Educación es el enfoque de esta edición y estamos conviviendo con una nueva generación de niños. Ellos nos muestran una integridad que los distingue de nosotros, ya que en nuestros primeros años fuimos descubriendo que mucho de lo que escuchamos eran mentiras para que dejáramos de preguntar o con una respuesta sin importancia porque “éramos niños”. Los nuevos niños no aceptan lo que sienten creen que no es verdad y este es un verdadero desafío para padres y maestros.
Estos niños de hoy han venido a patear el tablero y obligarnos a ser más honestos, más comprometidos y a dedicar menos tiempo a las historias que nos hemos inventado y creído del pasado. Lo más importante de todo este proceso es el amor. Recordemos que ellos pueden ser más pequeños que nosotros en esta vida, pero su espíritu tiene una evolución superior. Para ellos, a diferencia de nosotros, les resulta natural comunicarse desde el amor. Pero también conocen el juego del miedo, si es el que decidimos jugar como padres.