Los efectos positivos del jet lag
Libros
Ari Volovich es un eterno extranjero que se siente cómodo en el DF. Octavio Cárdenas platicó con la nueva estrella de editorial Moho
Editor: Octavio Cárdenas octavio@timeoutmexico.mx
Desencantado, un escritor maldito ajeno a todo y a todos. Así nos vende Moho a su nuevo talento, un mexicanoisraelí que fue soldado antisionista en Oriente Medio. Si no se puede juzgar un libro por su portada, tampoco a un escritor por lo que dice su editorial. Ari Volovich habló de diferentes temas, aquí sus palabras.
Jet Lag
“Es parte de mi trayectoria y parte ya fue publicado. El tono es el de un observador, un ente objetivo, incluso frío, un antiprotagonista, un intruso. Cargo conmigo el sentirme no del todo unido al lugar donde estoy”.
El oficio de escribir
“Estoy enfocado en otras cosas porque necesito dinero. Eso del amor al arte ya se me quitó, con la edad se me quitó. Sí lo hice mucho tiempo; claro, ayudaba el hecho de ser un borrachazo: se veía más interesante mi casita”.
Los viajes
“No era un viaje, era un desplazamiento, un exilio continuo. De ahí el jet lag existencial. Estaba harto de ese zangoloteo. Tenía esa búsqueda constante del arraigo, para darme cuenta de que la pregunta en sí no era interesante”.
El DF
“No siento apego a la geografía. Me tardé mucho en enamorarme de la Ciudad de México. Uno va encontrando sus círculos, un lugar donde te puedas arraigar es aquel donde construyes amistades”.
Próximo proyecto
“Si tuviera el dinero me dedicaría a escribir. No siento tampoco la urgencia de publicar. Empecé una novela hace un año y la fui puliendo y puliendo hasta que quedó un aforismo. Para contestar tu pregunta: sepa la chingada”.
Editorial Moho
“Son en parte responsables de que yo escriba, pero no es un agradecimiento, hijos de sus putas madres, por eso estoy viviendo de la chingada”.
Jet Lag Ari Volovich LIBRO DEL MES
Moho 2013
Estamos ante un pequeño libro en el que conviven relatos cortos, aforismos, reflexiones, reportajes, cuentos e historias personales con frases contundentes del tipo “me gustaría ver los rostros inmortalizados de
las estatuas marcados por la duda en vez de la convicción”, “vaya espectáculo: un perro propinándole un golden shower a una rata. Buenas noches, México” o “sólo hay mil y tantos días entre el guante frío del proctólogo y mi esfínter neoadulto. Reloj no marques las horas…”. Casi todos fueron publicados antes en revistas, lo que no impide que tengan un hilo conductor.
Encontrarás textos llenos de ironía, francos y, por momentos, intensos. La última línea del libro es quizá su propia sentencia: “un buen libro es aquel que te suelta sólo después de haber acabado contigo”. Jet Lag quizá no te destruya, pero seguro te removerá algo. Una buena mirada al talento de Ari pero ¿para cuándo la novela inédita? Octavio Cárdenas
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