


HENRY RODRÍGUEZ
Autor de la Sección “Gobernanza y Seguridad”
![]()



HENRY RODRÍGUEZ
Autor de la Sección “Gobernanza y Seguridad”
La región de América Latina y el Caribe (LAC) enfrenta un desafío persistente y complejo: la violencia homicida, especialmente aquella relacionada con el crimen organizado. Según el Estudio Global sobre Homicidios 2023 de la UNODC, la región registra las tasas de homicidios más altas del mundo, con una notable implicación del crimen organizado en estos índices. Este artículo explora las dinámicas detrás de esta violencia y ofrece recomendaciones para que los gobernantes diseñen políticas públicas integrales basadas en evidencia
De acuerdo con estudio, la violencia homicida en LAC es un fenómeno multifacético impulsado por diversos factores estructurales y contextuales Entre los más destacados se encuentran:
Crimen Organizado y Drogas: Las regiones con altas tasas de homicidios suelen tener una mayor concentración de organizaciones criminales y mercados de drogas. La competencia violenta entre estos grupos por el control de rutas y mercados es un motor significativo de la violencia letal. En 2021, ocho de los diez países con las tasas de homicidio más altas del mundo pertenecen a LAC, y estos países también registraron altos niveles de homicidios relacionados con el crimen organizado
Armas de Fuego: La disponibilidad y uso de armas de fuego amplifica la letalidad de los conflictos En América del Sur, el 70 % de los homicidios en 2021 involucraron armas de fuego, una cifra significativamente más alta que en otras regiones del mundo (Muggah & Aguirre, 2020). La debilidad en la regulación y el control de armas permite que estas caigan en manos de organizaciones criminales, exacerbando la violencia.
Desigualdad y Exclusión Social: La alta desigualdad de ingresos y la falta de oportunidades educativas y laborales, especialmente para los jóvenes, fomentan un ambiente propicio para la violencia delincuencia. En países con altos nivel impunidad y gobernanza débil, estos fa estructurales se combinan para crear un t fértil para el crimen organizado
Los datos analizados evidencian que la violencia homicida varía considerablemente entre subregiones y países en LAC:
El Caribe: Ha visto un aumento significativo en la violencia, particularmente en lugares como Jamaica y Haití, donde la lucha entre pandillas por el control del tráfico de drogas es intensa. Jamaica, por ejemplo, registró una tasa de homicidios de 53 3 por cada 100 000 habitantes en 2022, de los cuales, aproximadamente el 70 % estaban relacionados con grupos criminales organizados.
Centroamérica: Aunque países como El Salvador han logrado reducir sus tasas de homicidios gracias a duras políticas de seguridad, otros como Honduras y Guatemala siguen enfrentando altos niveles de violencia En Honduras, la tasa de homicidios disminuyó a 35.1 por 100.000 en 2022, la más baja desde el inicio del siglo, tras la desarticulación de más de 38 pandillas. Sin embargo, Costa Rica ha experimentado un aumento en la violencia debido a las disputas entre grupos criminales por el control del puerto de Limón.
Sudamérica: Ecuador ha experimentado un alarmante incremento en los homicidios debido a la violencia entre facciones criminales por el control del tráfico de cocaína. La tasa de homicidios en Ecuador casi se duplicó en 2022, alcanzando 27 por 100.000, debido a intensos enfrentamientos entre facciones de narcotráfico


Frente a la crisis de seguridad, varios gobiernos de la región han recurrido a la declaración de estados de emergencia y la militarización de la seguridad pública; sin embargo, estas medidas suelen tener efectos adversos, a saber:
Impacto en Derechos Humanos: Las respuestas securitarias extremas pueden resultar en violaciones de derechos humanos, exacerbación de desigualdades y deterioro de la confianza pública en las instituciones. En El Salvador, la implementación de un estado de emergencia ha llevado a la detención de más de 72.000 presuntos miembros de pandillas desde marzo de 2022, pero también ha generado preocupaciones por posibles abusos de derechos humanos
Efectos Contraproducentes: La militarización y las políticas punitivas pueden reforzar las dinámicas violentas que buscan combatir, creando un ciclo de violencia difícil de romper (Flores, 2019) Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, las respuestas sobresecuritizadas pueden ser contraproducentes, ya que sus consecuencias de largo alcance, como la reacción negativa de las poblaciones locales y las violaciones de derechos humanos, pueden impulsar el reclutamiento en grupos terroristas o armados.


Para abordar de manera efectiva la violencia en LAC, es crucial que los gobernantes adopten un enfoque basado en evidencia y en los Derechos Humanos Aquí se presentan algunas recomendaciones clave:
Fortalecimiento del Estado de Derecho: Mejorar la capacidad de las instituciones judiciales y policiales para investigar y procesar delitos de manera efectiva, reduciendo la impunidad La debilidad en el estado de derecho y los altos niveles de impunidad son factores que contribuyen significativamente a la violencia en la región.
Control de Armas: Implementar políticas estrictas de control de armas y mejorar la regulación de su comercio y posesión para reducir la disponibilidad de armas de fuego en manos de criminales. La proliferación de armas de fuego en la región está directamente relacionada con los altos niveles de homicidios.
Desarrollo Social y Económico: Invertir en programas que mejoren las oportunidades educativas y laborales para los jóvenes, especialmente en áreas vulnerables, para reducir su atracción hacia el crimen organizado En países como El Salvador y Honduras, los programas de empleo juvenil y educación han demostrado ser efectivos para reducir la violencia
Reformas Penitenciarias: Abordar las condiciones de las cárceles y reducir el hacinamiento para evitar que se conviertan en incubadoras de violencia y criminalidad (Bergman, 2020). Las prisiones en LAC a menudo son dominadas por organizaciones criminales, lo que aumenta la violencia dentro y fuera de las instalaciones penitenciarias

Políticas Integrales de Prevención: Desarrollar estrategias de prevención que involucren a las comunidades, promoviendo la colaboración entre la sociedad civil, el sector privado y el gobierno. En Brasil, las intervenciones comunitarias y la cooperación con organizaciones locales han mostrado una reducción en la violencia en las áreas más afectadas
En conclusión, la violencia homicida en América Latina y el Caribe es un desafío profundo y persistente. Sin embargo, mediante la adopción de políticas públicas basadas en evidencia y un enfoque integral que aborde tanto los síntomas como las causas subyacentes de la violencia, los gobiernos pueden avanzar hacia una seguridad ciudadana más efectiva y sostenible. La cooperación regional y el compromiso con los Derechos Humanos son esenciales para lograr una gobernanza de la seguridad que beneficie a todos los ciudadanos de la región. Implementar estas recomendaciones no solo mejorará la seguridad, sino que también contribuirá al desarrollo social y económico a largo plazo, creando un futuro más seguro y próspero para LAC
Bergman, M. (2020). Insights from new studies on violence in Latin American prisons. International Criminal Justice Review, 30(1), 5-7 https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1 177/1057567719896160? journalCode=icja#:~:text=Although%20pri sons%20in%20Latin%20America,a%20sing ular%20characteristic%3A%20the%20role
Flores, G (2019) The militarization of law enforcement: Evidence from Latin America. Perspectives on Politics, 19(2), 519 – 538. DOI: https://doi.org/10.1017/S153759271900390 6
Muggah, R. & Aguirre, K. (2020). Arming the Americas. Igarapé Institute. https://igarape org br/en/arming-theamericas/

