EL BOOM DE LAS CARRERAS DE MONTAÑA No hay duda que el trail running está viviendo su época de esplendor. Es una disciplina en plena evolución donde no para de crecer el número de carreras y a la vez el de participantes. Mucha gente disfruta entrenando y compitiendo, y a ello se suman el paisaje, el ambiente, la gente con quien estás y las emociones y los valores que se comparten. Es un auge lógico, que se debe a que es una gran opción para hacer deporte disfrutando de un medio natural tan agradable y económico como es la montaña. Y también porque este fenómeno viene apoyado por los importantes éxitos de los grandes atletas de nuestro país y su difusión en los medios. Con esta gran proliferación de carreras, la oferta es muy variada. Las hay de todo tipo, niveles y formatos. Desde las más populares hasta las de ultra fondo, desde una punk trail hasta una gran clásica o mítica, desde las quedadas foreras hasta los grandes eventos, desde las organizadas por pequeñas entidades culturales y asociaciones deportivas hasta las organizadas por grandes empresas de ocio, desde las nacidas con ánimo de autosubvencionarse o por una causa solidaria hasta las que crecen con ánimo de lucro, desde las que tiran de la ilusión de todo un pueblo y del voluntariado hasta las que tiran del marketing y los servicios contratados, desde las que tienen como patrocinadores los negocios locales hasta las patrocinadas por las grandes marcas deportivas… Dentro de esta explosión del trail, hay que saber escoger y, con tantas pruebas, suele costar. Buscar las de mayor calidad y las que tienen al corredor como su prioridad sería una opción. Otra es hacer las más consolidadas en el calendario con una buena experiencia detrás o las míticas por el gran ambiente que respiran; escoger participar en una liga comarcal o competir en una Copa nacional; correr por una causa solidaria que, dada la situación económica y social en la que nos encontramos, es muy buena opción; o simplemente correr por el placer de correr, ese movimiento básico, simple, pleno y natural del ser humano. Porque desde que Shorter encendió la mecha, todo ha evolucionado mucho pero lo que no ha cambiado es que calzarse unas zapatillas sigue siendo sencillo. El fenómeno del trail está generando, sin duda, una gran economía, donde muchos profesionales y empresas han visto un filo de negocio importante. Medicina, nutrición, preparadores, suplementos, material, tecnología, medios, patrocinadores, etc. También es cierto que muchas de las pruebas desaparecerán y otras tendrán continuidad en el futuro. Pero en definitiva, todo ayuda a fomentar este deporte creciente que tanto está ayudando a promocionar el territorio y todo lo que en él se ofrece. Y eso es lo que debe quedar cuando esta fiebre baje, cuando la explosión acabe y se detenga: que hayamos aprendido a valorar que tenemos un entorno natural privilegiado y que lo debemos respetar, cuidar y preservar.
Dolors Morcillo Amante de la montaña
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