Boletín de DSI - Poder, política y ley: el legado de Benedicto XVI

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EDITORIAL

Año X. n. 21

JULIO - DICIEMBRE DE 2017 año x, n. 21

BOLETÍN DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

EDICIÓN EN ESPAÑOL PARA AMÉRICA LATINA

Poder, política y ley: el legado de Benedicto XVI

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BOLETÍN DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA OBSERVATORIO INTERNACIONAL CARDENAL VAN THUÂN Edición en español para América Latina editada por: Centro de Pensamiento Social Católico de la Universidad Católica San Pablo

Bollettino di Dottrina Sociale della Chiesa Trimestral – Edición italiana Director: Stefano Fontana Redacción: Silvio Brachetta (Trieste) - Omar Ebrahime (Roma) – Stefano Fontana (Verona) – Samuele Cecotti (Trieste) - Flaminia Giovanelli (Roma) – Chiara Mantovani (Ferrara) – Andrea Mariotto (Bassano del Grappa, Vicenza) - Giorgio Mion (Verona) – Fabio Trevisan (Verona) – Manuel Ugarte Cornejo (Arequipa, Perú) – Francesco Zucchelli (San Miniato, Pisa); Luca Pingani (Reggio Emilia) Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân sulla Dottrina sociale della Chiesa Presidente: S.E. Mons. Giampaolo Crepaldi Vice Presidente: Gianni Tessari Director: Stefano Fontana Consiglieri: Gianfranco Battisti, Antonio Bianchi, Angelo Bossi, Carlo Costalli, Giordano Faccincani, Mons. Ettore Malnati, Stefano Nedoh, Mario Pozza, Mons. Pier Emilio Salvadé Dirección: via C. Besenghi, 16 34134 Trieste (Italia) Tel. e fax. +39-040-308272 info@vanthuanobservatory.org www.vanthuanobservatory.org Donazioni all’Osservatorio (L’Osservatorio è Associazione di Promozione Sociale e le donazioni sono detraibili dai redditi) Bonifico bancario: Unicredit Banca - Filiale di Melzo (Milano) Via Verdi 3 - 2066 Melzo (Mi). IBAN IT65F0200833400000040096979 Para información sobre suscripción en lengua italiana: abbonamentibollettino@edizionicantagalli.com Editor de la edición italiana: Edizioni Cantagalli s.r.l. Via Massetana Romana, 12 - 53100 Siena www.edizionicantagalli.com **********************

Boletín de Doctrina Social de la Iglesia Revista Semestral – Edición en español para América Latina Año X – Nº 21 Julio – Diciembre de 2017 Consejo Editorial de la edición en español para América Latina Universidad Católica San Pablo Centro de Pensamiento Social Católico Rector de la Universidad Católica San Pablo: Dr. Germán Chávez Contreras Prorrector para el Desarrollo Institucional: Dr. Alonso Quintanilla Pérez-Wicht Editor: Manuel Ugarte Cornejo (Universidad Católica San Pablo, Arequipa - Perú) Comité Académico: Miguel Salazar Steiger (Universidad Católica San Pablo, Arequipa - Perú) Alejandro Estenós Loayza (Universidad Católica San Pablo) Cristian Loza Adaui (Friedrich-Alexander University Erlangen-Nürnberg – Alemania) Diego Arias Padilla (Pontificia Universidad Lateranense de Roma – Italia) Pablo Emanuel García (Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires – Argentina) Patricia Calvi de Quintanilla (Universidad Católica San Pablo) Traducciones: César Félix Sánchez Martínez (Seminario Arquidiocesano San Jerónimo) © Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân y Universidad Católica San Pablo Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú número: 2008-05350 Dirección postal: Centro de Pensamiento Social Católico Urb. Campiña Paisajista s/n – Quinta Vivanco – Barrio de San Lázaro – Arequipa – Perú Teléfono: +51 (054) 605630 anexo 357 * Fax: +51 (054) 281517 Correo electrónico: cpsc@ucsp.edu.pe Website: http://www.ucsp.edu.pe El Boletín de Doctrina Social de la Iglesia es una revista académica multidisciplinaria dedicada a la difusión de ensayos, investigaciones y noticias sobre el pensamiento social de la Iglesia Católica. La edición en español para América Latina del Boletín de Doctrina Social de la Iglesia es fruto de un convenio de colaboración entre el Observatorio Internacional Card. Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia y la Universidad Católica San Pablo. Las opiniones libremente vertidas por los autores de los artículos no constituyen orientaciones oficiales de la Universidad Católica San Pablo, sino que son enteramente responsabilidad de los mismos. Se autoriza la reproducción total o parcial del contenido de esta revista, siempre que se cite expresamente su fuente y se respete la integridad del texto. ISSN versión impresa: 2415-0568 ISSN versión en línea: 2311-4045 Key title: Boletín de doctrina social de la Iglesia Abbreviated key title: Bol. doctrina soc. Iglesia


julio - diciembre 2017 Año X, n. 21


ÍNDICE

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Año X. n. 21

PODER, POLÍTICA Y LEY: EL LEGADO DE BENEDICTO XVI. Julio-Diciembre de 2017 Año X n° 21

EDITORIAL El lugar de Dios en el mundo S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi

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DOSSIER TEMÁTICO FOCUS 1 Las preocupaciones de Benedicto XVI y la Doctrina Social de la Iglesia Stefano Fontana

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FOCUS 2 La contribución de la Iglesia a la política según Joseph Ratzinger – Benedicto XVI Arturo Bellocqi

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ZOOM 1 El valor político de la Lectio Magistralis de Benedicto XVI en Ratisbona S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi

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FOCUS 3 El derecho natural en Benedicto XVI Gianluca Guerzoni

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ARTÍCULOS DIVERSOS ZOOM 2 Francisco en Colombia: La paz se consigue con el bien común, la justicia y el respeto de la naturaleza humana 22 Manuel Ugarte Cornejo


EDITORIAL

Año X. n. 21

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on sentimientos de profunda gratitud, dedicamos este número de nuestro Boletín a cuanto Benedicto XVI nos ha enseñado acerca de las cuestiones relacionadas con la Doctrina Social de la Iglesia. Nuestro Observatorio siempre ha prestado mucha atención a las enseñanzas de Benedicto XVI durante los ocho años de su pontificado. Por una coincidencia significativa, el Observatorio comenzó su actividad en 2005, el año de inicio de su pontificado. El Informe sobre la Doctrina Social de la Iglesia, que el Observatorio ha publicado anualmente durante cinco años, siempre dedicaba un capítulo escrito por mí sobre las enseñanzas del Papa en el año de referencia1.

EL LUGAR DE DIOS EN EL MUNDO S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi

Presidente del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân

[1] Véase: Observatorio Cardenal Van Thuân, Quinto Rapporto sulla Dottrina sociale della Chiesa nel mondo, a cargo de G. Crepaldi y S. Fontana, (Siena: Cantagalli, 2013), pp. 25-36. [2] Joseph Ratzinger-Benedetto XVI. Il posto di Dio nel mondo. Potere, politica, legge. Prólogo de Paul D. Ryan, epílogo de G. Crepaldi, edición a cargo de S. Fontana, (Siena: Cantagalli, 2013). [3] Massimo Borghesi, Critica della teologia politica. Da Agostino a Peterson; la fine dell’era costantiniana (Génova-Milán: Marietti 1820, 2013).

La edición del Boletín coincidió con la publicación de un libro que, de forma indirecta, se remonta a la actividad de nuestro Observatorio. Se trata de una antología de los discursos principales de Benedicto XVI sobre el poder, la política y la ley, editada por Stefano Fontana y con prólogo del congresista estadounidense Paul D. Ryan, ex candidato a vicepresidente en las elecciones de EEUU y con un epílogo a mi cargo2. Allí traté de resumir las líneas principales de la inmensa enseñanza de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) sobre la relación entre la fe católica y la Iglesia, por una parte; y la construcción de la ciudad terrena, por otra. Remito a este volumen que es el complemento, o más bien el marco de referencia, de este número del Boletín. Benedicto XVI ha tocado muchos aspectos particulares de la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente en Caritas in verita-

te (2009), pero se reconoce que su contribución es más fundamental que temática, habiéndose concentrado más en la arquitectura que en los detalles singulares o en los aspectos particulares de la construcción. Echar luces sobre esta arquitectura era el propósito del libro que mencioné anteriormente y también es el propósito de este número del Boletín. De esta manera, la enseñanza de Benedicto XVI puede continuar iluminando nuestro futuro. Recientemente ha habido un renacimiento del interés en el tema de la «teología política»3 que no podía dejar de examinar del mismo modo el pensamiento de Ratzinger. Creo que este número del Boletín también podría contribuir al debate. En este contexto, su pensamiento se interpreta como un retorno a la visión precostantiniana, o más bien preteodosiana, de la relación entre fe católica y política. En su discurso a la curia romana del 23 de diciembre de 2005 sobre la hermenéutica conciliar, Benedicto XVI dijo que con el Concilio Vaticano II, y en particular con la Declaración Dignitatis humanae, la modernidad ha urgido a la Iglesia a redescubrir la tradición de sus mártires que rezaban por el emperador, pero reclamaban también ante el Estado el derecho a la libertad de religión. Por lo tanto, Benedicto XVI habría considerado negativamente todo el periodo posterior, desde el Edicto de Tesalónica (380 d.C.), que convirtió al cristianismo en la única religión estatal, hasta el Concilio Vaticano II. Un juicio similar, que acabo de mencionar aquí por unos instantes, debe ser estudiado adecuadamente, ya que implica una gran cantidad de otros juicios complementarios. El problema básico, sin embargo, me parece que consiste en el hecho de que Benedicto XVI nunca ha dejado de enseñar la «centralidad de Dios» en la construcción de la sociedad terrena, ni tampoco de sostener que la tarea de los laicos en la política es abrir un lugar para Dios en el mundo. Aun suponiendo que Ratzinger considere incorrecto un estado confesional (pero cuántas cosas deben aclararse al respecto para no reducir un problema inmen-

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EDITORIAL

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[4] Véase: Stefano Fontana, Il Concilio restituito alla Chiesa. Dieci domande sul Vaticano II, prefacio de G. Crepaldi (Turín: La Fontana di Siloe, 2013), pp. 125-144. Giampaolo Crepaldi, Il cattolico in politica. Manuale per la ripresa (prefacio del Cardenal Angelo Bagnasco) (Siena: Cantagalli, segunda edición, 2012), pp. 57-66. [5] Benedicto XVI, Discurso a la curia romana con motivo de las felicitaciones de Navidad, 21 de diciembre de 2012. [6] Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, n. 1.

so a un simple eslogan) la idea de que esto lleve a una aceptación de la «autonomía» del mundo es ciertamente rechazada por él, en el sentido propuesto por tantas corrientes teológicas postconciliares e indudablemente negado por el Concilio. En otras palabras, la crítica del Estado confesional en la forma de «Cristiandad» (pero, repito, deberíamos profundizar cómo el modelo de Cristiandad, una fórmula en sí misma ambigua, se ha construido y evolucionado en la realidad) no implica en Ratzinger la renuncia a la centralidad de Dios para tener un poder, una política y una ley que sean verdaderamente adecuados para la persona humana. Con lo que también se critica al humanismo demasiado humano, al personalismo demasiado horizontal y al bien común demasiado confundido con el interés general. Si en el periodo histórico actual, la Iglesia ha profundizado su doctrina de la libertad de conciencia y religión, especificándola y al mismo tiempo distinguiéndola claramente de la propia modernidad, esto no significa que los laicos —y diría también la Iglesia toda, en diversidad de los carismas que coexisten en ella— no tengan el deber de reiterar que sin Dios la sociedad humana no se construye sino que se destruye4. La enseñanza de Benedicto XVI no termina aquí. Ha dicho claramente que ante Dios no hay neutralidad, ni por parte de las personas ni por parte de las sociedades. La construcción de un mundo sin Dios no significa construir un mundo neutro. Un mundo sin Dios es un mundo sin Dios y no un mundo neutro. De esta manera, Benedicto XVI, que a menudo tenía palabras de agradecimiento para las sociedades caracterizadas por una «laicidad abierta», nos enseñó a no engañarnos respecto a que pueda existir un secularismo que no acepte la centralidad de Dios, pero que a la vez se exima de estar en

contra de Dios y también en contra del hombre: «cuando se niega a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre. Quien defiende a Dios, defiende al hombre»5. Benedicto XVI enseñó con insistencia y decisión, aunque no siempre fue adecuadamente seguido en eso, que la fe católica requiere por su propia naturaleza un «papel público». Pero, ¿En qué consiste este papel público? ¿Participar, junto con todas las demás religiones, en echar una mano para la construcción de un bien común genérico no especificado? ¿O para manifestar en público la pretensión de ser la única religión que, en diálogo con todos y respetando a todos, cree, sin embargo, que tiene el deber de plantear a la razón política, sin violar su autonomía legítima, las preguntas fundamentales? ¿Puede haber un bien común, por ejemplo, sin respeto por la ley natural? ¿Y las religiones que no admiten la ley natural pueden hacer una contribución real al bien común? ¿Y la religión católica, la única que tiene el deber de establecer, preservar y proteger la ley natural, no es más que una religión entre las demás en la esfera pública o puede esperar un deber de las personas y de las sociedades para con ella6? Benedicto XVI es claro: la religión católica también es parte del bien común y es, de hecho, su fundamento. Benedicto XVI nunca ha dejado de apelar a esta centralidad de Dios y de considerar a la fe católica como indispensable y no solo útil para la construcción de la sociedad. Incluso lo hizo ante la sociedad de hoy, secularizada al punto de no poder comprender un discurso semejante. Lo hizo porque la primera preocupación debe ser siempre decir la verdad, cómo son las cosas, porque solo de esta manera, en tiempos menos oscuros y cuando el Señor quiera, las cosas pueden restaurarse; en los límites que esto pueda significar en la ciudad terrena.


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LAS PREOCUPACIONES DE BENEDICTO XVI Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Director del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân Los puntos que preocupan a Benedicto XVI

Las grandes dificultades que la Iglesia encuentra en nuestra época han encontrado eco en reflexiones de Benedicto XVI que ameritan una seria atención de nuestra parte. Para darnos una idea de la agudeza de las preocupaciones de este pontífice, propondré una comparación. Con motivo de la apertura del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962, Juan XXIII dice, entre otras cosas: «La Iglesia, iluminada por la luz de este Concilio —tal es nuestra firme esperanza— acrecentará sus riquezas espirituales; sacando acopio de

[2] Benedicto XVI, Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión a los cuatro obispos consagrados por el Arzobispo Lefebvre, 10 de marzo de 2009. Son también dramáticas las constataciones hechas durante el viaje a Portugal: «en opinión de muchos la fe católica ha dejado de ser patrimonio común de la sociedad, y se la ve a menudo como una semilla acechada y ofuscada por “divinidades” y por los señores de este mundo» (Encuentro con los obispos de Portugal, 13 de mayo de 2010); «Con frecuencia nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que hay fe, lo cual, lamentablemente, es cada vez menos realista» (Homilía, 11 de mayo de 2010).

de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento, la prioridad que está por encima de todas es hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios (…). El auténtico problema en este momento actual de la historia es que Dios desaparece del horizonte de los hombres y, con el apagarse de la luz que proviene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientación, cuyos

Stefano Fontana

[1] Discurso pronunciado por S.S. Juan XXIII el 11 de octubre de 1962 en la Basílica Vaticana en el acto de la inauguración solemne del Concilio ecuménico Vaticano II, en Concilio Vaticano II. Constituciones. Decretos. Declaraciones. Legislación posconciliar, prólogo del Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Casimiro Morcillo González, arzobispo de Madrid-Alcalá (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, Cuarta Edición ,1966), 990.

nuestro tiempo, en el que en amplias zonas

nuevas energías, mirará intrépida al porvenir. Ella, en efecto, con oportunas actualizaciones y con una sabia organización de la mutua colaboración, hará que los hombres, las familias, los pueblos vuelvan realmente su espíritu a las cosas celestes»1. Ciertamente estas afirmaciones deben ser vistas no como valoraciones históricas o simples deseos personales, sino como visiones guiadas por la esperanza cristiana. No se puede pensar, sin embargo, que la esperanza cristiana esté ausente en las consideraciones de Benedicto XVI que parecen ser de signo bastante diverso. La más impresionante de estas afirmaciones fue expresada en la Carta a todos los obispos del mundo del 10 de marzo de 2009: «En

efectos destructivos se ponen cada vez más de manifiesto»2. Entre estas dos afirmaciones actúan cincuenta años de nuestra historia cristiana. La preocupación realista de Benedicto XVI evidencia que la modernidad ha generado fuerzas negativas más allá de los temores humanos y, corroyendo los fundamentos sobrenaturales de la vida cristiana, ha corrompido al hombre, incluso a la posibilidad de dar sentido a las relaciones sociales. Hoy la Iglesia se encuentra frente a esta enorme e inédita urgencia: la reconstrucción del hombre a partir de volver a proponerle a Dios. ¿Por qué es «inédita» esta urgencia? Porque nunca antes había sucedido que la cultura humana se construya contra la religión3 y nunca que la religión no pudiera recurrir a una naturaleza humana capaz de acogerla. Frente al paganismo, los primeros cristianos sabían que podían contar con la existencia de la naturaleza humana que, a su manera, incluso los filósofos paganos, habían expresado y valorado. Hoy, mientras la fe se extingue, también desaparece lo humano del hombre4, como atestiguan las señales negativas absolutamente inequívocas que vienen del frente de la vida, de la procreación y de la familia. El cambio de perspectiva es muy notable. La fe se insertaba en la naturaleza humana, que era como su «preámbulo». La fe razonable se insertaba en la razón, considerada la voz de la naturaleza humana y podía apoyarse, en

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medio de la variedad de las culturas, sobre la

último. Ahora parece que estas preguntas son

unidad de un idéntico ser humano5. Pero aho-

cada más raras, que la indiferencia prevalece

ra, cuando la naturaleza humana es desafiada

y que ya no es más natural para el hombre

en su misma posibilidad de ser, depende de la

plantearse el problema de Dios, sino todo lo

fe despertarla y reconstruirla6. La naturaleza

contrario. La «respuesta» cristiana tiene la ta-

humana no podrá descubrirse por sí sola, no

rea de despertar también estas preguntas, con

podrá recuperar sus fuerzas por sí sola7. Nos

las cuales antes se podía contar como apoyos

encontramos hoy frente a una consecuencia

previos. La anamnesis también se refiere a

particularmente aguda del pecado original: la

esto: a despertar en el hombre la aptitud natu-

soberbia nos impulsa a negar el tener una na-

ral para preguntar, mientras se le pone frente

turaleza, el ser algo o alguien, por desprender-

a la gran respuesta de Cristo9.

nos del Creador. Esta nueva perspectiva cambia considera-

La mirada sobre la ley natural

blemente nuestra referencia a la Doctrina So-

Es sorprendente y significativo que Bene-

[3] «La tercera vía —[el iluminismo]— se ha desarrollado plenamente solo en la época moderna hasta el presente y parece tener un futuro ante sí... para el futuro de la religión y de su relación con la humanidad asumirá importancia decisiva el modo en que la religión pueda establecer su relación con ella» [J. Ratzinger, Fede verità tolleranza. Il cristianesimo e le religioni del mondo (Siena: Cantagalli, 2003), 27].

cial de la Iglesia y nos obliga a profundizar las

dicto XVI haya insistido en la ley moral na-

relaciones con la fe, con la totalidad de la vida

tural en medio de una cultura que rechaza el

cristiana, así como con toda la doctrina cató-

concepto mismo de naturaleza.

[4] Benedicto XVI en Caritas in veritate (p. 75) habla de «una conciencia incapaz de reconocer lo humano».

lica. Las referencias a la Doctrina Social de la

Hablaba partiendo de la racionalidad de

Iglesia que no tengan como objetivo principal

lo creado y de la constatación que no somos

reabrir a Dios un puesto en el mundo. Una

frutos del azar o del determinismo. La racio-

propuesta de Doctrina Social de la Iglesia fun-

nalidad de la realidad y de la fe es el gran y

dada en la centralidad de la persona y en el

clásico tema ratzingeriano. La ley moral natu-

bien común no es ya suficiente —la misma

ral, decía, es como el lenguaje que expresa la

[6] En realidad, esta reconstrucción siempre se ha llevado a cabo: «La nueva ley, la ley del Evangelio, ha expresado la plenitud de la ley natural. Lo que hoy se entiende por ley natural no es otra cosa que su promulgación a través del Evangelio» [Gianni Baget Bozzo, Cristianesimo e ordine civile (Siena: Cantagalli, 2011), 142].

expresión «centralidad de la persona» arriesga

realidad10.

[7] «La filosofía ha llegado a tal punto que parece difícil ir más allá en el camino de su propia disolución» [Étienne Gilson, Il realismo metodo della filosofía (Roma: Casa Editrice Leonardo da Vinci, 2008), 105].

su totalidad. La conciencia de la propia hu-

Ver la realidad como un conjunto de for-

manidad natural ya no es el poder reflejarse

mas en lugar de una sucesión de fenómenos

en Cristo ni es capaz de ver en Él el cumpli-

deterministas significa asumir una perspectiva

miento de su verdad propia. El anuncio debe

metafísica. La fe cristiana no puede carecer de

incluir la dimensión natural del hombre mien-

metafísica, aunque sea porque, como recorda-

tras anuncia su origen y destino sobrenatural.

ba Gilson: «sin metafísica el mundo no puede

Creo que Benedicto XVI quiso decir eso

ser comprendido como contingente»11. La mi-

cuando señalaba el camino de la «anamnesis»8

rada metafísica implica que el hombre no está

que la fe debe activar respecto a la dimensión

nunca completamente inmerso dentro de las

racional y natural de la persona humana. El

preguntas que él se hace. Sin embargo, como

encuentro con Cristo pone en movimiento el

sabemos, las tres modalidades principales en

recuerdo y permite la recuperación de la di-

que se ha desarrollado el pensamiento moder-

mensión natural olvidada. Hubo un tiempo

no, es decir, el historicismo, el positivismo y

en que, para insertar el discurso religioso, se

el existencialismo, sostienen, desde puntos de

tomaba como base las preguntas que natural-

vista diversos, que el hombre forma parte del

mente el hombre se hace acerca de su destino

contexto sobre el cual se interroga y que, por

[5] Allí mismo, 67.

[8] «La anamnesis infundida en nuestro ser necesita, por así decirlo, ayuda desde el exterior para hacerse consciente de sí» [J. Ratzinger-Benedicto XVI, L’elogio della coscienza. La verità interroga il cuore, (Siena: Cantagalli, 2009), 26]. [9] Véase: Joseph Ratzinger, Natura e compito della teologia. Il teologo nella disputa contemporanea. Storia e dogma (Milán: Jaka Book, 2005), pp. 17-31. [10] Lo ha dicho en un Discurso a un grupo de obispos de Estados Unidos, 19 de enero de 2012. [11]La metafísica es la ciencia «que los griegos han fundado, de la que claramente han conocido la necesidad, y que la filosofía cristiana nunca dejará perecer, porque es la primera y la única para la cual la existencia misma de los seres es causada y resulta contingente» (Étienne Gilson, Il realismo metodo della filosofia cit., pp. 112-113).

ser equívoca—, porque persona y bien común

Implícitamente, aquí se plantean dos pro-

son dos conceptos que no se pueden presu-

blemas muy relevantes: en primer lugar, el del

poner ya, sino que deben ser reconstruidos

conocimiento metafísico y, en segundo lugar,

mientras se anuncia el mensaje cristiano en

el de la unidad del saber.


FOCUS 1

[12] Según Alasdair Macintyre, el Cardenal Newman consideraba imposible la unidad del saber en las universidades sin teología (Véase: “Vita e Pensiero” n. 4, luglio-agosto 2010, pp. 22-33).

Stefano Fontana

tanto, no puede acceder a una verdad que ten-

nos habla es recuperable por parte de la sola

ga carácter de absoluta novedad. La irrupción

razón natural o no. Como se puede ver, es la

de lo verdadero no es posible. Hay como un a

misma pregunta de la que nos hemos ocupa-

priori que nos condiciona, sea en nuestro pre-

do antes a propósito de la capacidad de la na-

guntar o en, propiamente, encontrar respues-

turaleza de recuperarse a sí misma. Podríamos

tas a nuestras preguntas. Estamos contextuali-

también plantear la pregunta así: el eclipse de

zados por naturaleza y somos constructivistas

la razón metafísica ciertamente ha causado la

por destino. El impulso metafísico, por el

secularización del cristianismo en cuanto que

contrario, es precisamente la posibilidad de la

el acceso a lo trascendente es posible concep-

razón humana de estar liberada del contexto,

tualmente solo a través de la metafísica. Pero

accediendo a una verdad no producida e in-

también es verdadero lo contrario, es decir,

disponible. La verdad, entonces, como dice

que la secularización de la fe ha provocado

Benedicto XVI en Caritas in veritate, es un don.

un repliegue de la razón metafísica y una re-

Hoy la ley moral natural desaparece porque

nuncia a su impulso. Estamos así frente a una

desaparece la mirada metafísica de la realidad.

situación nueva: deberá ser la fe cristiana la

Este asunto era una gran preocupación de Be-

que se ponga como objetivo relanzar la ra-

nedicto XVI.

zón metafísica y la unidad del saber. La razón

A él está ligado el tema de la unidad del

natural por sí sola está demasiado aniquilada.

saber, uno de los argumentos, y no el menos

Corresponde a los pensadores cristianos ha-

importante, del famoso discurso de Ratisbo-

cerlo y por este motivo es aún más desolador

na: La universidad ha perdido la unidad del

constatar el escaso empeño en este sentido de

saber y, por tanto, no es más universidad. El

las universidades católicas.

tema ha encontrado una notable expresión

Para la Doctrina Social de la Iglesia se de-

en una obra del Cardenal Newman12. Pero

rivan dos consecuencias muy importantes. La

no se circunscribe a la universidad, sino que

secularización del cristianismo ha significado

concierne al conocimiento en general y a la

la sustitución de la metafísica por las ciencias

sabiduría, en particular. La mirada metafísica,

sociales. La referencia exclusiva a las ciencias

de la que hemos hablado, requiere una visión

sociales ha significado la secularización de la

del todo y en esta visión se funda la unidad

Doctrina Social de la Iglesia. Muchos temas

del saber. Le ley moral natural desaparece no

de la Doctrina Social —persona, familia, bien

solo porque falta el impulso metafísico del

común, desarrollo —pueden ser comprendi-

pensamiento y ya no podemos ver la dimen-

dos solo con un espesor metafísico que am-

sión no empírica de la realidad, sino también

plía también su significado en sentido trascen-

porque, en ausencia de la unidad del saber, la

dente y está claro que quedan privados de su

realidad no se nos muestra como un todo. Por

profundidad si se separan de esta dimensión.

tanto, no se produce ningún discurso, porque

A menudo, la Doctrina Social de la Iglesia es

el discurso, para ser tal, debe ser sensato, y el

entendida como un instrumento para seguir la

sentido no pertenece nunca a las partes sino

fenomenología social y participar en el debate

al todo. Entendida así, la realidad permanece

del mundo y no se comprende suficientemen-

muda, mientras que, por el contrario, la ley

te como, detrás de opciones operativas apa-

moral natural, como hemos visto antes, es la

rentemente compatibles, se esconden visiones

lengua con la que la realidad se expresa.

metafísicas no aceptables para la fe católica.

La cuestión de fondo a este propósito es

Si las reivindicaciones ecologistas, la emanci-

si la visión de la realidad como un todo que

pación femenina y la lucha contra el SIDA se

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FOCUS 1

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desprenden de una correcta visión metafísica

plicar la vida humana y plasmar la sociedad

se convierten en ideológicas. He dado tres

con pocas o ninguna referencia al Creador. Se

ejemplos en los que encontramos equívocos y

presenta como una fuerza neutral, imparcial

errores debido a la pérdida de un enfoque me-

y respetuosa de cada uno. En realidad, como

tafísico en los problemas de la cultura católica.

toda ideología, el laicismo impone una visión

Las dos preocupaciones de Benedicto

global. Si Dios es irrelevante en la vida pú-

XVI que he evidenciado convergen al ma-

blica, la sociedad podrá plasmarse según una

nifestar que solo la fe cristiana tiene la posi-

perspectiva carente de Dios. Sin embargo,

bilidad de despertar lo que en otros tiempos

la experiencia enseña que el alejamiento del

estaba de alguna manera garantizado y hoy

designio de Dios creador provoca un desor-

ya no. La nueva evangelización ciertamente

den que tiene repercusiones inevitables sobre

debe de tener en cuenta esta enorme novedad

el resto de la creación. Cuando Dios queda

de contexto13, también en el diálogo con los

eclipsado, nuestra capacidad de reconocer el

no creyentes y en iniciativas como el llamado

orden natural, la finalidad y el «bien», empieza

Atrio de los Gentiles.

a disiparse». En la época moderna, como hemos visto antes, por primera vez una cultura

La religiosidad del positivismo

[13] Véase: Nueva evangelización y Doctrina Social de la Iglesia, “Boletín de Doctrina Social de la Iglesia”, IX (2) 2013. [14] He criticado la tesis de una laicidad débil y una laicidad fuerte en: S. Fontana, La scuola italiana e la laicità epistemologica, en G. Quagliariello (ed.), Educazione e Libertà, (Siena: Cantagalli, 2009), pp. 127-132. Allí mismo, “Laicità debole e laicità forte”, Bollettino di Dottrina sociale della Chiesa, IV (2008) 4, pp. 130-131. [15] Puede ser interesante notar que en este punto el pensamiento de Joseph Ratzinger concuerda con el de Augusto Del Noce: «Cuando se piensa en una filosofía separada, inclinarla hacia el positivismo se transforma en una necesidad, porque el positivismo es, precisamente, una filosofía que se piensa separada de la teología» [Augusto Del Noce, Pensiero della Chiesa e filosofia contemporanea. Leone XIII Paolo VI Giovanni Paolo II, a cargo de L. Santorsola (Roma: Edizioni Studium, 2005), 79].

ha pretendido cortar sus relaciones con la re-

Cuando el ámbito de las cuestiones mun-

ligión. Al hacerlo, sin embargo, no se pone en

danas, que usualmente son confiadas a la ra-

un plano de neutralidad, sino en un plano de

zón, se separa de Dios para seguir su propia

antagonismo concreto, porque sin la referen-

autonomía, ya no se pone en un ámbito de

cia a Dios, la sociedad se forja contra el mis-

neutralidad respecto de Dios, sino de oposi-

mo orden natural y la capacidad de la razón

ción a Dios14. En otros términos, separarse

de acoger la verdad y el bien, la capacidad que

de Dios en los ámbitos de la vida humana

hemos llamado metafísica empieza a desvane-

significa que estos se construyan sin Dios y

cerse. El orden ético natural es autónomo del

que se construyan sin Dios significa que se

eclesiástico, pero no del religioso. La política

construyen contra Dios. En efecto, si la lógi-

está directamente conectada con el orden éti-

ca de la construcción no es, de algún modo,

co natural, pero indirectamente también con

reconducible a Dios, aun en su legítima auto-

el orden religioso. Esto es porque el orden éti-

nomía de métodos y de lenguaje, expulsa de

co natural tiene la capacidad de ser autónomo,

sí la perspectiva de Dios y se construye como

pero no de autofundamentarse ni de regirse a

si Dios no fuese, que no es un modo neutro

sí mismo.

de construirse, sino un modo de construirse sin Dios.

Este discurso encuentra confirmación en otro plano de las enseñanzas de Benedicto

Benedicto XVI repite con frecuencia este

XVI. Afirma que cuando la razón humana se

concepto. Lo ha hecho, por ejemplo, en Sid-

separa de su relación con la fe se convierte

ney, en la Jornada Mundial de la Juventud, el

en positivismo15. Con la palabra positivismo

17 de julio de 2008, cuando dijo: «Hoy mu-

se indica una razón que se limita a constatar

chos sostienen que a Dios se le debe “dejar en

lo empírico. ¿Se trata de una razón neutra?

el banquillo”, y que la religión y la fe, aunque

Absolutamente no, en cuanto elimina lo espi-

convenientes para los individuos, han de ser

ritual y, por tanto, expresa una filosofía mate-

excluidas de la vida pública, o consideradas

rialista. Cuando la razón escoge limitarse a lo

sólo para obtener limitados objetivos prag-

empírico, no por eso debe llamarse empírica,

máticos. Esta visión secularizada intenta ex-

sino debería llamarse razón materialista. Aho-


FOCUS 1

[16] «Antes que suprimir la autonomía de cualquier orden inferior, su subordinación jerárquica consigue el efecto de fundamentarlo, de llevarlo a la perfección, en suma, de garantizar su integridad y mantenerlo. La naturaleza informada por la gracia es más perfectamente naturaleza. La razón natural iluminada por la fe se hace más razonable. Aceptando la jurisdicción espiritual y religiosa de la Iglesia, el orden social y político se hace más feliz y sabio en el plano temporal». [Étienne Gilson, Le metamorfosi della Città di Dio (Siena: Cantagalli, 2010), 183].

Stefano Fontana

ra, el materialismo no es una filosofía neutra,

to XVI. En una sociedad postnatural, en la

sino una filosofía con un absoluto, pero con-

cual la persona humana es desnaturalizada y

trario a Dios. Casi una filosofía antirreligiosa.

reestructurada artificial y abstractamente, la

Cuando la razón moderna refuta a Dios como

propuesta cristiana no puede más presupo-

absoluto, no es que se coloque en una situa-

ner un tejido humano para hacer su anuncio.

ción neutral respecto a los absolutos, sino que

Lo natural y lo sobrenatural no pueden ser

hace de esta posición un nuevo absoluto.

ya vistos como «sucesivos», admitiendo que

Por estas mismas razones, no se puede

lo hubiesen sido antes. La nueva situación re-

pensar al mundo como ámbito neutro respec-

vela la imposibilidad de que el orden natural

to a la religión y a la fe. El mundo tiene una

permanezca ante el menoscabo de la fe cris-

autonomía, pero no es capaz de autofundar su

tiana y, por tanto, la necesidad de que aquel

propio sentido o de autorredimirse.

se reconstituya a partir de esta. Es necesario

Las consecuencias para la Doctrina Social

volver a enfocarse en el primado de Dios en

de la Iglesia de estas preocupaciones de Be-

la construcción del orden civil. Esta situación

nedicto XVI son de fundamental importancia.

impone a quienes se dedican a la Doctrina So-

La Doctrina Social de la Iglesia es, como se

cial de la Iglesia una tarea nueva y radical; pues

sabe, la «interfaz» de la Iglesia con el mundo,

antes, cuando todavía se hacía sentir, aunque

con el orden natural. El orden natural no pue-

languidecientes, las consecuencias del prece-

de moverse según él mismo, sin aniquilarse.

dente orden natural y cristiano, no estaba tan

El orden civil no puede prescindir del influjo

inmersa en su inequívoca presión. Esta tarea

del cristianismo. A medida que esta influencia

consiste en no reducirse a presentar la Doc-

desaparece, también se produce la eliminación

trina Social de la Iglesia como centrada en el

del orden natural. El mundo no puede ser libre

hombre y en su bienestar terrenal, sino vivirla

si no acepta su relación necesaria y no simple-

centrada, como es, si se la purifica de lectu-

mente útil con el cristianismo16. Sin la luz de la

ras demasiado horizontales, sobre Dios y su

fe no es posible que la razón razone.

gloria, porque solo volviendo a la centralidad de Dios también para la construcción de la

Puntos conclusivos

ciudad terrena; será posible buscar la restau-

He propuesto en estas páginas un proble-

ración del orden natural de la convivencia hu-

ma que hoy me parece central en la vida de la

mana y así sanar a una humanidad negada en

Iglesia y en las preocupaciones de Benedic-

su propia esencia.

9


Año X. n. 21

FOCUS 2

10

T

odo aquel que se dedique a estudiar la

rio, no le corresponde decir o hacer. Entre los

producción teológica y magisterial de

muchos textos que podríamos utilizar como

Joseph Ratzinger - Benedicto XVI no-

hilo conductor de estas reflexiones tomare-

tará probablemente que la atención concedi-

mos algunos pasajes de su encíclica Deus ca-

da por él a la Doctrina Social de la Iglesia no

ritas est, porque consideramos que contiene la

tiene la relevancia de la que ha dispensado a

enmarcación teórica de base sobre la relación

otros ámbitos, como la Escritura, la Liturgia o

Iglesia-Política, sobre la cual se apoyarán lue-

LA CONTRIBUCIÓN DE LA IGLESIA A LA POLÍTICA SEGÚN JOSEPH RATZINGER -BENEDICTO XVI Arturo Bellocq

go profundizaciones y desarrollos en otros escritos, sobre todo en Caritas in veritate. Esta primera encíclica no es una encíclica «social» sino una encíclica sobre el amor. Se compone de dos partes: la primera trata de la naturaleza del amor en Dios y en los hombres, mientras la segunda —que es la que nos interesa— trata «de cómo cumplir de manera eclesial el mandamiento del amor al prójimo»2, es decir, qué cosa debe hacer la Iglesia como tal, «institucionalmente», para cumplir este mandamiento del amor. Y es precisamente aquí que el Papa comienza a hablar del «servicio de la caridad (diakonia)», de sus fundamentos bíbli-

Pontificia Universidad de la Santa Cruz Roma

cos y de las formas que ha tenido a lo largo de la historia. Afirma que, junto con el anuncio

la Dogmática. Sin embargo, como sucede en

de la Palabra de Dios y la celebración de los

tantos campos del saber teológico, el pensa-

Sacramentos, la diakonia constituye una tarea

miento de Benedicto XVI posee intuiciones

esencial en la vida de la Iglesia3.

y desarrollos muy iluminadores y verdadera-

Pero, ¿en qué consiste la diakonia? En un

mente decisivos para responder a la pregunta

esfuerzo por aclarar su naturaleza específica,

que hemos planteado en el título. Su interés

Benedicto XVI responderá a una objeción

por las relaciones entre la Iglesia y el mundo

que algunos han propuesto ante la actividad

—es decir, por la naturaleza de la Iglesia y su

caritativa de la Iglesia y que suele ser formu-

misión específica en la sociedad— y por la re-

lada así: «En vez de contribuir con obras ais-

lación entre fe y política —o sea, por el men-

ladas de caridad a mantener las condiciones

saje de la fe cristiana sobre las realidades polí-

existentes, haría falta crear un orden justo,

ticas, económicas y sociales— ha dado vida a

en el que todos reciban su parte de los bie-

una contribución muy relevante para la Doc-

nes del mundo y, por lo tanto, no necesiten

trina social católica . Pero esta contribución

ya las obras de caridad»4. En otras palabras,

original, en nuestra opinión, no debe buscarse

la Iglesia no debería involucrarse en «obras

en el ámbito de problemas sociales concretos,

aisladas de caridad» sino más bien «crear un

sino en las reflexiones de fondo, en las ideas

justo orden» en términos de justicia social,

claves que brindan un marco teórico adecua-

política y económica, que es aquello de lo que

[3] Allí mismo, 25.

do para entender qué cosa puede y debe hacer

el mundo realmente necesita. Por tanto, esta

[4] Allí mismo, 26.

la Iglesia por la política y qué, por el contra-

debería ser la forma adecuada de entender

[1] El mismo cardenal Ratzinger lo reconocía en 1991 en una conferencia: «A decir verdad, el punto de partida de mi itinerario específico en la investigación teológica me ha parecido a primera vista estar verdaderamente muy distante de esta temática [la doctrina social de la Iglesia]; pero, que tal lejanía era solo aparente se me ha ido haciendo cada vez más claro a medida que reflexionaba» [Svolta per l’Europa? (Cinisello Balsamo: Paoline, 1992, 49]. [2] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 1.

1


Arturo Bellocq

FOCUS 2

la diakonia que es esencial a la misión de la

políticos: ciertamente tiene una contribución

Iglesia. Son dos los argumentos que el Papa

que dar, como se verá luego, pero antes que

ofrece para rechazar esta objeción: que está

todo necesita aclarar las razones de esta in-

equivocado quien pretende un protagonismo

sistencia en su distinción. El fundamento de

directo de la Iglesia en la realización de la jus-

tales afirmaciones siempre es este: «Es propio

ticia social y, sobre todo, que la justicia social

de la “estructura fundamental” del cristianis-

es insuficiente para satisfacer las exigencias de

mo la distinción entre lo que es del César y

la naturaleza humana y, por ende, la caridad

lo que es de Dios (Mt. 22, 21), esto es, entre

siempre será necesaria. Para un católico, el

Estado e Iglesia o, como dice el Concilio Vati-

segundo argumento es casi evidente, pero el

cano II, el reconocimiento de la autonomía de

primero no tanto o, por lo menos, no siempre

las realidades temporales»6. Con la llegada del

ha sido entendido en términos tan claros. Vale

cristianismo y la consiguiente universalidad

la pena seguir de cerca la explicación de Bene-

de la salvación traída por Cristo se disolvió

dicto XVI al respecto que, a nuestro juicio, se

la identidad entre comunidad política y co-

concentra en los tres aspectos fundamentales

munidad religiosa típica de los pueblos anti-

en los que hemos dividido nuestro estudio: las

guos. Además, la religión cristiana trae como

diversas misiones específicas de la Iglesia y de

elemento absolutamente original la «desmiti-

la política; la contribución propia de la Iglesia

ficación del Estado», es decir, la negación del

al orden justo de la sociedad, que consiste en

carácter absoluto de la política, que pretendía

la purificación de la razón; y el papel de los

la absorción de los ámbitos religioso y moral

laicos en la Iglesia y en la política.

con la promesa de una felicidad terrena donde el éxito político era identificado con la victoria

1. La tarea de la política y la misión de la

de los dioses de cada pueblo. En esta óptica,

Iglesia

la idea cristiana de separación entre política y

Los puntos 28-29 de la encíclica contie-

religión era garantía de libertad y también de

nen in nuce todos los elementos para esbozar

racionalidad, ya que no colocaba la esperanza

la identidad de la Doctrina Social según Bene-

del hombre en una realidad política inmanen-

dicto XVI, aun cuando se verán profundiza-

te, sino atribuía a la política la realización de la

dos en otros discursos y documentos. Allí co-

convivencia humanamente posible y situaba a

mienza diciendo que el empeño por la justicia

la verdadera esperanza en la dimensión reli-

[5] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 28. Las mismas expresiones se encuentran en otros discursos importantes, como a la IV Convención Nacional de la Iglesia italiana reunida en Verona (19-X-2006) y el de la V Conferencia General del CELAM en Aparecida (13-V-2007).

es ciertamente «necesario», pero que «El orden

giosa y en las promesas escatológicas7. Esta

justo de la sociedad y del Estado es una tarea

distinción propia y original del cristianismo

principal de la política. […] Tratándose de un

entre el orden religioso y el orden político tie-

quehacer político, esto no puede ser un co-

ne para el Papa dos consecuencias:

[6] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 28. Destaque nuestro.

metido inmediato de la Iglesia. […] La Iglesia

a) Con respecto al Estado: «El Estado no

no puede ni debe emprender por cuenta pro-

puede imponer la religión, pero tiene

pia la empresa política de realizar la sociedad

que garantizar su libertad y la paz en-

más justa posible. No puede ni debe sustituir

tre los seguidores de las diversas reli-

al Estado. […] La sociedad justa no puede ser

giones»8. Sobre este vértice se mueven

obra de la Iglesia, sino de la política»5. Des-

todas las críticas a los sistemas que no

pués de cada una de estas afirmaciones sigue

respetan la libertad religiosa y también

otra que reitera que no deberíamos pensar

a aquellos que, diciendo respetarla,

que la Iglesia sea indiferente a los problemas

imponen en los hechos una ideología

[7] Estas ideas son desarrolladas de manera magistral en Joseph Ratzinger, Chiesa, ecumenismo e política (Cinisello Balsamo: Paoline, 1987), pp. 142-146. En la encíclica Spe salvi insistirá en la «profunda razonabilidad» de una fe que no promete el paraíso en la tierra, pero pone la esperanza en la vida sobrenatural, cuya plenitud llega después de la muerte para el individuo y con el Juicio Final y la nueva creación para todo el mundo. [8] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 28.

11


FOCUS 2

12

[9] De notable claridad son las palabras dirigidas a los representantes de la sociedad británica en Westminster Hall (17-IX2010). [10] Benedicto XVI, A la Convención Nacional de la Iglesia italiana (Verona). Véase también las Palabras al 56º Congreso Nacional de la Unión de Juristas Católicos Italianos (9-XII2006): «Por tanto, a la Iglesia no compete indicar cuál ordenamiento político y social se debe preferir, sino que es el pueblo quien debe decidir libremente los modos mejores y más adecuados de organizar la vida política. Toda intervención directa de la Iglesia en este campo sería una injerencia indebida». [11] Véase las palabras dirigidas al Bundestag (22-IX-2011): «Contrariamente a otras grandes religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. En cambio, se ha remitido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho». [12] Véase: Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana (22-XII2005). [13] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 28. [14] Véase: Benedicto XVI, Discurso a los representantes de la sociedad británica en Westminster Hall: «La tradición católica mantiene que las normas objetivas para una acción justa de gobierno son accesibles a la razón, “prescindiendo del contenido de la revelación”. En este sentido, el papel de la religión en el debate político no es tanto proporcionar dichas normas, como si no pudieran conocerlas los no creyentes. Menos aún proponer soluciones políticas concretas, algo que está totalmente fuera de la competencia de la religión. Su papel consiste más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos». [15] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 29.

secularizante que niega a la religión cualquier influencia cultural9.

Por tanto, «la argumentación racional» y el «despertar las fuerzas espirituales» son la vía

b) Con respecto a la Iglesia, esta «no es ni

a través de la cual la Iglesia se inserta en la

pretende ser un agente político»10, es

lucha por la justicia. ¿Y qué decir del «servi-

decir, no debe indicar, en nombre de la

cio de la caridad»? ¿Por qué no figura como

fe, cómo organizar política y económi-

una contribución de la Iglesia a la justicia so-

camente a la sociedad.

cial? Porque ese no es el fin de las obras de

La razón por la cual la Iglesia no puede

caridad. Estamos frente a dos «áreas diversas»

señalar un tipo de organización social es pu-

de la misión de la Iglesia: el servicio de la ca-

ramente teológica: la fe que ella custodia no

ridad es «un opus proprium suyo, un cometido

incluye en su mensaje una «síntesis política o

que le es congenial, en el que ella no coopera

económica particular», sino una ética y una

colateralmente, sino que actúa como sujeto

visión del mundo que puedan orientar mo-

directamente responsable, haciendo algo que

ralmente —sin determinar políticamente—

corresponde a su naturaleza», mientras que

la búsqueda de una sociedad más justa11. Es

«el establecimiento de estructuras justas no es

históricamente verdadero que no todos los

un cometido inmediato de la Iglesia, sino que

representantes de la Iglesia han sabido aplicar

pertenece a la esfera de la política, es decir,

correctamente este principio y por este motivo

de la razón autorresponsable. En esto, la tarea

Benedicto XVI celebra con audaz humildad el

de la Iglesia es mediata, ya que le correspon-

hecho de que el Vaticano II «recogió de nue-

de contribuir a la purificación de la razón y

vo el patrimonio más profundo de la Iglesia»

reavivar las fuerzas morales, sin lo cual no se

cuando hizo suyo el principio de la libertad re-

instauran estructuras justas, ni éstas pueden

ligiosa afirmado progresivamente en el curso

ser operativas a largo plazo»15. Resumiendo,

de la época moderna12. Nos parece muy sig-

podemos decir que el Papa quiere poner cla-

nificativo el énfasis del Papa en colocar la de-

ramente en evidencia que la Iglesia no debe

terminación de las estructuras sociales justas

crear directamente la sociedad más justa ni

—del derecho— en el ámbito de la recta razón

indicar cómo debe ser construida, porque es-

y no de la fe, que no contiene soluciones con-

tas tareas pertenecen a la política, a la «razón

cretas. Por este motivo, afirma muchas veces

autorresponsable». Al decir esto, la Iglesia no

que la Doctrina Social de la Iglesia «argumenta

quiere quitarle importancia al compromiso

desde la razón y el derecho natural, es decir, a

por un orden social justo; simplemente afir-

partir de lo que es conforme a la naturaleza de

ma que no es esa la misión que su Fundador

todo ser humano»13. Su origen es ciertamen-

le ha confiado. Y, además, no podría siquiera

te la fe —es teología—, y, por lo tanto, puede

hacerlo porque su mensaje no contiene una

servir a la purificación de la razón; pero en el

síntesis política particular. Pero el discurso no

momento de «argumentar», de proponer su

termina aquí: aunque no es su tarea propia, la

visión del mundo, no pretende que sea acep-

Iglesia ofrece una contribución preciosa a la

tada por el hecho de basarse en la Revelación

razón política, «para que ella misma» pueda

sobrenatural, sino que quiere convencer a la

realizar una sociedad justa. Veremos en se-

razón natural, y sabe que puede hacerlo, por el

guida en qué consistirá la modalidad de esta

simple hecho de que las realidades políticas no

colaboración.

son verdades de fe sino pertenecen con pleno derecho a la recta razón14.


Arturo Bellocq

FOCUS 2

2. La purificación de la razón

[16] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 28. [17] Allí mismo. [18] Allí mismo. [19] Véase: Benedicto XVI, Discurso en la Universidad de Ratisbona (12-IX-2006) y también el Discurso en la Universidad de La Sapienza, donde el Papa apela al hombre moderno a recuperar la «sensibilidad por la verdad» escuchando a las «grandes tradiciones religiosas» para encontrar respuestas a las «interrogantes fundamentales de su razón».

como una «fuerza purificadora» que «la ayuda

Cuando distingue los ámbitos de la reli-

a ser mejor en sí misma», a «funcionar» mejor.

gión y de la política, Benedicto XVI describe

Esta es, por tanto, la humilde pretensión de la

la finalidad propia de la política: «La justicia

Doctrina Social: quiere servir a la «formación

es el objeto y, por tanto, también la medida

de las conciencias en la política y contribuir

intrínseca de toda política. La política es más

a que crezca la percepción de las verdaderas

que una simple técnica para determinar los

exigencias de la justicia y, al mismo tiempo,

ordenamientos públicos: su origen y su meta

la disponibilidad para actuar conforme a ella,

están precisamente en la justicia […]. Así,

aun cuando esto estuviera en contraste con si-

pues, el Estado se encuentra inevitablemente

tuaciones de intereses personales»18. El modo

de hecho ante la cuestión de cómo realizar la

en que lleva a cabo esta tarea, pienso que se

justicia aquí y ahora»16. A través de sus insti-

puede resumir en el recurrente «argumentar»,

tuciones, la política debe realizar la justicia en

es decir, «enseñar a pensar» los problemas so-

toda sociedad y en toda época. Pero la justicia

ciales, llamando la atención de la razón sobre

«es de naturaleza ética», sea en la definición de

los verdaderos criterios de justicia para que

su esencia, sea en su realización concreta. Y

ella misma los pueda reconocer.

por el hecho de ser de naturaleza ética es «un

En la encíclica no se ofrecen más detalles

problema que se relaciona con la razón prácti-

sobre cómo contribuye la Iglesia a la purifica-

ca», y es aquí donde es reclamada la fe, porque

ción de la razón. Pero quienes siguen las in-

la razón práctica del hombre —la inteligencia

tervenciones de Benedicto XVI en la materia,

que guía el obrar humano hacia su bien— está

conocerán dos ámbitos cruciales en los que la

siempre amenazada por una «ceguera ética»

fe tiene una palabra que decir:

que le impide ver y realizar aquello que es jus-

a) El concepto mismo de «razón». Ha

to. Si la política fuera una realidad meramente

sido notable el esfuerzo del Papa por

técnica no habría necesidad de una fe que la

evidenciar «la insuficiencia del concep-

purificase: la razón técnica del hombre no pa-

to moderno (o ilustrado como tal) de

rece haber sido amenazada, sino se desarrolla

“razón científica”» que quisiera reco-

con una eficacia asombrosa. ¿En qué consiste

nocer como «científico» —y por tanto

esta «ceguera ética» de la razón? El Papa habla

universal y aceptado por todos— solo

«de la preponderancia del interés y del poder

a aquello que se adecúa al modelo de las

que la deslumbran» y que, de alguna mane-

ciencias empíricas modernas, relegando

ra, la hacen incapaz de encontrar una justicia

a la esfera estrictamente personal —no

que muchas veces es contraria al «interés per-

científica— todas las realidades éticas y

sonal», porque se trata de un bien arduo que

religiosas. Ante este concepto limitado

«siempre exige también renuncias»17. No se

de razón, la invitación del Papa —que

necesita creer en el dogma del pecado original

de otra parte ama reconocer los aspec-

para advertir el oscurecimiento de la inteligen-

tos positivos del «moderno desarrollo

cia y la debilidad de la voluntad hacia el bien

del espíritu»— es a un «engrandeci-

cuando se encuentra en contraste con el inte-

miento de nuestro concepto de razón y

rés personal. Frente a las tentaciones de hacer

de su uso» que pueda «superar la limita-

del interés personal el «criterio último» de de-

ción autodecretada de la razón a aque-

cisión, la fe nos recuerda que la justicia debe

llo que es verificable en el experimento

primar, sobre todo. Pero no lo hace como una

y devolverle nuevamente toda su am-

imposición externa a la razón práctica, sino

plitud», entrando en diálogo con la fe19.

13


FOCUS 2

14

[20] Benedicto XVI, Palabras al 56º Congreso Nacional de la Unión de Juristas Católicos Italianos (9-XII-2006). [21] Benedicto XVI, Discurso en las Jornadas promovidas por el Partido Popular Europeo (30-III2006), donde enumera algunos de ellos: la protección de la vida en todas sus fases, el reconocimiento de la estructura natural de la familia, la protección del derecho padres para educar a sus hijos. [22] Véanse los discursos sobre la ley natural en la Universidad Lateranense (12-II-2007) y ante la “Comisión Teológica Internacional” (5-XII-2008). [23] Véase: Benedicto XVI, “Discurso en las Jornadas promovidas por el Partido Popular Europeo” (30-III-2006). [24] Benedicto XVI, Carta encíclica Deus caritas est, 29. Las mismas expresiones serán utilizadas en el discurso ante la “Convención Nacional de la Iglesia italiana en Verona” y en el “Mensaje a los participantes en la 45º Semana Social de los católicos italianos” (12-X-2007). [25] Juan Pablo II, Carta encíclica Sollicitudo rei socialis (30-XII-1987), 1.

b) El reconocimiento de las «verdades pre-políticas» que fundan toda la vida

3. La Iglesia y los laicos en la vida política

social del hombre. La razón política

Pero si la tarea de la Iglesia como tal en

debe determinar qué es justo aquí y

el ámbito político es «mediata», ¿a quién co-

ahora, pero para hacerlo «presupone»

rresponde de modo «inmediato»? Benedicto

muchas verdades de naturaleza an-

XVI responde claramente: «El deber inme-

tropológica y ética cuyo origen no se

diato de actuar en favor de un orden justo en

encuentra en la política misma, sino

la sociedad es más bien propio de los fieles

en áreas más fundamentales del saber;

laicos». Hasta aquí la respuesta se podía intuir,

como la filosofía y la teología. Benedic-

pero lo interesante viene inmediatamente des-

to XVI se ha referido a estas verdades

pués: “Como ciudadanos del Estado”, están

con diversos nombres: son «los gran-

llamados a participar en primera persona en

des valores que dan sentido a la vida

la vida pública […] y bajo su propia respon-

de la persona y salvaguardan su digni-

sabilidad»24. En efecto, en el ámbito político,

dad»20; que determinan «principios que

los laicos no actúan «en cuanto miembros de

no son negociables»21. En el fondo, se

la Iglesia», como si fueran —entre los otros

trata del contenido de la «ley natural»

componentes de la comunidad eclesial— los

en cuanto fundamento del derecho,

responsables de realizar una acción propia «de

ese «mensaje ético contenido en el ser»

la Iglesia», porque la política no lo es, como se

que «es la fuente de donde brotan, jun-

ha dicho en repetidas ocasiones. Estas con-

tamente con los derechos fundamen-

sideraciones determinan las características

tales, también imperativos éticos que

específicas de la actividad de los laicos en la

es preciso cumplir» a nivel personal y

vida social y también de la actividad de los

social, y que no pueden estar a disposi-

Pastores de la Iglesia. Para los laicos, la voca-

ción de la mayoría de turno22. En este

ción cristiana exige la «responsabilidad» hacia

sentido insiste en el hecho que «estos

la justicia de la sociedad en la que viven, es

principios no son verdades de fe, aun-

decir, hacer «todo lo posible» por promover

que reciban de la fe una nueva luz y

el bien común en el puesto en que se encuen-

confirmación»: son plenamente accesi-

tren. Juan Pablo II había ya hablado de una

bles a la razón, «antes de ser cristianos,

«vocación de constructores responsables de

son humanos» y, por lo tanto, la Iglesia

la sociedad terrena»25, que necesita enten-

no realiza una acción de carácter «con-

derse como parte importante de la vocación

fesional» cuando los defiende, sino una

a la santidad de todo cristiano. Ni la fe ni la

contribución a la rehabilitación de la

Iglesia les dirán qué cosa hacer para mejorar

grave herida causada a la verdad de la

las condiciones sociales, porque la política es

persona humana y a la justicia misma23.

el ámbito de la recta ratio y porque la doctrina

El esfuerzo de la doctrina social por argu-

social no ofrece soluciones precisas. Pero esto

mentar siempre según la razón debe ser, por

no quiere decir que no «deban» adentrarse en

tanto, correspondido por la razón política mo-

estos campos en la medida de su capacidad,

derna con una mayor sensibilidad a la verdad

que, por lo general, son mayores de las que

en toda su amplitud.

pensamos. No lo harán a nombre de la Iglesia, porque no es una obra que pertenezca a


Arturo Bellocq

FOCUS 2

la misión de la Iglesia, sino a su condición de

todos, según la diversidad de tiempos y con-

ciudadanos. Ser cristiano obviamente influye

diciones” (GS 76)»27. La Iglesia, a través de

en su obrar, pero no determinándolo en su

sus pastores, enseña a los fieles a ser buenos

forma «política» –porque eso no forma parte

cristianos, lo que obviamente implica ciertas

del «común denominador» de los cristianos—

«opciones morales ineludibles» en la esfe-

sino del núcleo «moral», como acontece en el

ra social, que si se toman en serio en la vida

resto de actividades humanas que se refieren a

cotidiana tienen una influencia muy concreta

las realidades terrenas26. Por esta razón, cuan-

en el bien común. Pero no quiere decir que

do Benedicto XVI habla de la formación que

sean determinantes «políticamente» en cuan-

los pastores deben dar a los laicos en mate-

to poseen de técnico u opinable. La frontera

ria política insiste en el hecho que «no forma

entre lo moral y lo técnico, entre el acompa-

parte de la misión de la Iglesia la «formación

ñamiento y la indicación concreta, no siempre

técnica» de los políticos. De hecho, hay varias

es clara en nuestro complejo contexto social,

instituciones que cumplen esa función. Su mi-

y aquí la filosofía y la teología son llamadas

sión es, sin embargo, “emitir ´un juicio moral`

para ayudar a las estructuras pastorales a una

[26] Véase: Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida pública (24-XI-2002), 3.

también sobre las cosas que afectan al orden

«formación de conciencias» que no traspase la

político, cuando lo exijan los derechos funda-

legítima autonomía de los laicos, hoy más que

mentales de la persona o la salvación de las

nunca necesaria para estimular la iniciativa y el

[27] Benedicto XVI, Discurso en la 24ª Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos (21-V-2010).

almas, aplicando todos y sólo aquellos medios

sentido de la responsabilidad.

que sean conformes al Evangelio y al bien de

15


Año X. n. 21

ZOOM

zoom

16

EL VALOR POLÍTICO DE LA LECTIO MAGISTRALIS DE BENEDICTO XVI EN RATISBONA S.E. Mons. Giampaolo Crepaldi

Presidente del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân

P

uede parecer extraño comenzar presentando el pensamiento político de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) a partir de un texto que no es directamente político. La Lectio de Ratisbona (12 de setiembre de 2006) es un texto de epistemología que aborda el tema

de la unidad del conocimiento y, dentro de ese marco, la relación entre razón y fe. El contexto en el que se pronunció fue académico, pero su significado fue mucho más allá del problema de la relación entre las disciplinas. Después de todo, la cuestión no es inmediatamente política, sino ante todo teológica. Desde este punto de vista, consiste en considerar si el mundo puede auto-basarse y construirse a partir de sí mismo. La Lectio magistralis leída por Benedicto

XVI en la Universidad de Regensburg proporciona el marco filosófico y teológico fundamental y sintético dentro del cual es posible situar también la problemática política. El punto de partida de la Lectio de Ratisbona fue la constatación de la existencia de la «cohesión interna del cosmos de la razón». Esto justifica la existencia de la universidad, ya que las diversas disciplinas no persiguen objetivos particulares, sino que colaboran entre sí en la búsqueda de la verdad. Este «cosmos de la razón», se afirma, retomando una idea del Cardenal Newman sobre la universidad, no puede prescindir de la cuestión de Dios, sin la cual corre el riesgo de desintegrarse. Desintegrarse en este caso significa que los diversos saberes ya no están abiertos para recibir luz del «marco de conocimiento», ya no pueden abrirse más allá de sí mismos, sino que se cierran a sí mismos en sus propios lenguajes y en sus propios resultados. Es el tema de la autolimitación de la razón en la que tanto el teólogo como el pontífice Ratzinger insistieron larga y profundamente. Tengamos en cuenta esta dinámica que, como veremos, también se refiere a la razón pública. El segundo pasaje de la Lectio es, como es conocido, la cita de una frase del emperador bizantino Michael II Paleólogo en disputa con un musulmán: «No actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios», con lo cual se establece el pacto entre Dios y la razón humana, porque Dios es la Verdad. Aquí Ratzinger habla tanto a la religión como a la razón. Hay religiones que presentan a Dios como irracional, evitando así encontrarse con la razón. Pero también hay razones que han perdido interés en «la cohesión interna del cosmos de la


S.E. Mons. Giampaolo Crepaldi

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razón» y ya no se hacen la pregunta sobre Dios. En el primer caso, la religión no es verdadera, en el segundo caso, la razón tampoco lo es. La verdad de la razón y la religión están juntas. El tercer pasaje es la afirmación de la característica fundamental de la religión cristiana, que desde el principio se ha relacionado no con otras religiones de mitos, sino con la filosofía griega y con la religión judía, ambas en tensión hacia el Dios verdadero y único. El cristianismo se encontró con una razón que no había silenciado la pregunta sobre Dios, sino que había emprendido la búsqueda de la «cohesión interna del cosmos de la razón». De esta manera, el cristianismo se encontró con la metafísica, de la que no puede prescindir, porque de lo contrario la naturaleza radical de la cuestión de la razón fracasaría y se debilitaría a sí misma, perdiendo de vista el problema de Dios. El cuarto pasaje es la denuncia de la deshelenización de la fe cristiana, iniciada en la edad moderna, al separarla de la razón. La razón moderna ha «autodecretado» su propia «autolimitación» —ambos términos se repiten en el texto de Ratisbona—, ha silenciado la radicalidad de la pregunta sobre Dios y ha sido pensada fuera de la fe. Cuando la razón se coloca fuera de la fe, inevitablemente se convierte en positivismo, es decir, en una razón fáctica y cuantitativa. Relega la religión a una subcultura, pero al hacerlo, no se convierte en neutral respecto de la religión, sino que se convierte ella misma en religión. Bien visto, tenemos en este libro una presentación completa del camino que la razón política puede lograr y que, en los tiempos modernos, realmente ha logrado. Muchos creen que la partida de nacimiento de la modernidad es un acto de orgullo; la repetición del pecado original. Con este acto de orgullo, la razón política, siguiendo en esto a la razón tout court, se emancipa de Dios, absolutizándose. No es posible emanciparse de Dios sin absolutizarse, porque no hay neutralidad con respecto a Él. Una vez que se ha eliminado la pregunta sobre Dios, propia de la razón metafísica, la razón política pretende ser la fundadora de sentido, pero dada su capacidad reducida, debe reducir el espesor de este sentido, para que sea proporcional a sí misma. Para autofundamentarse la razón política debe reducirse a políticas de «procedimiento» y democracia «formal» y es el equivalente político de lo que le sucede a la razón como tal. Esta, para absolutizarse, debe reducir su ámbito de dominio hasta convertirse en razón positivista. Así también ocurre en la razón política cuando, eliminada la tensión metafísica, para ser absoluta, debe ejercitarse en un ámbito restringido y aparentemente dominable; el procedimental. Al hacerlo, sin embargo —y con esto el círculo se cierra— la razón política no deja de ser teológica, o sea de tener una relación con lo absoluto, sino inevitablemente adquiere el carácter de otro absoluto, ideológico y ya no religioso, del mismo valor absoluto de una religión. Sucede entonces que la razón política se vuelve arrogante y violenta, precisamente en el momento en que elimina todas las relaciones con significados y valores que van más allá de la experiencia empírica y el cómputo de votos en las elecciones políticas. Por lo tanto, en la conferencia de Ratisbona se propone un esquema confirmado en el [1] Véase: “Il posto di Dio nel mondo secondo Joseph RatzingerBenedetto XVI”, en Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, Il posto di Dio nel mondo. Potere, politica, legge, a cargo de Stefano Fontana, (Siena: Cantagalli, 2013).

campo de la razón política: el rechazo de una apelación que viene desde el exterior; intentos de autofundamentación y autolimitación con el fin de autofundamentarse; la arrogancia negativa, esto no es porque se quiera afirmar algo, sino porque no se acepta que se afirme alguna cosa1.

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Año X. n. 21

FOCUS 3

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E

l tema de la ley natural es uno de los

La referencia a la ley natural como la

motivos más recurrentes en los discur-

base del Estado y las leyes

sos de Benedicto XVI. Es un concepto

Dirigiéndose al Parlamento alemán, Be-

fundamental porque nos habla de la fiabili-

nedicto XVI reflexiona sobre la relación en-

dad de la razón humana y por lo tanto, de la

tre la razón y el derecho, es decir, entre las

posibilidad misma del razonamiento teológi-

leyes y la justicia. Todo orden jurídico debe

co, así como del filosófico. Aquí desarrolla-

fundarse en la justicia, por lo tanto, en un

mos algunas consideraciones a partir de la

orden racional que reconozca la inviolabilidad de algunos principios fundamentales en

EL DERECHO NATURAL EN BENEDICTO XVI

defensa y promoción del hombre. «La política debe ser un compromiso por la justicia y crear así las condiciones básicas para la paz»1. Por esta razón, aquellos que tienen responsabilidades políticas no pueden concebir la actividad legislativa o gubernamental como basada sobre su propia voluntad. Esta actividad debe basarse en el reconocimiento de algunos parámetros esenciales con el

Gianluca Guerzoni

Facultad teológica de Emilia-Romaña Bolonia

objetivo de respetar y promover al hombre. La Biblia nos propone el ejemplo de Salomón que, en el momento de convertirse en rey, pide el don de la sabiduría, consciente de

[1] Benedicto XVI, Discurso al Parlamento Federal en el Reichstag de Berlín, 22 de setiembre de 2011. [2] Allí mismo.

intervención en el Bundestag alemán el 22 de

que el primer requisito para su alta función

setiembre de 2011, que está relacionada con

es saber distinguir entre el bien y el mal. Si

el discurso anterior del 12 de setiembre de

este no fuera el caso y la ley se concibiera

2006 en la Universidad de Ratisbona, dirigi-

como totalmente disponible al arbitrio hu-

do a los representantes de la ciencia. La pri-

mano, incluso en un orden democrático, ter-

mera contribución destaca la urgencia de la

minarían por reinar la opresión y la injusticia,

referencia a la ley natural en función de una

como lo demostró el ejemplo de la propia

orientación en la gestión del Estado y en la

Alemania. Por estas razones, el concepto de

promulgación de leyes; en la segunda se en-

ley natural tiene una importancia estructural

fatiza el vínculo entre la teoría de la ley natu-

en todo contexto social y político, porque

ral y el pensamiento griego, con los cuales se

nos recuerda que la ley no es solamente el

ha unido la teología cristiana, contribuyendo

resultado de la decisión humana y que los

decisivamente a fundar el pensamiento oc-

valores no dependen de la ley, sino que es

cidental. Es evidente la relevancia de este

al contrario, de modo que no todo lo que

tema, que se presenta cada vez más como el

es legal necesariamente será justo: «La idea

punto de apoyo necesario para construir una

del derecho natural se considera hoy una

sociedad justa, sobre la base de una razón

doctrina católica más bien singular, sobre la

abierta a la verdad y por lo tanto, a la justicia

que no vale la pena discutir fuera del ámbito

y al encuentro con el otro.

católico, de modo que casi nos avergüenza hasta la sola mención del término»2. Esto es


FOCUS 3

Gianluca Guerzoni

el resultado de varios factores, entre ellos la

blecerse a nivel antropológico: «existe tam-

idea, ahora generalmente aceptada, de que el

bién una ecología del hombre»6. De hecho,

conocimiento científico y tecnológico es la

no todo está en consonancia con su natura-

forma más elevada de conocimiento o el úni-

leza, ni le permite realizar sus aspiraciones

co verdaderamente confiable, ya que se basa

legítimas, ni cualquier acción que realice o

exclusivamente en ciertos datos proporcio-

sufra; favorece un desarrollo auténtico de su

nados por la experimentación.

persona. La libertad humana, explica Bene-

Esta idea va de la mano con aquella, según

dicto XVI, se pierde en varios lugares si no

la cual: existe un abismo insuperable entre el

se pone en búsqueda y escucha de la verdad

ser y el deber ser y que sostiene que entre la

del hombre, amoldándose a ella, para respe-

acción del hombre y el ser de las cosas no

tar y promover sus orientaciones fundamen-

se puede establecer relación alguna. Entre la

tales. En esta luz, la conciencia del hombre,

naturaleza y la ley moral no existiría ningún

como capacidad de expresar un juicio sobre

tipo de conexión, de modo que incluso la ley

el bien a realizar, es definida como «la razón

se basa no en la razonabilidad, sino solo en

abierta al lenguaje del ser»7.

la voluntad, pues «el ethos y la religión han

Con frecuencia, esta concepción es acu-

de ser relegados al ámbito de lo subjetivo»3.

sada de reducir la verdadera libertad, que se-

Es la teoría iuspositivista de Hans Kelsen,

ría, por esencia, autorreferencial. Debe abrir-

recordada en el discurso del Pontífice, que

se paso a través de mil objeciones, que hacen

entiende al derecho como puro, porque está

imprescindible una confrontación pública

separado de cualquier criterio externo a él y

que sería esencial para alcanzar una sensibi-

se remite solo al libre albedrío de los indivi-

lidad compartida. La civilización occidental,

duos. El peligro de este voluntarismo radical

que al principio dio espacio a estos valores,

radica en la naturaleza arbitraria de las leyes,

terminó por perder su referencia, encerrán-

en la falta de sumisión a criterios de justicia

dose en una racionalidad instrumental. La

y, en consecuencia, en la opresión de los más

recuperación de una razón abierta, capaz de

débiles. Se basa en la idea de que no hay un

cuestionarse sobre lo verdadero y sobre lo

bien humano siempre igual a sí mismo en

bueno, es el requisito previo para evitar la

sus coordenadas fundamentales. Pero, por el

decadencia de las costumbres, la cultura y las

contrario, «el hombre no es solamente una

instituciones.

libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad,

El encuentro providencial entre la fe

pero también naturaleza, y su voluntad es

cristiana y la filosofía griega

justa cuando él respeta la naturaleza»4.

En una mención en el discurso al Parla-

Para recuperar esta conciencia «es nece-

mento alemán, pero más a fondo en la lec-

saria una discusión pública»5 que se centre

ción de Ratisbona, Benedicto XVI recuerda

en la búsqueda de la verdad sobre el bien

las raíces de la tradición de pensamiento tí-

del hombre. En el nivel de la naturaleza, en-

pica del Occidente cristiano, que fue capaz

tendido como ambiente, esto es evidente:

de combinar el pensamiento cristiano con la

no todo comportamiento conduce a buenas

concepción romana del derecho y con la filo-

consecuencias; no todos los actos son indife-

sofía griega. Retomar estas raíces significa la

rentes, pero deben ser aprobados y declara-

reapropiación de una razón que se pregunta

[6] Allí mismo.

dos legales solo si benefician al equilibrio del

por los fundamentos del ser y sus leyes fun-

[7] Allí mismo.

ecosistema. Este criterio también debe esta-

damentales. «En la historia, los ordenamien-

[3] Allí mismo. [4] Allí mismo. [5] Allí mismo.

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FOCUS 3

20

tos jurídicos han estado casi siempre moti-

la filosofía griega superó la ética homérica,

vados de modo religioso: sobre la base de

expresando la conciencia de que la vida hu-

una referencia a la voluntad divina, se decide

mana no consiste en el cuerpo y no se reduce

aquello que es justo entre los hombres»8. Por

a su vida física, sino que yace en su alma.

el contrario, el cristianismo nunca ha im-

Por esta razón, las reglas de la vida humana

puesto un derecho derivado de la Revelación

y la moralidad no pueden reducirse a lo es-

divina al Estado y a la sociedad, sino que ha

tablecido por el Estado, sino que deben res-

apelado a la naturaleza y a la razón como las

ponder a un criterio de racionalidad. Según

verdaderas fuentes de la ley. Este evento es

Sócrates, no es posible actuar injustamente y

de una importancia difícil de sobreestimar,

ser feliz, más, como el hombre es su alma, es

ya que ha permitido el surgimiento de un

preferible sufrir la injusticia que cometerla.

área de autonomía y libertad para el hombre,

El hombre que vive injustamente no puede

así como el desarrollo del liberalismo y el

ser feliz: esta es la ley de la razón que implica

mercado libre dentro del mundo occidental.

una autoeducación continua y una búsqueda

Esta adquisición está también en la base del

incesante de la bondad y la belleza, ejemplifi-

reconocimiento y de las declaraciones de los

cada por la figura de Sócrates, que vive como

derechos humanos, que expresan la dignidad

un buscador de la verdad.

intrínseca de todo ser humano.

Benedicto XVI cita al platonismo cuan-

La armonía entre razón objetiva y razón

do, a propósito del supuesto absolutismo

subjetiva, propuesta en este sistema de pen-

atribuido hoy al saber teológico, afirma que

samiento, implica que ambas esferas se fun-

tal visión tiene una raíz platónica que, a tra-

dan en la Razón Creadora de Dios. Esto está

vés de una relectura cartesiana y de la unión

vinculado con el movimiento filosófico del

con el empirismo, lee los fenómenos huma-

estoicismo, que se desarrolló a partir del si-

nos a la luz del saber matemático y hace a

glo II a. C. en el ámbito del Imperio Romano

la naturaleza totalmente disponible al hom-

y formó la base de la antigua ley romana, en

bre. Y es así como la «razón positivista […]

donde afirma que hay una razón que regula

se presenta de modo exclusivo y […] no es

todas las cosas, una ley universal que puede

capaz de percibir nada más que aquello que

ser captada por la razón del hombre y seguir-

es funcional»9, al punto de reducir la inves-

la significa vivir según la virtud. La tradición

tigación metafísica y la búsqueda de la ver-

cristiana pronto hizo suya esta concepción,

dad sobre Dios y el hombre a pura veleidad,

vinculándola a la fe bíblica en la creación y

despojada de cualquier autoridad. Esta con-

en la sabiduría divina que impregna y regula

cepción, sin embargo, difiere completamen-

todas las cosas.

te del pensamiento de Platón, el cual, en el

El Cristianismo, Roma y Atenas: son

Timeo, sostiene que el conocimiento de los

los tres ingredientes que han dado forma a

fenómenos naturales, a diferencia del relati-

[8] Allí mismo.

la identidad europea y a la cultura occiden-

vo al mundo de las Ideas, puede alcanzar el

[9] Allí mismo.

tal y que deben redescubrirse para refundar

máximo grado de verosimilitud10.

[10] [Nota del Traductor: Del conocimiento del mundo sensible proviene la doxa, la opinión «verosímil» pero no necesaria ni plenamente verdadera. El conocimiento anamnético del mundo inteligible sí es, en cambio, plenamente verdadero, aunque, como es obvio, no evidente ni aparente. Sin embargo, como el autor apuntará líneas después, el conocimiento sensible verosímil no es por eso anulado o despreciado].

una sociedad basada en la razón y no en la

Remitiéndose a esta tradición, Benedic-

arbitrariedad. La concepción cristiana del

to XVI toma una afirmación que el propio

hombre y del mundo, unida a la concepción

Platón pone en los labios de Sócrates en uno

romana de la ley, ha recogido el legado de la

de sus diálogos. En el Fedón, donde se expre-

filosofía griega con su búsqueda de la ver-

san las importantes concepciones platónicas

dad y su referencia a la razón. Con Sócrates,

sobre la inmortalidad del alma y sobre la


FOCUS 3

Gianluca Guerzoni

[11] Platón, Fedón, 90 c-d. [12] Giovanni Reale, Introduzione al Fedone (Milán: Bompiani, 2011), 37. [13] Aristóteles, XI, 6, 1062b.

Metafísica,

[14] Benedicto XVI, Encuentro con los representantes de la ciencia, Ratisbona, 12 de setiembre de 2006.

doctrina de las Ideas, Sócrates afirma: «Sería

cuanto que «el hombre es la medida de todas

bastante comprensible si uno, por razón de

las cosas»13. Esto determina una praxis po-

tantas cosas equivocadas, por el resto de su

lítica funcional al interés personal no preo-

vida tomase odio a todo discurso sobre el ser

cupada por el bien de la pòlis; a la que Pla-

y lo denigrase. Pero de esta manera perdería

tón se opone resueltamente, mostrando que

la verdad del ser y sufriría un gran daño»11.

el camino trazado por los sofistas conduce

Razonar acerca del ser significa para el Só-

a un bien externo, fugaz y no compartido.

crates platónico investigar el mundo de las

La refutación del relativismo es el elemen-

Ideas, sin referencia al cual todo conocimien-

to fundamental que lleva a Benedicto XVI a

to humano no es más que apariencia y falibi-

apreciar el pensamiento griego clásico, que

lidad. Al hablar de las Ideas, que representan

tiene como eje la búsqueda de una vida se-

el prototipo de lo que experimentamos con

gún el lògos. Es el principio y el fundamento

los sentidos, Platón no nos quiere llevar a

de todas las cosas, de modo que no actuar

abstraernos de este mundo ni a despreciarlo.

de acuerdo con la razón debe considerarse

Su propósito principal, de hecho, es consti-

contrario a la naturaleza misma de Dios.

tuir un pensamiento y una ética que sirvan de

«Pienso —concluye Benedicto XVI—

base para una política saludable, una conduc-

que en este punto se manifiesta la profunda

ta de la ciudad que le permita a uno vivir de

consonancia entre lo griego en su mejor sen-

acuerdo con la justicia y la rectitud. «La doc-

tido y lo que es fe en Dios según la Biblia»14.

trina de las Ideas, por lo tanto, marca la su-

Para la construcción del bien común y de una

peración del subjetivismo: la «medida» de las

base compartida de valores auténticamente

cosas no es el hombre, el sujeto conocedor,

humanos, es necesario redescubrir la profun-

sino la «naturaleza», la «esencia», la «Idea» o

da concordancia entre la concepción bíblica

la «Forma de las cosas mismas”»12.

del hombre y los elementos tradicionales de

En el Fedón, Platón nos invita a hacer una

la cultura europea que han hecho posible el

«segunda navegación» que nos lleva a alcan-

reconocimiento de la dignidad primordial de

zar primero el plano de las Ideas y luego el de

toda persona humana, y la expresión de esta

los Principios, es decir, el plano supremo, a

dignidad en las declaraciones de derechos

través del cual descubrimos que la causa real

humanos. Esta tradición, hoy fuertemente

de las cosas no está dada por los elementos

cuestionada, puede recuperarse mediante

físicos, que son más bien de concausas, sino

una escucha sincera de la conciencia en la

por los elementos puramente inteligibles, es

que se inscribe la ley natural, que lleva, según

decir, por el origen y la esencia misma de

Benedicto XVI, a reconocer que el ser no es

las cosas. En su reflexión y debate filosófi-

mudo sino que contiene un mensaje, que la

co, Platón se opone al pensamiento de los

naturaleza no es materia pura sin significado

sofistas que, teniendo en mente a Protágo-

sino que transmite una posibilidad de signifi-

ras, afirman que todo es relativo al sujeto, en

cado y plenitud.

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Año X. n. 21

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FRANCISCO EN COLOMBIA: LA PAZ SE CONSIGUE CON EL BIEN COMÚN, LA JUSTICIA Y EL RESPETO DE LA NATURALEZA HUMANA Manuel Ugarte Cornejo

Centro de Pensamiento Social Católico Universidad Católica San Pablo

D

espués de 31 años un Papa volvió a Colombia. Francisco estuvo allí cinco días, entre el 6 y 11 de setiembre de 2017, y visitó las ciudades de Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena. Fue tanta la expectativa que generó entre la población que a su primera

Misa en Bogotá asistieron más de un millón de personas. A ellos y al resto de colombianos que lo siguieron durante esos días, les dirigió constantemente un mensaje cristiano de reconciliación y unidad. Respecto de este tema, en su encuentro con autoridades y diplomáticos, expresó su «apre-

cio por los esfuerzos que se hacen, a lo largo de las últimas décadas, para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de reconciliación»1. «En el último año —agregó el Pontífice— ciertamente se ha avanzado de modo particular; los pasos dados hacen crecer la [1] Francisco. Viaje apostólico a Colombia: Encuentro con las autoridades (Plaza de Armas de la Casa de Nariño, Bogotá, 7 de setiembre de 2017). Recuperado de: http://w2.vatican. va/content/francesco/es/speeches/2017/september/documents/ papa-francesco_20170907_viaggioapostolico-colombia-autorita.html. [2] Allí mismo. [3] Allí mismo. [4] Francisco. Viaje apostólico a Colombia: Santa Misa (Terreno Catama, Villavicencio, 8 de setiembre de 2017). Recuperado de: http://w2.vatican.va/content/francesco/ es/homilies/2017/documents/ papa-francesco_20170908_omelia-viaggioapostolico-colombiavillavicencio.html.

esperanza, en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos»2. Luego enfatizó que para que haya convivencia pacífica se necesita «colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común»3. Este aliento que llevó el Papa al proceso de paz y reconciliación en Colombia fue algo muy esperado por los fieles colombianos. A ellos les explicó que «la reconciliación no es una palabra que debemos considerar abstracta; si esto fuera así, solo traería esterilidad, traería más distancia. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto»4. A continuación, añadió que «esto no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos. No es legitimar las injusticias personales o estructurales. El recurso a la reconciliación concreta no puede servir para acomodarse a


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Manuel Ugarte Cornejo

situaciones de injusticia»5. La verdadera reconciliación «se concreta y consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer esa esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso»6. Francisco dejó claro que la consolidación de la paz social es un proceso arduo y necesita de valores cristianos. «[…] Las heridas hondas de la historia —dijo— precisan necesariamente de instancias donde se haga justicia, se dé posibilidad a las víctimas de conocer la verdad, el daño sea convenientemente reparado y haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes. Pero eso solo nos deja en la puerta de las exigencias cristianas. A nosotros cristianos se nos exige generar “desde abajo” un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, responder con la cultura de la vida y del encuentro»7. Desafíos sociales

El Papa también alentó a la sociedad colombiana en su lucha contra flagelos sociales como el narcotráfico. «Este mal atenta directamente contra la dignidad de la persona humana y va rompiendo progresivamente la imagen que el Creador ha plasmado en nosotros. Condeno con firmeza esta lacra que ha puesto fin a tantas vidas y que es mantenida y sostenida por hombres sin escrúpulos. […] Hago un llamado para que se busquen los modos para terminar con el narcotráfico que lo único que hace es sembrar muerte por doquier truncando tantas esperanzas y destruyendo tantas familias»8. Además del narcotráfico, el Papa condenó otros «dramas» como «la devastación de los recursos naturales y la contaminación; la tragedia de la explotación laboral; el blanqueo ilícito de dinero así como en la especulación financiera, que a menudo asume rasgos perjudiciales y demoledores para enteros sistemas económicos y sociales, exponiendo a la pobreza a millones de hombres y mujeres; la prostitución que cada día cosecha víctimas inocentes»9. También pidió contrarrestar «la abominable trata de seres humanos, los delitos y abusos contra los menores, la esclavitud que todavía difunde su horror en muchas partes del mundo, la tragedia frecuentemente desatendida de los emigrantes con los que se especula indignamente en la ilegalidad»10. [5] Allí mismo. [6] Allí mismo. [7] Francisco. Viaje apostólico a Colombia: Santa Misa (Área portual del Contecar, Cartagena de Indias, 10 de setiembre de 2017). Recuperado de: http:// w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2017/documents/ papa-francesco_20170910_omeliaviaggioapostolico-colombiacartagena.html. [8] Allí mismo. [9] Allí mismo. [10] Allí mismo. [11] Francisco. Viaje apostólico a Colombia: Encuentro con las autoridades (Plaza de Armas de la Casa de Nariño, Bogotá, 7 de setiembre de 2017). Recuperado de: http://w2.vatican. va/content/francesco/es/speeches/2017/setember/documents/ papa-francesco_20170907_viaggioapostolico-colombia-autorita.html.

¿Cómo enfrentar estos males sociales? Con los principios evangélicos de la justicia, la paz, y el respeto por la vida humana y la familia, dijo el Papa. «La Iglesia, en fidelidad a su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien de todos. Es consciente de que los principios evangélicos constituyen una dimensión significativa del tejido social colombiano, y por eso pueden aportar mucho al crecimiento del país; en especial, el respeto sagrado a la vida humana, sobre todo la más débil e indefensa, es una piedra angular en la construcción de una sociedad libre de violencia. Además, no podemos dejar de destacar la importancia social de la familia, soñada por Dios como el fruto del amor de los esposos, “lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros”11». Importancia de la familia

De esta manera, y como en anteriores ocasiones, el Papa Francisco defendió la importancia de la familia para la sociedad. «Pienso en las familias colombianas—dijo Francisco—, en la defensa de la vida desde el vientre materno hasta su natural conclusión, en la plaga de la

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violencia y del alcoholismo, no raramente extendida en los hogares, en la fragilidad del vínculo matrimonial y la ausencia de los padres de familia con sus trágicas consecuencias de inseguridad y orfandad. Pienso en tantos jóvenes amenazados por el vacío del alma y arrastrados en la fuga de la droga, en el estilo de vida fácil, en la tentación subversiva»12. A las familias les ofreció el amor de Cristo. «[…] ¿Qué otra cosa más fuerte se puede ofrecer a la familia colombiana que la fuerza humilde del Evangelio del amor generoso que une al hombre y a la mujer, haciéndolos imagen de la unión de Cristo y su Iglesia, transmisores y guardianes de la vida? Las familias tienen necesidad de saber que en Cristo pueden volverse árbol frondoso capaz de ofrecer sombra, dar fruto en todas las estaciones del año, anidar la vida en sus ramas»13.

[12] Francisco. Viaje apostólico a Colombia: Encuentro con los obispos (Salón del Palacio Cardenalicio, Bogotá, 7 de setiembre de 2017). Recuperado de: http://w2.vatican.va/content/ francesco/es/speeches/2017/ setember/documents/papa-francesco_20170907_viaggioapostolico-colombia-vescovi.html. [13] Allí mismo.

Así llegó el Papa al final de su visita pastoral, acogido por un pueblo fervoroso y también por las autoridades políticas como el presidente Juan Manuel Santos quien agradecido por su visita, al despedirse le dijo: «hoy Colombia es un país distinto, gracias a su visita», y resaltó el mensaje que el mismo Francisco dijo: «Si Colombia quiere una paz estable y duradera tiene que dar con urgencia el paso hacia el bien común, la equidad, la justicia y el respeto de la naturaleza humana».


NORMAS EDITORIALES PARA AUTORES INFORMACIÓN GENERAL

1. El Boletín de Doctrina Social de la Iglesia (Edición en español para América Latina) es una revista publicada por el Centro de Pensamiento Social Católico de la Universidad Católica San Pablo y el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia. 2. Este Boletín tiene una periodicidad semestral y pública artículos académicos que buscan desarrollar la investigación o el análisis interdisciplinar sobre temáticas que requieren la participación de la Enseñanza Social de la Iglesia Católica y las ciencias sociales. 3. El Boletín mantiene una relación editorial directa con la publicación matriz en italiano Bollettino di Dottrina Sociale della Chiesa editada por el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia. 4. Los artículos académicos que se publican pueden ser: investigaciones teóricas y/o empíricas, reflexiones teóricas, estudios de caso, artículos, ensayos, recensiones y crónicas informativas. 5. Solo se publicarán artículos académicos inéditos escritos originalmente en castellano, o producto de la traducción al castellano de la publicación matriz Bollettino di Dottrina Sociale della Chiesa. 6. El Boletín no suscribe necesariamente el contenido de los artículos publicados, ellos son responsabilidad de sus autores en todos los aspectos como el punto de vista, la información empleada, el tratamiento académico de los datos o teorías expuestos y las conclusiones. 7. Este Boletín está dirigido a la comunidad académica interesada en conocer el avance de la investigación y el análisis de temáticas que requieren la participación interdisciplinaria de la Enseñanza Social de la Iglesia y las ciencias sociales. NORMAS DE PRESENTACIÓN

8. Los autores interesados en publicar en este Boletín deberán considerar que su artículo debe circunscribirse a la temática explicada en el punto 2 del presente instructivo, y ser inédito en su versión en castellano. Además debe observar las siguientes características: 9. La extensión de los artículos debe estar entre 15.000 y 20.000 caracteres contando espacios. En esta extensión se incluirá tanto el cuerpo del artículo como las notas, tablas, gráficos, bibliografía y anexos. 10. Los artículos llevarán un resumen de entre 100 y 150 palabras, y entre 3 y 5 palabras clave. Tanto el resumen como las palabras clave y el título deben presentarse adicionalmente en inglés. 11. El uso de cursiva se limitará a títulos de obras y palabras en otros idiomas. El uso de comillas se hará con los signos « ». Se empleará la numeración arábiga para cifrar los subapartados que pueda presentar el artículo. 12. Las imágenes o tablas incluidas en los trabajos deben estar libres de derechos de autor y numeradas en el pie de las mismas. Asimismo, se aconseja que los autores envíen las imágenes también por separado. 13. En cuanto a la estructura del artículo, primero debe considerarse el título, luego el nombre del autor o autores (a pie de página una pequeña biodata que consigne estudios, trabajos, cargos destacados, filiaciones institucionales, grupos de investigación, dirección de correo electrónico), el resumen, las palabras clave y la traducción al idioma inglés de estos dos últimos. CITAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

14. Las citas y referencias bibliográficas se realizarán utilizando el Chicago Manual of Style para revistas de ciencias sociales con notas al pie de página y, si se considera necesario, una bibliografía al final del documento. A. Para libros de un autor: A.1. Cita a pie de página Numeración automática de cita. Nombre y Apellido, Título (Ciudad: Editorial, año), página citada. Ejemplo: 1. Massimo Serretti, Naturaleza de la comunión (Arequipa: Universidad Católica San Pablo, 2011), 115. A.2. Bibliografía Apellido, Nombre. Título. Ciudad: Editorial, año. Ejemplo: Serretti, Massimo. Naturaleza de la comunión. Arequipa: Universidad Católica San Pablo, 2011.

B. Para un capítulo de libro: B.1. Cita a pie de página Numeración automática de cita. Nombre y Apellido, “Título del capítulo”, en Título del libro, ed. Nombre del editor (Ciudad: Editorial, año), página citada. Ejemplo: 1. Rafael Sánchez-Concha, “Los santos y las concepciones políticas y sociales en el Perú virreinal”, en Raíces Católicas del Perú, ed. Francisco Rizo Patrón et al. (Lima: Vida y Espiritualidad, 2001), 103. B.2. Bibliografía Apellido, Nombre. “Título del capítulo”. En Título del libro, editado por Nombre del editor, páginas del capítulo. Ciudad: Editorial, año. Ejemplo: Sánchez-Concha, Rafael. “Los santos y las concepciones políticas y sociales en el Perú virreinal”. En Raíces Católicas del Perú, editado por Francisco Rizo Patrón, Ricardo Narváez, Rafael Sánchez-Concha y Ricardo Cubas, 81-108. Lima: Vida y Espiritualidad, 2001. C. Para un artículo en revista impresa: C.1. Cita a pie de página Numeración automática de cita. Nombre y Apellido, “Título del artículo”, Nombre de la revista, número, volumen (Ciudad: Editorial, año): página citada. Ejemplo: 1. Angel Galindo, “La lógica del don en la economía: ejemplos y modelos”, Boletín de Doctrina Social de la Iglesia, nº 25 (Arequipa: Universidad Católica San Pablo y Observatorio Internacional Card. Van Thuân, 2008): 112-115. C.2. Bibliografía Apellido, Nombre. “Título”. Nombre de la revista número, volumen (Ciudad: Editorial, año): página de inicio y final del artículo. Ejemplo: Galindo García, Angel. “La lógica del don en la economía: ejemplos y modelos”. Boletín de Doctrina Social de la Iglesia, nº 25 (Arequipa: Universidad Católica San Pablo y Observatorio Internacional Card. Van Thuân, 2008): 112-115. D. Para un artículo online: D.1. Cita a pie de página Numeración automática de cita. Nombre y Apellido, “Título del artículo”, Nombre de la publicación online, fecha y/o volumen, consultada en mes día, año, dirección web o DOI. Ejemplo: 1. Giampaolo Crepaldi, “La actualidad de la doctrina social de la Iglesia y las urgencias de nuestra época”, Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân, julio 11, 2013, consultado en enero 31, 2014. http://www.vanthuanobservatory.org/notizie-dsc/notizia-dsc.php?lang=es&id=1706. D.2. Bibliografía Apellido, Nombre. “Título”. Nombre de la publicación online, fecha y/o volumen. Consultada en mes día, año. Página de internet o DOI. Ejemplo: Crepaldi, Giampaolo. “La actualidad de la doctrina social de la Iglesia y las urgencias de nuestra época.” Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân. Julio 11, 2013. Consultado en enero 31, 2014. http://www.vanthuanobservatory.org/notizie-dsc/notizia-dsc.php?lang=es&id=1706. PROCESO EDITORIAL

15. Los autores interesados en publicar en este Boletín deberán enviar sus artículos en formato electrónico compatible con Microsoft Word al correo electrónico: cpsc@ucsp.edu.pe (Tamaño de página: A4. Letra: Times New Roman, tamaño 12. Espacio: 1,5 líneas. Margen: 3 cm en todos los costados). 16. Si los artículos cumplen con las normativas editoriales del Boletín, pasarán a ser evaluados por dos expertos en el tema abordado (elegidos por el comité editorial), bajo la modalidad de “doble ciego”, quienes decidirán si el trabajo puede publicarse, o si requiere de correcciones que el autor deberá subsanar a fin de volver a evaluar su artículo. 17. El comité editorial se reserva el derecho de decidir el número de publicación en que se incluirán los artículos aprobados. 18. Los autores podrán reproducir sus artículos, luego que hayan sido publicados en el Boletín de Doctrina Social de la Iglesia, pero indicando éste como el lugar de la publicación original.



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