Revista Anhanguera. Ano 18. no. 1, jan./abr. 2018. Pesquisa Qualitativa. – ISSN 1519-423X
menos de identidad, llevando con ello la
y su tierra. Todo este escenario capitalista ha
separación del individuo con el elemento que
contribuido
precisamente
y
construcción de una conciencia inmediatista,
conformado: el campo y con esto con aquellos
no teniendo tiempo, preparación física, ni
espacios que le significan o lo hacían como
recursos cognitivos, para pensarse como
comunidad, es decir, su patrimonial.
futuro y en el futuro, mucho menos como
le
había
constituido
El capitalismo ingresa a todo espacio
significativamente
a
la
constructor de éste.
humano, conllevando para el campo un
Dice Zumthor (2009, p. 23) que " [...]
problema aún mayor: la impreparación
la arquitectura y así intento pensar en ella;
psicológica, social y económica de los sujetos
como masa corpórea, como membrana, como
que lo trabajan para afrontar tal empresa. Esas
material,
enormes resistencias de la mayoría de los
terciopelo, seda..., todo lo que me rodea. ¡El
campesinos de San Nicolás de Esquiros y Santa
cuerpo! No la idea del cuerpo, ¡sino el cuerpo!
María del Refugio, para alejarse del poder del
Un cuerpo que me puede tocar." Lo
hacendado y, finalmente superadas para
patrimonial, así sea una edificación o una
lograr la apropiación de la hacienda y del
manifestación de ellas, en este sentido de
casco, ahora se están viendo derrumbadas por
concreción se volverá un ‘cuerpo’ para la
un poder económico de grandes alcances,
comunidad. Es decir, un ente significante
incluso mayor que del propio momento
tanto de la comunidad que lo materializó
histórico del hacendado. En este sentido,
como de sí mismo que vuelve a ella con fuerza
como parte de esa transformación se observa
propia. Que las comunidades consideren algo
la monetarización de la cultura, es decir, la
como patrimonio (aunque no expresado
sustitución de un conjunto de prácticas
necesariamente de esa manera), rebasará las
sociales
el
cuestiones práctico-utilitarias (que también
establecimiento de una equivalencia entre
las contiene), supondrá pensarlo parte de su
una práctica social y una cantidad monetaria,
dasein. Ese habitar en el mundo de las
rompiendo con ello la forma comunitaria de
comunidades, comporta tiempo, espacio y
vivir. El modelo de economía abierta en
cosas que manifiestan ese modo de ser en el
México no ha producido sino un crecimiento
mundo en mutua correspondencia. Es así que
pobre, concentrado y desarticulado de los
Pallasmaa (2010), construye el ser de la
sectores económicos, que, para el caso de las
arquitectura como la articuladora de las
comunidades rurales, esto ha significado aún
experiencias
más pobreza, desequilibrio y por lo tanto
fortaleciendo por ello, el sentido de la realidad
indefensión (Bartra, 2008), pues están siendo
y del ‘yo’ de cada sujeto como sujeto y del ‘yo’
atacados sus principales soportes: su persona
como comunidad. La arquitectura y el espacio
por
dinero
y,
por
tanto,
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como
recubrimiento,
del
tela,
ser-en-el-mundo,