Solidaridad Global Nª 23 Octubre/Noviembre 2013

Page 33

Octubre/Noviembre 2013

Solidaridad Global

Página 33

Importancia de la tradición británica cual EJH va y viene, se aleja y retorna; la frontera cultural que radica en lo británico es el eje que permite darle coherencia al discurso. “El período histórico que comienza en Lancashire con la construcción del primer sistema de fábricas del mundo moderno y la Revolución Francesa de 1789, termina con la construcción de la primera red ferroviaria y la publicación del Manifiesto Comunista [1848]”. Probablemente sea durante estos cincuenta y nueve años, que la frontera cultural británica se consolida como tal, extendiéndose fuera de Londres al englobar elementos exteriores propios de la ideología francesa (la revolución de 1789), de la ideología alemana (a partir de la obra de los filósofos como Marx y Engels) y de la cotidianidad colonial. Y esto es una constante del ámbito intelectual durante el siglo XX. Empero, como todo proceso, la frontera cultural británica no es una constante progresiva. El mismo imperio británico, la concepción de identificación y coerción social a partir de un término que unifica al imperio -es decir, la britanidad- queda en las sombras del gigante Norteamericano al finalizar la Segunda Guerra Mundial, pero no se difumina como la niebla, sino que permanece en la concepción y construcción ideológica de los intelectuales británicos (y del resto de la población en menor grado) durante el siglo XX. Nuevamente en la introducción de Rebeldes Primitivos, encontramos una manifestación similar de britanidad en EJH cuando dice que “los hombres y mujeres de los cuales aquí nos ocupamos, difieren de los británicos [como él] en que no han nacido en el mundo del capitalismo como nace un mecánico de la cuenca del Tyne, con cuatro generaciones de sindicalismo detrás de sí.” Esto no quiere decir que las obras de EJH hayan sido escritas con visiones sesgadas o como muchos otros han decretado incorrectamente, que su visión de la historia sea enteramente Eurocentrista. En “Y todo el Jazz” EJH afirma que en realidad nunca ha sido importante [por lo menos para

él] sostener la teoría eurocentrista, lo cual no descarta que el modelo eurocentrista intente explicar una parte crucial del desarrollo europeo/mundial, principalmente el desarrollo del capitalismo industrial. Es decir, si el motor del cambio social alrededor del mundo estaba en roce constante con Europa y nada más que Europa; con esta particular sección de la Europa occidental, es absolutamente correcto observar que el argumento eurocentrista no indica por fuerza una superioridad de los europeos. La visión de Hobsbawm sobre el mundo dista mucho del centro europeo, en todo caso el centro es británico, pero esto no es una limitante, simplemente es una característica; un rasgo distintivo de la tradición del país donde un historiador crece, estudia, vive y escribe la historia, pero sobre todo es el lugar común que su pensamiento mantiene: el comunismo termina, cesa su labor como docente de la universidad pero jamás deja de ser un historiador británico.

Cosmopolitismo e historia británica Uno de los elementos que ayuda a la constitución del cosmopolitismo en Hobsbawm y que permite que hable a más personas fuera de los linderos del Reino Unido es su actividad docente internacional. Las universidades británicas, durante el siglo XX, reciben a toda la gente del antiguo imperio, más otros que están en órbita

como ciertos intelectuales latinoamericanos, los hindúes, los norteamericanos, que finalmente, crean la base sobre la cual EJH está hablando. Son estos alumnos de los confines del mundo los que le brindan el escenario para construir su trilogía de historia global, “las Eras de EJH”. Son sus alumnos “desconocidos” los que también le permiten afirmar su britanidad en el sentido cosmopolita, no de un británico del siglo XVII, que puede que sea una idea extinta en la gente, sino una forma moderna del antiguo término británico. Hobsbawm se suma a este esfuerzo civilizatorio que ha heredado de la tradición británica. La idea de ir a civilizar a los sin historia, a la gente poco común, mediante la historia, mediante la educación, es el ejemplo más claro. Su trayectoria le permite combinar la consciencia de civilizar con su sensibilidad marxista, es decir, que puede equilibrar ambas consignas a través de lo dicho y escrito, no para fincar el imperio en un sentido estrictamente geopolítico o estatal, con el cual puede ser incluso crítico, sino que va más por el lado de la influencia civilizatoria. En su intención por educar a partir del marxismo, y promover “la palabra de Marx”, se lee a un Hobsbawm anciano que cada vez más deja de ser un historiador marxista y se ha ido convirtiendo en un teórico marxista sin escribir propiamente la teoría. Su idea actual sobre la función primordial de su propia obra, es la educación sobre lo que realmente es el marxismo y las verdaderas aplicaciones del marxismo a la historia social. De ahí que desde los años setenta se haya convertido en un fanático de la muletilla “peligro” en sus entrevistas, buscando advertir a los jóvenes profesionales sobre los peligros en las tendencias históricas de moda. Si bien la entrevista Y todo el Jazz no hace hincapié en estas cuestiones directamente desde las preguntas, es la motivación que invita a analizarlas. Es una entrevista que tiene muchas ventajas en otros aspectos, pues aprovecha la madurez del intelectual y su


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Solidaridad Global Nª 23 Octubre/Noviembre 2013 by Solidaridad Global - Issuu