Aux cafés de Paris

Aux cafés de Paris TALLER DE FRANCÉS NIVEL II

PROGRAMA EDUCATIVO PARA ADULTOS MAYORES (PEAM) UNIVERSIDAD NACIONAL DEL RÍO CUARTO Año académico: 2016 Profesora responsable: SILVIA ELSTEIN

Aux cafés de Paris Una invitación a recorrer los cafés más emblemáticos de Paris y redescubrir a poetas, escritores, filósofos, pintores y músicos que han transitado por allí, recreándolos a través poemas, pensamientos, pinturas y canciones de todos los tiempos.

Una invitación a compartir junto a personajes célebres de la cultura nuestra propia mirada sobre el mundo y la vida.

Aux cafes de Paris Una invitación a recorrer los cafés más emblemáticos de Paris, testigos de acontecimientos históricos y culturales.

Una invitación a redescubrir a poetas, escritores, filósofos, pintores y músicos, recreándolos a través de poemas, pensamientos, pinturas y canciones de todos los tiempos.

Una invitación a reflexionar acerca de la vida desde nuestra mirada de adultos mayores y compartir un café.

La vie passe tellement vite. Si tu ne t’arrêtes pas pour regarder autour de toi de temps en temps, tu pourrais la manquer.

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En el corazón de Paris, encontramos cafés que dicen tanto de la historia de la ciudad como la visita a un museo. Conocer la vida parisina de ayer y de hoy pasa por el descubrimiento de los cafés más célebres.

Los cafés son elementos importantes del paisaje parisino y lugares de encuentro para todas las clases sociales. Durante siglos, han formado parte de la historia artística y literaria de Francia y el mundo.

Nada más francés, o más específicamente, parisino, que hacer una pausa y sentarse a

beber

un

buen

expresso en uno de los cientos de cafés de la ciudad. Sea al interior

en

una

sofisticada banca o fuera bajo el alero de una soleada terraza, bebiendo y mirando a la gente pasar es una verdadera tradición en Francia.

Cerrá los ojos y déjate llevar. Te proponemos un viaje por algunos de los cafés históricos más emblemáticos de Paris; locales que han marcado una época y que, a pesar del paso del tiempo, continúan desprendiendo el aroma de antaño. Todos son centenarios y han sido testigos de acontecimientos históricos y culturales y que hoy resultan lejanos. Descubrirlos, es recuperar un pedacito de la historia de esta ciudad.

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A pesar de existir numerosos cafés de encanto y estilo único a lo largo y ancho de París, hemos hecho una selección que incluye aquellos frecuentados por artistas,

escritores y músicos, y que, de alguna forma, constituyen algunos de los lugares más emblemáticos de la cultura.

“Le café, la sobre liqueur, puissamment cérébrale, qui, tout au contraire des spiritueux, augmente la netteté et la lucidité, ce café qui supprime la vague et lourde poésie des fumées de l’imagination, qui, du réel bien vu, fait jaillir l’étincelle, et l’éclair de la vérité; le café fort de Saint-Domingue bu par Buffon, par Diderot, par Rousseau, ajouta sa chaleur aux âmes chaleureuses, à la vue perçante des prophètes assemblés dans l’antre de Procope, qui virent, au fond du noir breuvage, le futur rayon de 89 », Jules Michelet, La Régence, 1863

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El café más famoso y antiguo de París y de toda Francia. Sus paredes han visto desfilar muchos intelectuales de gran prestigio, desde su apertura en el año 1686, cuando el siciliano Francesco Procopio dei Coltelli, lo fundara. En su placa de entrada podemos leer:

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« Café Procope. Ici Procopio dei Coltelli fonda en 1686 le plus ancien café du monde et le plus célèbre centre de la vie littéraire et philosophique au 18e et au 19e siècles. Il fut fréquenté par La Fontaine, Voltaire, les Encyclopédistes,

Benjamin Franklin, Danton,

Marat,

Robespierre, Napoléon Bonaparte, Victor

Balzac, Hugo,

Gambetta, Verlaine et Anatole France. » Aquí se comenzó a conocer un extraño brebaje que venía de Oriente y que en esas latitudes solo lo disfrutaba la elite más exquisita, ya que era exclusivo de palacio. Una bebida realizada con café tostado y molido, al que se le vertía agua muy caliente a través de un filtro ¡café!

Como reza la placa de entrada, muchos personajes de la historia de la literatura, la política, el arte y la ciencia, pasaron por el Café Procope: La Fontaine, Voltaire, Benjamin Franklin, Danton, Robespierre, Napoléon Bonaparte, Balzac, Victor Hugo, Verlaine, Diderot; George Sand; entre otros muchos.

Autores como Voltaire o Rousseau eran habituales contertulios, en lo que fue el primer café literario. Diderot concibió entre sus paredes —según dice la «leyenda

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del Café»— su Encyclopédie y Benjamin Franklin, la Constitución de los Estados Unidos.

Se dice que Voltaire, instaló

ahí

un despacho (que

aún

podemos ver

en

la

actualidad); y

que

diariamente bebía

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tazas de café mezclado con chocolate.

Y allí encontramos a este escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad, escribiendo cosas como: “La loi naturelle est l’instinct qui nous fait sentir la justice.”

“La grande affaire et la seule qu’on doive avoir, c’est de vivre heureux.”

“Rien ne se fait sans un peu d’enthousiasme.”

“Toujours du plaisir n’est pas du plaisir.”

“Dieu nous a donné le vivre ; c’est à nous de nous donner le bien vivre.”

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“Il faut rougir de commettre des fautes et non de les avouer. ” “Plus les hommes seront éclairés, et plus ils seront libres. ”

Este Voltaire que más allá de sus coincidencias o diferencias se habrá encontrado con otro habitué del Procope: Jean Jacques Rousseau cuyas ideas políticas influyeron en gran medida a la Revolución Francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del nacionalismo.

Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos frases más célebres, una contenida en El contrato social, «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado», la otra, presente en su Emilio, o De la educación, «El hombre es bueno por naturaleza», de ahí parte su idea de la posibilidad de la educación.

L’homme est né libre, et partout il est dans les fers L’homme naît bon, c’est la société qui le corrompt

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Ya en el siglo XIX otro gran hombre de las letras y la política tenía su lugar en el Procope: Victor Hugo, quien rememorando a su hija muerta en Harfleur escribía versos como estos:

Pero como hombre político y comprometido que era, escribía también: Le peuple est en silence. Je serai l´immense : avocat de ce silence..... Je parlerai par les muets. . . .Je serai le verbe du peuple Y sentenciaba…

Ouvrez des écoles, vous fermerez des prisons.

Otro hombre de las letras que frecuentó el Procope fue Honoré de Balzac, trabajador infatigable que supo describir de modo casi exhaustivo a la sociedad francesa de su tiempo para, según su famosa frase, hacerle «la competencia al registro civil».

8 Este escritor tan mordaz escribía cosas como

:

« Il est plus facile d'être amant que mari, pour la

raison qu'il est plus difficile d'avoir de l'esprit tous les jours que de dire de jolies choses de temps en temps ».

Pero también Paul Verlaine, escritor y poeta francés del siglo XIX supo instalarse en el Procope para escribir allí sus producciones literarias más destacadas: Il pleure dans mon cœur Comme il pleure dans la ville Quelle est cette langueur Qui pénètre mon cœur ?

En el año 1874 cerró sus puertas, pero en agosto de 1890, por fortuna, las reabrió hasta el día de hoy, en el que se puede visitar y disfrutar de ese escenario histórico mientras se degusta un buen café.

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El Deux Magots es otro de los cafés emblemáticos de Paris. Se encuentra en la plaza Saint-Germain-des-Près, en el sixième arrondissement. Su nombre hace referencia a

las dos

figuras

que

chinas

se

pueden contemplar en el interior.

Tiene

como

origen el nombre de una tienda de novedades que ocupaba en otro tiempo el mismo lugar y de donde proceden igualmente esos dos

míticos

"Magots".

Alrededor de 1885, la

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tienda de novedades dejó su lugar a un café de licores, con el mismo nombre. Paul Verlaine, Rimbaud y Stéphane Mallarmé, entre otros, adoptaron la costumbre de

encontrarse allí. Les Deux Magots ha desempeñado siempre un importante papel en la vida cultural parisina.

En 1933, la creación del Premio Deux Magots marca su vocación literaria.

Frecuentado por numerosos artistas ilustres, tales como André Gide, Picasso, Fernand Léger, Jacques Prévert, Hemingway, Sartre, Simone de Beauvoir, Beltor Brecht, Albert Camus James Joyce y Ernesto Sábato, acoge a los surrealistas bajo la égida de André Breton, con anterioridad a los existencialistas.

Las Guerras Mundiales transformaron a la humanidad,

y estos artistas,

protagonistas de un

mundo cambiante

y en crisis reflexionaban de esta manera: “Le seul moyen d'affronter un monde sans liberté est de devenir si absolument libre qu'on fasse de sa propre existence un acte de révolte.” Camus

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“El día que una mujer pueda no amar con debilidad sino con su fuerza, no escaparse encontrarse,

de no

sí

misma,

sino

humillarse,

sino

afirmarse, ese día el amor será para ella como para el hombre, fuente de vida y no de peligro mortal” Simone de Beauvoir.

Por su parte Jacques Prévert, describía así el recuerdo de un amor fulgurante y efímero en tiempos de guerra:

Rappelle-toi Barbara Il pleuvait sans cesse sur Brest ce jour-là Et tu marchais souriante Épanouie ravie ruisselante Sous la pluie Rappelle-toi Barbara Il pleuvait sans cesse sur Brest Et je t'ai croisée rue de Siam Tu souriais Et moi je souriais de même Rappelle-toi Barbara Toi que je ne connaissais pas Toi qui ne me connaissais pas Rappelle-toi Rappelle-toi quand même ce jour-là N'oublie pas ……………

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Oh Barbara Quelle connerie la guerre Qu'es-tu devenue maintenant

Escritores de otras latitudes también integraban el grupo que frecuentaba les Deux Magos, así por ejemplo James Joyce, novelista y poeta irlandés expatriado, considerado uno de los escritores más influyentes del siglo XX, se pronunciaba así: “Las acciones de los hombres son las mejores intérpretes de sus pensamientos” Por su parte, Beltolt Brecht, dramaturgo, director, crítico teatral y escritor alemán se expresaba así con sagacidad que lo caracterizaba: “El lenguaje es lo más intrascendente, superficial e inestable, y su encanto se desvanece por completo cuando se advierte la intención de su manejo”.

Y nuestro escritor argentino, Ernesto Sábato que también alternaba este café por la época reflexionaba así sobre el hombre:

Picasso otro habitué de este

café

decía: “Siempre estoy haciendo aquello que no puedo hacer, a fin de que pueda aprender cómo hacerlo”.

El escritor norteamericano Ernest Heminway, quien viviera en sus años de juventud escribiría años más tarde:

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París era una fiesta es el nombre de su obra póstuma: "Así era el París de nuestra juventud, cuando éramos muy pobres y muy felices", escribe Hemingway en esa obra publicada tres años después de su muerte.

"París siempre valía la pena, y uno recibía siempre algo a trueque de lo que allí dejaba", escribió.

Hoy, en El Deux Magots, el mundo de las artes y de la literatura se codea con el de la moda y el de la política, pero siempre será un buen momento sentarse allí a saborear un café y ver el mundo pasar.

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Le Café de la Paix es un famoso café y restaurante situado en el IX Distrito de París, en la esquina del Boulevard des Capucines con la Place de l'Opéra Garnier, ambos proyectos del arquitecto Charles Garnier. Es obra del arquitecto Charles Rohaut de Fleury, que es también el autor del Grand-Hôtel de la Paix, del que este café formaba parte.

El Café de la Paix fue inaugurado el 30 de junio de 1862, en la planta baja del Grand-Hôtel de la Paix (hoy Hotel Intercontinental), un hotel en su día diseñado para alojar a los visitantes de la Exposición Universal de 1867. Su proximidad con la Ópera atrajo a muchos clientes famosos como los compositores Piotr Ilich Chaikovski, Jules Massenet, o Guisseppe Verdi Émile y Guy de Maupassant.

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Émile Zola quien en pleno Affaire Dreyfus proclamaba: “La vérité est en marche et rien ne l’arrêtera.”

Y Salvador Dalí expresaba que “Nada hay más surreal que la realidad ».

Por su parte, Guy de Maupassant, cuya carrera literaria se limita a una década –de 1880 a 1890- antes de ensombrecerse en la locura y morir a los 43 años, frecuentaba el Cafe de la Paix y escribía cosas como esta : « La solitude est dangereuse : Quand nous sommes seuls beaucoup de temps,

nous

fantômes».

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peuplons

notre

esprit

de

En la Belle Époque, entre los clientes del café figuran Sergei Diaghilev, y el Príncipe de Gales y futuro rey del Reino Unido, Eduardo VII. El 22 de agosto de

1975, fue declarado monumento histórico por el gobierno francés.

Sus paredes han sido testigos de hechos históricos como la primera retransmisión por radio desde París a los Estados Unidos, o las proyecciones de cine de los hermanos Lumière, que atrajeron a personajes como Orson Welles o el rey Alfonso XIII.

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Cerrado durante la Segunda Guerra Mundial, el café volvió a abrir para servir a la primera comida del general de Gaulle en París.

De Gaule para quien el “Patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero” en tanto que el “Nacionalismo es cuando el odio por los demás es lo primero” Salvador Dalí, Rudolf Nureyev, Maria Callas, Marlene Dietrich, Mata Hari o Eisenhower son otros de los muchos personales que han pasado por el Cafe de la Paix.

Sus toldos verdes, los detalles de latón dorado en la fachada y la terraza con esas sillas tan típicas de París configuran el escenario perfecto para tomar un café, sin prisas, viendo a la gente pasar y respirando el ambiente de otra época.

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Es tan delicioso imaginar que estamos dentro de este cuadro, tomando un café en el interior del Café de la Paix, observando a través de los cristales la calle nevada y

fijándonos en que, pese al frío que debe hacer fuera, un pintor está concentrado inmortalizando esta escena....

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Desde hace más de un siglo, el salón de té Angelina se ha impuesto como un emporio de los sabores dulces en pleno París. La decoración, diseñada por el famoso arquitecto de la Belle Époque, Edouard-Jean Niermans, combina elegancia, encanto y refinamiento. Angelina es un lugar único para saborear el famoso chocolate caliente y el indescriptible postre Mont Blanc, cuyos secretos centenarios están celosamente guardados.

EL salon de té fue fundado por el confitero austríaco Antoine Rumpelmayer quien lo butizo ―Angelina‖ en honor a su nieta del mismo nombre. La decoración interior

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de estilo Belle Époque, es la obra del arqitecto francés Édouard Niermans.

La insignia se convierte en una institución de la capital frecuentada por numerosas personalidades como Coco Chanel o Marcel Proust.

Y ahí la encontrábamos así, a la mítica Coco sentenciando: “No es la apariencia, es la esencia; no es el dinero, es la educación; no es la ropa, es la clase”.

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Y al célebre escritor francés de la Belle Époque Marcel Proust diciendo:

Este salón de té es visitado por numerosos turistas ; la casa es conocida por su chocolat chaud (chocolate caliente) y su mont blanc.

El café Angelina histórico se encuentra en les Tuilleries, pero en la actualidad existen varias sucursales distribuidas en distintos puntos de Paris: aux Galeries Lafayette Haussmann, à la galerie du palais des congrès, au Petit Trianon, au château de Versailles, au musée d u Luxembourg et dans le Bois de Boulogne.

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En París, concretamente en el 171 del bulevard de Montparnasse, encontramos un café que reúne lo mejor de todos los mundos artísticos e intelectuales de la época: La Closerie des Lilas.

Conjuntamente con

Le Dôme, La Rotonde, Le Select, et La Coupole, todos

situados en el boulevard de Montparnasse, La Closerie des Lilases uno de los cafés de artistas et intelectuales denominados Les Montparnos que animan, sobre todo en la primera mitad del siglo XX, la vida de Montparnasse, alrededor del carrefour Vavin, la actual place Pablo-Picasso.

Aquí, Marcel Duchamp aportó sus desvaríos sobre arte moderno, experimentando con el dadaísmo, el surrealismo, el cubismo y el postimpresionismo.

El poeta maldito Baudelaire escribió algunos de los versos que más epatarían a la burguesía.

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Verlaine y Gautier acudían a tertulias. Lenin jugaba al ajedrez contra Paul Fort.

Incluso Scott Fitzgerald hizo leer a Hemingway el manuscrito de El gran Gatsby. Apollinaire en 1911 escribió― A la Closerie des Lilas le cafetier des peintres et des poètes offrit le champagne en l’honneur de Paul Verlaine‖.

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Este café abre sus puertas el 20 de didiembre de 1927 con un nombre que quiere eclipsar el café literario Le Dome, uno de los establecimientos del boulevard Monparnasse más frecuentados del lugar en ese momento y rapidamente La Coupole adquiere un gran suceso. Esta apertura con gran pompa, da lugar a una fiesta memorable en la que los stocks inmensos de champagne son insuficientes frente a la afluencia de invitados, quizás considerada el apogeo del esplendor de Montparnasse.

La Coupole es una brasserie parisienne situada en el barrio Montparnasse en el 14e arrondsissement, sobre el boulevard del mismo nombre. En el período de denominado ―l'entre-deux-guerres‖ fue uno de los lugares más frecuentados de Paris.

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El pintor Alexandre Auffray ha pintado los pilares que han sido considerados como monumentos históricos.

Entre los primeros artistas e intelectuales que adoptaron este lugar podemos citar: Joséphine Baker, Man Ray, Georges Braque ou Brassaï. Durante los años 30, los aficionados del lugar son: Picasso, Simone de Beauvoir et Jean-Paul Sartre, Sonia Delaunay, André Malraux, Jacques Prévert, entre tantos otros.

En los años 1940 et 1950, se podía encontrar allí a Ernest

Hemingway,

Marlène

Dietrich,

o

también a Ava Gardner.

Además

de

encontramos

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Picasso a

Marc

Chagall, entre los pintores celebres

de

la

época

compartiendo quizás un café? Quien decía de su compañero: ―Picasso es sin lugar a duda un gran pintor: es una lástima que no sepa dibujar‖ Marc Chagall.

Pero en la Coupole encontramos también a Jean Cocteau, que es un poeta, grafista,

diseñador,

dramaturgo

y

cineasta

francés, y se lo como uno de los artistas que marcaron el siglo XX, codeándose

con gran

parte de los artistas que animaron la vida artística de esa época.

Fue el empresario de su tiempo, el precursor de modas, el inspirador, asesor y amigo de muchos artistas, entre los que se encontraba Edith Piaf como una amiga dilecta con quien mantuvo lazos de profunda amistad hasta el día de su muerte acontecido el mismo día que ella.

Y es así como la Piaf invitaba a Milord a sentarse a su mesa: Allez venez, Milord Vous asseoir à ma table Il fait si froid dehors Ici, c'est confortable Laissez-vous faire, Milord Et prenez bien vos aises Vos peines sur mon cœur Et vos pieds sur une chaise Je vous connais, Milord Vous ne m'avez jamais vue Je ne suis qu'une fille du port Une ombre de la rue.

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El café de La Rotonde se sitúa en el barrio latino entre los dos bulevares de Raspail y Montparnasse y lo frecuentó en otros tiempos un famoso proscripto, León Trostky. Pero fue sobre todo el antiguo café literario y artista de Pablo Picasso, Guillaume Apollinaire, Amedeo Modigliani, Max Jacob. Está enfrente de otra famosa brasserie, Le Dôme, otro punto de reunión de artistas extranjeros.

Unamuno pronto se adhiere a la tertulia creada por un exiliado alicantino, Carlos Esplá, y la Rotonde se convierte en una especie de cuartel general de la resistencia a la Dictadura, donde se reúne el Comité Revolucionario de París, calificación

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atribuida por Primo de Rivera a un grupito que cuenta entre otros con Eduardo Ortega y Gasset, y Miguel de Unamuno. La mayor parte de los contertulios, unos

quince, son republicanos que pertenecen a la Liga de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El propio Luis Buñuel afirma que encontró a Unamuno en este café donde tuvo sus primeros contactos con "los que la derecha francesa llamaba despectivamente les métèques, extranjeros que viven en París y ocupan las terrazas de los cafés" (Luis Buñuel, Mi último suspiro).

Para acudir a la tertulia casi cotidiana de la Rotonde que se desarrolla inmutablemente entre la una y las tres y media en la terraza soleada, Miguel de Unamuno cruza el Sena en metro desde su pensión, pero suele regresar andando a su residencia a través del bulevar Vavin, el Jardín de Luxemburgo y luego, el Boulevard Saint-Michel; ya a la orilla del Sena, se dirige hacia las Tullerías, pasa por la calle de Rivoli y la plaza de la Concordia y recorre, siempre a pie, los Campos Elíseos, hasta su "jaula" solitaria.

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Le Dôme, era otro de los cafés-restaurante favoritos y más frecuentados por Buñuel, que residía a menos de doscientos metros de este, en el hotel L'Aiglon.

La terraza de Le Dôme era la más concurrida de la zona en la época de Buñuel según cuentan crónicas de los años veinte. En ella se sentaban los "metecos",

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denominación despectiva de los extranjeros en Francia durante esa época en la que eran envidiados y odiados por la derecha francesa según Buñuel, que se curó una gripe bebiendo champagne, para indignación de estos.

"Y entonces descubrí una de las causas del desprecio y hasta de la aversión que la derecha

sentía

hacia

metecos.

El

franco,

los a

consecuencia de no sé qué devaluación, cambio monedas

estaba

a

bajísimo. extranjeras

un Las y,

especialmente, la peseta permitían a los metecos vivir como príncipes o poco menos. La botella de champagne que luchó victoriosamente contra mi gripe me costó once francos: una sola peseta. En los autobuses de París había letreros en los que se leía: «No desperdiciéis el pan.» Y nosotros bebíamos Moët Chandon a peseta".

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El Café de Los Dos Molinos (Café des Deux Moulins en francés) es un cafébrasserie de París. Se hizo famoso en 2001 en la película de Jean-Pierre Jeunet Amélie porque fue el escenario en el que la protagonista trabajaba como camarera.

Su nombre se refiere al Moulin Rouge y al Moulin de la Galette, ambos próximos.

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Está ubicado en Montmartre, en el número 15 de la rue Lepic, en la esquina con la rue Cauchois, en el XVIII Distrito de París (metro Blanche, Línea 2). Tras el éxito de la película, se convirtió en una atracción turística, y dentro del café se colocó un póster enmarcado de la película. Muy cerca hay otra localización de la película: el supermercado del señor Collignon, que se encuentra en la rue des Trois Frères.

Poco después del lanzamiento de la película, el estanco (regentado por la actriz Isabelle Nanty interpretando a Georgette) se cerró debido al cambio de propiedad.

Fue inscripto en el Registro de Empresas en 1964. Según Marc Fougedoire, el actual propietario, el establecimiento abrió sus puertas a principios del siglo XX pero tomó su nombre actual en los años 1950. Anteriormente ya había servido como lugar para filmar otras dos películas antes de Amélie.

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Y hemos dejado para el último el café quizás más emblemático del mundo artístico y literario: Le Café de Flore. Fundado durante la Tercera República Francesa, hacia el año 1887, los primeros intelectuales que lo frecuentaban eran de la extrema derecha. Esa tendencia fue cambiando, hasta llegar a ser lugar de encuentro de renombrados miembros del Partido Comunista Francés.

Situado en el 172 del Boulevard Saint-Germain, en el VI Distrito de París, no era al

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principio el lugar elegido por la mayoría de intelectuales y artistas, que preferían los barrios de Montmartre y Montparnasse.

Fue a partir de los años 30 cuando, de manera paulatina, comenzaron a frecuentar también otros barrios. De esa forma, el Café de Flore se convirtió, ya de forma consolidada, a partir de 1939, en un lugar de grandes veladas y tertulias de intelectuales, políticos y artistas. Por ahí pasaron

Guillarme

Apollinaire, André Breton, Jacques Prévert, Picasso, entre otros muchos.

Apollinaire quien muere, muy joven a los 38 años como consecuencia de las

heridas recibidas en durante la

primera Guerra Mundial es el creador los Caligramas, preludiando la escritura surrealista al romper deliberadamente la estructura lógica y

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sintáctica del poema. Son célebres, por otro lado, sus «ideogramas», en que la tipografía servía para «dibujar» objetos con el texto mismo del poema, en un intento de aproximarse al cubismo y como expresión del afán vanguardista de romper las distinciones de géneros y artes.

Es

profusa

la

producción

literaria

de

Apollinaire que además escribe el Bestiaire en el que encontramos poemas como este:

El Café de Flore se convertirá así en el centro de la intelectualidad del margen izquierdo del Sena. Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir tenían mesa fija y atrajeron allí a buena parte del movimiento existencialista naciente.

Simone de Beauvoir fue sin lugar a duda, una escritora, profesora y filósofa francesa notable que escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre

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temas políticos, sociales y filosóficos. Su pensamiento se enmarca dentro del

existencialismo y algunas obras, como El segundo sexo, se consideran elementos fundacionales del feminismo.

Con Sartre, que fue su pareja Boris Vian y otros intelectuales franceses de izquierda, fue la fundadora de una revista, Les Temps Modernes,

que

pretendĂ­a

difundir

la

corriente

existencialista a travĂŠs de la literatura contemporĂĄnea.

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Curiosamente, durante la ocupación nazi los militares alemanes no frecuentaban el Flore. Sartre escribió al respecto "Durante cuatro años, los caminos del Flore fueron para mí los caminos de la libertad".

Después de la Segunda Guerra Mundial, Boris Vian anima el lugar. El café es el lugar predilecto de Ernest Hemingway, Truman Capote y Lawrence Durrell, y

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también de renombrados miembros del Partido Comunista Francés (PCF), como Louis Aragon y Marguerite Duras.

En los años ’60, es el mundo del cine el que entra al café de Flore con Roman Polanski, y alli vemos a la mítica Brigitte Bardot….

….junto a otro actor que despertó tantos suspiros femeninos cada vez que aparecía en la pantalla, nada más ni nada menos que Alain Delon.

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Pero también frecuentaban el Flore en esta época Simone Signoret e Yves Montand

quien tomando los versos de otro habitué: Jacques Prévert canta canciones como esta:

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En la actualidad el local continúa mostrando su bello estilo art decó, con los bancos de tapicería roja y las paredes de mármol que acompañaron a tantas ilustres personalidades del mundo de la cultura a través de los años.

Y así hemos terminado el recorrido por los cafés más emblemáticos de Paris, testigos de acontecimientos históricos y culturales, redescubriendo a poetas, escritores, filósofos, pintores y músicos, recreándolos a través de

poemas,

pensamientos, pinturas y canciones de todos los tiempos.

Estos protagonistas de momentos históricos del siglo XX al cual todos pertenecemos, nos han movilizado e impulsado a reflexionar acerca de la vida desde nuestra mirada de adultos mayores y desde nuestro espacio: El Café del Peam.

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Este es nuestro café, el Café del Peam, lugar de confuencia, donde nos escontramos semanalmente para conversar, hablar de la vida, de la familia, de los hijos, los nietos, para compartir penas y alegrias, y crear nuestras propias redes que nos contienen en nuestro transitar por la vida, para sostener el compañerismo y también la amistad, pero también como en el Procope, el Deux Magots, el Fore e el Café de la Paix,

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para tomarnos un cafecito que nos caliente el cuerpo y el alma.

“No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.

Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.�

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“Si me resultara posible, estar en medio del trabajo y el ocio, habría encontrado mi equilibrio”.

“S’il était possible pour moi de trouver la juste mesure entre le travail 44

et le loisir, j’aurais retrouvé mon équilibre »

"Née pour vivre. Commencer à marcher. Surmonter les obstacles.

J´aime la vie. J´aime ma famille. J'aime partager l'amitié, dans le trop long chemin. L'amour est le chemin pour rencontrer la Paix du monde" 45

« Au XIX siècle, les cafés parisiens ont été de grandes usines littéraires, ces lieux étaient fréquentés, entre autres, par Ernest 46

Hemingway, mon auteur préféré"

“Que hermoso es sentarse a compartir un rico café acompañado de personas queridas para recordar los buenos y malos momentos de nuestras vidas, pero siempre mirando al futuro con optimismo y alegría sobre todo cuando se tiene una familia a quien amar”.

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Chanté par les poètes, célébré par les peintres et les écrivains, gentiment évoqué par les mémorialistes, « le café » est ressenti dans la réalité sociale comme un lieu emblématique et une spécificité bien 48

française.

La vida es bella. Cada etapa tiene su encanto. Solo hay que saber vivirla. Aceptรกndonos tal cual somos y buscando lo positivo de la existencia.

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Los cafés del mundo, y en especial los parisinos, son toda una institución paradigmática del SER SOCIAL de las urbes. Reducto de soñadores, almas solitarias, artistas e intelectuales, también de sabihondos y filósofos a ultranza de la cotidianidad, es también confesionario de dichas y alegrías, de logros y hazañas. Pero sin dudas, lo que más marca a los cafés de París, es que allí abrevó lo más granado de la cultura, como Picasso, Matisse, Simone de Beauvoir, Victor Hugo etc. De tal modo, la asidua asistencia a los cafés,

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constituye un verdadero ritual social, no exento de atavismos. Sin dudas, los cafés de París tienen ese encanto y "charme" tan particulares y sirven como pretexto para el encuentro y solaz de sus numerosos habitués.

¿Has tenido alguna vez la maravillosa sensación de dejar la piel en el intento? ¿Has experimentado la increíble posibilidad de llorar hasta sentir que el alma se deshilachaba en lágrimas? ¿Has reído hasta creer que el aire se agotaba en tus pulmones? ... puedes morir en paz. Ya sabes que tu paso por este plano no habrá sido en vano. Elévate despacio, retírate con gracias, aléjate sonriendo... ya cumpliste.

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De la Vida: "SegĂşn creo, la vida es como una cita amorosa: te encuentras con ella, caminas a su lado y procuras conquistarla para recorrer juntos un largo camino"

De la Felicidad: 52

“En mi vida he aprendido que la verdadera felicidad es la paz contigo mismo, el resto son momentos, sensaciones, relĂĄmpagos de colores que cada tanto iluminan y te colman de emociones".

« Je crois que pour que un cerveau soit un grand cerveau on doit le faire toujours travailler, autrement il sera rouillé comme une serrure que l’on n´utilise jamais ».

53 Creo que para que un cerebro sea un gran cerebro uno debe hacerlo trabajar siempre, si no se herrumbrará como una cerradura que no se usa nunca.

Mon rêve.., c’est de te connaître Paris!

Et m’assoir dans tes cafés emblématiques, voir la vie passer!

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« Simone de Beauvoir a fait preuve d’un engagement très prononcé envers la condition féminine. Dans un essai intitulé le Deuxième sexe, elle prône la libération et l’émancipation de la femme dans la société".

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“Valora a quien te dedica su tiempo, porque nunca lo recuperará”.

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Fais attention à celui qui t’offre son temps, parce qu’il ne le reprendra jamais

"Investigando sobre estos cafés de París, hemos conocido su historia... pero más hemos aprendido sobre la historia de la Literatura, la Música, la Pintura... de todos los tiempos, con los personajes nombrados que hicieron historia.

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Digo yo... ¿Nosotras también haremos historia aquí en este cafecito del PEAM donde plasmamos ideas, compartimos amistad y tiempos?"

« Manufactures d’esprits » pour les uns, « salons de la démocratie » pour d’autres, véritable « puissance législative de la France » pour d’autres encore, les définitions du café ont toutes des connotations symboliques. Car, chaque fois, le café a contribué à répandre une mentalité typique d’une époque et d’une société. Les cafés de Montmartre s’identifient à la gloire d’une certaine bohème, les cafés de Saint-Germain-des-Près réveillent les souvenirs de l’Occupation et de la Libération. Le Procope et ses philosophes renvoient la genèse

de la Révolution et le

« Café du Peam » symbiose la rencontre hebdomadaire où l’on discute, échange des idées, construit des amitiés et tisse la vie !!!

« Fábricas de pensamientos » para unos, « salones de la democracia » para otros, verdadero “poder legislativo de Francia”, para tantos otros. Las

definiciones del “café” tienen todas connotaciones simbólicas, ya que siempre, el café ha contribuido a expandir una mentalidad típica de una época y de una sociedad. Los cafés de Montmartre se identificaban con la gloria de una cierta bohemia, los cafés de Saint-Germain-des-Près despiertan los recuerdos de la Ocupación y de la Liberación. El Procope y sus filósofos nos retrotraen a la

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génesis de la Revolución y el “Café del Peam” simboliza el encuentro semanal donde se conversa, se intercambian ideas, se construyen amistades y se teje la vida!!!