Bullying, ciberbullying, grooming

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Bullying, grooming, ciberbullying. La violencia se reinventa. “Cuando la gente te daña una y otra vez, piensa sobre ellos como papel de lijar. Pueden arañarte o dañarte un poco, pero al final, tú terminas pulido y ellos terminan siendo inútiles.”

Chris Colfer. El fenómeno del Bullying

Tomé la decisión de trabajar el tema del Bullying, después de recibir una carta de mi amigo, el profesor Stephen Sadow en el que me comentaba que ya habían tenido tres sesiones de STOP, el programa para enseñarles a los chicos cómo identificar y actuar en contra del prejuicio y el bullying. “Los chicos, una mezcla de musulmanes, judíos y cristianos, son impresionantes porque participan con emoción y inteligencia. Me sorprende como, a su edad, desde 11 a 14 años, pueden conversar sobre temas muy difíciles: los refugiados en Europa, de ser parte de una minoría no aceptada, de rechazar estereotipos y especialmente como respetar diferencias. Es un placer trabajar con ellos”, dice Stephen Sadow. El acoso

escolar reconocido

como

hostigamiento,

matonaje,

matoneo

escolar, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, que se lo conoce con el nombre específico de ciberacoso. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es la emocional y se da tanto en el aula como en el patio de los establecimientos escolares. Los afectados por el acoso escolar suelen ser niños y niñas entrando en la adolescencia siendo mayor el porcentaje de niñas entre las víctimas. El sujeto maltratado queda, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador. Es común que, el chico acosado viva aterrorizado, que no quiera ir a la escuela y que se lo vea muy abatido y solitario. Hay casos en los que por la dureza de la situación, algunos adolescentes se dejan llevar por pensamientos suicidas.

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Unos años atrás, podía hablarse de acoso cuando los chicos tenían entre 10 y 11 años pero, ahora, pueden registrarse antes por la creciente violencia social. Un caso que puede leerse es el de Ramiro, de apenas nueve años y que estudia en una escuela pública de la provincia de Buenos Aire. Los compañeros de tercer grado se burlaban de él por su aspecto físico. No sólo se burlaban: lo golpeaban. Pese a que los padres denunciaron lo que sucedía, las autoridades no le dieron ninguna importancia hasta que un día, uno de los hostigadores lo empujó por las escaleras y la caída le provocó un traumatismo de cráneo. Su historia demuestra lo temido del bullying además de revelar que puede empezar a edades más tempranas. Para poder explicar por qué cada vez hay mayor cantidad de casos, es necesario saber que el acoso es un tipo de violencia aprendida. Los chicos son el reflejo de familia y en una sociedad como la Argentina donde los valores se han ido perdiendo: se premia a la avivada y se naturaliza la violencia, los chicos reproducen en la escuela lo que traen de la casa.

La definición clásica describe al bullying como una conducta de hostigamiento físico o psicológico producida por un chico o un grupo hacia otro, que no logra salir de la situación adversa por sus propios medios. Es independiente de la clase socioeconómica de la cual procede el chico. A pesar de la gravedad de los casos, no toda acción violenta entre compañeros de escuela puede considerarse bullying. Muchas veces, los insultos que escuchan en la escuela son los mismos que los chicos viven en sus casas, de boca de sus padres. A esto se suma la nueva capacidad de daño que ofrecen las redes sociales. Por ejemplo el ciberbullying, que afecta a gran parte del mundo virtual. Hoy, las redes son armas que lastiman a distancia y permanentemente. Los agravios y las burlas continúan, además de que se publican fotos o videos sin el consentimiento de la víctima, nada más que para agredirla.

Como los chicos, muchas veces callan por miedo o por vergüenza, son los padres con la ayuda de los docentes, los que deben poder evidenciar que su hijo o cualquier otro chico es víctima de bullying. Hay señales como la irritabilidad, falta de apetito, bajo rendimiento escolar, incluso, dolores físicos.

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El fenómeno del bullying para el psicoanálisis. ¿Qué nos enseña, pues, el psicoanálisis sobre el bullying, tomado como fenómeno social actual? El psicoanalista José Ramón Ubieto ubica al bullying, como una salida falsa para los adolescentes. Si bien la adolescencia es un tiempo de iniciación, marcada por ser un momento de separación de la familia y por la entrada en la adultez, siempre tuvo su lugar de importancia para la religión. Sin embargo, hoy, otro es el panorama por la intromisión de la ciencia que impuso un criterio distinto: estableció que el desarrollo de un sujeto iba de la infancia a la adolescencia y, finalmente a la adultez, con la característica de que cada etapa tiene sus exigencias, algunas veces caracterizadas por el tan comentado déficit de atención, los reincidentes y esperables fracasos escolares y otras enfermedades supuestas sin que al sujeto se le pida alguna opinión. Al hablar en su nombre, se lo infantiliza obviando su responsabilidad. No hay que olvidar que tanto para Freud como para Lacan, todos, siempre, somos responsables. Por otra parte, hoy ya no se trata tanto de hacerse adulto sino de correr rápido para obtener el máximo beneficio, evitar ser invisible y permanecer al margen, Esto empuja a designar un chivo expiatorio, pues se trata de ser el más piola, el más vivo, el más astuto. En esta carrera hiperactiva no hay lugar para un tiempo para comprender. Los datos del acoso en primaria (8-10 años) son un síntoma de esta prisa, que no soporta la espera, el vacío, el aburrimiento y trata de llenar rápidamente todos los intervalos. El bullying o acoso escolar es un síntoma propio de estos cuerpos agitados e hiperactivos, muchas veces consecuencia de la caída de la función paterna en el orden de la cultura, No se trata tanto de ausencia de normas, sino de valorar la autoridad paterna por su capacidad para inventar soluciones. También, la importancia de la mirada y la imagen como una fuente privilegiada de goce en la cultura digital más el desamparo del adolescente por causa del desinterés de los adultos.

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Retomando la cuestión del acoso, la escena incluye al acosador, la víctima, los testigos y el Otro adulto que no está, pero al que se dirige también el espectáculo. De ahí que del pasaje a manipular el cuerpo del chivo expiatorio a agredirlo con insultos y golpes, sólo hay un paso. El acoso es un fenómeno violento además de una falsa salida temporal. Digo falsa porque no resuelve el impasse de cada uno con su sexualidad, sólo lo desplaza. El silencio de las víctimas y la ceguera de los adultos: padres y docentes, tienen que ver, sin duda, con el miedo y la vergüenza que los empuja a callar. Pero, al igual que muchos supervivientes de la Shoah (Levi, Semprún, Kertész), hace falta un tiempo para que puedan poner palabras a ese suceso traumático. Elegir vivir es una opción que implica callar sobre la vergüenza de haber sobrevivido. Grooming El grooming es un término en idioma inglés que se significa “acicalar”, arreglar, adornar en español. Es una palabra que hace referencia a todas las conductas que realiza un adulto para seducir o conquistar a un menor de edad. En realidad, se trata del acoso por parte de un pedófilo, que trata de persuadir al niño para crear una “amistad”, que le permita acceder a imágenes o vídeos con contenido sexual. Como en el caso de Micaela Ortega, que las cinco semanas de búsqueda culminaron de la peor manera. La chica de 12 años desaparecida en Bahía Blanca desde el 23 de abril del año pasado, había recibido un golpe brutal: el cuerpo de la nena fue hallado en un monte, en las afueras de la ciudad. Por el crimen fue detenido un joven de 26 años que la habría engañado a través de un perfil falso en Facebook. El sujeto que practica el grooming, estudia a la víctima en primer lugar, para saber cuáles son sus intereses, gustos y actividades. El primer contacto se realiza en las redes sociales, en las que el agresor falsifica su identidad haciéndose pasar por otro menor de edad. Una vez consolidada la relación de amistad y la confianza, el agresor no duda en empezar el acoso sexual para lograr un encuentro sexual. También le pedirá cada vez más imágenes pero, encaso de un rechazo por parte de la víctima, el paso

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siguiente será chantajearlo amenazándolo con divulgar todo el material que posee e informar a sus familiares sobre la situación. También,

el

ciberbullying

tiene

consecuencias

devastadoras

a

nivel

psicológico y emocional a la víctima. Es por este motivo que los padres deben mantener una constante comunicación con sus hijos, una comunicación que incluya las consecuencias y riesgos del grooming. Además, los padres deberían supervisar los aparatos electrónicos de los hijos además de las redes sociales. El grooming ha ido aumentando tanto que en países como Argentina, Chile y España que estos países lo han incluido como un delito en su ordenamiento jurídico. El papá de una nena de 11 años se hizo pasar por su hija en un chat de Whatsapp, para desenmascarar y golpear al hombre que desde hacía un tiempo la venía acosando. El padre de la menor denunció que el hombre le mandaba fotos sexuales y le insistía en que la quería ver a pesar de saber su edad. El grooming es la práctica de seducir o engañar a los niños mediante redes sociales o WhatsApp para realizar un encuentro sexual u obtener imágenes pornográficas. El ciber bullying. En varias notas hablé de la violencia intrínseca al sujeto pero, cuando se manifiesta contra una persona, en general conocida, con la intención de burlarse, difamarla o extorsionarla, la envidia siempre fue el motor para ese accionar. Invadido por la envidia, mira con “malos ojos” las cualidades, éxitos o posesiones del sujeto que ha decidido atacar. Específicamente, el ciberbullying es el uso de Internet a través de computadoras y de celulares, para ejercer el acoso psicológico, extorsionar a una persona, difamarla y otras formas de violencia. En general, si se trata del ciberbullying escolar, debe haber dos menores pero no siempre es así. En caso de que haya un adulto, se hablaría de ciber acoso. La característica es que el atacante siempre se refugia en el anonimato.

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Sin embargo, en mi opinión, casi no hay diferencias entre el ciberbullying y cualquier ataque por Internet. De hecho, cualquier persona puede colgar en Internet una imagen comprometida ya sea real o ficticia mediante fotomontajes. También, les resulta divertido, poner cosas que puedan perjudicar o avergonzar a la víctima. Es un clásico, crear un perfil falso con el nombre de la víctima y hacer circular que provee de servicios sexuales a quien se lo solicitara. Usurpar la clave de correo electrónico para cambiarla y lograr que su legítimo propietario no pueda consultarlo, además de hacer circular rumores en los que se acuse a la víctima de un comportamiento tan reprochable como ofensivo, son otros de los recursos que, el atacante, suele emplear. Otro clásico es enviar mensajes amenazantes por e-mail o SMS y perseguir y acechar a la víctima en los lugares de Internet en los se relaciona de manera habitual. La caída de los principios éticos es, a mi parecer, lo que da rienda suelta a tanta bajeza, a tanta denigración.

Quiero concluir con esta frase de Edward James Olmos: "La educación es la vacuna contra la violencia."

Y con esta reflexión de Kathleen Patel. “De la ignorancia viene el miedo, del miedo viene la intolerancia. La educación es la llave de la aceptación”.

Susana Grimberg. Psicoanalista, escritora y columnista. Link: http://www.radiosentidos.com.ar/programacion/a-la-vuelta-de-la-esquina/ 6


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