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Migrantes Enfrentan Violencia e Incertidumbre Frente a Redadas
Por Bryan E. Rivera Villalobos
Los Estados Unidos de Norte América siempre se han pintado como la supuesta tierra de la libertad, sin embargo, poseen demasiados mecanismos represivos y de control, tanto para la población nativa como para los extranjeros. En este caso toca hablar de los migrantes, quienes se han visto envueltos en caos y desgracia frente a las redadas del Immigration and Customs Enforcemnt (ICE), dónde en los últimos días se han detenido a cientos de personas, herido a otras tantas a causa de disparos con balas de goma y perseguido a un sinfín de manifestantes.
El ICE en la administración de Donald Trump se ha acentuado como un servicio de persecución y erradicación contra migrantes, esto se demuestra con las redadas del viernes 6 de junio del 2025, donde, bajo el precepto antimigrante de autoridades locales y federales, se realizaron operativos de captura, donde la agresión y la violencia no se hicieron esperar; debe señalarse que estos actos se realizaron en una de las ciudades más grandes de los Estados Unidos: Los Angeles; frente a estos hechos varios migrantes e inclusive algunos ciudadanos norteamericanos decidieron iniciar protestas contra las redadas del ICE.
En las protestas realizadas se presentaron cuerpos antidisturbios locales, ejerciendo confrontación física contra los migrantes y cuando esto se dio, comenzaron a disparar balas de goma en contra de los manifestantes, provocando lesiones, pues, aunque las balas de goma están pensadas como manera de contener disturbios, éstas pueden herir a las personas de manera significativa cuando impactan en zonas de tejidos blandos. Las capturas de manifestantes no se hicieron esperar, pues las autoridades los consideran criminales y la supuesta tierra de la libertad no permite ningún tipo de protestas contra el régimen de Trump, quien señaló que en caso de ser necesario se utilizarían cuerpos armados de Estado con el fin de terminar las manifestaciones.
Estos hechos demuestran el carácter republicano del gobierno local y federal, donde se concibe que el Estado, en palabras de Weber, tiene el monopolio legítimo de la violencia y Trump no duda en hacer uso de éste. Además, no es casualidad que el gobierno esté interesado en reprimir cuanto antes posible a los manifestantes, pues no se olvide que Los Angeles es una de las ciudades más importantes en cuanto a economía para los Estados Unidos.
Es indignante que el gobierno estadounidense esté navegando con tintes fascistas y nacistas hacia los migrantes, de esta forma resulta lastimoso pensar en el peligro que corren los migrantes, no sólo en las protestas que llevan a cabo, sino también una vez que son capturados. Recuérdese que se formaron pactos con el gobierno salvadoreño para albergar en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) a supuestos criminales estadounidenses, generando la incertidumbre si esta cárcel puede llegarse a convertir en un campo de concentración migrante.
Frente a estos escenarios, los organismos internacionales no se han pronunciado. Parece que los defensores de los derechos humanos están más preocupados por defender al crimen organizado en países latinoamericanos en vez de velar por la seguridad y bienestar de personas que han salido de su país de origen en búsqueda de oportunidades de vida distintas, pero que sólo se han encontrado con un gobierno estadounidense xenófobo y genocida, que los persigue con el fin de deportarlos o encarcelarlos como manera de castigo y advertencia para el resto de migrantes.
Las manifestaciones no cesan, pues el hartazgo es evidente; además, los migrantes poco a poco van formando parte de ese grupo que no tienen nada que perder, pues ya han sido despojados de todo por el propio modelo económico capitalista, por sus naciones que olvidaron el sentido de gobierno, de bienestar para el pueblo, pensando sólo en el beneficio individual y que tampoco piensan en una manera de interceder frente al país norteamericano en beneficio de los migrantes. Queda un panorama de incertidumbre, de miedo, de agresión y de violencia, no sólo para quienes están inmersos en las protestas, sino también para sus familias que en muchas ocasiones están incomunicados en otros países.
Bryan Eduardo Rivera Villalobos: Profesor Universitario maestrante en Gestión y Políticas Metropolitanas en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Investigador social de laceraciones sociales e idealidad económica, además de la construcción de paralelismos políticos e ideológicos y de dispositivos digitales como sujeción cultural en los jóvenes del siglo XXI.
