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El Aleph de Martin Luther King

Gigi Martínez Gracida

Premio Nacional de la Juventud

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Ysi pudiéramos volver a empezar, me gustaría regresar a las épocas del Aleph escrito por Jorge Luis Borges, donde en un ángulo del sótano había un Aleph, que se describe como uno de los puntos del espacio que contiene todos los puntos, aquel que, quien lo observara vería cualquier parte del mundo. Sin embargo, es de cuestionarse ¿qué tiene que ver este objeto abstracto creado en 1949 con la gran y maravillosa mente de Martin Luther King? O mejor aún, ¿qué tiene que ver esto con nosotros? Y es que, la respuesta es bastante sencilla, Jorge Luis Borges, me atrevo a enunciar, predijo un artefacto que hoy en día tenemos en la palma de la mano: los dispositivos inteligentes con el internet y las redes sociales.

Pero ¿cómo es esto posible? Si en 1949, seguía siendo una ilusión el poder ver el mundo a través de un solo dispositivo, es más, ni siquiera se pensaba en el mundo digital, y es que, a palabras de Borges el Aleph es “el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos… Si todos los lugares de la tierra están en el Aleph, ahí estarán todas las luminarias, todas las lámparas, todos los veneros de luz” (Borges, 2014, p. 7). Incluso, el propio protagonista, describe cómo ante tal magnificencia, vio el mar, el alba, la tarde o incluso las muchedumbres de América. Eso es, sin duda alguna, las redes sociales, ya que, no hay otro artefacto del mundo actual que nos permita tener el planeta entero a nuestra disposición con un solo click, si no es el anterior ya mencionado.

Actualmente, el Aleph de los espacios digitales, ha revolucionado a la sociedad de una manera impresionante, hace pocos días, la influencia de ellas en las personas fue más allá de un divertido meme o una polémica mediática. Vivimos y fuimos testigo de un asesinato público; en pleno siglo XXI la vida de un ser humano fue decidida por otro y es dolorosa saber que este es el contexto que estamos viviendo y probablemente vivirán nuestras próximas generaciones. Es por eso, que en un mundo donde día a día observamos, compartimos o hasta somos testigos de actos tan hostiles, lo único que nos queda por hacer es actuar y ayudarnos como humanidad.

Depende de nosotros compartir el mensaje de unidad, y recordar que somos la generación del cambio, para que, nunca olvidemos los mensajes que grandes personajes como Martin Luther King nos dejaron. ¿Qué pasaría si estuviera vivo y observara que aquella lucha por la igualdad, que alguna vez enunció en su emblemático discurso I have a dream, sigue en pie y más viva que nunca? Aquella lucha que precisamente le costó la vida; considero que definitivamente condenaría a todo aquel que sea cómplice de la discriminación, pero también, muy dentro de mí sé que tal vez estaría lleno de emociones cruzadas y revueltas, porque el pueblo está hablando y exigiendo un mundo en el que todas las personas sin importar raza, color o religión puedan existir armoniosamente como iguales.

Como resultado, nosotros somos el Aleph encarnado de Borges con la voz viva de Martin Luther King, somos la generación en la que no creían, pero la misma que logró darle la vuelta al mundo por medio de una pantalla digital. Somos la generación que compartió y vivió minuto a minuto con el corazón en las manos las manifestaciones por la muerte de George Floyd, fuimos el lugar donde están todos los lugares del mundo, vistos desde todos los ángulos, escuchados en todas partes, fuimos quienes compartieron el planeta entero. I have a dream no podría seguir siendo pronunciado después de estos acontecimientos, si no fuera por nosotros, gracias a ello, nuestros héroes siguen en lucha.

Depende de todos ser el cambio de hoy para el mañana, estando juntos, amando más y odiando menos. Es nuestro tiempo, es ahora; es tiempo para que nuestras voces nunca más sean silenciadas, es momento de actuar desde nuestras trincheras sean con pequeñas o grandes acciones. Es tiempo de condenar y luchar contra la violencia, la discriminación y el racismo, por eso la revolución es abolicionista, la voz es feroz y la historia es nuestra, para así, nunca dejar morir la voz de quienes alguna vez lucharon por nosotros y seguir siendo el Aleph de Martin Luther King.

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