flor del dios Tupá. Sin tomar si creo o no en estas cosas, la ceremonia fue muy emotiva. Cuando uno conoce sus creencias, cuando vive por algún tiempo con ellos y siente cómo estos chamanes buscan seriamente “mi nueva alma entre los muertos guaraníes”, el investigador tiene la conciencia del lazo de sangre que lo une en amistad con la tribu, la cual llega a donar al extranjero el alma de uno de sus antepasados41 .

41 Debeljak, Tine. 1958. “Encuentro con la investigadora de culturas indígenas, la Dra. Branka Sušnik”. Meddobje IV, Nº 4; pp. 319-323.

Archivos consultados

Archivo del Museo Etnográfico Dr. Andrés Barbero (MEAB).

Referencias Bibliográficas

DEBELJAK, Tine 1958. “Encuentro con la investigadora de culturas indígenas, la Dra. Branka Sušnik”. Meddobje IV, Nº 4, pp. 319-323. MELIÀ, Bartomeu, L. Miraglia, M y C. Münzel. 1973. La agonía de los Aché -Guayakís: historia y cantos. Asunción, CEADUC.

SUSNIK, Branislava. 1959. “Informe sobre las Actividades del Museo (1956- 1958)”. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Asunción, Vol. III, Misc. 1, pp.1-11.

_________________ 1960. “Estudios Guayaki. Parte 1ª. Fraseario”. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Asunción, Vol. IV, El. 5, pp. 1-158.

_________________ 1961. “Estudios Guayaki. Parte 2ª. Gramática y Vocabulario ‘A-J’”. Boletín de la Sociedad Científica del Paraguay y del Museo Etnográfico. Asunción, Vol. V, El. 6. pp. 1-217.

SUSNIK, Branislava y Miguel Chase-Sardi. 1995. Los indios del Paraguay. Madrid, MAPFRE. UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DEL PARAGUAY. 2000. Ava Guarani Ayvu. Narraciones de los Ava Guarani de los departamentos de Ka’aguasu y Alto Paraná. Tomo 1. Asunción, Proyecto kuatiañe’ẽ, Universidad Evangélica del Paraguay.

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