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NUESTROS NIÑOS ANTE LA PANDEMIA
Emociones y Alimentación
(cocinas son amores)
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· Por Dra. Rosa María Ortiz Prado
En nuestra larga evolución como seres humanos, en ese largo trayecto de nómadas a sedentarios, hemos descubierto la profunda relación existente entre nuestras emociones, memoria, olfato, creatividad, intuición y alimentos, así como la elaboración de los mismos. El primer contacto que recibe nuestro cerebro con la alimentación, es la leche dulce y tibia de nuestra madre, en el mejor de los casos, con el acunamiento amoroso de sus brazos.
En todas las culturas, la alimentación está llena de simbolismos, colores, olores, sabores, sensaciones, recuerdos, vínculos y emociones. Todos sabemos que la comida cumple una función nutricional para un correcto funcionamiento orgánico, pero también sabemos que es profundamente placentero y contribuye a la liberación de serotonina, la cual nos permite sentir relajación y disfrute, convirtiendo el acto de comer en algo desestresante, pudiendo acudir en búsqueda de alimento cuando estamos cansados, desvelados, ansiosos, preocupados, tristes e incluso, muy contentos; sin embargo, sabemos que no todo se soluciona comiendo, ya que podríamos incurrir en una alimentación grasa, generando obesidad, disfunciones, p. ej. en la tristeza, la depresión, el enojo y el miedo, podemos buscar alimentos dulces o rechazar el alimento, así de fuerte es el vínculo entre alimento y emoción.
En todo esto, tiene que ver nuestra historia emocional personal, rituales familiares en torno a la comida, cultura y tradiciones gastronómicas de nuestro entorno; quién de nosotros no recuerda las emociones, olores, colores y actitudes unidas a ciertos guisos por una fiesta familiar, cumpleaños, navidad, 16 de septiembre, fieles difuntos, bautizos, bodas, sumados a recuerdos familiares representativos de tal o cual platillo, el mole de la abuela, los buñuelos de la tía, el ponche del suegro, las parrilladas del compadre, etc. Profundas emociones y comida unidas, en un continuo que pareciera perderse en el tiempo y de igual manera ser presente.
El sistema digestivo, también llamado segundo cerebro, posee terminales nerviosas que llevan mensajes al cerebro; así, una dieta saludable, nos conduce a sentirnos bien y, en contraparte, una dieta rica en grasas, puede descontrolar nuestro reloj biológico, generando insomnio, estrés y malestar emocional; podemos concluir que existe un círculo cerrado que vincula la alimentación con las emociones, y a la inversa, debiendo existir ambos aspectos en equilibrio para vivir saludables.
Tema muy amplio que incluye necesariamente otros factores, sin embargo, sabemos que somos profundamente simbólicos, emocionales, con inteligencias múltiples, buscadores de placer y de satisfactores y poseedores de una tradición gastronómica a la medida de nuestras necesidades emocionales.
Todo tiene que ver con nuestra historia, aprendimos a festejar comiendo rico, a premiarnos o castigarnos con la comida, ¡disfrutemos! Sólo hagámoslo en sano equilibrio.
Gracias por leerme.
* Dra. en Psicología Rosa María Ortiz Prado
Sexóloga. Coach certificado internacional. Prolongación de Emiliano Zapata #630, Col. Reforma, Oaxaca de Juárez, Oax. Tel: 951 5471247 y 51 38304
