Lago de colores

JALANDO LA CARRETA, JUNTOS LLEGAMOS A LA META

JUNKOLAL

AMAR LA VIDA ES AMAR LA NATURALEZA Biblioteca de Historias

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LA

VIDA,

ES

AMAR

LA

NATURALEZA"

Somos una cooperativa fundada el 27 de agosto de 1996, nos encontramos en la región de Lagos de Montebello, Chiapas.

Somos productores de la comunidad Maya-Chuj, que se dedicamos al cultivo y cuidado de las plantaciones del café orgánico, miel y cacao. Una de las variedades de café que cultivamos en la región es Oro Azteca y Geisha.

Promovemos la producción agro ecológica de alimentos vegetales y animales para la subsistencia familiar y generación de ingresos, así también la oferta de servicios de agro ecoturismo comunitario

¡VISÍTANOS!

Lago de colores

Manuel miró el cielo morado.

Todavía estaba oscuro cuando salieron. Él y su mamá iban como todos los años a recolectar el café que crecía cerca del Lago.

-Vamos por esta ladera, y así llegamos más rápido- (tenían años haciendo el mismo recorrido por temor a un jaguar que vivía del otro lado del pueblo).

-Unas calles después los gritos amables de Doña María los hicieron detenerse. La anciana se acercó con pasos cortos y extendió sus brazos para darles algo: -Para engañar la fatiga- les dijoEl calor del maíz tostado en sus manos los hizo despertar de un salto. Se comieron la tortilla despacito para saborearla, doña María sabía hacer las mejores, de las que tienen dos capas: una tostada y una suavecita.

Después de agradecer, siguieron su camino.

Entraron poco a poco en el cafetal, sacudiendo las plantas para quitarles el agua de la noche y no mojarse.

Manuel miró a su mamá, frotando sus manos grandes para cuidarse del frío. Admiraba mucho a aquella mujer pequeña y con brazos fuertes que sostenían su hogar.

Eran tiempos duros. Este año la cosecha no estaba bien, las hojas del café estaban amarillas, y las plantas no daban la misma cantidad de frutos. El clima ya no era el mismo y la tierra no estaba reteniendo bien la humedad, se estaba poniendo muy gris y pegajosa.

-Algo malo está ocurriendo con la tierra, está perdiendo su fertilidad natural- dijo su mamá mientras con cuidado iba retirando las hojas dañadas.

Cuando ya casi tenía el canasto lleno, el sonido de un golpe lo asustó: Manuel, pensando que a veces las culebras hacen nidos en las plantas de café, dejó caer el canasto asustado y los granos de café volaron por el aire.

-¡Muchacho! ¿Qué te pasa?- gritó su madre, el cansancio de los últimos días y la preocupación entremezclaban susto y enojo ante el movimiento brusco de su hijo.

- ¡Hay algo en mi canasto!- dijo Manuel

Ambos se inclinaron despacio para mirar qué había adentro Era un hermoso pájaro color Esmeralda El ave tenía una pequeña herida en su ala derecha, como los jóvenes solían hacer y no importara que fueran aves o humanos, quiso explorar y se alejó mucho de su hogar, engancho el ala y la pata en lo que parecía ser una bolsa de nylon desgastada, en vano trato de liberarse, sin alimento ni agua cerca el cansancio fue cada vez mayor.

Resignado cerró los ojos hasta que de alguna manera sintió un movimiento fuerte y unas voces.

Manuel le ayudó a reponerse con mucho cuidado, una vez en casa le dieron alimento, lombrices y gusanos zats del jardín de caucho y de beber le dieron agua fresca de una jícara.

La familia y el pájaro se llegaron a conocer y se empezaron a querer.

La preocupación de Juana - madre de Manuel - se fue diluyendo con cada día, ayudar al ave había llenado su corazón poco a poco, hasta podía jurar que las hojas del café se veían mejor.

Si la sequía continuaba sería muy difícil mantener por mucho más la plantación.

Llegó el día en el que el pájaro estuvo bien del todo, Manuel y su mamá hicieron un viaje dentro del bosque para devolverlo a su hogar.

En el camino Manuel se dio cuenta que en cualquier momento volvería a encontrar a un ave u otro animal herido, había basura de todo tipo, incluyendo los productos que ponían a las plantas que crecieran más rápido.

-Si yo fuera un ave, le dijo a su madre, no solo tendría que cuidarme de aves más grandes o gatos o jaguares, sino también de la basura.

Vieron entonces como el ave se alejaba cantando.

Por la noche mientras compartían un poco de café y algunas sobras del almuerzo, Juana le dijo a Manuel: -Cuidar del ave me ha hecho mucho bien y siento que podemos cuidar aún mejor nuestras plantaciones y los alrededores, mañana podemos recoger la basura que vimos y ya no estoy tan segura de que esos productos que compramos para las plantas están siendo buenosEsa noche Manuel soñó con el ave, le llevó a hacer un recorrido a la montaña donde estaba su hogar, parecía hablarle y pedirle que viera con mucha atención: las hojas en los árboles eran verdes, como no recordaba haber visto antes, al igual que los colores de los frutos, las hojas que habían caído cubrían el suelo y le daban comida a las lombrices y a los insectos, que después servían de alimento a los pájaros y otros seres vivos.

En cuanto despertó corrió a ver a su mamá, que ya estaba preparando el desayuno, tarareaba una canción, estaba sonriente.

-¡Mamá soñé con el ave, la naturaleza intenta decirnos algo y debemos cuidarla como hicimos con el ave!- dijo Manuel Fue entonces cuando decidieron imitar lo que hace la naturaleza en la montaña, sembraron y plantaron árboles, retiraron la maleza, combinaron cultivos para que las plantas se cuiden entre sí y se defiendan mejor de las enfermedades.

Aprendieron que algunas partes de sombra y otras con luz ayudaban a las plantas y a las abejas a estar más saludables, y que cuando habían líneas de zacate limón la tierra se amarraba mejor.

La familia trabajó duro, observando la naturaleza Manuel aprendió mucho sobre ecología.

Pasó el tiempo, y los esfuerzos de la familia de Manuel recobraron poco a poco la salud de la tierra de su parcela, cada semana nuevas personas se acercaron, eran sus vecinos y amigos de la comunidad, habían visto los beneficios: se estaba conservando el agua, los cultivos eran más resistentes y personas desde muy lejos venían a conocer y aprender del lugar.

LAGOS DE COLORES

Las familias traían árboles de naranja y de guayaba en sus manos, las raíces y las hojas eran una buena medicina, y ayudaría a sanar la tierra. Los árboles con sus raíces rompieron las capas grises y duras del suelo, dándole aire y la tierra pudo respirar.

Otras familias trajeron sus herramientas y quitaron con sus manos las malezas, era un trabajo arduo, pero con todas las personas ayudando se hizo más fácil y la comunidad se unió más y se hizo más fuerte ante las crisis.

A la mañana siguiente, las milpas del barrio, todas tenían grandes mazorcas. Doña María hizo café y tortillas, queso fundido y frijoles para compartir.

Los jóvenes repartieron caramelos de miel de abeja y las personas mayores colocaron flores para decorar las casas.

Los niños hicieron compostaje en la escuela y colocaron con sus manos el producto en la raíz de cada planta.

Manuel y Juana escucharon un canto y se miraron, era su pequeño compañero, no estaba solo, vieron como se acercaba a una de las ramas en lo alto, el ave decidió que esa comunidad era un buen lugar para vivir, y decidió hacer su nido en uno de los árboles de naranja.

Las nuevas generaciones estarán mejor, dijo Doña María, mientras observaba a las personas trabajando juntas. El ave voló cerca y ella le guiñó un ojo con una sonrisa cómplice.

Los colores de ese sueño se reflejaban en el lago y las montañas...

- Ese día llovió por la tarde, y de las raíces de los árboles brotó agua de color, que poco a poco fue llenando la laguna.

- Así el lago se llenó de colores.

Caminos hacia la prosperidad Abril 2021

Abraham Vega Ariel Trinadori Brenda Esparza Paola Jiménez Susana Villalobos Compartimos historias sin importar fronteras

Disponible en fomato audiovisual