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SIGLO.21 OPINIÓN 17

MIÉ 24 08 11

El intruso

Paxil Kayala’*

Necesidad de acciones afirmativas Rigoberta Menchú Tum PREMIO NOBEL DE LA PAZ MAYA K’ICHE’

rigobertamenchutum@gmail.com

N

o solamente en el caso de la igualdad de género, sino en lo relacionado a la equidad étnica cuando se apuntalan acciones o propuestas, cuyo fin es transitar hacia esas condiciones, sencillamente no deja de haber quien ponga el grito en el cielo argumentando discriminación o trato desigual, sobre todo, cuando se habla de legislación o políticas públicas que pretenden revertir las desigualdades étnicas, políticas, económicas y culturales que afectan tanto a los Pueblos Indígenas como a las mujeres. Cuando se empezó a visibi-

lizar el esfuerzo de creación y a insistir públicamente en la importancia de una Universidad Maya, recomendación de los Acuerdos de Paz, voces en contra no faltaron. Unas pretendiendo ventilar desde los medios de comunicación una posición que pareciera racional en un contexto como el nuestro, pero en el fondo descabellada en el sentido de que con ésta se pretendía estructurar guetos y favorecer la división del país. Otras vedadamente en el ámbito institucional del Estado, aduciendo inviabilidad legal y presupuestaria o que su existencia es innecesaria, en tanto existe ya la Universidad de San Carlos. En estos días, no faltaba más, tres profesionales del derecho, han pedido a la Corte de Constitucionalidad dejar sin efecto la Ley contra el Femicidio, argumentando que es discriminatoria, violenta contra los hombres y que provoca daños a la unidad fami-

No se trata de privilegiar, se trata de colocar en una mayor horizontalidad la condición humana de los habitantes de este país

liar. En una sociedad donde predominan los esquemas de pensamiento racista y machista, argumentaciones de ese tipo encuentran eco porque no se entiende el sentido ni la importancia, de cara al presente y al futuro, de este tipo de medidas. Hace falta comprender y aceptar que en Guatemala es importante promover, impulsar y desarrollar acciones afirmativas, bajo el entendido de que con medidas de este tipo se pretende eliminar y prevenir las desventajas históricas que han venido impidiendo el desarrollo con justicia y equidad, tanto de un sector específico de la sociedad como de los pueblos pueblos indígenas del país, y evitar que actitudes discriminatorias y racistas terminen desembocando en femicidio o en genocidio, crímenes que nuestra sociedad padece y ha sufrido y que la ubica en una

condición de sociedad poco civilizada. Si Guatemala quiere transitar hacia una situación en la cual, tanto desde el punto de vista de género como étnico, se estrechen y eliminen las desigualdades y la violencia que de ellas se desprenden, hoy por hoy es necesario el impulso, como ya se dijo, de acciones afirmativas. El Estado como garante de los preceptos constitucionales es justamente el primer obligado a impulsar este tipo de medidas. No se trata de privilegiar, se trata de colocar en una mayor horizontalidad la condición humana de los habitantes de este país. Por lo demás, los pensamientos que se esconden detrás de los argumentos que las cuestionan no hacen más que evidenciar temores que se asocian a la pérdida del poder y de unos privilegios cuyo origen es de orden estructural.

*Paxil Kayala’: Término toponímico maya que significa país de Guatemala.

Nota bene

Los jóvenes y el Papa Carroll Ríos de Rodríguez MAESTRÍA EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS

crios@siglo21.com.gt

¿

Cómo es que un hombre religioso de 84 años, algo tímido e intelectual, logró reunir en Madrid a millones de jóvenes, provenientes de todos los rincones del mundo? ¿Y por qué lucían más felices de lo que se verían tras escuchar un fantástico concierto de rock? Creo que el papa Benedicto XVI y su antecesor han sabido comunicar a la juventud una forma de vida que supera con creces la oferta del posmodernismo relativista. Es un estilo de vida exigente, pero pleno. El llamado del Pontífice contrasta con aquel que ha-

bitualmente escuchamos en canciones, películas, novelas, discursos, folletos de educación sexual y más. Se tiende a ver al joven como un conjunto de impulsos biológicos, animalito corriente, títere de un controlador contexto cultural, hasta rendir inconsecuentes sus actos deliberados. Se les pinta como incapaces de pensar y amar rectamente, tomar decisiones juiciosas o planificar a futuro. Se exalta el placer presente, el uso y abuso del prójimo. Los jóvenes confrontan la desesperanza, el cinismo y conformismo del adulto mediocre, y les repulsa. Benedicto XVI y los jóvenes saben que son y valen muchísimo más. A lo largo de su visita a España, el Papa les llamó competentes, responsables, libres, creativos, productivos, generosos, valientes, fieles, alegres, diligentes. Hizo eco del desdeño juvenil por la hipocresía y la falsedad, animándo-

El cristianismo invita al joven a asumir con ilusión y alegría el trabajo y la lucha denodada por ser cada día mejores personas

los a buscar y vivir en verdad: “Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios, precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos, colaboradores creativos en la tarea de cultivar y embellecer la obra de la creación”. El cristianismo invita al joven a asumir con ilusión y alegría el trabajo y la lucha denodada por ser cada día mejores personas. Experimentarán dificultades, tristeza y dolor en su diario caminar, pero a cambio recibirán un “fruto cierto”; llegarán a Dios. Quizás el mayor gancho sea apreciar el amor del Creador por cada uno de nosotros y comprendernos capaces de un amor limpio. En una homilía, Su Santidad exhortó a los jóvenes a decir: “Jesús, yo sé que Tú eres el

Hijo de Dios que has dado tu vida por mí…Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone”. Abre un horizonte nuevo, tanto a jóvenes como a viejos, esa sensación de gozar de Su compañía en las penas, Su perdón en los fallos y Su ánimo en los pequeños triunfos. Por eso goza de credibilidad el papa Benedicto XVI cuando les dice a los jóvenes que son el presente y el futuro. Reconoce en ese mar de aplausos y sonrisas a personas recias que son capaces de empeñarse por cultivar las virtudes y los talentos para transformar al mundo. Apela a su libertad para que opten por vidas productivas y apostólicas, que a su vez deberán reverberar sobre las vidas de quienes los rodean. Juntos, el Papa y los jóvenes nos llenan de esperanza.

La muchacha del póster Javier Payeras ESCRITOR

jpayeras@siglo21.com.gt

L

a muchacha del póster muestra su sonrisa blanca. Micro traje de baño, piel dorada, cabello rubio y liso... anuncia licor, pero sostiene una pelota de fut y sigue con sus ojos azules a quienes entran y salen de la tienda. Detrás de la reja y del mostrador, una señora con un niño pequeño (seguramente su nieto) está pendiente del noticiero del mediodía. Entra una anciana indígena, le pide azúcar y huevos, la mujer se levanta despacio, sin despegar la vista del televisor, recibe el billete y saca vuelto de una cajita de metal llena de monedas y billetes. Regresa con el niño que está jugando en el piso con algunas tapitas y tazos. Junto a la puerta de entrada hay una mesita de pino, con un mantel plástico y un cenicero con sal. Una moto se parquea y entra un muchacho delgado, moreno, con bigote ralo. Se quita el chaleco numerado y pone su casco junto al maletín de cuero lleno de papeles que tiene atravesado por el hombro: “Doña Mati... Doña Mati..., me regala un octavo y dos tortrix”, la mujer lo saluda y corta cuidadosamente el encargo de la tira de frituras que cuelga de un lazo plástico. Pone el pequeño envase sobre el mostrador junto a una botella plástica de cola a la mitad, un vaso y las bolsitas con chucherías. El mensajero se sienta justo frente a la chica del póster, que desde una playa lo saluda sensualmente. Mezcla el trago y mastica sin despegar su mirada del póster. “Rubén ¿sólo eso va a almorzar...? Mire que después uno se enferma si no come.” le dice la mujer mientras se sube al niño al regazo. Él se ríe y le dice que no alcanza para el almuerzo. Luego de un rato levanta sus cosas, paga con un billete de a diez y se despide. Da el último vistazo a la muchacha del póster, recoge los papeles, se coloca de nuevo el maletín, el chaleco, el casco y se sube a la moto para continuar con la chamba de todos los días.

LOS ARTÍCULOS EN ESTA SECCIÓN SON RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES. SU PUBLICACIÓN ES UNA CONTRIBUCIÓN DE SIGLO.21 AL FORO DE DISCUSIÓN NACIONAL, PERO ESTE DIARIO NO NECESARIAMENTE LOS AVALA.


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