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El espíritu y misión del Instituto simbolizados en el Escudo El Escudo de las Hermanas de la Inmaculada es simple y elocuente. Está dominado por la CRUZ, Símbolo universal de vida cristiana. El nombre de María Inmaculada y la luz que emana de la ESTRELLA de la fe, da vida a la mística FLOR de la vida Religiosa. Del MONTE SANTO DE DIOS, desciende la GRACIA que fecundiza el APOSTOLADO de la Congregación en el inmenso campo de la Iglesia.
El Isologotipo de los Cien Años Fue seleccionado en el año 2013 en un concurso organizado con los alumnos de Séptimo Grado y Nivel Medio de la Escuela Sagrado Corazón. El proyecto ganador fue presentado por las alumnas Magdalena Escalante, Lucía Pizarro Bravo, Camila Noriega y Agustina Olivera.
Lleva los colores de la bandera italiana que simboliza la nacionalidad de las Hermanas que llegaron a la Escuela Sagrado Corazón, cuya misión es evangelizar y educar. La Obra del Padre Agustín se extiende en varios lugares de Argentina, por eso los colores de nuestra Bandera Patria. El color amarillo del número 100, hace referencia a los colores de la bandera papal, y la Cruz con el corazón expresa el inmenso amor que Nuestro Señor Jesucristo derrama a la humanidad.
Oración Señor Jesús, en los “campos extensos” de la América del siglo XXI sigue siendo necesaria la presencia de las Hermanas de la Inmaculada para que nos ayuden a confesar la fe, a celebrarla y a dar testimonio de ella en una sociedad que necesita ser humanizada. Por eso te rogamos que el carisma del Padre Agustín Roscelli continúe vivo en nuestras religiosas y en nosotros, para que la semilla sembrada hace 100 años se haga mensaje, grano enterrado, trigo molido y pan de altar. Te lo pedimos por María, nuestra Madre Inmaculada. Amén.
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1914 - 2014 HERMANAS DE LA INMACULADA DE GÉNOVA 100 Años de su presencia en América
Sumario
Mensaje de la Madre General María Rosangela Sala
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San Agustín Roscelli
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Instituto de las Hermanas de la Inmaculada de Génova
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Madre Gral. Sor María de Jesús
4
Antecedentes de la Fundación
5
Carisma de las Hermanas
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Escuela Sagrado Corazón San Jorge
7
Presencia de la Congregación
8
Colegio de la Inmaculada Zenón Pereyra
9
Colegio San José - Arroyo Seco 10
“Mantener
la esperanza, dejarse sorprender por Dios
y vivir con alegría...”
Papa Francisco
Colegio San Miguel Arcángel Rosario 11 Colegio Santa Teresita Balnearia 12 Curia Arzobispal - Buenos Aires 13 Colegio Santa Clara Santa Clara de Saguier 14 Colegio Ntra. Sra. de Lourdes La Cumbre 15 Col. Ntra. Sra. de los Milagros Capitán Bermúdez 16 Colegio San Agustín Roscelli La Plata 17 Col. San Vicente Ferrer - Chile 18
Oración del Centenario
Señor, hace 100 años cuatro Hermanas de la Inmaculada navegando por las turbulentas aguas de la vida, bajo un cielo de alegría serena y de esperanza cierta llegaban a nuestra joven América. La única brújula que las guiaba era un corazón obediente, pobre y misericordioso, y un amor capaz de entrega y de pasión por el Reino. Y aunque en apariencia frágiles, supieron defenderte de la adversidad y perseverar hasta la muerte. Hoy te imploramos su fuerza, su paciencia, su alegría y su amor, porque nuestra sociedad necesita ser evangelizada con un nuevo ardor en sus métodos y en su expresión, y nosotros humildemente queremos comprometernos en esta gran tarea. Te lo pedimos por nuestra Madre Inmaculada, tu humilde servidora y San Agustín Roscelli, el pobre sacerdote que supo anticipar estos tiempos. Amén. “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
Colegio Santa María Goretti Luján de Cuyo, Mendoza 19 Casa de Misión San A. Roscelli Caucete, San Juan 20 Festejos del 14/04/2014 21 Homilía del Pbro. Sergio Cejas 22 Discurso enviado por la Madre Gral. María Rosangela Sala 23 Discurso Sup. M. Alíder Gastaudo 24 Discurso Sup. M. A. Bolognesi 28 Equipo Directivo Esc. Nº1021 29 Hna. M. Emerenciana 30 A la Hna. M. Lourdes 30 Bodas de Oro Secundario 31 Visita a Tierra Santa 31 La Escuela, Hoy 32 Testimonios y saludos 34
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Mensaje de la Madre General María Rosangela Sala con motivo del Centenario de la Llegada de las Hermanas de la Inmaculada de Génova a la Argentina.
“Mamá, ¿de dónde vienen las Hermanas?” Ésta, imagino, haya sido la pregunta más simple y más verdadera acerca de la presencia de las hermanas de la Inmaculada en San Jorge, Argentina. Probemos dar algunas respuestas: • De Italia: donde un sacerdote santo, Agustín Roscelli, ha osado confiarse a la
Providencia fundando una Congregación Religiosa: las Hermanas de la Inmaculada. • Del puerto de Génova: yendo, junto a millares de inmigrantes, muchos de los cuales
son vuestros bisabuelos, la Hermana M. Filipina Razeto, la Hermana M. Emerenciana Bottaro, la Hermana M. Amalia Massone y la Hermana M. Agostina Castellani partieron el 28 de marzo de 1914 para llegar, después de un inimaginable viaje sobre el buque “Tomaso di Savoia”, ¡a Buenos Aires y, desde allí, proseguir a Rosario y luego, en tren, hasta San Jorge! • Del corazón de la Iglesia: que ha querido que fuesen acompañadas de la fuerza del Evangelio, estas hermanas que dejaban una Patria para acoger otra con la certeza que también allí, el Evangelio, bella noticia para todos, pudiese florecer abundantemente y… ¡no había equivocación porque justamente de ellos ha salido el Papa Francisco! • Del sueño de una Madre: Madre María di Gesú Gnone, en esa época, Superiora General que ha sabido vencer muchos miedos y dar alas a la generosidad de tantas Hermanas para que anunciaran la Misericordia y el Amor de Dios en la tierra de María, ¡la Argentina y luego, desde allí, en Chile! • Del grito de la gente: que deseaba ser sostenida en el esfuerzo educativo cristiano de sus propios hijos, mientras la educadora Filomena Morando, que les ayudaba, estaba decayendo en edad y fuerzas. Bajo el manto de María, patrona de la Argentina y de las Hermanas, el Espíritu Santo ha querido extender, por sus imprevisibles caminos, que pasan y también a través de nuestra persona, su abrazo materno para llegar hasta vosotros, que hoy, estáis presentes, junto a nosotras, las Hermanas, en este jubileo: ¡100 años! Una meta, un desafío. La historia continúa ahora, a través de nosotros por medio de la donación al Señor de muchas jóvenes fascinadas por Cristo, que quieren vivir sólo para Él sirviendo a los hermanos. Una semilla ha sido sembrada con esperanzas y sudores, con gozo y con lucha. Ahora nuestros frutos sois vosotros, que habéis recibido el bien a través de la obra educativa y la ayuda de las Hermanas de la Inmaculada. Nuestras historias son vuestras historias y están tan sólidamente entretejidas que tenemos necesidad las unas de las otras para poder continuar estando en pie. Tenemos necesidad de la fe y de la generosidad de muchas jóvenes para poder continuar el bien hecho hasta ahora, para poder llevar el Evangelio y el desarrollo humano y espiritual, ahora, aquí, como en otro tiempo. Gracias, a quien festeja, a quien es solidario, a quien reza con nosotras, a fin de que juntos se puedan festejar jubileos y continuar educando junto a los hijos del gran Pueblo Argentino.
Madre General María Rosangela Sala
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SACERDOTE CONTEMPLATIVO HOMBRE DE ACCIÓN FUNDADOR DEL INSTITUTO DE LAS HERMANAS DE LA INMACULADA.
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“La caridad jamás dice basta, porque
es inmensa como Dios, de quien ella nace” San Agustín Roscelli.
Contemplativo, pobre, austero, con una profunda sensibilidad por los más necesitados y por la causa justa de la dignidad del hombre son apenas algunos de los conceptos que caracterizaron a San Agustín Roscelli. Nació en Bargone de Casarza, Lígure, el 27 de julio de 1818. En este pueblo de los Apeninos, se desarrolló la infancia y la primera adolescencia del Santo. Si no encontró las comodidades y el lujo, en compensación, respiró aquí el perfume de aquella cristiana piedad, de la cual, sus padres, no ricos, pero honestos y laboriosos agricultores, le dieron siempre precioso ejemplo. Su primer maestro fue el Párroco, quien lo tuvo no sólo por discípulo, sino también como monaguillo devoto en el altar, y modelo de los otros niños en la virtud, la piedad y el estudio. Mientras tanto, Dios se revelaba íntimamente a esa alma de niño. Cuando manifestó su vocación sacerdotal, halló en el Párroco no sólo un aliado para obtener el deseado consentimiento en circunstancias familiares desfavorables, sino que tuvo en él un primer eficaz auxiliar para el cumplimiento del acariciado propósito. Al fin, pudo salir del pueblo natal y llegar a Génova. Allí completó los estudios como alumno externo del Seminario. De la casa en que se hospedaba, pasó en calidad de clérigo sacristán al servicio del Conservatorio de San José, donde las Hermanas le procuraban comida y alojamiento y le dejaban tiempo para continuar los estudios. El 19 de septiembre de 1846, en la Capilla privada del Palacio Arzobispal de Génova, recibía las Órdenes Sacerdotales de Su Eminencia el Cardenal Arzobispo Plácido M. Tadini. Primer campo de su ministerio fue la Parroquia de San Martín de Albaro donde se quedó diez años como Vicario Cooperador. Hacia el año 1860 se ocupaba de la administración económica del Instituto de Artesanos y Artesanas y de la vigilancia e instrucción de los jóvenes. Además, era confesor de Comunidades Religiosas. Sobre todo atendía al ministerio de las confesiones en la iglesia de la Consolación. Don Agustín Roscelli era el hombre del recogimiento y de la plegaria. Vivía en una esfera de sobrenaturalidad y de fe. Sus criterios de juicio y de acción eran los del Evangelio. La base y el alimento de su piedad eran un sentimiento profundo de temor de Dios. Pasaba muchas horas delante del Sagrario, abismado en un intensa plegaria que nada podía distraer. A este espíritu de piedad que lo conmovía, unía el más completo olvido de sí mismo. El día 7 de mayo de 1902, Don Agustín Roscelli dejaba serenamente la tierra coronando con la muerte del justo su larga y laboriosa jornada. Fue desde entonces que el Instituto de las Hermanas de la Inmaculada reveló más claramente ser obra e institución querida por Dios. Las buenas Hermanas que en Agustín Roscelli habían perdido a un padre, no tardaron en constatar que habían adquirido en él un protector y un abogado en el cielo. En 1932, se iniciaba el proceso para la causa de Beatificación y Canonización. En 2001, fue canonizado por el Papa Juan Pablo Segundo. “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
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Agustín Roscelli había corazón del Sacerdote de los te la triste experiencia sentido una sacudida an mutas tan an ales se hallab mil peligros en los cu os vad pri o an los públicos chachas que frecuentab ciu la de ía sastrería y modister talleres de costura, de dad de Génova. as piapenitentes, había algun Entre sus numerosas S. en la Congregación de dosas jóvenes inscritas un cía ales él guiaba desde ha Angela de Merici, las cu acers ne sio en reh a ellas sus ap tiempo. Les manifestó bién tam so pu ex rendices. Les ca de la suerte de las ap ecu “Es as eñ motor de pequ su deseo de hacerse pro dis su a irituales se pusieron las Taller”. Sus hijas esp mo maestras. posición para obrar co ial, la en su primera forma inic Nacía de esta manera, ulada. Hermanas de la Inmac familia religiosa de las en un fue abierta en Génova, La primera Escuela Taller os. subdividido en dos pis pequeño departamento agrenúcleo de docentes, se Muy pronto, al primer otra r ura ug ina al fue posible garon otras, con lo cu
jóvenes el e en el ánimo de las Luego, empezó a abrirs Religiosa, tituirse en Comunidad pensamiento de cons s ideales de s en el espíritu y en su para ser no sólo unida que regues ior por vínculos exter caridad, sino también, rasen la gu ase des, y, sobre todo laran la vida y activida rando. misión que ya venían ob dose inepto endió esa idea, creyén A Don Roscelli, le sorpr spués de Instituto Religioso. De para la fundación de un ispo de Gégaria, expuso al Arzob madura reflexión y ple yecto, obr Magnasco, aquel pro nova Monseñor Salvado aprobación. teniendo en seguida la maestras 76, las primeras ocho 18 El 15 de octubre de n constiera y la Casa de Volturno tomaban posesión de después a Religiosa. Una seman tuidas en Comunidad sq bo uejo de el Hábito Religioso, un Don Roscelli, les daba aculada”. de “Hermanas de la Inm Reglamento y el nombre se unieron y asistencia profesional Al primer fin de Escuela de asilos elemental, la dirección otros más: la enseñanza hospitales ia a los enfermos en los de infantes, la asistenc uelas de esc y ción de colegios y a domicilio; la institu enseñanza media.
sede.
El
6 de septiembre de 1913, Sor María de Jesús Gnone, recibía la nueva cruz y quedaba constituida Madre General del Instituto de las Hermanas de la Inmaculada de Génova.
Se desempeñó en este cargo por poco más de dos años. Sin embargo, ese tiempo bastó para que diera una nueva orientación a la institución. Merece ser recordada por las Hermanas aquella alma grande y generosa. Crecida a la sombra de una familia cristiana, había aprendido a prescindir de todo lo superfluo y había adquirido la tenare, Mad . cidad para salir bien en las empresas requeri“Molto Rda dopo aver e a, sim iatis preg sua la das por el bien. vuto Ho rice ho ore, Sign al luce sto chie e e considerato bene le cos to. Lei disponga per le Quedará siempre para la Madre Sor María de creduto bene accettare il suo invi e re Suo le ò arer Jesús el mérito de haber abierto el camino de prep spese del viaggio, e io, intanto ” Fè… ta América para el Instituto. San di il Vescovo chiederò il permesso a S. Excia. La sencillez de corazón, rectitud de intención y sobre todo la ilimitada confianza en Dios que recomendaba como último consejo a las FRAGMENTO DE LA CARTA QUE LA RDA. MADRE GRAL. MARÍA DE JESÚS Hijas, la habían siempre guiado y sostenido. GNONE LE ENVIARA A LA MADRE FILOMENA MORANDO ACEPTANDO EL Moría el 22 de enero de 1916 con los nomOFRECIMIENTO DE HACERSE CARGO DEL COLEGIO SAGRADO CORAZÓN bres de Jesús, José y María en los labios y la Y PROMETIENDO ENVIAR CUATRO HERMANAS LO MÁS PRONTO POSIBLE. paz en el corazón.
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En 1882, oriundas de Italia, llegaron a Argentina dos religiosas de la Congregación del Buen Pastor: Madre Filomena Morando y Sor Adelaida Martín. Habían sido invitadas por un Reverendo, para fundar un colegio y eventualmente, un nuevo Instituto. Se dirigían a Providencia, pueblo cercano a Santa Fe donde Madre Filomena se hace cargo de la pequeña Margarita quien había quedado huérfana de madre. En el año 1896, el padre de la niña, Sr. Juan Doglio, pidió a la Madre Filomena que le llevara a su hija a El Trébol, con motivo de celebrar un funeral en el aniversario de la muerte de su esposa. En esta circunstancia, falleció otra madre, dejando numerosos hijos. La Madre Filomena se hizo cargo de Teresita. Al año siguiente, el Sr. Doglio se encontraba en San Jorge y consiguió que Madre Filomena llevara a Margarita. Aquí la esperaba una Comisión que formó el Rvdo. Padre Lozna, Cura Párroco de San Jorge, quienes convencieron a la Madre Filomena de que abriera su colegio en San Jorge. La Madre aceptó el pedido y se trasladó a San Jorge en abril de 1897. A los pocos días se abrió el Colegio mixto, puesto bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. Dos años después, un maestro se hizo cargo de los varones y el Colegio Sagrado Corazón continuó funcionando solamente para niñas y privado. Margarita se casó y Teresita fue enviada a proseguir sus estudios secundarios en un Colegio de Rosario. No pensaba más que en ofrecer sus servicios a la educación de la niñez y trabajó en la Escuela junto a las Hermanas de la Inmaculada, hasta pocos días antes de su muerte en 1958. La Madre Filomena se preocupaba por el futuro de Teresita, la Hermana Adelaida y la Escuela. Sus anhelos de fundación de un Instituto de Religiosas se vieron frustrados.
envío de Hermanas ofreciéndole la Dirección del Colegio y el importe del viaje. La primera vez no obtuvo respuesta; y la segunda fue negativa. En 1914 insiste en su pedido. Al frente del Instituto había una nueva Madre General: Madre María de Jesús Gnone, la cual deseando dar expansión al Instituto, correspondió al pedido y prometió enviar a cuatro Hermanas. La Madre Filomena recibió la noticia de que estaba fijado el viaje, pero aún no había obtenido la respuesta del señor Obispo, ¿qué hacer? No había tiempo ya para volver a insistir y esperar la respuesta. La Rda. Madre María de Jesús Gnone, no era de carácter tímido, dudoso y menos pesimista. Se dice, “sin duda se habrá extraviado mi carta o la suya. No hay más tiempo para esperar. Creo que se podrá sin más, enviar a las Hermanas. Una vez allá, explicarán las cosas.”
En los recuerdos de Italia, afloró el del Instituto de DON AGUSTÍN ROSCELLI. Escribió a la Rvda. Madre General de las Hermanas de la Inmaculada de Génova, solicitando el
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“CARITAS CHRISTI URGE NOS”
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(el amor de Cristo nos apremia, nos motiva...)
eferirse a la época del 1900 europea es una dificultad porque se puede caer en una enumeración de hechos ausentes de toda originalidad, sin olvidar que fueron momentos complejos donde los sucesos se enredan y las decisiones tenían mucho de análisis y aún más de esperanza y empuje en las realizaciones. ¿Cuál fue el rol de Agustín Roscelli en este mundo? Hombre de su tiempo aporta una instancia educativa particular por lo que se lo considera un pedagogo, por cierto muy diferente a los de su época, porque no ha dejado tratados ni doctrinas sistemáticas sino que las ideas las podemos deducir de sus escritos, y por testimonios aportados en el proceso de Beatificación. Es Roscelli quien puede ubicarse en una dimensión extratemporal y extra-ambiental para enfrentar el proceso de maduración y realización de la persona. Entiende que el hombre es “un semejante” y a partir de esta humanización, está atento a ese otro, semejante, diferente, único y trascendente. El porqué y el cómo relacionarse está desarrollado en sus cartas, en sus homilías, y en su propia vida. Agustín Roscelli era un hombre orante que en el misterio de la vida de Cristo, se descubrió a sí mismo y el proyecto que Dios tenía para él. Asumió su identidad y dio forma a una historia en la que tenemos un lugar. Con este legado experiencial, con esta visión de la vida y del otro llegaron a Argentina en 1914, las Hermanas M. Emerenciana Bottaro, M. Amalia Massone, M. Filipina Rascetto y M. Agustina Castellani. ¿Qué las impulsó a venir? Podemos pensar en muchas razones, en el acompañamiento a los inmigrantes que dejaban sus tierras, sus familias, su historia, su lengua… podemos pensar en el mandato evangelizador… podemos pensar en la sociedad de un pueblito del interior de Santa Fe que también necesitaba de educación… podemos pensar en la necesidad eclesial de colaboradores en la tarea catequística… todas las razones son válidas y todas ciertas. No sólo eran cuatro religiosas, sino que eran mujeres decididas, emprendedoras, con confianza en el futuro y en la esperanza divina.
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Sabían que las distancias en tiempo y espacio con la casa de Génova, les exigirían más responsabilidad en la resolución de problemas urgentes, ver las dificultades dentro de otro contexto y con otra visión del mundo, más libertad en su accionar. Tenían en claro cuál era su misión y la necesidad de colaborar con la actividad pastoral de la iglesia local. Traían también los conocimientos que debían impartir a las niñas y sensibilidad por la música. Su labor fue silenciosa, constante y obediente. Estas cuatro mujeres, fueron el germen de la comunidad que luego creció no sólo en San Jorge sino que llegó a otras provincias y hasta Chile y aún más lejos: Canadá. Pero la Escuela Sagrado Corazón fue la casa fundante, el centro de encuentros, la Casa madre de formación de las religiosas. Fue aquí donde tomaron una identidad y experimentaron el sentido de pertenencia a una comunidad religiosa con su propio carisma. Y luego fueron hacia otros lugares, a escribir otras historias con otros hombres y mujeres. Dichas historias, a su vez están relacionadas, entretejidas por las mismas hermanas, pero con nombres diferentes que vivieron en las diferentes casas y transmitían las experiencias de una región a otras. Cómo no nombrar a la Hna. M. Lourdes, Hna. M. Aloysia, Hna. M. Trinidad, Hna. M. Laura, Hna. M. Teresa, Hna. M. Lourdes, Hna. M. Blanca, Hna. M. Fátima, Hna. M. Sabina, Hna. M. Luján, Hna. M. de los Ángeles, Hna. M. Indalesia, Hna. M. Celestina, Hna. M. Giannina, Hna. M. Angélica, Hna. M. Cecilia, Hna. M. Alíder… quienes fueron el hilo conductor del ideario roscelliano. La familia de las Hermanas de la Inmaculada existe porque San Agustín Roscelli, vivió intensamente esta peculiar experiencia con lo divino y sigue viva en la medida en que otras hoy, viven la misma experiencia frente al mismo misterio. El mandato del Padre Fundador sigue vigente “no rechazarán sacrificios… Caritas Christi urget nos, el amor de Cristo nos apremia y no debe reconocer otro límite que la imposibilidad y la inoportunidad.”
Olga Scerre - Cristina Turina
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ESCUELA SAGRADO CORAZÓN
San Jorge 1914
E l 28 de marzo de 1914 se embarcaron en el
vapor Tommaso di Savoia, entre la muchedumbre de pasajeros y emigrantes cuatro Hermanas de la Inmaculada: Sor M. Filipina Razzeto, Sor M. Emerenciana Bottaro, Sor M. Amalia Massone y Sor M. Agustina Castellani. El barco llegó a Buenos Aires el 12 de abril y las Hermanas arribaron a San Jorge el 14 de abril de 1914 a las 13 hs. La Casa de San Jorge fue la primera que tuvieron las Hermanas de la Inmaculada en la República Argentina. Las primeras impresiones que nuestras Hermanas recibieron, fueron de dura prueba, pues a la pobreza de la casa de la Madre Morando y a los inconvenientes propios de un colegio rudimentario, había que añadir las dificultades personales por el desconocimiento del idioma castellano y de las costumbres de los habitantes de estas colonias. Si a esto añadimos la orden de independizarse de la Madre Morando, dada por el Sr. Obispo de Santa Fe, Monseñor Juan Agustín Boneo, y el absoluto aislamiento en que se encontraban, podemos apreciar el esfuerzo inmenso de las primeras religiosas. La Sra. Madre Filomena Morando edificó la Capilla que fue inaugurada en junio de 1915. Allí, emitieron sus votos las primeras postulantes argentinas: Sor M. Antonina Tinnirello y Sor M. Josefina Lapelle. Al llegar el año 1916, la Comunidad de religiosas contaba con siete hermanas y la inscripción alcanzaba los noventa alumnos, funcionando con la modalidad mixto desde infantil a tercero y niñas solamente hasta quinto grado. Además de los conocimientos del programa escolar funcionaba una academia de música dirigida por Sor M. Emerenciana Bottaro. En 1915 llegaron las Hermanas: Sor M. Eustaquia Torriani, Sor M. Ernestina Cartasso y Sor M. Aloysia Cavecchia. Se pensó en una nueva fundación: Zenón Pereyra. Más tarde, en 1919, se fundó la casa de Arroyo Seco. Para estas dos fundaciones, la Casa de San Jorge contribuyó como Casa Madre. Por esto, el Sr. Obispo de Santa Fe permitió provisoriamente que funcionara junto al Colegio, el Noviciado que fue trasladado a Rosario en 1930.
Al cumplirse las Bodas de Oro (abril de 1964) se inauguró una nueva Capilla con oficio religioso del Sr. Arzobispo Mons. Enrique Principe y se coloca la piedra fundamental para construir el nuevo edificio del nivel Secundario, que inició sus actividades en este año.
50Años
Nivel Secundario
Paulatinamente con la venida de Italia de otros contingentes de Hermanas y con el surgir de vocaciones, el árbol del Instituto fue extendiendo sus ramas en este orden: “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
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COLEGIO DE LA INMACULADA
Zenón Pereyra 1916
E l Sr. Cura Vicario Pbro. Félix Morello y su Vicario Cooperador, discu-
rrían, a principios de marzo de 1916, sobre la necesidad de dar mayor impulso a la instrucción religiosa y civil de la niñez. Creyeron conveniente, ya fundado el colegio parroquial para niños, que se estableciera en la parroquia una Congregación Religiosa de Hermanas, para la atención de las niñas. El Sr. Obispo Mons. Juan Agustín Boneo autorizó al Sr. Cura Vicario que se contactara con las congregaciones ya autorizadas en la Diócesis. El 10 de marzo, mediante un telegrama, el Excmo. Sr. Obispo, indicaba que se consultara con las Religiosas de San Jorge, a cuya casa habían llegado varias Hermanas desde Italia. El Sr. Cura Vicario se trasladó a San Jorge y se convino que a los pocos días, tras haber alquilado una casa, llegarían tres Hermanas para abrir la casa de Zenón Pereyra: Sor M. Eustaquia, Sor M. Agustina y Sor M. Aloysia. Finalmente, llegaron el 18 de marzo, día sábado, dedicado a la Virgen María. A los pocos años, hubo necesidad de una casa más amplia y se alquiló otra a poca distancia de la iglesia parroquial. Más tarde, se pudo comprar y se procedió a su ampliación construyendo también una capilla. En 1920 visita por primera vez a la Comunidad la Rvma. Madre General Sor María Battistina Bellando. El 30 de septiembre del mismo año se inaugura la Capilla.
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COLEGIO SAN JOSÉ
Arroyo Seco 1919
E n 1918, el Rvdo. Padre Antonio Dutari, Cura Párroco de
Arroyo Seco, observa con pena que la infancia y la niñez de su parroquia, necesitaba almas consagradas a la educación religiosa y moral. Ilustrado del espíritu del Instituto de las Hermanas de la Inmaculada de Génova, empezó la labor de conseguir para Arroyo Seco la presencia de las Hermanas. Elevó su petitorio a la Superioridad, garantizando una honrosa estadía en la población y le facilitó los medios para su desenvolvimiento. La Madre General expresó que era su vivísimo deseo complacerle y que enviaría Hermanas capacitadas. Mientras tanto, las Rvdas. Hermanas Filipina Razzeto y Amalia Massone, con la debida autorización procedieron a la apertura de la escuela el 5 de marzo de 1919. Sin embargo, las nuevas obreras demoraban en llegar y el número de Hermanas no era suficiente. Por otro lado, se hacía difícil conseguir el pasaporte, ya que, después de la guerra eran muchos los que lo solicitaban. En la pequeña capilla del colegio, las dos Hermanas imploraban el patrocinio de San José. Finalmente, el 10 de octubre, a las cinco de la mañana, llegó el auxilio tan rogado. Habían llegado a bordo del “Prinicipessa Mafalda” siete Hermanas. El 15 de octubre se realizó la bendición de una imagen de María Inmaculada. Así fundían y exteriorizaban sus tres amores: a Jesús del Sagrario, a María Inmaculada y al patriarca San José. El 21 de noviembre de 1927 se inaugura la nueva Capilla, con la presencia del Arzobispo de Rosario, Mons. Jorge Manuel López. En la actualidad, bajo el amparo de Jesús, María Inmaculada, San José y San Agustín Roscelli y con el ejemplo vivo de las queridas Hermanas Victoria y Agustina que dejaron en nuestros corazones un valioso testimonio de amor, fe y esperanza… el colegio San José, continúa siendo centro de cultura y evangelización, mereciendo la confianza de más de setecientas familias que envían a sus hijos desde la Sección de tres años de Nivel Inicial hasta 7mo. Grado, para que los ayude a realizarse como personas únicas e irrepetibles.
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COLEGIO SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Rosario 1921
E l origen de esta casa está vinculado a la visita que en el año 1920 realizara por primera vez a las casas del Instituto en la
Argentina, la ya extinta y llorada Madre General, la Rvda. Madre Sor M. Batistina Bellando. Mientras la Rvda. Madre efectuaba su visita a la Casa de Arroyo Seco, se presentó a ella el Rvdo. Padre Norberto Dutari Rodríguez, Cura Párroco de la Parroquia San Miguel Arcángel de Rosario y le solicitó que aceptara la dirección de una escuela parroquial recientemente fundada. La Rvda. Madre promete concederle tres Religiosas para el año próximo.
En febrero de 1921 eran presentadas las tres Hermanas: Sor M. Emerenciana Bottaro, Sor M. Isabel Traverso y Sor M. Federica Soro. A pesar de los esfuerzos realizados, el Rvdo. Padre Dutari sólo pudo ofrecer a las Hermanas para su vivienda, unas habitaciones poco confortables anexas a la Iglesia, “San Francisquito”, a un kilómetro y medio del Colegio. El lugar era descampado y las calles intransitables en tiempos lluviosos, pero las Hermanas aceptaron gustosas la propuesta. El primero de marzo se iniciaron las clases, impartiéndose la enseñanza gratuitamente. Mientras tanto, el Párroco junto con la Comisión que organizara para la fundación del Colegio, se preocupaba de mejorar la situación de las Hermanas. El día 29 de septiembre, fiesta de San Miguel Arcángel, era inaugurado y bendecido el nuevo local que debían ocupar las Hermanas, construido en las inmediaciones de la Iglesia y el Colegio. En 1928, S. Iltma. Mons. Andrés A. Olaizola, Vicario Gral. de la Diócesis de Santa Fe, instó a la Superiora del Instituto para que preparara el traslado del Noviciado, que por entonces funcionaba en San Jorge, a un centro más propicio para la atención del mismo y quiso que la Comunidad del Colegio San Miguel, tuviera su Capilla. Hacía poco tiempo que la Curia Eclesiástica otorgaba a la Comunidad un terreno anexo a la casa que ocupaban las Hermanas. Allí, se levantó un edificio para Escuela y Noviciado cuyo traslado se efectuó en 1930. La amplitud del nuevo edificio hizo posible la creación de los grados superiores hasta el 6º inclusive, incorporándose el Colegio al Honorable Concejo de Educación de la Provincia. “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
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COLEGIO SANTA TERESITA
Balnearia 1930
Verano de 1930. Con más expectativas que certezas, un ya lejano 29 de enero, llegaban a Balnearia las primeras religiosas, de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada de Génova, algunas de ellas italianas: Hermanas María Crucifija Traverso, María Lorenza Rota, María Inés Munrabá, María Amadea Duarte. Y llegando el invierno arribaron las Hermanas: María Asuntina Binasco y María Anunciación Doll. Los comienzos no fueron sencillos. Las Hermanas de la Inmaculada habían llegado al país junto a innumerables masas de inmigrantes europeos que, ante la mecanización de las tareas rurales y el aumento de población en el Viejo Continente, venían a buscar un porvenir mejor a estas tierras. Pero a ellas las traía un ideal superior, el mismo que movió a San Agustín Roscelli a fundar una Congregación. Sin embargo, la adaptación al lugar y a sus costumbres fue dificultosa. Tanto, que ese primer día en el pueblo y acabando de conocer el viejo hotel en desuso que sería su hogar, las religiosas se sentaron sobre sus baúles y lloraron. Aún así, y con todas las entendibles incertidumbres y nostalgias que las unían a sus comunidades de origen, a sus afectos y seguridades, no tardaron en abrazarse al carisma del Padre Fundador: Con sencillez, humildad y entrega comenzaron las tareas de limpieza y reacomodamiento del deteriorado edificio. La buena voluntad y acogida de los pobladores que no tardaron en darles la bienvenida y en inscribir a sus hijas, las animó para iniciar la actividad escolar. Este fue el origen. El colegio recibió el nombre de Santa Teresita, patrona de las misiones y fue confinado a ella el aliento y la fuerza para la superación de un camino poco llano. Y la Santa no los desamparó. Día a día el pueblo crecía en afinidad y simpatía con la fundación del colegio, y de la misma manera aumentaba el número de alumnas. Desde el comienzo se impartió la enseñanza primaria obligatoria, a la que se le anexó el nivel inicial, las clases de labores y la academia de piano. 1963 es un año decisivo ya que con la colaboración entusiasta e incondicional de los padres de las alumnas, y maestras que dispensaron su tiempo dando clases desinteresadamente, se funda el nivel secundario para la formación de Maestras Normales Nacionales. El 10, 11 y 12 de mayo de 1964 se inauguraba el nuevo edificio del instituto, fruto de tantas voluntades empeñadas en su logro. En abril de 1976 se crea el Magisterio Superior, el primero de enseñanza privada de la provincia. Hoy el Instituto “Santa Teresita” cuenta con Nivel Inicial, Primario, Nivel Secundario y Nivel Superior: Profesorado de educación Inicial y Primario, y Profesorado de Biología.
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CURIA ARZOBISPAL
Buenos Aires 1933
L as gestiones concernientes a esta fundación han
sido rápidas, decididas y ligadas al viaje que hiciera a Roma S.E. Rvdma. Mons. Dr. Santiago L. Copello, en marzo de 1933. De regreso de la capital del Orbe Católico, donde recibiera la investidura del Sagrado Palio Arzobispal, y pasando por Lavagna ciudad de la Liguria, mientras efectuaba una visita al Asilo de Ancianos “G. Devoto” dirigido por Hermanas de la Inmaculada, la Rda. Madre General del Instituto, Sor M. Inocencia Vassallo que ya conociera a S.E. cuando visitara las Casas de la Argentina, aprovechaba la ocasión favorable para presentar su filial saludo al ilustre prelado.
Le exponía, también, el deseo de abrir para el Instituto una camino en Buenos Aires, fundando una casa en esta ciudad. Su Excia. propuso a la Rda. Madre General que aceptase la dirección y administración del Economato, en su mismo palacio arzobispal de Buenos Aires. Se establece tomar posesión de la obra el día 13 de junio de 1933. Desde aquella fecha, las Hermanas, van desempeñando su cometido con loa y satisfacción.
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COLEGIO SANTA CLARA
Santa Clara de Saguier 1934
S iendo Santa Clara de Saguier, un pueblo de inmigrantes esencialmente católicos, la aspiración de contar con un Colegio religioso es deseo mayoritario de las familias de origen italiano cuya voluntad es que sus hijos tengan, desde la escuela primaria, una educación en la fe cristiana que ellos profesan.
Hacia 1930, un grupo de vecinos se une asumiendo responsabilidades dirigidas hacia el objetivo propuesto: un colegio presidido por religiosas. El Cura Párroco de la localidad y el Arzobispo de Santa Fe interceden ante la Rvda. Madre Provincial de la Congregación “Hermanas de la Inmaculada de Génova”, y el 28 de marzo de 1934 llegaron las cuatro primeras jóvenes hermanas: Sor M. Elvira Merlano, Sor M. Josefina Lapelle, Sor M. Ambrosiana Albani y Sor M. Bernardita Chiandone. Pocos días después, el 2 de abril, se iniciaron las clases en un edificio prestado. Transcurridos tres años, lo reducido de la casa impide que las tareas docentes puedan desarrollarse adecuadamente. El Sr. Pedro Drovetta, dona al Instituto un lote de terreno para erigir un edificio escolar. En 1937 se da comienzo a la construcción de las primera aulas. El Colegio cumple además con servicio de internado para alumnas de colonias y pueblos cercanos; se dictan clases de costura, bordado y pintura para señoritas, a cargo de la Hermana Josefina. En los primeros años el alumnado se compone exclusivamente de niñas, pero en 1938 se inicia la inscripción de varones, sólo con alumnos en los primeros grados. Años más tarde, con la Hna. M. Vicenta, se inaugura la primera salita de Jardín de Infantes, única en la localidad y en la zona. El 4 de agosto de 1951, la Escuela Particular Santa Clara nº 88 es incorporada a la enseñanza oficial, cambiando su denominación a Escuela Particular Incorporada Nº 1088 “Santa Clara”.
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COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
La Cumbre 1939
L a fundación de este Colegio se debe directamente al Sr. Arzobispo, Monseñor Fermín
Lafitte, quien, a fines de 1938, viendo la valiosa tarea que realizaban las Hermanas de la Inmaculada en la localidad de Cruz del Eje, sugirió a un grupo de distinguidas señoras de Buenos Aires, solicitar a la Rvda. Madre Provincial de la Congregación, un grupo de religiosas para la localidad de La Cumbre. La Superioridad del Instituto aceptó la benóvola propuesta.
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Años
Las Hermanas llegaron a La Cumbre el 8 de febrero de 1939. Las fundadoras fueron: Hna. M. Lorenza Rota (Superiora), Hna. M. Severina Clapis, Hna. M. Asuntina Binasco y Hna. M. Fernanda Michelin. El colegio Nuestra Señora de Lourdes abrió sus puertas el 11 de febrero de 1939. Las Damas Porteñas acompañaron los primeros pasos de la fundación, construyendo las aulas y la primera casa de las Hermanas. El objetivo que iluminó la tarea era ofrecer una muy buena educación a las niñas del pueblo. Anexo a la escuela primaria, funcionaba un taller de corte y confección. Además se brindó asistencia a los enfermos a domicilio y un comedor escolar, auspiciado por este grupo de benefactoras. El 15 de marzo de 1959 se comenzó con el nivel secundario. En primer lugar, con la Escuela de Magisterio Normal Nacional. A partir de la promoción 1976, la terminalidad del secundario cambió por la carrera Perito Mercantil en Técnicas Bancarias e Impositivas, bachillerato especializado con salida laboral. Hoy nuestros alumnos egresan con la especialidad en Ciencias Sociales.
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COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS
Capitán Bermúdez 1947
E l origen de este colegio está relacionado con el asentamiento en la Provincia de
Santa Fe, de las Hermanas de la Inmaculada de Génova, en la localidad de Zenón Pereyra en el año 1916. Colaboró con las religiosas genovesas un comerciante, César Gagliardi, padre de quién fuera fundador de la empresa Celulosa Argentina y de nuestra Institución. El ingeniero Gagliardi tuvo la idea de brindar formación a las niñas y jóvenes, hijas de los obreros y empleados; y para concretar su proyecto pensó que, eran las Hermanas de la Inmaculada de Génova, las indicadas para dirigirlo. Así fue que en Juan Ortiz, antiguo nombre que recibía nuestra ciudad, el 24 de marzo de 1947 se fundó el Colegio “Nuestra Señora de los Milagros”. El instituto comenzó abarcando la escuela primaria y un curso de labores, corte y confección, especialmente para las jóvenes de Celulosa Argentina. Después de realizar trámites con esta empresa se concretó la construcción de la Capilla, que se inauguró en 1948 con la presencia del entonces Cardenal Antonio Caggiano y el padrinazgo del ingeniero Gagliardi. Y el colegio siguió creciendo… en 1952 quedó instituida la Congregación de las Hijas de María y en 1957 fue creado el Centro de exalumnas. En el año 1968, por iniciativa de la Madre Superiora M. del Carmen Fenoglio, se lanzó el proyecto de una escuela secundaria que, nuevamente, con la colaboración de la Celulosa, abrió sus puertas en 1969. Hoy, con el paso del tiempo, el Colegio ha cambiado su fisonomía. Cuenta con Nivel Inicial, Primario y Secundario. También existen obras proyectadas para un futuro inmediato cuyo objetivo es lograr el bienestar de todos los miembros de la comunidad educativa, una obra de amor, realizada bajo el manto protector de Nuestra Madre, la Virgen de los Milagros.
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COLEGIO SAN AGUSTÍN ROSCELLI
La Plata P asados 36 años de la llegada de las primeras her-
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manas de LA INMACULADA DE GÉNOVA A LA ARGENTINA, corría el año 1950 y, a 540 km de la casa inicial, San Jorge, se inaugura en la ciudad de La Plata un edificio destinado a la enseñanza para los niños más necesitados de la zona, con el nombre de ”HOGAR AGUSTÍN ROSCELLI”. Sus fundadoras fueron Hna. Ma. Asuntina Binasco, Hna. Ma. Nazzarena Passalacqua y Hna. Ma. Zoe Barone. Siguiendo las huellas del Fundador, las Hermanas sortearon obstáculos, unieron esfuerzos, y fijaron su meta: ANUNCIAR A CRISTO, como leemos en el prólogo de San Juan 1,9 “Jesucristo es la luz verdadera que ilumina a todo hombre”. Esa luz que no se oculta, si no por el contrario, se difunde y se ofrece con sentido misionero en el barrio de “Los Hornos” llamado así por la gran cantidad de hornos que había para cocer ladrillos amasados con barro. Simultáneamente, Dios quería allí su propia construcción, quería que las Hermanas amasaran las almas que se acercaban y fueran ladrillos vivientes para su Iglesia. Años mas tarde se cambió el primer nombre por el de “COLEGIO AGUSTÍN ROSCELLI”, comenzando como guardería infantil y luego con la categoría de JARDÍN DE INFANTES. En 1962, se inaugura la escuela PRIMARIA para varones, siendo su primera directora la querida Hna. MARÍA DE LOS MILAGROS GUGLIELMETTI. Se anexa para las señoritas del lugar, el taller de costura guiadas, algunos años después, por la Hna. MARÍA MAURICIA MATTIO. “Nadie puede decir Jesús es el SEÑOR sino en el Espíritu Santo”. Solo Él puede capacitarnos y permite que estemos atentos a las necesidades de nuestros hermanos, impulsados y creciendo bajo el carisma roscelliano. Se inaugura en el año 1997 nuevas aulas y salones que cobijarán a los adolescente y jóvenes que formarán parte de la escuela SECUNDARIA. Sirviéndose de la lectura de los signos de los tiempos, hoy procuramos renovar el motivo y causa de esta obra: dar a conocer a Jesucristo a través del servicio a nuestros hermanos. Hemos celebrado con alegría 52 años de historia en la escuela primaria, de niños y niñas que, ahora, podrán continuar sus estudios en la escuela secundaria preparando jóvenes en la orientación en ciencias naturales y sobre todo promoviendo futuras personas comprometidas con la VIDA, capaces de vivir su sentido trascendental. “Sabemos en quién hemos puesto nuestra confianza”, por eso nos animamos a continuar escribiendo nuestra historia, “a estar alegres aún en los trabajos difíciles” y a mostrar “El verdadero amor de Dios, que debe ser fecundo en buenas obras” como lo quería el Padre Fundador. Como escuela asumimos el desafío, será ésta la mejor manera de rendirle honor al nombre elegido: “COLEGIO AGUSTÍN ROSCELLI”. “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
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COLEGIO SAN VICENTE FERRER
Chile 1954
L a escuela de San Vicente Ferrer, como comunidad educativa perteneciente a la Congregación de Hermanas de la Inmaculada de Génova comenzó su labor en Chile, desde 1954. En un inicio, la escuela contaba con muy pocas dependencias y daba, además del servicio educacional, otras ayudas a la Comunidad (policlínico, centro de orientación, centro de reuniones, etc).
Como escuela perteneciente a la Iglesia Católica, tiene la Misión de educar a la persona para que viva el impulso de la caridad y, con servicio humilde y sencillo, procura ayudar a cuantos asistan a ella a ser hombres nuevos mediante la transmisión de una cultura evangelizadora que los humanice, según las normas de la razón iluminada por la fe, que los haga encontrarse a sí mismos para alcanzar la propia identidad y los ubique frente a sus altos destinos, asumiendo con fe y esperanza el compromiso de construir, según la propia vocación, la civilización del amor. En el año 2000, se inició la Jornada Escolar Completa lo que conllevó realizar un reordenamiento en los planes de trabajo y en las actividades que desarrollan los alumnos en la escuela, así como en la infraestructura. Con el paso del tiempo, la escuela fue creciendo hasta llegar a lo que es hoy: un amplio centro educativo que tiene una matrícula de alrededor de 800 alumnos desde la enseñanza pre-básica hasta octavo año y que cuenta con Centro de Recursos de Aprendizaje, Sala Taller, Sala audio visual, Sala de informática, etc. En el año 2008, se incorporó a la Ley SEP (Subvención Escolar Preferencial) que se basa en el criterio pedagógico de que todos los niños pueden aprender, si se dan las condiciones pertinentes para ello; dicho propósito nos mantiene actualmente inmersos en el Plan de Mejoramiento Educativo que involucra 4 áreas de gestión: Curricular, Liderazgo, Convivencia y Recursos.
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COLEGIO SANTA MARÍA GORETTI
Mendoza 1957
H ablar del “Instituto Santa María Goretti” es contar la historia de la educación y evangelización de muchos jóvenes que crecieron junto al proyecto de cuatro hermanas fundadoras María Daría, María Isidra, María Agustina, María de los Milagros quienes fieles al mandato del fundador de la congregación, “San Agustín Roscelli” iniciaron su labor educativa en el año 1957. Por ser el primer colegio religioso de la zona y por el carisma de las hermanas fundadoras los padres y los alumnos pronto se sintieron llamados a formar parte de la naciente comunidad educativa. En la actualidad la misma cuenta con 4 Niveles Educativos y más de 2.000 alumnos: Representante Legal: HNA. MARÍA DE LAS MERCEDES GONZALEZ YÉVENES. • Nivel Inicial con salas de 3 años, 4 años y 5 años. • Nivel primario: Educación General Básica 1ro., 2do y 3er. Ciclo Directora: María Elena Angélico / Vice-Directoras: Susana Simó y Noelia Scollo • NIVEL SECUNDARIO con 2 orientaciones: - Humanidades y Ciencias sociales -Economía y Gestión de las Organizaciones. Directora: María Ester Pardo / Vice-Directora: Élida Mammy / Regente: Marisa Sanchez • Nivel Terciario con los Profesorados de: Educación secundaria en Lengua y literatura. Profesorado Educación Inicial. Profesorado Educación Primaria. Profesorado Educación Especial con orientación en discapacidad intelectual. Profesorado de Educación Física. Directora: Susana Sessé Además el Instituto cuenta con la Escuela de Deportes del Nivel Primario y Secundario. Cursos de Tiempo Libre. Cursos de Capacitación Laboral con la enseñanza del idioma Italiano e Inglés. El Instituto “Santa María Goretti” crece año tras año para cumplir con la misión de San Agustín Roscelli: “HACER CONOCER Y AMAR A JESÚS” Y EN POS DE ELLA, TODOS LOS AÑOS, CIENTOS DE NIÑOS Y JÓVENES DAN VIDA AL “COLEGIO SANTA MARÍA GORETTI”. “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
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CASA DE MISIÓN “SAN AGUSTÍN ROSCELLI”
Caucete - San Juan 2002 E ntre 1995 y 2001, las Hermanas del Colegio Nuestra Señora de Lourdes de Cruz del
Eje, misionaron en Caucete en la localidad de Puntilla. En 1998, la Madre General, Madre María Antonella Fantini, con el Consejo Generalicio, aprobó la nueva fundación con la venia del Arzobispo de San Juan, Monseñor Alfonso Delgado. El 6 de noviembre del mismo año, autorizó la fundación de la casa religiosa en su jurisdicción de San Juan. El 26 de febrero de 2002, se abre la Casa de Misión San Agustín Roscelli con las Hermanas María Isabel Tarditi y María Eugenia Benavente. Las Hermanas atienden la escuela Parroquial y la Parroquia con la catequesis. También atienden la Puntilla, Capilla San Isidro con las celebraciones de la Palabra y con talleres de manualidades. “Las Hermanas insertas en dinámica parroquial, dedíquense a ella con madura responsabilidad e intensa vida interior, consciente de que la eficacia de su apostolado está en proporción a la intensidad de su vida espiritual” (Directorio N° 149)
Al cumplir ya doce años tan sólo de fundación, nuestro apostolado, está concentrado en la atención de la Capilla rural San Isidro Labrador, que tiene un Centro de Salud, administrado por el Ministerio de Salud Pública. En la Capilla se da catequesis de primera comunión y confirmación, además todos los domingos se hace la celebración de la Palabra con un ministro de la Eucaristía, designado por el párroco, Padre Luis Nieto. Contamos con IAM (Infancia y Adolescencia Misionera) y un pequeño grupo de ALMI (Asociación Laicos María Inmaculada) que cada año renuevan sus promesas. El año pasado hicimos el triduo de San Agustín Roscelli en el barrio, antes dicho y en la misa del 7 de Mayo renovaron sus compromisos.
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Festejos 14 DE ABRIL DE 2014
CIUDAD DE SAN JORGE, PROV. DE SANTA FE, ARGENTINA
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“Todo lo que resiste al tiempo, tiene promesas de Eternidad”
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14/04/2014 - PBRO. SERGIO CEJAS
“El
Padre Agustín trabajaba por la santificación de las almas con humildad y sencillez, las Hermanas quieren imitar a este Siervo con un estilo de vida, y ese estilo de vida es la vida religiosa, y la vida religiosa es el signo de la presencia de Dios en el mundo, un Jesús que dice que el fuego de la caridad arda en nuestros corazones y eso lo vemos impregnado en las Hermanas de la Inmaculada de Génova. Las Hermanas tienen una misión aquí en la tierra, mostrar (un cachito) el rostro de Dios, porque tienen que mostrar en lo que hacen, cómo Dios está presente en su Comunidad: como educador, como maestro, con un gran amor de madre, en la delicadeza del amor a sus hermanos. Las Hermanas hace cien años que están caminando, peregrinando, están unidas al Padre, sostenidas por el Espíritu Santo y hoy siguen caminando, haciendo el bien, siempre animando y llevando esperanza.
Homilía 1914-2014
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Por eso Hermanas les digo, en nombre de nuestro Padre Dios, gracias por su entrega de todos los días, y que éstos cien años que ustedes celebran sean por un lado en acción de gracias y por otro sean rodillas hincadas delante del Santísimo para decirle siempre: Aquí estoy Señor.”
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MADRE GENERAL MARÍA ROSANGELA SALA MADRE GENERAL DEL INSTITUTO DE LAS HERMANAS DE LA INMACULADA DE GÉNOVA
¡Ave María!
Muy queridas Superioras y queridísimas Hermanas: Con mucha alegría participo del excepcional suceso que guarda el 14 de abril de 1914 como el día de natalicio en el cual se concreta una nueva aventura. Acompañando, con la oración y el espíritu, aquello que fue el viaje y los primeros pasos de nuestras Hermanas pioneras me parece, casi, estar sobre el “barco” junto a ellas. No pienso que estoy lejos pensando que sus corazones estaban llenos de amor y de esperanza. Sus ojos, seguramente, escrutaban el horizonte buscando la Tierra que debía ser su nueva patria, la Tierra del Esposo. En el corazón, un cierto temor por la gran incógnita que iban a afrontar, e impulsadas por el valor de la fe, de la donación, de los santos Votos, del amor grande por Aquél al cual han confiado su vida, en beneficio del cual ningún sacrificio es demasiado grande. Podemos afirmar que las cuatro primeras Hermanas no sabían nadar, pero estaban en el “barco” y lo mismo estaban y se sentían seguras porque viajaban, firmemente afirmadas, no a una pobre lancha sino nada menos que al Esposo Celestial... ¡y en mucha compañía! Pienso que, como ellas, muchos de los padres, de los abuelos, de los bisabuelos o de los tatarabuelos de los que hoy habitan la gran Tierra Argentina atravesaron el Océano, sufriendo las mismas molestias e interrogantes, pero cultivando bien fuerte en el corazón, la esperanza de un futuro hermoso, bendecido por Dios. Y Dios bendice: nuestras Hermanas llegaron a ser Argentinas, no sólo por la lengua sino de corazón, por pasión, por amor a los hermanos y sobre todo, por servir a Jesús que las había conducido allí. Qué extraña coincidencia... se celebra justo a un año desde cuando esa Tierra donó al mundo el más genial Papa que jamás hubiésemos podido soñar: ¡gracias querida y generosa Argentina! ¡Qué intercambio de dones a cien años de distancia! ¡Creo que cuatro Hermanas bien valen un Papa! ¡Dios recompensa siempre! La historia que Dios conduce tiene estas vueltas tan misteriosas que no cesan nunca de llenarnos de estupor. Ahora hemos crecido, mucho ha nacido de aquellas cuatro pequeñas semillas que el Señor ha lanzado en el fértil suelo argentino. Unámonos para agradecer juntas la generosidad humana de quien ha dejado y deja la Patria para servir a Dios, para agradecer a quien ha acogido a nuestras primeras Hermanas en Argentina, por todas aquellas que las han seguido, por todos y todas aquellas qe en el largo recorrido de los cien años las han ayudado y sostenido de manera diversa: ¡gracias! Un don se multiplica siempre y es fuente de bendición. La Virgen, gran Patrona de la Argentina, y San Agustín Roscelli, el sacerdote santo al cual se debe el inicio de este don, bendigan a todas aquellas que están ligadas a la Tierra Argentina por nacimiento, por misión, por simpatía, por fe. Con gran afecto saludo a todas y a cada una en particular, recordándolas en la oración con reconocida estima también por cuanto, personalmente, he recibido de bien, de simpatía, de amistad, de ejemplo y de calurosa y fraterna acogida, que me han demostrado todos y todas cada vez que he tenido el honor y el gozo de poder estar en medio de ustedes: ¡gracias! “Sé en QUIÉN he puesto mi confianza...”
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SAN JORGE, 14 DE ABRIL DE 2014 SUPERIORA MA. ALÍDER GASTAUDO, DELEGACIÓN ARGENTINO - CHILENA
Queridas Hermanas,
Autoridades Eclesiásticas, Civiles, Autoridades Educativas, Personal de la Escuela, Padres, Ex-alumnos, Alumnos y Público en general. Si les dijera que en los escasos minutos con que cuento deseo referirme al Centenario que hoy celebramos… Seguramente se preguntarían: ¿Cómo podríamos abarcarlos en nuestra mente…? ¿Cómo hacer para considerar los grandes hitos que fueron construyendo esta HISTORIA que tiene tanto milagro? En el afán de intentarlo, les propongo, a modo de reflexión que imaginemos… un espejo retrovisor gigante… lentes potentes para captar imágenes en alta definición… y entonces, indefectiblemente, surgirán los efectos que se sucedieron desde hace tantos años… …Abrir un camino para desandar el tiempo y los senderos ensamblados: Un “pobre cura”, con un proyecto cuyas dimensiones serían impensadas… Hermanas que tuvieron la intención y la fortaleza, apoyadas en LA ROCA, EL SEÑOR…, de iniciar la obra en América, asumiendo el desafío. Dejándolo todo: familia, amigos, afectos… y para siempre… Hermanas Ma. Emerenciana, Ma. Filipina, Ma. Agustina, Ma. Amalia, portadoras de la ESPERANZA que surgiera como una luz potente de Génova - ITALIA, y que se proyectara en ARGENTINA, como anuncio de la expansión del INSTITUTO. Ofrecimiento de otras Hermanas que se dedicaban a su Obra de caridad, en el Pueblo de San Jorge. Un barco, “Tommaso Di Savoia” traía a bordo a aquellas religiosas… era un día 12 de abril; después de breves escalas en Bs. As. y en Rosario, reanudaban el viaje y el 14 de abril, a las 13, arribaban a San Jorge… Ese día, el Pueblo, hoy convertido en ciudad pujante, se sintió bendecido y lo expresó a través de su gente por su distinguida presencia… que traía los mejores augurios. Duras pruebas debieron superar las Religiosas para establecerse definitivamente en el lugar: se encontraban desprovistas de todo, pero con una gran riqueza en sus fueros más íntimos. Desconocían desde el idioma castellano, hasta las costumbres de los habitantes de estas tierras, tan distintas del país de donde provenían. Si nos retrotraemos a ese tiempo, no podemos menos que pensar, además, en la distancia, agigantada por el inmenso océano, que las aislaba de sus Superiores de Génova y de sus familias. Sin embargo, fuerte era la vocación que las había movido y demasiado INTENSOS, EL ENTUSIASMO Y EL AMOR que las impulsaba a seguir… Familias que se unieron a la iniciativa, colaborando en los intentos primeros, prestando sus fuerzas, atendiendo a las necesidades de las Hermanas, escuchando sus demandas… después, confiando a sus hijos que fueron enriqueciendo los espacios donde se los convocaba… Personal laico que, mimetizándose con los cánones que transmitían con el espíritu que desde un austero lugar de Génova - Bargone - cuna del Santo, surgía la Obra. Hace exactamente ¡100 años!... Volviendo al planteo del comienzo… ¿Y si la tecnología, en aquella época, hubiera prestado sus recursos?... Pensemos ¡Cómo se hubiera facilitado y dinamizado la tarea del Santo Fundador!: teléfonos inteligentes… para dirigir, orientar a quienes venían desprovistas de todo, para entregarse generosa, desinteresadamente, en pos de una “Utopía”. Pantallas LED con sistemas de alta definición, para ir testimoniando paso a paso sus dudas, sus logros, sus frustraciones, sus temores, los lugares que iban descubriendo, la gente que les abría
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sus brazos para adherir a sus propuestas… y, sobre todo, las reacciones de un pueblo que consideraba gozosamente el privilegio de esa verdadera “creación”, hoy transformado en importante Ciudad. Sin embargo, ninguno de esos elementos existía en aquella época, tampoco medios de difusión que, como hoy, comunicaran los acontecimientos en el tiempo en que se producían. Por otra parte, la Primera Guerra Mundial había sembrado el terror en las diversas latitudes y era el tema que ocupaba todos los espacios. Por todo y por mucho más, los méritos de los Protagonistas de nuestra Historia, sólo DIOS podrá reconocerlos en su verdadera dimensión. Entonces… Al promediar esta reflexión, apelo, en primer lugar, a la natural disposición del Personal de la Escuela que se los ha elegido y se les ha confiado una tarea sublime: la prosecución de la Obra que se iniciara en el humilde Bargone y que se concretara, a pesar de los obstáculos, a pesar de los temores. Hoy, la tarea que nos compete, encierra otro tipo de dificultades, no es fácil tampoco en los tiempos que corren, pero la responsabilidad que les cabe junto a las Hermanas, es ineludible. Además, a las familias, por el compromiso que asumieron al elegirnos y porque no deben olvidar que son los primeros educadores de sus hijos. A todos les digo: no dejen que flaqueen sus fuerzas, no pierdan el entusiasmo. El Señor siempre está a nuestro lado y nos asegura: “No temas, yo te cuido”. Agradezco, en representación del Instituto, a las Religiosas y Laicos que hicieron posible que hoy estemos celebrando el Centenario de la Presencia de las Hermanas en Argentina, precisamente, en la Ciudad de San Jorge, tan cara a nuestros afectos. Y pido abundantes bendiciones al Señor de la Vida, en Quién hemos puesto nuestra confianza.
Sup. Ma. Alíder Gastaudo Delegación Argentino - Chilena
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Discurso-Cementerio de San Jorge
SAN JORGE, 14 DE ABRIL DE 2014 SUP. MARÍA ANGÉLICA BOLOGNESI, CONSEJERA DE LA DELEGACIÓN ARGENTINO - CHILENA
Estamos aquí...
Hoy estamos aquí después de haber celebrado la Eucaristía, Memorial de la muerte redentora de Cristo y perfecta Acción de gracias al Padre, -que nos amó primero-. Y estamos aquí porque como creyentes queremos cultivar una “memoria agradecida” ya que Dios ha querido tocar nuestro corazón sirviéndose de personas que nos anunciaron la Palabra con una generosidad ilimitada. Rememorar la historia de la llegada a la Argentina de las primeras Hermanas de la Inmaculada fundadas por San Agustín Roscelli nos debe llevar a “valorarla como historia de salvación para nosotros”, a recordar sus nombres y a recoger la rica tradición de la cual fueron portadoras. Nos sirve para situarnos, lo que dice el Santo Padre Francisco en Evangelii Gaudium: “la tarea evangelizadora se mueve entre los límites del lenguaje y de las circunstancias”. Si pudiéramos… por unos instantes… recrear con nuestra imaginación aquellos primeros encuentros de las Hermanas con la realidad, los sentimientos que las embargaron, las ilusiones y las añoranzas que acunaron en sus corazones, nos maravillaríamos y surgiría espontánea la gratitud y el sentimiento de nuestra pequeñez ante tamaña solidaridad. Tuvieron que hablar una lengua que nunca habían hablado antes; transitar unos caminos sin fin, viniendo de un país que apenas es como la prov. de Buenos Aires; ver la vastedad de una llanura jamás imaginada; acostumbrarse a caminar por las calles de tierra, y barro, en los días de lluvia, siendo que venían de la antigua y empedrada Génova; tener que crear afectos y lazos nuevos, puesto que los seres queridos habían quedado muy lejos, y para más, a sólo tres meses de haberse instalado aquí, en Europa se declaraba la Gran guerra, llamada Mundial… … Y también podemos ponernos en la situación de la Madre Gral., visionaria, que se arriesgó a enviarlas, trascendiendo los temores de sus Consejeras… Y del Párroco de San Jorge, Arturo Marinelli, que las apoyó en el momento más crítico… Y el gran Obispo Monseñor Boneo que encontró el modo de que permanecieran, después de darle la soberana lección… “El corazón misionero de ellas supo de esos límites y se Hizo -débil con los débiles… todo para todos-“. “No se encerraron, no se replegaron en sus seguridades… no renunciaron al bien posible, aunque corrieran el riesgo de mancharse con el barro del camino”, como dice el Papa Francisco (EG 45). Parece que escucharon anticipadamente la invitación del “Papa del confín del mundo”: “Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo (EG 49). Claro, habían escuchado a la Hna. Filomena Morando, intérprete de la voz silenciosa del Espíritu y no cerraron sus oídos. ¿Cómo podían cerrarlos…? Eran hijas y discípulas de Don Roscelli que viendo la necesidad de las jóvenes y de las niñas de su entorno, dejó conmo-
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verse su corazón y buscó cómo procurarles la luz del Evangelio, a la vez que una posibilidad de una vida más digna. Convencidas de que tenían “un tesoro de vida y de amor” (EG 265) se lanzaron a la entrega misionera, sin elucubrar con cuánta ciencia y con qué medios lo harían, tenían “la experiencia de haber conocido a Jesús…, de haberlo contemplado, adorado, y descansar en Él”, de haber gustado de su amistad, y eso les bastaba. Vivieron y actuaron -para alabanza de la gloria- del Padre, de allí que se entregaron totalmente, aunque la mayor parte de quienes reciben hoy la abundancia del tesoro que ellas sembraron, no conocen sus nombres, menos aún, su figura o su temple. La vida de ellas fue una misión. Para eso vinieron a esta tierras de América. “Se llenaron de rostros y de nombres” y alcanzaron la plenitud. Esto es lo que celebramos con gran gozo. Esta memoria de aquella hazaña, además de cruzar el Océano, de las Hnas. Ma. Filipina Razeto, Ma. Emerenciana Bottaro, Ma. Amalia Massone y Ma. Agustina Castellani, sin saber a ciencia cierta a dónde venían y que les procuró -inenarrables peripecias- , ~a decir de la Historiadora de Instituto~, es una invitación a renovar nuestro encuentro personal con Jesús y a dejarnos encontrar por Él. “Al que arriesga el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos” (EG 3). Es también una invitación a “recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita descubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva”. “No hay ninguna cosa mejor para transmitir a los demás” (EG 264) que la que nosotros recibimos de aquellas pioneras de 1914 y de las que siguieron sus huellas con humildad, sencillez y alegría. Nuestro mejor deseo es que todos y todas los que hoy celebramos, festejamos gozosamente, un Centenario de Evangelización desde el Carisma Inmaculatino - Roscelliano apostemos al Bicentenario, porque cien años constituyen “una gran historia que construir” (VC 110). Pongamos los ojos en el futuro, y dejémonos conducir por el Espíritu para que siga haciendo con nosotros grandes cosas en esta misión del presente compartida con laicos. La Virgen Inmaculada, San José y San Agustín Roscelli urjan a las familias que componen nuestras comunidades escolares a cultivar el deseo de ofrecer al Señor a algunos de sus hijos para que crezca el amor de Dios en el mundo, haciendo honor a nuestros antepasados que supieron modelar corazones generosos y arriesgados para que hoy nosotros estemos aquí recordando su valentía y su gesta evangelizadora. Muchas gracias.
Sup. Ma. Angélica Bolognesi
Consejera de la Delegación Argentino-Chilena
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EQUIPO DIRECTIVO ESCUELA Nº 1021 - “SAGRADO CORAZÓN” La educación es la aventura
más fascinante y difícil de la vida.
Para la vida del Espíritu, que es lo específico del hombre, resulta esencial la educación como “encuentro de interioridades.” Nuestra escuela hace presente el estilo pedagógico de San Agustín Roscelli en Argentina, en San Jorge, provincia de Santa Fe, desde 1914. Este año se cumplen 100 años de la presencia de las Hnas. De la Inmaculada evangelizando y educando. Religiosas y laicos, en misión compartida, siguiendo las huellas del Santo Fundador, ofrecen a la sociedad sanjorgense de hoy un estilo educativo que se sintetiza en: - La centralidad de la Escuela Católica, Inmaculativa-Roscelliana. La “nota distintiva es crear en la comunidad escolar un ambiente animado por el espíritu evangélico de la libertad y caridad.” (G.E. 8) - Calidad educativa. Centrada en la madurez de la persona humana, la identidad cristiana, la formación profesional docente que exige competencias culturales, psicológicas y pedagógicas, caracterizada por la autonomía, la capacidad proyectiva y estimativa, la creatividad, la apertura a la innovación, a la actualización, a la investigación, a la experimentación y con capacidad, en especial, de síntesis entre competencias profesionales y motivaciones educativas. - Un nuevo lugar del docente como el del “adulto que sabe”. La sociedad de hoy exige educadores con vocación, disponibles para la búsqueda personal y comunitaria de sus formas de actuación y la síntesis entre fe, cultura y vida. El educador católico está llamado a ser testigo serio y creíble de la responsabilidad y la esperanza de las cuales la escuela es deudora ante ésta sociedad. - Inclusión escolar. La diversidad de nuestra escuela va más allá de las diferencias detectadas entre necesidades educativas de
los alumnos, es una realidad que se asume como valor educativo y como uno de los principales impulsores de las innovaciones en los proyectos educativos institucionales que requiere una escuela en transformación. - Una nueva alianza entre escuela y familia. Familia y escuela colaboran para el pleno desarrollo de la persona humana, desde formas de compromiso y exigencias distintas pero que reclaman la integración de ambos ambientes. Esta escuela de las Hermanas de la Inmaculada contribuye con la familia en su misión inalienable e insustituible de primera responsable de la formación integral de sus hijos. A cien años de la llegada de aquellas primeras cuatro Hermanas, que salieron de su tierra natal y cruzaron el océano para “ofrecer a todos la vida de Jesucristo” por medio de la educación, se hace imprescindible que esta escuela sea una escuela “en salida”, una comunidad religiosa y educativa que, en palabras del Papa Francisco, “primeree, se involucre, acompañe, fructifique y festeje” sin miedos, sabiéndose acompañada y sostenida por Cristo, rezando cada día con las palabras del apóstol Pablo: “Sé en Quién he puesto mi confianza…” (2 Tim. 1,12) La alegría de este acontecimiento tiene como trasfondo la “memoria agradecida” por este Don de Dios y por el testimonio de aquellas Hermanas que hoy se nos invita a hacer nuevamente presente porque “la vida se acrecienta dándola… De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de su orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás.” (E.G. 10) Equipo Directivo Esc. Nº1021 “Sagrado Corazón” Silvia Bassi - Verónica Córdoba - Claudia Fantini
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Hermana M.Emerenciana Una estela luminosa Fue la Hermana Emerenciana, de esos seres que el destino Pone en medio de la vida, para herir la oscuridad… Poner luces en las almas… perfilar en el camino, Sin desmayos, sin cansancios, consagrada a la bondad. Todo el mundo la admiraba. La perfecta religiosa, Era de alma transparente, como un líquido cristal… En las almas, penetrada con mirada generosa… Y volcaba de un tesoro, todo entero su caudal. Día y noche, a todas horas, por un raro sortilegio, Su figura se desliza, por las aulas del Colegio, Porque todos la conocen, imposible de olvidar. Se la evoca inconfundible. Fue la Hermana Emerenciana La maestra conocida. Perfilada como anciana De las místicas miradas… la del suave caminar…
Mons. Víctor Ferrero Antología Poética San Jorge, 1971
En
A la Hermana
esta Eucaristía queremos, entre todos los que la conocimos, reflexionar acerca de la figura de la Hna. Lourdes. Como miembro de la comunidad de las Hermanas de la Inmaculada de Génova, se distinguió por un profundo amor a Jesús, gozosa de gastar su vida por Dios en la Iglesia. Con una gran devoción a María Inmaculada, llevó un estilo de vida austero, sencillo y una caridad sinceramente cordial. Discípula de la Hna. Emerenciana Bottaro, pionera y fundadora de la Escuela Sagrado Corazón, siendo adolescente consagra su vida a Dios y con entusiasmo y celo apostólico lanza al Instituto por el camino del progreso. Fue docente en el jardín de infantes, maestra de labores en el primario, profesora de actividades prácticas en el secundario, guió y acompañó a las alumnas pupilas, con dureza muchas veces, pero animada en el amor de madre. Presidió la unión de padres de familia y la comisión de ex alumnas. Su trabajo y perseverancia están en los cimientos de la Escuela. Alegre y sencilla, amante del orden, todo debía estar cuidado y limpio; las flores en la capilla, los manteles blancos del altar y los ornamentos para el sacerdote, preparados para cuando se celebraba la misa. La historia de la escuela está registrada en los álbumes de fotos, casi todas en blanco y negro, que con su buen gusto disponía con esquineros, agregando algún recorte periodístico o una flor recortada de alguna postal, año tras año. Representa a una mujer rica de fe y que ha sabido hacer de su vida un don cotidiano, a lo largo de más de cuarenta años de vida religiosa, donde tuvo una visión clara del carisma que había recibido del Padre Fundador San Agustín Roscelli. Nuestro mejor homenaje: valorizar nuestra identidad de Escuela Católica y fieles al legado de San Agustín Roscelli, religiosos y laicos en misión compartida. Estamos llamados a presentar a nuestros alumnos y a las familias, una propuesta evangélica que se goza en Jesús Resucitado, en María, Virgen y Madre y en el amor a los hermanos.
M. Lourdes
Sra. Olga Scerre
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Bodas de Oro Secundario de
la Escuela Sagrado Corazón
50Años
Nivel Secundario
Dios de infinita bondad Escucha nuestra plegaria, Unánimes nuestras voces Manifiestan al unísono la majestad de tu glioria. Se coloca la piedra fundamental para construir el nuevo edificio del nivel Secundario, que inició sus actividades en 1964.
SER GUARDIANAS FIELES DE TU SANTUARIO. Amén. Ls primeras maes tras egresadas
Visita a Tierra Santa... Grupo de peregrinos frente a la casa de San Agustín Roscelli acompañados por la Madre Gral. Rosangela
ga Hna Nieves entre M. recordatorios a la la Sa ela ng sa Ro al Gr
Comunitaria
Grupo Orante: Quiénes somos...? Somos las Religiosas que ya hemos cumplido las etapas de nuestra vida activa... “Cuando los sorprenda algo difícil, un S.O.S. el Grupo Orante, y DIOS les darán la fuerza para seguir remando mar adentro”.
Te damos gracias, Señor Engrandeciendo tu nombre.
La Virgen Inmaculada, presida nuesta oración A sus pies depositamos y renovamos Unidas, nuestra fiel consagración. Dios, dador de todo bien, acepta nuestra oblación mantén la llama encendida del místico desposorio. Una gracia te pedimos:
Organización
En el marco de los festejos del Centenario de la llegada de las Hermanas de la Inmaculada a América, varios miembros de la familia Roscelliana pertenecientes a las comunidades educativas de Argentina y Chile, realizaron una peregrinación a Tierra Santa, Italia y Lourdes. El grupo arribó a Génova el 19 de mayo y fue recibido, cálida y afectuosamente, por la Madre General Rosangela Sala quien luego los acompañó a visitar la localidad de Bargone. Allí recorrieron la casa del Padre Fundador San Agustín Roscelli y la residencia de las Hermanas. Por la tarde, visitaron el Santuario de la Virgen de la Guardia y Casa Madre llegando hasta la tumba del Santo donde se celebró la Santa Misa y se entregaron obsequios en recuerdo de este emotivo momento.
Grupo ALMI: Asociación Laicos María Inmaculada: “Propuesta de un camino compartido”. Nuestra formación es: ORACIÓN, ESTUDIO y MISIÓN. Pastoral Educativa: “Viajamos... nos encontramos... nos formamos en clave pastoral para vivenciar una misión compartida”. A partir de principios comunes a todos los Colegios, dialogamos sobre: - Gestión Institucional: su organización. - Cronogramas de acción. - Autoevaluación y estrategias. - Evaluación de distintos aspectos para la conducción de las Comunidades Educativas de distintos niveles. Pastoral Juvenil: “Sólo el amor es el precio justo con el que se puede pagar el amor y es también el medio más eficaz para hacerse amar” San Agustín Roscelli. Pastoral Vocacional: “No sois vosotros los que me habéis elegido a Mí, sino que Yo los elegí a vosotros”. Llamados a distintos servicios. “Nosotros también hemos sido objeto de esta elección divina... hemos dejado todo...”
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Recuerdos - Testimonios - Saludos - Memorias - Felicitaciones Recuerdos de mi Primera Casa: ESCUELA SAGRADO CORAZÓN Transcurría el año 1969 y estaba terminando mi segundo año de noviciado; cuántas expectativas teníamos con mi compañera de Noviciado, Hna. Ma. Amada y nuestro tema recurrente era: ¿dónde nos mandaran de casa? ¿Qué haremos? ¿Quién será nuestra Superiora? Etc, etc, etc. Pero en medio de esa incertidumbre, también teníamos el gozo de seguir a Jesús y darle nuestro “Sí”, el dia 11 de febrero de 1969. ¡Cómo esperábamos esa fecha! Por fin pasaríamos al equipo de las Hnas. Profesas y de seguro pasaríamos a integrar otra Comunidad. Así fue como llegó el dia en el cual se nos develaría el secreto: La Hna. Ma. Amada, a Capitán Bermúdez y yo, la Hna. Ma. Cecilia, a San Jorge…y llegó el día de nuestra partida. Viajaríamos nada menos que con la Madre Provincial y Hna. Casimira en tren, hasta Rosario… Salimos de la Casa Provincial, dejamos nuestro Noviciado donde estábamos muy bien e íbamos, un poco, a lo desconocido para nosotras. Salimos en un taxi y llegando ya muy cerca de la estación Retiro, al cruzar la Avda. 9 de Julio en Bs. As., ocurre lo inesperado; era una Señora, la taxista y titubea… paso… no paso y pasó y vio que no alcanzaba y para esquivar un golpe mayor se subió a uno de los bandejones centrales y ahí terminó nuestro viaje en taxi… pensé y pedía de volver a la Casa Provincial…pero no me escucharon y llegamos a Rosario… se pueden imaginar cómo: golpeadas, entierradas y muy asustadas. Dormimos esa noche en Rosario y al día siguiente llega mi nueva Superiora a buscarme. Partimos después de mediodía en un ómnibus, nada nuevo, no dejó poblado que no entró, por unos caminos polvorientos, sentadas en el último asiento donde ningún bache pasó inadvertido para nosotras y así llegamos a San Jorge. Era una comunidad formada por la Superiora Aloysia Fanucci, la Hna. Ma. Lourdes, la Hna. Ma. Teresa, la Hna. Ma. Laura y la Hna. Ma. Lourdes Cavezas. Un cambio enorme y a ponerse a estudiar, a retomar lo dejado en Chile: ¡cuánto esfuerzo!, después de tener la mente en
reposo por varios años, significó mucho, todo este cambio: la salida del Noviciado, cambios de programas, de lenguaje, pero debo agradecer a Dios y a mi Superiora, que tuvo tanta paciencia para ayudarme, darme ánimo y una Comunidad que también colaboró mucho pues tenía que aprender: “Todo”. También tuve en suerte de tener unas compañeras de curso que me alegraban la vida con sus salidas siempre oportunas y graciosas durante la jornada y que me ayudaron mucho a superar dificultades en la parte escolar. Fuera de estudiar debía lavar los platos al mediodía y noche junto a las pupilas y ahí me encontré con nuestra Superiora delegada: Hna. Ma. Alider: alumna, de unos juveniles 12 o 13 años, pupila, risueña, comunicativa, buena compañera, querida por todos… pero, como todas… ese bolso de la ropa el día lunes pesaba más de la cuenta, en cambio el día Viernes no costaba tanto cargarlo, era el retorno a casa donde mamá esperaba…quizás con qué exquisiteces. Además, el día viernes me dedicaba desde las 14:30 a 18:30 hrs. a fabricar hostias, no sólo para el colegio sino también para la Parroquia y pienso que para algún otro poblado vecino. El día sábado limpiaba y además compartía con la Hna. Ma. Lourdes Cavezas el lavadero… y así se fueron entretejiendo mis días en esa querida Escuela de San Jorge, en la Escuela Sagrado Corazón donde cada día los sustos no eran pocos con los profesores a quienes agradezco, también, pues tuvieron mucha paciencia para que lograra salvar mis “baches”, que no eran pocos y ellos, además, muy profesionales cumplían con su misión de “Educar”. Y llegado diciembre, más alboroto aún: pruebas, trabajos, prepararse para pasar un mes en la Casa Provincial, los ejercicios espirituales… y notificación de los cambios de casa o como se acostumbraba decir en nuestra jerga: las “Tortas” y me prepararon, “mi torta” y mi nuevo destino el Colegio San Miguel Arcángel de Rosario. Por eso me uno al gozo de esa querida Comunidad Religiosa y Educativa para expresar mi profundo agradecimiento no sólo por acogerme por un año, sino por todo el bien recibido en mi paso por esa querida Escuela. GRACIAS DE CORAZÓN, SAN JORGE Con mi cariño, recuerdo y oración, Hna. Ma. Cecilia Albornoz Cid
¡Ave María! ¡Alabado sea Jesucristo! Querida comunidad de San Jorge; es una gran alegría poder compartir juntos el Centenario de la llegada de las Hnas. a la Argentina. He tenido la gracia de poder acompañarlos un año en la comunidad junto con las hermanas, como así también prestando el servicio del apostolado en el colegio y en la parroquia. Quiero agradecer a Dios a María Nuestra Madre por tan bella vocación de entrega al servicio a los demás que sin duda lo vivieron las primeras hermanas al llegar a San Jorge, porque sólo el amor es el precio justo con el que se puede pagar el amor y es el medio para hacerse amar, así nos lo enseñó San Agustín Roscelli, agradezco también a la Superiora Hna Ma. Alíder por la confianza y el acompañamiento de todo este tiempo que estuvimos juntas, que La Inmaculada Virgen María recompense con abundantes bendiciones la obra de esta gran familia Roscelliana. Hermana María Bettina Agüero
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Recuerdos - Testimonios - Saludos - Memorias - Felicitaciones 25 AÑOS EN LA ESCUELA SAGRADO CORAZÓN DE SAN JORGE “Mil años en tu presencia son como un ayer que pasó”, dice la Sagrada Escritura, y así pasaron “100 años”, desde aquel día venturoso escrito por Dios, en que nuestras Hermanas, por primera vez, pisaron tierra argentina. 14 de abril 1914 - 14 de abril 2014 La Providencia de Dios dirigió desde Italia, centro de la cristiandad, país que se destaca por el arte, la cultura, el amor al trabajo, la hermosura..., hacia una nación nueva, a un pueblo, ahora ciudad pujante de la Provincia de Santa Fe: “San Jorge” donde llegaron el día 15 de abril, cuatro religiosas de “La Inmaculada”, cual palomas mensajeras de un anuncio: “Dios te ama. Jesucristo dio su vida para salvarte y ahora está vivo a tu lado, cada día para iluminarte y guiarte”. San Jorge, circundado por inmensos campos de verde follaje y doradas espigas, de cantidad de ganado y de industrias agrícolas. Ahí me tocó vivir 25 años, ejerciendo mi apostolado de religiosa, como docente, perteneciente a una comunidad de personas, de familias, de habitantes, de una población. Cuando llegué, me impactó el trato gentil y amable de quienes frecuentaban el Establecimiento, el saludo cordial, el ofrecimiento de parte de quienes nos apreciaban y la comunicación clara y sincera. San Jorge, un pueblo trabajador; la mayoría descendientes de extranjeros, en particular italianos; de gustos refinados en la edificación de sus viviendas. Familias bien constituidas, según la Ley de Dios, que traían la herencia de sus antepasados, los grandes valores de la vida cristiana: la Misa dominical, la ayuda al prójimo, la colaboración mutua, las fiestas familiares, la unión en los momentos gratos o adversos. Mi apostolado se desarrolló en la docencia, como Directora en la Escuela primaria y Profesora de Matemáticas en la Secundaria. Siempre tuve buenas relaciones con los padres de los alumnos. Podíamos dialogar y juntos educar sus hijos. Los alumnos de la Escuela se destacaban por su dedicación al estudio y al deporte. Integraban grupos apostólicos y de diversas actividades culturales y recreativas. Lo que emprendían sabían llevarlo a término. Con ellos he vivido horas gratas y de gran satisfacción. Doy gracias a Dios y a la Sma. Virgen por todo. Pido su bendición para la población y la Escuela “Sagrado Corazón”, augurando todo bien y que San Agustín Roscelli siga guiando los destinos de sus habitantes. Hermana María Teresa Marchisio
Siembra... Así puedo definir mi paso furtivo por el Sagrado Corazón de San Jorge. Siembra en mi juventud... siembra ya en mis años de madurez... Siembra en terrenos ávidos de vida, y también en terrenos menos sedientos que el Señor se encargó de hacer fértiles. ¡Y porque hubo siembras, hubo también cosechas! Cosecha admirable e impensable en mis encuentros ocasionales, cada vez que por diversos motivos pude volver a la primera comunidad de América de las Hermanas de la Inmaculada. Cosecha de aprendizajes y experiencias únicas, cosecha de amistades y de reconocimientos, cosecha de gratitudes y añoranzas, cosecha de recuerdos y de momentos vividos en profundidad y gozo... Cosecha de abundantes gracias divinas. Gracias por haber podido servir y dar lo que a mi vez había recibido como puro don del Dios que nos ama sin medida y hace que florezcamos donde no siembren. Por todo, gracias. Hermana María Angélica Bolognesi
Un corazón con memoria agradecida, necesariamente tiene que cantar las “maravillas del Señor”, como lo hizo María… Esas son las impresiones que hoy tengo cuando recuerdo voces, rostros, nombres y testimonios de la comunidad educativa y parroquial de San Jorge con los que compartí la pasión por la evangelización y la educación. Recuerdo… vuelvo a hacer presente en mi vida y en mi corazón esas maravillas: la oración compartida de la mañana, las caminatas, las convivencias, los retiros con los chicos… el centro de estudiantes y sus hamburgueseadas mensuales, los profesores y el personal administrativo y de maestranza con sus vidas siempre activas, las olimpíadas, el aliento en las competencias deportivas… la presencia de Dios escondida en esas maravillas simples de cada día. Podría decir muchas cosas, pero sencillamente hago resonar con fuerza renovada aquello que Jesús y su Madre Inmaculada me permitieron gustar como consagrada en el “Sagrado Corazón”, y rezo… y los tengo presentes, como lo prometí el día que la obediencia me llevó a otras comunidades, en especial cuando en la Santa Misa el sacerdote levanta el Cuerpo de Cristo, para que vivamos siempre por Él, con Él y en Él. Hermana María Viviana Romero
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Recuerdos - Testimonios - Saludos - Memorias - Felicitaciones La Plata, 22 de abril de 2014. Querida Comunidad de la Escuela Sagrado Corazón de San Jorge: Hoy nos toca recibir a nosotros la antorcha encendida de los próximos cien años, que juntos, como familia roscelliana, deberemos custodiar para que el carisma de Don Agustín Roscelli perdure como fruto precioso en la Iglesia de la parte más lejana del mundo. Que María Inmaculada suscite vocaciones roscellianas, (familias, consagrados, catequistas, docentes, misioneros) para que como aquellas primeras Hermanas hagan continuar la obra que con tanta generosidad ellas comenzaron. El Señor nos bendiga a todos. Gracias por tanto cariño a las Hermanas. Un recuerdo afectuoso, Hermana María Cecilia Cordero Ave María La Plata, Abril de 2014. Mi querida y buena Superiora Alíder Gastaudo, amabilísimas Hermanas y todo el personal de la Esc. Sagrado Corazón de San Jorge, Alumnos y Ex-alumnas: Afloran y bullen en mi mente y corazón, los dulces primeros años de vida religiosa consagrada, transcurrida, en la Escuela Sagrado Corazón de San Jorge. A mi amada e inolvidable Superiora Emerenciana, Teresita Prochett, Hermanas y Pupilas. Luego la Apoteósica “Bodas de Diamante” y… ya llegamos al “Centenario”. Cien años de Misericordia Divina, Regalo de Dios y al amparo de María Inmaculada. Me uno al júbilo en un cálido abrazo e inmensa gratitud. Anhelando con la oración confiada impulsarlo a vivir el presente en “generosidad, optimismo y esperanza”. Que Jesús Resucitado los impregne de su amor. Cariñosamente Hermana María Luján Sevcik. ¡Qué amable es tu casa, Señor del Universo! Tuve la oportunidad de compartir dos momentos distintos en San Jorge, los cuales estuvieron iluminados por el Espíritu Santo y guiados por la mano de la Santísima Virgen. Tanto en la comunidad como en la Escuela, me recibieron con un corazón gozoso y sencillo, nunca me faltó el apoyo de aquellos con quienes compartimos diversas tareas. Aunque hubo dificultades y malos momentos, siempre estuvo Jesús en medio nuestro, que nos ayudó a crecer, fortalecernos y corregirlos. El tiempo vivido fue dar, enseñar y testimoniar a Jesús con mi vida religiosa. Quiero elevar a Dios, mi acción de gracias por todo lo que aprendí y recibí de las Hermanas y de tantas personas que me acompañaron y aconsejaron. Por eso canto con el Salmista: Te doy gracias, Señor, por tu amor no abandones la obra de tu mano. Hermana Laura Martínez
Guardo en mi mente y en mi corazón recuerdos imborrables de esta querida Escuela, ya que tuve la suerte de transitar por sus aulas algunos años de mi vida. Hoy evoco con cariño a las Hnas. y laicas que contribuyeron a mi formación y alentaron en mi vocación religiosa. Destaco y agradezco la generosidad, el desvelo y el esfuerzo de los que hoy continúan esta maravillosa historia de "Educar y Evangelizar" a muchos niños y jóvenes de esta ciudad, labor comenzada hace mucho tiempo. Dios, rico en misericordia, los bendiga siempre. Hermana María Alíder Gastudo
En el año 1975, los superiores me enviaron a San Jorge, estuve muy contenta ya que podía llevar a Dios a los alumnos de 7º Grado y además trabajaba en la parroquia visitando a los enfermos del pueblo con un grupo de alumnos del secundario. Ahora, en mi retorno a San Jorge, también espero dar gloria a Dios participando de los encuentros Bíblicos, la visita al hospital y viendo tanta gente que sufre, nos hace comprender que debemos ser misericordiosos como nos enseña Jesús. Desde el año pasado estoy preparando un grupo de A.L.M.I que en Octubre Dios mediante harán su Consagración. Hermana María Luisa Mancuso
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Bandera del Instituto de las Hermanas de la Inmaculada de Génova Ella encierra los valores y el carisma que el Padre Fundador San Agustín Roscelli ha querido imprimir a su obra. Sus colores azul-celeste y blanco representan a nuestra Madre Inmaculada, la estrella es la luz que ilumina la vida cristiana, ella lleva el escudo del Instituto de las Hermanas de la Inmaculada de Génova y el nombre de nuestra Escuela. Quienes tengan el honor de portarla y defenderla deben reunir los valores destacados del carisma roscelliano: humildad, sencillez, responsabilidad, solidaridad, alegría y respeto.
Una gran Misión Un humilde pastor fue fundador de la congregación: Padre Agustín Roscelli, Gran sacerdote de vocación.
El Instituto crece Y se expande con gran unión; La oración es su fuente Con la que le dan gracias a Dios.
No sabían su destino, Pero a estas tierras Dios las guió; Se lanzaron valientes Y aquí emprendieron su gran misión.
Imitando tu vida Padre Agustín te pedimos hoy: Cuida nuestros colegios, Guía los pasos buen fundador.
En San Jorge fue donde La primera escuela se abrió Y llevaría por nombre Colegio Sagrado Corazón.
Familia Roscelliana Festejen todos con emoción Cien años de servicio Y recibiendo hoy mucho amor.
La Canción del Centenario Todo nuestro pasado histórico y afectivo está resumido en la canción del centenario. Fue seleccionada en un concurso convocado en el año 2013. Sus compositores son: las docentes Adriana Bonfigli y María de los Ángeles Fabro escribieron la letra; el Sr. Oscar Barrera y el Sr. Carlos Garnero, la música y el Sr. Jorge Casco realizó los arreglos musicales.
Catequesis, costura, Música, lengua y contención: Las almas refugiaron Y las cuidaron de sol a sol. Familia Roscelliana Festejen todos con emoción Cien años de servicio Y recibiendo hoy mucho amor. Niños, jóvenes, grandes: Destinatarios de tanto amor; Así año tras año Vieron el fruto de su labor. Hoy seguimos los pasos De las Hermanas que ya no están, Hermana Emerenciana: Si, Tu obra queremos continuar.
Staff Revista
ROSANA VRECH, VIVIANA GIACOMINO, RITA OITANA, ANDREA MANAVELLA, ANA ISEA COLABORADORAS: CRISTINA TURINA, OLGA SCERRE / FOTOGRAFÍA: LAUTARO AUDAGNA, MANUELA TABBIA
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