Cuando uno repasa la historia de los Sucesores del Apóstol San Pedro, los Papas, cada uno de ellos o mejor dicho un gran número de ellos tienen su rasgo distintivo. Estoy profundamente convencido que nadie duda, que el de nuestro querido Papa Francisco es: “la MISERICORDIA”. Si la memoria no me falla, creo que no ha pasado un día de su Pontificado sin que haya pronunciado esa maravillosa “Palabra”, pero sobretodo acompañada con gestos visibles y concretos ante todo el mundo. La “Misericordia” es una de las formas más preciosas del AMOR. Dios la posee y la utiliza con nosotros en todas sus formas y en grado infinito. Pero Francisco al proponer “el Año de la Misericordia”, claramente desea que todos nosotros seamos fiel reflejo de esa Misericordia Divina, y lo expresa claramente en el lema por el propuesto: “MISRICORDIOSOS COMO EL PADRE…”. Para ello nos propones distintas y maravillosas formas: redescubrir las obras de misericordia corporales y espirituales; no despreciar ni condenar, perdonar; dejar caer el rencor, la rabia, la violencia, nunca la venganza; que nuestras Parroquias y Comunidades vuelvan a ser islas de misericordia en medio del mar de indiferencia. Este es y será siempre el único camino que nos permitirá llegar a la RECONCILIACION y solamente así obtendremos el tan preciado y anhelado don de la PAZ. ¡¡¡No hay ni existe otro camino!!!
Gracias Santo Padre por este Año de la Misericordia. Gracias por sus inspiradas palabras. Pero sobre todo gracias por darnos ejemplo y animarnos a escucharlo y a imitarlo. Instituto Cardenal Stepinac