Almogaren 38, 2006

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José Miguel Barreto Romano: Aproximación a la historia contemporánea de la diócesis de Canarias. El tránsito al siglo XX

Inicialmente quedaba clara la ausencia de adscripción partidista, buscando defender los intereses de Canarias, en la convicción de que se trataba del ámbito del Estado que menos atención percibía de los poderes públicos pues «llega al límite de lo tolerable la indiferencia con que nuestros gobernantes miran los asuntos de Canarias». Deseaban «hacer de Canarias una región fuerte, respetada, floreciente [ ... ] cada día mas estrechas las relaciones entre los pueblos canarios, y promover una reforma de las instituciones, especialmente en los ayuntamientos y cabildos, de modo que quisiéramos ver en las corporaciones un núcleo de obreros no socialistas ni sindicalistas sino para oponerse a los abusos que se dan en el actual estado social.» En febrero de 1920, ante la inminencia de las elecciones, desde la Diócesis se establecen las prioridades que debían tener en cuenta los creyentes al votar: afrontar el abastecimiento de agua en Gran Canaria, resolver el problema de las escuelas nacionales, la organización de la beneficencia municipal, el servicio de bomberos y la urbanización de las barriadas, sobre todo las más necesitadas. Sin embargo, desde abril y dimitido ya Prudencio Morales, el periódico diocesano comenzó a plantear cuestiones de carácter político-partidista, manteniendo su apoyo a las derechas hasta su desaparición en 1935. El jesuita P. Castañar convierte los ejercicios espirituales que asume en la Diócesis, en conferencias político-sociales animando a los creyentes a organizarse como canarios y como católicos en los partidos de derechas. Esta opción no gozó de unanimidad en un principio. Se consolidaría de modo claro durante los años de la Segunda República. Sin embargo, todavía a fines de 1920 ante las elecciones podía leerse en El Defensor: «No debemos ser de derechas ni de izquierdas, sino canarios, exclusivamente canarios, porque está en grave aprieto la integridad de nuestra independencia administrativa y a velar por ella debemos consagrar todos nuestros esfuerzos [ ... ] unánimemente.» Prudencio Morales, fallecido en 1.921, defendía que socialistas y católicos debían unirse para asumir el poder ejecutivo, poniendo como ejemplo lo que ocurría en Italia y Alemania. Ello no significaba tener que ir juntos a las elecciones, pero sí era factible una alianza posterior. En lo personal, apoyó la candidatura radical de Domingo Guerra del Río, con gran oposición

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