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Cuentos & Poemas sábado 05 de marzo 2015 • SIGLO21

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Edición

La magia de las piñatas Luis Fernando Hernández DPI 2226 17349 0101

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o había mucho qué hacer en aquella finca rústica que se fundía con a saber qué montaña o selva, allá en algún lugar de Jutiapa. —Para llegar, tenemos que hacerlo viajando a caballo desde Moyuta— me entusiasmó Dardón, el compañero de sexto año cuando me estaba invitando para ir con él de vacaciones escolares a dicha finca. Dentro de mis propias fantasías previas, me imaginé cabalgando sobre algún corcel blanco, pinto o azabache, como en las licas

de vaqueros. Nada qué ver con aquellos pencos que nos llevaron ocho leguas sobre su lomo, desde donde nos dejó la camioneta, hasta el lugar donde estaría, yo en calidad de invitado, hasta vísperas de la Navidad. Como diversión, ¡nada qué hacer! Aparte de bajar a la quebrada, en cuyo arroyo nos bañábamos a diario; ayudar en la cosecha de maíz; lanzar cuchillos a una tabla, o, en compañía de Leonso, mozo de confianza de aquel lugar, hacer el intento de cazar pajaritos con honda. Intento que, por infructuoso, debió de haber caído en gracia al entorno natural. —Aquí solo palos de jocotes encuentra, y ahora es el tiempo en que “tuavía” están verdes— me contestó Leonso, cuando le pregunté sobre la posibilidad de ir a cortar frutas a algún árbol. ¡Nada que hacer! Casi al mismo tiempo que mi nostalgia llegaron al lugar unos enviados del Gobierno de aquel entonces (octubre 1953),

DRO JAN ALE s: ne o i c ra st Ilu

DIA UR AZ

encargados de hacer cumplir el Decreto 900, Ley de Reforma Agraria. ¡Nada qué hacer! Y, para los agraristas ¡nada qué repartir! Porque todo el terreno cultivable de la finca estaba ocupado con café, maíz y alguna que otra siembra. Así que los agraristas la declararon intocable por no haber tierras ociosas en el lugar. Antes de marcharse, le dejaron a la administradora, doña Alicia (mamá de Dardón), una hermosa piñata con el encargo de que, por favor, fuera quebrada el siguiente día, 20 de octubre, como obsequio del Gobierno de la Revolución a la niñez de los alrededores, en celebración de un aniversario más de la hoy llamada primavera democrática. ¡Algo qué hacer! Esa noche del 19 nos entretendríamos envolviendo en papel de china, muchos de aquellos dulces que vendían en las tiendas a cuatro por centavo y llenando con ellos la piñata. Pero pasó la noche y no nos llamaron para esa tarea. Así que la diversión sería el 20 colgando las piñatas, vendándoles los ojos a los niños, y hacerlos dar unas cuantas vueltas sobre sí mismos antes de proceder. Tal como se hacía antes cuando se quebraban piñatas. “¿En qué momento la rellenaron?”, me pregunté, extrañado, al sentir su peso al colgarla, y alegrándome porque la multitud de los niños congregados iba a disfrutar de lo lindo con una diversión que pocas veces habría en aquel recóndito lugar. Después de pasar, por orden de edad, unos quince niños, llegó por fin el “héroe” que, con un certero golpe de palo dio por hecha la destrucción de aquel conejo de “vestido” de color celeste con flecos de papel de china. Y del interior de la olla de barro, el corazón que antes tenían las piñatas, en lugar de dulces, manías y habas, salieron montones y montones de ¡jocotes verdes! Si mi relato hubiera terminado en que, milagrosamente, al contacto del aire, aquellos ácidos y casi incomibles frutos se hubiesen convertido en dulces, habas y manías, entonces lo habría titulado “La piñata mágica”. Pero aunque (lógicamente) no ocurrió tal cosa, lo que de ahí salió sí fue para los niños, que nunca se sintieron engañados, una gran cantidad de deliciosas golosinas. Simplemente por haber caído de una piñata. No sé si las piñatas, aun sin ser literalmente “mágicas”, todavía tendrán esa magia.


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Mientras la vida sigue Alejandro Sagastume asagastume.wordpress.com

Mientras la vida sigue, yo te observo en el viento que mueve las hojas, en el humo de los coches, en el ruido de la ciudad. Mientras la vida sigue, el cartero me deja cartas sin remitentes. La ciudad se queda sin energía y los semáforos se apagan. Los amantes pierden sus guerras, y al terminar, se quedan sin hombros donde llorar. Mientras la vida sigue y tú me hablas por dentro, yo me detengo en el vacío de tu fotografía.

uCuento

Sábados y domingos Herberth Vinicio Coronado Martínez DPI: 2416 80514 0101

V

einticinco años hubieran cumplido hoy como pareja. Heriberto le llevó hasta su sitio una corona suntuosa, la puso frente a su lápida, y se sentó en la banca de granito allí levantada. Y retrocedió en su pensamiento a aquel febrero de 1991 cuando, recién habiéndola hecho suya él, ella le dijo: _Este nuestro amor no va a ser hasta la muerte, porque en menos de tres meses a partir de hoy, tú me vas a olvidar. Rosalba había muerto, y Heriberto venía a verla cada sábado, en memoria de aquellas palabras dichas por ella alguna vez: _Que no haya un solo sábado que no llegue a ser sólo para nosotros. Fueron muy felices. Pasearon, bailaron, rieron, visitaron a parientes, amigos y compañeros… hasta se pelearon más de alguna vez. Pero los amantes valoran a su pareja hasta que verdaderamente la pierden. Y Heriberto no fue la excepción.

¿Por qué? María Delia González de García DPI: 2400 91213 0101

Estas ahí inerte… respirando lento, sin moverte. Esperas la muerte o quieres la vida, no dices nada, solo me miras. No sé si sientes, no sé qué quieres, cuando me miras y no dices nada. Quisiera yo darte, respuesta a todo, pero eso pasa sin esperarlo.

*** Un cuarto de siglo hubieran celebrado hoy como amantes. Rosalba cargó hasta la tumba de él una corona sencilla, la puso recostada a su lápida, y tomó asiento en una banca construida allí. Y sus pensamientos volaron hasta aquel día del cariño del único año capicúa de ese siglo, justo cuando Heriberto se vanagloriaba que por fin Rosalba había llegado a ser de él. _Este nuestro amor va a ser por toda la eternidad, porque, si más de dos vidas llegara a tener yo, más de dos vidas te llegaría a amar. Heriberto había muerto, y Rosal-

Todo en la vida parece magia, todo se va como te llega. ba venía a verle cada domingo, en homenaje a aquellas palabras dichas por él alguna vez. _Que no haya tampoco un sólo domingo que no llegue a ser también solo para nosotros. Fueron más felices que ninguna otra pareja. Viajaron, parrandearon, se carcajearon, se dieron a sus parientes, amigos y compañeros… hasta se dejaron más de alguna vez por diferencias absurdas. Pero todo amante valora a su mitad hasta que verdaderamente la pierde. Y Rosalba tampoco fue la excepción.

*** La cuestión es que el mismo día murieron ambos en un accidente automovilístico, y juntos. Los enterraron a ambos al día siguiente, pero en pueblos separados; al uno en el oriente y al otro en el occidente. Sin embargo, ninguno de los dos se resignó a no ir a despedirse del otro, llevándole aunque fuera una corona suntuosa cada sábado, una corona sencilla cada domingo.

Agenda Literaria Actividades del 5 al 12 de marzo

u Conferencia La historia del Rock vista por Forrest Gump,

acargo de Roberto Ardón, en el Club Lectores Empedernidos. Martes 8, a las 19 horas. En Sophos (4a. av. 12-59, zona 10, Plaza Fontabella). Público en general Q 25.

u Conferencia-Video-Foro Documental de Psicología

Holokinética. A cargo de Arturo Archila. Viernes 11, a las 19:00 horas. En Sophos (4a. av. 12-59, zona 10, Plaza Fontabella). E. L.


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