TESTIMONIO
Me ‘tragué’ de mi primer amor” Gianina Arana
Ha aparecido en las pantallas de los colombianos en series y novelas de las principales cadenas de televisión como Niche, La ley del corazón, La esclava blanca y La Selección, pero también ha incursionado en las tablas y el cine. No lo planeó, pero sin duda “Alguien” sí había trazado un camino para que eso sucediera. Por: Ana Carolina Rivera González
G
ianina Arana nació en 1987 en el calor abrazador de Cali, también conocida como “La sucursal del cielo” y literalmente eso terminó siendo para la actriz, porque desde muy niña tuvo un gran deseo de conocer a Jesús. Sin embargo, fue hasta el 2014, cuando llegó a la capital de Colombia, que se entregó perdidamente a Dios, quien llevó sanidad, frescura, redención e identidad a su vida. “¡Me pegué una ‘tragada’!, era un deseo de querer estar en intimidad con Él constantemente, de escuchar alabanza todo el día”, comenta. Así fue como enfrentó el desempleo, tan común en su profesión, y la incertidumbre que este genera. Decidió esperar y confiar porque, como ella dice, “cuando te enfrentas a la situación de no tener trabajo, te queda mucho tiempo libre para mirar hacia arriba”. A pesar de eso no le dice “acepto” a todos los papeles que le ofrecen: el conocer verdaderamente a Jesús ha influenciado tanto su vida, que ahora es consciente de lo que puede llegar a transmitir a través de su actuación. Giani, como le dicen sus amigos y familiares, tiene claras sus prioridades. Lee el perfil de los personajes, deja de lado sus juicios porque sabe que delante de Dios todos, hasta los seres humanos de ficción, somos iguales, pero se despide de aquellos que no quiere asumir: prefiere estar en donde ‘su traga’ quiere que esté.
26
Es licenciada en Arte dramático de la Universidad del Valle, tiene Diplomados en Dirección teatral y Títeres como herramientas para la educación, actúa, canta y hasta baila, pero sabe que todo tiene un propósito mayor. Cuando era pequeña, tuvo un sueño en el que Dios le dijo que el medio en el que iba a estar era solamente una plataforma para hablarles a otros de Él... y eso es lo que ha hecho. Más allá del maquillaje, los guiones y su figura inmortalizada en las pantallas, el verdadero llamado de esta caleña siempre será hablar del Evangelio, incluso en lugares de completa oscuridad física y espiritual. Reconoce que las palabras y el arte son medios para hablar de la salvación, pero sabe que los cristianos tienen la responsabilidad de transmitir ese mensaje con su ejemplo, mostrando el carácter de Cristo en lo que hacen. En el caso de Gianina, los espectáculos frente al público o una cámara son una oportunidad para lograrlo e invita a los jóvenes a que busquen su propia forma, pero reconoce que para ella, por ser la base de la sociedad, la familia es el mejor escenario para compartir el amor de Dios. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser, 1 Corintios 13:4-8 (RVR60)