Recuentos Brujos 2 - Espirituales

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la calle”, “caminar por esta acera”, “comprar el periódico”, “ducharnos”, “realizar tal o cual gestión”, etc, etc. Se trata de convertir estos segmentos en intervalos de silencio en los extremos de los cuales podamos aplicar algún tipo de “cotas” identificativas, como recitar un pequeño Mantra, o hacer un movimiento táctico, o mirarse fugazmente las manos. 0 Asociaciones: “Cada vez que entre en el ascensor me he de fijar en esa mancha y recordar que debo silenciar mi mente”. Es un ejemplo de esta técnica. Asociar diversos objetos o sucesos cotidianos con la alerta espiritual. Es como ir dejando notas en nuestros recorridos que nos sirvan de recordatorios. 0 Anagramas en la mano: Dibujarse todas las mañanas en la mano algún pequeño símbolo personal (un punto, una letra). Ya que las manos las tenemos siempre delante, nos aseguramos un recordatorio constante. 0 Conciencia de la muerte: Aunque suene un poco tétrico, o monástico, la conciencia constante de la muerte, como quiera que sea la forma en que imaginemos su presencia, es una herramienta magnífica para darle seriedad y urgencia a nuestra lucha contra la distracción. 0 Conciencia de la respiración: Es el método yogui, y también zen, por excelencia. Grandes tradiciones ancestrales avalan el poder de esta técnica. La atención siempre puesta en la respiración es un barrido de paz y silencio para nuestro disparatado diálogo mental. 0 Conciencia del aura: Nos imaginarnos a nosotros mismos como una esfera de energía perceptiva, reactiva, que interacciona con un mundo también abstracto que fluye y cambia constantemente. Esto produce resultados sorprendentes, quizás porque se aproxima a la realidad. 0 Conciencia de algún chakra: La tradición esotérica sostiene que existen, en nuestra envoltura energética, vórtices especiales de energía asociados con las glándulas endocrinas de nuestro cuerpo físico. Para mantener el silencio tienen especial poder el “hara” (debajo del ombligo), y los chakras del pecho y la frente. 0 Conciencia del fuego interno: En el centro de cada uno de nosotros hay una llama inextinguible de poder y conocimiento. Iniciáticamente, el universo entero está en el centro más profundo de cada uno de nosotros. Vivir con la atención puesta en esa fuerza nos hace realmente invulnerables. 0 Conciencia del Punto: La técnica de visualización más sencilla consiste en imaginar que todo lo que somos se reduce a un punto sin dimensiones que flota errante en la inmensidad. Un punto sin barreras. Dónde lo situemos es indiferente a efectos técnicos. Un punto sin atributos resiste, como una boya en el oleaje, los embates de todo sopor mental. 0 Darse cuenta de todo: Otra técnica muy distinta consiste en asumir el reto de atender al máximo número posible de estímulos circundantes, con el objeto de tener siempre una visión global de lo que está ocurriendo alrededor. En vez de secundar nuestra secular atención especializada, aprendemos a cultivar una percepción panorámica, contextual. Los estímulos ya no son acontecimientos aislados sino partes de un “edificio significativo”. 0 Enfocar: Es una de las mejores. No se trata de ver, mirar u observar. Enfocar es agarrar con la mirada. Ser conscientes de que estamos mirando algo. La atención puesta en el complejísimo fenómeno de observar, de percibir visualmente. Es una técnica poderosa y muy compatible con cualquier actividad. Difícil de concebir, pero inestimable cuando se experimenta. Entonces se da cuenta uno de que llamarlo “enfocar” es justo. 0 Desenfocar: Parece contrario a lo anterior, pero poner la mirada ligeramente borrosa, sin que se note exteriormente, sin llegar a bizquear, tiene el efecto instantáneo de crear silencio mental tanto en nosotros como en las personas que nos rodean. Una técnica muy efectiva en las situaciones sociales comprometidas, aunque no tanto si tenemos que trabajar delante de un ordenador. 0 Visión abierta: El campo visual es una elipse de información luminosa atiborrada de acontecimientos. Normalmente ponemos toda la atención en el foco central, pero si dispersamos esa atención por todo el campo, incluidos los bordes, descubrimos un mundo nuevo y sugerente, plagado de extraños presentimientos. 0 Pantalla en blanco: Es una técnica clásica de Control Mental. Convertimos el campo visual en un inmaculado estanque de luz en cuyo borde exterior se clavan los pensamientos sin llegar a traspasarlo, sin ensuciarlo. Podemos movernos en el espacio visual a salvo de cualquier distracción. 0 El estímulo natural protagonista: Una técnica muy compatible con el quehacer diario es poner la atención siempre en aquel estímulo que se constituya en el protagonista natural de cada situación. Siempre hay uno. Y asegurarnos de localizarlo es una garantía de vivir realmente en el “aquí y ahora”, así como una valiosa pista para entender el mensaje


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