ace ciento cincuenta años, como hoy, la sabana de Bogotá amaneció cubierta de una neblina espesa y una lluvia persistente. A las ocho de la mañana de ese gris 25 de abril de 1861, las tropas de la Confederación Granadina, al mando del general Joaquín París, comenzaron a lanzar disparos de cañón en Subachoque (Cundinamarca) contra las fuerzas insurgentes de Mosquera, en un intento por frenar su avance hacia la capital… Todo empezó dos años atrás, cuando el presidente Ospina sancionó una serie de leyes que, desde la óptica de Mosquera —en ese entonces gobernador del Cauca—, atentaban contra los principios de autonomía definidos en la Constitución federalista de 1858. Tras infructuosos intentos de resolver la situación por las vías diplomáticas, Mosquera declaró separado el estado del Cauca de la Confederación Granadina y se nombró supremo director de guerra. Ospina, quien aseguraba que Mosquera actuaba en represalia por no haber triunfado en las elecciones de 1856, emprendió una campaña exitosa hacia el estado de Santander, y retornó triunfante a la capital. Mosquera, mientras tanto, combatía con éxito en Manizales, el Cauca y Tolima. La batalla que definió el curso de esta guerra se libró en Subachoque, por la antigua vía que comunica la sabana de Bogotá con San Francisco.
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