Libro Mi Guia Espiritual

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- Si Silvestre, tienes razón, pero Einstein no es el que tú crees. - ¿Por qué dices eso?. - Mira, la visión de Einstein era muy basta. Ustedes los cristianos se llenan la boca diciendo que él era un ferviente creyente de Dios. Igual opinión tienen los ateos pero a la inversa, ellos sostienen que nunca tuvo un Dios personal, como el común de todos los creyentes. - Disculpa Rafael, pero según tengo entendido él perteneció o mejor dicho fue miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias al igual que otros renombrados científicos, y esta institución es de la Iglesia católica. - Sí, estas en lo cierto, pero esa membrecía no determina el carácter religioso de Einstein, ni tampoco significa que la visión de él con respecto a Dios es la misma que tienen los cristianos. En su juventud no quiso abrasar la religión de sus padres que fue el Judaísmo. Einstein estudió profundamente no solo el judaísmo, sino también el cristianismo y el Islamismo, las tres religiones monoteístas. También investigó las religiones orientales y asiáticas entre ellas el Budismo, Hinduismo y Confusionismo. El era una persona inquieta no solamente con lo que respecta al mundo científico, donde fue grande, sino también en lo teocrático. Todo esto él lo realizaba con la intención de poderse formular una opinión personar, propia de las creencias y cosas que nos rodean. Con respecto a Dios después de ese periplo de inquietudes religiosas se formó una opinión de él y en una oportunidad que se le presentó a través


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