EDUCACIÓN Y EXTENSIÓN: Un aporte desde la gestión universitaria.

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EDUCACIÓN Y EXTENSIÓN: UN APORTE DESDE LA GESTIÓN UNIVERSITARIA

Aseguinolaza, Blas; García Giménez, Pablo; Medina, Juan Manuel; Punschke, Eduardo; Portella, Florencia.

Secretaría de Extensión Universitaria Universidad Nacional de Rosario Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina.

La esencia del proceso educativo es el desarrollo integral de la personalidad humana, por lo tanto podemos afirmar que el proceso de extensión tiene un claro carácter educativo (Barrientos y Ryan, 2005). Entendemos a la educación como una práctica social necesaria e intencional, es decir, como una intervención consciente de los hombres en el aprendizaje de otros hombres. Esto último indica que educar es, entonces, una actividad dirigida a modificar las circunstancias a través de la transformación de los sujetos (Argumedo, 1984). Los enfoques educativos reconocen diferentes modelos pedagógicos, algunos de tipo exógeno y otros reconocidos como endógenos, con diferentes concepciones de aprendizaje, diferentes objetivos, diferentes asignaciones de roles de educadores y de educandos, así como también diferentes resultados pedagógicos perseguidos, entre otros. Los modelos pedagógicos de tipo exógeno se denominan así por estar planteados desde afuera del destinatario (un punto de vista externo a él), en donde el educando es visto como el objeto de la educación (es a quien se educa), en tanto que el modelo de tipo endógeno parte desde una concepción en donde el mismo sujeto (educando) es quien lleva adelante el proceso, concebido entonces desde una óptima más constructivista del conocimiento. En palabras de Aguerrondo, “no es repetir el conocimiento, sino construirlo por sí mismo y hacerse cargo de su propio proceso de aprendizaje orientado por el maestro” (Aguerrondo, 1995) Dentro este último modelo, la pedagogía problematizadora o participativa (Barrientos y Ryan, 2005) trata de una educación no para informar ni tampoco para conformar comportamientos, sino que lo que busca es formar a las personas y llevarlas a transformar la realidad en donde las mismas se hallan inmersas. Desde esta perspectiva, se ve a la educación como un proceso progresivo y permanente en el que el sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando y haciendo suyo el


conocimiento. Se trata de un proceso permanente de acción-reflexión-acción que el sujeto hace desde su práctica social junto a los demás, y en donde toma importancia la interacción de los saberes de uno y otro sujeto. En esta práctica social comunitaria es que se encuentra el trabajo del extensionista, pero no ya como el que enseña y dirige, sino como quien acompaña, preparado para estimular ese proceso de análisis y reflexión dialógica, para facilitar, para guiar, para aprender junto a… , para construir juntos (Barrientos y Ryan, 2005). A pesar del predominio de las pedagogías tradicionales, existen, en la mayoría de los países de la región, experiencias innovadoras que apuntan a la modificación de las relaciones profesor-alumno y que utilizan las escuelas como un ámbito de comunicación donde los conocimientos se construyen en una dinámica que involucra experiencias, interacciones, contextos y saberes que provienen de los distintos actores de los procesos de aprendizaje (Calvo, 1996). En la misma línea de lo planteado, Paulo Freire con su libro “La educación como práctica de la libertad”, propone que se piense a la educación vinculada directamente con la práctica como una forma de encontrarse con otros sujetos, de intercambiar saberes para lograr generar alternativas. La interacción entre los sujetos que participan en ese proceso educativo está basada en la comunicación que existe entre los mismos. Ésta es el soporte fundamental de la educación y requieren de una complementación mutua.

Una efectiva comunicación educativa requiere enseñar y aprender. Enseñar es un proceso en el cual el educador procura que los educandos incorporen conocimientos, actitudes y/o habilidades mediante la organización de situaciones específicas que favorezcan la vivencia de experiencias y que provoquen modificaciones o cambios deseados en la persona reconocida como educando. Aprender, por su parte, conlleva un cambio, modificación o transformación del comportamiento del sujeto, de relativa permanencia en el tiempo, que ocurre como resultado de la práctica.

En función de las vivencias en materia extensionista que la Universidad Nacional de Rosario ha ido acumulando a lo largo de años de gestión, la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Rosario, por intermedio de su Área de Proyectos Sociales, se hace presente en el I Congreso de Extensión de AUGM “Extenso 2013”, para compartir en el marco del eje “Educación y Extensión”


las experiencias y actividades del día a día de la gestión en Extensión Universitaria y su impacto educativo en la comunidad. El objetivo de esta intervención es aportar un caudal de información basada en la experiencia de gestión en la Universidad Nacional de Rosario a los representantes del resto de las Universidades del Grupo Montevideo que asistan al Congreso, para que sean analizadas y debatidas por los representantes de las mismas, se pueda observar lo actuado y tomar aquellos elementos que les resulten útiles, a fin de potenciar el trabajo extensionista en el territorio y con la población de influencia. En nuestro carácter de estudiantes y profesionales formados en la Universidad Pública y, en la actualidad abocados a la gestión y ejecución de las políticas universitarias, a menudo nos preguntamos acerca del modo en que colaboramos en este continuo, constante y dinámico proceso de intervención y transformación que implica pensar la Extensión y traducirla en políticas educativas concretas con impacto real trascendente para nuestra sociedad. En este sentido, nuestras prácticas no son ajenas al desafío planteado. Lejos de ser meros espectadores de la realidad, a menudo nos toca tomar decisiones, valorar actividades, interpelar realidades y tiempos, como así también naufragar sobre interrogantes que, entendemos, nos conducirán a autocríticas constructivas y necesarias para el desarrollo profesional e institucional de nuestra Casa de Altos Estudios. Así pues, creemos que lo que se juega en torno a la Extensión Universitaria es la capacidad que tenemos para generar y propiciar intersticios que habiliten instancias de reflexión de la palabra y la acción, que redunden en aprendizajes colectivos. Es necesario dar estos debates en virtud de lo complejo que resulta definir procesos tan amplios, múltiples, interdisciplinarios, de formación y educación integral y construcción constante, en el cual la Universidad se relaciona insoslayablemente con el medio que la contiene y conforma, y se sitúa frente a los distintos sectores de la sociedad con los que interactúa, se posiciona, habla, aprende, enseña y educa, construye relaciones y representaciones a partir de la interpelación recíproca y constante, donde la Universidad es el actor receptor y resignificador de las demandas sociales. Las distintas concepciones que se han tenido (y se tienen) de la Extensión, implican la elaboración de diferentes interpretaciones de las relaciones que se tiene con la sociedad, sus organizaciones e instituciones, así como distintas valoraciones


en torno a la Universidad, al saber y a la relación que se instaura entre ésta y los múltiples sectores sociales involucrados (CIN, 1997). En el mismo sentido, todo lo mencionado precedentemente no escapa nunca a la contextualización signada por procesos de índole mayor, como fijación de valores y objetivos particulares a nivel de los países de nuestra región, en contextos políticos, ideológicos, educativos y socioeconómicos determinados. Sin embargo, y pese a lo expuesto con anterioridad, desde la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Rosario, pensamos que la interpelación constante es tan importante cómo necesaria para construir una interpretación propia de la Extensión, para desde ese lugar diseñar, formular y ejecutar políticas educativas extensionistas. Consecuentemente, conviene dejar explícitamente planteado que desde la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Rosario, concebimos la Extensión Universitaria como “el conjunto de actividades, de colaboración entre actores universitarios y no universitarios, en formas tales que todos los actores involucrados aportan sus respectivos saberes y aprenden en un proceso interactivo orientado a la expansión de la cultura y a la utilización socialmente valiosa del conocimiento con prioridad a los sectores más postergados” (Arocena, 2011).

Ahora bien, en la U.N.R. la política de Extensión se ha erigido en uno de los instrumentos de gestión más importantes durante los últimos años. Hacia finales del año 2007 comienza una nueva etapa marcada por el desafío de dar respuesta a las necesidades de la comunidad a través de propuestas concretas, sin perder de vista el espíritu de desarrollo académico propio de nuestra Casa de Altos Estudios. A partir de la iniciativa de contar con una convocatoria genuina de la U.N.R., coordinada y financiada por la propia Universidad, se sucedieron una serie de pasos tendientes a la confección del “Reglamento para la Convocatoria, Evaluación y Financiamiento de Proyectos de Extensión de la U.N.R.”, instancia inherente a las condiciones administrativas que abrió el camino a una convocatoria inédita de la Universidad en sus más de 45 años de existencia. Por intermedio de la gestión de la Secretaría de Extensión Universitaria y la voluntad política del Rector, se incluyó en el Presupuesto Universitario del año 2008, un ítem específico destinado al financiamiento de Proyectos de Extensión. Consecuentemente, el Área de Proyectos Sociales organizó el llamado a la primera convocatoria en el mes de noviembre de ese año. A la misma se la instituyó bajo el


lema: "La Universidad y su Compromiso con la Sociedad”, el cual se mantendría a lo largo de las sucesivas convocatorias de Proyectos de Extensión, las cuales en la Universidad Nacional de Rosario, son anuales, habiéndose producido por lo tanto en este año 2013, la sexta edición. Cada Proyecto de Extensión, en tanto unidad autónoma de acción, forma parte de un proceso de intervención social e implica propuestas de desarrollo cultural, social o productivo, que apuesta a poder brindar soluciones concretas a problemáticas de igual índole. Esta intervención interactiva, dialógica y educativa, trabaja en conjunto con organizaciones sociales, gubernamentales y con la comunidad, socializando y poniendo en juego los conocimientos científicos aportados por la Universidad, con los saberes y conocimientos de la comunidad, procurando concretar acciones transformadoras. Aquella mencionada primera convocatoria, posibilitó la creación de un espacio antes denegado dentro de la misma Universidad, producto de las políticas de corte neoliberal que se aplicaron en nuestro país y que desnaturalizaron los saberes universitarios para convertirlos en mero conocimiento mercantilizado, alterando así la identidad de la Universidad Pública en tanto institución que descubre, produce, inventa, contiene, guarda o simplemente distribuye saberes (Mollis, 2011). Durante la década de los ´90, en la región en general y en Argentina en particular, el principio de subsidiaridad del Estado conllevó importantes cambios en el sistema educativo, dejando librado el camino a las fuerzas del mercado. Consecuentemente, y en el marco de la Universidad Pública, la Extensión lejos de ser prioritaria, se encontraba relegada sólo a lo discursivo, sin tener un impacto social trascendente, a pesar de haberse insertado en la lógica del mercado como mera consultoría de las grandes empresas. En tal sentido, estos espacios tienen como propósito el de JERARQUIZAR LA EXTENSIÓN, así como también contribuir al desarrollo de países más inclusivos. Por consiguiente, en los últimos años, la Universidad Nacional de Rosario, como muchas otras, se comprometió a fomentar y ejecutar políticas concretas que respondan a las demandas reales de la comunidad, tanto en virtud de su responsabilidad social, como en su calidad de institución pública.

Los Proyectos que se presentan en las Convocatorias lanzadas desde nuestra área son evaluados –y eventualmente aprobados– por todos aquellos evaluadores de referencia extensionista (docentes externos e internos a nuestra


Universidad) que conforman el Banco de Evaluadores de la Red Nacional de Extensión

Universitaria

(REXUNI)

que

depende,

a

su

vez,

del

Consejo

Interuniversitario Nacional (CIN). Por su parte, los proyectos que resultaron financiados han podido, a través de diversos actores sociales, desarrollar acciones comunitarias de alto impacto social y fuerte inserción local en el territorio. Asimismo, vale destacar que a partir del año 2011, el Área de Proyectos Sociales de la Secretaría de Extensión Universitaria viene realizando una serie de charlas informativas en todas las Unidades Académicas (12 Facultades y 3 Colegios de Enseñanza Media) que forman parte de la Universidad Nacional de Rosario. El objetivo de estas charlas fue –y es– acercar información, brindar asesoramiento, acompañar e incentivar a toda la comunidad universitaria sobre las características de las sucesivas Convocatorias para la presentación, evaluación y financiamiento de Proyectos de Extensión. Consideramos esta actividad como un logro de gestión muy importante, ya que a partir de su efectiva implementación, sumado a la realización de los talleres de capacitación en Extensión, es que la comunidad universitaria logró mejorar la calidad y cantidad de Proyectos de Extensión presentados durante las últimas convocatorias, evidenciado en el aumento significativo del número de los mismos

pasando de contar con

apenas 45 proyectos presentados en el año 2008 a la cifra de 90 en el año 2012, incrementándose la presentación en un 100%

, y en la pertinencia de los mismos

para con la Extensión Universitaria y su fuerte compromiso social. Ahora bien, la progresiva y sostenida respuesta por parte de la comunidad universitaria de la UNR, ha sido acompañada por un mayor compromiso de parte de la Universidad, en tanto ésta se ha dado a la tarea de mejorar las condiciones de financiamiento de los proyectos. La partida de fondos que fueran asignados en el presupuesto universitario para la I Convocatoria de Proyectos del año 2008, fue, en pesos argentinos, de $134.400, mientras que para la V Convocatoria (año 2012), el monto total ascendió a $300.000, incrementándose en más de un 100%. Asimismo, se amplió la cantidad mínima de proyectos financiados por Unidad Académica, puesto que, mientras en el año 2008 se financiaban por lo menos 3 proyectos por cada Unidad Académica, en el año 2012, se financiaron 5 proyectos por cada una.

Como consecuencia lógica de lo dicho anteriormente, si consideramos que al finalizar el período de ejecución de cada uno de los Proyectos de extensión (de un año de duración, en su gran mayoría), los equipos extensionistas presentan un


informe final académico con el registro de la experiencia y de los resultados por ellos obtenidos, sumado también a las sucesivas convocatorias ya ejecutadas o en ejecución, es fácil arribar a la conclusión de que existe una continua y creciente generación de información de gran utilidad. La proliferación de documentos hace que muchas veces sea difícil encontrar la información específica que nos interesa, o que cuando la encontremos no nos sirva para mucho o no nos de una información útil (Del Ramo Romer et al, 2009). Esto demanda que se considere esa información no sólo en su función de registro y control de lo ejecutado, sino como un importante insumo para ser aprovechado en el posterior diseño, desarrollo y ejecución de futuras propuestas de trabajo mucho más eficientes. En tal sentido, desde la Secretaría de Extensión Universitaria vimos como necesario el hecho de implementar alguna técnica de sistematización de la información que tuviera por objeto la recolección, ordenación, clasificación, análisis, conservación y difusión de los principales datos descriptivos de cada Proyecto, a saber: nombres de directores, co-directores, ejes temáticos que son abordados, breve resumen descriptivo de las actividades desarrolladas, palabras clave, listado de organizaciones co-participantes, direcciones y teléfonos de contacto, etc. Este compendio es lo que desde el Área de Proyectos Sociales, como se ha señalado anteriormente, dimos por llamar como “sistematización de los proyectos de Extensión” de la Universidad Nacional de Rosario. Uno de los principales beneficios de contar con una sistematización de tales características es que se permite un acceso rápido de la comunidad a la información existente, sacando así el máximo rendimiento a la información generada (creación de una base compartida). Actualmente, ese banco de datos disponibiliza los registros históricos de los más de 200 proyectos que se han financiado en las convocatorias extensionistas de esta Universidad desde el año 2008 en adelante, organizando de esa forma la información básica de cada Proyecto, y poniéndola a disposición del resto de la comunidad universitaria. Este hecho constituye una herramienta vital para la difusión de los resultados obtenidos en la ejecución de las respectivas actividades, y toma crucial importancia ante los nuevos desafíos que supone la primera convocatoria del Programa INTEGRANDO para los equipos extensionistas de Universidad Nacional de Rosario.


Por otro lado, los resultados de los balances efectuados no están exentos de problemas y dificultades, surgidas en torno a la organización y ejecución de las cuatro primeras convocatorias. Uno de los escollos más apremiantes ha estado vinculado con la instancia de evaluación a distancia. Ésta última no hacía posible el encuentro e intercambio de opiniones entre los evaluadores, generando, en algunos casos, disparidad de criterios al momento de evaluar. Esta modalidad, además, impedía el acercamiento y contacto entre los evaluadores y los evaluados, imposibilitando que la evaluación sea un verdadero proceso dialógico educativo, en donde el evaluador pudiese acceder a un conocimiento más acabado de la realidad que incumbe a cada proyecto y, a su vez, que cada equipo de trabajo pudiese exponer su proyecto poniendo en juego la innovación y la creatividad así como remarcando los aspectos y/o alcances más relevantes del mismo. En este sentido, nos parece importante remarcar que la intervención social que se realiza desde la Universidad Nacional de Rosario apunta, en líneas generales, a estar signada por la innovación, la creatividad, el desarrollo, el intercambio de conocimientos y de saberes, así como por el compromiso ético de mejorar la calidad de vida de la gente y la apuesta por la búsqueda de soluciones concretas a problemas reales. Es decir, desde la Universidad, en tanto institución pública, hacedora y ejecutora de políticas públicas, pero por sobre todo de saberes y conocimientos, nos enfrentamos con el desafío de no reproducir modelos que perpetúen las condiciones de marginalidad y exclusión. Por otro lado, vale destacar que también en lo vinculado con la instancia de evaluación de dichos proyectos, se presentaban otros inconvenientes relacionados con

aspectos meramente

administrativos,

burocráticos

y comunicacionales,

generando pérdidas de tiempo y de recursos, determinando así la existencia de ineficiencias en la gestión. En virtud de los mencionados problemas y a partir de la V Convocatoria llevada a cabo en el año 2012, desde la Secretaría de Extensión Universitaria se ha modificado el tradicional sistema de evaluación a distancia, por uno de carácter presencial, que entendemos fue cualitativamente superior al perfeccionar el ya existente. Este mecanismo de evaluación ofreció un marco de mayor legitimidad y transparencia, generando una aproximación real y concreta entre evaluados y evaluadores y que éstos últimos pudieran acceder a un conocimiento más acabado de los proyectos y de los actores que impulsan los mismos.


En línea con el cambio enunciado en el párrafo precedente, también desde la Secretaría de Extensión Universitaria se llevaron a cabo Talleres de Capacitación sobre Proyectos de Extensión Universitaria, con el objetivo de educar en torno a la metodología específica propia de los Proyectos de Extensión, así como también, el intercambio de experiencias y el subsecuente debate acerca de los Proyectos de Extensión en ejecución o ya ejecutados, haciéndose eco de la filosofía de la praxis. En dicha instancia, y bajo la metodología de tres talleres, se buscó integrar la teoría y la práctica, proponiéndose como un espacio donde todos los actores involucrados (miembros de las Secretarías de Extensión de cada Facultad, Directores de Proyectos

de

Extensión,

estudiantes,

docentes,

no

docentes,

graduados,

instituciones públicas y representantes de la comunidad) constituyeran un espacio de reconocimiento, reflexión y acción, generando un contexto signado por el aprendizaje y el trabajo en equipo. En primer taller realizado se abordaron los aspectos conceptuales y metodológicos de la Extensión, y fue dictado por un docente perteneciente a nuestra Universidad, el Lic. Raúl Linares, especialista a nivel nacional e internacional de temáticas extensionistas. El segundo taller se enfocó en mostrar cuales son los pasos a seguir para realizar una correcta formulación de Proyectos de Extensión, estando a cargo del Lic. Jorge Castro, docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP, Argentina) y Coordinador de la Comisión Permanente de Extensión de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM). La temática del taller versó en torno a las bases necesarias y pertinentes para el armado de un Proyecto de Extensión, dando cuenta de una amplia gama de recursos teóricos y metodológicos. El tercer taller que realizamos contó con la presencia del Dr. Humberto Tommasino, Pro Rector de Extensión de la Universidad de la República (Uruguay), y un referente extensionista a nivel del Mercosur. Durante su exposición, Humerto Tommasino desarrolló un recuento de su experiencia extensionista dentro de su campo disciplinar como Médico Veterinario, así como también de lo que lleva observado en el resto de los campos del conocimiento desde su función de Pro Rector de Extensión en dicha Unviersidad. Más tarde, Tommasino hizo especial hincapié en la integralidad con que deben las propuestas extensionistas, abordando ejes particulares como el concepto que se tiene de la extensión, la participación en los proyectos extensionistas y metodología de evaluación en extensión.


Otra política de gestión realizada por la Secretaría de Extensión Universitaria de nuestra Universidad fue la de implementar, a partir de la V Convocatoria de Proyectos del año 2012, de las llamadas instancias de acompañamiento institucional para todos los Proyectos de Extensión que resultaron aprobados y que hubieran obtenido el correspondiente financiamiento. El objetivo principal de este proceso fue –y lo sigue siendo durante este año– el de brindar un apoyo institucional de la Universidad (representada, en este caso, por todos los integrantes que conformamos la Secretaría de Extensión Universitaria) durante la implementación y desarrollo de los proyectos, a través de la reflexión conjunta y del aprendizaje junto al equipo de trabajo extensionista que está llevando adelante la ejecución. En el mismo sentido, el acompañamiento busca escuchar reflexivamente las devoluciones que puedan realizar aquellas personas que son destinatarias directas o indirectas de las acciones realizadas, para ayudar a ajustar las actividades propuestas por los Proyectos. A su vez, mediante la observación por parte de los que llevan adelante el acompañamiento de las actividades desarrolladas en terreno por el equipo extensionista, se logró evaluar progresos y cambios, poniendo énfasis en los aspectos positivos para que las prácticas exitosas puedan ser replicadas y las erróneas revisadas. En dicho sentido, entendemos que la jerarquización de la Extensión, devendrá necesariamente de la interacción generada a partir de los debates, el intercambio y, posteriormente el consenso sobre cuestiones estructurales y nudos problemáticos que giran alrededor del concepto y la filosofía de la praxis de la Extensión.

A través de las mencionadas actividades y/o cambios ejecutados a partir de la V Convocatoria (año 2012), es que nos proponemos profundizar los resultados obtenidos con el fin de continuar jerarquizando la Extensión en la Universidad Nacional de Rosario. Esto se logrará mediante el fortalecimiento del Área de Proyectos Sociales, ya que desde allí es desde donde se instrumentan, gestionan, administran y acompañan institucionalmente los Proyectos de Extensión que surgen de las sucesivas convocatorias de la Universidad Nacional de Rosario. Asimismo, apuntamos a pulir todas las instancias administrativas y las condiciones institucionales que sean necesarias, a los fines de generar las condiciones adecuadas que hacen a la convocatoria, al tiempo que propiciar y/o promover la incorporación de prácticas extensionistas, en tanto los Proyectos propiamente dichos


contribuyen a pensar y repensar las políticas extensionistas en función de articular, recuperar y sociabilizar los saberes.

Bibliografía AGUERRONDO, M. I. (1995). “Diálogos”. En: La Educación, Nº 120. México. ARGUMEDO, M., (1984). “Educación y Participación”. IICA. San José de Costa Rica. AROCENA, Rodrigo (2011), “Curricularización de la extensión: ¿?por qué, cuál y cómo”, en Integralidad: tensiones y perspectivas, cuadernos de extensión Nº 1, Montevideo, Uruguay. BARRIENTOS, M. y RYAN, S. (2005), “Relación entre Extensión, Educación y Comunicación”. Apunte Asignatura Extensión Rural. FCA-UNC. Revisión. CALVO, Gloria (1996). “Nuevas formas de enseñar y aprender”. Santiago: UPN, 42 pp. DEL RAMO ROMER, J.J., NÚÑEZ DE MURGA, J., NÚÑEZ DE MURGA, M. y PERTUSA GRAU, J.

(2009). Documentación e información científica.

Universitat de Valencia, España. Recuperado del documento disponible en http://ocw.uv.es/ciencias/2-1/1_documentacion_informacion.pdf Documento aprobado por el Plenario de Rectores, Ac. PL. Nº251/97, Santa Rosa, La Pampa, 6 de agosto de 1997, FREIRE, Paulo (2007). “La educación como práctica de libertad” Educación y concienciación. Edit. Siglo XXI. p. 7. MOLLIS, Marcela (2003), “Un breve diagnóstico de las universidades argentinas: identidades alteradas”, publicado en Las Universidades en América Latina: ¿reformadas o alteradas?, Marcela Mollis, CLACSO, Argentina.


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