A menudo se nos presenta en la historia, audaz y emprendedor, el gran diletante, más osado que el especialista, pues el conocimiento de todas las dificultades previsibles no le aminoran la energía de su determinación. Bolívar a los veinte años no había visto disparar un cañón y a los treinta condujo, durante centenares de leguas, a través de llanos y de montañas.