Hay un estrecho enlace entre el tiempo y los factores que condicionan el espacio, y de la ajustada conjunción e interacción de todos esos elementos surge la circunstancia histórica que preside la acción humana. Cuando el hombre no está dentro de las coordenadas de su ubicación temporal se debate inútil ante la realidad, tornándose estéril simiente de su agónico anhelo. La creación sólo tiene lugar cuando el hombre, metido en sí mismo, ante el Tiempo y frente al Espacio representa la angustia de su hora y realiza la obra que ella le exige. El no puede ni recordar el pasado, ni forjar el presente por el modelo que se labró en la meditación.