La Urbanización del territorio en Galicia. Notas sobre un proceso inacabado

LA URBANIZACION DEL TERRITORIO EN GALICIA Notas sobre un proceso inacabado Antonio García Fernández∗

Resumen La segunda mitad del siglo XX se ha caracterizado por un intenso y acelerado proceso de urbanización, que se ha extendido entre ciudades y regiones, incluso en aquellas periféricas y de economía más rural como Galicia. En este artículo se estudian el resultado de la extensión de los procesos de urbanización en Galicia que han dado origen a un territorio conocido hoy como “ciudad difusa”, una heterogénea acumulación de edificaciones extendida a lo largo de la red viaria, sobrepuesta al parcelario heredado, fragmentando áreas naturales y reduciendo el suelo agrícola, provocando una gran pérdida ecológica a un alto coste. nd

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The 2 half of the 20 century have been characterised by a remarkably accelerated and intense process of urbanisation, which is extended in between cities and regions, even in those peripheral with a rural economy like Galicia. This paper related the galician urbanisation processes, which result is a territory known as “the dispersed city”. A heterogeneous accumulation of edification which has sprung up around the road network of the urbanised countryside, superimposed upon the elements of the original land system (accessibility, division of plot of land and settlements). Which is provoking a great ecological loss at great economic expense.

1. Introducción.

Toda reflexión actual que intente comprender un territorio en sus formas comienza a no tener explicaciones si no atiende a la observación de las dinámicas urbanas. El territorio está hoy siendo usado de forma extensiva, la importancia de las distancias decrece y las regiones tienden a convertirse en lugares más globales que locales. Allí donde no hace tanto cercanía y vecindad eran uno de los parámetros más importantes donde medir relaciones sociales, hoy están siendo reemplazadas por la accesibilidad.

Entre otras consecuencias, este incremento de la movilidad poblacional trae como resultado que los límites entre rural y urbano ∗

desaparezcan, aumente la presión urbana sobre el territorio, y veamos incrementada la suburbanización. Podríamos decir que el territorio está siendo construido cada vez más y a ritmos más veloces a través de un modo de ocupación fragmentaria, difusa, en la cual el papel de la ciudad se ve destacado como lugar de usos terciarios donde encontrar servicios y equipamientos difíciles de repetir en el resto del territorio.

Territorio cada vez mas ocupado para uso residencial o que absorbe usos terciarios que requieren de grandes espacios imposibles de encontrar en las ciudades.

Al igual que la evolución de la técnica y de la economía provoca usos y funciones urbanas que no pueden ser desarrolladas en las ciudades y parece hacen de la urbanización difusa un modelo territorial, en términos económicos los costes de la difusión son muy elevados. Baja densidad que non trae un requilibrio territorial sino únicamente consumo espacial, con reducción do territorio agrícola y forestal, artificialización de la naturaleza y nuevas ocupaciones del espacio rural que no lo integran en las nuevas estructuras territoriales sino que destruyen su antiguo equilibrio.

Estos nuevos territorios de la difusión están llenos de usos urbanos dispersos, sin vertebración ni formal ni funcional, nolugares en los que la ciudad ha desaparecido como estructura y donde la naturaleza y el paisaje han perdido en gran medida su identidad.

En mayor o menor grado el fenómeno de la difusión urbana, la continuidad de la urbanización y especialización en el territorio, se repite como si fuese el “paisaje” de la anunciada economía global, ya sea en lugares con menor tradición de ordenamiento y planificación territorial, como Galicia, o en aquellos que si la poseen. Su ordenamiento depende de un planeamiento a escala regional, de un nuevo entendimiento global del territorio y de su reglamentación. De su comprensión como fenómeno de interés social y de su ordenamiento van a depender el equilibrio medioambiental, la habitabilidad urbana y muchos de los desarrollos futuros.

Antonio García Fernández Delegado de España CYTED red XIV-E, es arquitecto con la especialidad en Urbanismo por la E.T.S.A.-A Coruña y Lille-Regions Nord-Francia, es Master en Diseño Urbano por la TUDelft-Holanda. En la actualidad trabaja en estudio propio y realiza su doctorado con una investigación sobre la urbanización del territorio. email- tonigf@mail2.udc.es, dirección profesional: Trav.JoaquinPlanelles, nº5-baixo. A Coruña. tf-0034 / 620306238

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GALICIA -crecimiento población ayuntamientos 1991-98

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GALICIA –Eje Atlántico (J.L. Dalda 1996)

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GALICIA – ayuntamiento de Arteixo, núcleos 1956

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GALICIA – ayuntamiento de Arteixo núcleos 1996

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GALICIA -movilidad entre ciudades principales (esquema)

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GALICIA –Area urbana A Coruña (alumnos E.T.S.A 1999)

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GALICIA – ayuntamiento de Arteixo, parcelario 1956

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GALICIA – ayuntamiento de Arteixo parcelario 1996

2. El contexto gallego.

Los últimos cuarenta años de la historia del territorio en Galicia están marcados por un acelerado e intenso proceso de urbanización que ha llevado a esta región del noroeste español a recorrer un camino desde una economía eminentemente rural a la de mercado, más tarde y en la mitad del tiempo empleado por la mayor parte de las regiones europeas. Mudando de una sociedad agraria a otra en la que las ciudades juegan un papel preponderante en la estructura del territorio, con fenómenos de metropolitanización y difusión urbana. Que si bien se han extendido a lo largo del eje costero entre las ciudades de A Coruña y Vigo, exportan la imagen de lo urbano y de sus formas a toda la región, superponiéndose, construyéndose sin dialogo con las estructuras existentes, usando la accesibilidad, parcelación, y asentamientos de origen.

Que el rural se abandone y se transformen las antiguas estructuras heredadas sin un proyecto regional que atienda a la difusión de lo urbano, sin reforma extensiva del uso del suelo, con falta de control en los procesos de urbanización y uso de políticas urbanísticas que repiten esquemas urbanos para desarrollos en condiciones no urbanas, sean o no rurales, ha permitido que uno de los territorios más antiguos e intensamente humanizados de Europa, con un paisaje agrario minuciosamente elaborado, un terrazgo dotado de accesibilidad generalizada, parcelada de forma menuda, con un rico y extenso patrimonio popular ambiental y arquitectónico intacto hasta hace cuarenta años, haya quedado en manos de cualquier iniciativa individual de uso edificatorio alternativo.

2.1. Un territorio sin modelo.

El “ruralismo” es la característica principal que todos los estudiosos aplicaron y aplican para describir el territorio gallego.

La multipolaridad, la dispersión, la inestabilidad jerárquica de los centros urbanos y la débil integración económica del sistema urbano, son otras de las características con las que califican el sistema territorial de Galicia en los últimos quinientos anos. La complejidad y variedad del sistema de asentamentos gallego complica esta definición, puesto que aún

hoy no se define de manera jerárquica.

Diferentes tipos de ciudades, villas y aldeas se asientan en el territorio, aquí se encuentran más de la mitad de las entidades de población y de los ayuntamientos de España, más de la mitad de la población vive en núcleos de menos de 2.000 habitantes, la población considerada urbana (residente en núcleos de más de 10.000 hab.) sumaba un 31.9% en 1991 frente al 65% de la media española, el 20% del total empleado en Galicia se dedicaba en 1999 a labores relacionadas con la agricultura y la pesca, cuando el porcentaje medio español era del 7%.

A tenor de estos datos se puede comprender que para muchos el territorio gallego siga considerándose como “rural”.

Pero ya no es así.

Galicia, como el resto de España, también se caracteriza por la existencia de antiguas ciudades y un proceso de urbanización muy reciente y extensivo. Es cierto que en Galicia encontramos un gran reparto de la población sobre su territorio, pero un número cada vez mayor de la población residente en esos núcleos de menos de 2.000 habitantes, considerada rural, se corresponde con personas que viven en áreas de carácter urbano, en el área de influencia de las grandes ciudades y en la costa. Incluso si se puede afirmar que la mayor parte da población vive en áreas urbanas, el nivel de urbanización continua siendo bajo en comparación a España y Europa. Pero también esto tiene un matiz a explicar, es cierto que desde los anos 1960 las tasas de crecimiento de la población urbana decrecen, en parte por la falta de empleo, con el freno de la emigración ruralurbana, y debido a la importancia que toma la extensión del proceso de difusión urbana, la suburbanización, la expansión de la población en las áreas de influencia de las ciudades. Se Frena así el crecimiento de las ciudades principales, pero no la urbanización, la rurbanización, la difusión urbana, facilitada, entre otras por la mejora de las vías de comunicación. La población se concentra cada vez más en un menor número de núcleos mientras las entidades de pequeña dimensión continúan perdiendo habitantes.

Sin pretenderlo, en Galicia existe un modelo territorial de concentración dispersa. La población se concentra en

áreas cada vez más extensas. Esta aparente contradicción se explica, entre otras causas, por la falta de peso específico del sistema urbano en el conjunto del territorio y la inexistencia de planificación global del territorio.

En los últimos cincuenta años la población ha crecido únicamente un 5%, concentrándose principalmente en unas pocas comarcas del tercio occidental; al mismo tiempo que el resto del territorio, en particular las áreas de montaña y las zonas rurales del interior se despoblaban. El resultado de este proceso inconcluso es un enorme contraste que tiende a acentuarse entre la costa y el interior. Sin planificar y sin control se ha consolidado un corredor, bautizado como “eje Atlántico”, que se extiende desde la comarca de Ferrol a la región urbana de Vigo, siguiendo aproximadamente el trazado de la autopista del Atlántico. Esta área es la de mayor dinamismo económico y demográfico, en la que reside un 50% de la población y donde se sitúa la mayor parte de la actividad económica gallega.

La trama de ciudades, villas y aldeas heredadas ha aumentado su complejidad en los últimos treinta anos, sumando sobre la antigua estructura territorial nuevas extensiones urbanas en formas tan variadas como aquellas de los continuos urbanos, embriones metropolitanos, periferias suburbanas o diseminados periurbanos.

Esta multipolaridad desordenada de asentamientos, mal relacionada en términos de intercambio y comunicación, con escasos servicios, baja renta y falta de empleo de sus residentes, debilita el conjunto del sistema urbano. No permite su integración con el resto de un territorio al que fagocita a expensas de un alto coste medioambiental, aumentando los desequilibrios entre comarcas, permitiendo y necesitando de un territorio subvencionado imposible de organizar con proyectos a largo plazo.

No somos rurales, ni somos urbanos, vivimos a lo largo de un territorio subdividido en límites artificiales: provincia, diputación, comarca, ayuntamiento, e agrupaciones de ayuntamientos organizadas en torno a las subvenciones da la comunidad europea (Proder, Leader, ...), que poco o nada tiene que ver con los límites de las dinámicas territoriales descritas. Nos guste o no, Galicia ya no es un conjunto de áreas naturales y áreas de

mercado de dimensión gobernar provincianamente.

comarcal

a

Poseemos un territorio sin modelo, rico, complejo e invertebrado, falto de aquello que la acción de urbanizar, la urbanización, debiera conseguir: la integración de todos los habitantes, y la igualdad de oportunidades y servicios dentro de un mismo territorio.

2.2. El desequilibrio poblacional.

Entre las características a destacar por los que estudian las dinámicas de la población en los últimos treinta años encontramos: la disminución de la emigración externa, el retorno de los emigrados, la baja tasa de natalidad, y su influencia en el crecimiento económico y en las dinámicas territoriales, que es aquí lo que nos interesa observar.

El descenso de la emigración se debe más a factores externos, al deterioro de los mercados de trabajo externos, que a la mejora de las condiciones de Galicia. Las condiciones que provocaron el éxodo de los gallegos durante gran parte del siglo XX non desaparecieron. El nivel de renta y calidad de vida ha aumentado significativamente, pero la economía gallega continua sin generar un número de empleos suficiente como para absorber la mano de obra existente.

Entorno a 1975, al tiempo que la emigración dejaba de ser el principal limitador del crecimiento de la población, la natalidad había comenzado a decrecer, descenso que continua hoy sin indicios de recuperación; de tal manera que en los últimos veinte años la reducción ha sido del 60%, cayendo desde 1980 por debajo de la mitad del nivel necesario para asegurar la substitución generacional. Datos que se ven agravados por el incremento de la mortalidad.

Las consecuencias de este estancamiento y envejecimiento de la población están siendo interpretadas como un impacto negativo sobre el futuro dinamismo de la economía. Pero hay quien destaca que el problema de Galicia non será tanto la falta de población como la incapacidad de nuestra economía para dar ocupación a la población disponible. Sin negar la importancia de la dinámica demográfica, lo que condicionará el futuro del desarrollo gallego van a ser factores como la

integración y planificación global del territorio, el progreso tecnológico, y la adecuación del marco institucional, entre otros. Una causa como el despoblamiento de amplias áreas de Galicia, con sus consiguientes efectos sociales, productivos y medioambientales, no tiene su origen en la dinámica global de la población sino en su distribución espacial. La solución al despoblamiento no llegará por un incremento poblacional, requiere la modificación de las pautas de desarrollo territorial de nuestra economía.

2.3. La terciarización económica.

Consecuencia de una mercantilización a escala global, los procesos económicos existentes están marcados por la internacionalización, la interdependencia, y los cambios tecnológicos. Ya non posee tanta importancia el lugar de asentamiento de la producción industrial, los nuevos centros de poder y decisión en el mundo actual no lo son por ser enclaves de producción, sino de coordinación de esa producción, de acumulación de información sustentada por potentes redes de comunicación.

Lo que algunos denominan “era de la información”, se traduce físicamente en un incremento de la especialización territorial.

En las ciudades y lugares centrales aumenta el sector de servicios, denominado terciario. Conforme la renta per capita aumenta, los productos de primera necesidad pierden importancia en el gasto individual en favor de servicios y bienes personales, incrementándose la oferta de comunicación e intercambio, de relación social y cultural, que sirve a áreas cada vez más extensas y alejadas de una región.

Muchos de los nuevos usos terciarios necesitan para su instalación de grandes parcelas imposibles de encontrar en la ciudad central e incompatibles con el crecimiento concentrado y orgánico de muchas ciudades. En la Galicia de estos últimos veinte años se destaca el incremento en la oferta de servicios y la creación de grandes infraestructuras de transporte, con especial incidencia en las áreas urbanas. Estas dos condiciones que ayudan a la integración del sistema urbano son quizá las que máis propician la extensión de la urbanización, la difusión urbana.

A la extensión de estos procesos en el ámbito de la región, se suma el grado de internacionalización. Galicia pese a su condición periférica se encuentra enmarcada en la constitución de un mercado único europeo que ha propiciado un nuevo dinamismo entre regiones y en el que se fomenta sus relaciones, en la búsqueda de su consolidación territorial, económica, política y demográfica a través del uso de economías de escala y aglomeración, desarrollando infraestructuras y actividades primarias. La división espacial de Europea en eurorregiones es el marco escogido para desenvolver la política de planificación territorial común, este es el contexto espacial en el que ya se desarrollan y redimensionan muchas regiones de Europa, y el único en el que hoy puede desarrollarse Galicia.

3. Elementos de la difusión Urbana De forma general podría decirse que los modelos usados hasta hoy para hacer ciudad se dividían en concentrados y dispersos, hoy día aún se discute y planifica usando ambos modelos, con la diferencia que la dimensión de los procesos, y la extensión territorial en la que se desenvuelven son mucho más grandes que nunca. Concentración y dispersión ya no se producen en ámbitos acotados, como comentaba más arriba la evolución de la técnica y de la economía produce usos y funciones que no pueden ser desarrollados en las ciudades. Si a esto se suma un incremento de movilidad y una mayor accesibilidad, podría comprenderse porque algunos hablan de crisis del urbanismo, criticando que el urbanismo se concentre en la planificación de ámbitos acotados sin dar respuesta a los procesos actuales que abarcan territorios más extensos; y también comprender a aquellos que ven en la continuidad de los procesos de urbanización, en los territorios difusos, una nueva urbanidad, la respuesta a las exigencias de la sociedad actual, y una posibilidad de reequilibrio territorial. De cualquier manera la realidad de los procesos difusos, el uso de extensas áreas del territorio, la dispersión edificadora, tiene como consecuencia un excesivo e insostenible gasto energético. Al que podríamos añadir los costes ecológicos, la reducción del territorio agrícola y forestal, la mixtificación de usos, fragmentación

territorial, naturaleza.

y

artificialización

de

la

La extensión de los procesos de urbanización, la difusión urbana, está presente en gran parte de los territorios del mundo actual; pero aquí, en Galicia, reforzada entre otros por el carácter y complejidad de la estructura territorial heredada, por la ineficacia y la falta de planeamiento y control, presenta formas y efectos particulares (ver punto cuarto). Ese “feismo” con el que algunos identifican estos días los males de nuestro territorio, reduciendo al termino pintoresco de “paisaje” acontecimientos más globales que suceden en el territorio, ocultando las faltas socioeconómicas y estructurales de Galicia, no es otra cosa que la “imagen” resultado de un amplio proceso de difusión urbana de consecuencias territoriales a gran escala.

Para non seguir llenando Galicia de polígonos industriales vacíos, empacadoras de basura entorno a escuelas, escuelas en antiguas canteras, bloques de viviendas en las huertas de las aldeas, paseos marítimos y puertos para turistas accidentales, aceras y farolas entre aldeas al pié de la carretera, pistas y carreteras que non van a ninguna parte, viviendas de neorurales en la cima de un monte, redes de saneamiento que parcelan bosques, eucaliptales en bosques y praderas, granjas de pollos en medio de robledos; primero hay que entender la amplitud del proceso de urbanización y después ordenarlo. Urbanizar no significa llenar de hormigón un país, sino procurar la igualdad democrática en su territorio.

Si fragmentarios son estos procesos, así resultan las imágenes y consecuencias derivadas de la colonización territorial que imponen. Los elementos de los que se sirven poseen un claro impacto territorial y visual, difícil de catalogar como un conjunto. La suya no es una lógica compleja como algunos defienden, es una lógica “autista”, los territorios de la difusión no son complejos, son lugares indiferentes donde es difícil establecer relaciones físicas, formales y funcionales entre edificios, usos y partes del territorio.

Por elementos de la difusión deben entenderse procesos y formas que derivan de la difusión urbana, de origen y razón de ser diferentes. Por falta de conocimiento solo expondré aquí algunos de los que a mi

parecer observamos de forma general en los procesos de continuidad urbana, aquí y en otros territorios.

3.1. Redes y redes de comunicación.

Telefonía, gas, electricidad, agua, saneamiento, autopistas, ferrocarril, puertos y aeropuertos; los primeros de forma interna y los últimos mostrándose físicamente, componen un conjunto de redes nunca relacionadas entre sí y que sirven a los sistemas territoriales extendiéndose sobre ellos, y abarcando todo el territorio. Aldea, ciudad, un área metropolitana, una región urbana, una región o un continente son sistemas territoriales relacionados a través de las redes, redes de energía e información, de transporte y servicios. Estas redes, principales elementos que estructuran el territorio, ocupan mucho espacio y producen un gran coste medioambiental, podría decirse que de su eficiencia y orden depende el equilibrio territorial.

Si somos capaces de organizar un mapa en el que superponer todas las redes que dan servicio al territorio gallego podríamos hablar con precisión del actual mapa “físico” de la región. Pero cuando estas redes se proyectaron y proyectan, nunca se pensaron en conjunto, nunca en el ámbito global y territorial, tampoco cuando se entrecruzan en un “nodo”, un punto de servicio como una ciudad, o una aldea.

Colonizamos todo el territorio fragmentándolo con una multitud de redes por las que transitan nuestros recursos, y no pensamos en ordenar esas redes en conjunto. Esta inconsciencia es la causa más importante para explicar la permisividad y facilidad con la que se producen los procesos de difusión urbana antes descritos. Las redes existen, las redes son necesarias, por las redes nos movemos, si tenemos acceso a ellas estamos comunicados y podemos residir y situarnos en cualquier punto del territorio.

El mencionado “desorden urbanístico”, el “feismo” son solo las imágenes finales de este proceso cuando no se ordena, produciendo un gasto económico excesivo y un impacto medioambiental irreversible.

Las redes no se planificaron en España en conjunto, pero contradictoriamente son y fueron los proyectos financiados con dinero publico los instrumentos más importantes para la “organización” del territorio, y aquellos que caracterizaron la forma y el

modelo de crecimiento de las periferias urbanas, especialmente en lo que se refiere a carreteras, autopistas y autovías; al poseer una continuidad en el control administrativo de orden estatal y regional, y ser acciones territoriales globales producidas a largo plazo. Esto es especialmente significativo si pensamos que la construcción de una red de carácter al menos regional, se acompaña históricamente en Galicia por la deficiencia de planeamiento urbano y regional. De la escala nacional pasamos a la escala municipal sin ningún modelo intermedio de planeamiento, allí donde existen, el territorio se organiza con planes urbanos basados en una suma de fragmentos, un continuo crecimiento por zonas que se “rellenan” con edificaciones en bloque, sin integrar la estructura territorial heredada.

Lo que propicia nuevas extensiones urbanas de deficiente urbanización, heterogéneas y fragmentadas en sus formas.

3.2. La movilidad El modelo occidental de ciudad exporta los hechos urbanos de forma extensiva, a lo largo del territorio y con la necesidad de una gran cantidad de suelo para desarrollarse. La ocupación continuada de un territorio infravalora los espacios agrícolas, forestales y naturales, y aplica una lógica sustentada en la movilidad privada, sin tener en cuenta que los espacios no urbanizados forman un sistema (natural) de interrelaciones que, entre otras cosas, aseguran el mantenimiento de la biodiversidad. El consumo sistemático y continuado de suelo y la creciente presencia física de infraestructuras viarias traen como consecuencia la división y el aislamiento territorial. Este proceso de aislamiento de espacios no urbanizados supone la desestructuración y simplificación de los sistemas naturales.

La inexistente planificación conjunta de las redes y la falta de planeamiento y comprensión de los procesos territoriales de un modo global, entre otras causas, permiten un uso irracional del territorio en el que destacan el número de redes viarias, autopistas, autovías, carreteras, pistas forestales y caminos que no conducen a lugar alguno, construidas sin máis lógica que la mejora e incremento de la movilidad entre los sistemas urbanos existentes. Es

de destacar que la mejora de las comunicaciones gallegas, sobre todo la creación de la autopista A-9 Ferrol-Tuy y las autovías permitieron un necesario incremento en la integración interurbana entre las ciudades de la costa y el interior, lo que debiera redundar en un futuro equilibrio territorial, pero que de momento son la causa y consecuencia más importante de los procesos de difusión urbana. Entre otras, debido a la falla de ordenamiento a escala global y de integración de la ciudad con su entorno inmediato, las redes de comunicación creadas para servir al equilibrio territorial, permiten, lejos de cualquier criterio racional de uso territorial, una colonización extensa de grandes áreas.

La difusión urbana provoca la fragmentación y aislamiento de los cada vez más escasos espacios no-urbanizados.

La movilidad que propician las redes permite la sustitución de la proximidad por las distancias más largas, y la segregación en los usos del suelo. El suelo urbano se extiende ayudado por el uso del transporte privado, al crearse centros comerciales, educativos y deportivos en lugares donde no llega el transporte colectivo, ni se puede llegar a pié; obligando al aumento de las vías de comunicación por la exigencia de desplazarse y la necesidad de espacio donde realizarlo.

3.3. Contenedores terciarios Más arriba hablaba de la importancia de los grandes proyectos públicos como elemento de planificación territorial a gran escala frente a la falta de planes regionales y su coordinación conjunta. La construcción de estos proyectos en el ámbito de las comunicaciones ha de pensarse que está basada en el reequilibrio socioeconómico entre regiones, pero en realidad esto no se produce, aumentando en los últimos diez años la diferencia socioeconómica entre regiones “ricas” y “pobres” de la península.

Su consecuencia inmediata es el incremento de las redes de comunicación y la accesibilidad a grandes áreas del territorio. Esta accesibilidad que a gran escala permite el disfrute de un mayor número de espacios y de las ofertas socioculturales dispuestas en ellos, a menor escala, en el caso gallego, satura y subdivide el territorio debido a la falta de planeamiento municipal, que de existir basa su crecimiento sin contar con las dinámicas

de los territorios vecinos, a través de la extensión de pistas, carreteras y redes de saneamiento, que facilitan la posibilidad de construir en cualquier lugar. Si a esto sumamos la rica y compleja estructura territorial heredada, usada para superponer y extender el crecimiento, tenemos como resultado la facilidad para la extensión de los procesos de urbanización a lo largo del territorio, la difusión urbana.

Sus consecuencias son muy negativas, además de lo expuesto con anterioridad baste pensar que la total impunidad para edificar se beneficia de costosos sistemas energéticos, redes de agua, luz, y saneamiento que se construyen “obligadas” para dar servicio a cualquier edificación situada a lo largo del territorio.

Muchas y muy negativas son las consecuencias de la actual difusión urbana en Galicia, una de las más significativas, a mi entender, tiene que ver con la imposibilidad de ofrecer servicios a cada uno de los habitantes dispersos a lo largo del territorio. Repetir en el territorio servicios socioculturales como escuelas o centros de salud, o de ocio, como museos, cines o discotecas, resulta imposible y muy caro, yendo en detrimento de la igualdad de oportunidades de los habitantes. Este proceso difuso y las necesidades que crea la dispersión edificatoria, junto con la facilidad para construir en cualquier lugar, promocionan la aparición de usos terciarios, unos porque necesitan para su instalación de grandes espacios que ya no existen en las áreas urbanas, otros, de menor dimensión, surgen para dar servicio a una clientela supramunicipal vinculada a pistas y carreteras secundarias.

En algunos casos, en general entorno a los perímetros metropolitanos, la suma de estos contenedores terciarios, arquitecturas discontinuas, sin relación física ni funcional a lo largo del viario, entremezcladas con usos residenciales y sociocomunitarios, conforman una tipología que se ha definido como “estrada-mercado”, caracterizada únicamente por la accesibilidad y la conexión a las redes de agua, saneamiento, electricidad y telefonía.

3.4. Los no-lugares.

Resultará curioso para el lector que hablando de la organización y desorganización del territorio gallego únicamente se recurra a la falta de planificación, sobre todo a escala global y regional, para caracterizar sus procesos de organización territorial, a sus planes y normativas. Sea por falta de control, sea por inexistencia, por falta de flexibilidad o inadaptación la dimensión de los procesos descritos, lo cierto es que carecen de modelos. A la planificación le sucede lo que a la organización administrativa, están desfasadas de los procesos territoriales en curso. Y esto redunda en mayor medida en la debilidad administrativa de los ayuntamientos más pequeños, demasiados en número para ser atendidos e incapaces de hacer frente a procesos de carácter supramunicipal, y regional.

Los efectos antes descritos, provocados por la continuidad de la urbanización, la difusión urbana, poseen un especial caldo de cultivo en la dificultad de control urbanístico de los pequeños ayuntamientos y en la falta de interrelación entre los grandes ayuntamientos y sus áreas metropolitanas. La irrealidad de sus límites se traslada a los procesos que alimentan, promocionando la extensión de redes de saneamiento, agua y viario, creciendo por parcelación del suelo agrícola sin dimensión precisa. Este proceso ha sido antes descrito, pero entre las consecuencias físicas destaca la aparición de espacios abiertos entre terrenos con usos urbanos, espacios parcialmente ocupados por usos residuales. Lugares que no poseen usos agrícolas, que no tienen valor paisajistico.

Estos no-lugares resultado de un proceso de urbanización inacabado, se ven alimentados por la indefinición entre límites administrativos, se rodean da dispersión de infraestructuras, servicios y equipamientos, son el resumen de la fragmentación territorial.

4. El paisaje de la Urbanización: formas y efectos LOS NUEVOS PAISAJES Imágenes territoriales

Efectos territoriales

1. Urbanización, difusión urbana y ocupación a lo largo de las vías de comunicación.

Uso extensivo y desordenado del territorio, dificultad para plantear propuestas de recuperación productiva y ambiental.

2. Dispersión de infraestructuras, servicios y equipamientos.

Cambio medioambiental debido al uso de potentes medios tecnológicos y culturales

3. Superposición de actividades urbanas y industriales sobre la estructura territorial de origen

Discontinuidad territorial, fragmentación y aislamiento espacial

4. Nuevas redes autopistas, y autovías.

Extensión de los procesos de difusión urbana y colonización de grandes espacios por industria, comercio, ocio y oficinas Colonización territorial sostenida por el transporte privado, degradación de espacios naturales, agrícolas y forestales Desaparición de los antiguos asentamientos rurales y reducción del suelo agrícola

de

comunicaciones, -

5. Urbanización de áreas no-urbanas y rurales.

-

6. Colonización y extensión de villas y aldeas con patrones urbanos.

7. Pequeñas áreas metropolitanas, periferias suburbanas y diseminados periurbanos.

Distribución de usos y población a lo largo del territorio. Consumo de energía y tierra.

Perdida de calidad medioambiental

NUEVAS SITUACIONES FORMALES Imágenes territoriales

Efectos territoriales

8. Nuevas áreas residenciales periféricas con tipología formada por edificios en bloque.

Incremento de la presión medioambiental y degradación del suelo libre y no construido.

9. Viviendas de bajo coste construidas especulando con suelo de la periferia urbana.

Degradación del entorno urbano, difusión y aceleración de los procesos de extensión urbana.

10.

Servicios públicos y superficies comerciales situadas en el ámbito de las áreas metropolitanas.

Segregación de usos en el territorio, fragmentación territorial y consumo de suelo.

11. Viviendas de segunda residencia sitas en el entorno de las áreas metropolitanas.

Extensión y segregación de la población, imposibilidad de dotación de servicio de transporte publico y consumo de suelo.

12. Abandono y transformación de antiguas viviendas en residencias secundarias.

Colonización territorial sostenida por el transporte privado, degradación de espacios naturales, agrícolas y forestales Difusión urbana, de-territorialización y urbanización de las áreas rurales.

13. Nuevas granjas, viviendas y viviendas de segunda residencia.

LOS NUEVOS PAISAJES

Aquí imagen 1 FIGURA a

aquí imagen 1 FIGURA b

Aquí imagen 1 FIGURA c

1. Urbanización, difusión urbana y ocupación a lo largo de las vías de comunicación.

Aquí imagen 2 FIGURA a

Aquí imagen 2 FIGURA b

Aquí imagen 2 FIGURA c

2. Dispersión de infraestructuras, servicios y equipamientos.

Aquí imagen 3 FIGURA a

Aquí imagen 3 FIGURA b

Aquí imagen 3 FIGURA c

3. Superposición de actividades urbanas y industriales sobre la estructura territorial de origen.

Aquí imagen 4 FIGURA a

Aquí imagen 4 FIGURA b

Aquí imagen 4 FIGURA c

4. Nuevas redes de comunicaciones, autopistas, y autovías.

Aquí imagen 5 FIGURA a

Aquí imagen 5 FIGURA b

Aquí imagen 5 FIGURA c

5. Urbanización de áreas no-urbanas y rurales.

Aquí imagen 6 FIGURA a

Aquí imagen 6 FIGURA b

Aquí imagen 6 FIGURA c

6. Colonización y extensión de villas y aldeas con patrones urbanos.

Aquí imagen 7 FIGURA a

Aquí imagen 7 FIGURA b

Aquí imagen 7 FIGURA c

7. Pequeñas áreas metropolitanas, periferias suburbanas y diseminados periurbanos.

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