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La musica: un estilo de vida saludable

Por qué la música es capaz de hacernos sentir bien, ¿alegres, contentos y llenos de energía? Varios expertos afirman que la música puede ayudar a motivarte, te anima, reduce el estrés y te hace sentir más feliz.

Pocas experiencias son tan placenteras como disfrutar de los sonidos. Para cambiar el ánimo, relajarse o despertar la creatividad, nada como dejar que invadan tu vida.

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¿Qué tiene la música que es capaz de hacernos cambiar, como por arte de magia, el ánimo o el estado emocional? Existen muchas cosas indispensables para nosotros. Podríamos pensar en personas u objetos materiales que valoramos profundamente. Estos podrían considerarse como tangibles: somos capaces de tocarlos, verlos e incluso asociar un olor respectivo a uno. Así como muchas cosas más.

Por otro lado, tenemos la música. La música, a diferencia de otras artes, es intangible. Pero no por esto carece de experiencias sensoriales y la capacidad de evocar emociones en nosotros. La música forma parte importante de nosotros. Como individuos, sociedades y culturas. Arraigada en casi cada aspecto de nuestra vidas. Usamos la música cuando estamos muy tristes o felices, ayudándonos a dirigir esas emociones.

Los científicos explican que las melodías provocan un efecto positivo sobre el sistema nervioso central; influyen en el compás respiratorio y en la presión arterial, y de manera notable sobre el corazón, que acelera o se vuelve más lento para sincronizarse con los ritmos musicales. Escuchar la música adecuada provola la liberación endorfinas, sustancias químicas que producen en el organismo efectos similares a los opioides (endorfina), pero sin sus efectos adversos. Las endorfinas estimulan los centros del placer del cerebro, creando un estado de satisfacción que contribuye a disminuir el dolor y el malestar.

Será por eso, tal vez, que el arte de combinar los sonidos aparece estrechamente ligado a la emociones. La música nos cambia el estado de ánimo; de hecho, si sabemos elegir qué ritmos escuchar en cada ocasión, descubriremos que podemos salir de la tristeza, del estrés o del enojo en pocos segundos.

Aunque se trata de una experiencia auditiva, los sonidos nos pueden hacer reminiscencias tales como; recordar historias, nos hacen revivir encuentros y hasta nos devuelven a lugares que ya visitamos, o nos puede generar deseos, sueños y expectativas. Fito Florensa explica, en base a diversos estudios que escuchar música mientras hacemos deporte reduce la sensación de fatiga en ejercicios de baja y media intensidad; regula los niveles de estimulación y nos ayuda a adecuarnos a cualquiera de las tres partes del entrenamiento: calentamiento, parte principal y vuelta a la calma; mejora la sincronización; aporta fluidez y aumenta la concentración. Incluso, bien seleccionada, la música puede aumentar la resistencia de un deportista hasta un 15%.

“Ya sea para levantarme de caídas emocionales en el deporte de alto rendimiento, soportar presión, para concentrarme, focalizar, visualizar, motivarme para entrenar…la música siempre me ha acompañado desde mis más tempranos inicios en la actividad deportiva. Entreno a personas de todos los niveles y la música siempre ha sido un gran elemento de motivación para ellos, para ayudarles a aprender, inducir el movimiento, concentrarse… Somos movimiento y ritmo”, concluye Florensa.

Beneficios de escuchar musica

Diferentes estudios a lo largo del tiempo han demostrado que escuchar música tiene diferentes beneficios para nuestra salud. Son capaces de cambiarnos el estado de ánimo si estamos tristes, de reducir el estrés y de hacernos sentir mejor. La música nos rodea y nos acompaña a todas partes en nuestros dispositivos móviles, en la televisión, en el cine y cómo no en los conciertos de nuestros artistas o grupos favoritos. Si las salas están llenas, si la gente grita las letras de las canciones, salta, baila y disfruta, es porque la música tiene efectos positivos en nosotros.

Escuchamos melodías a todas horas y todos los lugares. Lo hacemos acompañados de nuestro teléfono, en el que configuramos una lista de reproducción idónea para nuestro tiempo de paseo, de viaje o hacer deporte. Lo hacemos en el coche, con los cedes de nuestros grupos favoritos. Lo hacemos en las colas, cuando toca esperar, en el autobús o en el tren. Lo hacemos cuando nos vamos de fiesta a cualquier tugurio. Cualquier excusa es buena para escuchar el último sencillo de la banda de turno o pararse a tratar de comprender la letra de un tema que hasta el momento nos había pasado inadvertido. Y, por supuesto, la música puede hacer que cuando nos ponemos a cocinar algo saludable, que normalmente nos lleva más tiempo, lo consideremos un momento de ocio, placentero, relajante.

Mantén un peso saludable “Sin obsesionarte”

Las dietas no son la mejor manera de perder peso. Eso se debe a que crean patrones de alimentación temporales y, por lo tanto, resultados temporales. La mayoría de las personas que hacen dieta vuelven a recuperar el peso que perdieron cuando regresan a sus viejos hábitos de alimentación. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de perder el exceso de peso?

La pérdida de peso tiene más probabilidades de ser exitosa cuando las personas cambian sus hábitos y reemplazan los hábitos viejos y poco saludables por nuevas conductas saludables. A continuación, se incluyen 5 maneras de hacer que esto ocurra:

•Ejercicio físico. La actividad física regular quema calorías y genera tejido muscular. Estas dos cosas te ayudan a verte y sentirte bien y a no recuperar el peso perdido. Sacar a pasear al perro, ir en bicicleta a la escuela y hacer otras cosas que incrementen tu nivel diario de actividad pueden marcar una diferencia. Si deseas quemar más calorías, aumenta la intensidad del entrenamiento y agrega algunos ejercicios de fuerza para generar músculos. Cuanto más tejido muscular tengas, más calorías quemarás, aun cuando no estés haciendo ejercicio físico.

•Reduce el tiempo en la pantalla. Las personas que pasan mucho tiempo frente a pantallas tienen más probabilidades de tener sobrepeso. Establece límites razonables para la cantidad de tiempo que pasas frente al televisor, jugando videojuegos y usando computadoras, teléfonos y tabletas sin razones relacionadas con el trabajo escolar. Asegúrate de contar con suficiente tiempo para hacer ejercicio físico todos los días y para dormir lo suficiente.

•Ten cuidado con las porciones distorsionadas. Las grandes porciones agregan calorías que te hacen subir de peso. son calorías vacías que también contribuyen a la obesidad. Por lo tanto, escoge porciones más pequeñas (o comparte las porciones del restaurante) y opta por el agua o la leche descremada en lugar de los refrescos.

•Come 5 porciones de frutas y verduras por día. Las frutas y verduras son mucho más que simplemente vitaminas y minerales. También están llenas de fibra, lo cual significa que te llenarán. Y cuando te llenas con frutas y verduras, tienes menos probabilidades de comer demás.

•No te saltees el desayuno. El desayuno pone en marcha tu metabolismo, para que queme calorías desde el principio, y te da energía para hacer más cosas durante el día. Las personas que se saltean el desayuno suelen estar tan hambrientas que más tarde comen más. Entonces, ingieren más calorías de las que habrían ingerido si hubiesen desayunado. De hecho, las personas que se saltean el desayuno suelen tener un IMC superior al de las personas que desayunan.

La clave para alcanzar y mantener un peso saludable está en hacer ejercicio regularmente y tener unos buenos hábitos alimentarios. Algunas personas creen que hacer ejercicio y seguir unos buenos hábitos alimentarios requiere mucho esfuerzo y planificación, pero esto no es cierto. De hecho, la mejor forma de modificar los hábitos cotidianos es haciendo pequeños cambios que gradualmente irán formando parte de nuestra rutina diaria.

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